Un Prisionero francmasón en el Vaticano, parte 4
Quienes han venido siguiendo la saga, de mis comentarios respecto a mi visita al Vaticano, para conocer al francmasón Paolo Gabriele, el único prisionero en el Vaticano. Recordaran que en mi última participación anote, que esperaba al Papa Francisco en una de los tantos inmensos salones del Vaticano. La acústica al menos en ese salón era maravillosa pues podía escuchar a personas cuchicheando por ahí escondidas, y pensé todo este enorme palacio y su decoración era para sobrecoger e intimidar a los visitantes, y de alguna manera doblegarles; pero mi condición de francmasón me mantenía firme, podría pensar que luego de cientos de años sería el único masón que en tales condiciones se entrevistaría con un sumo pontífice. Recuerdo haber leído los Papas en el Vaticano se habrían entrevistado con delegaciones para masónicas, como los B`nai`B`rith, los Boy Scouts, incluso supongo en su momento con ILLUMINATIS de Baviera o personajes del club BILDERBERG, pero nunca con un francmasón Liberal de la cepa pura y dura.
Mi curiosidad era enorme, sentado frente a ese escritorio esperando al Papa Francisco, pensando si al contacto directo, el Papa sería un Psíquico, si alguien con profundidad esotérica, o sería un simple teólogo, ajustado el mundo literal solamente y no al trasfondo del cristianismo esotérico. Recordaba el Papa en algún video había señalado en Turín Italia en Junio de 2015 a la Masonería como algo perverso, incluso al Eneagrama de Gurdjieff como un algo inadecuado para la Iglesia. Y yo era para él esas dos cosas que tanto repudiaba, un masón y un cuarto-caminero Gurdjieffiano; y con el agravante de que Paolo Gabriele el ex mayordomo del Papa Benedicto XVI estaba ligado a la Masonería.
Luego de aproximadamente 15 minutos apareció el pequeño hombre del Vaticano, esa suerte de agente de la inteligencia, y tras de él, el Papa Francisco, mirándome con el rostro un tanto desencajado, y como haciendo una mueca parecida a una sonrisa; yo me levante de mi silla y me puse de pie para saludarle, el Papa extendió su mano y le mire a los ojos, entonces él se vio obligado a sonreírme un poco más abiertamente. Y la conversación fue así.
Su santidad un placer conocerle, -le dije
¿Qué te ha parecido todo esto? Me preguntó el Papa.
Excelente, me dio gusto saludar a Paolo Gabriele y conversar con él.
Y fue cuando el Papa me preguntó ¿Y a qué vine todo esto? Que tengo poco tiempo.
Entonces le contesté: Bien, su Santidad, ustedes tratan de vulnerar el Estado Laico y la educación laica en Mi País, y a toda acción hay una reacción. Y agregue, lo dijo el Francmasón Benito Juárez, los masones no estamos contra el Clero, sino contra el Clero Político que se inmiscuye en nuestros asuntos.
Y seguí diciéndole al Papa Francisco, hoy es que podemos y como siempre lo hemos hecho los masones mover de manera psíquica o mental ciertas circunstancias a favor de los pueblos, y sabemos que luego de años y años de hacer política y proteger pederastas en el Vaticano, las manos se les han ido ensuciando.
El Papa se notaba un tanto perplejo, como si mis palabras le hubieran hecho recordar algo, y lo creí impotente obviamente, ante una adversidad de inconvenientes que evidentemente no podía controlar, como era la decadencia en el Clero.
Fue cuando el Papa me dijo,- No soy ajeno a la presencia masónica en el Vaticano y sus alcances –
En ese momento sin más el Papa se levanta de su silla, me mira y se despide sin más.
El Pequeño hombre del Vaticano se aproxima a mí, y me pide lo escuche con atención.
Me dice: El Papa Francisco, no entiende mucho de esto del mentalismo, ni de psiquismo – No entiende que mucho de esto o todo de esto es mente. Y que todo esto se resuelve no en el plan físico, sino en planos sutiles de la idea.
Fue cuando al pequeño hombre del Vaticano le pregunto ¿Por qué entonces no le hacen entender eso al Papa Francisco?- Y él me contestó con otra pregunta ¿tú has tratado de explicarle eso a tus hermanos masones en Logia? Obviamente no te comprenderán, ni por más que te esmeres , el Papa Francisco , como tus hermanos masones son ciegos a este mundo de la realidad, por eso nunca resuelven nada.
El pequeño hombre del Vaticano fue cuando me mencionó, tu visita al Vaticano aún no termina, estas por conocer la parte más importante del Secreto del Vaticano, pero ahora es necesario que descanses, tenemos una habitación destinada a ti, y te queremos con todas tus fuerzas para mañana.
Unos guardias suizos, entonces me condujeron a una habitación, que aunque pequeña era muy cómoda. Y me quede pensando, mientras me acomodaba y tomaba una ducha, ¿Habrá entonces algo más importante que el Papa en el Vaticano?
Pero esta historia, se las contaré próximamente. – Alcoseri