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Medicina y Salud: INSUFICENCIA CARDIACA
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De: Siondra  (Mensaje original) Enviado: 23/11/2012 20:11

Alimentación, nutrición y dietas cuando se padece insuficiencia cardíaca

Realizando algunos cambios en los hábitos alimentarios se puede conseguir una mejora en la calidad de vida para las personas con insuficiencia cardíaca. Es mejor ir introduciendo estos cambios progresivamente para, de esta manera, no abandonarlos al poco tiempo.

La insuficiencia cardiaca es una enfermedad crónica que puede afectar a personas de todas las edades, aunque es más frecuente en mayores. El corazón tiene menos capacidad de la que debería para bombear sangre y con frecuencia se puede producir retención hidrosalina (edemas).

Los objetivos del tratamiento dietético son:

- Reducción de sal en la dieta.

- Reducción de grasa en la dieta.

- Reducción de peso si existe sobrepeso u obesidad.

Poca sal

La sal es necesaria en el organismo en pequeñas cantidades pero, si se sobrepasa la cantidad adecuada, se puede producir retención de líquidos que incrementa el volumen de sangre circulante con un aumento de la presión arterial.

Con el paso del tiempo esto puede producir un estrechamiento de las arterias y hacer que el corazón tenga una sobrecarga de trabajo. Tenemos que tratar de mantener una ingesta de sal por debajo de los tres gramos al día (media cucharilla de café); tres gramos de sal equivalen a 1,25 gramos de sodio, o lo que es lo mismo 1.250 miligramos de sodio.

La forma más fácil de reducir la sal es no añadirla a las comidas. Los alimentos frescos suelen tener un bajo contenido, mientras que los preelaborados o precocinados suelen tener un contenido mayor.

Los alimentos más ricos en sal son, de mayor a menor contenido, los cubitos de caldo, las sopas comerciales, el bacalao salado, el tocino de cerdo, el caviar, la pizza, la panceta, los precocinados (croquetas, empanadillas…), el queso azul, el ketchup, el jamón serrano, las aceitunas, el jamón cocido, el queso manchego, las patpas fritas comerciales, los frutos secos y los embutidos.

También debemos tener en cuenta el contenido de sodio del agua mineral embotellada. Hay que leer atentamente las etiquetas y seleccionar aquellas de mineralización muy débil que contengan menos de cinco miligramos de sodio por litro.

Podemos dar sabor a nuestros platos con alimentos saborizantes como el jugo de limón o las hierbas o especias aromáticas.

Las carnes combinan bien con el laurel, la nuez moscada, la pimienta, la salvia, el tomillo, el ajo, la cebolla, el orégano, el romero, mientras que los pescados con el curry en polvo, el eneldo, el jugo de limón, la pimienta, y los vegetales con el romero, la salvia, el eneldo, la canela, el estragón, la albahaca, el perejil…

Un consejo es evitar el consumo de alimentos que por su técnica culinaria requieran el uso de sal, como los encurtidos, los adobos, los salazones, las salmueras y los ahumados.

Reducción de la grasa

Un exceso de grasa saturada, grasa trans y colesterol puede acumularse en los vasos sanguíneos obstruyendo el paso de la sangre e impidiendo su correcta circulación. Por eso tenemos que evitar aquellos alimentos que contienen estas grasas, como son los lácteos enteros (sustituir por descremados), la manteca (sustituir por aceite de oliva virgen), las carnes grasas (sustituir por carnes magras, con poca grasa, como el conejo o el pollo sin piel), los embutidos, la yema de huevo, los fritos comerciales y la reposteria industrial.

Otra forma de disminuir el aporte graso es elegir métodos de cocinado que utilicen poca o nada de grasa como el horno, plancha, parrilla, microondas, asado o la cocción al vapor.

Es muy importante mantenernos en un peso adecuado para evitar el mayor trabajo para el corazón que causa el exceso de peso. Para acercarnos al peso normal debemos seguir una alimentación equilibrada y variada acompañada de ejercicio físico.

Además, en algunas ocasiones, hay un exceso o con un déficit de potasio por el uso de diuréticos u otros medicamentos. Los alimentos ricos en potasio son las frutas y las verduras, en especial el kiwi, la banana y el tomate.

Estas recomendaciones deben acompañarse de otros hábitos saludables como evitar el consumo de alcohol y tabaco, controlar el peso y mantenerse activo realizando ejercicio de acuerdo a las recomendaciones y limitaciones indicadas por el médico.

- Hay técnicas culinarias que nos permiten comer los alimentos con poca o nada de grasa, como el vapor, el horno o la plancha.

- Debemos huir de encurtidos, adobos, salazones o ahumados que, por sus propias características, tienen dosis elevadas de sodio.



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De: Siondra Enviado: 23/11/2012 20:20

Otros síntomas de la Insuficiencia Cardiaca: hepatomegalia, depresión, oliguria, ascitis, anorexia...

Escrito por Dr. Ramón Bover Freire

Otros síntomas de  la Insuficiencia Cardiaca: hepatomegalia, depresión, oliguria, ascitis, anorexia. Los anteriores son los síntomas principales de la insuficiencia cardiaca pero pueden aparecer otras molestias muy variadas, por lo que debe consultar al médico si aprecia algún síntoma nuevo.

Los síntomas principales de la insuficiencia cardiaca izquierda son la disnea (dificultad para respirar), el cansancio y la fatiga, acompañados de edemas en tobillos y piernas si el paciente ha desarrollado también insuficiencia cardiaca derecha. Como hemos visto puede presentar también síncope, siendo especialmente peligroso si éste tiene su origen en taquicardias ventriculares malignas.

En la insuficiencia cardiaca izquierda la congestión pulmonar (acúmulo de líquido en los pulmones) no sólo causa la disnea, sino que también puede producir tos por irritación de los nervios que se encuentran alrededor de los bronquios (tubos que transportan el aire dentro de los pulmones). La disnea se hace más evidente con el esfuerzo y cuando el paciente se tumba (ortopnea), por lo que en ocasiones tiene que dormir con varias almohadas para evitar estar tumbado completamente plano. A veces el líquido se acumula alrededor del pulmón, en una especie de saco que lo envuelve que se llama cavidad pleural: a este acúmulo se le denomina derrame pleural, que comprime el pulmón y puede agravar la disnea.

La dificultad del corazón para bombear la sangre en cantidades adecuadas hace que esta llegue con dificultad a los músculos, produciendo la debilidad y la fatiga. En el riñón, al recibir menos sangre para depurar se genera menos orina, y por eso los pacientes presentan oliguria (poca cantidad de orina). La toma de diuréticos (fármacos que aumentan la diuresis, la cantidad de orina) hace que la oliguria sea menos evidente, al obligar al riñón a producir más orina de la que fabricaría por sí solo. Por la noche, el líquido de las piernas se reabsorbe y pasa a la circulación sanguínea, aumentando el flujo de sangre que alcanza el riñón y aumentando la diuresis: esto produce la nicturia, que es una mayor frecuencia miccional durante la noche (el paciente se tiene que levantar con más frecuencia de lo normal por la noche para orinar). En fases avanzadas de la enfermedad, la menor llegada de sangre al cerebro puede producir somnolencia y confusión.

El acúmulo de líquido en el aparato digestivo, en los intestinos, produce anorexia (falta de apetito) y una peor absorción de los alimentos y de los fármacos que consume el paciente. Esto puede llevar en las fases terminales de la enfermedad a una delgadez extrema (caquexia cardiaca).

En la Insuficiencia Cardiaca son frecuentes la ansiedad y la depresion. La insuficiencia cardiaca es una enfermedad que limita la actividad diaria de los pacientes que la padecen, por lo que empeora su calidad de vida. Es por ello frecuente que aparezcan alteraciones del estado de ánimo, como la ansiedad o la depresión, especialmente en los pacientes de mayor edad. Es importante un correcto tratamiento de estos síntomas, con psicoterapia y medicación si es preciso, pues producen una mayor pérdida de la calidad de vida de estos pacientes si no se tratan adecuadamente. La familia del paciente y su entorno social pueden condicionar (empeorar o mejorar) notablemente la situación psíquica del paciente.

La tensión arterial de los pacientes con insuficiencia cardiaca es muy variable. La hipertensión arterial es una causa frecuente de insuficiencia cardiaca, por lo que algunos pacientes tienen cifras altas de tensión. Casi todas las medicaciones que se utilizan en la insuficiencia cardiaca bajan la tensión arterial, por lo suele controlarse bastante bien la tensión en los pacientes hipertensos. El problema se presenta en aquellos casos en los que el paciente presenta cifras de tensión arterial normales o incluso bajas antes de iniciar la medicación. En estos casos el tratamiento puede producir hipotensión (tensión arterial baja), que en algunos casos se acompaña de síntomas: debilidad, mareo, etc. Por ello, hay que utilizar la máxima dosis de los fármacos que tolere el paciente sin que presente síntomas por un efecto excesivo.

Cuando el paciente experimenta una descompensación de la insuficiencia cardiaca puede presentar piel fría (por llegada de poca sangre a la piel), hipotensión arterial, taquicardia (su corazón se contrae muy rápido para compensar la poca sangre que logra bombear en cada latido) y taquipnea (respiración rápida).




 
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