 Foto: Archivo Particular
 Foto: Archivo ParticularUna red de sicarios encabezada  por tres "temidos" hermanos colombianos y dedicada a cobrar "deudas"  vinculadas al narcotráfico fue desarticulada este miércoles por la  Policía española con la detención de 16 presuntos miembros.
Se  trata de la mayor operación contra una "oficina de cobros" desarrollada  en España, según destacó la Policía, al informar que quince de los  detenidos son colombianos y uno español.
Once de los detenidos son  hombres y cinco mujeres, de edades de entre 30 y 40 años y han pasado  este miércoles a disposición judicial tras su detención el pasado lunes.
Los tres cabecillas, conocidos tanto en España como en Colombia como los hermanos Upegui, tienen numerosos antecedentes y eran tan  temidos en la calle que sólo con dirigirse a las víctimas conseguían el  dinero, según las fuentes policiales, que indicaron que la investigación  del caso comenzó hace nueve meses.
Dos de los hermanos arrestados  ahora fueron detenidos en 2005 en la operación contra la denominada  "oficina de cobro del Dinámico", en la que el cabecilla huyó a Colombia, pero finalmente ha sido capturado en esta operación.
El  grupo se disponía a secuestrar de manera inminente a varias personas en  diversas ciudades españolas, como Tarragona, Salamanca, Valencia y  Málaga, dijeron las fuentes policiales, que indicaron que los dos  hermanos colombianos presuntamente participaron en multitud de  extorsiones y en el secuestro de dos compatriotas.
El sistema empleado habitualmente para saldar deudas generadas por narcotráfico era el "amarre" o secuestro de la víctima hasta que ella misma o algún familiar pagara.
Aunque  no se ha detallado el número de víctimas a las que extorsionó el grupo,  la Policía calcula que eran muy numerosas, ya que los miembros de la  oficina solía hacer entre diez y veinte llamadas al día, casi todas para  amenazar con actuar si no se pagaba lo adeudado.
Todas las  víctimas que ha constatado la Policía por el momento eran colombianas y a  la mayoría se las amenazaba con secuestrar o matar a sus familiares en  Colombia, donde la "oficina de cobro" solía ejecutar los secuestros e  incluso homicidios.
Los mandos policiales relataron que los  sicarios suelen trabajar por encargos y cobrar el 50 por ciento del  dinero que adeudan las víctimas a la persona que les contrata, aunque en  ocasiones también trabajan como autónomos.
A pesar de ganar una  gran cantidad de dinero, este grupo no llevaba una vida ostentosa, lo  que supone un perfil diferente al de los narcotraficantes, explicaron  las fuentes policiales.
No obstante, la "oficina de cobro" de los hermanos Upegui había ampliado recientemente su actividad criminal hacia el  narcotráfico y supuestamente blanqueaba el dinero obtenido con la venta  de droga en locutorios.