LA GLORIA DEL HOMBRE ANTES QUE EL MUNDO FUESE

Antiguamente el significado de mundus (mundo), era limpio “claro”, lo cual por la idea de Pitágoras, pasó a ser llamado cosmos, ordenado y bello. Dios a principio tal como lo relata Gn. 2. 5: “creo toda planta en el campo antes que fuese en la tierra, y toda hierva del campo antes que naciese; porque Dios Altísimo aún no había hecho  llover sobre la tierra, ni había hombre que labrase la tierra.” Dios entonces hizo al hombre, a quien además de darle facultades, le dio gloria (Gn. 1:26; Salm. 8:6-8; y Hb. 2:7-8), pero por la maldad de Satanás esta gloria el hombre la perdió, y fue arrojado del Huerto del Edén para mediante de la procreación de su especie forjara o fundara su mundo, el cual por la corrupción de los Vigilantes (Hijos de Dios), Dios lo destruyó en agua (Gn. Cap. 6 y 7; y 2ª de P. 3.6)

No así el planeta tierra como tal, al cual le retornó la forma que le había hecho salir en seco (tierra firme), y sobre ella a través de Noé y su familia haría forjar o fundar un mundo nuevo (Gn. 8.15-19); y cuyo mundo también ha de perecer con fuego, en cumplimiento de lo que ha sido anunciado en 2ª de P. 3:7,10-13.

Algo muy importante se ha de tener en cuenta, que Dios queriendo recobrar la santidad y la gloria que el hombre tuvo a su lado antes que aquel mundo fuese, pronunció maldición entre la simiente de la serpiente y la simiente de la mujer, pues era su propósito de consumar el misterio de la piedad, para retornarle al hombre la santidad y vida perdurable arrebatada por satanás. Por lo tanto Jesús como hombre dijo: “Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese (Jn. 17.5).”

Satanás que ya estaba al tanto que Dios mediante la simiente de la mujer, recobraría la gloria del hombre, trató de frustrarlo mediante Herodes, pues en lo tocante, Ap. 12.3-5 lo señala así:

“³También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón, escarlata que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas; ⁴y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el dragón se paró frente a la mujer que estaba para dar a luz, a fin de devorar a su hijo tan pronto como naciese. ⁵Y ella dio a luz un hijo varón, que regirá  con vara de hierro  a todas las naciones; y su hijo fue arrebatado para Dios y para su trono.”