Reina Máxima, la argentina que enamoró a Holanda
La ceremonia de investidura de Guillermo y su esposa será a  las 9. Beatriz, que ya abandonó el trono, dedicó elogios a su nuera:  "Tiene un gran corazón". En las calles hay fervor.
La popularidad de Máxima. Por María Laura Avignolo y Noel Smart.
 
 
 
Amsterdam, enviada especial. -					 						 							30/04/13 - 06:33
Con una historia de reyes desastrosos y distantes, los  holandeses prefieren a las matriarcas como reinas. Para romper una  monotonía de 123 anos, a la soberana Beatriz la sucederá un varón,  Guillermo Alejandro,  pero el país ya ha conseguido que lo proteja otra  matriarca, Máxima, argentina y reina consorte. La diferencia es que es  abierta, humana, espontánea, exótica, divertida y se ha transformado en  el miembro más popular de la Familia Real. Ella es “la  que manda” en la nueva pareja real y quien ha hecho realmente feliz a un  rey que resistía su implacable destino.
 
En sólo 10 anos,  Máxima se “holandizó” a una velocidad vertiginosa, en un proceso que  dejo atónita hasta a la reina Beatriz. Aprendió a hablar correctamente  holandés después de internarse en una escuela de idiomas de Bruselas,  adaptó los sombreros a sus rasgos tan vascos, se vistió con elegancia  argentina y el presupuesto de los Orange Nassau, una de las casas reales  más ricas del mundo, y se convirtió en la plebeya  más elegante y al  mismo tiempo , naturalmente espontánea, de las Casas reales europeas.
 
Mas  allá de la imagen, la reina Beatriz adora a Máxima porque consiguió que  su hijo y heredero quiera ser rey y goce de esa posibilidad, que hasta  el aterrizaje de la economista y banquera argentina en su vida , vivía  como un tormento en su sueño de ser “una persona normal”. Esta  cosmopolita ex alumna del exclusivo colegio  Northlands le hizo entender  que podía reconciliar ser un soberano y disfrutar de la vida.
 
La  doctora Daniela Hooghiemstra, que escribió el best seller “No se nace  para el trono sin castigo”, explicó el fenómeno. "Ella le ha enseñado  cómo hay que tener esta posición especial y disfrutarla. Guillermo  siempre había sufrido esa posición” contó a Clarín.
 
Cada  soberano impone su propio estilo en Holanda y cada reina ha sido  diferente a la anterior.  Guillermina, la reina de la resistencia contra  los nazis, Juliana, la reina de la gente y Su Majestad Beatriz,   disciplina prusiana para recuperar la jerarquia institucional.
 
 
El  rey Guillermo Alejandro y su reina consorte Máxima serán diferentes,  populares, accesibles y sus súbditos podrán llamarlos como ellos  quieran. Desde su Majestad o Su Alteza Real  a Guillermo y Máxima. Su  rol  también será diferente: unificadores el país y la mejor fórmula  para promover el reino y su histórica capacidad de hacer negocios  globales. Los embajadores más Royals del reino.
 
El  historiador Henk Te Velde es profesor de historia holandesa, donde toda  la Familia Real se ha educado. Para el prestigioso académico, Máxima   “es la persona más popular de la Familia Real de Orange. Probablemente  la influencia en su marido será en dos direcciones: ella es buena en  relaciones públicas y Guillermo Alejandro era mucho más tímido 20 anos  atrás que ahora”.
 
 
La reina Beatriz perdió  frente al parlamento sus poderes de ser intermediaria en la formación  del gabinete de gobierno, en un reino donde la política era my  consensual hasta la aparición del populismo derechista antinmigrantes.  Esa pérdida no le preocupara a Guillermo Alejandro porque él prefiere  otra misión menos política , mas social y económica: unir, aliviar las  tensiones sociales  y promover el reino en el exterior. Pero Máxima no  tiene un rol constitucional ni político. Es reina por cortesía y solo  asesora a su marido, no al reino.
 
Con su carcajada fácil y  sus conocimientos de economía, Máxima aparece frente a los inmigrantes  como alguien humano, que entiende sus problemas, habla un holandés con  acento y es extranjera como ellos, adaptándose a su país. Entiende sus  dificultades de la vida cotidiana, su binacionalidad, su bilingüismo ,  su religión y su multiculturalidad y al mismo tiempo, es la reina.
 
Shalah  Aafar es uno de ellos. Nació en Marruecos pero es un holandés marroquí.  “Máxima es natural, humana, simple. Va a ayudar en la integración en  este país” pronosticó Affar, un ingeniero electrónico. Kimberley del  Prado, una “wedding planer” cree que “las cosas están cambiando en  Holanda.” Y consideró que "Guillermo y Máxima van a ser aún más abiertos  pero tendrán que ser más duros con el gobierno, que se sirve a sí mismo  y no  a la gente” .
 
 
No todos opinan lo mismo,  aunque son minoría. Mariam, una anticuaria de La Haya que prefiere no  dar su apellido, es terminante: "Yo no quiero como reina a una mujer con  ese padre. Es inaceptable para Holanda y a ella le gusta el poder, sin  límites”.
 
"Una pareja normal". El sueño de Guillermo  Alejandro de ser un “holandés normal” se volvió realidad, gracias a la  astucia y la apertura de una princesa argentina desinhibida , ambiciosa y  muy inteligente.
 
“La popularidad de Máxima es por ella  es  muy calida en su personalidad, abierta, y habla de todo, contó Anita  Ishwardt, médica. “Ella tiene mucho conocimiento sobre Holanda y es muy  importante. Ella es argentina y algo muy único porque será la reina”.
 
Máxima  es una católica en un país calvinista, austero, igualitario, donde el  dinero cuenta y se mide con consciencia. Su monarquía es constitucional.  Sus reyes trabajan y por eso abdican las reinas: para que sus hijos  comiencen su carrera mas jóvenes. El deber de un rey es servir para los  holandeses. Esa es su función.
 
 La gran cualidad de Máxima  es que “descalvinizó” a los holandeses en muchos aspectos. "Somos un  país calvinista y tenemos muy poca gente que sabe vestir bien. Le  agradecemos que siempre este espléndida. Pero no nos gusta cuando la  gente gasta demasiado” advirtió Daniela Hooghiemstra.
 
Su  vestuario y sus permanentes vacaciones en el extranjero inquietan a los  holandeses. Es su rol de “Celebrity” el  más incomprendido por sus  súbditos. "La probable crítica, especialmente de los populistas de  derecha, es que la Familia Real es parte de del jet set internacional",   consideró el historiador Henke Te Velde.
 
La misión más  dolorosa para Máxima debe haber sido admitir que debía criticar el  pasado dictatorial de su padre, Jorge Zorreguieta, sin matices, no  invitarlos al casamiento y  aceptar la exclusión de él y su madre María  Pame de cualquier acto oficial holandés. Un duro precio a pagar por una  hija para ser una reina.
 
Lo establece el diputado Jeroen  Recourt, laborista y experto constitucional: “Máxima es nuestra nueva  reina, la mayoría de la gente la quiere. Las cosas que su padre hizo o  no , no son responsabilidad directa de Máxima”.
 
Desde  esta mañana  Máxima Zorreguieta Cerruti será la reina consorte. Máxima,  la mas holandesa de las argentinas o la única argentina holandizada para  siempre.