Dos símbolos entrelazados la escuadra y el compás despiertan de manera característica toda clase de misteriosas implicaciones en la imaginación, dos instrumentos bien conocidos desde nuestra época escolar, uno traza la línea recta, la otro la curva, y aunque en la Naturaleza no existe las líneas rectas ni las circunferencias perfectas, no por ello dejan de ser un ideal para el hombre, que son la de sobrepasar los mismos linderos de la Naturaleza misma. Sin duda, el compás y la escuadra corresponden a esas imágenes subliminales inscritas en la memoria universal que Jung llamó arquetipos; sin duda constituyen un signo esencial que nos evoca una inteligencia. Escuadra y Compás aparecen como opuestos complementarios, de totalización, de perfección, una imagen dotada con un poder evocador comparable a los dos triángulos de la estrella de David, o a la unión dinámica de Ying y Yang. Pero la escuadra y el compás tienen también un proyecto hacia el futuro y es la de ordenar la política, la religión y la economía del Mundo, esto es imponer un Nuevo Orden Mundial. Uno observa los símbolos característicos de la masonería y de inmediato pensamos en el Orden, esa es la impresión que obtenemos.