Así es, finalmente la noticia se desmintió, Miranda no ha muerto, ha sido transformado, pero no en un ser radioactivo, sino en un hombre enfermo que pide a sus seguidores que no fumen ni beban, que él ya no lo hace más, ¡se lo ha dicho el médico!.

¿Qué es lo que ha ocurrido aquí?. A principios de Agosto, miembros de la secta le dijeron a Josefina Torres que Miranda había muerto, es más, le dieron morbosos detalles del trágico evento. Josefina lo repitió por todos lados y aquí nos hicimos eco del vídeo de Josefina, mientras la secta guardaba un astuto silencio.

Tras casi un mes sin ninguna declaración Miranda aparece, más parecido a un anciano de 80 años que a un hombre de sesenta, y en su vídeo advierte que va pleitear con las cadenas de TV que dieron la noticia y sacarles un buen dinero. Y con esto, estimados amigos, queda aclarada la maniobra de Miranda:

USÓ A PERSONAS DE SU IGLESIA PARA EXTENDER UN FALSO RUMOR DE SU MUERTE, PARA DENUNCIAR A LAS CADENAS DE TV Y CONSEGUIR DINERO.

Al parecer las ofrendas han bajado vertiginosamente desde que Miranda no sale de su casa. No debería extrañarnos esta retorcida maniobra, en el vídeo Miranda explica sorprendido cómo la noticia de su muerte le preocupó mucho. No debió de preocuparle mucho, prefirió que su “amada” sufriera con esas mentiras extendidas bajo sus instrucciones, mientras sus abogados recopilaban pruebas. Y cuando su enmarañado silencio se terminó, se presenta con cara de sorpresa frente a la cámara.

No, Miranda, no debes estar tan sorprendido cuando has guardado silencio por un mes. Esto se llama manipulación.

Y de paso, Miranda, quien evidentemente ha tenido severos problemas de salud (y aún tiene) sale diciendo que fumar ¡es malísimo!, y eso de beber, ¡poquísimo!, dice que los adventistas tienen razón (en la comida). Se ve que su doctrina sobre el pecado no le aprovechó, al fin y al cabo es sólo un hombre, y como bien dice, va de gloria en gloria, es decir, aprendiendo poco a poco y cometiendo errores, como cualquier humano. Así que ya saben, si van a un centro educativo a partir de ahora se van a aplicar las normas del adventismo del séptimo día.