Así un día “Dyehuty” ve como jugaban unos niños , y notó en sus juegos ciertas reglas y un innegable orden por ellos mismos establecido, con ciertas palabras claves y hasta cantos , notó sus juegos no eran al azar , y “Dyehuty” convirtiéndose en un niño , les pidió le enseñaran el juego que jugaban , y así lo hicieron; “Dyehuty” entonces pensó para sí , que tonto y arrogante he sido , en lugar de enseñarles a los humanos , mejor les hubiera pedido me enseñaran su lógica pedagógica, y a partir de ahí , darles mi mensaje que viene de lo alto. “Dyehuty” era tan feliz siendo niño jugando con los niños , que aprendió el lenguaje de los niños, pues notó ese lenguaje de códigos sobrentendidos no cambiaba aún si fueran adultos, aún si ese medio de comunicarse no fuera expresado tan evidentemente.

Así un buen día “Dyehuty” les pidió a sus amigos niños que jugaran el juego que él les enseñaría, con la condición de No perder sus esencias de niños, los niños que tanto querían al Niño “Dyehuty” con mucha alegría accedieron y aceptaron a aprender el juego de “Dyehuty”.

Así los niños quedaron fascinados con el divino juego que les enseñó “Dyehuty”, y más que fascinados era que entendieron la divina idea de “Dyehuty” encerrada o encriptado en el juego, pues era un juego de vida y realidad.

Los niños aprendieron bien a jugar el juego de “Dyehuty”, y así crecieron , fueron adultos , sin dejar que sus almas dejaran de ser de niños, “Dyehuty” partió al Eterno Oriente, estos niños ya adultos pudieron enseñarles a los demás y el juego, juego que sigue jugándose sin cambios , así hasta el día de hoy 7 de julio del año 2020, este juego se llama iniciación , y se sigue practicando en Masonería, la idea sigue ahí viva, pura y sin mancha, como lo fue hace milenios. Es más, si usted presta atención a la iniciación masónica verá que tiene mucho de un divino juego entre almas de niños.

“Dyehuty” fue un ser humano con una potente chispa de luz en su pecho que visitó el planeta , que fue luego llamado Thoth , luego Hermes Trismegisto , y de cuando en cuando “Dyehuty” si ve que la chispa se apaga, envía a uno de esos primeros niños amigos entrañables suyos a la tierra a que aviven la luz para que no se apague y siga alumbrando los caminos de los seres humanos.

Así esta potente idea encriptada en el rito de la iniciación masónica, en el aumento de salario y claro también en la exaltación al sublime grado de Maestro Masón, así estos ritos traen el mensaje luminoso que “Dyehuty” vino a entregarnos a nosotros los humanos.

Alcoseri