Secretos masónicos olvidados , pero que podemos recuperar Muchos de los Grandes Secretos están ocultos en cuentos que parecen infantiles, y sí, es posible que nosotros cuando niños , los hayamos entendido, pero sin que interviniera el Intelecto, ni la Razón, ni la Lógica, pero ese talento infantil, lo venimos perdiendo con los años , por ello la Masonería nos da alegóricamente la edad de entre 3 y 7 años , esa edad que lo sabíamos todo, pero no nos dábamos cuenta de ello. Recordemos que la Leyenda Masónica de Hiram Abiff , es un cuento muy parecido a un cuento infantil. En los cuentos infantiles encontramos una gama tan amplia e impresionante de imágenes que se podían relacionar con la iniciación masónica , cada cuento con un con un atractivo único, que los lectores modernos de una variedad de trasfondos y actividades podrán encontrar no una sino muchas historias para satisfacer la necesidad. Son lecciones espirituales significativas , a menudo salpicadas de un ambiente lúdico. En la acelerada y tecnológica vida cotidiana de hoy, tenemos cada vez menos tiempo para volvernos hacia nuestro mundo interior, para prestar atención a lo espiritual, para conectarnos verdaderamente con nosotros mismos. Seguro el Universo con esta pandemia y confinamiento por el Covid19, nos invita a reflexionar en casa , a valorar la vida, estamos en esta vida , sin saber porque nacimos , sin entender porqué estamos aquí, y al final de no saber porque nos fuimos de esta vida; esto es nunca nos conocimos , ni supimos de nosotros. Aquí analicemos estos dos cuentos: El hombre enamorado Un hombre desesperado y enamorado fue a la casa de su amada y llamó con desesperación a la puerta. - ¿Quién es el que llama ? Ella preguntó la mujer. "Soy yo", dijo, lleno de esperanza. "¡Vete, no hay lugar en esta casa para un hombre como tú!" Ella respondió con voz triste. - Eres ingenuo y no estás listo. ¿Dices "Yo soy" y al mismo tiempo declaras tu amor eterno por mí? El amante que solo se ve a sí mismo no está enamorado en absoluto, ¡sino que merece ser quemado en el fuego de la separación! Ella se negó a abrir y el hombre tartamudo finalmente se retiró. Poco después, dejó la ciudad y se dirigió en una dirección desconocida a tierras lejanas. Ardiendo por el dolor de la separación después de viajar de un lugar a otro durante todo un año, se armó de valor y regresó a la casa de su amada. Llamó seguro y cortésmente con tres golpes a la puerta. "¿Quién llama en este momento?" Preguntó ella con impaciencia. - ¡Nadie! ¡La persona de este lado de la puerta también eres tú! ¡Soy Tú! El hombre dijo humildemente. "Ahora que has dejado de verte solo a ti mismo, ¡finalmente te has convertido en mí!" Dos personas no podrían vivir en esta casa al mismo tiempo, pero ahora puedes entrar. Ella abrió la puerta con cuidado y se abrazaron como fundiéndose en una sola persona. "Ya eres bienvenido en esta casa." No hay diferencia entre nosotros, ya no somos la rosa y la espina. Somos uno y lo mismo. * * * El pato lejos del Agua La tremenda tormenta se había desatado, y atentaba contra los huevos del nido protegido bajo los árboles en la orilla, donde la madre pato los había dejado a la sombra. Una de esas olas espumosas alcanzó el nido, y uno de los huevos cayó del nido y se separó de los demás. Bajo la presión del agua arremolinada, el huevo viajó por el mar, en un momento el caparazón se rompió y un pequeño pato asomó la cabeza hacia afuera, tratando de tomar un soplo de aire fresco. Las implacables olas, sin embargo, arrojaron el huevo muy lejos de su madre pato, separándolo para siempre de su familia de patos. Con gran esfuerzo, el patito salió del caparazón y de alguna manera logró escapar del mar embravecido y una ola lo arrojó dentro en tierra firme. Incapaz de cuidar de sí mismo, se sintió abandonado y asustado. Por una feliz coincidencia, una gallina que acababa de incubar sus huevos cerca vio a la criatura indefensa balanceándose cerca de su nido. Ella fue hacia él y lo protegió amorosamente bajo su protección, llevándolo con sus polluelos. Los recién nacidos crecieron juntos y rápidamente aprendieron a comer sin la ayuda de su madre. El patito se sentía constantemente atraído por el agua, pero tenía miedo de entrar porque no vio que ninguno de sus hermanos tuviera ese deseo, y su misma madre lo alejaba del agua. Estaba destrozado por dentro, incapaz de entender por qué se sentía de esa manera. Algunos días quería caminar solo por tierra, pero otros su único deseo era mojarse en algún lago. Aunque no entendía completamente su naturaleza, no podía negarlo, así como los humanos que pertenecemos al mundo del espíritu y siempre anhelamos volver a él, pero estamos atrapados en el mundo material, un mundo no apto para nosotros . Sabemos que un día el pato vencerá todo , y volverá al agua de donde realmente es. Alcoseri