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General: ALGUNOS DOCUMENTOS SOBRE EL ESTADO DE ALERTA
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: Alcoseri  (Mensaje original) Enviado: 06/09/2011 03:48
 
 
 

ALGUNOS DOCUMENTOS SOBRE EL ESTADO DE ALERTA

 

http://groups.google.com/group/secreto-masonico

Una antología por hacer.
 
-Palabras de Gurdjieff. Mi paso por la escuela del despertar.-Un relato de Raymond Abellio.- Consideraciones de René Alleau sobre el estado de conciencia superior.-
    

Un admirable texto de Gustav Meyrinck, genio desconocido.

Si existe un estado de alerta, falta un piso al edificio de la psicología moderna. Vamos a presentarles cuatro documentos que, no obstante, pertenecen a nuestra época. No los hemos elegido, porque nos ha faltado tiempo para hacer una verdadera selección. Todavía no se ha establecido una antología de los testimonios y estudios modernos sobre el estado de alerta. Sería muy útil, porque restablecería las comunicaciones con la tradición. Mostraría la permanencia de lo esencial en nuestro siglo. Iluminaría ciertos caminos del porvenir. Los literatos encontrarían en ella una clave, los investigadores de ciencias humanas recibirían un estímulo, los sabios verían en ella el hilo que discurre a través de todas las grandes aventuras del espíritu y se sentirían menos aislados. Naturalmente, al reunir estos documentos que se hallaban al alcance de nuestra mano, no pretendíamos tanto. Queremos aportar solamente unas breves indicaciones sobre una psicología posible del estado de alerta en sus formas elementales.

Encontramos, pues, en este capítulo:

1° Extractos de párrafos del jefe de escuela Georges Ivanovich Gurdjieff, recogidos por el filósofo Ouspensky.

2° Mi propio testimonio sobre mis tentativas para ponerme en el camino del estado de alerta bajo la dirección de los instructores de la escuela Gurdjieff.

3° El relato que hace el novelista y filósofo Raymond Abellio de una experiencia personal.

4° El texto más admirable, a nuestro entender, de toda la literatura moderna sobre este estado. Está sacado de una novela desconocida del poeta y filósofo alemán Gustav Meyrinck, cuya obra no ha sido traducida al francés, salvo

 
 
 
 
 
 
Visage Ven y Le Golem. La misma se remonta a las cumbres de la intuición mística.
 
PALABRAS DE GURDJIEFF

I.

 
 
El Retorno de los Brujos Louis Pauwels y Jacques Bergier 248

«Para comprender la diferencia entre los estados de conciencia, es preciso que volvamos al primero, que es el sueño. Es éste un estado de conciencia totalmente subjetivo. El hombre queda sumido en sus sueños, y poco importa que conserve o no su recuerdo. Aun en el caso de que algunas impresiones reales lleguen hasta el durmiente, tales como sonidos, voces, calor, frío, y sensaciones de su propio cuerpo, sólo provocan en él imágenes fantásticas. Después, el hombre se despierta. A primera vista, es un estado de conciencia completamente distinto. Puede moverse, hablar con otras personas, hacer proyectos ver los peligros, evitarlos, y así sucesivamente. Parece razonable pensar que se encuentra en una situación mejor que cuando estaba dormido. Pero, si calamos un poco más hondo, si arrojamos una mirada a su mundo interior, a sus pensamientos, a las causas de sus acciones, comprenderemos que se halla casi en el mismo estado que cuando dormía. Incluso peor, porque, durante el sueño, permanece pasivo, lo que equivale a decir que no Puede hacer nada. Por el contrario, en el estado de vigilia puede actuar continuamente, y el resultado de sus acciones repercutirá sobre él y sobre los que le rodean. Sin embargo, no se acuerda de sí mismo. Es una máquina, todo le viene de fuera. No puede detener la corriente de sus ideas, no puede dominar su imaginación, sus emociones, su atención. Vive en el mundo subjetivo del "yo amo", "yo

 
 
 
     
 

no amo", "esto me gusta", "esto me disgusta", "deseo" "no deseo", es decir, en un mundo hecho de lo que cree amar o no amar, desear o no desear. No ve el mundo real. Se lo oculta el muro de su imaginación. Vive en el sueño. Duerme. Y lo que llama su "conciencia lúcida" no es más que sueño... y un sueño mucho más peligroso que el de la noche, en su lecho.

»Consideremos algunos acontecimientos de la vida de la Humanidad. Por ejemplo, la guerra. En este momento hay guerra. ¿Qué quiere decir esto? Significa que muchos millones de durmientes se esfuerzan en destruir a muchos millones de durmientes. Cosa que no harían, naturalmente, si despertaran. Todo lo que ocurre actualmente es debido a aquel sueño.

»Estos dos estados de conciencia, sueño y vigilia, son igualmente subjetivos. Sólo empezando a acordarse de sí mismo puede el hombre realmente despertar. Entonces, toda la vida toma a su alrededor un sentido diferente. La ve como una vida de gente dormida, una vida de sueño. Todo lo que dice la gente todo lo que hace, lo dice y lo hace en sueños. Nada de ello puede tener, pues, el menor valor. Sólo el despertar y lo que conduce al despertar tienen un valor real.»

« ¿Cuántas veces me habéis preguntado si sería posible evitar las guerras? Ciertamente, sería posible. Bastaría con que la gente despertase. Esto parece ser muy poca cosa. Por el contrario, nada hay más difícil, puesto que el sueño es provocado y mantenido por toda la vida ambiente, por todas las condiciones del ambiente.

» ¿Cómo despertar? ¿Cómo librarnos de aquel sueño? Estas preguntas son las más importantes, las más vitales que puede formularse un hombre. Pero, antes de hacérselas, deberá convencerse del hecho mismo de su sueño. Y no le será posible convencerse más que tratando de despertarse. Cuando haya comprendido que no se acuerda de sí mismo y que el recuerdo de sí mismo significa un despertar hasta cierto punto, y cuando haya visto por experiencia lo difícil que es acordarse de sí mismo, comprenderá que el deseo de despertar no basta para lograrlo. Hablando con mayor rigor, diremos que un hombre no puede despertarse por sí mismo. Pero, si veinte hombres convienen en que el primero de ellos que lo haga despertará a los demás, tienen ya una posibilidad de conseguirlo. Sin embargo, incluso esto es insuficiente, porque los veinte hombres pueden dormirse al mismo tiempo y soñar que se despiertan. Por consiguiente, no basta. Se necesita más. Los veinte hombres deben estar vigilados por otro hombre que no esté dormido o que no se duerma tan fácilmente como los demás, o que se duerma conscientemente cuando sea posible, cuando no pueda resultar de ello ningún mal para él ni para los otros. Deben encontrar este hombre y contratarle para que les despierte e impida que vuelvan a caer en el sueño. Sin esto, es imposible despertar.

»Es posible pensar durante un millar de años, es posible escribir bibliotecas enteras, inventar millones de teorías, y todo esto en pleno sueño, sin ninguna posibilidad de despertar. Por el contrario, estas teorías y estos libros escritos o fabricados por los durmientes, tendrán por único efecto arrastrar al sueño a otros hombres, y así sucesivamente.

»No hay nada nuevo en la idea de sueño. Casi desde la creación del mundo, se ha dicho a los hombres que estaban dormidos y que debían despertar. Cuántas veces por ejemplo, leemos en el Evangelio: "Despertaos", "velad", "no os durmáis". Incluso los discípulos de Cristo dormían en el huerto de Getsemaní, mientras su Maestro oraba por última vez. Con esto queda dicho todo. Pero, ¿lo comprenden los hombres? Lo toman por una figura retórica, por una metáfora. No ven en absoluto que hay que tomarlo al pie de la letra. Y aun en esto es fácil comprender la razón. Tendrían que despertar un poco, o al menos intentarlo. Hablo en serio cuando digo que a menudo me han preguntado por qué los Evangelios no hablan jamás del sueño... Y éste se cita en todas sus páginas. Lo cual demuestra sencillamente que la gente lee el Evangelio durmiendo.»

«En términos generales, ¿qué hace falta para despertar a un hombre dormido? Se precisa una buena impresión. Pero, cuando el sueño es profundo, una sola impresión no es bastante. Se requiere un largo período de impresiones incesantes. Por consiguiente, se necesita alguien que las produzca. Ya he dicho que el hombre deseoso de despertar debe contratar a un ayudante que se encargue de

 
 
 
El Retorno de los Brujos Louis Pauwels y Jacques Bergier 249
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: Alcoseri Enviado: 01/10/2017 21:28
Resultado de imagen para Si existe un estado de alerta, falta un piso al edificio de la psicología moderna. Vamos a presentarles cuatro documentos que, no obstante, pertenecen a nuestra época. No los hemos elegido, porque nos ha faltado tiempo para hacer una verdadera selección. Todavía no se ha establecido una antología de los testimonios y estudios modernos sobre el estado de alerta. Sería muy útil, porque restablecería las comunicaciones con la tradición. Mostraría la permanencia de lo esencial en nuestro siglo. Iluminaría ciertos caminos del porvenir. Los literatos encontrarían en ella una clave, los investigadores de ciencias humanas recibirían un estímulo, los sabios verían en ella el hilo que discurre a través de todas las grandes aventuras del espíritu y se sentirían menos aislados. Naturalmente, al reunir estos documentos que se hallaban al alcance de nuestra mano, no pretendíamos tanto. Queremos aportar solamente unas breves indicaciones sobre una psicología posible del estado de alerta en sus formas elementales.

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: BARILOCHENSE6999 Enviado: 02/10/2017 20:50


 
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