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General: ¿Fueron los Cátaros el Origen de la Masonería?
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: Kadyr  (Mensaje original) Enviado: 05/08/2025 20:26
¿Fueron los Cátaros el Origen de la Masonería?

Los Cataros
Imagina que todo lo que has aprendido sobre la realidad, el bien, el mal, lo sagrado y lo profano, es una ilusión cuidadosamente diseñada. Y si los verdaderos maestros espirituales de la historia no llevaban sotanas ni cargaban cruces doradas, sino que caminaban descalzos por senderos ocultos del sur de Francia y norte de Italia, portando una verdad tan devastadora que fue necesario fuego y espada para silenciarla. En tiempos donde los dogmas eran absolutos y pensar diferente era una sentencia de muerte, surgió un grupo de hombres y mujeres que se atrevieron a decir, "La luz no pertenece a la iglesia, vive dentro de ti." Fueron llamados herejes, perseguidos con furia, reducidos a cenizas en hogueras inquisitoriales. Pero, ¿qué era exactamente lo que sabían? ¿Qué enseñanza podía amenazar tan profundamente los cimientos del poder religioso? Esto no es solo una inmersión en una historia olvidada, es un llamado a recordar un eco antiguo que resuena dentro de quienes sospechan que el mundo, tal como lo vemos, no es más que la superficie de algo mucho más vasto. Vamos juntos a explorar las enseñanzas prohibidas de los cátaros. Pero te advierto desde ahora, una vez que veas más allá del velo, no hay vuelta atrás. Prepárate, porque lo que viene a continuación podría sacudir profundamente todo lo que creías sobre la fe, el alma y el verdadero propósito de la existencia. Caminaban como sombras entre las piedras ancestrales del sur de Francia, susurrando verdades que retumbaban como truenos en los pasillos del poder. Se les conocía como cátaros, del griego catarós, puros. Pero para la iglesia representaban una amenaza tan profunda que su existencia debía ser borrada con sangre y fuego. ¿Qué era lo que decían que resultaba tan peligroso? Los cátaros afirmaban que este mundo, con toda su belleza, su dolor y su estructura, era una prisión, una ilusión construida no por un Dios de amor, sino por un creador falso, un demiurgo, ciego y orgulloso, que moldeó la materia como una celda para el alma. Para ellos, el verdadero Dios era pura luz, inaccesible, invisible y profundamente íntimo. Habitaba dentro de cada ser humano, pero esa luz estaba olvidada, sofocada bajo el peso de las creencias impuestas, los deseos cultivados en ambiciones políticas , las jerarquías construidas. No predicaban en templos de mármol. Se sentaban en los campos, en casas humildes, al lado de los enfermos y de los pobres. No exigían oro ni penitencia. invitaban al recuerdo y decían que para reencontrarse con lo divino era necesario mirar hacia adentro, no hacia el altar. Pero aquí es donde las cosas se vuelven aún más extrañas. Los cátaros no solo cuestionaban los rituales católicos, los desafiaban por completo. Negaban el bautismo con agua, rechazaban la Eucaristía y despreciaban la cruz como símbolo de liberación. Para ellos, Cristo no murió para pagar nuestros pecados, sino para mostrarnos que estábamos atrapados en un sistema que se alimentaba de nuestro miedo. Imagínate el escándalo. En una época en la que la Iglesia decía que solo ella podía interceder por la salvación, surgía un grupo que afirmaba que tú ya eras divino por naturaleza, que solo necesitabas despertar. Y eso, eso era inaceptable. Pero, ¿qué fue exactamente lo que hizo que la iglesia considerara esa luz una amenaza tan mortal? El miedo estaba en el poder que se le escapaba de las manos. Ciudades enteras como Albi, Bes y Carcasona comenzaron a seguir el camino cátaro. Nobles y campesinos, hombres y mujeres, estaban abandonando los dogmas de la Iglesia por una fe que no exigía nada más que integridad interior. La estructura eclesiástica, con su lujo y su autoridad, temblaba ante la sencillez de los Perfecti, los iniciados cátaros que vivían en celibato, con alimentación vegetariana y una dedicación silenciosa a la luz interior.
La Cruzada Albigense, también conocida como la Cruzada Cátara
 El golpe final vino con la cruzada Albigense en 1208, convocada por el Papa Inocencio el motivo oficial, la muerte de un emisario papal, la verdadera razón, la necesidad de aplastar una visión espiritual que liberaba en lugar de controlar. Durante décadas, el sur de Francia fue consumido por una guerra santa librada no contra ejércitos bárbaros, sino contra vecinos, familias y aldeas enteras que se atrevieron a pensar diferente. Y fue en ese contexto donde se pronunció una de las frases más oscuras de la historia cristiana: "Maten a todos, Dios reconocerá a los suyos." En esta cruzada fueron asesinadas 20,000 personas fueron masacradas. La distinción entre hereje e inocente era irrelevante. El objetivo era el silencio. Pero, ¿re s? Los manuscritos fueron quemados, los cuerpos convertidos en cenizas, pero algo permaneció. Un eco, un susurro en las piedras, un brillo en los ojos de quien se atreve a recordar, porque las enseñanzas cátaras no se transmitían solo con palabras, se pasaban de alma en alma. un fuego secreto que sobrevivió a las llamas inquisitoriales. Ahora imagina por qué un mensaje de paz, simplicidad y reconexión con lo divino interior fue considerado tan peligroso como para merecer el exterminio. ¿Será posible que esa luz olvidada pueda iluminar los caminos perdidos de la humanidad moderna? Esta no es solo una historia de persecución, es un espejo, un recordatorio de cuánto teme el mundo aquello que no puede controlar y tal vez un llamado silencioso a recordar quiénes somos realmente. Pero, ¿será posible que la realidad como la conocemos sea una farsa cósmica construida para mantenernos dormidos? Ahora hay algo que necesitas saber. Existe una idea extremadamente poderosa basada en escritos antiguos que fueron eliminados de la Biblia hace más de 1500 años, y se llaman textos apócrifos . Se dice que fue utilizada por líderes y pensadores a lo largo de la historia para alcanzar niveles avanzados de claridad, éxito y control sobre la realidad. Hoy en día esta práctica ha vuelto a ser estudiada y lo más interesante es que científicos han confirmado que sus efectos en el cerebro son reales y medibles. Este conocimiento fue ocultado durante siglos y aún hoy no todas las Logias Masónicas permiten que se exponga abiertamente, ya que toca temas políticos y religiosos , y en muchas logias sospechosamente no se permiten estos temas por  razones de que no se quiere abordar la realidad.
¿El Mundo es una Prisión? ¿Alguna vez has sentido que hay algo mal con la realidad? ¿Como si existiera un engranaje invisible girando detrás de la vida cotidiana, manteniéndonos atrapados en repeticiones sin sentido? Esa sensación no es nueva. Los cátaros la conocían bien y fueron aún más lejos. Afirmaban que el mundo visible es una trampa espiritual, una simulación creada por una entidad que se hace pasar por Dios, pero que en realidad es el gran engañador, un artesano ciego y arrogante, sediento de control. Según esta visión, el universo material, por más hermoso que parezca, no es obra de un Dios de amor, sino de un creador falso, el demiurgo.  Este concepto no nació con los cátaros, se remonta a los antiguos gnósticos y resuena en tradiciones orientales como el budismo y el hinduismo, que hablan de la maya, la ilusión que cubre lo real. La diferencia es que los cátaros trajeron esta idea al corazón de la Europa medieval y la vivieron con una intensidad peligrosa. Pero, ¿cómo funciona esta prisión? Imagina el mundo como una inmensa cámara de eco donde todo lo que ves, tocas y deseas fue diseñado para distraerte de la única verdad que realmente importa. Tú eres luz y esa luz ha sido cubierta por capas de condicionamientos, miedos, creencias y deseos. Todos reforzados por sistemas de poder que te dicen cómo vivir, qué seguir y a quién obedecer. Para los cátaros, el sufrimiento humano no era fruto del pecado, sino del olvido. No caímos, fuimos secuestrados. El alma, fragmento de la luz primordial, fue aprisionada en un ciclo de reencarnaciones dentro de este mundo ilusorio hasta que finalmente se purificara y recordara su verdadero origen. El objetivo de la vida no era agradar a un Dios distante, sino despertar del sueño impuesto. Y aquí surgen las preguntas incómodas. ¿Y si todo lo que valoramos, la fama, el estatus, el consumo, incluso los símbolos religiosos fueran grilletes dorados? Y si las grandes instituciones que dicen liberarnos fueran en realidad muros pintados con promesas de salvación, los cátaros no odiaban la vida. Veían la materia como un espejo encantado, bella, seductora, pero engañosa. En lugar de huir del mundo, proponían un camino de purificación basado en el discernimiento. Saber que es luz y que es sombra disfrazada. saber que no todo lo que brilla es divino. Esa dualidad cósmica para ellos era mucho más que una lucha entre el bien y el mal. Era la estructura misma del universo. De un lado, el Dios de la luz, fuente de la esencia espiritual. Del otro, el príncipe de este mundo, creador del sistema material. Esta visión era revolucionaria porque ponía el poder de la liberación en manos del individuo y no de la iglesia. No se necesitaba confesión, misa ni indulgencia. Se necesitaba despertar, pero atención, no todo lo que parece espiritual lo es. Según los cátaros, incluso los reinos invisibles estaban divididos. Había seres de luz y había arcontes, entidades que manipulaban la percepción humana disfrazándose de ángeles, gurús e incluso deidades. Su arma, la seducción de la autoridad, la gloria y el miedo disfrazado de fe. ¿Será que estas enseñanzas pueden desbloquear revelaciones sobre nuestra mente y la sociedad que hemos construido? Y si miraras el mundo moderno con estos ojos, redes sociales que nos programan para desear, religiones que venden el cielo a cambio de obediencia, ideologías que prometen libertad mientras crean nuevas prisiones. Tal vez el sistema sea el mismo solo con un nuevo envoltorio, pero existe una salida. Para los cátaros, la liberación era posible, pero requería valentía. Requería silenciar el ruido del mundo, ayunar de distracciones, desapegarse de los excesos. La práctica espiritual era radical, pero no por masoquismo. Era porque sabían que cada indulgencia fortalecía los lazos de la prisión. Se volvían ligeros, no como castigo, sino como preparación para el vuelo del alma. A este proceso lo llamaban catarosis, la purificación interior. Y comenzaba con una pregunta simple pero transformadora. ¿Esto que estoy viviendo alimenta mi luz o fortalece mi prisión? Pero, ¿y si el alma no tuviera solo un cuerpo del cual liberarse? ¿Y si la rueda de la reencarnación fuera real? ¿Y si todos estuviéramos girando desde hace siglos olvidando quiénes somos en cada nacimiento? El Ritual que Rompe el Ciclo Y si te dijera que existe un ritual capaz de romper el ciclo de la reencarnación, quebrar las cadenas del mundo ilusorio y alinear el alma con su origen divino, no es una ceremonia decorativa. No involucra oro, velas ni discursos elaborados. Este rito era tan poderoso y tan temido que fue perseguido con más fervor que cualquier herejía. Su nombre era consolamentum. Para los cátaros, el consolamentum no era un simple bautismo espiritual, era un acto de renacimiento, una iniciación muy parecida a la Masónica del presente, era un portal de fuego invisible que quemaba la ilusión hasta sus raíces más profundas. Lo recibían los Perfecti, los iniciados que habían purificado sus cuerpos y mentes lo suficiente como para enfrentar la luz sin quedar cegados. Después de días de ayuno, silencio y oración, se entregaban a la transmisión final, un toque, una invocación y algo dentro de ellos despertaba. Un hilo secreto se reconectaba con la fuente, pero hay un giro inesperado. Algunos relatos sugieren que el consolamentum era más que simbólico. Era una transferencia de energía, un impulso vibracional que realineaba el alma a la frecuencia de los mundos superiores. Y esta idea tiene ecos en prácticas antiguas de diversas tradiciones. Los sidas indios hablaban del Shaktipat , una activación de la Kundalini.
Shaktipat y Kundalini son términos relacionados con el despertar espiritual y la energía vital. Shaktipat es la transmisión de energía espiritual de un maestro a un discípulo, que puede facilitar el despertar de la energía Kundalini. Kundalini es una energía latente ubicada en la base de la columna vertebral, que al ser despertada, puede ascender por los chakras y llevar a un despertar espiritual profundo.
Los sufíes practicaban la transmisión silenciosa entre maestro y discípulo. Incluso el budismo Zen posee rituales donde la iluminación se despierta no por el estudio, sino por la presencia. ¿Será que todos hablaban de la misma llave? Según los cátaros, al recibir el consolamentum, el iniciado moría para el mundo, aunque siguiera vivo físicamente. A partir de ese momento, no había regreso. Su alma emprendía un viaje directo hacia la liberación. El cuerpo era visto como un capullo transitorio y la vida como un teatro a punto de cerrar el telón. Muchos que recibían el rito ya estaban al borde de la muerte. Otros elegían vivir como perfecti, renunciando a placeres, títulos y posesiones. No eran reconocidos por lo que decían, sino por su presencia silenciosa, serena y magnética. Donde estaban algo en el aire cambiaba. Pero, ¿por qué un compromiso tan profundo? Porque para ellos la realidad era un campo minado de trampas. Cada deseo cedido, cada enojo alimentado, cada apego reforzado enredaba más alma en el ciclo de retorno. El mundo era una escuela, pero también una prisión. Y la libertad requería vigilancia, no como castigo, sino como un recordatorio constante de que el verdadero hogar estaba más allá del velo. ¿Estás listo para enfrentar la verdad definitiva? que tal vez todo eso que crees que necesitas conquistar sea precisamente lo que te aleja de quien realmente eres. La práctica de los cátaros nos invita a una alquimia interior, no una negación de la vida, sino una transfiguración. A través del silencio, la sencillez y la compasión radical se convertían en espejos de la luz y no imponían ese camino a nadie. Respetaban a quienes aún no estaban listos. Pero cuando un alma sentía el llamado y lo aceptaba, el camino se abría. Y aquí hay algo profundo. El consolamentum no era algo que uno pidiera, era algo que te encontraba. Cuando el alma estaba madura, el rito ocurría como el florecer de una flor que esperó toda la noche el primer rayo de sol. Pero, ¿será que hoy, en pleno siglo XXI, rodeados de pantallas, ruido y prisa, aún es posible vivir algo así? ¿Existe un consolamentum moderno, una forma de reiniciar el alma y recordar el camino de regreso a casa? Tal vez esa respuesta esté más cerca de lo que imaginas. Y si te dijera que puedes comenzar ese viaje sin rituales externos, que el primer paso hacia tu liberación empieza en el silencio entre dos pensamientos. Despertar en un Mundo Dormido Vivimos en una era de abundancia tecnológica, información infinita y distracciones que nos mantienen ocupados las 24 horas del día. Nunca habíamos estado tan conectados y paradójicamente tan desconectados de nosotros mismos. Pero, ¿y si el verdadero antídoto contra esta somnolencia moderna estuviera escondido en las prácticas de un pueblo medieval, quemado por la historia, pero iluminado por dentro? Los cátaros comprendían algo que la mayoría de nosotros ha olvidado, que el despertar espiritual no es un lujo reservado a monjes en montañas lejanas, sino una urgencia que late en el corazón de cada ser humano. Ellos lo llamaban recordación, no en el sentido común de la palabra, sino como un reconocimiento profundo de algo que siempre ha estado dentro de ti, esperando ser reactivado. El mundo moderno nos invita a olvidar cada notificación, cada anuncio, cada carrera por validación externa nos aleja de la verdad esencial. Pero los cátaros ofrecían un camino directo, simple y radical. Enseñaban a desacelerar, a purificarse, a guardar silencio, no como una fuga, sino como una reconexión. Y estas prácticas, con un poco de adaptación son hoy más relevantes que nunca. Empieza con el silencio. 10 minutos al día, sin pantallas, sin música, sin objetivo, solo respiración y presencia. Ese espacio silencioso es donde ocurre la recordación. Es el intervalo entre el ruido del mundo y el susurro del alma. Los cátaros sabían que el silencio es el portal y que en él toda verdad se revela. Después observa lo que consumes. Los cátaros no comían carne, no por moralismo, sino porque sabían que todo lo que ingerimos física y emocionalmente afecta nuestra vibración. No necesitas volverte ermitaño, pero pregúntate qué estoy permitiendo que entre en mí. Alimentos, ideas, emociones. Todo moldea el alma. Practica el desapego ético. Pregunta, ¿estoy aferrándome a esto por miedo o por amor? El miedo nos aprisiona, el amor libera. Los cátaros no estaban en contra del mundo, estaban a favor de la luz que el mundo intenta ocultar. Pero quizás el paso más poderoso sea este: crear tu propio consolamentum. No necesitas rituales secretos. La esencia está en la intención. Sal a caminar en silencio. Encuentra un lugar de paz. Dite a ti mismo en voz baja, el hijo recordar. Repite esto con reverencia. Algo cambia cuando el alma escucha su propia voz llamándola de regreso. ¿Estás dispuesto a renunciar a la comodidad de la ilusión para vivir en la verdad de la luz? Despertar hoy es un acto de rebeldía. En un mundo adormecido por el exceso de estímulos, quien elige el camino de la conciencia se convierte en una llama viva. No necesitas túnicas ni aislarte del mundo. Solo necesitas ser real, honesto, presente. Los perfecti de nuestros tiempos no viven en monasterios, viven en corazones atentos. Forma un círculo. Encuentra personas con quienes puedas hablar sobre el alma, el silencio, la verdad. No se necesitan muchos. Dos seres humanos en búsqueda sincera crean un campo sagrado. Comparte sueños. Ofrece escucha. Conviértete en un espejo de luz para el otro. Eso es revolución y nunca lo olvides. No todo lo que brilla es divino. El mundo moderno está lleno de falsos maestros. Doctrinas vendidas como mercancía espiritual. Arquetipos programados para entretener, no para transformar. Los cátaros nos enseñaron a discernir. Pregunta, ¿este camino me libera o me condiciona aún más? Al final, la mayor herejía que cometieron los cátaros fue simple. Decir que lo divino no está afuera, está dentro de ti. No querían seguidores, querían seres despiertos. Y ahora la pregunta queda en el aire para ti. ¿Estás listo para dejar de solo existir y comenzar realmente a recordarte a ti mismo?

Los Cataros como los Masones hoy rechazaban la autoridad de la Iglesia Católica, los sacramentos tradicionales y veían el mundo material como inherentemente corrupto. Su principal rito iniciático era el consolamentum, un bautismo espiritual que marcaba la entrada en la categoría de los "perfectis ", quienes llevaban una vida ascética y eran considerados los verdaderos seguidores de Cristo. Los Cátaros fueron perseguidos intensamente por la Iglesia y los poderes seculares, especialmente a través de la Cruzada Albigense y la Inquisición, lo que llevó a su erradicación como movimiento organizado en el siglo XIV.
La Masonería y los Cataros
La Masonería es una organización fraternal e iniciática que tiene sus raíces en los gremios de constructores medievales de Europa, evolucionando hacia una sociedad especulativa en el siglo XVIII. Promueve el desarrollo moral y espiritual de sus miembros mediante rituales simbólicos y la práctica de la filantropía, sin estar vinculada a una religión específica. Los masones creen en un ser supremo, al que llaman el "Gran Arquitecto del Universo", pero la organización es inclusiva y acepta a personas de diferentes credos. Su estructura se organiza en logias y grados, con rituales que simbolizan la construcción del carácter y la búsqueda de la verdad.
Semejanzas entre los Cátaros y la Masonería
A pesar de sus diferencias fundamentales, los Cátaros y la Masonería comparten algunas características notables:
Carácter Iniciático y Secreto:
Los Cátaros practicaban el consolamentum como un rito de iniciación para convertirse en "perfectos", reservando ciertos conocimientos y prácticas para este grupo selecto.
La Masonería también tiene ceremonias de iniciación y una serie de grados que revelan progresivamente sus enseñanzas, manteniendo un nivel de secretismo.
Rechazo a la Autoridad Establecida:
Los Cátaros desafiaban a la Iglesia Católica, considerándola corrupta, y se veían como la verdadera Iglesia de Cristo.
La Masonería, aunque no es abiertamente opuesta a las instituciones religiosas, ha sido vista con sospecha por algunas autoridades debido a su énfasis en la libertad de pensamiento y su secretismo.
Énfasis en el Desarrollo Espiritual:
Los Cátaros buscaban la salvación a través de la renuncia al mundo material y la purificación espiritual.
La Masonería promueve el perfeccionamiento moral y espiritual de sus miembros mediante la práctica de virtudes y el estudio de símbolos, la masonería comparte con los cataros la idea de alejarse del mundo , mediante el despojo de “los metales”, una clara alusión a alejarse del mundo profano y sus falsos encantos .
Diferencias entre los Cátaros y la Masonería
Sin embargo, las diferencias entre ambos son marcadas y reflejan sus naturalezas y contextos distintos:
Naturaleza Religiosa vs. Fraternal:
Los Cátaros eran una secta religiosa con una teología específica y prácticas devocionales centradas en su visión dualista del mundo.
La Masonería es una organización fraternal que, aunque fomenta valores espirituales, no está ligada a una doctrina religiosa particular y se enfoca en la hermandad y el desarrollo personal.
Estructura y Jerarquía:
Los Cátaros tenían una división clara entre "perfectos" (iniciados que vivían ascéticamente) y "creyentes" (seguidores menos comprometidos), con un enfoque en la vida comunitaria y la predicación.
La Masonería se organiza en logias y grados, con un sistema simbólico basado en la construcción y la hermandad, sin una jerarquía religiosa.
Supervivencia Histórica:
Los Cátaros fueron erradicados en el siglo XIV debido a la persecución de la Iglesia y los poderes seculares.
La Masonería ha sobrevivido y evolucionado a lo largo de los siglos, adaptándose a diferentes contextos sociales y culturales.
¿Fueron los Cátaros el Origen de la Masonería?
No existe evidencia histórica que sugiera que los Cátaros fueran el origen directo de la Masonería. Los Cátaros existieron en los siglos XII y XIII, mientras que la Masonería, tal como la conocemos hoy, emergió en el siglo XVII a partir de los gremios de constructores medievales, consolidándose en el XVIII. Aunque ambos movimientos comparten muchos elementos comunes, como el secretismo y los ritos iniciáticos, sus orígenes, propósitos y contextos históricos no son tan distintos. Las teorías que vinculan a los Cátaros con la Masonería suelen provenir de conexiones esotéricas e ideológicas  conspirativas, pero las evidencias de conexiones carecen de fundamento documental sólido.
Conclusión
Los Cátaros y la Masonería presentan similitudes en su carácter iniciático, su desafío a las autoridades establecidas y su enfoque en el desarrollo espiritual. Sin embargo, son movimientos fundamentalmente diferentes: los Cátaros fueron una secta religiosa perseguida por la Iglesia Católica hasta su desaparición, mientras que la Masonería es una organización fraternal que ha perdurado y evolucionado, a pesar de ser perseguida por la Iglesia Católica. No hay una conexión histórica directa que indique que los Cátaros fueran el origen de la Masonería, pero bien pudo el movimiento Cátaro influenciar en el pensamiento de la Masonería en su origen  y evolución .
Alcoseri 


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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: Kadyr Enviado: 05/08/2025 20:27

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: BARILOCHENSE6999 Enviado: 11/08/2025 15:07



 
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