La policía cubana utilizó gases lacrimógenos en una redada este fin de semana contra disidentes en la provincia oriental de Santiago, donde agentes de la Seguridad del Estado también golpearon e hicieron gestos obscenos a un grupo de mujeres, informaron el lunes activistas de la oposición.
“El equipo antimotines entró como si fuera una película de comando, porque eso nunca se había visto en Cuba”, dijo Yulie Valverde, cuyo marido fue uno de los 27 disidentes detenidos durante la redada del domingo en su casa, en la ciudad de Palma Soriano.
Esta es la la primera vez en la historia reciente que se reporta que Cuba reprime a los disidentes políticos con gases lacrimógenos y un equipo de guardias antimotines, vestidos con uniformes negros y con máscaras antigás, escudos, cascos, porras antidisturbios y lanzadores de gas lacrimógeno.
La redada del domingo tambien fue parte de una serie de protestas inusualmente fuertes y violentas represiones policiales reportadas recientemente en Cuba, donde el gobierno comunista mantiene desde hace tiempo un férreo control sobre la seguridad nacional.
Los últimos informes vinieron de disidentes y sus familiares, y no se han podido ser confirmados de forma independiente. El gobierno no ha hecho comentarios sobre los incidentes ocurridos el fin de semana, y los periodistas extranjeros en La Habana no informaron sobre el asunto.
La mayoría de los incidentes recientes tuvieron lugar en Santiago, donde miembros y simpatizantes de las Damas de Blanco han tratado de reunirse los domingos en la catedral de la ciudad de Santiago para asistir a misa y después organizar marchas por la calle para exigir la liberación de todos los presos políticos.
El peor incidente de este fin de semana se produjo en la ciudad de Palma Soriano, 18 millas al noroeste de Santiago, donde 27 hombres se habían reunido en la casa de Marino Antomarchit para marchar por las calles en protesta por la violencia contra las Damas de Blanco y otros abusos de la policía.
Antes de que los hombres pudieran salir a la calle, dijo Valverde, la policía roció gas lacrimógeno a través de la puerta y las ventanas frontales, y los miembros de la unidad antidisturbios, con máscaras antigases, irrumpieron en la casa, esposaron a los disidentes y se los llevaron en un autobús.
“Aquello fue como el fin del mundo”, dijo la mujer, agregando que la policía también rompió la mayor parte de los muebles de su casa y los colchones, se apoderaron de documentos, computadoras, cámaras, teléfonos celulares, cuadernos de notas y algunas billeteras, y les arrancaron a algunos de los hombres las camisetas, en que aparecía la palabra “cambio”.
Valverde y José Daniel Ferrer, un disidente que dijo que observó parte de la redada a distancia para poder informar sobre el evento, dijeron a El Nuevo Herald que un camión de bomberos se desplegó durante el ataque, al parecer para poder usar sus mangueras de agua en el control de multitudes si era necesario.
Ferrer dijo que también vio a la policía arrastrar a cuatro o cinco vecinos que gritaban “abusadores” y “asesinos” a la policía. Stefhani, la hija asmática de Antomarchit, de 2 años y medio de edad, fue afectada por el gas lacrimógeno, y hubo que evacuarla de la casa por una ventana, agregó.
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