| Me Haces Flotar   Me haces flotar, e ignoro si 
tú flotas.
 Tal vez voy sobre ti,
 como la nave
 surca las olas, 
silenciosamente,
 o el fuego abraza el leño,
 crepitante.
 O tal vez en 
el aire,
 sin contacto,
 meciéndome en los
 hilos 
improbables,
 invisibles también,
 que sostuviera
 la mano del 
arcángel
 gestor de situaciones
 insolubles
 en la complicidad
 de los 
amantes.
 ¿O será que en
 el hueco de tu mano,
 como una esfera 
mágica,
 el paisaje,
 el mundo entero se
 hace almohada de humo
 en 
que yo mismo
 puedo recostarme?
 Pierdo todo mi peso
 a tu 
costado,
 tan ligero me siento,
 que me invaden
 deseos de volar;
 quizá dos alas
 en mis espaldas
 arqueadas nacen,
 y soy águila o 
cóndor,
 y en la altura
 giro ingrávido en
 amplias 
espirales,
 siempre en torno de ti,
 mi propio centro,
 definitiva carne 
de mi carne.
   |