En medio de la crisis de escasez e inflación que agobia a Venezuela el presidente Maduro decidió llamar al apagafuegos Eduardo Samán, farmacéutico, para que desde Indepabis accione una dura política de fiscalización y castigo a quienes acaparan, especulan y desestabilizan la economía venezolana, según el permanente discurso oficial.

Pero el llamado de Samán a realizar lo que no ha podido hacer la Superintendencia Nacional de Costos y Precios (Sundecop) parece reafirmar la política económica del gobierno que no muestra intención firme alguna de revisar el modelo, aunque viene dando pasos adelante y hacia atrás en búsqueda de soluciones que no encuentra.

En la última semana se anunció un chip de racionamiento que intentaba implantar el gobernador Arias Cárdenas en Zulia y que no era otra cosa que una libreta 2.0 a la cubana, que fue rechazado no solo por el pueblo en general sino por el propio Maduro, quien abortó la medida que calificó como una locura, pues a su juicio de lo que se trata es de producir más bienes y servicios.

Y justo el pasado domingo el ministro de Alimentación, Félix Osorio, también hace un giro declarativo y ya no habla de grandes acaparadores de alimentos como culpables del desastre sino de "acaparadores domésticos", es decir, ciudadanos de a pie quienes tendrían abarrotados de comida los gabinetes de sus cocinas.

SAMÁN EL RADICAL
En 2008 el expresidente Chávez designó a Eduardo Samán presidente del Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a Bienes y Servicios (Indepabis), para establecer un nuevo método de comercio de características socialistas, regular los precios y ofrecer una alternativa económica en productos alimenticios, electrodomésticos y de vestimenta, para así combatir y neutralizar la especulación.

Planteaba radicalizar la transformación hacia el socialismo con mano dura contra especuladores y acaparadores.

Desde joven Samán ha militado en la izquierda venezolana, participando en innumerables actividades a favor de las luchas estudiantiles. Para muchos Samán era un talibán comunista que planteó entonces radicalizar sus acciones en su ruta al socialismo.

Se recuerda de entonces un paquete de arroz que le tiró una consumidora en un supermercado en protesta por los decomisos que hacía de productos esenciales con frecuencia frente a los consumidores ansiosos.

En su gestión ejecutó, entre otras cosas, la nacionalización de la cadena de hipermercados Éxito y de la red de automercados CADA.

Su gestión que además era reforzada por un complemento mediático comenzó a provocar molestia en la población pues se le veía como un decomisador y confiscador de pequeños comercios donde los consumidores hacían sus compras diarias. Y desde el propio gobierno se comentaba entonces que los indicadores del Ministerio de Planificación presagiaban una situación de desabastecimiento importante.

Y justo el día en que se inauguraban los hipermercados Bicentenario, el 10 de febrero de 2010, el expresidente Chávez, desde la capital larense, anunciaba la salida de Eduardo Samán del Indepabis y del Ministerio de Comercio que dirigía paralelamente, sin ofrecer más detalles de los que se conocían. Se fue por la parte de atrás y hasta hoy se consideraba "caído en desgracia".

El regreso a Indepabis, ante el evidente fracaso de la Sundecop, evidencia que el gobierno mantiene inmodificable su política económica y por el contrario sostiene el criterio de que la política de controles puede torcerle el brazo a la inflación y al desabastecimiento.

Bajo esta concepción se puede inferir que el presidente Maduro trae al exhombre fuerte de Indepabis para poner orden en casa y restablecer la normalidad en el abastecimiento de los productos esenciales para las familias venezolanas.