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Da: LaCalaveraDeFidel  (Messaggio originale) Inviato: 23/09/2008 12:07
Oscar Sánchez Madan - Cuba
  Artículos Oscar Sánchez Madan: 

Cuba, un virtual estado de sitio

Por Oscar Sánchez Madan

Bitácora Cubana, 23 de diciembre de 2006, Matanzas

La población cubana continúa viviendo bajo un intenso acoso policial.  Un virtual y casi real estado de sitio, al decir de muchos ciudadanos, parece eternizarse en la isla. Cientos de agentes uniformados y vestidos de civil vigilan, controlan y hostigan diariamente a una población temerosa e indefensa. 

Operativos militares en Cuba hubo siempre, sobre todo desde que los comunistas arribaron al poder, al igual que manifestaciones públicas y secretas y abuso policial, pero desde que los medios de comunicación del oficialismo difundieron aquella famosa proclama anunciando, para desgracia de todos, la repentina intervención quirúrgica que se le practicó hace ya varios meses al ahora incapacitado jefe de la dictadura comunista, en todo el país, tanto la oligarquía dictatorial como la plebe desposeída y explotada, esperan que suceda algo más allá del restablecimiento o el deceso del anciano líder marxista.

A pesar de que el nerviosismo de los comisarios bolcheviques por la ausencia indefinida del supuesto gran dios se puso verdaderamente de manifiesto al conocerse el texto de la sorprendente y ya casi olvidada proclama, en la calle se perciben con más claridad que nunca los niveles de oposición política y lamentablemente, de delincuencia e indisciplina sociales.  También en los barrios y centros de trabajo donde la dictadura no logra imponer los arbitrarios controles de antaño: Quienes antes le robaban al estado para dar de comer a su familia y poder subsistir, continúan robando.  Quienes estafaban a los turistas extranjeros con el ánimo de obtener las divisas que les niega el régimen o quienes con el mismo fin ejercían la prostitución o el comercio de drogas, siguen burlándose de los agentes policiales o utilizándolos como cómplices de sus ilegalidades.

Lo cierto es que, como antes de la fatídica proclama, ellos están ahí, haciendo de las suyas.  A sus anchas “trabajan” en la vía pública y en los ómnibus los atracadores y los carteristas.  Estos arrancan de un tirón las prendas de oro y plata a los transeúntes y pasajeros, se apropian de las billeteras en la que los inocentes propietarios esconden las pocas dádivas que de no ser por unas manos intrusas les hubieran servido para obtener el sustento diario.

De pláceme está también, a pesar del acoso policial, el taxista particular que trabaja con permiso de Roma, es decir del “Estado Imperial Bolchevique”.  Con su mirada escrutadora y un tanto cínica, éste observa cómo el director de una empresa o el funcionario del Partido Comunista y el representante de la fiscalía, entre otros, viajan los fines de semana en autos que dicen ser propiedad del pueblo a lugares turísticos y de recreación, mientras que la mayoría de los ciudadanos andan a pie y las viviendas de los disidentes, esos que dicen la verdad sin temor, son asediadas por turbas progubernamentales integradas por los corruptos y los bandidos de antes y después de la ya casi olvidada proclama comunista.

Cuando no se conocía dicha proclama las cárceles estaban llenas de inocentes y miserables, ahora todo sigue igual, sólo que en ellas hay más presos comunes y políticos, más corrupción, más miedo y en las mismas se han incrementado el abuso, la tortura, el acoso, la incertidumbre y como en toda la isla, y de eso estoy más que seguro, el patriotismo y las ansias de libertad.



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