Parecería que esta receta 
fuera difícil de poner en práctica, pero no es cierto. Basta con ensayarla una 
sola vez para que no se vuelva a olvidar. 
Ahora, antes de comenzar a poner en práctica los puntos 
enumerados, hay que hacer el siguiente Decreto:
1.- Yo no hablo, ni permito que se me hable nada 
contrario a la perfecta salud, la felicidad y la prosperidad.
2.- Yo le hago sentir a todo ser viviente que lo 
considero valioso.
3.- YO le busco el lado bueno a todo lo que me ocurre, y 
a todo lo que veo ocurrir a otros.
4.- YO pienso en todo lo mejor. Espero todo lo mejor. 
Trabajo únicamente por lo mejor.
5.- YO siento igual entusiasmo por lo bueno que le ocurre 
a otro, que por lo que me ocurre a mí.
6.- YO olvido mis errores del pasado y sigo adelante a 
mayores triunfos.
7.- YO llevo una expresión agradable en todo momento, y 
sonrío a todo ser que contacto.
8.- YO no tengo tiempo para criticar a los demás, ya que 
paso tanto tiempo mejorándome.
9.- YO me hago tan fuerte que nada puede perturbar la paz 
de mi mente.
10.- YO SOY demasiado grande para preocuparme. Demasiado 
noble para enfurecerme. Demasiado fuerte para temer. Demasiado feliz para 
permitir la presencia de algo negativo.