El expresidente de Egipto Hosni Mubarak declaró 
desde prisión que Estados Unidos había pedido a su gobierno una base 
militar en la nación árabe a "cualquier precio", para "asegurar la 
seguridad de Israel". 
"Estados Unidos nos ha estado presionando 
siempre para obtener bases militares en Egipto y siempre me negaba a 
autorizarlo", dijo Mubarak en una conversación grabada desde la prisión 
de Tora en El Cairo (capital), donde cumple condena por la muerte de 850
 manifestantes durante la rebelión popular en su contra en enero de 
2011. 
Mubarak contó que en una oportunidad el antiguo ministro 
de Defensa de Egipto Abu Ghazale se presentó en su despacho y le dijo 
que Estados Unidos le había pedido montar una base militar en Egipto y 
que "yo estuve de acuerdo". 
"Yo le contesté: Tú no tienes 
autoridad para acordar, ni yo tampoco. Esto no es de tu propiedad, ni de
 la mía", comentó el derrocado presidente egipcio en un audio difundido 
por la prensa local. 
Poco tiempo después, según Mubarak "fui de 
viaje a Estados Unidos, en una visita oficial, me reuní con el ministro 
de Defensa estadounidense, quien me dijo Abu estuvo de acuerdo con la 
base militar y le respondí que la Constitución egipcia no se lo permite 
ni a Abu ni a mí, es un tema que requiere de la aprobación del 
Parlamento y si lo aprueba se necesita de un referendo popular". 
“Los
 norteamericanos querían bases a cualquier precio”, señaló tras añadir 
que Washington había pedido en más de una ocasión bases al oeste de El 
Cairo y en Bury Al Arab, cerca de Alejandría (norte). 
Mubarak 
aseguró que al Gobierno estadounidense lo que le importa es "asegurar la
 seguridad de Israel" y por ello "ha estado presionando a los árabes 
durante largo tiempo para lograr este objetivo". 
Asimismo, 
afirmó que la nación norteamericana también quería establecer una red 
electrónica de comunicación para las Fuerzas Armadas egipcias, pero él 
se negó por "temor" al espionaje israelí y estadounidense. 
“En 
2006 o 2007, Washington pidió una frecuencia de FM en El Cairo, pero el 
entonces ministro de Información rechazó la petición”, dijo Mubarak.
“En
 una ocasión recibí al embajador estadounidense, que me dijo: Dame una 
frecuencia de FM porque hay una ayuda de 270 millones de dólares para 
Egipto que está todavía pendiente en Washington por esta razón. Yo me 
negué y dije: 'Quedaos con ella. No la necesitamos'", recordó Mubarak.
Al
 cabo de 15 días, "ellos enviaron la ayuda. Ellos querían la frecuencia 
con el fin de espiarlo y controlarlo todo,” señaló el exmandatario 
egipcio. 
En noviembre de 2011, Hosni Mubarak reveló un presunto plan para dividir a toda la región de Medio Oriente,
 orquestado de forma conjunta por los gobiernos de Estados Unidos e 
Israel, y el cual cuenta con el respaldo de otros Estados aliados a 
Occidente.
También desde la prisión de Tora, Mubarak aseguró que 
Washington y Tel Aviv se han propuesto destruir a los Gobiernos de 
Libia, Sudán, Siria y posteriormente Jordania; un objetivo que ya 
lograron en las primeras dos naciones y que actualmente persiguen en 
Damasco.
Ante esta situación, el expresidente egipcio enfatizó 
que su país fue el primer paso mancomunado de EE.UU. y sus aliados para 
lograr sus objetivos.
El plan fue dividir a Egipto, derrocar a 
todo los gobiernos de Medio Oriente y crear un profundo caos en la 
región, para así disminuir el poder de los árabes en caso de un posible 
enfrentamiento con el régimen israelí.
Comentó también que la 
llegada al poder de la Hermandad Musulmana, en la persona de Mohamed 
Mursi, derrocado este miércoles por el Ejército egipcio, se concretó 
“bajo la aprobación total de Estados Unidos y el régimen de Tel Aviv”.