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General: SOCIALISMO CIENTIFICO
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Da: LaCalaveraDeFidel  (Messaggio originale) Inviato: 04/05/2008 13:21
29- necesito comprar lavadora aurika que funcione. solo que lave me interesa Escucho precios y ofertas [contactar] 11-01-2008 
 

Tremendo invento

Ahora se van como viejos artefactos, pero tal vez algunos podrían quedar en un museo, como símbolo de la resistencia y la ingeniosidad del cubano
 

Julieta García Ríos y Jorge Legañoa Alonso,
estudiante de Periodismo

leganoa@jrebelde.cip.cu

A falta de pan, casabe. Así reza un refrán popular que al cubano le viene como anillo al dedo. Porque ante la necesidad y escasez no solemos quedarnos cruzados de brazos, ni conformarnos con vanas lamentaciones.

Así, de hábiles manos, han nacido los más inimaginables inventos criollos, algunos dignas piezas museológicas, como los rústicos ventiladores que van siendo desterrados del hogar cubano.

Sobre una llanta de carro descansa el tubo de hierro que lleva encima el motor de centrífuga sacado de una lavadora rusa marca Aurika. Cuatro aspas de metal aseguradas cada una con tres remaches unen las piezas al motor; un grueso cable, con más de un empate, sirve de conexión eléctrica.

Basta conectarlo para que un aire fuerte y en la misma dirección se haga insoportable a ratos. Y para quien pueda cuestionar la relación entre la llanta de carro y el equipo electrodoméstico, aclaramos, su función es solo de seguridad.

Sí porque estos aparatos criollos son andariegos. Puedes instalarlos en la sala o encontrarlos en el pasillo de la casa a unos dos metros del lugar inicial; solo la longitud del cable les ponen freno, o una llanta como la mencionada.

El ejemplar descrito lo encontramos, junto a otros rústicos ventiladores, en casa de Santiago Hernández González, secretario del núcleo del Partido que agrupa a jubilados de su zona, en el Consejo Popular Vedado, del capitalino municipio de Plaza, donde casi 900 núcleos familiares han sido beneficiados con nuevos ventiladores que sustituyeron a los “inventos”.

Su hogar, como otros muchos del país, ha servido de escenario para el cambio de los viejos ventiladores por otros modernos. El proceso une en un solo grupo a trabajadores sociales, delegados del Poder Popular, federadas, directivos de los Comités de Defensa, militantes del Partido... 

En el momento de nuestra visita, Santiago comenta que casi 60 ventiladores criollos fueron sustituidos en su zona. “Este es un salvaje, pesa más de 20 libras”, dice, luego de cargar uno de los “monstruos” que en la sala de su hogar esperan para ser recogidos por los trabajadores de la Empresa de Recuperación de Materia Prima.

Santiago cuenta que en su circunscripción solo una persona se negó a cambiar su viejo ventilador por los modernos marca HOPEFUL, modelo FT-30E, los cuales tienen tres velocidades, son giratorios y consumen solamente 55 watts.

Los más comunes son los equipos hechos con las secadoras de las lavadoras Aurika —llegadas al país en los años 70 y 80—. Pero ante nuestra sorpresa escuchamos que motores de tocadiscos, de extractores de aire, y hasta motores de agua fueron adaptados para aliviar la canícula.

TODO UN INNOVADOR

Estamos frente a todo un innovador. “Soy talento de oro tres estrellas”, dice como carta de presentación Julio Jorge Alemán, de 62 años, quien nos recibió en su apartamento de la calle 2 entre 25 y 27, en el Vedado.

¿Cómo es eso de tres estrellas? “La primera estrella se la otorgan al que inventa; la segunda a quien coopera y la última al que generaliza sus creaciones”, contesta este fundador de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR). Hemos llegado a él casi por casualidad, en búsqueda de historias singulares de esos viejos artefactos que son desterrados de los hogares cubanos por equipos con bajo consumo de energía.

“Me dolió desprenderme de mi viejo ventilador. Parecía un trasto, pero me salió bueno. Uno le coge cariño y cómo no hacerlo si me duró más de 30 años. Todavía estaba al quilo cuando lo entregué y eso que apenas le daba mantenimiento.

Cuenta Julio Jorge que con el viejo ventilador se echó aire su hija pequeñita, que es ya una mujer. “Recuerdo que cuando lo sustituí por uno más moderno se lamentaba, porque no podía quedarse dormida con facilidad. Imagínense, el ruido acompasado de aquel invento cubano la dormía”.

“Yo tenía un aire acondicionado Gold Star de los años 50, que trabajaba con 110 volt y cuando se rompió aproveché el fan (ventilador), lo monté sobre un trípode y le hice la conexión eléctrica. Además, le puse una careta que un día recogí tirada en la calle, le di una pinturita y así estuvo listo para la batalla”. 

AIRE A LO CUBANO

Aquella tarde Lázaro Watson venía rumbo a su casa cuando vio que la joven tiraba en la esquina su “viejo aire acondicionado”.

Ella recién se había comprado uno auténtico y quería deshacerse de ese, que si bien le refrescaba su habitación, le causaba otras molestias.

Lázaro le preguntó cómo trabajaba el “equipo” y cargó con este para su casa, donde lo usarían tres años más.

Se compuso con la estructura externa de un televisor KRIM, al cual se le colocó dentro un pequeño extractor. Y para que cumpliera su función de enfriar el ambiente, ¡se le colocaban unos trozos de hielo!

“Echaba tremendo aire”, asegura Sandra Samada, esposa de Lázaro, quien ahora manifiesta sentirse contenta con el moderno ventilador chino que ha venido a sustituir su “aire a lo cubano”.

VENTILADORICIDIO

Para Grettel Iglesia Reyes esta ha sido una nueva experiencia. Como trabajadora social se ha enfrentado a tareas anteriores, pero la nueva misión de cambiar los “ingeniosos inventos” ha sido la más sui géneris.

“Estuve en una casa para hacer el cambio y me sorprendí al ver que la parte exterior de “aquello” que usaban como ventilador era un secadora de pelo. Lo peor es que hasta el día de hoy esa persona no se ha querido deshacer de su artefacto porque “echa más aire que un ciclón”. Tratamos de convencerla, pero fue inútil”.

En este bregar por las barriadas del país siempre se recogen variadas anécdotas. “Hace unos días llegamos a una casa y cuando preguntamos por el ventilador que se cambiaría nos sacaron un ejemplar que estaba para un museo, hecho con un motor de tocadiscos”, dice Isel Álvarez Tapia, quien añade que el equipo era tan pequeño que cabía en una mano.

Ejemplares como estos sustituyen a los viejos artefactos grandes consumidores de energía eléctrica. (Foto: Juan Moreno)
Ejemplares como estos sustituyen a los viejos artefactos grandes consumidores de energía eléctrica. (Foto: Juan Moreno)

Su dueña, añade la trabajadora social de 22 años, decía que este echaba buen aire y además que le tenía mucho cariño, porque por encima de todo le era muy funcional y casi no ocupaba espacio en la casa.

Vaitiare Rodríguez, también trabajadora social, recuerda que en una ocasión tuvieron que recabar apoyo de algunos vecinos porque aquel “mastodonte” era inmenso. “La gente, en medio de la alegría por los nuevos equipos, decía que ese ventilador rústico era tan potente, y con aspas tan grandes de hierro, que si se lo ponían a un barquito pues se podía salir a pescar”.

Sin embargo, a ella le inquietó cómo no había ocurrido ningún accidente en el hogar, con aquellas aspas tan grandes y descubiertas al alcance de los niños.

Quizá no sería descabellado que algunos de esos aparatos, como muchos otros que ahora se recogen en cada cuadra, pasaran a un museo que reúna ese sentido criollo de la resistencia y la ingeniosidad.



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Da: LaCalaveraDeFidel Inviato: 04/05/2008 16:57
'Invenciones' de la Cuba de hoy

Pedro M. Gonzalez. Publicado el martes, 30 de mayo de 2000 en El Nuevo Herald

Comprarías una antena parabólica cuyo colector central fuese una lata de leche condensada, o una cafetera totalmente hecha en casa, o un fogón eléctrico compuesto por un ladrillo y una resistencia también casera?

No te apures en responder que no, porque todo depende de las circunstancias, y las circunstancias en Cuba han obligado a unos a reinventar todo tipo de aparatos, y a otros a comprar los inventos del vecino emprendedor.

Debido a que en la isla sólo funcionan dos canales de televisión y las señales de las emisoras del sur de la Florida sólo llegan ocasionalmente, los más duchos en cuestiones de física comenzaron hace años a crear sus propias antenas parabólicas para captar las imágenes transmitidas a través de satélites y que en Cuba se muestran en los hoteles sólo para extranjeros. (¿Será por eso que no permiten que los cubanos se hospeden?)

Pronto hubo otros que, aunque no sabían de física, tenían el dinero y los mismos deseos de ver ampliada su programación de televisión, por lo que comenzó un lucrativo negocio que en poco tiempo llenó los techos de La Habana de las tan codiciadas antenas.

Por supuesto, como dice el dicho, en casa del pobre la alegría dura poco, y en marzo del 95 el gobierno emitió un decreto prohibiendo las antenas y amenazando con multas a quien se atreviera a desobedecer. Es por ello que hoy sólo unos pocos se atreven a mantenerlas, con lo que ha surgido un nuevo negocio: cobrar a los fanáticos por ver un juego de béisbol de Grandes Ligas.

Los inventos cubanos parecen muy normales a los cubanos, pero no dejan de asombrar a los extranjeros.

En una ocasión paseaba a un grupo de argentinos en mi Zephyr 57 por La Habana y, sabiendo que las bandas de freno se calentaban, pues las había acabado de poner, inventaba cualquier pretexto para parar, haciendo como que quería mostrarles algo interesante.

Llegó el momento en que mis invitados me dijeron que no deseaban parar más hasta que llegásemos a un restaurante, por lo que no me quedó más remedio que explicarles el problema. Asombrados me preguntaron cómo era posible que las bandas no ajustaran bien si es que éstas siempre vienen a la medida.

Lo que para mí era rutina para ellos fue un verdadero shock. Por supuesto que las bandas en cuestión no fueron hechas en una fábrica para un Zephyr, pues sólo se trataba de unos pedazos de cuero que en ausencia de bandas auténticas servían para detener el auto.

Por suerte los gauchos tuvieron confianza en el invento cubano y continuaron el viaje, por lo que al final del día me gané mis 10 dólares más un bono de varias camisas por mi tesón en mantener un auto de los años 50 rodando. Si llego a saber que por las bandas caseras me iban a dar un bono, les hubiese contado que los pistones eran de un Gas soviético y el carburador de un Chevy precisamente argentino.

Otro gran invento cubano es el ventilador con motor de lavadora.

Cuando el calor aprieta, hace más falta un ventilador que una lavadora, o al menos así piensan los hombres que, por supuesto, no son los que lavan. Así las cosas, no faltan los que dan la sorpresa a la mujer cuando ésta se queja del calor y ellos le encienden un aparatoso ventilador que a veces hace más ruido que echar aire, y al que es necesario atar a algún objeto pesado pues, debido a la vibración, tienden a moverse por todo el cuarto.

Sin embargo, especialmente a partir de los años 90, estos ventiladores se volvieron inútiles debido a los apagones, por lo que aparecieron otros físicos que con la ayuda de una batería y unos transistores de televisor ruso, construyeron unas cajitas que sirven para mantener encendido un ventilador y una luz fría por unas horas.

Lo de los fogones es otra historia, pues debido a la escasez tan ``diversa'' que afecta la isla, en casi cada casa puede uno encontrar una gran cantidad de aparatos de cocinar, que se alternan en uso según el combustible que esté en falta.

Por ejemplo, la estrategia más común es cocinar en un fogón eléctrico mientras haya electricidad. En caso de apagón se usa el fogón de keroseno, pero cuando la reserva de combustible se acaba y no viene la luz, es hora de recurrir a la madera o el carbón. Ahora bien, una vez que se tiene el fogón, el ama de casa se enfrenta al dilema de hallar qué cocinar.

Si hasta el momento los hombres han sido los inventores de muchos artefactos, no se puede quitar el mérito a la mujer cubana, que ha logrado hacer un bistec de toronja o un picadillo de cáscara de plátano.

Cuenta el chiste que un señor llega a su casa con un pollo. Cuando se lo muestra a su esposa y le dice que lo quiere frito, ésta le pregunta que con qué grasa. Y cuando le pide que lo ase, ella le responde que así se consume demasiado combustible, por lo que el señor, indignado, da un tirón al pollo que, contento de saber que no lo van a cocinar, sale gritando el conocido slogan de los comunistas cubanos: ``Pa' lo que sea Fidel, pa' lo que sea''.


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Da: LaCalaveraDeFidel Inviato: 04/05/2008 20:28
AURIKA 70 La única lavadora del mundo con 2 motores -dos-pero no carga agua ni la bombea afuera..hay que quitarle un tapón y ella la derrama al suelo...¡Tremendo invento socialista, la gravedad!

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Da: LaCalaveraDeFidel Inviato: 04/05/2008 20:28
vídeo Lavadora rusa de excursion por la casa.


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