El dirigente sindical que constituyó uno de los pilares de apoyo del  kirchnerismo durante los primeros ocho años de gobierno de este proyecto  político ha organizado este lunes una huelga de su colectivo, el de  camioneros. Hugo Moyano, líder de una de las cinco centrales de  trabajadores de Argentina y devenido férreo opositor al Gobierno de la  peronista Cristina Fernández de Kirchner en los últimos dos años, llamó a  paralizar las actividades por el impacto del impuesto a la renta en los  salarios de sus representados. Buenos Aires amaneció repleta de basura  sin recolectar y sin periódicos, aunque aún con combustibles y dinero en  los cajeros automáticos. Los camioneros y otros sindicatos que los  apoyan marcharán a la Plaza de Mayo porteña. La protesta ocurre cuatro  días antes de que comience oficialmente la campaña de las elecciones  legislativas de 2013, en las que Moyano ha decidido asumir una  candidatura simbólica a diputado, pues figura en el puesto 35 de una  lista de 35 postulantes, sin posibilidades de resultar elegido, pero  dentro de las filas del peronismo antikirchnerista.
La alianza entre Moyano y Fernández se quebró después de la aplastante reelección de la jefa de Estado en 2011, con  el 54% de los votos. El líder de una de las tres facciones de la  poderosa Confederación General del Trabajo (CGT) pretendía que el  peronismo kirchnerista incluyera más diputados de origen sindical, pero  Fernández no cedió. También comenzó a quejarse de que, a diferencia de  años anteriores, en 2012 y 2013, a partir de la desaceleración económica  de Argentina, los aumentos de nómina dejaron de superar con holgura el  índice de inflación (23% el año pasado). Los asalariados de la economía  formal dejaron de incrementar de forma notoria el poder de compra y  ahora lo mantienen o apenas lo mejoran, lo que en otros países podría  resultar todo un logro, pero que para Moyano ha significado un  retroceso. Pero sobre todo él protesta porque el impuesto a la renta no  se ha ido actualizando por la inflación y cada vez lo pagan más  trabajadores. El Gobierno calculaba hasta mayo pasado que lo abonaba el  17,5% de los empleados, pero esa cifra se habrá incrementado en junio  por las subidas salariales anuales, que en su mayoría comenzaron a regir  ese mes, y porque en este época del año se recibe una paga extra.
Pero más allá de cuestiones técnicas, que impactan claramente en el  bolsillo, Moyano declaró el pasado sábado que “la gente tiene que  entender que el paro es contra la presidenta, no contra los  trabajadores". El líder sindical admitió la “bronca” de quienes tal vez  no puedan repostar gasolina o retirar dinero de los cajeros automáticos,  pero lo justificó en la “injusticia” de que el tributo “les saca parte  del sueldo”. Después del fin de semana y antes del festivo de este  martes por la celebración de la declaración de la independencia de  Argentina (1816), este lunes no habrá transporte de ninguna mercadería,  incluidos los alimentos, bebidas y correspondencia. También se adhieren a  la huelga los portuarios y los chóferes de autocares de mediana y larga  distancia. Además, otros sindicatos participarán de la manifestación a  la Plaza de Mayo, en la que hablará Moyano, como el de empleados  judiciales, enfrentado con el Gobierno por la reforma de la justicia, y  la facción opositora de la izquierdista Central de Trabajadores de  Argentina (CTA).
Moyano era el hombre por el que había apostado el entonces presidente  Néstor Kirchner (2003-2007) para dirigir una CGT unificada. Ahora está  partida en tres: una rama kirchnerista y dos opositoras, incluida de la  del camionero. Moyano había sido de los pocos sindicalistas peronistas  que se habían opuesto a las reformas neoliberales, de privatizaciones y  ajuste de la plantilla de empresas públicas, que había emprendido su  correligionario Carlos Menem, en el gobierno entre 1989 y 1999. Fue el  líder camionero quien puso a sus representados a romper los piquetes de  agricultores en 2008 en el pueblo de Ceibas, en la occidental provincia  de Entre Ríos, para evitar que se interrumpiera el comercio con Brasil y  Uruguay. Durante aquellos años de kirchnerista se ganó el aprecio de  los obreros, por los incrementos de nóminas que consiguieron, pero  también construyó una imagen negativa en la clase media, a medida que la  prensa denunciaba presuntos negocios ocultos en paralelo a su actividad  sindical. Desde finales de 2011, cuando Moyano rompió con Fernández, el  peronismo antikirchnerista olvidó las críticas que le propinaba y lo acogió entre sus filas. Este lunes en Ceibas los camioneros se volvían a apostar, pero para impedir cualquier boicot a su huelga.
En la principal batalla de las elecciones legislativas de agosto y  octubre próximos, en la provincia de Buenos Aires, donde votan casi  cuatro de cada diez argentinos, Moyano irá de último candidato a  diputado en la lista que encabeza un empresario peronista y  antikirchnerista como Francisco de Narváez, antiguo aliado de Menem. De  Narváez fue el hombre que en 2009 derrotó en comicios legislativos a  Kirchner, pero después dilapidó su popularidad por su falta de  iniciativa en la Cámara de Diputados, las peleas internas en su  coalición y la imposibilidad de presentarse como candidato a presidente,  pues es extranjero (colombiano) nacionalizado argentino y la  Constitución se lo impide. La apuesta política de Moyano pareciera no  ser la mejor posicionada para los comicios primarios del 11 de agosto.  En una encuesta de la consultora Poliarquía publicada este domingo en el periódico La Nación,  en la provincia de Buenos Aires figura a la cabeza la lista de Sergio  Massa, el alcalde de Tigre (municipio de la periferia de la capital) y  exjefe de Gabinete de Ministros de Fernández, que pretende presentarse  como un renovador, no como un opositor, como alguien que representa el  peronismo poskirchnerista. Massa, que en su lista está acompañado por  dos dirigentes de las dos centrales sindicales afines al Gobierno, suma  el 33,7% de las intenciones de voto, seguido por el kirchnerista Martín  Insaurralde, alcalde de otro municipio del Gran Buenos Aires, con el  22,8%; De Narváez, que además de Moyano está escoltado por otros  sindicalistas fieles al camionero, con el 12,8% y, en cuarto lugar, una  candidata que no es peronista, la progresista Margarita Stolbizer,  aliada al radicalismo, con el 12,1%.