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General: LA REBELIÓN LIBERAL DE LUCIFER
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Respuesta  Mensaje 1 de 9 en el tema 
De: Alcoseri  (Mensaje original) Enviado: 22/05/2015 03:34
LA REBELIÓN LIBERAL DE LUCIFER
Por la gracia de los Ancianos de los Días, querido Sinuhé, se nos brinda laposibilidad de conocer quién es en verdad Lucifer... ¿Por qué serebeló? ¿Cuáles fueron las causas y razones de su levantamiento? ¿Hasta qué punto fue grave su desobediencia? ¿A quiénes arrastró? Y, por encima de todo ello, ¿qué repercusiones tuvo dicha rebelión para nuestro mundo? ¿Qué hay de cierto o de simbología en lo poco que cuenta la Biblia?... Sinuhé, desbordado, interrumpió a su Kheri Heb con una única y lógica pregunta: -Pero, Maestro, ¿quién tiene el poder para despejar esos misterios? La fría pregunta de Sinuhé contribuyó -y no poco- a estabilizar el cada vez más caldeado entusiasmo de su Maestro. Éste, después de inspirar profundamente, comprendió que no debía precipitarse. Y con gran alivio por parte de su discípulo, se ajustó a las preguntas concretas que éste había empezado a plantearle: -Estas y otras muchas interrogantes, querido hermano, pueden ser desveladas por la hija de la raza azul y por tí mismo, Sinuhé... si aceptáis la misión que Ra ha transmitido a la Escuela de la Sabiduría. -Un momento... -le interrumpió Sinuhé nerviosamente-, ¿qué o quién es Ra? -Como te había empezado a exponer, para los observatorios astronómicos sólo se trata de un astro periódico, con una órbita cíclica de 6 666 años y que el 27 de enero pasado cruzó la órbita de Plutón, en un preocupante viaje hacia nuestro planeta o, quizá, hacia el Sol... Sinuhé palideció. -...Para nosotros, en cambio -prosiguió el Kheri Heb en un tono tranquilizador-, Ra es mucho más. Sabemos que no es un cuerpo sideral como otro cualquiera. Seres altamente evolucionados y responsables de la administración de nuestro universo local de Nebadon dirigen y controlan a Ra: una de las magníficas esferas artificiales que rodean habitualmente a Jerusem, la capital (como sabes) de nuestro sistema. Y tal como consta en nuestros papiros sagrados (los de la Quinta Revelación) Ra se desplaza por nuestro sistema de satania cada 6 666 años terrestres, con muy diferentes misiones. A nosotros, en estos momentos, nos ha tocado en suerte ser testigos (y protagonistas, si aceptáis la misión) de una nueva ronda de la rueda de Ra. Sinuhé, como discípulo de la Orden, había estudiado los papiros sagrados denominados de la Quinta Revelación -a los que me referiré en breve-, pero, a pesar de ello, seguía confuso. -¿Y qué relación existe entre la primera frase del mensaje (RA-6 666 ABRIRÁ EL NUEVO TIEMPO) y la última: EL JUICIO DE LUCIFER -666- HA LLEGADO? -Como sabes a través de tus estudios, el tiempo es un concepto psicológico, cuyo valor cambia, según el lugar desde donde se mida. Para nosotros (los mortales), un año en el planeta Tierra equivale a 365 días y 1/4. Pero ese concepto del tiempo no es igual para los seres que habitan nuestro universo local o cualquiera de los siete superuniversos y, por supuesto, para las altas jerarquías del Universo Central de Havona, sede de la isla Eterna del Paraíso. Pedro lo dice con extrema puntualidad en su segunda carta (3.8): Amadísimos, no se oculte, sin embargo, una cosa: un día es ante Dios como mil años y mil años como un día. Quiero decirte, con esto, que (según la interpretación del Consejo Supremo de la Orden) el inminente juicio a Lucifer abrirá un tiempo nuevo para nuestro mundo y para todos aquellos que fueron arrastrados en la rebelión. Aunque para esta Humanidad ascendente y evolucionaria hayan podido pasar cientos de miles de años desde aquella desgracia, para los muy altos seres que rigen los superuniversos ese tiempo es prácticamente insignificante. Y el hecho objetivo y fascinante es que (por razones que se nos escapan) la Divinidad está a punto de juzgar al gran rebelde. Ello puede significar el final de la cuarentena que sufre la Tierra desde el instante en que el entonces príncipe planetario (Caligastía) decidió unirse a la insurrección de Lucifer. Una cuarentena que, como tampoco ignoras, sólo ha supuesto aislamiento, dolor y retraso para este desgraciado mundo... -Maestro -se lamentó Sinuhé-, sigo sin comprender qué tiene que ver todo esto con la hija de la raza azul y conmigo mismo. El Kheri Heb acudió de nuevo al segundo documento y repuso: -En esta información secreta, complementaria de la que ya conoces, el Consejo Supremo de la Escuela de la Sabiduría nos informa de una serie de hechos que trataré de resumirte: una vez localizada la hija de la raza azul, y como compensación a los muchos sufrimientos experimentados por este planeta como consecuencia de la rebelión, los Ancianos de los Días han dispuesto que nuestra Humanidad (al igual que las de los mundos que fueron igualmente arrastradas por los rebeldes) pueda estar representada en el mencionado juicio de Lucifer. Esa representación sólo podrá ser ostentada, y muy justamente, por un descendiente vivo de la raza más noble de cada uno de esos planetas, actualmente en cuarentena. Ra señaló en su momento quién era ese representante humano (la hija de la raza azul) y la forma para identificarla: las campanadas... -¿Asistir al juicio de Lucifer?... Sinuhé, puesto en pie, formuló aquella nueva pregunta con incredulidad. Pero sus sorpresas no habían hecho más que empezar... El Maestro, con rostro grave, le rogó que se sentara. -Sí, tú lo has dicho. Y esta delicada misión tiene una primera fase de la que (si ambos aceptáis) nuestra Orden y el mundo entero podrán obtener cumplidas respuestas a muchos de los interrogantes que te formulaba hace un momento... Recuerda que la Humanidad apenas sabe nada de los motivos reales de aquella revuelta celestial y de sus consecuencias. -Y bien -planteó nuevamente el investigador-, ¿en qué consiste esa primera fase de la misión y qué papel me toca a mí? -Como tú mismo has observado, la hija de la raza azul no es consciente de su verdadera identidad. Han transcurrido cientos de miles de años desde la rebelión y el paso del tiempo ha borrado todo vestigio de aquellos sucesos y de los seres que intervinieron directa e indirectamente. Ella, lógicamente, ignora quiénes fueron sus remotos antepasados (los hombres de la raza azul) y la trascendental misión que desempeñó en la Tierra la primera pareja de esta singular estirpe: Adán y Eva. Al escuchar estos nombres, Sinuhé sintió un escalofrío. -...Pues bien, tu misión (antes que la hija de la raza azul decida o no asistir al gran juicio) consiste en prepararla y, llegado el momento, suponiendo, repito, que asumas esta responsabilidad, acompañarla... -¿Yo?... ¿Acompañarla yo al juicio de Lucifer? Sinuhé, sin poder contenerse, se vio asaltado por un ataque de risa. Su Kheri Heb, consciente de la tensión que venía soportando, dejó que el soror aliviara su ánimo. -Lo siento, Maestro -repuso al fin, haciendo un esfuerzo por serenarse-. No he podido evitarlo... Sabes que no tengo madera de héroe. Sólo soy un hombre atormentado que se desprecia a sí mismo. ¿Por qué precisamente yo?... -Podría responder en parte a esa cuestión -argumentó el Maestro-, pero no lo haré..., de momento. Si aceptas la misión habrá alguien mucho más importante que yo que podrá satisfacer tu curiosidad. Pero sí voy a intentar aclarar tu anterior pregunta. ¿Acompañar tú a la hija de la raza azul al juicio de Lucifer? Pues sí y no. En primer lugar (y de acuerdo con los planes superiores), una vez finalizado el entrenamiento de la hija de la raza azul, tu misión habrá terminado..., a no ser que, libre y voluntariamente, aceptes unirte a la elegida para localizar los archivos secretos de IURANCHA. Ése será el final de esta primera fase de la misión. Sólo entonces, cuando dichos archivos hayan sido descubiertos, empezará para la hija de la raza azul (y quizá para ti) la segunda y última parte de esta apasionante aventura: la asistencia al referido juicio de Lucifer. -¡Los archivos secretos de IURANCHA! Sinuhé pronunció aquellas palabras en un tono reverencial. Él sabía que nuestro planeta es conocido en el Universo, no como la Tierra, sino como IURANCHA. Y había estudiado igualmente que, tras el caos producido por la rebelión, los archivos secretos del mundo -con toda su Historia- habían caído en poder de los rebeldes. Amparados por la rígida cuarentena decretada sobre IURANCHA, los leales a Lucifer y Caligastía habían ocultado este inmenso tesoro a los ojos de los legítimos propietarios: los humanos autóctonos de IURANCHA. De esta forma, manteniendo a la Humanidad ajena y alejada de la Verdad, sus posibilidades de control y dominio de los pueblos seguían en pie, sembrando la duda, la confusión y la ignominia entre los ciegos y desdichados pobladores del planeta. La Escuela de la Sabiduría había tenido conocimiento de la existencia de estos archivos secretos, a través de los papiros de la Quinta Revelación. Pero, hasta este momento, todos los intentos por descubrirlos y rescatarlos habían fracasado. Sinuhé asintió con la cabeza. Ahora sí empezaba a comprender. ¡Los archivos secretos...! Lucifer era (y es) uno de los más brillantes hijos de la Orden de los Lanonandeks primarios del universo local de Nebadon. Tenía una dilatada experiencia en los asuntos de la administración cósmica, destacándose como un alto consejero de su grupo. Su sabiduría, sagacidad y eficacia fueron siempre reconocidas. Llevaba el número 37 de los de su Orden. Y de él se había dicho: Eres perfecto en todas las vías, desde el momento en que fuiste creado, hasta el momento en que la iniquidad anidó en ti. Muchas veces había ocupado un sitial en el consejo de los Muy Altos de Edencia. Lucifer reinaba sobre la santa montaña de Dios, el monte administrativo de Jerusem, ya que era el administrador en jefe de un gran sistema, formado por 607 planetas habitados, de los cuales IURANCHA hace el número 606. Antes del estallido de la rebelión propiamente dicha, Lucifer y Satán habían reinado por espacio de más de 500 000 años terrestres sobre el sistema que tenían encomendado: Satania. Satán, por su parte, formaba parte de ese mismo grupo u Orden de los Lanonandeks primarios, aunque nunca llegó a ejercer las funciones de soberano sistémico. Y es preciso hacer notar que, tanto Lucifer como Caligastía, el príncipe de IURANCHA, mucho antes de la consumación de la revuelta, ya habían sido advertidos por sus superiores celestes de sus respectivas tendencias a la crítica y a un peligroso engreimiento personal. Pero la historia de vuestro mundo transcurrió brillante y esperanzadora hasta que (hace ahora unos 200 000 años) IURANCHA recibió una de las rutinarias visitas de inspección de Satán. Ése fue el histórico momento en que la Tierra, y más exactamente Caligastía, conoció los planes de Lucifer... -Quizá fuese necesario -argumentó el miembro de la Escuela de la Sabiduría- conocer primero en qué consistían esos planes... -En efecto -proclamó la voz-. Para entender el verdadero alcance de la rebelión, resulta imprescindible exponer primero el llamado Manifiesto de la Libertad, proclamado por Lucifer. No existían condiciones especiales en el sistema de Satania que pudieran favorecer o justificar dicha revuelta. La idea de la sublevación nació en el espíritu de Lucifer. Nadie le instigó ni aconsejó. La voluntad de oponerse a los planes de Micael fue una iniciativa individual, lenta y firmemente madurada durante más de cien años del tiempo estándar. Antes de decidirse a exponer sus pensamientos, Lucifer jamás se había manifestado en contra del sistema administrativo del universo. Su lealtad hacia los jefes supremos era sincera y sus relaciones con el Hijo Creador (Micael), profundas y cordiales. A lo largo de esos cien años, la Unión de los Días de Salvington, capital del universo local de Nebadon, había informado a las jerarquías celestes residentes en Uversa que no todo se hallaba en paz en la mente de Lucifer. Y poco a poco, el soberano del sistema de Satania comenzó a criticar el plan administrativo de Nebadon. Su primera y abierta insinuación de desobediencia se produjo pocos días antes de la citada proclamación de su Manifiesto de la Libertad, con motivo de la visita de Gabriel, jefe ejecutivo de Micael y supervisor de todos los soberanos sistémicos de Nebadon, a Jerusem. Gabriel quedó impresionado y, convencido del inminente estallido de una rebelión, se trasladó a Edencia, sede de la constelación, donde parlamentó con los Padres de Norladiadek, adoptando ya las primeras medidas preventivas, en caso de sublevación. Y hace 200 000 años, durante el cónclave anual de Satania, en presencia de las multitudes reunidas en Jerusem, Satán (ganado para su causa por Lucifer) dio a conocer la llamada Declaración luciferiana de Libertad o Manifiesto de la Libertad, que comprendía los siguientes puntos: Primero: la realidad del Padre Universal. Lucifer pretendía que el Padre Universal no existía y que la gravedad física y la energía espacial eran inherentes al universo. El Padre (decía el Manifiesto) era un mito, inventado por los Hijos del Paraíso para permitirles mantener su poder sobre todos los universos. Negaba también que la personalidad fuera un don del Padre Universal, insinuando que existía un complot con los Hijos del Paraíso para introducir un gigantesco fraude en toda la creación. Esta afirmación se basaba en el hecho (según Lucifer) de que no existía una idea clara de la naturaleza y personalidad reales del Padre. La acusación fue categórica. Segundo: el gobierno universal de Micael, el Hijo Creador. Lucifer sostenía en su Manifiesto de la Libertad que los sistemas locales de planetas deberían ser autónomos, protestando contra el derecho de Micael a asumir la soberanía de Nebadon en nombre del hipotético Padre Universal Paradisíaco. Consideró que todo este plan de culto era sólo una estratagema para servir la ambición de los Hijos del Paraíso. Sin embargo, admitió también a Micael (vuestro Jesús de Nazaret) como su Padre- Creador, aunque no como su Dios y legítimo jefe. Atacó violentamente el derecho de los Ancianos de los Días, calificándolos de potentados extranjeros y acusándolos de entrometerse en los asuntos propios de los sistemas locales y universales. Los llamó tiranos y usurpadores, instigando a sus partidarios a considerar que los mencionados Ancianos de los Días nada podían hacer para interferir en el lógico proceso de autonomía de los respectivos sistemas planetarios, siempre y cuando los humanos y los ángeles tuvieran el valor de reafirmar y reclamar sus derechos. Asimismo pretendió impedir a los agentes ejecutivos de los Ancianos de los Días que actuaran en aquellos sistemas locales en los que los mortales pudieran reivindicar su independencia. En cuanto a la inmortalidad, sostenía que era inherente a las personalidades del sistema y que la resurrección era igualmente natural y automática. Ni un solo mortal (aseguró) se verá privado de la vida eterna por el mero capricho de los Ancianos de los Días. Tercero: el ataque al plan universal de educación de los mortales ascendentes. Lucifer sostenía en este último apartado de su Manifiesto de la Libertad que el tiempo consumido en la instrucción de los mortales o humanos evolucionarios en los principios de la administración universal era excesivo, con un gasto desproporcionado de energía. Calificó estos principios como inmorales y nefastos. Y protestó igualmente contra el programa que obligaba a preparar a los mortales del espacio durante largas edades, para un destino tan desconocido como ficticio. Señalando a los finalistas residentes en Jerusem, anunció que aquellos no habían encontrado otro destino más glorioso que el de ser devueltos a humildes planetas semejantes al de su origen. Sugirió que hablan sido corrompidos por un exceso de disciplina y por un entrenamiento prolongado, acusándolos de traición a sus hermanos, los humanos, por prestarse a cooperar en aquel plan, que seguía manteniendo el mito de los ascendentes hacia un Padre inexistente. Por último, desafió y condenó todo el plan de ascensión de los mortales hacia la Isla Eterna del Paraíso. -Un momento... La voz de Sinuhé vino a silenciar el sorprendente relato. Y en los corazones de la pareja se cruzaron los mismos pensamientos y sentimientos. Aquel Manifiesto de la Libertad no guardaba conexión con las pueriles explicaciones ofrecidas a lo largo de los siglos por las diferentes religiones y, muy en especial, por la católica. Teniendo en consideración lo que acababan de oír, el argumento esgrimido por tales iglesias -Lucifer se rebeló porque quiso ser como Dios- resultaba absurdo. Desde un punto de vista objetivo -suponiendo que toda aquella loca aventura encerrara algo de verdad-, las nuevas razones de la famosa rebelión dieron mucho que pensar a los iuranchianos. Para Sinuhé aquel Manifiesto contenía, cuando menos, aspectos más concretos y hasta lógicos que la tradicional justificación católica... El Gran Dios, el Padre Universal -decía el Manifiesto luciferiano- , es un mito. No existe. Nadie ha podido demostrar su existencia real... La afirmación del soberano del sistema de Satania fue y sigue siendo blasfema, por lo menos para los que creen en esa Fuerza o Energía Suprema. Pero, ¿y para un ateo? Si se considera el planteamiento de Lucifer desde un ángulo racional y científico, ¿quién ha logrado demostrar la existencia del Padre? Uno de los argumentos que servía de apoyo a esta insólita postura hablaba de los finalistas: esas miríadas de seres evolucionarlos que, según los planes cósmicos, van ascendiendo, como nosotros, hacia la Isla Eterna del Paraíso y que, lógicamente, deberían saber cómo es el Padre. Sin embargo -según Lucifer-, jamás hablaron de Él. Este silencio de los finalistas fue igualmente utilizado por el rebelde para marcar a dichos mortales ascendentes y finalistas como traidores a sus propios hermanos, siguiendo así el juego de las personalidades del Paraíso. Por supuesto, partiendo de ese principio básico -la no existencia de Dios-, el resto fue fácil para Lucifer. ¿Qué sentido tenía entonces que Micael declarara su soberanía sobre el universo local de Nebadon, en nombre de un Padre Universal hipotético? Y de esta forma, al reclamar la autonomía y el autogobierno para su sistema de 619 planetas habitados y para el resto de los sistemas planetarios, Lucifer se convertía -hace 200 000 añosen el primer separatista y nacionalista de la Historia, según la concepción humana de tales conceptos... Nietihw y Sinuhé empezaban a intuir por qué la rebelión logró arrastrar a tantos miles de millones de criaturas... Por supuesto, sin entrar a enjuiciar la bondad o perversidad del soberano sistémico, lo que aparecía nítido es que Lucifer jamás pretendió ser como Dios. Entre otras razones -según el propio Manifiesto de la Libertad-, porque Dios no existía para él. Aceptando por un momento que tales argumentos fueran ciertos, el entusiasmo y fidelidad que demostraron sus seguidores a partir de aquel cónclave en Jerusem se hallaban más que justificados... Pero Sinuhé deseaba conocer otros aspectos de la revuelta. ¿Se produjo en verdad la mítica batalla en los cielos? ¿Quiénes la protagonizaron? ¿Fracasó Lucifer? ¿Qué suerte corrió nuestro planeta? Y con sus manos extendidas sobre la transparente esfera formuló una nueva pregunta. -Háblanos del estallido de la rebelión. Tras la lectura y proclamación del Manifiesto de la Libertad - prosiguió la voz de los archivos de IURANCHA-, Satán se dirigió a las atónitas multitudes congregadas en Jerusem, la capital del sistema de Satania, manifestando que podía adorarse a las fuerzas universales, físicas, intelectuales y espirituales, pero que solamente se debía obediencia a Lucifer, el jefe actual y real, amigo de los humanos y de los ángeles y Dios de la Libertad. Así fue calificado por su lugarteniente. Y éstos fueron los gritos de guerra de los rebeldes. Lucifer, a partir de ese momento, pregonó incansablemente la igualdad de pensamiento y la fraternidad de la inteligencia, sosteniendo que la administración y el gobierno tenían que limitarse a cada planeta y, en todo caso, a la confederación voluntaria de los mundos en sistemas locales. Cualquier otro tipo de supervisión celeste fue rechazada. Prometió a los príncipes planetarios de Satania que gobernarían sus respectivos mundos como supremos administradores. Rechazó a Edencia (sede de la constelación a la que pertenece Satania) como emplazamiento de las actividades legislativas, y a la capital del universo local de Nebadon, Salvington, como centro director de los asuntos judiciales. Todas estas funciones -declaró Lucifer- deben concentrarse en los mundos-capitales de los sistemas. Y él mismo inició la constitución de su propia asamblea legislativa, organizando los tribunales bajo la presidencia de Satán. Y ordenó a los príncipes leales a su causa que hicieran lo mismo en sus planetas. Todo el gabinete administrativo de Lucifer se pasó en bloque a su campo y sus miembros fueron juramentados públicamente como agentes de la administración del nuevo jefe de los mundos liberados. Atónito ante lo que estaba escuchando, Sinuhé intervino, formulando dos nuevas preguntas: -¿Se había producido anteriormente alguna rebelión similar? Y, en todo caso, ¿cuál fue la reacción de Micael? -Sí que las hubo -manifestó la voz ante la lógica sorpresa de los iuranchianos-. La de Lucifer era la número tres de las registradas en el universo local de Nebadon. Pero aquellas dos primeras sublevaciones tuvieron lugar en constelaciones tan alejadas de la nuestra (la de Norladiadek) que no revistieron importancia. Lucifer señaló precisamente que tales insurrecciones habían fracasado porque la mayoría de los seres no siguieron a sus jefes. Y reafirmó que las mayorías gobiernan y que el pensamiento es infalible. En cuanto a tu segunda cuestión, inicialmente no se produjo reacción alguna por parte de las muy altas jerarquías de los universos. Lucifer y sus leales actuaron con absoluta libertad. Posteriormente, y de forma reiterada, les fue ofrecida la clemencia. Pero Lucifer manifestó que tales perdones sólo eran una prueba más de la incapacidad de los Hijos del Paraíso para detener la rebelión. En aquellos momentos, Lucifer desafió abiertamente a Micael, a Manuel y a los Ancianos de los Días, considerando la aparente pasividad de los mismos como una señal de debilidad. Y su radicalización fue ya completa. Sólo Gabriel se pronunció al respecto, limitándose a anunciar que «a su debido tiempo se entrevistaría con Micael y que todos los seres quedaban en libertad, fuera cual fuera su determinación. El gobierno de los Hijos por el Padre solamente deseaba la lealtad y devoción cuando eran expresadas voluntariamente. En consecuencia, los rebeldes quedaron en libertad para organizar y establecer su gobierno. Fueron años caóticos y de graves desórdenes, sobre todo en los Mundos de las Casas o Moronciales. Pero el ataque de Lucifer a los finalistas, calificándolos de traidores a sus hermanos, provocó un efecto contrario al pretendido por el soberano rebelde: la mayor parte de los ciudadanos ascendentes que se hallaban en Jerusem permanecieron fieles a Micael. Lucifer consideró este respeto como ignorancia. -Pero -insistió Sinuhé- ¿qué hizo Micael? -Cuando la rebelión del sistema local de Satania se había extendido y afianzado en 37 de los 619 planetas habitados, Micael pidió a Manuel, su hermano paradisíaco, que le aconsejase. Después de esta entrevista, el que más tarde sería definitivo Soberano de Nebadon anunció que continuaría con su política de no intervención, tal y como había hecho en las anteriores insurrecciones. Micael, en aquellos tiempos, dirigía el universo local por derecho divino, pero no en virtud de su propio derecho personal. La explicación residía en que aún no había concluido su carrera de efusión, no habiendo sido investido, por tanto, de todo el poder sobre los cielos y tierra. Durante 200 000 años de IURANCHA, Micael no intervino contra las fuerzas leales a Lucifer. Ahora, desde hace 2 000 años terrestres, posee poderes y autoridad para terminar rápidamente con cualquier otra rebelión. Y fue a raíz de esa no intervención de Micael en la revuelta cuando Gabriel tomó la decisión de asumir el mando de las tropas que no habían secundado a Lucifer. Reunió a su Estado Mayor personal en Edencia, celebrando una cumbre con los Muy Altos de la constelación. Entretanto, Micael siguió en Salvington. Y Gabriel se dirigió a Jerusem, la capital de Satania, instalándose en la esfera consagrada al Padre Universal. Y allí, en presencia de las multitudes leales, desplegó el estandarte de Micael: la bandera blanca con los tres círculos concéntricos y azules en el centro, símbolo del gobierno trinitario de la creación. Lucifer, por su parte, desplegó su propia bandera: blanca también, con un círculo rojo y otro más pequeño, negro, en el centro. Y hubo guerra en los cielos... -Entonces -proclamó Sinuhé-, el Apocalipsis tiene razón... -Sí, Micael y sus ángeles combatieron y lucharon contra el Dragón de Lucifer, de Satán y de los príncipes planetarios rebeldes. Pero esta guerra en los cielos no fue una batalla física, tal y como vosotros lo entendéis en IURANCHA. No se trataba de una de vuestras bárbaras contiendas, donde se pierde la vida física y corporal. Aquella lucha fue, si cabe, más implacable, ya que estaba en juego la supervivencia eterna. En los primeros tiempos de la guerra en los cielos, Lucifer permaneció en el anfiteatro planetario. Gabriel, por su parte, instaló su cuartel general en sus proximidades y desde allí rebatió los sofismas de los rebeldes. Las diferentes y numerosas personalidades celestes presentes tuvieron así la oportunidad de escuchar a ambos bandos, adoptando finalmente una decisión personal. -¿Cuántas criaturas del sistema de Satania se pasaron al bando de Lucifer? -La rebelión, como ya has sido informado, fue a escala sistémica. Los teólogos de tu mundo han equivocado sus apreciaciones al considerar que tuvo un carácter universal. Fueron 37 los planetas que se alinearon con los rebeldes, ofreciendo sus respectivas administraciones y criaturas a Lucifer. Fue, en definitiva, una insurrección de la Orden Lanonandek. El resto de las órdenes superiores del universo local de Nebadon no se unió a la secesión. Un reducido número de Portadores de Vida estacionados en los planetas rebeldes se inclinaron hacia Lucifer. Ninguno de los Hijos Trinitizados, en cambio, se perdió. Y los Melchizedeks, los arcángeles y las Brillantes Estrellas de la Noche permanecieron igualmente leales a Micael. Tampoco los seres originarios del Paraíso se vieron implicados en la rebelión. En cuanto a los llamados Conciliadores y Archiveros Celestes, tampoco se produjo deserción alguna entre sus filas. Sin embargo, un fuerte contingente de Compañeros Moronciales e Instructores del Mundo de las Casas sí hizo suya la causa de Lucifer. Entre las órdenes supremas de serafines no se registró baja alguna. En cambio, los ángeles superiores y, sobre todo, el cuarto grupo (el de los ángeles administrativos) fue el más afectado. Millares de serafines destinados en las capitales de planetas eligieron a Lucifer. En total, un tercio de estos seres celestes se pasó al bando rebelde. También un tercio de los querubines estacionados en Jerusem se unió a los serafines desleales. Manotia, segundo comandante de los serafines del cuartel general de Satania en Jerusem, convenció a los dos tercios del Cuerpo de Serafines y su audacia fue reconocida a nivel universal. Entre las ayudas angélicas planetarias, los que padecieron el furor de la rebelión con mayor virulencia fueron los Hijos Materiales o Adanes y Evas. Un tercio de los mismos fue engañado y casi un diez por ciento de los ministros de Transición cayeron igualmente en poder de Lucifer... leer más en: https://groups.google.com/forum/#!topic/secreto-masonico/U-hMD6DPBSw


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De: Alcoseri Enviado: 22/05/2015 03:35

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De: Alcoseri Enviado: 22/05/2015 03:37

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De: BARILOCHENSE6999 Enviado: 22/05/2015 18:08

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De: BARILOCHENSE6999 Enviado: 24/05/2015 16:55

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De: BARILOCHENSE6999 Enviado: 25/05/2015 18:14

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De: BARILOCHENSE6999 Enviado: 26/05/2015 18:00

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De: BARILOCHENSE6999 Enviado: 27/05/2015 16:41

Respuesta  Mensaje 9 de 9 en el tema 
De: Alcoseri Enviado: 11/04/2020 04:01

"Los hermanos sean unidos
porque esa es la ley primera
tengan unión verdadera
en cualquier tiempo que sea
porque si entre ellos pelean
los devoran los de afuera."

Q:. H:. José Hernández, autor de "Martín Fierro".

. ' ....




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