El año pasado las autoridades descubrieron a 333 cubanos en ruta ilegal hacia Estados Unidos.
“En Pasto hay un retén a la
salida del terminal. No falla: con 50 dólares se cuadra (...) En
Honduras, la Policía, los buseteros y los ‘coyotes’ son uno. Tienen que
ser duros para no dejarse quitar el dinero (...) De Chiapas a Veracruz
(México) hay 12 horas de camino y más de 20 retenes; cada uno pedirá de
500 a mil pesos” (10 dólares).
Recomendaciones como esas son las que tiene la ‘biblia’ de los
ilegales cubanos que buscan coronar el ‘sueño americano’ a través de una
ruta que empieza en Quito –Ecuador no les pide visa–, pasa por Colombia
y termina 4.000 kilómetros al norte, en la frontera de México y Estados
Unidos.
El documento lo tenía uno de los cubanos detectados hace algunas
semanas en los controles de Migración Colombia, autoridad de control de
entrada y salida del país y clave para develar cómo operan las mafias
que se lucran de ese tráfico humano. Lo mandó, vía electrónica desde
Miami, Ignacio, un ilegal que hizo el azaroso recorrido entre junio y
julio del 2012.
En siete páginas, que hoy se distribuyen de mano en mano entre los cubanos, el hombre reconstruyó la ruta, con costos de hoteles y comida, riesgos y tarifas de la corrupción a lo largo de ocho países.
Al menos 1.500 dólares vale el viaje (el sueldo que recibe un médico en
la isla en 5 años), y casi una tercera parte de esa plata se queda en
las redes que los mueven desde Ipiales hasta la frontera con Panamá.
Explotados en Ecuador
Los que tienen familiares en Estados Unidos reciben plata para el viaje a través de giros. Pero a la mayoría les toca trabajar en condiciones de explotación en Ecuador para juntar más dólares para el resto del trayecto.
El solo paso por mar de Turbo a la frontera con Panamá, donde acaban
de hallarse siete cuerpos de ilegales náufragos, cuesta 300 dólares.
“Los precios pueden subir, pues en cuanto la guerrilla y los
paramilitares se enteran de un lugar de donde salen cubanos, piden a los
lancheros parte en el negocio. Ya eso ha pasado en Turbo y
Buenaventura”, dice el mensaje de Ignacio. En el 2010, un reportaje de
este diario por la ruta del tráfico de personas comprobó que tanto Farc
como nuevas bandas se lucran del negocio en sus zonas de influencia.
Al llegar al otro lado del golfo de Urabá, los cubanos y otros
traficados hacen tres horas de camino por la selva, para llegar a
Panamá.
El camino, señala una fuente que lo conoce, está lleno de prendas:
son las señales que les dejan a los que vendrán detrás, para que no se
pierdan en la manigua.
La instrucción al llegar a los puestos de control en el vecino país
es “entregarse y decir que son cubanos”. Allá reciben un permiso de
tránsito que aprovechan para viajar, por avión, hasta Ciudad de Panamá.
De ahí siguen por tierra a Costa Rica, por donde usualmente pasan sin
problemas. “Atención: siempre digan a las autoridades de cualquier país
que van de tránsito a EE. UU”, es la recomendación. Mientras que en
Colombia fueron detectados 333 cubanos ilegales el año pasado, 2.658
llegaron a Panamá y pidieron asistencia humanitaria . Todos pasaron por
nuestro país.
En las siguientes paradas de la ruta, la situación vuelve a
complicárseles. “En Nicaragua, si te cogen, te devuelven para Costa
Rica; si te cogen cerca de Honduras, te cobran 100 dólares y te dan
salvoconducto para seguir”, dice el mensaje de Ignacio.
En este último país, que tiene un convenio con EE. UU. para facilitar
el tránsito de cubanos, suelen retenerlos para sacarles algo de dinero,
pero el consejo es resistirse porque legalmente no pueden detenerlos.
Guatemala y México se atraviesan entonces entre ellos y el ‘sueño
americano’.
Para ese momento llevarán un mes viajando, abandonados en las manos
de los ‘coyotes’ de cada país. En México, a donde entran en balsas,
normalmente no los detienen. Pero los que tienen problemas de papeles
deben buscar paso a Estados Unidos por ‘el hueco’. Ese servicio puede
valer hasta 2.300 dólares.
De los 700 extranjeros descubiertos el año pasado por Migración
Colombia en la ruta hacia el norte del continente, casi la mitad eran
cubanos.
Hasta hace un par de años entraban desde Venezuela (usualmente,
médicos desertores de los programas asistenciales del gobierno Chávez),
pero ahora vuelan de La Habana a Quito aprovechando que Ecuador no les
pide visa y por la apertura en el régimen de salida de las isla. Son
miles los que deciden usar una ruta más larga y costosa, pero casi
siempre menos peligrosa que la de los famosos ‘balseros’ que retan el
Caribe hasta las costas de Miami.
Los chinos también siguen entrando ilegalmente a Colombia, pero ya no solo buscan paso hacia Estados Unidos.
Y los casos descubiertos por los investigadores de Migración Colombia
muestran que decenas de dominicanos están entrando a Colombia de camino
hacia Brasil, a través de redes manejadas por haitianos. El destino
final es Guyana Francesa, donde obtienen nacionalidades falsas y visa a
Europa.
Venezuela, nuevo destino de los chinos
Los chinos, que pagan hasta 30.000 dólares para salir ilegalmente de
su país y llegar hasta Estados Unidos (donde trabajan por años para
pagar esa deuda), están cambiando de destino.
Eso es lo que muestran las cifras de las autoridades colombianas. Si
bien los casos de los que buscan como sea –incluso en contenedores de
barcos que salen de Buenaventura– paso hacia Panamá siguen siendo
frecuentes, lo que Migración Colombia ha detectado en los últimos meses
es un inusitado interés de los ciudadanos chinos por llegar a Venezuela.
Un enorme complejo industrial chino-venezolano que se está
construyendo en la ciudad de Valencia, estado Carabobo, parece ser el
destino de muchos de los 125 nacionales de ese país asiático
descubiertos en controles migratorios.
Una nueva modalidad de ingreso es llegar en tránsito al aeropuerto
Eldorado, donde deliberadamente pierden sus conexiones. Se investigan
posibles complicidades de funcionarios que les permiten salir del
aeropuerto, de donde viajan hacia Norte de Santander y de allí a
Venezuela.
Las redes de traficantes también los están trayendo con visados
irregulares (los tramitan en Beijing o Hong Kong con papeles de empresas
que requieren personal especializado en Colombia); o con el pretexto de
adelantar estudios superiores en el país.
Hubo varios casos de chinos que se matricularon en una universidad de
Barranquilla y que asistieron apenas la primera semana. Después los
hallaron trabajando ilegalmente en restaurantes, juntando plata para
seguir viaje hasta EE. UU.
Traficantes aprovechan vacíos migratorios
El director de Migración Colombia, Sergio Bueno, advierte que las mafias aprovechan cualquier resquicio legal en los países de la región para mover su tráfico ilegal, el tercero más lucrativo después del de drogas y el de armas.
“Están pendientes de dónde se levantan los visados o se flexibilizan
los controles de ingreso para abaratar sus costos”, señala. Las
investigaciones muestran que en cada país de la ruta hacia el ‘sueño
americano’ existen ‘coyotes’ locales que se lucran de los migrantes y
los exponen a riesgos mortales.
“Seguimos en la misión de fortalecer los controles para detectar a
estos extranjeros y protegerlos, porque son víctimas”, dice Bueno. Y
agrega que centenares de personas en el país que ayudan a mover a los
ilegales –conductores de buses, empleados de hoteles, lancheros– no
tienen en cuenta que se exponen a penas de hasta 12 años de cárcel por
tráfico de migrantes.
REDACCIÓN JUSTICIA