Lo que solamente sabe un Verdadero Maestro Masón
La masonería es la verdad eterna, personificada, idealizada y, sin embargo, simplificada en tres grados, el de aprendiz , compañero y maestro masón . Sólo la verdad eterna puede servirle al alma para evolucionar a esferas superiores de la consciencia . La virtud es su hierofante , la paciencia su guardián, la iluminación su amo, y la voluntad su constructor . El mundo no puede saber esto, sin embargo, excepto cuando los masones en su vida diaria prueban que es así. Su verdad es divina, y no debe ser profanada o difamada por la irreflexión en Logias de los seres del mundo profano . Su templo es un lugar santo, al que se debe entrar con mucha reverencia. Los pensamientos materiales y las disensiones materiales deben dejarse fuera del templo y cerrarles la puerta. No pueden entrar a logias los malsanos . Sólo los puros de corazón, regenerados y transmutados, pueden traspasar la santidad de su velo. Una persona intrigosa no tiene lugar en sus filas, al ateo debe dejársele fuera, ni el materialista debe entrar en el santuario; porque los masones caminan sobre un suelo sagrado, santificado por la veneración de las edades. Que se aquiete la lengua, que se aquiete el corazón, que se aquiete la mente. En la reverencia y en el silencio, la quietud hablará: la voz de la quietud es la voz del Creador. Muestra tu luz y tu bondad a los hombres y mujeres, pero ante Dios, ¿qué tienes que ofrecer sino en la humildad? Vuestras túnicas, vuestro oropel y vuestras joyas no significan nada para Él, hasta que vuestro propio cuerpo y alma, resplandecientes con el resplandor de la perfección, se conviertan en los ornamentos vivientes de vuestra Logia.
LA PRESENCIA DEL DIVINO MAESTRO CONSTRUCTOR
El Masón cree en el Gran Arquitecto del Universo , es la piedra angular viviente del plan de la creación, el Maestro de todas las Logias, sin cuyo espíritu no hay trabajo. Que nunca se olvide que tu propio Maestro está más cerca de ti que tu propia vena yugular. Día y noche déjalo pisar la presencia del Supremo Constructor de Universos . El Ojo que Todo lo Ve está sobre de ti observándote . Día y noche este gran Orbe mide sus profundidades, escudriñando en lo más recóndito del alma de las almas, juzgando su vida, leyendo sus pensamientos, aspiraciones y recompensando su sinceridad. Él es responsable ante este que todo lo ve; a ningún otro debe rendir cuentas. Este Espíritu sale con él de la Logia y mide al Masón en el mundo. Este Espíritu está con él cuando compra y vende. Está con él en su casa. Por la luz del día y por la oscuridad de la noche lo juzga. Oye cada palabra irreflexiva. Es el testigo silencioso de cada transacción de la vida, el Socio silencioso de cada hombre. Por el jurado de sus actos, cada hombre es juzgado. Que todo masón sepa que sus obligaciones incluyen no sólo aquellas dentro de la angosta Logia, bordeada por paredes de piedra y ladrillo, sino también aquellas en la Gran Logia, amurallada únicamente por la cúpula del cielo.
Todo verdadero Masón se ha dado cuenta de que hay una sola Logia, es decir, el Universo, y una sola Hermandad, compuesta por todo lo que se mueve o existe en cualquiera de los planos de la Naturaleza. Se da cuenta de que el Templo de Salomón es realmente el Templo del Hombre Solar -Sol-Om-On- el Rey del Universo manifestándose a través de sus tres constructores primordiales. Se da cuenta de que su voto de hermandad y fraternidad es universal, y que el mineral, la planta, el animal y el hombre están incluidos en el verdadero Oficio Masónico. Su deber como hermano mayor para con todos los reinos de la Naturaleza debajo de él es bien comprendido por el verdadero Artesano, que preferiría morir antes que fallar en esta, su gran obligación. Ha dedicado su vida sobre el altar de su Dios y está dispuesto y contento de servir al menor a través de los poderes que ha obtenido del mayor. El místico masón, al construir los ojos que ven detrás del aparente ritual, reconoce la unidad de la vida que se manifiesta a través de la diversidad de formas. El verdadero discípulo de la antigua Masonería ha renunciado para siempre al culto de las personalidades. Con su mayor perspicacia, se da cuenta de que todas las formas y su posición en los asuntos materiales no tienen importancia para él en comparación con la vida que está evolucionando en su interior. Aquellos que permiten que las apariencias o las expresiones mundanas los disuadan de las tareas que se han asignado a sí mismos son fracasos en la Masonería, porque la Masonería es una ciencia abstracta de desarrollo espiritual. La prosperidad material no es la medida del crecimiento del alma. El verdadero Masón se da cuenta de que detrás de estas diversas formas hay un Principio de Vida conectado, la chispa de Dios en todos los seres vivos. Es esta Vida la que considera al medir el valor de un hermano. Es a esta Vida a la que apela para el reconocimiento de la Unidad espiritual. Se da cuenta de que es el descubrimiento de esta chispa de Unidad lo que lo convierte en un miembro consciente de la Logia Universal. Sobre todo, debe aprender a comprender que esta chispa divina brilla tanto en el cuerpo de un enemigo como en el de su amigo más querido. El verdadero masón ha aprendido a ser divinamente impersonal en pensamiento, acción y deseo. El verdadero masón no está sujeto a un credo. Se da cuenta con la iluminación divina de su logia que como masón su religión debe ser universal: Cristo, Buda o Mahoma, el nombre significa poco, porque reconoce sólo la luz y no el portador. Él adora en cada santuario, se inclina ante cada altar, ya sea en el templo, la mezquita o la catedral, dándose cuenta con su comprensión más verdadera de la unidad de toda verdad espiritual. Todos los verdaderos masones saben que solo son escépticos que, teniendo grandes ideales, no viven a la altura de ellos. Saben que todas las religiones son una sola historia contada de diversas maneras para pueblos cuyos ideales difieren pero cuyo gran propósito está en armonía con los ideales masónicos.
El norte, el este, el sur y el oeste extienden las diversidades del pensamiento humano, y aunque los ideales del hombre aparentemente difieren, cuando todo está dicho y la cristalización de la forma con sus conceptos falsos es barrida, queda una verdad básica: todas las cosas existentes son Templo. Constructores, trabajando por un solo fin. Ningún verdadero masón puede ser estrecho, pues su Logia es la expresión divina de toda amplitud. No hay lugar para mentes pequeñas en una gran obra. El verdadero masón debe desarrollar los poderes de observación. Debe buscar eternamente en todas las manifestaciones de la Naturaleza las cosas que ha perdido porque no ha trabajado por ellas. Debe convertirse en un estudioso de la naturaleza humana y ver en quienes lo rodean las expresiones cambiantes y en desarrollo de una Inteligencia espiritual conectada.
El gran ritual espiritual de su logia se representa ante él en cada acción de su prójimo. Toda la iniciación masónica es un secreto a voces, ya que cualquiera puede ver cómo se desarrolla en las esquinas de las calles de la ciudad, así como en la naturaleza salvaje. El masón ha jurado que todos los días extraerá de la vida su mensaje para él y lo convertirá en el templo de su Dios. Busca aprender las cosas que lo harán de mayor servicio en el Plan Divino, un mejor instrumento en las manos del Gran Arquitecto, quien está trabajando eternamente para desarrollar la vida por medio de las cosas vivientes. El masón se da cuenta, además, de que sus votos, tomados por su propia voluntad y acuerdo, dale la oportunidad divina de ser una herramienta viva en las manos de un Maestro Obrero.
El verdadero Maestro Masón entra en su logia con un pensamiento en su mente: "¿Cómo puedo yo, como individuo, ser de mayor utilidad en el Plan Universal? ¿Qué puedo hacer para ser digno de comprender los misterios que se revelan aquí? ¿Cómo podré yo edificar los ojos para ver las cosas que están ocultas a los que carecen de entendimiento espiritual?” El verdadero masón es supremamente desinteresado en cada expresión y aplicación de los poderes que le han sido confiados. Ningún verdadero Hermano busca nada para sí mismo, sino que trabaja desinteresadamente por el bien de todos. Ninguna persona que asume una obligación espiritual por lo que puede obtener de ella es digna de postularse para el puesto, incluso del más importante puesto en logia o el más insignificante puesto en logia, para la masonería el mayor o el menor masón valen lo mismo .
La verdadera Luz sólo puede llegar a aquellos que, sin pedir nada, gustosos lo dan todo. El verdadero hermano del Oficio, mientras se esfuerza constantemente por mejorar mental, física y espiritualmente a lo largo de los días de su vida, nunca hace de sus propios deseos la meta de sus obras. Tiene un deber y ese deber es encajar armónicamente en los planes de otro hermano . Debe estar listo a cualquier hora del día o de la noche para abandonar sus propios ideales personales , para acudir al llamado del Divino Constructor de Universos . El trabajo debe hacerse y el Verdadero Masón ha dedicado su vida al servicio de aquellos que no conocen las ataduras del tiempo ni del espacio. Debe estar listo en cualquier momento y su vida debe estar volcada en prepararse para ese llamado que puede llegar cuando menos lo espera. El Maestro Masón sabe que los más útiles al Plan son aquellos que más han ganado con las experiencias prácticas de la vida masónica . No es lo que sucede dentro de la logia lo que es la base de su grandeza, sino la forma en que enfrenta los problemas de la vida diaria. El verdadero estudiante masónico es conocido por sus acciones fraternales y sentido común. El Verdadero Masón es reconocible y reconocido por su gran humildad y servicio a la Humanidad. Todo masón sabe que un voto roto trae consigo una terrible castigo-. Que también se dé cuenta de que el hecho de no vivir mental, espiritual y moralmente de acuerdo con los ideales más elevados de uno constituye el mayor de todos los juramentos rotos. Cuando un masón jura que dedicará su vida a la construcción de la casa de Dios y luego profana su templo viviente a través de la perversión del poder mental, la fuerza emocional maligna y la degradada energía activa, está rompiendo un voto que impone no horas sino edades de miseria, en masonería o se sube escalón por escalón para llegar a la Plenitud de la Maestría o se rueda por todos los abismos hasta llegar a lo más profundo del Hades.
Si es digno de ser masón, debe ser lo suficientemente grande como para refrenar el lado inferior de su propia naturaleza que está asesinando diariamente a su Gran Maestro Hiram . Debe darse cuenta de que una vida mal encaminada es un voto quebrantado y que el servicio diario, la purificación y la aplicación constructiva de la energía es una invocación viva que construye en su interior y atrae hacia él el poder del Creador. Su vida es la única oración aceptable a los ojos del Altísimo. Una vida impura es una confianza rota; una acción destructiva es una maldición viviente; una mente estrecha es una cuerda extraña alrededor de la garganta de Dios. Todos los verdaderos masones saben que su trabajo no es secreto, pero se dan cuenta de que debe permanecer desconocido para todos los que no viven la verdadera vida masónica. Sin embargo, si los llamados secretos de la Francmasonería fueran gritados desde los techos de las casas y expuestos por todas las calles del Mundo , la Fraternidad estaría absolutamente a salvo; porque ciertas cualidades espirituales son necesarias antes de que los hermanos mismos puedan comprender los verdaderos secretos masónicos, esto es el mundo no comprendería lo que es la esencia masónica aún y si se las pones frente a sus ojos.
Por lo tanto, las supuestas "exposiciones" de la Francmasonería, impresas por miles y decenas de miles desde 1730 hasta la actualidad, no pueden dañar a la Fraternidad, ni menos revelar el Secreto masónico. Revelan meramente las formas externas y las ceremonias de la masonería que nadie si no las vive dentro de sí no las comprende . Solo aquellos masones que han sido pesados en la balanza y se ha encontrado que son verdaderos, rectos y dignos se han preparado por su propio crecimiento para apreciar los significados internos de su Augusto Oficio. Para el resto de sus hermanos dentro o fuera de la logia, sus rituales sagrados deben permanecer, como podría haber dicho Shakespeare, "Palabras, palabras, todo palabras". Dentro del propio ser del Masón se oculta el Poder que, resplandeciendo desde su ser purificado, constituye la Palabra del Constructor. Su vida inmaculada es la única contraseña que lo admite a la verdadera Logia Masónica. Su impulso espiritual es la ramita de acacia que, a través de la oscuridad de la ignorancia, todavía prueba que el fuego espiritual está encendido. Dentro de sí mismo debe construir aquellas cualidades que harán posible su verdadera comprensión del Arte Real .
Sólo puede mostrar al mundo formas que no significan nada; la vida interior está oculta para siempre hasta que el ojo del Espíritu la revela. El Maestro Masón se da cuenta de que la caridad es uno de los rasgos más grandes que los Hermanos Mayores han desarrollado, lo que significa no solo la caridad del bolsillo debidamente regulada, sino también la caridad en pensamiento y acción. Se da cuenta de que todos los trabajadores no están en el mismo paso, pero dondequiera que cada uno esté, está haciendo lo mejor que puede de acuerdo con su luz. Cada uno está trabajando con las herramientas que tiene, y él, como Maestro Masón, no gasta su tiempo en criticar sino en ayudarlos a mejorar sus herramientas. En lugar de culpar a las malas herramientas, culpémonos siempre por tenerlas y no bien utilizarlas .
El Maestro Masón no encuentra fallas en sus hermanos ; no critica, ni condena , ni se queja, sino que con malicia hacia nadie y caridad hacia todos busca ser digno de la confianza de su Padre Dios . En silencio trabaja, con compasión sufre, y si sus hermanos albañiles lo golpean cuando quiere trabajar con ellos, su última palabra será una oración por ellos. Cuanto más grande es el Masón, más avanzado es en su Perfección del Oficio, más paternal se vuelve, las paredes de su Logia se ensanchan hasta que todos los seres vivos están protegidos y protegidos dentro de los pliegues de su mandil. De trabajar con unos pocos, busca ayudar a todos, dándose cuenta con su comprensión más amplia de las debilidades de los demás , sino la fuerza del derecho. Un masón no está malsanamente orgulloso de su posición. No está envanecido por su vano honor, pero con un corazón humilde está eternamente orgulloso de su propio lugar en el Universo , dándose cuenta de que no está muy por debajo del estándar de su Oficio, ya que entiende que su propósito no es mayor ni menor que el de cualquier otro ser del Universo.
Cuanto más avanza el Masón , más se da cuenta de que en Logias está parado en lugares resbaladizos y si se permite por un momento perder su sencillez y humildad, la caída es inevitable. Un verdadero Masón nunca se siente digno de su Oficio tal como lo lleva a cabo , por ello siempre trata de superarse a sí mismo . Un Profano puede estar en la cima del Mundo y sentirse satisfecho de sí mismo en su posición, pero el verdadero Hermano Masón siempre se destaca por su sencillez. Un masón no puede ser ordenado o elegido por votación. El Masón ha evolucionado a través de edades de auto-purificación y transmutación espiritual. Hay miles y miles de masones que son hermanos solo de nombre, porque su incapacidad para ejemplificar los ideales de su Oficio los hace insensibles a las enseñanzas y el propósito de la Auténtica Francmasonería. La digna vida masónica forma la primera llave del Templo y sin esta llave no se puede abrir ninguna de las demás puertas. Cuando este hecho sea mejor comprendido y vivido, la Francmasonería despertará y hablará la Palabra por tanto tiempo perdida .
El Arte Real antes solo idealizado, entonces se volverá real, y la Sabiduría Antigua por tanto tiempo oculta surgirá de las ruinas de su templo como la mayor verdad espiritual revelada hasta ahora al hombre. El verdadero Maestro Masón reconoce el valor de buscar la verdad dondequiera que pueda encontrarla, así venga de la persona más humilde . No importa si es en el campo del enemigo; si es verdad, el Masón irá allí gustosamente para conseguirla. La Logia Masónica es universal; por lo tanto, todos los verdaderos masones buscarán su Luz a través de los extremos de la creación. El verdadero hermano del Arte Real conoce y aplica una gran paradoja. Debe buscar las cosas altas en los lugares bajos y encontrar las cosas bajas en los lugares altos. El masón que se siente más santo que sus semejantes ha levantado a su alrededor una barrera por la que no puede pasar ninguna luz, porque el que en verdad es el más grande es el servidor de todos. Muchos hermanos cometen un gran error al construir un muro alrededor de sus supuestos secretos masónicos , pero con esto solo logran apagar su propia luz y al final ahogarse dentro de su pequeña burbuja . Su oportunidad divina está a la mano. Ahora llega el momento en que el mundo necesita de la Sabiduría Antigua como nunca antes, y esa sabiduría esta siempre ahí en las Logias Masónicas . Que el masón se destaque y, viviendo las doctrinas que predica, muestre a su hermano la gloria de su obra. Él tiene las llaves de la verdad; que abra la puerta, y con su vida y no con sus palabras predique la doctrina que ha profesado por tanto tiempo. La Paternidad de Dios y la Hermandad del Hombre se unieron en la realización del Templo Eterno, la Gran Obra, por la cual todas las cosas llegaron a existir y mediante la cual todos glorificarán a su Divino Creador.
Alcoseri
15 comentarios
Julio César Gutiérrez Gutiérrez Escoto
Gracias
ResponderCompartir1 d
Raul Gonzalez Tovar
Gracias Q:. H:. TAF
ResponderCompartir1 d
Previous subject
First 