"Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Los hijos de este siglo se casan, y se dan en casamiento; mas los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento". (Lucas 20:34-35)

Jesucristo no se casó, y los apóstoles, después de conocer a Jesucristo, tampoco..., porque los que son dignos de alcanzar la resurección "ni se casan, ni se dan en casamiento".

Como ves, Jesucristo dice que los que son dignos del reino de Dios, ni se casan ni se dan en casamiento.  A Jesucristo no le gustaban los casmientos mundanos porque eran casamientos de esclavitud para la mujer.  Pero tampoco prohibió que un hombre se uniera a una mujer cuando lo necesitara, pues así dijo:

"¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre" (Mateo 19:3-6)

Así que a Jesucristo no le agradan los casamientos mundanos, pero sí permite que un hombre se una a su mujer cuando la encuentra.  Entonces, no se trata de casamientos, sino de unirse a las personas que realmente aman a Jesucristo.  Jerucristo no se casó y los apóstoles, después de conocer a Jesucristo, tampoco.  Sin embargo, les acompañaban muchas mujeres:

"Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él, y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios, Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana, y otras muchas que le servían de sus bienes". (Lucas 8:1-3)