Al mismo tiempo
que en su país hay gente que muere de hambre, Cristina Kirchner
quien junto a su marido Néstor, gobiernan Argentina desde hace
cuatro años, dijo: "Debemos aprovechar no solo con la producción de
materias primas sino además agregando innovación, tecnología,
investigación, que son una oportunidad inédita para un país con 38
millones de habitantes y con capacidad para producir alimentos
para 400 millones de personas" - Al
disertar en una conferencia organizada por el Consejo de las
Américas de EU y la Cámara Argentina de Comercio en Buenos Aires el
7 de Agosto del 2007.
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020807 -
Roberto Ramón Silva , Párroco de la
Iglesia Catedral de Resistencia, capital de Chaco, envió una carta
que fue publicada por Indymedia. Veamos algunos párrafos:
"Una realidad, pues, que no es nueva, que antecede en
mucho los ejemplos citados y que es ya demasiado nuestra, en
particular cuando nos acercamos a nuestros hermanos aborígenes de
cualquiera de nuestras etnias. Y no son los únicos casos. Cada
persona que atendemos en Caritas y sus comedores en nuestras
comunidades desnuda el problema en toda su crudeza. Pero basta con
mirar los índices de los censos más recientes, para ver cómo esas
imágenes-símbolos se magnifican aterradoramente. En el Chaco tenemos
uno de los valores más altos de mortalidad infantil, de
desnutrición, de analfabetismo y desgranamiento escolar del total
del país. Largamente superior a la mitad de los habitantes es la
cifra de los que viven debajo de la línea de pobreza. Muchos de
ellos están bajo la línea de indigencia, lo que hace aún más urgente
una atención que arrime soluciones concretas. Y uno de los tantos
colmos es el escándalo de los chicos y adultos que merodean los
basurales de la Rubita esperando el camión recolector para aportar
“algo más” a la mesa familiar."
"Lejos de “elevarse el nivel
socio-económico con planes adecuados” a nuestros hermanos
aborígenes, tal como lo exige el artículo 37 de la Constitución
Provincial reformada en 1994, los antiguos dueños de nuestra tierra
ven lesionado este derecho fundamental a cubrir sus necesidades
básicas y caen en la peor de las desidias, condenados a la “muerte
de los mansos”, la de los que, sin quejarse, ven terminadas sus
esperanzas de subsistir y mueren presa de las enfermedades más
arcaicas o del mal más grande que hay en nuestra nación: morirse de
hambre en la patria bendita del pan."
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050807 -
La muerte de Apolinario
.
Fuente Centro Nelson Mandela. Espinillo,
Chaco, Argentina
- La desnutrición y la
muerte tienen nombres de Mabel y
Apolinario. Sufrieron y sufren de
hambre y de frío. Padecieron y soportan graves
enfermedades. Resistieron y se defienden hasta el final. Apolinario
Domínguez vive en El Espinillo, en un lugar extremadamente pobre.
Danza en medio de los peores indicadores sociales, económicos, sanitarios y
educativos de la República
Argentina. Comparte esta dolorosa y penosa
situación con sus hermanos de las comunidades
indígenas y con los
criollos pobres de la región.
Apolinario Domínguez
El domingo 22 de julio de este año Apolinario cumplió 52
años. Fue un día de gran alegría. En eso estaba cuando la red de
novedades del Impenetrable nos refirió su fallecimiento. La noticia fue
muy dura porque ya había muerto Mabel Pino Fernández, que también vivía
en Espinillo. Días antes había fallecido el histórico cacique Alberto
Gómez, del paraje El Colchón..
Ha sido fatídico el mes de julio. La oleada de frío
precipitó las muertes de muchos indígenas Qom y algunos criollos pobres
del Impenetrable. Frente a esta catástrofe humanitaria, altamente
evitable, comenzamos a realizar un monitoreo de muertes, incluyendo
historias de vidas y el esclarecimiento epidemiológico de las verdaderas
razones de los fallecimientos. Visitamos algunos de los núcleos
familiares sobrevivientes de quienes murieron durante el mes de julio.
El monitoreo realizado con Apolinario Domínguez reafirmó
que el desarrollo de la zona determinó que los núcleos maternos y
paternos anticiparan lo que ahora inexorablemente ocurre y lo que
probablemente sucederá. Es que las comunidades indígenas quedaron
atrapadas en el sino trágico de la pobreza, de la falta de comida, de
la desnutrición y del padecimiento de enfermedades altamente evitables.
Al cabo de todo esto, sobreviven en condiciones absolutamente
desfavorables, seguidas de muertes indignas.
Desnutrición de III grado
Apolinario
presenta una profunda y comprometedora precariedad nutricional.
Permanece sentado en su patio. Sigue sin poder trabajar. No tiene
energías para caminar. Le falta comida. En el mes de enero pesaba 41
kilogramos; a mediados del mes de mayo, registró 35. Desde ese mes, por
solidaridad alimentaria de sus vecinos, recuperó unos pocos kilos. Aún
presenta un alarmante índice de masa corporal (IMC), del orden del 16 %.
Vale decir que continúa expiando una desnutrición de III grado, la más
grave que se conoce.
Su hermana Alicia, de 54 años de edad y también
desnutrida, cuida a Apolinario. El sábado 28 visitamos a Apolinario.
Dialogamos con su familia, en presencia de vecinos y dirigentes de la
comunidad Qom. Comentaron que el puesto sanitario del Espinillo no
entregó diariamente la comida a Apolinario, quién solamente recibió
alimentos los días 24, 25 y 26 de junio, y volvió a recibir ayuda
alimentaria del puesto sanitario desde el viernes 27 de julio, luego de
que trascendiera su fallecimiento. Durante el monitoreo surgió que
prácticamente no recibió apoyo del sistema sanitario durante los últimos
meses. La familia directa tampoco pudo darle la comida que Apolinario
necesitaba. Únicamente se le proporcionó mate cocido a la mañana, sopa,
guiso y a veces polenta durante el almuerzo; al atardecer, nuevamente
se le dio mate cocido; a la noche no le pudieron proporcionar cena
porque no tenían mercaderías para hacer la comida. Repetimos que
Apolinario sufre desnutrición de III grado desde un largo tiempo y que
vive en el radio urbano del Espinillo, de manera que su caso es conocido
en esa pequeña población.
Las
recomendaciones
Servicio
de nutrición y diabetes del Hospital Perrando-Castelán
Por
la evaluación conjunta que se realizó con el servicio de nutrición del
hospital Perrando-Castelán de Resistencia, los indígenas que fueron
incluidos en el estado de emergencia humanitaria como Mabel Pino
Fernández, el cacique Alberto Gómez, Juan y Elida Sosa, Antonio Méndez,
Clemente Méndez, Calito Benigno y otros, se determinó que necesitan una
alimentación promedio diario no menor de 3000 calorías para sobrevivir;
no para acumular grasa, sino para recuperar su aptitud física y
espiritual, para nuevamente caminar, hablar, trabajar, amar, evocar sus
ancestros y tener proyectos a futuro.
Cualquier persona que coma cuatro comidas (desayuno,
almuerzo, merienda y cena) recibe un aporte de 1700 calorías diarias,
que es lo que necesita para enfrentar su vida personal, social, laboral
y recreativa. Los desnutridos deben consumir el doble, o sea ocho
comidas diarias, fraccionadas de tal manera que faciliten su ingesta y
alcancen en promedio las 3000 calorías. Como los indígenas no comieron y
no se alimentaron bajo estas reglas que científicamente no se pueden
discutir, ponemos en evidencia la verdadera razón epidemiológica del
alarmante estado de salud/enfermedad de Apolinario, de quienes
fallecieron en el curso del mes de julio de 2007 y de
aquellos
que verán agudizadas sus enfermedades, hasta la muerte.
Es evidente que las familias aborígenes que visitamos, y
el propio Apolinario, no tuvieron los tratamientos y las ofertas
de alimentación que necesitaban. No fueron beneficiados por las bondades
de la atención primaria en salud. No contaron con controles, ni
diagnósticos precoces. Fueron y son excluidos del sistema
socio-sanitario. Queda claro que son población sobrante.
La muerte
de Apolinario Fernández, del Paraje Cabeza de Buey
En el mes de julio murió Apolinario Fernández, aborigen
que vivía en el paraje Cabeza de Buey.
Vivió en condiciones de
total y absoluta precariedad; padecía las mismas enfermedades que
afectan a sus hermanos, que son típicas de la pobreza extrema. Siempre
le faltó comida.
La red de novedades del Impenetrable confundió a los
apolinarios porque los dos vivieron embargados por la misma tragedia de
la pobreza extrema, de la exclusión total. Es que Apolinario es nombre
de desnutrición, de enfermedades y de muerte. Involuntariamente
realizamos la crónica de una muerte aún no ha acontecida, la de
Apolinario Domínguez.
Todo esto derivó en la inconsciente elaboración de un
complejo campo de sensibilidades que pudieron enhebrar las comunidades
aborígenes para la construcción de un duelo colectivo y continuo que se
inició en los últimos años. Esperan más enfermedades y muertes porque
al hambre y a la pobreza se sumó el intenso frío que se desatara durante
las últimas semanas.
Fue como un rayo. Está intacta y asegurada la marcha del
genocidio étnico. Mientras tanto, los puestos sanitarios de Villa Río
Bermejito y del Espinillo se muestran impotentes. Cómodamente forman
parte del genocidio sanitario que se instaló en la región, que tiene
como cabecera al hospital Güemes de J.J. Castelli. Parece que la
situación que atraviesa Apolinario no tiene remedio. En vida anticipa su
propio fallecimiento, ante el fracaso absoluto de la política sanitaria
chaqueña, que lo ha abandonado.
Resistencia, 31 de Julio del 2007.
Si desea ponerse en
contacto con el Centro Nelson Mandela, envíe su e-mail a las siguientes
direcciones:
info@centromandela.com.ar
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Avenida
Alberdi Nº 338 Resistencia (C.P. 3500) - Chaco República Argentina - Tel.
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