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LA CUBA DEL GRAN PAPIYO
 
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General: Como síntesis y para poner fin a discusiones con Matilda .-
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Réponse  Message 1 de 33 de ce thème 
De: Ruben1919  (message original) Envoyé: 03/01/2011 19:01
  Enviado: 03/01/2011 12:47
De: Ruben1919 Enviado: 29/12/2010 12:01

Cualquiera que vea su mensaje del 7 de dic . del año que corre verá que ud. dice con esa suficiencia  fastidiosa que la caracteriza  " ... PERO ESO SÍ , ME PARECE RIDÍCULA SU PRETENSIÓN DE QUE YO PARTICIPE EN SU DEFENSA  ... " .-

 
 
 

Eso es lo que yo he querido siempre ... que me diga cuándo y cómo le pedí que me defendiera .-

Ahora , cualquiera vé en mi respuesta que le digo " yo no soy stalinista ".-

Y ahora y en el futuro le reiteraría que si no hubiera existido la KGB y todo lo que hizo .. yo sería el primer stalinista .-

Vió que si me había dicho lo que ud. se ha cansado de negar ... ahora contésteme ... cuando le pedí que me defendiera ... Crée que no sería capaz de defenderme y que le pediría ayuda a ud. ?

 
 
De: Matilda Enviado: 07/12/2010 12:48
Se equivoca usted ,de cabo a rabo, nunca le he pedido más que claridad en el discurso, y mi post así lo demuestra.Jamás he pretendido limitar su manera de expresarse, lo único que si me importaba es que se manifieste usted con claridad, ahora veo que es estalinista, lo cual no me interesa, aún siendo yo TROTSKISTA, comprenderá nuestras posiciones son irreconciliables,pero no por eso voy a pretender que no se manifieste ,aún cuando considere a su discurso anacrónico, está usted en toda libertad, pero eso sí ,me parece ridícula su pretensión de que yo participe en su defensa, nada, que es libre usted de expresarse y por supuesto de defenderse como desee, por mi parte le deseo buena suerte con el mismo respeto que le he demostrado siempre, aún en la disidencia y que al parecer usted deja de lado con facilidad.
saludos cordiales.
 
matilda
 
 
 
Respuesta  Mensaje 4 de 23 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 07/12/2010 11:14
La equivocada es ud. , me parece , para no ser fanático y excluyente y dogmático ... Y el error está en darme un encasillamiento en una determinada ideología por el solo hecho de que reconozco  y  quedó demostrado ,que a pesar de muchísimos errores cometidos por Stalin ... fueron mas los beneficios que recibió de él el pueblo soviético .- Yo no soy stalinista .. solo trato de ser justo ante grandes obras que realizó .- Como tambien reconozco de Trosky el hecho de que fuera la mano derecha de Lenin ... y su portentosa inteligencia .. y sobre todo el que creyera de la mejor buena fé en que la revolución para que triunfara debía ser internacionalista ... no limitada a una sola nación .-Pero solo tomo lo bueno de cada quien ... y prefiero olvidar lo malo porque uno y otro contribuyeron a la difusión de unas ideas que para mí son las que liberarán al mundo .- por ahora creo en Fidel ... en toda su gesta heróica ... en el despertar de latinoamérica  y en el hundimiento del último peldaño del capitalismo ...   el imperialismo .-Talvez sea anacronico para ud. pra otros no lo seré tanto .-
 
 
 
Respuesta  Mensaje 155 de 161 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 29/12/2010 15:11
De: Matilda Enviado: 29/12/2010 17:31
Cuando calla ud . con todo lo que aquí se pone contra nuestras ideas en la forma mas rastrera... le  quiere imponer limitantes a  mi forma de pensar (Ruben dixit)
Se equivoca usted ,de cabo a rabo, nunca le he pedido más que claridad en el discurso, y mi post así lo demuestra.Jamás he pretendido limitar su manera de expresarse, lo único que si me importaba es que se manifieste usted con claridad, ahora veo que es estalinista, lo cual no me interesa, aún siendo yo TROTSKISTA, comprenderá nuestras posiciones son irreconciliables,pero no por eso voy a pretender que no se manifieste ,aún cuando considere a su discurso anacrónico, está usted en toda libertad.nada, que es libre usted de expresarse y por supuesto de defenderse como desee, pero eso sí ,me parece ridícula su pretensión de que yo participe en su defensa,por mi parte le deseo buena suerte con el mismo respeto que le he demostrado siempre, aún en la disidencia y que al parecer usted deja de lado con facilidad.
saludos cordiales.
 
matilda
 
Cuando calla ud . con todo lo que aquí se pone contra nuestras ideas en la forma mas rastrera.
Cuando calla ud . con todo lo que aquí se pone contra nuestras ideas en la forma mas rastrera.
 
pero eso sí ,me parece ridícula su pretensión de que yo participe en su defensa
 
 
Respuesta  Mensaje 28 de 29 en el tema 
De: Matilda Enviado: 29/12/2010 17:36
Yo no soy stalinista .. solo trato de ser justo ante grandes obras que realizó .- Como tambien reconozco de Trosky el hecho de que fuera la mano derecha de Lenin ... y su portentosa inteligencia .. y sobre todo el que creyera de la mejor buena fé en que la revolución para que triunfara debía ser internacionalista ... no limitada a una sola nación .-Pero solo tomo lo bueno de cada quien ... y prefiero olvidar lo malo porque uno y otro contribuyeron a la difusión de unas ideas que para mí son las que liberarán al mundo .
 
(Ruben dixit ...antes de que le diera el ataque de vengativo)
 
  ideas que para mí son las que liberarán al mundo .(o ideas "peligrosas,jeje)

sobre la verdadera esencia del Trotskismo  a escala mundial ... sobre sus consecuencias nefastas para pueblos que no ven su verdadera peligrosidad .-(RUBEN DIXIT)
 
Si algo no dejo de agradecerle a Papiyo es que en este nuevo foro los participantes NO TENGAN LA HERRAMIENTA PARA BORRAR LO ESCRITO.
Lo escrito,escrito está y manifiesta lo que se expresa espontáneamente , aún lo que en otros momentos se disfraza de espíritu democrático y de concordia.
 
 
Respuesta  Mensaje 29 de 29 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 29/12/2010 17:46
Si esa es la explicación tiene toda la razón ud. ....yo estaba pensando en ese momento que la defensa del socialismo en América latina ... el de de Fidel  y los procesos de Evo  y de Correa y Mujica y Ortega y Chávez y sobretodo de Cristina eran claves  para ud. y paraa mí .. por eso hable de " nuestras " .... pero si... estaba equivocado ... hoy ya entiendo que ud. está en contra de ese proyecto de los pueblos latinoamericanos por su verdadera independencia ... y por su dignificación .- Perdone ud... que no hubiera entendido tan " pequeño " detalle.-  Pero sinembargo ...y aunque yo no necesito de su ayuda ... ud. como administradora debería medir a todo el mundo con el mismo rasero .... y no exigir de unos y no de otros .... claro que de pronto conmigo se equivocó pensando que yo como izquierdista estaba a su derecha .. y que me podía alinear  jajajajajj ... ya entendí ... suficiente .... que lejos estábamos ... -
 


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Réponse  Message 4 de 33 de ce thème 
De: Ruben1919 Envoyé: 03/01/2011 19:28
Nunca ví un árbitro más parcializado .... jajajajjaja  ... y con ganas de echarle leña al fuego .- jajajajajaaa.-

Réponse  Message 5 de 33 de ce thème 
De: ELSANTANECO Envoyé: 03/01/2011 19:40
MIRE, RUBEN, IMAGENES DEL SALTANECO.

Réponse  Message 6 de 33 de ce thème 
De: ELSANTANECO Envoyé: 03/01/2011 19:45
Sida 3

Réponse  Message 7 de 33 de ce thème 
De: Ruben1919 Envoyé: 04/01/2011 13:06

DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA y PRIMER MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN LA VELADA SOLEMNE EN MEMORIA DEL COMANDANTE ERNESTO CHE GUEVARA, EN LA PLAZA DE LA REVOLUCION, EL 18 DE OCTUBRE DE 1967.

 

(DEPARTAMENTO DE VERSIONES TAQUIGRAFICAS

DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO)

 

Compañeras y compañeros revolucionarios: 

 

Fue un día del mes de julio o agosto de 1955 cuando conocimos al Che.  Y en una noche —como él cuenta en sus narraciones— se convirtió en un futuro expedicionario del “Granma”.  Pero en aquel entonces aquella expedición no tenla ni barco, ni armas, ni tropas.  Y fue así corno, junto con Raúl, el Che integró el grupo de los dos primeros de la lista del “Granma”. 

Han pasado desde entonces 12 años; han sido 12 años cargados de lucha y de historia.  A lo largo de esos años la muerte segó muchas vidas valiosas e irreparables; pero, a la vez, a lo largo de esos años, surgieron personas extraordinarias en estos años de nuestra Revolución y se forjaron entre los hombres de la Revolución, y entre los hombres y el pueblo, lazos de afecto y lazos de amistad que van más allá de toda expresión posible. 

Y en esta noche nos reunimos, ustedes y nosotros, para tratar de expresar de algún modo esos sentimientos con relación a quien fue uno de los más familiares, uno de los más admirados, uno de los más queridos y, sin duda alguna, el más extraordinario de nuestros compañeros de revolución; expresar esos sentimientos a él y a los héroes que con él han combatido y a los héroes que con él han caído de ese, su ejército internacionalista, que ha estado escribiendo una página gloriosa e imborrable de la historia. 

Che era una de esas personas a quien todos le tomaban afecto inmediatamente, por su sencillez, por su carácter, por su naturalidad, por su compañerismo, por su personalidad, por su originalidad, aun cuando todavía no se le conocían las demás singulares virtudes que lo caracterizaron. 

En aquellos primeros momentos era el médico de nuestra tropa.  Y así fueron surgiendo los lazos y así fueron surgiendo los sentimientos. 

Se le veía impregnado de un profundo espíritu de odio y desprecio al imperialismo, no solo porque ya su formación política había adquirido un considerable grado de desarrollo, sino porque hacía muy poco tiempo había tenido la oportunidad de presenciar en Guatemala la criminal intervención imperialista a través de los soldados mercenarios que dieron al traste con la revolución de aquel país. 

Para un hombre como él no eran necesarios muchos argumentos.  Le bastaba saber que Cuba vivía en una situación similar, le bastaba saber que había hombres decididos a combatir con las armas en la mano esa situación, le bastaba saber que aquellos hombres estaban inspirados en sentimientos genuinamente revolucionarios y patrióticos.  Y eso era más que suficiente. 

De este modo, un día, a fines de noviembre de 1956, con nosotros emprendió la marcha hacia Cuba.  Recuerdo que aquella travesía fue muy dura para él puesto que, dadas las circunstancias en que fue necesario organizar la partida, no pudo siquiera proveerse de las medicinas que necesitaba y toda la travesía la pasó bajo un fuerte ataque de asma sin un solo alivio, pero también sin una sola queja. 

Llegamos, emprendimos las primeras marchas, sufrimos el primer revés, y al cabo de algunas semanas nos volvimos a reunir —como ustedes saben— un grupo de los que quedaban de la expedición del “Granma”.  Che continuaba siendo médico de nuestra tropa. 

Sobrevino el primer combate victorioso y Che fue soldado ya de nuestra tropa y, a la vez, era todavía el médico; sobrevino el segundo combate victorioso y el Che ya no solo fue soldado, sino que fue el más distinguido de los soldados en ese combate, realizando por primera vez una de aquellas proezas singulares que lo caracterizaban en todas las acciones; continuó desarrollándose nuestra fuerza y sobrevino ya un combate de extraordinaria importancia en aquel momento. 

La situación era difícil.  Las informaciones eran en muchos sentidos erróneas.  Ibamos a atacar en pleno día, al amanecer, una posición fuertemente defendida, a orillas del mar, bien armada y con tropas enemigas a nuestra retaguardia, a no mucha distancia, y en medio de aquella situación de confusión en que fue necesario pedirles a los hombres un esfuerzo supremo, una vez que el compañero Juan Almeida asumió una de las misiones más difíciles, sin embargo quedaba uno de los flancos completamente desprovisto de fuerzas, quedaba uno de los flancos sin una fuerza atacante que podía poner en peligro la operación.  Y en aquel instante Che, que todavía era médico, pidió tres o cuatro hombres, entre ellos un hombre con un fusil ametralladora, y en cuestión de segundos emprendió rápidamente la marcha para asumir la misión de ataque desde aquella dirección. 

Y en aquella ocasión no solo fue combatiente distinguido, sino que además fue también médico distinguido, prestando asistencia a los compañeros heridos, asistiendo a la vez a los soldados enemigos heridos.  Y cuando fue necesario abandonar aquella posición, una vez ocupadas todas las armas y emprender una larga marcha, acosados por distintas fuerzas enemigas, fue necesario que alguien permaneciese junto a los heridos, y junto a los heridos permaneció el Che.  Ayudado por un grupo pequeño de nuestros soldados, los atendió, les salvó la vida y se incorporó con ellos ulteriormente a la columna. 

Ya a partir de aquel instante descollaba como un jefe capaz y valiente, de ese tipo de hombres que cuando hay que cumplir una misión difícil no espera que le pidan que lleve a cabo la misión. 

Así hizo cuando el combate de El Uvero, pero así había hecho también en una ocasión no mencionada cuando en los primeros tiempos, merced a una traición, nuestra pequeña tropa fue sorpresivamente atacada por numerosos aviones y cuando nos retirábamos bajo el bombardeo y habíamos caminado ya un trecho nos recordamos de algunos fusiles, de algunos soldados campesinos que habían estado con nosotros en las primeras acciones y habían pedido después permiso para visitar a sus familiares cuando todavía no había en nuestro incipiente ejército mucha disciplina.  Y en aquel momento se consideró la posibilidad de que aquellos fusiles se perdieran. 

Recordamos cómo nada más planteado el problema, y bajo el bombardeo, el Che se ofreció, y ofreciéndose salió rápidamente a recuperar aquellos fusiles. 

Esa era una de sus características esenciales:  la disposición inmediata, instantánea, a ofrecerse para realizar la misión más peligrosa.  Y aquello, naturalmente, suscitaba la admiración, la doble admiración hacia aquel compañero que luchaba junto a nosotros, que no había nacido en esta tierra, que era un hombre de ideas profundas, que era un hombre en cuya mente bullían sueños de lucha en otras partes del continente y, sin embargo, aquel altruismo, aquel desinterés, aquella disposición a hacer siempre lo más difícil, a arriesgar su vida constantemente. 

Fue así como se ganó los grados de Comandante y de jefe de la segunda columna que se organizara en la Sierra Maestra; fue así como comenzó a crecer su prestigio, como comenzó a adquirir su fama de magnífico combatiente que hubo de llevar a los grados más altos en el transcurso de la guerra. 

Che era un insuperable soldado; Che era un insuperable jefe; Che era, desde el punto militar, un hombre extraordinariamente capaz, extraordinariamente valeroso, extraordinariamente agresivo.  Si como guerrillero tenía un talón de Aquiles, ese talón de Aquiles era su excesiva agresividad, era su absoluto desprecio al peligro. 

Los enemigos pretenden sacar conclusiones de su muerte.  ¡Che era un maestro de la guerra, Che era un artista de la lucha guerrillera!  Y lo demostró infinidad de veces pero lo demostró sobre todo en dos extraordinarias proezas, como fue una de ellas la invasión al frente de una columna, perseguida esa columna por miles de soldados por territorio absolutamente llano y desconocido, realizando —junto con Camilo— una formidable hazaña militar.  Pero, además, lo demostró en su fulminante campaña en Las Villas; y lo demostró, sobre todo, en su audaz ataque a la ciudad de Santa Clara, penetrando con una columna de apenas 300 hombres en una ciudad defendida por tanques, artillería y varios miles de soldados de infantería. 

Esas dos hazañas lo consagran como un jefe extraordinariamente capaz, como un maestro, como un artista de la guerra revolucionaria. 

Sin embargo, de su muerte heroica y gloriosa pretenden negar la veracidad o el valor de sus concepciones y sus ideas guerrilleras. 

Podrá morir el artista, sobre todo cuando se es artista de un arte tan peligroso como es la lucha revolucionaria, pero lo que no morirá de ninguna forma es el arte al que consagró su vida y al que consagró su inteligencia. 

¿Qué tiene de extraño que ese artista muera en un combate?  Todavía tiene mucho más de extraordinario el hecho de que en las innumerables ocasiones en que arriesgó esa vida durante nuestra lucha revolucionaria no hubiese muerto en algún combate.  Y muchas fueron las veces en que fue necesario actuar para impedir que en acciones de menor trascendencia perdiera la vida. 

Y así, en un combate, ¡en uno de los tantos combates que libró!, perdió la vida.  No poseemos suficientes elementos de juicio para poder hacer alguna deducción acerca de todas las circunstancias que precedieron ese combate, acerca de hasta qué grado pudo haber actuado de una manera excesivamente agresiva, pero —repetimos— si como guerrillero tenia un talón de Aquiles, ese talón de Aquiles era su excesiva agresividad, su absoluto desprecio por el peligro. 

Es eso en lo que resulta difícil coincidir con él, puesto que nosotros entendemos que su vida, su experiencia, su capacidad de jefe aguerrido, su prestigio y todo lo que él significaba en vida, era mucho más, incomparablemente más, que la evaluación que tal vez él hizo de si mismo. 

Puede haber influido profundamente en su conducta la idea de que los hombres tienen un valor relativo en la historia, la idea de que las causas no son derrotadas cuando los hombres caen y la incontenible marcha de la historia no se detiene ni se detendrá ante la caída de los jefes. 

Y eso es cierto, eso no se puede poner en duda.  Eso demuestra su fe en los hombres, su fe en las ideas, su fe en el ejemplo.  Sin embargo   —como dije hace unos días— habríamos deseado de todo corazón verlo forjador de las victorias, forjando bajo su jefatura, forjando bajo su dirección las victorias, puesto que los hombres de su experiencia, de su calibre, de su capacidad realmente singular, son hombres poco comunes. 

Somos capaces de apreciar todo el valor de su ejemplo y tenemos la más absoluta convicción de que ese ejemplo servirá de emulación y servirá para que del seno de los pueblos surjan hombres parecidos a él. 

No es fácil conjugar en una persona todas las virtudes que se conjugaban en él.  No es fácil que una persona de manera espontánea sea capaz de desarrollar una personalidad como la suya.  Diría que es de esos tipos de hombres difíciles de igualar y prácticamente imposibles de superar.  Pero diremos también que hombres como él son capaces, con su ejemplo, de ayudar a que surjan hombres como él. 

Es que en Che no solo admiramos al guerrero, al hombre capaz de grandes proezas.  Y lo que él hizo, y lo que él estaba haciendo, ese hecho en sí mismo de enfrentarse solo con un puñado de hombres a todo un ejército oligárquico, instruido por los asesores yankis suministrados por el imperialismo yanki, apoyado por las oligarquías de todos los países vecinos, ese hecho en sí mismo constituye una proeza extraordinaria. 

Y si se busca en las páginas de la historia, no se encontrará posiblemente ningún caso en que alguien con un número tan reducido de hombres haya emprendido una tarea de más envergadura, en que alguien con un número tan reducido de hombres haya emprendido la lucha contra fuerzas tan considerables.  Esa prueba de confianza en sí mismo, esa prueba de confianza en los pueblos, esa prueba de fe en la capacidad de los hombres para el combate, podrá buscarse en las páginas de la historia y, sin embargo, no podrá encontrarse nada semejante. 

Y cayó. 

Los enemigos creen haber derrotado sus ideas, haber derrotado su concepción guerrillera, haber derrotado sus puntos de vista sobre la lucha revolucionaria armada.  Y lo que lograron fue, con un golpe de suerte, eliminar su vida física; lo que pudieron fue lograr las ventajas accidentales que en la guerra puede alcanzar un enemigo.  Y ese golpe de suerte, ese golpe de fortuna no sabemos hasta qué grado ayudado por esa característica a que nos referíamos antes de agresividad excesiva, de desprecio absoluto por el peligro, en un combate como tantos combates. 

Como ocurrió también en nuestra Guerra de Independencia.  En un combate en Dos Ríos mataron al Apóstol de nuestra independencia.  En un combate en Punta Brava mataron a Antonio Maceo, veterano de cientos de combates.  En similares combates murieron infinidad de jefes, infinidad de patriotas de nuestra guerra independentista.  Y, sin embargo, eso no fue la derrota de la causa cubana. 

La muerte del Che —como decíamos hace unos días— es un golpe duro, es un golpe tremendo para el movimiento revolucionario, en cuanto le priva sin duda de ninguna clase de su jefe más experimentado y capaz. 

Pero se equivocan los que cantan victoria.  Se equivocan los que creen que su muerte es la derrota de sus ideas, la derrota de sus tácticas, la derrota de sus concepciones guerrilleras, la derrota de sus tesis.  Porque aquel hombre que cayó como hombre mortal, como hombre que se exponía muchas veces a las balas, como militar, como jefe, es mil veces más capaz que aquellos que con un golpe de suerte lo mataron. 

Sin embargo, ¿cómo tienen los revolucionarios que afrontar ese golpe adverso?  ¿Cómo tienen que afrontar esa pérdida?  ¿Cuál sería la opinión del Che si tuviese que emitir un juicio sobre este particular?  Esa opinión la dijo, esa opinión la expresó con toda claridad, cuando escribió en su mensaje a la conferencia de solidaridad de los pueblos de Asia, Africa y América Latina que si en cualquier parte le sorprendía la muerte, bienvenida fuera siempre que ese, su grito de guerra, haya llegado hasta un oído receptivo, y otra mano se extienda para empuñar el arma. 

Y ese, su grito de guerra, llegará no a un oído receptivo, ¡llegará a millones de oídos receptivos!  Y no una mano, sino que ¡millones de manos, inspiradas en su ejemplo, se extenderán para empuñar las armas! 

Nuevos jefes surgirán.  Y los hombres, los oídos receptivos y las manos que se extiendan, necesitarán jefes que surgirán de las filas del pueblo, como han surgido los jefes en todas las revoluciones. 

No contarán esas manos con un jefe ya de la experiencia extraordinaria, de la enorme capacidad del Che.  Esos jefes se formarán en el proceso de la lucha, esos jefes surgirán del seno de los millones de oídos receptivos, de las millones de manos que, más tarde o más temprano, se extenderán para empuñar las armas. 

No es que consideremos que en el orden práctico de la lucha revolucionaria su muerte haya de tener una inmediata repercusión, que en el orden práctico del desarrollo de la lucha su muerte pueda tener una repercusión inmediata.  Pero es que el Che, cuando empuñó de nuevo las armas, no estaba pensando en una victoria inmediata, no estaba pensando en un triunfo rápido frente a las fuerzas de las oligarquías y del imperialismo.  Su mente de combatiente experimentado estaba preparada para una lucha prolongada de 5, de 10, de 15, de 20 años si fuera necesario.  ¡El estaba dispuesto a luchar cinco, diez, quince, veinte años, toda la vida si fuese necesario! 

Y es con esa perspectiva en el tiempo en que su muerte, en que su ejemplo —que es lo que debemos decir—, tendrá una repercusión tremenda, tendrá una fuerza invencible. 

Su capacidad como jefe y su experiencia en vano tratan de negarlas quienes se aferran al golpe de fortuna.  Che era un jefe militar extraordinariamente capaz.  Pero cuando nosotros recordamos al Che, cuando nosotros pensamos en el Che, no estamos pensando fundamentalmente en sus virtudes militares.  ¡No!  La guerra es un medio y no un fin, la guerra es un instrumento de los revolucionarios.  ¡Lo importante es la revolución, lo importante es la causa revolucionaria, las ideas revolucionarias, los objetivos revolucionarios, los sentimientos revolucionarios, las virtudes revolucionarias!  

Y es en ese campo, en el campo de las ideas, en el campo de los sentimientos, en el campo de las virtudes revolucionarias, en el campo de la inteligencia, aparte de sus virtudes militares, donde nosotros sentimos la tremenda pérdida que para el movimiento revolucionario ha significado su muerte. 

Porque Che reunía, en su extraordinaria personalidad, virtudes que rara vez aparecen juntas.  El descolló como hombre de acción insuperable, pero Che no solo era un hombre de acción insuperable:  Che era un hombre de pensamiento profundo, de inteligencia visionaria, un hombre de profunda cultura.  Es decir que reunía en su persona al hombre de ideas y al hombre de acción. 

Pero no es que reuniera esa doble característica de ser hombre de ideas, y de ideas profundas, la de ser hombre de acción, sino que Che reunía como revolucionario las virtudes que pueden definirse como la más cabal expresión de las virtudes de un revolucionario:  hombre íntegro a carta cabal, hombre de honradez suprema, de sinceridad absoluta, hombre de vida estoica y espartana, hombre a quien prácticamente en su conducta no se le puede encontrar una sola mancha.  Constituyó por sus virtudes lo que puede llamarse un verdadero modelo de revolucionario. 

Suele, a la hora de la muerte de los hombres, hacerse discursos, suele destacarse virtudes, pero pocas veces como en esta ocasión se puede decir con más justicia, con más exactitud de un hombre lo que decimos del Che:  ¡Que constituyó un verdadero ejemplo de virtudes revolucionarias! 

Pero además añadía otra cualidad, que no es una cualidad del intelecto, que no es una cualidad de la voluntad, que no es una cualidad derivada de la experiencia, de la lucha, sino una cualidad del corazón, ¡porque era un hombre extraordinariamente humano, extraordinariamente sensible! 

Por eso decimos, cuando pensamos en su vida, cuando pensamos en su conducta, que constituyó el caso singular de un hombre rarísimo en cuanto fue capaz de conjugar en su personalidad no solo las características de hombre de acción, sino también de hombre de pensamiento, de hombre de inmaculadas virtudes revolucionarias y de extraordinaria sensibilidad humana, unidas a un carácter de hierro, a una voluntad de acero, a una tenacidad indomable. 

Y por eso le ha legado a las generaciones futuras no solo su experiencia, sus conocimientos como soldado destacado, sino que a la vez las obras de su inteligencia.  Escribía con la virtuosidad de un clásico de la lengua.  Sus narraciones de la guerra son insuperables.  La profundidad de su pensamiento es impresionante.  Nunca escribió sobre nada absolutamente que no lo hiciese con extraordinaria seriedad, con extraordinaria profundidad; y algunos de sus escritos no dudamos de que pasarán a la posteridad como documentos clásicos del pensamiento revolucionario. 

Y así, como fruto de esa inteligencia vigorosa y profunda, nos dejó infinidad de recuerdos, infinidad de relatos que, sin su trabajo, sin su esfuerzo, habrían podido tal vez olvidarse para siempre. 

Trabajador infatigable, en los años que estuvo al servicio de nuestra patria no conoció un solo día de descanso.  Fueron muchas las responsabilidades que se le asignaron:  como Presidente del Banco Nacional, como director de la Junta de Planificación, como Ministro de Industrias, como Comandante de regiones militares, como jefe de delegaciones de tipo político, o de tipo económico, o de tipo fraternal. 

Su inteligencia multifacética era capaz de emprender con el máximo de seguridad cualquier tarea en cualquier orden, en cualquier sentido.  Y así, representó de manera brillante a nuestra patria en numerosas conferencias internacionales, de la misma manera que dirigió brillantemente a los soldados en el combate, de la misma manera que fue un modelo de trabajador al frente de cualesquiera de las instituciones que se le asignaron, ¡y para él no hubo días de descanso, para él no hubo horas de descanso!  y si mirábamos para las ventanas de sus oficinas, permanecían las luces encendidas hasta altas horas de la noche, estudiando, o mejor dicho, trabajando o estudiando.  Porque era un estudioso de todos los problemas, era un lector infatigable.  Su sed de abarcar conocimientos humanos era prácticamente insaciable, y las horas que le arrebataba al sueño las dedicaba al estudio; y los días reglamentarios de descanso los dedicaba al trabajo voluntario. 

Fue él el inspirador y el máximo impulsor de ese trabajo que hoy es actividad de cientos de miles de personas en todo el país, el impulsor de esa actividad que cada día cobra en las masas de nuestro pueblo mayor fuerza. 

Y como revolucionario, como revolucionario comunista, verdaderamente comunista, tenía una infinita fe en los valores morales, tenía una infinita fe en la conciencia de los hombres.  Y debemos decir que en su concepción vio con absoluta claridad en los resortes morales la palanca fundamental de la construcción del comunismo en la sociedad humana. 

Muchas cosas pensó, desarrolló y escribió.  Y hay algo que debe decirse un día como hoy, y es que los escritos del Che, el pensamiento político y revolucionario del Che tendrán un valor permanente en el proceso revolucionario cubano y en el proceso revolucionario en América Latina.  Y no dudamos que el valor de sus ideas, de sus ideas tanto como hombre de acción, como hombre de pensamiento, como hombre de acrisoladas virtudes morales, como hombre de insuperable sensibilidad humana, como hombre de conducta intachable, tienen y tendrán un valor universal. 

Los imperialistas cantan voces de triunfo ante el hecho del guerrillero muerto en combate; los imperialistas cantan el triunfo frente al golpe de fortuna que los llevó a eliminar tan formidable hombre de acción.  Pero los imperialistas tal vez ignoran o pretenden ignorar que el carácter de hombre de acción era una de las tantas facetas de la personalidad de ese combatiente.  Y que si de dolor se trata, a nosotros nos duele no solo lo que se haya perdido como hombre de acción, nos duele lo que se ha perdido como hombre virtuoso, nos duele lo que se ha perdido como hombre de exquisita sensibilidad humana y nos duele la inteligencia que se ha perdido.  Nos duele pensar que tenía solo 39 años en el momento de su muerte, nos duele pensar cuántos frutos de esa inteligencia y de esa experiencia que se desarrollaba cada vez más hemos perdido la oportunidad de percibir. 

Nosotros tenemos idea de la dimensión de la pérdida para el movimiento revolucionario.  Pero, sin embargo, ahí es donde está el lado débil del enemigo imperialista:  creer que con el hombre físico ha liquidado su pensamiento, creer que con el hombre físico ha liquidado sus ideas, creer que con el hombre físico ha liquidado sus virtudes, creer que con el hombre físico ha liquidado su ejemplo.  Y lo creen de manera tan impúdica que no vacilan en publicar, como la cosa más natural del mundo, las circunstancias casi universalmente ya aceptadas en que lo ultimaron después de haber sido herido gravemente en combate.  No han reparado siquiera en la repugnancia del procedimiento, no han reparado siquiera en la impudicia del reconocimiento.  Y han divulgado como derecho de los esbirros, han divulgado como derecho de los oligarcas y de los mercenarios, el disparar contra un combatiente revolucionario gravemente herido.

Y lo peor es que explican además por qué lo hicieron, alegando que habría sido tremendo el proceso en que hubiesen tenido que juzgar al Che, alegando que habría sido imposible sentar en el banquillo de un tribunal a semejante revolucionario. 

Y no solo eso, sino que además no han vacilado en hacer desaparecer sus restos.  Y sea verdad o sea mentira, es el hecho que anuncian haber incinerado su cadáver, con lo cual empiezan a demostrar su miedo, con lo cual empiezan a demostrar que no están tan convencidos de que liquidando la vida física del combatiente liquidan sus ideas y liquidan su ejemplo. 

Che no cayó defendiendo otro interés, defendiendo otra causa que la causa de los explotados y los oprimidos en este continente; Che no cayó defendiendo otra causa que la causa de los pobres y de los humildes de esta Tierra.  Y la forma ejemplar y el desinterés con que defendió esa causa no osan siquiera discutirlo sus más encarnizados enemigos. 

y ante la historia, los hombres que actúan como él, los hombres que lo hacen todo y lo dan todo por la causa de los humildes, cada día que pasa se agigantan, cada da que pasa se adentran más profundamente en el corazón de los pueblos. 

Y esto ya lo empiezan a percibir los enemigos imperialistas, y no tardarán en comprobar que su muerte será a la larga como una semilla de donde surgirán muchos hombres decididos a emularlo, muchos hombres decididos a seguir su ejemplo. 

Y nosotros estamos absolutamente convencidos de que la causa revolucionaria en este continente se repondrá del golpe, que la causa revolucionaria en este continente no será derrotada por ese golpe. 

Desde el punto de vista revolucionario, desde el punto de vista de nuestro pueblo, ¿cómo debemos mirar nosotros el ejemplo del Che?  ¿Acaso pensamos que lo hemos perdido?  Cierto es que no volveremos a ver nuevos escritos, cierto es que no volveremos a escuchar de nuevo su voz.  Pero el Che le ha dejado al mundo un patrimonio, un gran patrimonio, y de ese patrimonio nosotros —que lo conocimos tan de cerca— podemos ser en grado considerable herederos suyos. 

Nos dejó su pensamiento revolucionario, nos dejó sus virtudes revolucionarias, nos dejó su carácter, su voluntad, su tenacidad, su espíritu de trabajo.  En una palabra, ¡nos dejó su ejemplo!  ¡Y el ejemplo del Che debe ser un modelo para nuestro pueblo, el ejemplo del Che debe ser el modelo ideal para nuestro pueblo! 

Si queremos expresar cómo aspiramos que sean nuestros combatientes revolucionarios, nuestros militantes, nuestros hombres, debemos decir sin vacilación de ninguna índole:  ¡Que sean como el Che!  Si queremos expresar cómo queremos que sean los hombres de las futuras generaciones, debemos decir:  ¡Que sean como el Che!  Si queremos decir cómo deseamos que se eduquen nuestros niños, debemos decir sin vacilación:  ¡Queremos que se eduquen en el espíritu del Che!  Si queremos un modelo de hombre, un modelo de hombre que no pertenece a este tiempo, un modelo de hombre que pertenece al futuro, ¡de corazón digo que ese modelo sin una sola mancha en su conducta, sin una sola mancha en su actitud, sin una sola mancha en su actuación, ese modelo es el Che!  Si queremos expresar cómo deseamos que sean nuestros hijos, debemos decir con todo el corazón de vehementes revolucionarios:  ¡Queremos que sean como el Che! 

Che se ha convertido en un modelo de hombre no solo para nuestro pueblo, sino para cualquier pueblo de América Latina.  Che llevó a su más alta expresión el estoicismo revolucionario, el espíritu de sacrificio revolucionario, la combatividad del revolucionario, el espíritu de trabajo del revolucionario, y Che llevó las ideas del marxismo-leninismo a su expresión más fresca, más pura, más revolucionaria. 

¡Ningún hombre como él en estos tiempos ha llevado a su nivel más alto el espíritu internacionalista proletario! 

Y cuando se hable de internacionalista proletario, y cuando se busque un ejemplo de internacionalista proletario, ¡ese ejemplo, por encima de cualquier otro ejemplo, es el ejemplo del Che!  En su mente y en su corazón habían desaparecido las banderas, los prejuicios, los chovinismos, los egoísmos, ¡y su sangre generosa estaba dispuesto a verterla por la suerte de cualquier pueblo, por la causa de cualquier pueblo, y dispuesto a verterla espontáneamente, y dispuesto a verterla instantáneamente! 

Y así, sangre suya fue vertida en esta tierra cuando lo hirieron en diversos combates; sangre suya por la redención de los explotados y los oprimidos, de los humildes y los pobres, se derramó en Bolivia.  ¡Esa sangre se derramó por todos los explotados, por todos los oprimidos; esa sangre se derramó por todos los pueblos de América y se derramó por Viet Nam, porque él allá, combatiendo contra las oligarquías, combatiendo contra el imperialismo, sabía que brindaba a Viet Nam la más alta expresión de su solidaridad!

Es por eso, compañeros y compañeras de la Revolución, que nosotros debemos mirar con firmeza el porvenir y con decisión; es por eso que debemos mirar con optimismo el porvenir.  ¡Y buscaremos siempre en el ejemplo del Che la inspiración, la inspiración en la lucha, la inspiración en la tenacidad, la inspiración en la intransigencia frente al enemigo y la inspiración en el sentimiento internacionalista!

Es por eso que nosotros, en la noche de hoy, después de este impresionante acto, después de esta increíble —por su magnitud, por su disciplina y por su devoción— muestra multitudinaria de reconocimiento, que demuestra cómo este es un pueblo sensible, que demuestra cómo este es un pueblo agradecido, que demuestra cómo este pueblo sabe honrar la memoria de los valientes que caen en el combate, que demuestra cómo este pueblo sabe reconocer a los que le sirven, que demuestra cómo este pueblo se solidariza con la lucha revolucionaria, cómo este pueblo levanta y mantendrá siempre en alto y cada vez más en alto las banderas revolucionarias y los principios revolucionarios; hoy, en estos instantes de recuerdo, elevemos nuestro pensamiento y, con optimismo en el futuro, con optimismo absoluto en la victoria definitiva de los pueblos, le digamos al Che, y con él a los héroes que combatieron y cayeron junto a él:  ¡Hasta la victoria siempre! 

¡Patria o Muerte! 

¡Venceremos!

(OVACION) 

Tomado de google .-


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De: Ruben1919 Envoyé: 04/01/2011 13:15

Camilo Torres: Los revolucionarios tenemos que dar hasta la vida

Posted by Fidel Ernesto Vásquez I, en 15 febrero 2010

 

El 15 de febrero de 1966, murió en combate en Patiocemento, Santander. Sus restos mortales fueron sepultados en algún lugar clandestino, desconocido hasta el momento.

“No depondré las armas mientras el poder no esté totalmente en las manos del pueblo”.

Camilo Torres

“Donde cayó Camilo nació una cruz, pero no de madera sino de luz. Lo mataron cuando iba por su fusil, Camilo Torres muere para vivir”

Cruz de luz – Víctor Jara

“Sabemos que el hambre es mortal” decía el cura Camilo Torres. Y si lo sabemos, decía, ¿tiene sentido perder el tiempo discutiendo si es inmortal el alma? Camilo creía en el cristianismo como práctica del amor al prójimo y quería que ese amor fuera eficaz. Tenía la obsesión del amor eficaz. Esa obsesión lo alzó en armas y por ella ha caído, en un desconocido rincón de Colombia, peleando en las guerrillas.”

Eduardo Galeano

Edgar Camilo Rueda Navarro.

 

Jorge Camilo Torres Restrepo nació en Bogotá el 3 de febrero de 1929. Sus padres fueron Calixto Torres Umaña, prestigioso médico, e Isabel Restrepo Gaviria. De familia acomodada, burguesa y liberal.

Vivió junto con su familia en Europa, entre 1931 y 1934. En 1937, el matrimonio se disolvió, y Camilo pasó a vivir con su madre y su hermano Fernando.

Se graduó como bachiller en el Liceo Cervantes en 1946. Luego de estudiar un semestre de derecho en la Universidad Nacional de Colombia, ingresó al Seminario Conciliar de Bogotá, donde permaneció siete años, tiempo durante el cual Camilo se comenzó a interesar por la realidad social, creando un círculo de estudios sociales, junto con su compañero Gustavo Pérez. Como cristiano, se sintió atraído por el tema de la pobreza y la justicia social.

Camilo se ordenó como sacerdote en 1954, y luego viajó a Bélgica a estudiar sociología en la Universidad de Lovaina. Durante su estadía en Europa, hizo contacto con la Democracia Cristiana , el movimiento sindical cristiano, y con los grupos de resistencia argelina en París, factores que lo llevaron a acercarse a la causa de los oprimidos. Fundó con un grupo de estudiantes colombianos de la universidad el ECISE (Equipo colombiano de investigación socioeconómica)

En 1958 se graduó como sociólogo con el trabajo “Una aproximación estadística a la realidad socioeconómica de Bogotá” (publicado en 1987 como “La proletarización de Bogotá”), que fue uno de los pioneros en sociología urbana del país. En 1959 regresó a Bogotá y fue nombrado capellán de la Universidad Nacional. Allí, junto con Orlando Fals Borda, fundó la Facultad de Sociología en 1960, a la que estuvo vinculado como profesor.

Sus investigaciones sociológicas iniciadas con su tesis de grado lo llevaron a familiarizarse con las estructuras sociales tanto urbanos como rurales. Fundó el Movimiento Universitario de Promoción Comunal (MUNIPROC), y desarrolló trabajos de investigación y de acción social en barrios populares y obreros de Bogotá, como el barrio Tunjuelito. Como capellán, introdujo en Colombia muchas de las reformas del II Concilio Vaticano, como dar la misa de frente y no de espaldas, y decirla en español y no en latín. Pregonó que el problema no era rezar más sino amar más.

En 1961 empezó a tener problemas con el cardenal Concha Córdoba, quien no veía con buenos ojos las labores de Camilo. La situación fue tornándose espinosa, hasta que el prelado lo destituyó de su cargo de capellán, de los trabajos académicos y de las funciones administrativas que tenía en la Universidad Nacional.

Colaboró con la investigación dirigida por Germán Guzmán, publicada como “La violencia en Colombia” (1962, segundo tomo 1964). En 1963 presentó el ensayo “La violencia y los cambios socioculturales en las áreas rurales colombianas”, en el primer Congreso Nacional de Sociología. Hizo parte del Instituto Colombiano para la Reforma Agraria (INCORA) y la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP).

Presionado por el alto clero, en 1965 renunció al sacerdocio.

Ese año, planteó una plataforma para un movimiento de unidad popular, gestando así a la fuerza política “Frente Unido del pueblo”.

Desarrolló numerosas manifestaciones y actos públicos, y publicó el semanario “Frente Unido”. Igualmente hizo contacto con el Ejército de Liberación Nacional, conformado en 1964, con el que acordó la continuación de la agitación política en las ciudades, y su posterior ingreso a la organización cuando se considerase necesario.

El segundo semestre de 1965 Camilo trabaja en el impulso al Frente Unido y en la publicación del semanario del movimiento (el “Frente Unido”). Camilo llenó las plazas públicas y tuvo un vertiginoso ascenso político. Ratificó el abstencionismo como posición revolucionaria.
Luego del hostigamiento y la persecución estatal, se vinculó en noviembre al ELN, y lanzó la “Proclama a los colombianos”. En su primer combate, el 15 de febrero de 1966, murió en combate en Patiocemento, Santander. Sus restos mortales fueron sepultados en algún lugar clandestino, desconocido hasta el momento.

Pensamiento político

Camilo formó parte de una iglesia contestataria internacional que se desarrolla en la década de 1960, convirtiéndose en una de sus figuras principales. El cristianismo bien entendido suponía, para Camilo, la creación de una sociedad justa e igualitaria. Esto lo tradujo como la obligación de hacer una profunda revolución, que despojara del poder a los ricos y explotadores (la oligarquía), para darle paso a una sociedad socialista.
Los principales planteamientos de Camilo Torres pueden sintetizarse en las siguientes ideas en torno a la situación nacional: para transformar el país y lograr el bienestar de la clase popular es necesario liberar al país del imperialismo norteamericano y de la oligarquía que sirve a sus intereses; es necesaria la fusión, la movilización y la vinculación de los sectores pobres de la población a la lucha por la construcción de un nuevo Estado. Por esto, debe generarse la unidad del movimiento revolucionario y opositor, aglutinando a las masas oprimidas del país; debe tenerse la convicción de llevar la lucha hasta el final afrontando todas las consecuencias; y por último, los cristianos no solamente tienen la posibilidad de participar en la revolución, sino que tienen la obligación de hacerlo (“el deber de todo cristiano es ser revolucionario, y el deber de todo revolucionario es hacer la revolución”).

Otro elemento fundamental en el pensamiento de Camilo lo constituyó su esfuerzo por conciliar el cristianismo con el marxismo, impulsando un nuevo tipo de sociedad de carácter socialista y cristiano, basado en la justa distribución de la riqueza. “Los marxistas luchan por la nueva sociedad, y nosotros, los cristianos, deberíamos estar luchando a su lado”.

Todo este proceso debe ser desarrollado, como lo plantea Camilo, a partir de la acción popular, combinando la actividad política con la militar, y llevando a cabo labores políticas y organizativas a partir de las bases, es decir, en estrecha relación con el pueblo.
La formación del pensamiento político de Camilo estuvo marcada por varias etapas. En primer lugar, tuvo una formación cristiana católica, pero siempre estando vinculado a la realidad social, y a la situación de pobreza de la población colombiana. Posteriormente viajó a Europa donde se formó como sociólogo, pero también donde hizo contacto con el mundo socialista y el movimiento obrero.

A su regreso a Colombia, Camilo se planteó complementar sus esfuerzos por el bienestar de los pobres con la actividad científica e investigativa, a partir de sus conocimientos de sociología. En este sentido, desarrolló proyectos de acción social y comunitaria, en los que puso el saber sociológico al servicio de los sectores pobres.

Pero sus labores fueron truncadas y entorpecidas por la burocracia gubernamental y el régimen político, factor por el cual Camilo pasó a participar en el campo político, oponiéndose al sistema del Frente Nacional (1958-1974) en el que los partidos tradicionales, el liberal y el conservador, se repartirían el poder milimétricamente, excluyendo a los demás sectores políticos. En esta perspectiva, Camilo gestó e impulsó el “Frente Unido del pueblo”, en el que buscaba aglutinar a todas las fuerzas políticas revolucionarias y de oposición en torno a la “Plataforma del Frente Unido”, que constaba de diez puntos, los cuales hacían referencia a: reforma agraria, reforma urbana, planificación, política tributaria, política monetaria, nacionalizaciones, relaciones internacionales, salud, familia y fuerzas armadas.

La incapacidad de lograr cambios auténticos y profundos por medios pacíficos y legales, llevó a Camilo a plantearse la necesidad de la lucha armada como medio para el establecimiento de un nuevo estado y una nueva sociedad, de carácter socialista. Por ello se vinculó al ELN, donde esperaba alcanzar la realización de la revolución en Colombia, hasta que cayó muerto en su primer combate.*

Su ejemplo inspiró a movimientos de sectores cristianos como el grupo “Golconda”, o el caso chileno de “Sacerdotes para el socialismo”, impulsor del ascenso de Salvador Allende, y a personalidades como el padre Ernesto Cardenal, participante de la rebelión sandinista en Nicaragua, y en general, a las comunidades eclesiales de base, que conformaron una nueva iglesia latinoamericana comprometida con el cambio revolucionario, originándose la corriente conocida como la “teología de la liberación”.

Igualmente, el ejemplo de Camilo fue retomado por sacerdotes comprometidos que se vincularon a la lucha armada, como los casos de los españoles Domingo Laín y Manuel Pérez, que morirían combatiendo con el ELN. (Pérez llegó a ser comandante político de la organización, hasta que murió por una enfermedad en 1998).

Hoy en día, su ejemplo se mantiene en la lucha revolucionaria que mantiene el Ejército de Liberación Nacional desde hace 44 años, y su pensamiento perdura en estudiantes, obreros y campesinos de toda Colombia y América Latina.

Las circunstancias de su muerte.

En una entrevista conducida por Marta Harnecker y publicada con el titulo Unidad que multiplica (Quito, Editorial La Quimera , 1988), Rafael Ortíz, miembro del Comando Central de la Unión Camilista Ejército de Liberación Nacional (UCELN), explica las circunstancias de la muerte de Camilo Torres:

“Al vincularse a la lucha armada, él se compenetra de inmediato con la vida guerrillera. … En esas circunstancias, cuando se planifica una emboscada, él sostiene que tiene que participar argumentando que si hay normas, él no puede quedar al margen de ellas. … Camilo convence a Fabio y a Medina y éstos resuelven que vaya, pero lo ubican en el sitio más seguro, es decir, en la punta de la emboscada… Los compañeros, pensando que ya se había eliminado a la tropa que había entrado en la emboscada, dieron la voz de recuperación, pero cuando Camilo va a recuperar un arma es tiroteado por uno de los militares que había caído herido. La emboscada fue un poco larga y cuando se dan cuenta que Camilo ha caído se lanzan a sacarlo pero ya es demasiado tarde…. En esa acción caen cinco compañeros tratando de auxiliar a Camilo.”

Hoy 15 de Febrero se cumplen 44 años de la caída en combate de nuestro Comandante en Jefe Camilo Torres Restrepo.

Igualmente, el 14 de Febrero recordamos con inmenso dolor y fuerza, la desaparición física, doce años atrás, del sacerdote camilista y entrañable Comandante en Jefe del ELN de Colombia, Manuel Pérez Martínez. Es inevitable que en estas históricas fechas nos atropellen los recuerdos y la memoria nos evoque con más fuerza que nunca las emblemáticas figuras de Camilo y Manuel, entrañables combatientes y dirigentes irremplazables de la revolución colombiana y latinoamericana.
Con el más profundo respeto por sus obras, nos dirigimos desde este artículo a presentar una breve mirada de sus vidas, no sólo para explicarlas desde el compromiso de liberación o muerte que ambos desarrollaron con la razón y el corazón; sino para tratar de explicar las coordenadas históricas del pasado, con la comprensión del proceso revolucionario actual que se desarrolla en Colombia y en nuestra América.
A los elenos nos viene una cercana herencia con el camilismo y la teoría y acción de nuestro Manuel. Para rescatar la totalidad del significado que para nosotros representa la dimensión humanista, cristiana, científica, ética, política y social de Camilo y Manuel, es preciso estudiarlos y entenderlos como un todo dentro del contexto histórico en que actuaron.
La coherencia de sus vidas se iluminan y sostienen mutuamente. Camilo como símbolo y líder que abrió el camino teológico y revolucionario para una nueva generación de luchadores latinoamericanos, a pesar de su prematura muerte, y Manuel como jefe indiscutible de un período político, a consideración propia, el más rico y profundo en toda la historia del ELN. Camilo y Manuel fueron testigos de su tiempo, dirigentes nacionales y universales, de esos que superan los impactos del coyunturalismo y se erigen en visionarios de la historia y del futuro.
Ellos en su peregrinación revolucionaria nos llenaron de fuerza y razones para entender el camino revolucionario y hacerlo posible. Ambos aprendieron de la realidad, idearon y construyeron proyectos, acertaron en muchos y se equivocaron en otros, lucharon con tenacidad impresionante contra los eternos poseedores de la verdad, supieron analizar situaciones con gran lucidez, resistieron a numerosos ataques desde todos los flancos, desde la derecha recalcitrante, hasta la izquierda perfumada que nunca comprendió el camino armado que les tocó emprender para defender su propuesta política y teológica, lograron muchos de sus objetivos, evolucionaron con el tiempo en sus pensamientos y en muchas ocasiones se adelantaron a él, por la claridad y lo acertado de sus mensajes. En su obra, tanto en Camilo como en Manuel encontramos una continua interacción entre reflexión y compromiso histórico, entre teoría y práctica.
El camilismo es un pensamiento que no solo se refiere a la práctica sino que es elaborado por alguien inserto en ella. Los mensajes camilistas iluminan una práctica política que sabe penetrar la conciencia social de los sectores a los que va dirigidos.

En estos tiempos de revolución bien vale la pena releerlos para entender su enorme vigencia y la combinación dialéctica de la historia con la realidad concreta del momento político de aquellos años 65. Aún hoy hay muchas interpretaciones y discusiones sobre lo que representa el pensamiento camilista, esto mismo revela su significado histórico y su importancia política. Lo que nada ni nadie pueden negar es su clara postura humanista, unitaria, visionaria, su profunda fe, devoción por los pobres, su condena al imperialismo, su dimensión teológica que se hace cercana y constante como ejemplo en la construcción de la Iglesia de los pobres, desafiando y cuestionando las altas jerarquías, a fin de contribuir desde el evangelio liberador con el testimonio revolucionario. Las primeras vertientes liberadoras desde la teología de la liberación fueron sembradas en Colombia y en nuestra América por Camilo Torres Restrepo, y con ellas ya jamás la Iglesia y el evangelio de Jesús podrán ser reducidas a la arrogancia, al poder y al desprecio de las jerarquías eclesiales. Camilo se adelantó a su época y con sus proféticas demandas de justicia social sembró para siempre un mensaje bíblico que se hace vivo hoy en la presencia de las comunidades eclesiales en apoyo y defensa de la Revolución Bolivariana en Venezuela, con la participación masiva de la Iglesia Brasilera a través de la pastoral social y la pastoral de tierras en apoyo al MST y a algunas medidas de carácter popular emprendidas por el gobierno de Lula. El evangelio de Jesús Liberador está activo en la resistencia indígena en Chiapas (México), en el levantamiento soberano del pueblo Boliviano, en las prédicas sociales de un sector de la Iglesia colombiana que se expresa con mayor fuerza en las diócesis de Barranca y Quibdo.
Camilo expresa la necesidad y la posibilidad histórica del ‘diálogo y la colaboración entre marxistas y cristianos’, pensamiento que en su desarrollo práctico crearía situaciones nuevas en el terreno de la Iglesia y el cristianismo en los ámbitos nacional y mundial.
Su compromiso político realza una obligada síntesis entre el investigador, el científico, el sacerdote, el revolucionario, no como una dicotomía, sino como el resultado de una visión múltiple y plural de la sociedad colombiana y de su dimensión profundamente humana y social.
Podríamos afirmar que después de Camilo, el mensaje liberador ha sido imposible domesticarlo a pesar de los esfuerzos y las mentiras de los poderosos burócratas de la Iglesia.
Su vinculación al Ejercito de Liberación Nacional ( ELN )

Estaba decidido. Asumió el compromiso revolucionario en las filas de las guerrillas del ELN y con su participación directa no sólo daba el primer paso a la larga incorporación de sacerdotes a la lucha armada, específicamente dentro del ELN.
Para muchos analistas la vinculación de Camilo al ELN obedeció a unas particularidades históricas concretas sin comparación en otros tiempos; para otros era el camino inexorable de la intelectualidad revolucionaria en América Latina en aquellos días de efervescencia y calor insurreccional; para muchos, particularmente de vertientes ajenas a la lucha armada, aquella decisión era el producto de la concepción foquista del ELN que alejaba a los dirigentes de masas de todo tipo de acción legal, para, a decir de ellos, rendirles culto al mesianismo y al guerrillerismo foquista. Para no pocos, Camilo se vinculó a la lucha armada por hechos casuísticos como las caídas de cartas y caletas que lo comprometían ante los militares de manera directa con el ELN.

Para nosotros, las viejas y nuevas generaciones elenas, esta polémica es clara y cerrada con contundencia por la historia:
Camilo se hizo guerrillero como sociólogo, porque como científico comprendió que no bastaba diagnosticar sobre los males que aquejan a las sociedades capitalistas en sus siempre presentes síntomas de insalubridad, hambre, miserias, injusticias, exclusión; sino que era necesario soluciones radicales y violentas que extirparan de raíz y para siempre todas estas ausencias juntas. Camilo concluyó que sin un cambio profundo de estructuras de Estado, resultaría imposible la verdadera justicia social.

Como sacerdote y cristiano, Camilo se hizo guerrillero por serle fiel a sus convicciones y creencias en cuanto a que ‘el deber de todo cristiano es hacer la revolución’. Se comprometió hasta las últimas consecuencias, renunciando a las posibilidades sociales y económicas que su extracción de clase le permitía. Fue seguidor de Cristo y precursor de cientos de hombres y mujeres que al igual que él y en unión del evangelio se alzaron en armas contra los tiranos en la patria americana.

Como colombiano porque en su dimensión humana, de pueblo, de patria, y por sus conocimientos de la historia nacional, ve atónito cómo la alternancia en el poder de las nuevas y viejas momias oligárquicas, se suceden en cadena como en los tronos imperiales o en las llamadas monarquías constitucionales, y todo en nombre de la democracia, de la libertad, de la justicia, de la constitución y de la ley. ¡¿Cómo violentar este ciclo monótono, infame e injusto?!

Como hombre patriótico, puro, generoso, acepta el reto de toparse con la realidad concreta en su recorrido por los libros, la geografía nacional y el calor de las pobrecías. Se decide por el mundo desconocido pero enaltecedor de una guerrilla a la cual no era ajeno ni en sus convicciones ni en sus amores, ni en sus búsquedas. Los mejores dan su testimonio de cara a ese pedazo infinito de tierra, mares y soles que llamamos Colombia.
Como dirigente de masas, porque en sus afanes recorrió todos los espacios posibles rescatando los valores óptimos del pueblo; sudó con él, peleó con él, y se alzó y se unió a aquellas masas llenas de desamparo y de hambre física e intelectual. Luchó de cara al país, como suele decirse hoy, contra las oligarquías, los altos mandos militares, las jerarquías eclesiales, los partidos petrificados que ya sabemos, y esa izquierda caótica y criticista que encerrada en sus propios altares, hacía apología a sus propias desdichas. Cerrados J todos los caminos para la acción de masas, ¿cuál era el camino para un hombre como Camilo?, ¿El exilio?, Descartado para alguien de su temple. ¿La renuncia? No, porque éste es el camino de los cobardes, de los timoratos, de los amigos de las corbatas y las buenas chequeras; jamás será considerada siquiera como una opción para la gente digna, y dignidad le sobraba a Camilo.

Su ejemplo era sólo la lógica de su obra y la prolongación de su vida, asumiéndola y entendiéndola de manera integral, sin dicotomías ni falsos dilemas, y sin pretender separar de manera absurda al hombre, al científico, al colombiano, al dirigente popular, y menos separarlo de los momentos históricos en los que actuó y desarrolló su compromiso político, revolucionario y militante. Su desenlace ni fue dramático, ni fue el final. Es el camino elegido para quienes deciden luchar con la pluma, con el verbo, y con el valor de su ejemplo.


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De: Ruben1919 Envoyé: 04/01/2011 13:20

Camilo Torres: Los revolucionarios tenemos que dar hasta la vida

Posted by Fidel Ernesto Vásquez I, en 15 febrero 2010

 

El 15 de febrero de 1966, murió en combate en Patiocemento, Santander. Sus restos mortales fueron sepultados en algún lugar clandestino, desconocido hasta el momento.

“No depondré las armas mientras el poder no esté totalmente en las manos del pueblo”.

Camilo Torres

“Donde cayó Camilo nació una cruz, pero no de madera sino de luz. Lo mataron cuando iba por su fusil, Camilo Torres muere para vivir”

Cruz de luz – Víctor Jara

“Sabemos que el hambre es mortal” decía el cura Camilo Torres. Y si lo sabemos, decía, ¿tiene sentido perder el tiempo discutiendo si es inmortal el alma? Camilo creía en el cristianismo como práctica del amor al prójimo y quería que ese amor fuera eficaz. Tenía la obsesión del amor eficaz. Esa obsesión lo alzó en armas y por ella ha caído, en un desconocido rincón de Colombia, peleando en las guerrillas.”

Eduardo Galeano

Edgar Camilo Rueda Navarro.

 

Jorge Camilo Torres Restrepo nació en Bogotá el 3 de febrero de 1929. Sus padres fueron Calixto Torres Umaña, prestigioso médico, e Isabel Restrepo Gaviria. De familia acomodada, burguesa y liberal.

Vivió junto con su familia en Europa, entre 1931 y 1934. En 1937, el matrimonio se disolvió, y Camilo pasó a vivir con su madre y su hermano Fernando.

Se graduó como bachiller en el Liceo Cervantes en 1946. Luego de estudiar un semestre de derecho en la Universidad Nacional de Colombia, ingresó al Seminario Conciliar de Bogotá, donde permaneció siete años, tiempo durante el cual Camilo se comenzó a interesar por la realidad social, creando un círculo de estudios sociales, junto con su compañero Gustavo Pérez. Como cristiano, se sintió atraído por el tema de la pobreza y la justicia social.

Camilo se ordenó como sacerdote en 1954, y luego viajó a Bélgica a estudiar sociología en la Universidad de Lovaina. Durante su estadía en Europa, hizo contacto con la Democracia Cristiana , el movimiento sindical cristiano, y con los grupos de resistencia argelina en París, factores que lo llevaron a acercarse a la causa de los oprimidos. Fundó con un grupo de estudiantes colombianos de la universidad el ECISE (Equipo colombiano de investigación socioeconómica)

En 1958 se graduó como sociólogo con el trabajo “Una aproximación estadística a la realidad socioeconómica de Bogotá” (publicado en 1987 como “La proletarización de Bogotá”), que fue uno de los pioneros en sociología urbana del país. En 1959 regresó a Bogotá y fue nombrado capellán de la Universidad Nacional. Allí, junto con Orlando Fals Borda, fundó la Facultad de Sociología en 1960, a la que estuvo vinculado como profesor.

Sus investigaciones sociológicas iniciadas con su tesis de grado lo llevaron a familiarizarse con las estructuras sociales tanto urbanos como rurales. Fundó el Movimiento Universitario de Promoción Comunal (MUNIPROC), y desarrolló trabajos de investigación y de acción social en barrios populares y obreros de Bogotá, como el barrio Tunjuelito. Como capellán, introdujo en Colombia muchas de las reformas del II Concilio Vaticano, como dar la misa de frente y no de espaldas, y decirla en español y no en latín. Pregonó que el problema no era rezar más sino amar más.

En 1961 empezó a tener problemas con el cardenal Concha Córdoba, quien no veía con buenos ojos las labores de Camilo. La situación fue tornándose espinosa, hasta que el prelado lo destituyó de su cargo de capellán, de los trabajos académicos y de las funciones administrativas que tenía en la Universidad Nacional.

Colaboró con la investigación dirigida por Germán Guzmán, publicada como “La violencia en Colombia” (1962, segundo tomo 1964). En 1963 presentó el ensayo “La violencia y los cambios socioculturales en las áreas rurales colombianas”, en el primer Congreso Nacional de Sociología. Hizo parte del Instituto Colombiano para la Reforma Agraria (INCORA) y la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP).

Presionado por el alto clero, en 1965 renunció al sacerdocio.

Ese año, planteó una plataforma para un movimiento de unidad popular, gestando así a la fuerza política “Frente Unido del pueblo”.

Desarrolló numerosas manifestaciones y actos públicos, y publicó el semanario “Frente Unido”. Igualmente hizo contacto con el Ejército de Liberación Nacional, conformado en 1964, con el que acordó la continuación de la agitación política en las ciudades, y su posterior ingreso a la organización cuando se considerase necesario.

El segundo semestre de 1965 Camilo trabaja en el impulso al Frente Unido y en la publicación del semanario del movimiento (el “Frente Unido”). Camilo llenó las plazas públicas y tuvo un vertiginoso ascenso político. Ratificó el abstencionismo como posición revolucionaria.
Luego del hostigamiento y la persecución estatal, se vinculó en noviembre al ELN, y lanzó la “Proclama a los colombianos”. En su primer combate, el 15 de febrero de 1966, murió en combate en Patiocemento, Santander. Sus restos mortales fueron sepultados en algún lugar clandestino, desconocido hasta el momento.

Pensamiento político

Camilo formó parte de una iglesia contestataria internacional que se desarrolla en la década de 1960, convirtiéndose en una de sus figuras principales. El cristianismo bien entendido suponía, para Camilo, la creación de una sociedad justa e igualitaria. Esto lo tradujo como la obligación de hacer una profunda revolución, que despojara del poder a los ricos y explotadores (la oligarquía), para darle paso a una sociedad socialista.
Los principales planteamientos de Camilo Torres pueden sintetizarse en las siguientes ideas en torno a la situación nacional: para transformar el país y lograr el bienestar de la clase popular es necesario liberar al país del imperialismo norteamericano y de la oligarquía que sirve a sus intereses; es necesaria la fusión, la movilización y la vinculación de los sectores pobres de la población a la lucha por la construcción de un nuevo Estado. Por esto, debe generarse la unidad del movimiento revolucionario y opositor, aglutinando a las masas oprimidas del país; debe tenerse la convicción de llevar la lucha hasta el final afrontando todas las consecuencias; y por último, los cristianos no solamente tienen la posibilidad de participar en la revolución, sino que tienen la obligación de hacerlo (“el deber de todo cristiano es ser revolucionario, y el deber de todo revolucionario es hacer la revolución”).

Otro elemento fundamental en el pensamiento de Camilo lo constituyó su esfuerzo por conciliar el cristianismo con el marxismo, impulsando un nuevo tipo de sociedad de carácter socialista y cristiano, basado en la justa distribución de la riqueza. “Los marxistas luchan por la nueva sociedad, y nosotros, los cristianos, deberíamos estar luchando a su lado”.

Todo este proceso debe ser desarrollado, como lo plantea Camilo, a partir de la acción popular, combinando la actividad política con la militar, y llevando a cabo labores políticas y organizativas a partir de las bases, es decir, en estrecha relación con el pueblo.
La formación del pensamiento político de Camilo estuvo marcada por varias etapas. En primer lugar, tuvo una formación cristiana católica, pero siempre estando vinculado a la realidad social, y a la situación de pobreza de la población colombiana. Posteriormente viajó a Europa donde se formó como sociólogo, pero también donde hizo contacto con el mundo socialista y el movimiento obrero.

A su regreso a Colombia, Camilo se planteó complementar sus esfuerzos por el bienestar de los pobres con la actividad científica e investigativa, a partir de sus conocimientos de sociología. En este sentido, desarrolló proyectos de acción social y comunitaria, en los que puso el saber sociológico al servicio de los sectores pobres.

Pero sus labores fueron truncadas y entorpecidas por la burocracia gubernamental y el régimen político, factor por el cual Camilo pasó a participar en el campo político, oponiéndose al sistema del Frente Nacional (1958-1974) en el que los partidos tradicionales, el liberal y el conservador, se repartirían el poder milimétricamente, excluyendo a los demás sectores políticos. En esta perspectiva, Camilo gestó e impulsó el “Frente Unido del pueblo”, en el que buscaba aglutinar a todas las fuerzas políticas revolucionarias y de oposición en torno a la “Plataforma del Frente Unido”, que constaba de diez puntos, los cuales hacían referencia a: reforma agraria, reforma urbana, planificación, política tributaria, política monetaria, nacionalizaciones, relaciones internacionales, salud, familia y fuerzas armadas.

La incapacidad de lograr cambios auténticos y profundos por medios pacíficos y legales, llevó a Camilo a plantearse la necesidad de la lucha armada como medio para el establecimiento de un nuevo estado y una nueva sociedad, de carácter socialista. Por ello se vinculó al ELN, donde esperaba alcanzar la realización de la revolución en Colombia, hasta que cayó muerto en su primer combate.*

Su ejemplo inspiró a movimientos de sectores cristianos como el grupo “Golconda”, o el caso chileno de “Sacerdotes para el socialismo”, impulsor del ascenso de Salvador Allende, y a personalidades como el padre Ernesto Cardenal, participante de la rebelión sandinista en Nicaragua, y en general, a las comunidades eclesiales de base, que conformaron una nueva iglesia latinoamericana comprometida con el cambio revolucionario, originándose la corriente conocida como la “teología de la liberación”.

Igualmente, el ejemplo de Camilo fue retomado por sacerdotes comprometidos que se vincularon a la lucha armada, como los casos de los españoles Domingo Laín y Manuel Pérez, que morirían combatiendo con el ELN. (Pérez llegó a ser comandante político de la organización, hasta que murió por una enfermedad en 1998).

Hoy en día, su ejemplo se mantiene en la lucha revolucionaria que mantiene el Ejército de Liberación Nacional desde hace 44 años, y su pensamiento perdura en estudiantes, obreros y campesinos de toda Colombia y América Latina.

Las circunstancias de su muerte.

En una entrevista conducida por Marta Harnecker y publicada con el titulo Unidad que multiplica (Quito, Editorial La Quimera , 1988), Rafael Ortíz, miembro del Comando Central de la Unión Camilista Ejército de Liberación Nacional (UCELN), explica las circunstancias de la muerte de Camilo Torres:

“Al vincularse a la lucha armada, él se compenetra de inmediato con la vida guerrillera. … En esas circunstancias, cuando se planifica una emboscada, él sostiene que tiene que participar argumentando que si hay normas, él no puede quedar al margen de ellas. … Camilo convence a Fabio y a Medina y éstos resuelven que vaya, pero lo ubican en el sitio más seguro, es decir, en la punta de la emboscada… Los compañeros, pensando que ya se había eliminado a la tropa que había entrado en la emboscada, dieron la voz de recuperación, pero cuando Camilo va a recuperar un arma es tiroteado por uno de los militares que había caído herido. La emboscada fue un poco larga y cuando se dan cuenta que Camilo ha caído se lanzan a sacarlo pero ya es demasiado tarde…. En esa acción caen cinco compañeros tratando de auxiliar a Camilo.”

Hoy 15 de Febrero se cumplen 44 años de la caída en combate de nuestro Comandante en Jefe Camilo Torres Restrepo.

Igualmente, el 14 de Febrero recordamos con inmenso dolor y fuerza, la desaparición física, doce años atrás, del sacerdote camilista y entrañable Comandante en Jefe del ELN de Colombia, Manuel Pérez Martínez. Es inevitable que en estas históricas fechas nos atropellen los recuerdos y la memoria nos evoque con más fuerza que nunca las emblemáticas figuras de Camilo y Manuel, entrañables combatientes y dirigentes irremplazables de la revolución colombiana y latinoamericana.
Con el más profundo respeto por sus obras, nos dirigimos desde este artículo a presentar una breve mirada de sus vidas, no sólo para explicarlas desde el compromiso de liberación o muerte que ambos desarrollaron con la razón y el corazón; sino para tratar de explicar las coordenadas históricas del pasado, con la comprensión del proceso revolucionario actual que se desarrolla en Colombia y en nuestra América.
A los elenos nos viene una cercana herencia con el camilismo y la teoría y acción de nuestro Manuel. Para rescatar la totalidad del significado que para nosotros representa la dimensión humanista, cristiana, científica, ética, política y social de Camilo y Manuel, es preciso estudiarlos y entenderlos como un todo dentro del contexto histórico en que actuaron.
La coherencia de sus vidas se iluminan y sostienen mutuamente. Camilo como símbolo y líder que abrió el camino teológico y revolucionario para una nueva generación de luchadores latinoamericanos, a pesar de su prematura muerte, y Manuel como jefe indiscutible de un período político, a consideración propia, el más rico y profundo en toda la historia del ELN. Camilo y Manuel fueron testigos de su tiempo, dirigentes nacionales y universales, de esos que superan los impactos del coyunturalismo y se erigen en visionarios de la historia y del futuro.
Ellos en su peregrinación revolucionaria nos llenaron de fuerza y razones para entender el camino revolucionario y hacerlo posible. Ambos aprendieron de la realidad, idearon y construyeron proyectos, acertaron en muchos y se equivocaron en otros, lucharon con tenacidad impresionante contra los eternos poseedores de la verdad, supieron analizar situaciones con gran lucidez, resistieron a numerosos ataques desde todos los flancos, desde la derecha recalcitrante, hasta la izquierda perfumada que nunca comprendió el camino armado que les tocó emprender para defender su propuesta política y teológica, lograron muchos de sus objetivos, evolucionaron con el tiempo en sus pensamientos y en muchas ocasiones se adelantaron a él, por la claridad y lo acertado de sus mensajes. En su obra, tanto en Camilo como en Manuel encontramos una continua interacción entre reflexión y compromiso histórico, entre teoría y práctica.
El camilismo es un pensamiento que no solo se refiere a la práctica sino que es elaborado por alguien inserto en ella. Los mensajes camilistas iluminan una práctica política que sabe penetrar la conciencia social de los sectores a los que va dirigidos.

En estos tiempos de revolución bien vale la pena releerlos para entender su enorme vigencia y la combinación dialéctica de la historia con la realidad concreta del momento político de aquellos años 65. Aún hoy hay muchas interpretaciones y discusiones sobre lo que representa el pensamiento camilista, esto mismo revela su significado histórico y su importancia política. Lo que nada ni nadie pueden negar es su clara postura humanista, unitaria, visionaria, su profunda fe, devoción por los pobres, su condena al imperialismo, su dimensión teológica que se hace cercana y constante como ejemplo en la construcción de la Iglesia de los pobres, desafiando y cuestionando las altas jerarquías, a fin de contribuir desde el evangelio liberador con el testimonio revolucionario. Las primeras vertientes liberadoras desde la teología de la liberación fueron sembradas en Colombia y en nuestra América por Camilo Torres Restrepo, y con ellas ya jamás la Iglesia y el evangelio de Jesús podrán ser reducidas a la arrogancia, al poder y al desprecio de las jerarquías eclesiales. Camilo se adelantó a su época y con sus proféticas demandas de justicia social sembró para siempre un mensaje bíblico que se hace vivo hoy en la presencia de las comunidades eclesiales en apoyo y defensa de la Revolución Bolivariana en Venezuela, con la participación masiva de la Iglesia Brasilera a través de la pastoral social y la pastoral de tierras en apoyo al MST y a algunas medidas de carácter popular emprendidas por el gobierno de Lula. El evangelio de Jesús Liberador está activo en la resistencia indígena en Chiapas (México), en el levantamiento soberano del pueblo Boliviano, en las prédicas sociales de un sector de la Iglesia colombiana que se expresa con mayor fuerza en las diócesis de Barranca y Quibdo.
Camilo expresa la necesidad y la posibilidad histórica del ‘diálogo y la colaboración entre marxistas y cristianos’, pensamiento que en su desarrollo práctico crearía situaciones nuevas en el terreno de la Iglesia y el cristianismo en los ámbitos nacional y mundial.
Su compromiso político realza una obligada síntesis entre el investigador, el científico, el sacerdote, el revolucionario, no como una dicotomía, sino como el resultado de una visión múltiple y plural de la sociedad colombiana y de su dimensión profundamente humana y social.
Podríamos afirmar que después de Camilo, el mensaje liberador ha sido imposible domesticarlo a pesar de los esfuerzos y las mentiras de los poderosos burócratas de la Iglesia.
Su vinculación al Ejercito de Liberación Nacional ( ELN )

Estaba decidido. Asumió el compromiso revolucionario en las filas de las guerrillas del ELN y con su participación directa no sólo daba el primer paso a la larga incorporación de sacerdotes a la lucha armada, específicamente dentro del ELN.
Para muchos analistas la vinculación de Camilo al ELN obedeció a unas particularidades históricas concretas sin comparación en otros tiempos; para otros era el camino inexorable de la intelectualidad revolucionaria en América Latina en aquellos días de efervescencia y calor insurreccional; para muchos, particularmente de vertientes ajenas a la lucha armada, aquella decisión era el producto de la concepción foquista del ELN que alejaba a los dirigentes de masas de todo tipo de acción legal, para, a decir de ellos, rendirles culto al mesianismo y al guerrillerismo foquista. Para no pocos, Camilo se vinculó a la lucha armada por hechos casuísticos como las caídas de cartas y caletas que lo comprometían ante los militares de manera directa con el ELN.

Para nosotros, las viejas y nuevas generaciones elenas, esta polémica es clara y cerrada con contundencia por la historia:
Camilo se hizo guerrillero como sociólogo, porque como científico comprendió que no bastaba diagnosticar sobre los males que aquejan a las sociedades capitalistas en sus siempre presentes síntomas de insalubridad, hambre, miserias, injusticias, exclusión; sino que era necesario soluciones radicales y violentas que extirparan de raíz y para siempre todas estas ausencias juntas. Camilo concluyó que sin un cambio profundo de estructuras de Estado, resultaría imposible la verdadera justicia social.

Como sacerdote y cristiano, Camilo se hizo guerrillero por serle fiel a sus convicciones y creencias en cuanto a que ‘el deber de todo cristiano es hacer la revolución’. Se comprometió hasta las últimas consecuencias, renunciando a las posibilidades sociales y económicas que su extracción de clase le permitía. Fue seguidor de Cristo y precursor de cientos de hombres y mujeres que al igual que él y en unión del evangelio se alzaron en armas contra los tiranos en la patria americana.

Como colombiano porque en su dimensión humana, de pueblo, de patria, y por sus conocimientos de la historia nacional, ve atónito cómo la alternancia en el poder de las nuevas y viejas momias oligárquicas, se suceden en cadena como en los tronos imperiales o en las llamadas monarquías constitucionales, y todo en nombre de la democracia, de la libertad, de la justicia, de la constitución y de la ley. ¡¿Cómo violentar este ciclo monótono, infame e injusto?!

Como hombre patriótico, puro, generoso, acepta el reto de toparse con la realidad concreta en su recorrido por los libros, la geografía nacional y el calor de las pobrecías. Se decide por el mundo desconocido pero enaltecedor de una guerrilla a la cual no era ajeno ni en sus convicciones ni en sus amores, ni en sus búsquedas. Los mejores dan su testimonio de cara a ese pedazo infinito de tierra, mares y soles que llamamos Colombia.
Como dirigente de masas, porque en sus afanes recorrió todos los espacios posibles rescatando los valores óptimos del pueblo; sudó con él, peleó con él, y se alzó y se unió a aquellas masas llenas de desamparo y de hambre física e intelectual. Luchó de cara al país, como suele decirse hoy, contra las oligarquías, los altos mandos militares, las jerarquías eclesiales, los partidos petrificados que ya sabemos, y esa izquierda caótica y criticista que encerrada en sus propios altares, hacía apología a sus propias desdichas. Cerrados J todos los caminos para la acción de masas, ¿cuál era el camino para un hombre como Camilo?, ¿El exilio?, Descartado para alguien de su temple. ¿La renuncia? No, porque éste es el camino de los cobardes, de los timoratos, de los amigos de las corbatas y las buenas chequeras; jamás será considerada siquiera como una opción para la gente digna, y dignidad le sobraba a Camilo.

Su ejemplo era sólo la lógica de su obra y la prolongación de su vida, asumiéndola y entendiéndola de manera integral, sin dicotomías ni falsos dilemas, y sin pretender separar de manera absurda al hombre, al científico, al colombiano, al dirigente popular, y menos separarlo de los momentos históricos en los que actuó y desarrolló su compromiso político, revolucionario y militante. Su desenlace ni fue dramático, ni fue el final. Es el camino elegido para quienes deciden luchar con la pluma, con el verbo, y con el valor de su ejemplo.

 

Réponse  Message 10 de 33 de ce thème 
De: Ruben1919 Envoyé: 04/01/2011 13:30
[b]LA VERDADERA MUERTE DE UN PRESIDENTE[/b] por Gabriel García Márquez, 2003.


[b]A la hora de la batalla fina, con el país a merced de las fuerzas desencadenadas de la subversión, Salvador Allende continuó aferrado a la legalidad. La contradicción más dramática de su vida fue ser al mismo tiempo, enemigo congénito de la violencia y revolucionario apasionado y él creía haberla resuelto con la hipótesis de que las condiciones de Chile permitían una evolución pacífica hacia el socialismo dentro de la legalidad burguesa. La experiencia le enseñó demasiado tarde que no se puede cambiar un sistema desde el gobierno sino desde el poder.



Esa comprobación tardía debió ser la fuerza que lo impulsó a resistir hasta la muerte en los escombros en llamas de una casa que ni siquiera era la suya, una mansión sombría que un arquitecto italiano construyó para fábrica de dinero y terminó convertida en le refugio de un presidente sin poder. Resistió durante seis horas, con una metralleta que le había regalado Fidel Castro y que fue la primera arma de fuego que Salvador Allende disparó jamás. El periodista Augusto Olivares, que resistió a su lado hasta el final, fue herido varias veces y murió desangrándose en la Asistencia Pública.



Hacia las cuatro de la tarde, el general de división Javier Palacios logró llegar al segundo piso, con su ayudante, el capitán Gallardo y un grupo de oficiales. Allí, entre las falsas poltronas Luis XV y los floreros de dragones chinos y los cuadros de Rugendas del salón rojo, Salvador Allende los estaba esperando, estaba en mangas de camisa, sin corbata, y con la ropa sucia de sangre. Tenía la metralleta en la mano.



Allende conocía bien al general Palacios. Pocos días antes, le había dicho a Augusto Olivares que aquel era un hombre peligroso que mantenía contactos estrechos con la Embajada de los Estados Unidos. Tan pronto como lo vio aparecer en la escalera, Allende le gritó: "Traidor" y lo hirió en una mano.



Allende murió en un intercambio de disparos con esta patrulla. Luego, todos los oficiales, en un rito de casta, dispararon sobre el cuerpo. Por último, un suboficial le destrozó la cara con la culata del fusil. La foto existe: la hizo el fotógrafo Juan Enrique Lira, del periódico El Mercurio, el único a quien se permitió retratar el cadáver. Estaba tan desfigurado, que a la señora Hortensia Allende, su esposa, le mostraron el cuerpo en el ataúd, pero no permitieron que le descubriera la cara.



Había cumplido 64 años en el julio anterior y era un Leo perfecto: tenaz, decidido e imprevisible. Lo que piensa Allende sólo lo sabe Allende, me había dicho uno de sus ministros. Amaba la vida, amaba las flores y los perros y era de una galantería un poco a la antigua, con esquelas perfumadas y encuentros furtivos.



Su virtud mayor fue la consecuencia, pero el destino le deparó la rara y trágica grandeza de morir defendiendo a bala el mamarracho anacrónico del derecho burgués, defendiendo una Corte Suprema de Justicia que lo había repudiado y había de legitimar a sus asesinos, defendiendo un Congreso miserable que los había declarado ilegítimo pero que había de sucumbir complacido ante la voluntad de los usurpadores, defendiendo la libertad de los partidos de oposición que habían vendido su alma al fascismo, defendiendo toda la parafernalia apolillada de un sistema de mierda que él se había propuesto aniquilar sin disparar un tiro.



El drama ocurrió en Chile, para mal de los chilenos, pero ha de pasar a la historia como algo que nos sucedió sin remedio a todos los hombres de este tiempo y que se quedó en nuestras vidas para siempre.




Desde Isla Negra, su residencia en Chile, el 14 de septiembre de 1973, Pablo Neruda escribió su dramático testimonio del 11-S latinoamericano. Luego, el 23 fallece de cáncer. Todos dicen que murió de pena.



Allende nunca fue un gran orador. Y como estadista era un gobernante que consultaba todas sus medidas. Fue el antidictador, el demócrata principista hasta en los detalles. Le tocó un país que ya no era el pueblo bisoño de Balmaceda; encontró una clase obrera poderosa que sabia de que se trataba.



Allende era dirigente colectivo; un hombre que, sin salir de las clases populares, era un producto de la lucha de esas clases contra el estancamiento y la corrupción de sus explotadores. Por tales causas y razones, la obra de que realizó en tan corto tiempo es superior a la de Balmaceda; más aun, es la más importante en la historia de Chile.



Sólo la nacionalización del cobre fue una empresa titánica, y muchos objetivos más se cumplieron bajo su gobierno de esencia colectiva. Las obras y los hechos de Allende, de imborrable valor nacional, enfurecieron a los enemigos de nuestra liberación.



El simbolismo trágico de esta crisis se revela en el bombardeo del Palacio de Gobierno; uno evoca la Blitz Krieg de la aviación nazi contra indefensas ciudades extranjeras, españolas, inglesas, rusas; ahora sucedía el mismo crimen en Chile; pilotos chilenos atacaban en picada el palacio que durante siglos fue el centro de la vida civil del país.



Escribo estas rápidas líneas para mis memorias a sólo tres días de los hechos incalificables que llevaron a la muerte de mi gran compañero el presidente Allende. Su asesinato se mantuvo en silencio; fue enterrado secretamente; sólo a su viuda le fue permitido acompañar aquel inmortal cadáver.



La versión de los agresores es que hallaron su cuerpo inerte, con muestras de visible suicidio. La versión que ha sido publicada en el extranjero es diferente. A reglón seguido del bombardeo aéreo entraron en acción los tanques, muchos tanques, a luchar intrépidamente contra un solo hombre: el Presidente de la Republica de Chile, Salvador Allende, que los esperaba en su gabinete, sin más compañía que su corazón, envuelto en humo y llamas.



Tenían que aprovechar una ocasión tan bella. Había que ametrallarlo porque nunca renunciaría a su cargo. Aquel cuerpo fue enterrado secretamente en un sitio cualquiera. Aquel cadáver que marchó a la sepultura acompañado por una sola mujer que llevaba en si misma todo el dolor del mundo, aquella gloriosa figura muerta iba acribillada y despedazada por las balas de las metralletas de los soldados de Chile, que otra vez habían traicionado a Chile.




[/b][/size]


http://socialistascomoallende.nireblog.com/post/2007/04/19/allende-la-fuerza-de-las-ideas
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Réponse  Message 11 de 33 de ce thème 
De: ELSANTANECO Envoyé: 04/01/2011 18:42

Hola, Ruben, como está usted. Espero que menos enojado.

Camilo Torres, a mi juicio, fue uno de los más grandes revolucionarios de América latina.  Tan grande como el mismo Che.

Tengo, un libro de un Cura quién expresa ampliamente el pensamiento de Camilo Torres. En Camilo aprendemos por ejemplo, la diferencia entre “convencer” y crear conciencia social.


Réponse  Message 12 de 33 de ce thème 
De: Ruben1919 Envoyé: 05/01/2011 15:25
 

DISCURSO PRONUNCIADO POR FIDEL CASTRO RUZ, PRESIENTE DE LA REPÚBLICA DE CUBA, EN EL ACTO DE INAUGURACION DE LA ESCUELA VOCACIONAL "VLADIMIR ILICH LENIN", EL 31 DE ENERO DE 1974, "AÑO DEL XV ANIVERSARIO".

(DEPARTAMENTO DE VERSIONES TAQUIGRAFICAS

DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO)

Querido compañero Leonid Ilich Brezhnev;

Queridos amigos soviéticos;

Queridos amigos cubanos:

 

Hace varios años nuestro pueblo viene realizando un enorme esfuerzo en construcciones escolares.

En cada nuevo curso escolar se abren 80 000 nuevas capacidades aproximadamente para estudiantes becados de nivel medio.

Nuestra concepción educacional se basa en el principio marxista y martiano de la combinación del estudio y el trabajo.

Hoy construimos escuelas secundarias básicas e institutos preuniversitarios en el campo, donde los alumnos laboran tres horas diarias en planes agrícolas; escuelas politécnicas e institutos tecnológicos junto a las fábricas, donde los estudiantes trabajan cuatro horas al día en los talleres industriales, y escuelas de maestros de primaria en todas las regiones del país, donde los jóvenes que se forman como maestros realizan su práctica docente enseñando en las escuelas.

También desarrollamos las universidades, donde se aplica igualmente el principio del estudio y el trabajo, participando los alumnos 20 horas semanales en actividades productivas.

Como dijimos el día 29 en el acto de la amistad cubano-soviética, hoy el total de los niños del país está escolarizado y las promociones, así como la calidad de la enseñanza mejoran de año en año.

Esta escuela que inauguramos hoy, es del tipo que llamamos vocacional. En ella ingresan los alumnos mediante selección rigurosa, basada en las altas calificaciones que obtengan en la enseñanza primaria y en su expediente escolar. En el país existirán siete escuelas de este tipo, donde estudiarán en total 25 000 alumnos. Actualmente se inicia la construcción de una en Las Villas, otra en Camagüey y otra en Oriente. Llevarán los nombres de: "Lenin", "Marx", "Engels", "Martí", "Maceo", "Gómez" y el "Che" (APLAUSOS).

La capacidad de esta escuela es de 4 500 alumnos. Ella posee como instalaciones docentes:

68 aulas

14 laboratorios de física

10 laboratorios de química

13 laboratorios de biología

8 laboratorios de idiomas

3 salones de dibujo

3 talleres de educación laboral

2 anfiteatros escalonados

1 salón polivalente

1 circuito cerrado de televisión

1 centro de cálculo

7 salones de reuniones y colectivos docentes

28 locales de cátedras

 

Faltan todavía algunos equipamientos para estas actividades. Como instalaciones deportivas cuenta con:

10 terrenos de baloncesto y voleibol

1 terreno de minibaloncesto

1 terreno doble de voleibol

3 terrenos de béisbol

3 terrenos de minifútbol

2 gimnasios al aire libre sobre césped

1 gimnasio bajo techo con capacidad para judo, lucha, baloncesto, gimnástica y gimnasia moderna, pesa

2 terrenos de tenis de campo

2 piscinas olímpicas

1 tanque de clavados

1 pista oficial con su terreno de fútbol interno y dos tanques de salto alto

3 tanques de saltos (triple, largo y garrocha)

1 sala de esgrima

11 salas de tenis de mesa y juegos de salón

5 salas de ajedrez

 

Como instalaciones culturales dispone de:

1 cine, con capacidad para 450 personas y posibilidades de presentar pequeñas obras teatrales o espectáculos musicales

2 aulas de danza con piso de madera

2 aulas de artes plásticas con artesas y closets

2 aulas para formación coral con acondicionamiento acústico

4 aulas para instrumentación y conjuntos musicales con igual tratamiento que los anteriores

2 aulas de teatro

1 local para la banda escolar

5 salas con radiotocadiscos

 

Además, contará con un taller para montaje de 300 000 radios anuales, como parte de la planta que se está construyendo con ayuda de la URSS, una fábrica de minicomputadoras, que se construirá con la colaboración de Bulgaria; una fábrica de baterías, un taller de montaje con capacidad para 50 computadoras anuales, y talleres de producción de artículos deportivos.

Actualmente la escuela, en talleres provisionales, está produciendo ya en el presente curso escolar: 30 computadoras, 50 000 radios y decenas de miles de artículos deportivos.

Mientras se construyen sus talleres industriales definitivos dispone de 500 hectáreas de tierra en sus proximidades, dedicadas a la producción de vegetales, realizando allí actualmente sus actividades productivas gran parte de los alumnos.

Los alumnos egresados de esta escuela se dedicarán fundamentalmente a carreras científicas y técnicas.

A decir verdad, en ningún país de América, incluyendo Estados Unidos, hay una escuela de nivel medio como esta (APLAUSOS).

Ha sido construida en dos años, un tiempo que podemos llamar récord. Nuestros obreros de la construcción trabajaron sin descanso para terminarla en la fecha acordada. A ellos queremos expresarles nuestra gratitud y reconocimiento (APLAUSOS).

Si nuestra patria hoy puede dedicar su trabajo pacífico a llevar adelante realizaciones como estas, para la educación de nuestra juventud y en beneficio de las presentes y futuras generaciones, ello se debe en gran parte a la generosa y fraternal ayuda que ha recibido de la Unión Soviética (APLAUSOS).

Nuestro país no invierte sus energías en, gastos superficiales o de lujo. Las dedica por entero al desarrollo económico, la salud, la educación, la cultura, el progreso social y la defensa de la patria socialista. Nuestro pueblo trabaja para hoy, pero trabaja aun más por el porvenir.

Nuestra juventud se educará en, los principios sólidos y puros del comunismo, el patriotismo socialista y el internacionalismo proletario (APLAUSOS).

Con infinito amor y gratitud profunda, dedicamos esta escuela a la memoria de Vladimir Ilich Lenin (APLAUSOS), el genial conductor revolucionario y fundador del primer Estado Socialista en la historia de la humanidad. Por los caminos luminosos que abrió al porvenir del hombre, por los extraordinarios servicios que prestó al mundo, por la ayuda decisiva que nos brindó el Estado fraternal e internacionalista fundado por él, y por lo que su pensamiento, su vida y su ejemplo, representan para todos los revolucionarios de la tierra, esta escuela, que es orgullo de nuestro pueblo, llevará su nombre inmortal (APLAUSOS).

Querido compañero Brezhnev:

Durante meses enteros los profesores, los trabajadores y alumnos de esta escuela, y los obreros de la construcción, se han esforzado, día y noche, para que en la ocasión de su visita no faltara un solo detalle, ni siquiera una hoja de los árboles de las bellas áreas verdes que la rodean, y para recibirlo a usted con el inmenso cariño a que lo hacen acreedor, su condición de Secretario General del Comité Central del glorioso Partido Comunista de la Unión Soviética (APLAUSOS), su valerosa lucha por la paz mundial, su fidelidad a los principios leninistas y sus sentimientos de amistad y afecto por nuestra patria revolucionaria.

Es un gran honor y un profundo motivo de alegría y satisfacción para todos nosotros, que esta escuela que lleva el nombre radiante y glorioso de Lenin, sea inaugurada por usted, que ocupa, hoy su honroso puesto en el Partido Comunista de la Unión Soviética APLAUSOS).

¡Gloria eterna a Vladimir Ilich Lenin! (APLAUSOS)

¡Viva la indestructible amistad entre Cuba y la URSS! (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES DE: "¡Viva!")

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos! (EXCLAMACIONES DE: "¡Venceremos!")

(OVACION)


Réponse  Message 13 de 33 de ce thème 
De: Ruben1919 Envoyé: 05/01/2011 15:35
DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE EN JEFE FIDEL CASTRO RUZ PRIMER SECRETARIO DEL COMITE CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA y PRIMER MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN LA VELADA SOLEMNE POR EL 50 ANIVERSARIO DE LA FUNDACION DEL PRIMER PARTIDO MARXISTA-LENINISTA DE NUESTRO PAIS, EN EL TEATRO "LAZARO PEÑA", EL 22 DE AGOSTO DE 1975, "AÑO DEL PRIMER CONGRESO".

(DEPARTAMENTO DE VERSIONES TAQUIGRAFICAS

DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO)

Queridos compañeros del Partido, del Gobierno y del pueblo:

 

Hace dos años conmemoramos el 20 aniversario del ataque al Cuartel Moncada. Hoy conmemoramos otra fecha de magna significación histórica: el 50 aniversario de la fundación del primer Partido Comunista de Cuba.

Otras veces hemos dicho que nuestra Revolución constituye parte de un mismo proceso desde 1868 hasta el presente. A lo largo de esta histórica lucha se debatieron dos cuestiones fundamentales: la lucha por la independencia y la lucha por la revolución social.

En el siglo pasado las aspiraciones a la independencia chocaron contra los poderosos intereses coloniales y contra la ideología de las clases reaccionarias. Los poseedores del poder y de las riquezas en nuestro país se oponían a la independencia, en aquella sociedad esclavista donde las clases privilegiadas tenían el temor de perder a sus esclavos. Por eso los hombres que luchaban por la supervivencia de la nación y que aspiraban a la independencia, tuvieron que luchar contra las ideas anexionistas de aquellos que, por sus intereses esclavistas, querían convertir a Cuba en un estado más de Norteamérica.

Mas adelante Martí hubo de luchar muy duramente, defendiendo las ideas de la independencia frente al poder colonial español y frente a los autonomistas, que consideraban a nuestro país incapaz de adquirir la independencia o rechazaban la idea de la independencia.

Del mismo modo, las hermosas ideas y aspiraciones de la revolución social, que vinieron más tarde, habrían de chocar contra intereses sumamente poderosos, habrían de chocar contra el naciente imperialismo norteamericano y los intereses de la sociedad capitalista.

Ambos hechos se enlazan a lo largo de la historia. Los luchadores por la revolución social estaban indisolublemente unidos a los luchadores por la independencia de la patria.

No se alcanzó a finales de siglo la independencia real de Cuba, y al fin se unieron las dos aspiraciones: las aspiraciones a la plena independencia nacional y a la revolución social.

Cada una de estas aspiraciones tuvo un momento culminante. Si la aspiración a la independencia tuvo sus momentos culminantes en 1868 y en 1895, de igual relieve histórico es el 16 de agosto de 1925, cuando tras la aspiración de la revolución social surge el primer Partido Comunista de Cuba.

Como ha explicado Fabio Grobart en brillante análisis histórico, este hecho tiene sus antecedentes desde fines del siglo pasado. El se refiere al año 1888, cuando un periódico en Cuba comienza a divulgar las ideas marxistas, y se refiere también a las inquietudes socialistas de una parte de los obreros que en Tampa y Cayo Hueso ayudaban a la obra revolucionaria de Martí; a la fundación en 1899 de un partido basado ya en las ideas marxistas, llamado Partido Socialista de Cuba, dirigido por Diego Vicente Tejera, que más adelante, a principios de siglo —puesto que la duración de este partido fue muy breve— sería el Partido Obrero Cubano, y luego el Partido Obrero Socialista, y por último, de nuevo, el Partido Socialista de Cuba en el cual Baliño figuraba entre sus principales dirigentes.

Por las condiciones objetivas y subjetivas de nuestro país a principios de este siglo, aquel Partido no pudo desarrollar plenamente su acción. Pero en 1923 la Agrupación Socialista de La Habana rompe con la Segunda Internacional, apoya a la Tercera Internacional, y se convierte en la Agrupación Comunista de La Habana, dirigida por Baliño, y en la cual se inicia la vida revolucionaria de Julio Antonio Mella.

Ya entonces había tenido lugar la Revolución de Octubre de 1917, surgía en el mundo el primer estado de obreros y campesinos, y el movimiento revolucionario, tanto en su lucha contra el coloniaje y por la independencia nacional como por la liberación social, adquiere una extraordinaria inspiración y un inmenso caudal de experiencias.

En esas condiciones surge el primer Partido Comunista de Cuba, basado en el marxismo-leninismo. Ya entonces el socialismo científico, las doctrinas de Marx y de Engels habían sido enriquecidas por la interpretación, la práctica y el desarrollo leninista.

¿Pero en qué condiciones surge aquel primer Partido Comunista de Cuba? Eramos una república mediatizada, una posesión neocolonial de Estados Unidos; existía una ignominiosa Enmienda Platt, es decir, el derecho constitucional a la intervención por parte de Estados Unidos en Cuba. Hacía tres meses había sido elegido presidente de la República Gerardo Machado, con lo que se inició una de las épocas más sombrías de nuestra historia. El movimiento sindical, aun cuando tenía ya una tradición de huelgas y de lucha desde los primeros años de la seudorrepública, y expresaba el despertar de la conciencia combativa de nuestros obreros, no tenía todavía una orientación política.

Los monopolios norteamericanos eran dueños del 70% de los centrales azucareros, las riquezas, la prensa, la universidad, las escuelas, el ejército, la policía, el parlamento, el poder judicial, los partidos políticos corrompidos; eran los dueños de la República.

Quiénes sino hombres de una gran convicción, de una gran fe en el porvenir habrían sido capaces en aquellas condiciones tan difíciles de fundar el primer Partido Comunista de Cuba. Existieron esos hombres. No eran muchos; posiblemente en aquella fecha los comunistas no pasaban de 100 en todo el país, y los miembros que asistieron al Congreso como delegados activos eran solo 13, y entre los invitados 17. En todo el país —según explica Fabio Grobart— había solamente nueve núcleos de comunistas. Pero allí estaban Carlos Baliño y Julio Antonio Mella (APLAUSOS).

Carlos Baliño simboliza el enlace directo entre el Partido Revolucionario de José Martí, y el primer Partido Comunista de Cuba. El fue cofundador de ambos partidos. Ya Martí en la época de la independencia había tenido la luminosa idea, idea que después en otro país y en otras circunstancias históricas había desarrollado también Lenin.

Martí organiza un partido para dirigir la lucha por la independencia nacional.

Junto a Baliño estaba un joven brillante, lúcido, valiente, una de las más extraordinarias figuras de la historia de nuestro país: Julio Antonio Mella. Y ambos, en unión de dirigentes obreros y en medio de la clandestinidad, impulsan la idea de convocar el Congreso para la fundación de ese Partido en que participan de hecho cuatro agrupaciones comunistas: las de La Habana, Guanabacoa, San Antonio de los Baños y Manzanillo.

Ese Partido surge ya con una clara concepción marxista-leninista en todas las cuestiones fundamentales. Recibe el bagaje y la herencia del movimiento comunista internacional y especialmente de la Revolución de Octubre. Había ya un puñado de hombres que poseían las ideas muy claras acerca de lo que debe ser un partido marxista-leninista, con una estrategia marxista-leninista, una táctica marxista-leninista y una interpretación de los problemas sociales y político marxista-leninista.

Es conmovedor leer las actas de aquel primer Congreso, donde se trazan las líneas fundamentales de la política a seguir, se aprueba el primer Estatuto y se traza un programa de lucha. Desde el primer instante adoptan esos principios, y además se disponen a trabajar arduamente entre los trabajadores, entre los campesinos, entre las mujeres, entre los jóvenes y entre los intelectuales, impulsando las organizaciones correspondientes que garantizasen la más estrecha vinculación de ese Partido con las masas.

¡Pero en qué circunstancias tan difíciles, no solo objetivas, sino también humanas, llevaron a cabo aquella proeza! En plena clandestinidad, cuando Baliño tenía ya 77 años y cuando la dictadura machadista empezaba a arreciar su persecución contra los obreros y especialmente contra los comunistas.

A las pocas semanas muere Baliño, el secretario general del Partido es expulsado del país, y se inicia la persecución contra aquellos dirigentes comunistas; y entre ellos, Mella se ve encausado, protagoniza uno de los episodios más valientes y heroicos de nuestra historia revolucionaria, que fue su famosa huelga de hambre de 19 días, con la cual obliga a la tiranía machadista a ponerlo en libertad.

Mella, desde el primer instante, descolló como un extraordinario combatiente revolucionario. Inició en nuestra vieja universidad la Reforma universitaria, vinculó los estudiantes a los obreros, organizó el primer Congreso de Estudiantes, fundó la Universidad "José Martí", organizó la Liga Antiimperialista y fundó además, junto a Baliño y otros revolucionarios, el primer Partido Comunista de Cuba. ¡Es conmovedora la historia de esta vida tan breve, tan dinámica, tan combativa y tan profunda!

A los pocos años, ya no solo era un dirigente estudiantil, sino también un dirigente de la clase obrera cubana, y rápidamente alcanza dimensión de dirigente latinoamericano. Y si se analiza el pensamiento de Mella, las ideas internacionalistas de aquel Mella que venciendo todas las dificultades llegó hasta el primer barco soviético que visitó a nuestro país; de aquel Mella, combatiente incansable contra el imperialismo, se podrá apreciar la coincidencia entre su pensamiento y los hechos de la Revolución Cubana, la coincidencia de su pensamiento y el pensamiento de la Revolución Cubana, lo que Mella aspiraba a hacer y lo que ha hecho la Revolución Cubana (APLAUSOS).

Mella se ve obligado a abandonar el país meses después de su histórica huelga de hambre. Pero su extraordinaria personalidad, sus ideas y su combatividad atemorizaban demasiado al imperialismo yanki, a la oligarquía al servicio de ese imperialismo y a la tiranía machadista; no pararon hasta instrumentar la conjura que culminó en el cobarde asesinato del 10 de enero de 1929. Troncharon aquel talento extraordinario, aquella vida fecunda, en la flor de su existencia.

Pero ahí habla quedado el Partido. Aquel Partido se enfrentaba a una etapa sumamente difícil que duró ocho años. Las decenas de comunistas se convirtieron en cientos de comunistas, y esos comunistas tenían desde el comienzo una influencia extraordinaria en el movimiento obrero. La aplicación consecuente de los principios del marxismo-leninismo los llevó a vincularse estrechamente a las masas.

Ese primer Partido Comunista es ya factor fundamental en la huelga general de agosto de 1933 que dio al traste con la tiranía machadista. Ese Partido, dirigido por otro joven extraordinario —Rubén Martínez Villena (APLAUSOS)—, participa activamente en la lucha contra Machado. Incontables militantes comunistas fueron asesinados o desaparecidos o se enfrentaban a condiciones muy difíciles.

Ya desde entonces la reacción pretendía oponer las ideas socialistas a las ideas patrióticas; ya desde entonces pretendía acusar a los comunistas de enemigos de la patria, e incluso Machado, para justificar el asesinato de Mella, había levantado la calumnia de que Mella había ofendido la enseña nacional y esta calumnia la divulgaron solo unos días, antes de su muerte.

Se enfrentaron a los prejuicios de aquella sociedad, se enfrentaron a toda la propaganda imperialista, se enfrentaron a las ideas reaccionarias de los latifundistas y los burgueses. Tenían que luchar en condiciones sumamente difíciles. Y no obstante eso, ese Partido juega ya un papel importantísimo en la lucha contra Machado y en el derrocamiento de la tiranía machadista.

Después de 1933 siguen creciendo las filas del Partido. Y ese Partido, inspirado en los más firmes principios internacionalistas, es el Partido que, cuando se desata la Guerra Civil española, organiza el envío de casi 1 000 combatientes cubanos para defender a la República española (APLAUSOS), escribiendo una de las páginas más hermosas del internacionalismo proletario en la historia de nuestra patria.

Ese Partido realiza una extraordinaria labor de concientización de nuestra clase obrera y de nuestro pueblo. Impulsa las organizaciones sindicales, campesinas, femeninas y juveniles; lucha incansablemente por los derechos de los obreros y los campesinos; lucha contra los salarios de hambre; lucha contra los desalojos campesinos; lucha contra la discriminación racial; lucha contra la discriminación de la mujer; lucha contra aquella sociedad de hambre y miseria; lucha infatigablemente contra el dominio imperialista en nuestro país; lucha por la vinculación del movimiento revolucionario de Cuba al movimiento revolucionario en el resto del mundo; lucha por la defensa de la Unión Soviética (APLAUSOS). Y aplica en la práctica en forma consecuente los principios del marxismo-leninismo.

Atravesó numerosas vicisitudes, instantes históricos muy difíciles. La mayor parte de su vida la vivió en la clandestinidad o en la semiclandestinidad. Y no hay ley progresista, no hay ley o medida en beneficio de los trabajadores y de los campesinos o del pueblo, en los años de la seudorrepública, que no haya sido arrancada a fuerza de tesón y de lucha por ese primer Partido Comunista de Cuba (APLAUSOS).

La clase obrera vio en él a su vanguardia, vio en él a su defensor más consecuente. Y eso no lo olvidó nunca. Y una prueba de ello la tuvimos cuando cientos de miles de trabajadores se unieron para acompañar hasta su última morada al compañero Lázaro Peña (APLAUSOS PROLONGADOS), fundador de la Confederación de Trabajadores de Cuba.

Jamás podrá olvidarse el papel que ese Partido de comunistas desempeñó en la divulgación de las ideas marxista-leninistas, y en la formación de una conciencia revolucionaria entre nuestros trabajadores y nuestro pueblo. Cientos de miles de libros marxista-leninistas fueron publicados y divulgados, millones de folletos; y a través de la prensa legal o ilegal, de la radio y de todos los medios posibles de divulgación, contribuyó a propagar en el seno de nuestro pueblo las ideas revolucionarias.

Ese Partido, a lo largo de sus 36 años de lucha, dejó en el camino incontables mártires: en la época machadista, en la época batistiana, en la época de los gobiernos corrompidos de Grau y de Prío, y en la etapa final de la sangrienta tiranía de Batista.

No podremos olvidar aquellos días aciagos que siguieron al desembarco del Granma en 1956, cuando se producen aquellas Navidades sangrientas en que numerosísimos revolucionarios fueron asesinados en la provincia de Oriente, y entre ellos un gran número de militantes comunistas. No podremos olvidar aquellas impresiones, cuando se desataba el crimen contra el pueblo, cuando se desataba el crimen contra nuestros compañeros prisioneros, contra los luchadores revolucionarios y contra los comunistas, en aquellos días en que solo éramos un reducido puñado de hombres.

La tiranía batistiana consideraba que los expedicionarios del Granma habían sido totalmente liquidados, y desató una ola de terror y de sangre. Numerosos militantes abnegados, luchadores por los derechos obreros en los centrales azucareros, fueron asesinados.

Este era el Partido de Mella, de Rubén Martínez Villena, de Jesús Menéndez, de José María Pérez, de Paquito Rosales y de otros incontables mártires (APLAUSOS). Este fue el Partido que tuvo que enfrentarse a las difíciles condiciones que en nuestro país siguieron al estallido de la guerra fría, de las campañas anticomunistas, del aislamiento y la persecución de los comunistas, utilizando todos los métodos imaginables, privándolos del trabajo, privándolos de pasaportes, impidiéndoles moverse, creándoles en todas partes una situación insostenible.

La conjura del imperialismo y de la reacción nacional se ensañaba contra los militantes comunistas, por ser comunistas. Pero ese Partido ejercía una gran influencia en nuestra clase obrera, y ejercía una gran influencia en nuestra juventud.

Tuvimos nuestros primeros contactos con los comunistas cuando éramos estudiantes universitarios. Y aquella actitud, aquella conducta, aquella disciplina, aquella abnegación, aquel ejemplo que daban en todas partes los comunistas nos impresionaba profundamente, y contribuía a crear un clima de prestigio y de influencia para el Partido Comunista.

No eran muchos los comunistas en aquellos tiempos: en la universidad de La Habana eran solo unas pocas decenas, a pesar de que en aquella universidad había 15 000

SIGUE ...


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De: Ruben1919 Envoyé: 05/01/2011 15:36
Viene ...

No eran muchos los comunistas en aquellos tiempos: en la universidad de La Habana eran solo unas pocas decenas, a pesar de que en aquella universidad había 15 000 estudiantes; pero la acción de los comunistas se hacía sentir. En aquella universidad no se estudiaba marxismo-leninismo, en aquella universidad se daba una docencia burguesa y se explicaba una economía política burguesa. El ambiente político de la nación era asfixiante, por el espíritu corrompido y reaccionario que reinaba en todo el país. ¡No había universidades de comunismo, pero había un partido marxista-leninista que enseñaba comunismo! (APLAUSOS)

En la biblioteca del Partido Comunista de la calle Carlos III compramos nosotros nuestros primeros libros marxista-leninistas (APLAUSOS). Gracias a esa biblioteca y a la admiración que despertaba la conducta de los comunistas, entramos nosotros en contacto con esa literatura; y a decir verdad, en ocasiones, incluso a crédito comprábamos los libros. Y el núcleo fundamental de los que organizamos el Movimiento 26 de Julio adquirimos en esa biblioteca nuestros libros, y aun en medio de la intensa actividad de la organización y la preparación de los combatientes, buscábamos siempre la oportunidad de estudiar y aprender en esos libros (APLAUSOS).

Es conocido el hecho de que, cuando el juicio del Cuartel Moncada, los acusadores exhibieron como una gran prueba un libro de Lenin que habían encontrado entre las pertenencias de los revolucionarios, lo exhibieron allí, y los tribunales comenzaron a interrogar. y nosotros, con más ira que prudencia, les respondimos: "¡Sí, leemos los libros de Lenin! ¡Y quien no los lea es un ignorante!" (APLAUSOS PROLONGADOS)

Leer los libros de Lenin constituía un gran delito para aquella sociedad capitalista, constituía un delito para aquellos jueces, para aquellas autoridades, para aquel ejército.

Un diluvio de mentiras, un diluvio de propaganda reaccionaria, pretendía aplastar las ideas revolucionarias. Intentaban liquidar a los comunistas, y algo más difícil todavía: liquidar las ideas comunistas. ¡Y con razón temían a la ideas comunistas!

¿Quién les iba a decir a aquellos esbirros, a aquellos jueces, a aquellos voceros de la reacción; quién les iba a decir a los que esgrimían el libro de Lenin como una prueba de un delito, que algún día un pueblo entero haría suyas las ideas de Marx y de Lenin, que esas ideas unirían al pueblo y que, armados con esas ideas, nuestra Revolución y nuestro pueblo se harían invencibles? (APLAUSOS PROLONGADOS)

Un día se levantó el pueblo contra la tiranía, un día se unió el pueblo y un día triunfó el pueblo; todo el pueblo, pero esencialmente el pueblo obrero, el pueblo campesino, el pueblo estudiante. Y las distintas fuerzas se unieron como corrientes que nacen de distintas fuentes o manantiales, pero que se encuentran todas en un mismo río: el río caudaloso de la Revolución. ¡Así se unieron nuestras organizaciones revolucionarias todas! ¡Y juntas dimos la batalla final!

y si antaño el Partido de la independencia luchó contra el poder colonial y se enfrentó a las ideas reaccionarias de la época; si en los tiempos de Mella los revolucionarios se enfrentaban al poderoso imperio, a la burguesía y a los terratenientes cubanos aliados a él, a toda aquella infernal maquinaria de mentira y de propaganda, y se enfrentaron a los esbirros de Machado; si después se enfrentaron los revolucionarios cubanos a la tiranía batistiana, quedaba todavía una gran batalla por librar después del Primero de Enero de 1959: la batalla frente al imperialismo yanki, empeñado en destruir la Revolución Cubana. Pero otra batalla no menos difícil había que librar todavía: la batalla contra los prejuicios; la batalla contra el anticomunismo, sembrado durante decenas de años por todos los medios posibles. Y esa batalla final contra el imperialismo, contra el anticomunismo, contra las ideas reaccionarias, contra los mercenarios de Girón, contra los bandidos del Escambray, contra los saboteadores de la CIA, ¡esa batalla la dimos juntos los revolucionarios de las distintas procedencias, coordinados primero y unidos después; pero unidos en los principios del marxismo-leninismo! (APLAUSOS)

Porque las ideas de Baliño y de Mella eran las ideas más justas y revolucionarias de nuestra época. ¡Y si había de tener lugar una verdadera y definitiva revolución en nuestra patria, tenía que ser bajo las banderas del marxismo-leninismo! (APLAUSOS PROLONGADOS)

Por eso un día dejó de existir el Movimiento 26 de Julio, dejó de existir el Partido Socialista Popular, y dejó de existir el Directorio Revolucionario "13 de Marzo", para constituir todos, bajo esas banderas revolucionarias, las bases de nuestro gran Partido Comunista de hoy (APLÁUSOS PROLONGADOS). Un partido, no tres o cuatro partidos. Un partido con la única ideología verdadera y científica. Un partido como el Partido de la Independencia de José Martí.

Porque esta historia y sus episodios más sobresalientes están estrechamente vinculados. Entre el Partido Revolucionario de José Martí y el primer Partido Comunista había una estrecha vinculación. Y cuando los farsantes, los traidores y los agentes del imperialismo invocaban el nombre de Martí, ¡no había dos hombres más admiradores y más seguidores de José Martí, y más devotos de José Martí, que Carlos Baliño y Julio Antonio Mella! (APLAUSOS) y Mella se proponía escribir un libro sobre Martí, para mostrar cómo en las esencias del pensamiento martiano estaban las raíces de la revolución social.

Y el pensamiento martiano y la heroica lucha de Martí y de los patriotas de 1895, estaban estrechamente vinculadas a la historia de la heroica guerra de 1868 (APLAUSOS), de la misma forma que nuestro Partido está indisolublemente unido a esa historia: a la historia de Céspedes, a la historia de Maceo y Agramonte, a la historia de Máximo Gómez, de José Martí, de Baliño, de Mella, de Villena, de Guiteras, de Pablo de la Torriente Brau, de Jesús Menéndez, de Abel Santamaría, de Frank País, de José Antonio Echeverría, de Camilo Cienfuegos, de Che Guevara, de Lázaro Peña y de tantos y tantos héroes y mártires gloriosos (APLAUSOS PROLONGADOS).

He mencionado la historia de ese Partido. He mencionado los nombres de Baliño y de Mella y de Rubén Martínez Villena. Pero es justo que hoy, como legítimo homenaje y reconocimiento a su extraordinaria vida revolucionaria, mencionemos al hombre que dirigió durante 26 años a ese Partido: el compañero BIas Roca (APLAUSOS PROLONGADOS). Por fortuna contamos aquí con su presencia.

Dirigió el Partido a través de circunstancias y épocas sumamente difíciles, pero lo supo llevar adelante, supo vencer todos los obstáculos, y fue maestro de generaciones revolucionarias.

BIas Roca, de humildísimo origen, que apenas pudo cursar los estudios primarios, y después, autodidacta, se hizo maestro de instrucción pública. Pero no pudo desempeñarse como maestro de alumnos de primaria y, siguiendo la tradición familiar, se ganaba el pan trabajando como zapatero (APLAUSOS).

Bien recordamos aquellas décadas anteriores, aquellos tiempos cuando apenas teníamos uso de razón y ya se oía hablar de los comunistas y se oía hablar de BIas Roca; con admiración los revolucionarios, con odio los enemigos. Pero los enemigos eran poderosos, y los enemigos tenían en sus manos muchos periódicos y muchas revistas y muchas estaciones de radio y mucho dinero, y muchos ilustres plumíferos y muchas "lumbreras", cuyos ataques, cuyas calumnias se dirigían contra BIas Roca.

Intentaban incluso ridiculizarlo llamándole "el zapatero", con desprecio, y tratando de pintarlo como un hombre tenebroso, "un comunista", ¡el jefe de los comunistas nada menos! Y vertiendo lodo y mentira contra un hombre que, a nuestro juicio, es uno de los hombres más nobles, más humanos y más generosos que hemos conocido jamás (APLAUSOS PROLONGADOS).

¡Recordaremos siempre con emoción el día en que, algún tiempo después del triunfo de la Revolución, y luego de un proceso de unificación de las fuerzas revolucionarias, BIas Roca depositó en nuestras manos las banderas gloriosas del primer Partido Comunista de Cuba! (APLAUSOS PROLONGADOS)

Nuestra causa ha triunfado. Hoy nos dedicamos por entero al fortalecimiento de la Revolución, a la preparación del Primer Congreso y a la construcción del socialismo. Son las nuevas tareas. Pero las ideas de la independencia nacional, sueño de tantas generaciones de heroicos cubanos, y las ideas de la revolución social, sueño de otras generaciones de militantes revolucionarios, se han cumplido en nuestra patria, liberada ya de los colonialismos y de los neocolonialismos, del colonialismo español y del imperialismo yanki y del capitalismo. Han quedado atrás aquellos tiempos: esclavitud, coloniaje, neocoloniaje, imperialismo, capitalismo. Esas son las palabras que reflejan aquella existencia miserable e injusta del pasado.

Nuestro pueblo ha tenido la fortuna histórica —al calor de los tiempos nuevos, de la época de transición que vive el mundo y con el apoyo revolucionario internacional, especialmente de nuestra fraternal amiga, de nuestra invariable amiga, nuestra infalible amiga, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (APLAUSOS) —, de ver coronados sus anhelos más profundos.

Largo ha sido el camino, grandes y duros los sacrificios. Pero estas páginas fueron escritas por los hombres mejores que nacieron en esta tierra. Las escribieron con su sudor, con su lucha infatigable y con su sangre.

Y muchos de esos mejores hijos fueron cayendo en el camino, pero la victoria plena culminó el esfuerzo de nuestro pueblo.

Días atrás vivimos el emocionante minuto de montar guardia junto a las cenizas de Julio Antonio Mella. y allí estaban también rindiéndole los honores la Compañía de Ceremonias del Estado Mayor General.

Hoy una inmensa multitud acompañaba a los restos de Mella hasta el Museo de la Revolución, donde se custodiarán hasta que sean depositados en el panteón definitivo que la Revolución construye a Julio Antonio Mella junto a la escalinata universitaria, que fue escenario de sus más hermosas luchas.

Y junto a ese pueblo marchaban los cuadros del Partido, los dirigentes de las organizaciones de masas, los ministros del Gobierno Revolucionario. Y aquella multitud no la esperaba ningún ejército para disparar contra ella, ningún soldado emboscado esperaba las cenizas de Mella. Porque junto al pueblo y junto a las cenizas marchaban, escoltándolas, los gallardos soldados del nuevo ejército revolucionario (APLAUSOS), que sí disparó y aniquiló al ejército de mercenarios que un día dispararon contra el pueblo que acompañaba a los restos de Mella, contra las cenizas de Mella, y destruyó el obelisco destinado a su sepultura.

La reacción persiguió a Mella en vida incansablemente, y lo persiguió también en muerte. Es increíble cómo el pueblo cubano no pudo ni siquiera dar sepultura a Mella, y cómo los restos de Mella peregrinaron en el clandestinaje para preservarse de la persecución de los enemigos. y qué satisfacción, qué paz saber que los restos de Mella, envueltos en esa bandera que tanto quería a la que un día lo acusaron calumniosamente de profanar, rodeado del cariño y la gratitud eterna de su pueblo, descansarán definitivamente en el obelisco que la Revolución levanta para él.

Qué emocionantes episodios históricos, de qué extraordinarios acontecimientos hemos sido testigos, que son a la vez pruebas irrefutables de las victorias de nuestro pueblo.

La Revolución es ya indestructible. Eso lo reconocen hasta nuestros más enconados enemigos.

Hoy, detrás de las cenizas de Mella, escoltándolas junto a los soldados, marchaban también los pioneros. Los pioneros son el símbolo del porvenir, del mañana, de la marcha futura de la Revolución, de sus futuras victorias.

Generación tras generación, los revolucionarios cubanos han sabido cumplir su deber. Su deber con la patria y su deber con el mundo, su deber de llevar adelante la revolución socialista, de transformar la sociedad cubana, y expresar a la vez su solidaridad con todos los pueblos que luchan, y seguir consecuentemente los principios internacionalistas que son la esencia misma del marxismo-leninismo.

Julio Antonio Mella, un día dijiste que aun después de muertos somos útiles, porque servimos de bandera. ¡Y así ha sido! ¡Tú fuiste siempre bandera de nuestros obreros y nuestros jóvenes en las luchas revolucionarias, y hoy eres bandera alentadora, ejemplar, victoriosa e invencible de la Revolución socialista de Cuba!

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

(OVACION)


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De: albi Envoyé: 05/01/2011 19:54

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De: Ruben1919 Envoyé: 06/01/2011 14:08

Valoración sobre la Personalidad Histórica de Fidel Castro

Resumen: Fidel Castro, que difícil tener que valorar las acciones de un líder como Fidel, dudo existan palabras para describirle, ni frases aún ideadas para un hombre como él.



Fidel Castro, que difícil tener que valorar las acciones de un líder como Fidel, dudo existan palabras para describirle, ni frases aún ideadas para un hombre como él.
 
“Fidel, que tiene Fidel que los americanos no pueden con él”

Esta incógnita masiva que aún trasciende, unida al gran pensamiento político, internacionalista y patriota que le caracterizan hacen de Fidel una figura altamente reconocida en el mundo entero por su continua lucha contra el mayor imperio existente en la actualidad.

Una vez derrocado el dictador Fulgencio Batista, a la entrada de Fidel en la Habana en 1959, se constituyó no el final de la lucha sino el comienzo de una guerra a combatir con sangre, sudor e ideas. Pues el gobierno del norte tras su inaceptable derrota en suelo cubano, tras notar como de entre los dedos se le escapaba vencido su títere Batista, tras notar el fulgor del pueblo unido y seducido por la naciente Revolución, dedicó todos sus esfuerzos a la guerra económica, a atentar contra la vida de líderes políticos, a la guerra química y otros innombrables sucesos, que me tomaría demasiado mencionar, con el fin de destruir la Revolución. A partir del 1959 comenzó una guerra visible a los ojos de muchos, un creciente diferendo entre la pequeña Cuba y el imperio Estadounidense.

La Revolución comenzaba y tenía muchas cosas que hacer, muchas promesas que cumplir. La ley de Reforma Agraria constituyó una de esas primeras tareas que llevó a cabo la revolución, así como la alfabetización de toda Cuba y la conversión de cuarteles en escuelas. Pero en Especial la Ley de Reforma Agraria llevada a cabo en La Plata, en honor a la importante batalla librada allí, sella de irreversible los enfrentamiento entre Cuba y los Estados Unidos; y es también esta la que dio el paso que provocó que el Imperio impusiera el bloqueo económico a la Isla. Bloqueo que se ha ido recrudeciendo a través de los años con nuevas reformas. También producto de la ira estadounidense y de una serie de intrigas políticas llevadas a cabo por el mismo Estados Unidos, este logra que la OEA aísle a Cuba de su organización.

Sin embargo en Cuba las masas populares por aquel entonces se aferraban aún más al sentimiento revolucionario y patriota que la Revolución llevaba en sus entrañas. El pueblo unido en una concentración en la Plaza vota a favor de Fidel como Primer Ministro el 26 de julio de 1959. Con la figura de Fidel a la cabeza, y la unión y total convicción del pueblo, la Revolución no tenía frenos.

En 1962, en el mismo año del Bloqueo Total a la isla, se llega a un acuerdo militar entre Cuba y la URSS, y se transportan a Cuba una serie de armamentos con el fin de abastecer a la isla de una defensa contra su enemigo inmediato: los Estados Unidos. En Octubre del mismo año aviones Norteamericanos fotografían desde la altura a Cuba y descubren bases donde descansaban armamentos del tipo nuclear, así se da comienzo a la llamada Crisis de Octubre o Crisis de los Misiles el 27 de octubre de 1962. Con la llegada de esta noticia a la Casa Blanca y al Pentágono se crea una crisis política entre los países Estados Unidos, Cuba y la URSS. Los soviéticos alegan que si se intervenía a Cuba militarmente ellos participarían en la guerra a favor de la isla. Los Estados Unidos exigían por su parte el retiro de las Armas Nucleares de Cuba para seguridad propia. Muchos llegaron a pensar que dicha crisis desembocaría en una tercera guerra mundial, pero finalmente se concertó una reunión entre la URSS y los Estados Unidos donde se acordó que los soviéticos retirarían el armamento nuclear de Cuba y los norteamericanos no atacarían militarmente a Cuba pues de ser así la Unión Soviética intervendría. En esta reunión Cuba no fue participe de nada, ni siquiera de las decisiones tomadas en ella, una vez más se repetía la historia, como diría el Profesor Marchante: “como mismo decidieron nuestro futuro muchos años atrás entre España y Estados Unidos sin la participación de Cuba, volvía a suceder ahora entre URSS y Estados Unidos.”

Fidel ante toda esta polémica permaneció firme e incluso desafiante. En pleno discurso, después de cesada la crisis aparentemente, planteó que Cuba no quedaba indefensa, que muchas armas aún reposaban en la isla aunque no fueran de poder nuclear y que no habría fuerza foránea capaz de intervenir en Cuba sin encontrarse con un pueblo dispuesto a morir por su patria y a luchar por su verdad; ante las miradas iluminadas de muchos cubanos el líder de la Revolución en aquella ocasión terminó con estas palabras: “Patria o Muerte, Venceremos”

Realmente la llamada Crisis de los Misiles desembocó en una supuesta paz, pues aunque nunca se llegó a agredir el suelo cubano militarmente si continuo la guerra económica y demás. En una ocasión en un discurso el Comandante en Jefe dijo con estas palabras: “si hacen un bloqueo van a engrandecer a nuestra patria” algo que nunca ha dejado de ser cierto pues mientras más crudo ha sido dicho bloqueo y mientras más sanguinaria ha sido la política estadounidense, más aferrado a estado el hombre cubano a la Revolución. 

Mientras Fidel seguía conquistando los corazones de miles de millones de personas sobre la tierra con su veraz valentía, los intentos de eliminarle físicamente no cesaban. Los propios asesinos que atentaron en muchas ocasiones contra su vida expusieron que “Castro parecía estar rodeado por un encantamiento especial”, cuando los intentos de asesinarle ya enumeraban los 629.

A la llegada de los años setenta Fidel y la Revolución vaticinaron la oportunidad de lograr el estatus económico que necesitaba el país para llevar a cabo todas los obras que soñaba lo Revolución por lo que la nación entera se lanzó a la zafra cañera que sería más tarde históricamente reconocida como “La Zafra de los Diez Millones”

La Revolución de pronto se vio sumergida en los planes de la zafra y el año entero se intento llegar a la cifra acordada, más una serie de tropiezos no dejaron que se llegara a su meta. Fidel ante el pueblo reunido en la Plaza anunció que no se había llegado a los diez millones, pero que la batalla no la había perdido el pueblo, sino sus líderes que no habían estado a la altura de los diez millones, el pueblo si que estuvo a la altura de los diez millones y hasta de once. Con esto se vio reflejado el carácter autocrítico de Fidel y su total devoción hacia la fuerza motriz de la Revolución: el pueblo.

En 1972 se llevó a cabo la Reforma Universitaria por Fidel, y el plan de becas y preuniversitarios en el campo le dio la oportunidad de estudio a millones de jóvenes. La figura de Fidel seguía conquistando los corazones de todas las edades, de todas las razas, de todos los géneros; se me hace imposible olvidar la voz de la señora que de entre las masas que abrazaban y vitoreaban a Fidel salió y le dijo: “Comandante, le diste educación gratuita a mis dos hijos, ya me puedo morir.”

En diciembre del año 1989 una nueva crisis abrumó al mundo: la caída del Campo Socialista Soviético. Más tarde en 1991 producto de lo anterior se desintegró totalmente la hermana Unión Soviética, esto producía para Cuba una desilusión total que solo fue opacada por las palabras del Comandante y por la total convicción de que el camino del Socialismo aún seguía siendo el correcto: 

“Socialismo es una necesidad histórica” 
Fidel Castro

Años difíciles pasaron por Cuba después de dichos hechos, pero la isla resistió decidida a tantos obstáculos se interpusieron en el camino, cinco años más tarde la carismática figura sonriente de Fidel nos felicitaba por estar aún en pie y combatiendo por una Cuba Socialista: “quien podría decir que cinco años después de la caída de la URSS Cuba estaría aún aquí: Revolucionaria, Socialista”.

Y a pesar de los advenimientos, de los obstáculos, del bloqueo, de las patrañas enemigas, Cuba aún hoy mientras tecleo estas líneas sigue en pie y revolucionaria.

La figura de Fidel siempre carismática, decidida, a veces grave, desafiante, sigue hoy en día guiando un camino que tomamos millones de personas, guiando un rumbo en la historia del mundo, guiando una Revolución que a través de los años sigue brillando. Como dije al comenzar el trabajo, dudo existan palabras dignas de valorar a Fidel, más si piden mi opinión personal mi admiración hacia su figura reside por sobre todas sus virtudes en la valentía de sus acciones.

Fidel hoy, mañana y siempre ha de ser un ejemplo de valor a seguir por cualquier y cubano y aún más, por cualquier patriota.

AUTOR:
Oscar Couto Carballo

 

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De: Ruben1919 Envoyé: 07/01/2011 12:32

UNASUR, Evo Morales y sus temores

Bolivia, su proyecto para evitar las bases militares en Colombia

 

31-ago-2009 Andrea Cecilia Fernández

Presidente de Bolivia, Evo Morales - Wikipedia
Presidente de Bolivia, Evo Morales - Wikipedia
La historia de América Latina marcada por dictaduras militares, persecuciones,desaparicion de personas, alerta al presidente, responsable de la protección de su pueblo.

 

En la Cumbre de UNASUR realizada en Bariloche, el presidente de Bolivia, Evo Morales, el 28de Agosto del 2009, presentó su proyecto para ser evaluado sobre el tema de las Bases militares estadounidenses en Colombia.

Había sido presentado en la reunión de Quito, Ecuador, pero ante la ausencia del presidente Álvaro Uribe ocasionada por los cruces, justamente con Rafael Correa, presidente de Ecuador. Por este motivo, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, invitó a reunirse en Bariloche, Argentina, para poder discutir en un lugar más neutral para las partes enfrentadas.

Pueblos originarios

En este proyecto Evo Morales, destaca dos motivos importantes para rechazar las bases militares en Colombia.

 

Dice: “Una, durante la colonia los pueblos indígenas, originarios de este continente, han sido sometidos, humillados, saqueados en sus recursos naturales. Políticas de distintos imperios orientadas al exterminio de los pueblos indígenas. Políticas externas orientadas a la una dominación permanente.”

Los pueblos americanos originarios, desde el descubrimiento de América, han sido despojados de sus tierras, de sus culturas, de sus costumbres. Han sido, son discriminados y sufren del abandono de muchos de los gobiernos que aún siendo americanos, no contemplan las necesidades de cada pueblo. El temor de Evo Morales a la esclavitud, y el sometimiento de un país más poderoso que ocupa su territorio se transmiten en este párrafo, donde claramente recuerda todos los años de sufrimiento de los pueblos indígenas.

Persecuciones

Continúa diciendo: “Segundo, mandamos este documento como víctimas de la presencia militar de EE.UU. en mi país, so pretexto de la lucha contra el narcotráfico. (…) En esta historia de Sudamérica, Latinoamérica, ha habido permanentemente intervenciones. Intervenciones políticas y militares. Pero intervenciones con distintos mecanismos. (…) Cuando hay gobiernos que luchan por la dignidad y soberanía, palo, golpes militares. Cuando hay gobiernos sumisos al imperio, bueno, cooperación. Esa es la historia de Latinoamérica.”

En este punto, aparece otro temor. Con la excusa de la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, la incorporación de ejércitos extranjeros en un territorio pueden suceder acontecimientos sospechosos. Parece que la preocupación de Evo Morales, es que en estos casos considera poco probable y difícil por ejemplo, saber quiénes son los narcotraficantes y quiénes son perseguidos por otros motivos (raciales, ideológicos, religiosos). Los sindicalistas son perseguidos por sus ideologías y se puede confundir como una cacería de brujas, si hubiera un golpe de estado.

Diferentes doctrinas

Sigue diciendo Evo Morales:“Después vienen las distintas doctrinas contra los pueblos de Latinoamérica. No quieren comunistas para perseguir a los sindicalistas (…)".

 

"Después viene la otra doctrina, la doctrina antisubversiva, movimiento sociales plantean transformaciones profundas en lo estructural, buscando por supuesto la igualdad entre bolivianos. Otra vez persecuciones, otra vez detenciones y yo lo viví como dirigente sindical, la doctrina antidrogas, que todos los dirigentes sindicales acusados de narcotraficantes”.

 

Temores

El temor a la persecución encubierta en nombre de la política antidrogas.

Considera que es una guerra donde no hay juicios y no se sabe si las victimas son culpables o inocentes de algo, y donde es posible que la oportunidad de atentar contra la libertad y la vida indiscriminadamente. Sobre todo, teniendo la responsabilidad de gobernar un país con una gran cantidad de habitantes de raíz indígena, donde persecuciones raciales encubiertas como anti-narcotraficantes, podrían tener la oportunidad de exterminarlos.

Terrorismo

Asegura Evo Morales que los embajadores de EE.UU. han dicho en una reunión acerca de él que “es el Bin Laden Andino y los cocaleros de Bolivia los talibanes. (…) Entonces somos narcotraficantes”.

Este temor a ser metidos todos en la misma bolsa y que haya por diferentes intereses políticos, injusticias, persecuciones y muertes, está presente en el discurso del presidente de Bolivia. Además también recuerda que están presentes en ese lugar, porque fueron elegidos por sus pueblos y por este motivo tienen la responsabilidad de protegerlos y defenderlos.

 

Copyright del artículo: Andrea Cecilia Fernández. Contacta con el autor de este artículo para obtener su permiso y autorización expresa para poder usar o publicar su contenido de forma total o parcial.


Leer más en Suite101: UNASUR, Evo Morales y sus temores: Bolivia, su proyecto para evitar las bases militares en Colombia http://organismosinternacionales.suite101.net/article.cfm/unasur_evo_morales_sus_temores#ixzz1ALsiNlfO

 


Réponse  Message 18 de 33 de ce thème 
De: Ruben1919 Envoyé: 08/01/2011 13:35

DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE FIDEL CASTRO RUZ, PRIMER SECRETARIO DEL PARTIDO UNIDO DE LA REVOLUCION SOCIALISTA y PRIMER MINISTRO DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO, EN LA PLAZA ROJA DE MOSCU, EN EL GRAN ACTO DE BIENVENIDA QUE SE LE BRINDA A SU LLEGADA A MOSCU, EL 28 DE ABRIL DE 1963.

 

(DEPARTAMENTO DE VERSIONES TAQUIGRAFICAS

DEL GOBIERNO REVOLUCIONARIO)

 

Querido compañero Nikita Jruschov; 

Compañeros del Comité Central del Partido Comunista de la URSS; 

Compañeros del Consejo de Ministros; 

Representaciones del Cuerpo Diplomático;

Ciudadanos soviéticos: 

 

Por primera vez se me presenta la tarea de dirigirme a una masa como esta, cuyo lenguaje no conozco (APLAUSOS).  Claro que aquí está presente un grupo numeroso de estudiantes cubanos (EXCLAMACIONES), y parece que ellos me entienden primero.  Pero para coordinar un poco, creo que nuestros compatriotas, si se ríen primero, si aplauden primero, y si todo lo hacen primero, van a complicar un poco más la situación (APLAUSOS).  Creo que todos los problemas los podemos resolver, porque tenemos un buen “perevodchik” (EXCLAMACIONES). 

Para nosotros este viaje, esta visita a la URSS, no solo entraña un hecho extraordinariamente emocionante, sino que despierta también grandemente nuestro interés histórico, político y económico. 

Es cierto que nosotros llegamos a este gran país ya predispuestos en su favor por entero, dada las simpatías que sentimos hacia él.  Pero venimos también deseosos de observar y deseosos de aprender.  Quizás nuestros enemigos piensen que nuestros juicios no sean objetivos y, sin embargo, se equivocan. 

Hace algo más de 24 horas que llegamos a la URSS; hemos hecho ya los primeros contactos con el pueblo soviético, y las impresiones que aquí vierto no son para nuestros enemigos —si nuestros enemigos quieren equivocarse es cosa de ellos—, ¡hablo para el pueblo soviético y hablo para nuestro propio pueblo! 

Nosotros, soviéticos y cubanos, es lógico que nos comprendamos.  Los soviéticos nos comprenden a nosotros, porque nuestra Revolución, nuestros actuales esfuerzos, nuestros riesgos, nuestras dificultades, les recuerdan su propia revolución.  Y nosotros, los cubanos, podemos comprender a los soviéticos, porque sus éxitos, sus triunfos, sus extraordinarios avances, los podemos apreciar mejor que nadie, porque sabemos con cuántas dificultades, obstáculos y enemigos se encuentra una revolución verdadera en su camino (APLAUSOS). 

Y los logros alcanzados por el pueblo soviético nosotros sabemos que solo pudieron ser posibles basados en la férrea voluntad, en el extraordinario tesón y en el heroísmo de los trabajadores de este país. 

Y cada una de las cosas que vemos y que nos impresionan nos recuerdan, en primer lugar, que no fueron realizadas por los ricos y los poderosos, por los privilegiados, por los intelectuales burgueses, sino que las realizaron los obreros humildes y los campesinos, los explotados (APLAUSOS), que no tenían experiencia como gobernantes, que no habían pasado por las universidades y, sin embargo, ¿qué han creado?  Han creado un país enteramente nuevo, una sociedad enteramente distinta. 

y de aquellos hombres humildes, de los trabajadores y campesinos soviéticos, guiados por su vanguardia, el Partido Comunista (APLAUSOS), han creado esta realidad que es la URSS hoy donde se gradúa un porcentaje mayor de ingenieros y de técnicos que en ningún otro país del mundo, donde la ciencia se desarrolla vertiginosamente, donde se ha acumulado una enorme experiencia en el arte de gobernar, de planificar y desarrollar la economía.  Y eso es lógico que nosotros, los revolucionarios, lo veamos fácilmente y lo admiremos como merece ser admirado (APLAUSOS). 

No es ese el único mérito de la obra realizada por el proletariado de la URSS, sino que abrió al mundo posibilidades enteramente nuevas, cambió el curso de la historia, e hizo posible hechos que antes no podían imaginarse. 

No se trata de conclusiones que puedan leerse en un libro; se trata de realidades.  Y nosotros somos un ejemplo de esas realidades (APLAUSOS). 

Muchos soviéticos me preguntan cómo ha sido posible la Revolución Cubana; cómo ha sido posible un cambio tan radical en un país pequeño, subdesarrollado económicamente, y que yacía bajo la égida del imperialismo yanki. 

Es posible que muchos soviéticos admiren a nuestro país por eso, y sea una de las razones de la extraordinaria simpatía que expresan hacia nuestro país (APLAUSOS).  Sin embargo, nosotros no olvidamos nunca una circunstancia:  la Revolución Cubana fue posible porque mucho antes hubo Revolución Rusa en 1917 (APLAUSOS).  ¡Sin la existencia de la Unión Soviética no habría sido posible la Revolución socialista de Cuba! 

No quiere decir esto que la Revolución de Cuba la haya hecho la Unión Soviética.  Entre tantas mentiras y calumnias, a los enemigos de la URSS no se les ha ocurrido afirmar tal cosa.  Lo que significa es que, sin la existencia de la Unión Soviética, los imperialistas habrían aplastado cualquier revolución nacional liberadora en América Latina.  Y si hubiesen aplastado hasta una revolución burguesa, si esa revolución hubiese afectado sus intereses imperialistas, mucho más expeditivamente habrían aplastado una revolución socialista en América Latina. 

Pero es que si la Unión Soviética no existiera, los imperialistas no habrían necesitado siquiera recurrir a las armas, habrían estrangulado esa revolución por hambre, la habrían liquidado solo con el bloqueo económico.  ¡Pero como la URSS existía, esa revolución no pudo ser aniquilada con el bloqueo económico!  (APLAUSOS.) 

Cuando los imperialistas, de una manera arbitraria, suprimieron nuestra cuota azucarera, ese hecho habría bastado para liquidar la Revolución, hundiendo en el hambre y en la ruina al país.  Y entonces, la Unión Soviética vino en nuestra ayuda, comprando nuestro azúcar. 

Cuando los imperialistas suspendieron el abastecimiento de petróleo, eso habría bastado para liquidar la economía de un país.  Pero entonces, la Unión Soviética nos envió petróleo.  Mas cuando las medidas económicas no surtían el efecto esperado, comenzaron a prepararse los planes intervencionistas.  Ningún país capitalista nos quería vender armas.  Fue entonces cuando los países del campo socialista, con la Unión Soviética al frente, decidieron facilitarnos la adquisición de armas que necesitábamos.  Y fue con esa ayuda y con esas armas, que pudimos rechazar a los invasores en Playa Girón (APLAUSOS). 

Si la Unión Soviética no existiera, los imperialistas no habrían vacilado en atacar militarmente a nuestro país.  Ha sido el poderío de la Unión Soviética y, de todo el campo socialista, lo que ha frenado la agresión imperialista contra nuestra patria.  Es lógico que nosotros sintamos una profunda y eterna gratitud hacia el pueblo soviético (APLAUSOS). 

Esto nos enseña dos cosas:  que cualquier pueblo, por pequeño que sea, por distante que se encuentre, puede llevar a cabo su lucha por una vida mejor, sin que los imperialistas puedan impunemente destruirlos.  Pero al mismo tiempo enseña el mérito inmenso del pueblo soviético, de los obreros soviéticos, de su genial dirigente, Lenin (APLAUSOS), y del partido que él organizara. 

Nosotros sabemos que los soviéticos están conscientes de lo que han hecho en bien de la humanidad; nosotros sabemos que el haber preservado su revolución no fue tarea fácil; nosotros sabemos cuántos sacrificios han hecho, cuántas agresiones han sufrido; nosotros conocemos la historia de esta revolución; sabemos de la conjura internacional de los reaccionarios; sabemos de las intervenciones contra este país, sabemos de los inmensos sacrificios que costó a la URSS el ataque fascista; nosotros sabemos la sangre vertida, los sacrificios realizados. 

Ayer, cuando visitábamos Murmansk, veíamos una ciudad enteramente nueva, miles de nuevos edificios.  Pero vimos también unas fotos que nos enseñaban cómo quedó Murmansk después de la guerra:  sin una sola casa en pie. 

Nosotros sabemos cómo más de una vez han tenido que reconstruir los soviéticos su país.  Pero hemos podido apreciar cuán consciente está de eso el pueblo soviético. 

Lo pudimos apreciar desde el primer instante y, así, nunca podremos olvidar las primeras impresiones recibidas al llegar a la URSS.  Encontrarnos, en primer lugar, una sociedad sin clases explotadoras y explotadas; encontrarnos un pueblo todo trabajador, y apreciar qué extraordinario es un pueblo así, una sociedad como esa (APLAUSOS), el vigor, el patriotismo y el espíritu sano de los ciudadanos de un país donde el socialismo ha triunfado ya plenamente. 

Por eso no tenemos la menor duda de que el nuevo Programa del Partido Comunista de la URSS se cumplirá (APLAUSOS), que esta generación vivirá en el comunismo (APLAUSOS), y que su avance no podrá detenerlo nada.  No pudieron detenerlo cuando los obreros y campesinos de la Unión Soviética carecían, prácticamente, de todo; cuando no tenían la base industrial y la experiencia que tienen hoy. 

Y, de todo corazón, los pueblos de todo el mundo debemos alegrarnos y recibir como nuestro su éxito (APLAUSOS).  ¡Porque esta revolución ha tenido lugar para bien de la humanidad!  No importa lo que digan los imperialistas, no importan sus calumnias, no importan sus mentiras (APLAUSOS).  Nosotros sabemos lo que son las calumnias de los imperialistas porque las han empleado mucho contra nosotros.  Pero, ¡no importa!, esas calumnias se estrellarán contra la realidad.  ¡Lo creí siempre, pero lo creo aún más firmemente desde que conocí al pueblo soviético!  (APLAUSOS.) 

La humanidad seguirá su curso victorioso, la humanidad tiene motivos para estar optimista, para creer que las fuerzas progresistas vencerán sobre la reacción, para creer que las fuerzas de la paz se impondrán a las fuerzas retrógradas que quieren la guerra (APLAUSOS). 

Y con el éxito de la Unión Soviética marcharán hacia adelante exitosamente, también, los pueblos que como el nuestro, hoy se enfrentan a la intriga y a las agresiones de los imperialistas. 

¡Siempre fuimos grandes admiradores de Lenin (APLAUSOS), pero después de haber visto la obra realizada por su pueblo, después de conocer a la URSS, su figura se agiganta a nuestros ojos y se hace aún más inmortal!

Soviéticos:  ¿Queréis que con una palabra diga nuestro concepto de este pueblo?  Lo vaya decir con la expresión de un compañero de nuestra delegación cuando le pregunté su impresión y me contestó:  “¡Este es un pueblo de gigantes!” (APLAUSOS.) 

El compañero Jruschov expresó hoy su fe en el triunfo de la Revolución Cubana, y nosotros estamos seguros de que así será (APLAUSOS);  nosotros estamos seguros de que nuestro pueblo no será vencido, porque se juntan las dos condiciones indispensables de la victoria:  el espíritu patriótico y revolucionario de nuestro pueblo y la solidaridad del campo socialista, con la URSS al frente (APLAUSOS), más la solidaridad de los trabajadores revolucionarios de todo el mundo (APLAUSOS), la solidaridad de todos los pueblos que conocen las garras del imperialismo y del colonialismo. 

Soviéticos, del socialismo y del comunismo podemos decir también, como decimos nosotros en nuestra patria:  “¡Venceremos!”  (APLAUSOS.)  El futuro de la humanidad es el futuro del socialismo y del comunismo (APLAUSOS). 

Por eso, permítaseme expresar con más fervor que nunca en esta Plaza Roja, tan llena de esa historia que señalaba el compañero Jruschov, y por lo cual hace para nosotros doblemente honroso encontrarnos aquí, infinitamente agradecidos del honor que se nos dispensa en esta histórica Plaza donde comenzó a escribirse la historia nueva del mundo; permítaseme, como el más justo homenaje a quien tuvo el mérito mayor, exclamar:

¡Viva Lenin!  (APLAUSOS y EXCLAMACIONES.)  

¡Viva el internacionalismo proletario!  (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES.) 

¡Viva la amistad entre el pueblo soviético y el pueblo cubano!  (APLAUSOS y EXCLAMACIONES.) 

¡Viva la Unión Soviética!  (APLAUSOS.) 

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

(OVACION)



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