La Masonería como promotora del Siglo de las Luces
El renacimiento dio origen a lo que se llama filosofía moderna que desarrolló el humanismo y que terminó en el siglo XVIII con el "Siglo de las luces". Fue en este momento que nació la Masonería moderna, presente y promotora de la Ilustración en este movimiento de apertura y humanismo llevado por los filósofos de las luces. En este siglo, estos filósofos y la Masonería persiguieron objetivos similares, la misma búsqueda, la búsqueda de los factores del progreso de la humanidad. Esta fue una era en que la Ciencia se hizo una gran diferencias de la religión. También una era en que los filósofos ya no se ocupan de estos temas teológicos , piensan en campos muy diferentes y no se reducen a un solo concepto centrado en la Religión . Esta diversidad, dirían otros, va del romanticismo al pragmatismo a través del idealismo, el positivismo o el materialismo. Y es sin mencionar a los filósofos del siglo XX donde se hace más difícil comprender la filosofía analítica utilizando la lógica matemática o la atención al lenguaje, la fenomenología cuyos sucesores son Sartre y Heidegger, o incluso la filosofía y el posestructuralismo. Pero, La Masonería aún guarda hasta hoy distancia del Materialismo , del Ateísmo , y sigue su senda por el espiritualismo y hasta la medula dentro del esoterismo. Entonces estamos bastante lejos del movimiento materialista.
Por lo tanto, podemos concluir rápidamente que la última gran ola, o concentración de filósofos que compartieron reflexiones o investigaciones comunes con La Masonería es la del "Siglo de las luces"..
Si nos remontamos en el tiempo a los filósofos griegos, la filosofía resalta la naturaleza como un polo de referencia, pero también una cierta idea del hombre. Así nació una forma de humanismo con los filósofos antes de Sócrates y Platón. Estos maestros de elocuencia también son los intelectuales de la época que profesaron como Protágoras que si "el hombre es la medida de todas las cosas, entonces las leyes no se guían por lo que es bueno en sí mismo, sino por lo que los hombres acordaron era lo justo”.
Este humanismo se ha desvanecido al retroceder en el tiempo a nuestro tiempo. Si la escolástica del siglo noveno, la filosofía desarrollada y enseñada en las universidades en la Edad Media tenía como objetivo difundir el conocimiento y el conocimiento, no tenía la intención de liberar al hombre, sino más bien reconciliar la filosofía antigua, particularmente la Enseñanza de la primera filosofía de Aristóteles, con teología cristiana.
"Siglo de las luces" está impregnado nosotros los masones del Siglo XXI, los filósofos de la luz han dado paso a filósofos modernos y contemporáneos que tienen poca relación con esta filosofía. Las ONG y Nuestra masonería son los únicos heraldos de un humanismo no imbuido de una forma de esclavitud. El primer trabajo para el cuerpo masónico , para la realización física y la libertad, el segundo para el desarrollo del hombre en todas sus dimensiones. Lo que los filósofos han traído a la Masonería nos lo han legado los antiguos que nos dejaron esta búsqueda infinita de la liberación del hombre. Porque los masones no somos hombres sabios, ni moralistas, ni filósofos, ni santos. Solamente los masones somos aspirantes a ser completamente seres humanos.
Los vínculos entre Masonería e Ilustración resultan amplios y consistentes. El afán por disipar el oscurantismo que atenazaban a la humanidad mediante las luces de la razón relaciona a ambos movimientos. Los masones siempre nos hemos sentido operarios de esa causa, lo que se concretó en significativas coincidencias personales e ideológicas con los ilustrados. Pero la masonería también incorporó a lo largo de su trayectoria otras influencias ideológicas, e interpretó los grandes principios del ideario ilustrado con diferentes matices. El resultado de este proceso, del que se ofrece un panorama amplio y bien documentado, constituye una realidad con grandes aciertos, en la que no se dieron planteamientos uniformes con los filósofos de la era de las luces, las afinidades furor más frecuente de lo que cabría suponer en la diversidad de iniciativas, incluso con cierto afortunado grado de disparidad.
La Masonería se ve a sí misma hasta el día de hoy como una élite "de pensantes", una comunidad de personas de ideas afines unidas por valores y prácticas culturales. Esta es la razón por la cual ciertos hermanos del siglo dieciocho entran en "una lógica de exclusión" al rechazar una " otredad excesivamente marcada", una diferencia que contribuiría a la disolución de la comunidad.
En contraste con esta apostasía, se trata de conciliar el doble compromiso patriótico y cosmopolita, pero el surgimiento de los nacionalismos golpea duramente el cosmopolitismo masónico. Esto expuesto hoy 17 de Junio de 2020 contribuye a la investigación sobre el cosmopolitismo y las teorías políticas de la Ilustración, y a la reevaluación de un concepto almacenado con demasiada frecuencia por la historiografía en el estante de la historia de las utopías inofensivas. A pesar de esto presente comunicado abre y arroja una luz muy convincente sobre la contribución específicamente masónica al debate de la Ilustración sobre las relaciones entre los pueblos. Sin embargo, lamentamos para quien no es masón la ausencia de compresión cuando se aborda en un léxico masónico que explique ciertas ideas de la ilustración aun presentes en las logias y, por lo tanto, y que oscurece la comprensión para quien no es masón y lee sobre masonería en algún libro , revista o en un artículo de internet.
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