La Divina y Sagrada Simbología

        Uno de los símbolos más vivo de la historia de la humanidad es el Árbol Sagrado de la Vida, cuyo interior atesora las excelencias de las palabras de antiguos libros:

        Y había Jehovah hecho nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer, también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de ciencia del bien y del mal.

Génesis 2:9

Esta imagen del Árbol de la Vida es el resultado de la lectura de un calculado mapa superpuesto al lienzo de Las Meninas; para tal fin, Velázquez dispuso de una idea y tupida red para que ninguno de sus modelos jamás pudiera librarse de su excepcional y comprometido pincel.

El método exhaustivo nos ha llevado, después de sucesivas aproximaciones, a un resultado matemático y geométrico exacto.

Los significados de los nombres de este diseño místico se sitúan en su orden formal sobre la reproducción de Las Meninas.

Y, asimismo, las posiciones de cada una de estas esferas, o Sefirot, se relacionan con sus reveladores mensajes en el lienzo de esta pintura [1].

En la parte superior encontramos las esferas que tienen un carácter más abstracto, sin embargo; según descendemos por sus senderos las esencias de sus contenidos son más específicos.

Esta introducción nos lleva, también, a recordar el antropomorfismo del Árbol Sagrado [2]:

        En su armazón cada parte esencial del ser humano; física, mental y espiritual, se halla en paralelo a Dios, el micro y el macrocosmos se dan la mano.

Los nombres de las diez Sefirot se hallan escritos en pasajes muy concretos de las Sagradas Escrituras [3].

Veamos:

   Las tres Sefirot superiores se mencionan en Éxodo 31:3. Al hablar de las capacidades de Betzalel, el arquitecto del Tabernáculo, Jehovah le dice a Moisés:

        Le he llenado del espíritu de Dios, con Sabiduría, con Entendimiento y con Conocimiento en toda clase de ingenio.

Éxodo 31: 3

Las palabras, llamémoslas divinas, quedan representadas en esta zona del techo de la Habitación del Príncipe con un destello de luz especial, el aire antiguo y atemporal de esta composición artística ilumina todo este espacio.

Algunas de las imágenes de estos dichos o esferas tienen solemne representación, y parecen guardar en su interior un sentido más profundo; en otras, sin embargo, no parece haber nada.

Como curiosidad observamos las dos costuras del lienzo discurriendo vertical y paralelamente a sendos pilares laterales;

• el derecho, o Pilar de la Misericordia,

• y el izquierdo, o Pilar de la Severidad.

Poco a poco descendemos por las ramas o senderos del Árbol; y debajo de la esfera denominada el Conocimiento, Lámpara Dahat, observaremos aquellas Sefirot con más contenido visual.

   Y en conclusión, el perfecto paralelismo, ético, moral y ejemplar, entre las alegorías en Las Meninas de los dos cuadros de la pared del fondo respecto a las Sefirot nº 5 y nº 4 de la Kabala aclaran más lo que afirmamos.

Y las siete Sefirot inferiores se mencionan en 1 Crónicas 29:11. Al ensalzar el rey David a Dios ante la asamblea dice:

        Tuyos, oh Dios, son la magnificencia, el poder, la belleza, la victoria y el honor; porque todo en los cielos y en la tierra son tuyos. Tuyo, oh Dios, es el reino, tu te alzas soberanamente sobre todo.

1 Crónicas 29: 11

Una vez desentrañado el símbolo más sagrado de la Geometría indagaremos en su mensaje:

Y es por ello que su vestigio no es de menor importancia que la misma naturalidad pictórica.

Este nuevo razonamiento propone que es desde el mismo espacio rectangular de la pared del fondo de Las Meninas de donde brota la esencia de cuanto atesora esta pintura:

El factor fundamental.

En el espacio rectangular de la pared del fondo se sitúan las seis Sefirot representativas de la letra Vau, o letra V, del tetragrama divino YHVH, que en 1655, según cuenta el sefardí Abraham Cohen Herrera [4], se denominan La Fábrica:

La génesis geométrica del Árbol de la Vida se remonta a épocas antiguas [5], pero será en el Sefer Yetzirah donde se mencionen por primera vez a estas diez esferas como Sefirot [6].

http://diegovelazquez.webcindario.com/Phi.htm