Por Isabel Sánchez (AFP) – hace 4 horas

TEGUCIGALPA — Delegados del derrocado presidente de Honduras, Manuel Zelaya, y del gobierno de facto abrieron este miércoles un diálogo, supervisado por la OEA y bajo fuerte custodia militar.

Militares custodian las calles y el hotel de Tegucigalpa donde se desarrolla la reunión, y piquetes antimotines reprimieron una manifestación de zelayistas cerca de la embajada de Brasil, donde el mandatario depuesto permanece refugiado desde que entró en secreto a Honduras el 21 de setiembre.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, cinco cancilleres, el subsecretario de Estado norteamericano para América Latina, Thomas Shannon, y otros cuatro vicecancilleres instalaron la mesa de diálogo a las 12H20 locales (18H20 GMT) en un hotel de la capital.

La mesa de negociación abrió con palabras del canciller del gobierno de facto, Carlos López, con más de dos horas de atraso.

"No estamos aquí para hacer recriminaciones mutuas. Estamos aquí para buscar soluciones concretas a una situación que no puede prolongarse", destacó en su discurso Insulza, quien admitió que las presiones de la comunidad internacional no han tenido éxito en forzar el retorno del orden democrático en Honduras.

La delegación de cancilleres, la segunda que llega a Tegucigalpa tras la que pasó sin éxito en agosto pasado, busca una salida a la crisis institucional provocada por el golpe de Estado que sacó del poder a Zelaya y lo envió al exilio, el 28 de junio.

Micheletti convocó al diálogo la noche del martes, pero Zelaya expresó dudas y desconfianza en torno a las negociaciones.

"Mi gobierno convoca a una mesa de diálogo para abordar con nuevo espíritu los temas que de alguna manera ya han sido" considerados "en documentos de trabajo en el diálogo de San José", dijo Micheletti en cadena de radio y televisión.

Sin mencionar la restitución de Zelaya en el poder como punto de agenda, el presidente de facto dijo que se discutirán "dos temas cruciales que se refieren al respeto de los poderes del Estado y a la amnistía", y que los acuerdos serán recogidos en el llamado Acuerdo de Guaymuras, antiguo nombre de Honduras.

Pero Zelaya estima que su restitución --punto central del llamado Acuerdo de San José promovido por el presidente costarricense Oscar Arias, y algo que ha pedido de manera unánime la comunidad internacional-- es el único punto que no tiene discusión en la agenda.

"No podemos negociar los principios, lo que podemos negociar son los procedimientos para cumplir esos principios, cómo cumplir la restitución de la presidencia", dijo al Canal 11 de la televisión local.

Zelaya demandó este miércoles ser restituido antes del 15 de octubre para que se puedan realizar las elecciones el 29 de noviembre.

"Advertimos que de no restituir al presidente antes del 15 de octubre se debe correr el calendario electoral", señaló un comunicado del mandatario, leído en una radioemisora por uno de sus asesores.

Ambas partes definieron sus delegados, que en el caso de Zelaya son el líder sindical y coordinador del Frente de Resistencia contra el Golpe de Estado, Juan Barahona, y sus ministros de Gobernación y de Trabajo, Víctor Meza y Mayra Mejía.

Micheletti está representado por el empresario Arturo Corrales, la ex presidenta de la Corte Suprema de Justicia Vilma Morales y el jurista Armando Aguilar.

Insulza y la misión de cancilleres y vicecancilleres tienen previsto reunirse con Micheletti en la Presidencia y con Zelaya en la embajada de Brasil.

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