El canciller argentino, Héctor Timerman, destacó que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoce la causa de las Malvinas como una violación a la integridad regional y no como un tema de “autodeterminación”, como lo hace ver el Reino Unido luego de realizar una consulta a los ciudadanos británicos residentes en ese territorio.
"Las Naciones Unidas, desde hace 40 años, define como una violación territorial a la integridad de mi país" la causa de las Malvinas, al tiempo que destacó el rol significativo que asume la OEA desde 1982 para apoyar a la nación austral en este conflicto de usurpación de las islas.
Timerman realizó las declaraciones durante la cuarta sesión de la 43° Asamblea General de la OEA, en Antigua (Guatemala).
En cuanto al referéndum propuesto por Gran Bretaña, Timerman advirtió que “las Naciones Unidas no convocaron ni aprobaron dicha iniciativa” y explicó que se trató de una estrategia antijurídica por parte de los británicos, al proponer el fin del conflicto bajo una autodeterminación de los pueblos, “cuando fueron ellos, militares británicos quienes usurparon territorio argentino”, aseveró Timerman.
El Canciller argentino resaltó la labor de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que ha privilegiado “como nadie, los intereses comunes como propios”; así como en la tercera cumbre donde países del sur de América y países árabes apoyaron en 2012 la posición de Argentina, en defensa de su territorio.
“Queda en evidencia que el conflicto colonial irrita a más países, que se manifiestan en contra de la usurpación de los territorios que no solo afecta a Argentina sino al continente americano, asiático y africano, campeones en contra del colonialismo”, sostuvo.
Héctor Timerman enfatizó que está "sentado para el diálogo" y que "todo depende de Londres". Afirmó que sobre esta disputa territorial, "el Reino Unido ha insistido en el tema de la autodeterminación (...), evitando analizar el fondo de la cuestión y referirse a la resolución de las Naciones Unidas".
"Algún día las Malvinas dejarán de ser el territorio más militarizado del mundo (...), todo esto depende de Londres y puedo decir, que ya estamos sentados en la mesa de diálogo", insistió.
La controversia envuelve a más de tres millones de kilómetros cuadrados entre terreno y soberanía marítima, doce veces el tamaño del Reino Unido.
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