La Secreta Leyenda Masónica del Maestro Arquitecto

De pronto en el Sin Tiempo y en el Sin espacio , una potente voz se escucha decir: “Hágase la luz; y la luz se hace ” (el ovulo es fecundado en la matriz por el esperma y nace luego una nueva criatura humana)

Y así el primer estallido del despertar de la Consciencia y la Vida perfora la extensión impenetrable de la Noche Universal , convirtiendo la oscuridad de la negación en el crepúsculo tenue del ser en desarrollo. Recortada contra las puertas sombrías de la Eternidad, la figura solitaria de un extraño Ser Consciente se alzaba sobre los bancos nebulosos de sustancia arremolinada, poco a poco ese Ser cobró vida y era más y más resplandeciente . Ataviado con un reluciente manto azul de misterio y su cabeza rodeada por una corona dorada de luz deslumbrante, la oscuridad del Caos huyó ante los rayos que brotaban como corrientes de fuego vivo de su forma divina. Este Ser Consciente procedía de algún Universo , más luminoso y mucho más grande que el nuestro, de ahí , vino este místico visitante respondiendo al llamado de fecundar a este Universo . De estrella en estrella caminó y de mundo en universo fue conocido, pero siempre oculto por las vestiduras vaporosas de la noche caótica. De repente, las nubes se abrieron y una luz maravillosa descendió de algún lugar entre las hirvientes olas de fuerza; bañó esta forma solitaria en un resplandor celestial, cada cristal chispeante de niebla brillaba como un diamante bañado en el fuego vivo de lo Divino. En la resplandeciente llama de luz cósmica bordeada por las oscuras nubes del no-ser aparecieron dos grandes formas y una poderosa Voz estremeció a la eternidad, cada átomo centelleante palpitaba con el poder de la Palabra del Creador, mientras la gran figura vestida de azul se inclinaba con asombro ante el estrado de los pies de Su Hacedor como una mano bajada del cielo, sus dedos extendieron la bendición. “De toda la creación te he elegido y sobre ti está puesto mi sello. Eres el instrumento escogido de mi mano y te nombro para ser el Constructor Arquitecto de mi Templo. Levantarás sus pilares y embaldosarás su suelo; la adornarás con metales y joyas, y serás el amo de mis artífices. En tus manos pongo los planos del Templo Universal. Y aquí, en el tablero ajedrezado de trazado de sustancia viva, he grabado el plan que debes seguir, trazando cada letra y ángulo en las líneas ardientes de mi dedo en movimiento.

Tú serás el arquitecto , el Demiurgo luminoso constructor escogido de la casa de tu Padre Dios , tu desde arriba harás tu trabajo. Allá están las nubes lanosas, el * El Fiat Creador, o tasa de vibración a través del cual todas las cosas son creadas, nieblas grises del amanecer, los destellos de la luz celestial y la oscuridad del sueño de la creación. De éstos edificaréis, sin sonido de martillo ni voz de obreros, el templo de vuestro Dios, eterno en los cielos. El movimiento arremolinado e incesante de la negación lo encadenarás para darle forma a las piedras. Entre estos espíritus del no-ser aflojarás tu cal y pondrás tus cimientos; porque te he observado desde antes que existieras; Te he guiado a través de los días de tu potencia. Os he pesado en la balanza y no os he hallado falto. Por tanto, a ti te doy la gloria del trabajo, y aquí te ordeno como el Edificador de mi Casa en este Universo repleto de millones de Galaxias .

Pondré a tu servició en la Tierra a millones de Obreros a los que llamaran francmasones, operarios terrestres que son una proyección de los ángeles constructores que están en los cielos. A vosotros os doy la palabra del Maestro Arquitecto; a vosotros os doy las herramientas del oficio; a ti te doy el poder que me ha sido investido. Sé fiel a estas cosas. Tráelos cuando hayas terminado, y te daré el nombre conocido solo por Dios. Que así sea. La gran luz se retornó a su Universo que está más allá de los cielos, los dedos de la luz viviente se es ocultaron en el crepúsculo brumoso y solitario, y cubrieron de nuevo el no ser con su manto negro. Océano interminable de olvido, nada más que remolinos, materia hirviendo hasta donde alcanzaba la vista. Luego enderezó los hombros y, tomando el tablero de caballetes en sus manos y apretando contra su corazón la resplandeciente Palabra del Maestro, se alejó lentamente y fue diluyendo en las brumas del amanecer primordial.

¿Cómo puede la mente limitada del hombre medir la eternidad eterna? Pasaron las edades, y el Maestre Constructor fue colocado en el Planeta Tierra , y trabajó con los francmasones con su plan con solo amor y humildad en su corazón, su mano moldeando la oscuridad que bendijo mientras sus ojos se elevaban por encima de donde la Gran Luz había brillado desde el cielo. Trabajó en la empresa divina, sin voz que lo animara, sin espíritu que lo condenara, solo en lo ilimitado, con el gran frío de la niebla de la mañana sobre su frente, pero su corazón todavía cálido con la luz de la Palabra del Maestro. Parecía una tarea desesperada. Ningún par de manos por sí solo podría moldear esa oscuridad; ningún corazón, por verdadero que sea, podría ser lo suficientemente grande como para proyectar un amor cósmico pulsante en la fría niebla del olvido. Aunque la oscuridad se cernía cada vez más a su alrededor y los brumosos dedos de la negación se enroscaban en torno a su ser, el Constructor y Arquitecto seguía trabajando con confianza divina; con divina esperanza puso los cimientos, y de la inagotable arcilla hizo los moldes para fundir sus sagrados ornamentos, ideó animales, ideó y creo al hombre y a la mujer a partir del barro, hizo los peces en los océanos, y le dio forma a las plantas , Él era el Demiurgo Constructor , siempre atento y severo. Lentamente, el edificio creció y las formas borrosas moldeadas por la mano del Maestro tomaron forma a su alrededor.

Antes que Jehová el Demiurgo Maestro creara a Adán y a Eva , había creado tres enormes criaturas sin alma, grandes seres que se vislumbraban como sombríos espectros en la penumbra. Eran tres constructores que él había bendecido y ahora en fila majestuosa pasaban delante de él, y Jehová extendió sus brazos a su creación, diciendo: "Hermanos, los he edificado para sus obras. Los he formado para que trabajen conmigo en el edificio de la casa del Maestro. Vosotros sois los hijos de mi ser; He trabajado contigo, ahora trabaja conmigo para la gloria de nuestro Dios". Pero los espectros se rieron. Volviéndose hacia su creador y golpeándolo

con sus propias herramientas que Dios le dio desde el cielo, dejaron a su Gran Maestre agonizante en medio de sus trabajos, roto y aplastado por los tres poderes de la noche cósmica. Mientras yacía sangrando a los pies de su obra, el Constructor mártir levantó los ojos hacia las nubes hirvientes, y su rostro estaba dulce con el amor divino y la comprensión cósmica mientras oraba al Maestro que lo había enviado: "Oh Maestro de los Trabajadores, Gran Arquitecto del universo, mis trabajos no están terminados. ¿Por qué deben quedar siempre sin hacer? No he completado la cosa para la que me enviaste a ser, porque mis mismas creaciones se han vuelto contra mí y las herramientas que me diste han destruido. Los hijos que formé en el amor, en su ignorancia me han asesinado. He aquí, Padre, la Palabra que me diste ahora roja con mi propia sangre. ¡Oh Maestro! Te lo devuelvo porque lo he guardado sagrado en mi corazón. Aquí están las herramientas, la tabla de calcar y las vasijas que he forjado. A mi alrededor están las ruinas de mi templo que debo abandonar. A Ti, oh Dios, el divino Conocedor de todas las cosas, te las devuelvo todas, sabiendo que en Tu buen tiempo está el cumplimiento de todas las cosas. Tú, oh Dios, conoces nuestro sentarnos y nuestro levantarnos y comprendes nuestros pensamientos a lo lejos.

En tu nombre, Padre, he trabajado y por tu causa muero, fiel constructor.” El Maestro se echó hacia atrás, su rostro vuelto hacia arriba dulce en el último reposo de la muerte, y los rayos de luz ya no brotaban de él. Las nubes grises se reunieron más cerca como para formar una sábana alrededor del cuerpo de su Maestro asesinado. De repente, los cielos se abrieron de nuevo y un rayo de luz bañó la forma del Maestro Creador en una gloria celestial. Nuevamente la Voz habló desde los cielos donde el Gran Rey estaba sentado sobre las nubes de la creación: "Él no está muerto; está dormido. ¿Quién lo despertará? para siempre, porque la Palabra y el centro de constructor son suyos, yo se los he dado. Pero él debe permanecer dormido hasta que estos tres que lo han asesinado lo devuelvan a la vida, porque cada mal debe ser corregido, y los asesinos de mi casa, los destructores de mi templo, deben trabajar en el lugar de su Edificador hasta que resuciten a su Maestro de entre los muertos". Los tres asesinos cayeron de rodillas y levantaron las manos al cielo como para ahuyentar la luz que había revelado su crimen: "¡Oh Dios, grande es nuestro pecado, porque hemos asesinado a nuestro Gran Maestro Arquitecto y Constructor ! Justo es Tu castigo y como lo hemos matado ahora dedicamos nuestras vidas a su resurrección. El primero fue nuestra debilidad humana, el segundo nuestro deber sagrado".

"Así sea", respondió la Voz del Cielo. La gran Luz se desvaneció y las nubes de oscuridad y niebla ocultaron el cuerpo del Maestro asesinado. Fue engullido por la oscuridad arremolinada que no dejó marca, ninguna lápida para señalar el lugar donde había yacido el Constructor. "¡Oh Dios!" gritaron los tres asesinos, "¿dónde encontraremos a nuestro Maestro ahora?" Una mano volvió a descender del Gran Invisible y les entregó una diminuta lámpara, cuya llama de aceite ardía silenciosa y claramente en la oscuridad. "Con esta luz buscaréis a aquel a quien habéis matado".

Las tres formas rodearon la luz y se inclinaron en oración y acción de gracias por este destello solitario que iluminaría la oscuridad de su camino. Desde algún lugar arriba, en las regiones del no-ser, habló la gran Voz, una Voz atronadora que llenó el Caos con su sonido: "Él sale como una flor y es cortado; él también dientes como una sombra y no perdura; como las aguas caen del mar y el diluvio decae y se seca, por lo que el hombre se acuesta y no vuelve a levantarse. Sin embargo, tengo compasión de los hijos de mi creación; les administro en tiempos de angustia y los salvo con una salvación eterna, donde yace la rama rota y el palo muerto se enmohece, donde las nubes flotan juntas y las piedras reposan junto a la ladera, porque todo esto marca la tumba del Constructor de la Naturaleza que ha llevado mi Voluntad consigo a la tumba. Esta búsqueda eterna es tuya hasta que hayas encontrado a tu Constructor, hasta que la copa revele su secreto, hasta que la tumba revele sus fantasmas. No hablaré más hasta que hayáis encontrado y resucitado a mi amado Hijo el Constructor de la naturaleza , y habéis escuchado las palabras de mi Mensajero y con Él como vuestro guía hayáis terminado el templo en el que entonces habitaré. Amén".

El amanecer gris aún dormía en los brazos de la oscuridad. Fuera, a través del gran misterio del no-ser, todo era silencio, incognoscible. A través del amanecer brumoso, como extraños fantasmas de un sueño, tres figuras vagaban sobre el gran Desconocido llevando en sus manos una lucecita, la lámpara que les dio su Eternos Padre Constructor. Sobre palo y piedra y nube y estrella vagaron, eternamente en busca de una tumba silenciosa, deteniéndose una y otra vez para explorar las profundidades de algún místico recoveco, orando por la liberación de su búsqueda interminable; sin embargo, obligados por sus votos a resucitar al Constructor que habían asesinado, cuya tumba estaba marcada por la ramita de acacia rota, y cuyo cuerpo yacía en la blanca sábana de la muerte en algún lugar sobre la cima de la colina eterna.

La búsqueda de la tumba del Constructor sigue hasta el día de hoy 10 de junio de 2022, siempre es encontrada por las nuevas generaciones de masones , pero , de nuevo se perderá y vendrán otros hermanos masones a buscarla y a encontrarla de nuevo. Siempre el Maestro Arquitecto y Constructor (Yo Superior) será asesinado por las bajas pasiones (Los Egos) y de nuevo resucitará por las Virtudes.

Hola buenos días, bastante interesante sus escritos

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