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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 15/11/2010 15:25 |
Nadal completa un palmarés perfecto
El tenista español supera a Djokovic y un parón por la lluvia para ganar el Abierto de Estados Unidos y completar el Grand Slam
JUAN JOSÉ MATEO | Nueva York 14/09/2010
Los truenos que suenan en la distancia no tienen nada que ver con los cazas del ejército estadounidense, que antes surcaron los cielos; no son, tampoco, reverberaciones, brutal el sonido, que correspondan al feroz golpeo de Rafael Nadal, que está ganando a Novak Djokovic la final del Abierto de Estados Unidos (6-4, 5-7, 6-4 y 6-2); y, ni mucho menos, forman parte de la fanfarria con la que se recibe a un grupo de marines portando la bandera estadounidense antes del encuentro. No, los truenos anuncian tormenta y avanzan las nubes negras que poco a poco van colocándose sobre la pista. No, los truenos avisan de la lluvia que viene y sirven de banda sonora a un partido que se lucha desde el corazón y las tripas, sin florituras. Y no, los truenos, brevemente retumbantes, son solo el preludio del agua, que por segundo día seguido suspende la final del último grande del año (6-4, 4-4 y 30-30 para Nadal), antes de que el español, el número uno, logre su noveno grande y un lugar preeminente entre los suyos: a los 24 años, se convierte en el séptimo tenista que ha ganado los cuatro grandes.
A FONDO
- Nacimiento:
- 03-06-1986
- Lugar:
- Manacor
El encuentro nace entre señales que hablan de la batalla que viene. Están los cazas rompiendo a toda velocidad las nubes. Está sonando en el calentamiento Born to be wild (Nacido para ser salvaje). Está también la amenaza chispeante de las valquirias de Wagner y el dragón serigrafiado en la camiseta con la que Djokovic juega desde el principio el partido. El serbio, sin embargo, no arranca escupiendo fuego y chispas, no enseña garras y bífida lengua, sino que más bien parece una ligera lagartija. El número dos deja escenas preocupantes: una y otra vez, tras cada punto, se acuclilla como si tuviera agujetas o estuviera dolorido en los isquios. Pierde una pelota y se golpea con violencia la planta de ambas zapatillas. Cede un break, el segundo de la primera manga, tras recuperar el primero, y chilla, grita y revienta la raqueta contra el cemento, trozos de plástico por los aires, astillas como lágrimas golpeando al suelo, al tenista y a sus dedos.
Nadal lo observa todo cejijunto. Para él pudo ser la señal que indicara que había llegado el momento de dominar abrumadoramente el partido. Fue, sin embargo, el inicio de su propio suplicio. La final no se jugó con raqueta. Se disputó con el corazón y las entrañas, más que contra el rival, contra uno mismo. Los dos rivales compitieron encogidos, presas de los nervios, prisioneros de la historia. Nadal, perdidísimo con el revés, salió reforzado de ese duelo, pero solo después de pasar grandes sufrimientos.
Para empezar, el español, vestido de negro, gritón en el pasillo ("¡Vamos, vamos!") se encontró 4-1 abajo en el segundo set. Perdió nueve puntos seguidos. No encontró soluciones. Y fue desbordado, perdedor en el contraste de estilos. Nadal quería mover de una esquina a otra a Djokovic, desequilibrarle para que no golpeara con los pies bien plantados en el suelo, convertirle en un parabrisas. Djokovic quería que Nadal persiguiera al tiempo, que deseara más segundos, más minutos, un respiro, y por eso atacaba y atacaba, sin entrar en peloteos, robándole centésimas al cronómetro. Del contraste de estilos, tensión máxima en la pista, el padre de Djokovic vestido con una camiseta de su hijo y la grada disparada en gritos y chillidos ("Idemo Nole!"; "¡Vamos Rafa!"), resultó un partido vibrante en las alternativas, emocionante por su significado y luchado palmo a palmo, sin concesiones ni dudas.
No dudó Nadal por tener los pies carcomidos por las ampollas, rojos de Betadine. No dudó Djokovic por haberse vaciado durante tres horas y 44 minutos en semifinales y contra Roger Federer. Y no dudó Nadal bajo el frío de la noche, según iba perdiendo puntos de rotura (6 de 26), o cuando golpeó las cuerdas de su raqueta, fideos contra su puño de gigante, disgustado por haber perdido un punto.
La gente asistió a esa lucha de voluntades con entusiasmo. Evacuado del estadio por la lluvia y el peligro de los rayos, hubo pitos, lanzamientos de vasos y llamadas a la policía, porque había quien temía un desastre ante tanta aglomeración en tan poco espacio. Nadie, sin embargo, quiso irse. Nadie cedió al agua, al futuro atasco de salida, a la posibilidad de que la final se reanudara otro día. Nadie, y había 23.771 personas, quiso abandonar el Corona Park, homenaje a los tenistas, resumen de lo que ocurrió sobre la pista: a los 24 años, Rafael Nadal ganó su noveno grande, se aseguró ser el tenista más joven en completar la colección de los cuatro torneos que forman el Grand Slam en la Era Abierta, y rindió el mejor tributo a su estajanovista capacidad de trabajo. El número uno llegó a Nueva York dudando de su saque y de su revés, presionado por el peso de la púrpura y de la historia. Debía lograr ganar consecutivamente sobre la tierra de Roland Garros, la hierba de Wimbledon y el cemento del Abierto de Estados Unidos, lo que nadie había conseguido nunca. A la vuelta de 16 días, el español dejó la ciudad que nunca duerme mecido en el más agradable de los sueños: campeón, mito y ya leyenda.
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Palmarés de Rafa Nadal: 9 grandes y 42 títulos |
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Una carrera llena de éxitos. |
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De este modo, desde que empezase a competir en torneos profesionales, el manacorí, con la excepción de 2003 y 2004, ha sumado un grande en todos sus años, aunque éste 2010, el de su resurgir, ha sido el más fructífero con un total de tres, ya que sólo en 2008, con el histórico doblete París-Londres, había sumado más de uno por campaña. Foto: usopen.org. |
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La victoria de Rafa Nadal ante el serbio Novak Djokovic en la final del Abierto de los Estados Unidos le ha proporcionado al tenista español añadir en su palmarés su noveno grande y el título número 42 de su corta carrera deportiva. El balear cerró en Nueva York su Grand Slam, con su primer éxito en la Gran Manzana y que une a los cinco títulos conseguidos en Roland Garros (2005, 2006, 2007, 2008 y 2010), a los dos en Wimbledon (2008 y 2010) y al conquistado en Australia en 2009.
De este modo, desde que empezase a competir en torneos profesionales, el manacorí, con la excepción de 2003 y 2004, ha sumado un grande en todos sus años, aunque éste 2010, el de su resurgir, ha sido el más fructífero con un total de tres, ya que sólo en 2008, con el histórico doblete París-Londres, había sumado más de uno por campaña.
Además, el actual número uno del mundo tiene en su haber ya otros 33 títulos de la ATP, entre ellos 18 de Masters 1000, el que más posee, o el brillante oro olímpico conseguido en Pekín hace dos años. De este modo, con tres Copas Davis (2004, 2008 y 2009), se le puede considerar uno de los mejores y más completos de la historia, y el español con mayor número de títulos individuales, 36, superando los 33 de Manuel Orantes y Conchita Martínez.
Nadal inauguró su palmarés en la tierra batida de Sopot, en Polonia, y el año siguiente fue el de más trofeos, con un total de once, cifra a la que sólo se acercó en 2008 con un total de ocho. Lo único que le falta por conquistar es la Copa de Maestros, cita que reúne a los ocho mejores del mundo y en la que todavía no ha alcanzado ninguna final.
PALMARÉS DE RAFA NADAL.
Títulos de Grand Slam (9): Cinco Roland Garros (2005, 2006, 2007, 2008 y 2010), dos Wimbledon (2008 y 2010), un Abierto de Australia (2009) y un Abierto de los Estados Unidos (2010).
Títulos de Masters Series (18): Seis en Montecarlo (2005-2010), cinco en Roma (2005, 2006, 2007, 2009, 2010), dos en Madrid (2005 y 2010), dos en Indian Wells (2007 y 2009), dos en Canadá (2005 y 2008) y uno en Hamburgo (2008).
Títulos torneos ATP (14): Cinco Conde de Godó (2005, 2006, 2007, 2008 y 2009), dos en Stuttgart (2005 y 2007), y uno en Sopot (2004), Costa do Sauipe (2005), Pekín (2005), Acapulco (2005), Bastad (2005), Dubai (2006) y Queens (2008).
Títulos olímpicos (1): Oro individual en los Juegos de Pekín de 2008.
Copas Davis (3): 2004, 2008 y 2009. |
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Rafa Nadal se venga de Roger Federer en la final del Masters 1.000 de Madrid
20MINUTOS.ES. 16.05.2010 - 21.20 h
El español Rafa Nadal venció al suizo Roger Federer, defensor del título, por 6-4 y 7-6 (5) en la final del torneo de Madrid para lograr el tercer título esta temporada y ser el primer jugador de la historia que gana el mismo año en Montecarlo, Roma y Madrid, los tres grandes sobre tierra batida antes de Roland Garros.
Nadal además superó al estadounidense Andre Agassi en el número de Masters 1.000 ganados, ahora ya con 18 para el de Manacor. El español, que ya ganó este torneo en 2005 al vencer al croata Ivan Ljubicic y suma 39 títulos en su carrera, aparecerá el lunes como número dos del mundo, y se presentará en París imbatido en tierra esta temporada con 15 victorias, y solo dos sets perdidos, uno contra el letón Ernest Gulbis en Roma, y otro ante Nicolás Almagro, aquí en Madrid.
El de Manacor se confirma como el gran dominador de la temporada de tierra
Nadal necesitó dos horas y diez minutos para devolver la moneda a Federer, su verdugo en la final del pasado año (6-4 y 6-4). Ante la reina doña Sofía y la infanta Elena, Nadal logró la decimocuarta victoria sobre Federer en 21 encuentros (10-2 sobre tierra).
El triunfo en Madrid significa un salto cualitativo para Nadal, que entrará en Roland Garros con esa vitola de invencible en tierra que lució en años anteriores. Ahora, con 28 títulos sobre arcilla, empatado con el checo Ivan Lendl y el rumano Ilie Nastase, y a dos del sueco Bjorn Borg, y del español Manuel Orantes (el argentino Guillermo Vilas ganó 45), el zurdo español preparará de nuevo el asalto a la capital francesa donde el año pasado cayó en octavos ante el sueco Robin Soderling
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