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lasantabiblianvi: LA SANTA BIBLIA (NUEVA VERSION INTERNACIONAL) PARTE 3
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De: luistovarcarrillo  (Mensaje original) Enviado: 20/05/2008 04:52
NVI (c) Copyright 1973, 1978, 1984 by International Bible Society.

Scripture taken from the Holy Bible, Nueva Versión Internacional(r). Copyright (c) 1973, 1978, 1984 International Bible Society. All rights reserved throughout the world.
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Parte # 3 (PARTE DE LOS PROFETAS), los 17 libros finales del AT: Is, Jer, Lm, Ez, Dn, Os, Jl, Am, Abd, Jon, Mi, Nah, Hab, Sof, Hag, Zac y Mal
 
Isaías 1


Isaías

1  Visión que recibió Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y Jerusalén, durante los reinados de Uzías, Jotán, Acaz y Ezequías, reyes de Judá.
Judá, nación rebelde

2  ¡Oigan, cielos! ¡Escucha, tierra!
Así dice el Señor:
"Yo crié hijos hasta hacerlos *hombres,
pero ellos se rebelaron contra mí.
3  El buey conoce a su dueño
y el asno el pesebre de su amo;
¡pero Israel no conoce,
mi pueblo no entiende!"

4  ¡Ay, nación pecadora,
pueblo cargado de culpa,
generación de malhechores,
hijos corruptos!
¡Han abandonado al Señor!
¡Han despreciado al *Santo de Israel!
¡Se han vuelto atrás!

5  ¿Para qué recibir más golpes?
¿Para qué insistir en la rebelión?
Toda su cabeza está herida,
todo su corazón está enfermo.
6  Desde la planta del pie hasta la coronilla
no les queda nada sano:
todo en ellos es heridas, moretones,
y llagas abiertas,
que no les han sido curadas ni vendadas,
ni aliviadas con aceite.

7  Su país está desolado,
sus ciudades son presa del fuego;
ante sus propios ojos
los extraños devoran sus campos;
su país está desolado,
como si hubiera sido destruido por extranjeros.
8  La bella *Sión ha quedado
como cobertizo en un viñedo,
como choza en un melonar,
como ciudad sitiada.
9  Si el Señor *Todopoderoso
no nos hubiera dejado algunos sobrevivientes,
seríamos ya como Sodoma,
nos pareceríamos a Gomorra.

10  ¡Oigan la palabra del Señor,
gobernantes de Sodoma!
¡Escuchen la *enseñanza de nuestro Dios,
pueblo de Gomorra!
11  "¿De qué me sirven sus muchos sacrificios?
dice el Señor.


Harto estoy de *holocaustos de carneros
y de la grasa de animales engordados;
la sangre de toros, corderos y cabras
no me complace.
12  ¿Por qué vienen a presentarse ante mí?
¿Quién les mandó traer animales
para que pisotearan mis atrios?
13  No me sigan trayendo vanas ofrendas;
el incienso es para mí una abominación.
Luna nueva, día de reposo, asambleas convocadas;
¡no soporto que con su adoración me ofendan!
14  Yo aborrezco sus lunas nuevas y festividades;
se me han vuelto una carga
que estoy cansado de soportar.
15  Cuando levantan sus manos,
yo aparto de ustedes mis ojos;
aunque multipliquen sus oraciones,
no las escucharé,
pues tienen las manos llenas de sangre.
16  ¡Lávense, límpiense!
¡Aparten de mi vista sus obras malvadas!
¡Dejen de hacer el mal!
17  ¡Aprendan a hacer el bien!
¡Busquen la justicia y reprendan al opresor!
¡Aboguen por el huérfano y defiendan a la viuda!

18  "Vengan, pongamos las cosas en claro
dice el Señor.
¿Son sus pecados como escarlata?
¡Quedarán blancos como la nieve!
¿Son rojos como la púrpura?
¡Quedarán como la lana!
19  ¿Están ustedes dispuestos a obedecer?
¡Comerán lo mejor de la tierra!
20  ¿Se niegan y se rebelan?
¡Serán devorados por la espada!"
El Señor mismo lo ha dicho.

21  ¡Cómo se ha prostituido la ciudad fiel!
Antes estaba llena de justicia.
La rectitud moraba en ella,
pero ahora sólo quedan asesinos.
22  Tu plata se ha convertido en escoria;
tu buen vino, en agua.
23  Tus gobernantes son rebeldes,
cómplices de ladrones;
todos aman el soborno
y van detrás de las prebendas.
No abogan por el huérfano,
ni se ocupan de la causa de la viuda.

24  Por eso afirma el Señor,
el Señor Todopoderoso,
el Fuerte de Israel:
"Me desquitaré de mis adversarios,
me vengaré de mis enemigos.
25  Volveré mi mano contra ti,
limpiaré tus escorias con lejía
y quitaré todas tus *impurezas.
26  Restauraré a tus jueces como al principio,
y a tus consejeros como al comienzo.
Entonces serás llamada Ciudad de justicia,
Ciudad fiel."

27  Sión será redimida con justicia,
y con rectitud, los que se *arrepientan.
28  Pero los rebeldes y pecadores a una serán quebrantados,
y perecerán los que abandonan al Señor.
29  Se avergonzarán de las encinas que ustedes tanto aman;
los jardines que eligieron serán para ellos una afrenta.
30  Serán como una encina con hojas marchitas,
como un jardín sin agua.
31  El hombre fuerte se convertirá en estopa,
y su trabajo en chispa;
arderán los dos juntos,
y no habrá quien los apague.

Isaías 2


El monte del Señor

1  Palabra que Isaías hijo de Amoz recibió en visión acerca de Judá y Jerusalén:

2  En los últimos días,
el monte de la casa del Señor será establecido
como el más alto de los montes;
se alzará por encima de las colinas,
y hacia él confluirán todas las naciones.
3  Muchos pueblos vendrán y dirán:
"¡Vengan, subamos al monte del Señor,
a la casa del Dios de Jacob!,
para que nos enseñe sus *caminos
y andemos por sus sendas."
Porque de *Sión saldrá la enseñanza,
de Jerusalén la palabra del Señor.
4  Él juzgará entre las naciones
y será árbitro de muchos pueblos.


Convertirán sus espadas en arados
y sus lanzas en hoces.
No levantará espada nación contra nación,
y nunca más se adiestrarán para la guerra.
5  ¡Ven, pueblo de Jacob,
y caminemos a la luz del Señor!


El día del Señor

6  Has abandonado a tu pueblo,
a los descendientes de Jacob,
porque están llenos de astrólogos de Oriente,
de adivinos como entre los filisteos,
y hacen tratos con extranjeros.
7  Su tierra está llena de oro y plata,
y sus tesoros son incalculables.
En su tierra abundan los caballos,
y sus carros de guerra son incontables.
8  Su país está lleno de ídolos;
el pueblo adora la obra de sus manos,
lo que han hecho con sus propios dedos.
9  Al *hombre se le humilla,
a la humanidad se le degrada.
¡Imposible que los perdones!

10  ¡Métete en la roca,
y escóndete en el polvo
ante el terror del Señor
y el esplendor de su majestad!
11  Los ojos del altivo serán humillados
y la arrogancia humana será doblegada.
¡En aquel día sólo el Señor será exaltado!

12  Un día vendrá el Señor *Todopoderoso
contra todos los orgullosos y arrogantes,
contra todos los altaneros, para humillarlos;
13  contra todos los cedros del Líbano, arrogantes y erguidos,
contra todas las encinas de Basán,
14  contra todas las montañas altivas,
contra todas las colinas erguidas,
15  contra todas las torres altas,
contra todo muro fortificado,
16  contra todas las naves de Tarsis,
contra todos los barcos lujosos.
17  La altivez del hombre será abatida,
y la arrogancia humana será humillada.
En aquel día sólo el Señor será exaltado,
18  y los ídolos desaparecerán por completo.

19  Los hombres se meterán en las cuevas de las rocas,
y en las grietas del suelo,
ante el terror del Señor
y el esplendor de su majestad,
cuando él se levante
para hacer temblar la tierra.
20  En aquel día arrojará el hombre
a los topos y murciélagos,
a sus ídolos de oro y plata
que él fabricó para adorarlos.
21  Se meterá en las grutas de las rocas
y en las hendiduras de los peñascos,
ante el terror del Señor
y el esplendor de su majestad,
cuando él se levante
para hacer temblar la tierra.
22  ¡Dejen de confiar en el hombre,
que es muy poco lo que vale!
¡Su vida es un soplo nada más!

Isaías 3


Juicio sobre Jerusalén y Judá

1  ¡Presten atención!
El Señor, el Señor *Todopoderoso,
retira de Jerusalén y de Judá
todo apoyo y sustento:
toda provisión de pan,
toda provisión de agua.
2  Él retira al valiente y al guerrero,
al juez y al profeta,
al adivino y al anciano,
3  al capitán y al dignatario,
al consejero, al artesano experto
y al hábil encantador.

4  Les pondré como jefes a muchachos,
y los gobernarán niños caprichosos.
5  Unos a otros se maltratarán:
hombre contra hombre,
vecino contra vecino,
joven contra anciano,
plebeyo contra noble.

6  Entonces un hombre agarrará a su hermano
en la casa de su padre, y le dirá:
"Sé nuestro líder, pues tienes un manto;
¡hazte cargo de este montón de ruinas!"
7  Pero entonces el otro protestará:
"Yo no soy médico,
y en mi casa no hay pan ni manto;
¡no me hagas líder del pueblo!"

8  Jerusalén se tambalea,
Judá se derrumba,
porque su hablar y su actuar
son contrarios al Señor:
¡desafían su gloriosa presencia!
9  Su propio descaro los acusa
y, como Sodoma, se jactan de su pecado;
¡ni siquiera lo disimulan!
¡Ay de ellos,
porque causan su propia desgracia!
10  Díganle al justo que le irá bien,
pues gozará del fruto de sus acciones.
11  ¡Ay del malvado, pues le irá mal!
¡Según la obra de sus manos se le pagará!

12  ¡Pobre pueblo mío, oprimido por niños
y gobernado por mujeres!
¡Pobre pueblo mío, extraviado por tus guías,
que tuercen el curso de tu senda!
13  El Señor se dispone a denunciar;
se levanta para enjuiciar al pueblo.
14  El Señor entra en juicio
contra los *ancianos y jefes de su pueblo:
"¡Ustedes han devorado la viña,
y el despojo del pobre está en sus casas!
15  ¿Con qué derecho aplastan a mi pueblo
y pasan por encima de los pobres?",
afirma el Señor,
el Señor Todopoderoso.

16  El Señor dice:
"Las hijas de *Sión son tan orgullosas
que caminan con el cuello estirado,
con ojos seductores y pasitos cortos,
haciendo sonar los adornos de sus pies.
17  Por eso el Señor cubrirá de sarna
la cabeza de las hijas de Sión;
el Señor las dejará completamente calvas."

18  En aquel día, el Señor arrancará todo adorno: hebillas, diademas, broches, 19  pendientes, pulseras, velos, 20  pañuelos, cadenillas de los pies, cinturones, frasquitos de perfume, amuletos, 21  anillos, argollas para la nariz, 22  ropas de gala, mantos, chales, bolsos, 23  espejos, telas finas, turbantes y mantillas.

24  Habrá pestilencia en vez de perfume,
soga en vez de cinturón,
calvicie en vez de peinado elegante,
ropa de luto en vez de trajes lujosos,
vergüenza[1] en vez de belleza.
25  Tus hombres caerán a filo de espada,
y tus valientes, en el campo de batalla.
26  Las *puertas de la ciudad gemirán y se vestirán de luto;
desolada, la ciudad se sentará en el suelo.

                         NOTAS:

1. 3:24 vergüenza (Qumrán); TM no incluye esta palabra.

Isaías 4

1  En aquel día, siete mujeres agarrarán
a un solo hombre y le dirán:
"De alimentarnos y de vestirnos
nosotras nos ocuparemos;
tan sólo déjanos llevar tu *nombre:
¡Líbranos de nuestra afrenta!"

2  En aquel día, el retoño del Señor será bello y glorioso, y el fruto de la tierra será el orgullo y el honor de los sobrevivientes de Israel. 3  Entonces tanto el que quede en *Sión como el que sobreviva en Jerusalén serán llamados *santos, e inscritos para vida en Jerusalén. 4  Con espíritu de juicio y espíritu[1] abrasador, el Señor lavará la inmundicia de las hijas de Sión y limpiará la sangre que haya en Jerusalén. 5  Entonces el Señor creará una nube de humo durante el día y un resplandor de fuego llameante durante la noche, sobre el monte Sión y sobre los que allí se reúnan. Por sobre toda la gloria habrá un toldo 6  que servirá de cobertizo, para dar sombra contra el calor del día, y de refugio y protección contra la lluvia y la tormenta.

                         NOTAS:

1. 4:4 espíritu ... espíritu. Alt. el Espíritu de juicio y el Espíritu.

Isaías 5

1

El canto a la viña
 Cantaré en nombre de mi amigo querido
una canción dedicada a su viña.


Mi amigo querido tenía una viña
en una ladera fértil.
2  La cavó, la limpió de piedras
y la plantó con las mejores cepas.


Edificó una torre en medio de ella
y además preparó un lagar.
Él esperaba que diera buenas uvas,
pero acabó dando uvas agrias.
3  Y ahora, *hombres de Judá,
habitantes de Jerusalén,
juzguen entre mi viña y yo.
4  ¿Qué más se podría hacer por mi viña
que yo no lo haya hecho?
Yo esperaba que diera buenas uvas;
¿por qué dio uvas agrias?
5  Voy a decirles
lo que haré con mi viña:
Le quitaré su cerco, y será destruida;
derribaré su muro, y será pisoteada.
6  La dejaré desolada,
y no será podada ni cultivada;
le crecerán espinos y cardos.


Mandaré que las nubes
no lluevan sobre ella.
7  La viña del Señor *Todopoderoso es el pueblo de Israel;
los hombres de Judá son su huerto preferido.
Él esperaba justicia,
pero encontró ríos de sangre;
esperaba rectitud,
pero encontró gritos de angustia.


Maldiciones contra los explotadores
8  ¡Ay de aquellos que acaparan casa tras casa
y se apropian de campo tras campo
hasta que no dejan lugar para nadie más,
y terminan viviendo solos en el país!
9  El Señor *Todopoderoso me ha dicho al oído:
"Muchas casas quedarán desoladas,
y no habrá quien habite las grandes mansiones.
10  Tres hectáreas de viña sólo producirán un tonel,
y diez medidas de semilla
darán tan sólo una."[1]

11  ¡Ay de los que madrugan
para ir tras bebidas embriagantes,
que quedan hasta muy tarde
embriagándose con vino!
12  En sus banquetes hay vino y arpas,
liras, tambores y flautas;
pero no se fijan en los hechos del Señor
ni tienen en cuenta las obras de sus manos.
13  Por eso mi pueblo será exiliado
porque no me conoce;
sus nobles perecerán de hambre
y la multitud se morirá de sed.
14  Por eso el *sepulcro ensancha su garganta,
y desmesuradamente abre sus fauces.
Allí bajan nobles y plebeyos,
con sus juergas y diversiones.
15  El *hombre será humillado,
la humanidad, doblegada,
y abatidos los ojos altivos.
16  Pero el Señor Todopoderoso será exaltado en *justicia,
el Dios *santo se mostrará santo en rectitud.
17  Los corderos pastarán como en praderas propias,
y las cabras[2] comerán entre las ruinas de los ricos.

18  ¡Ay de los que arrastran iniquidad con cuerdas de mentira,
y el pecado con sogas de carreta!
19  Dicen: "¡Que Dios se apure,
que apresure su obra
para que la veamos;
que se acerque y se cumpla
el plan del Santo de Israel,
para que lo conozcamos!"

20  ¡Ay de los que llaman a lo malo bueno
y a lo bueno malo,
que tienen las tinieblas por luz
y la luz por tinieblas,
que tienen lo amargo por dulce
y lo dulce por amargo!

21  ¡Ay de los que se consideran sabios,
de los que se creen inteligentes!

22  ¡Ay de los valientes para beber vino,
de los valentones que mezclan bebidas embriagantes,
23  de los que por soborno absuelven al culpable,
y le niegan sus derechos al indefenso!
24  Por eso, así como las lenguas de fuego devoran la paja
y el pasto seco se consume en las llamas,
su raíz se pudrirá
y, como el polvo, se disipará su flor.


Porque han rechazado la *ley del Señor Todopoderoso
y han desdeñado la palabra del Santo de Israel.
25  Por eso se enciende la ira del Señor contra su pueblo,
levanta la mano contra él y lo golpea;
las montañas se estremecen,
los cadáveres quedan como basura
en medio de las calles.

Con todo, no se aplacó su ira,
y su brazo aún sigue extendido.

26  Con una bandera le hará señas a una nación lejana,
con un silbido la llamará desde el extremo de la tierra,
y esta nación llegará presta y veloz.
27  Ninguno de ellos se cansa ni tropieza,
ni dormita ni se duerme;
a ninguno se le afloja el cinturón
ni se le rompe la correa de las sandalias.
28  Sus flechas son puntiagudas,
tensos todos sus arcos;
parecen pedernal los cascos de sus caballos,
y torbellino las ruedas de sus carros.
29  Su rugido es el de una leona,
como el de los leoncillos:
gruñe y atrapa la presa,
y se la lleva sin que nadie se la arrebate.
30  En aquel día bramará contra ella
como brama el mar.
Si alguien contempla la tierra,
la verá sombría y angustiada,
y la luz se ocultará tras negros nubarrones.


                         NOTAS:

1. 5:10 tres hectáreas ... un tonel ... diez medidas ... tan sólo una. Lit. diez yugadas ... un *bato ... un *jómer ... un *efa.
2. 5:17 las cabras (LXX); los forasteros (TM).

Isaías 6


La misión de Isaías

1  El año de la muerte del rey Uzías, vi al Señor excelso y sublime, sentado en un trono; las orlas de su manto llenaban el templo. 2  Por encima de él había serafines, cada uno de los cuales tenía seis alas: con dos de ellas se cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies, y con dos volaban. 3  Y se decían el uno al otro:

"*Santo, santo, santo es el Señor *Todopoderoso;
toda la tierra está llena de su gloria."

4  Al sonido de sus voces, se estremecieron los umbrales de las puertas y el templo se llenó de humo. 5  Entonces grité: "¡Ay de mí, que estoy perdido! Soy un hombre de labios *impuros y vivo en medio de un pueblo de labios blasfemos, ¡y no obstante mis ojos han visto al Rey, al Señor Todopoderoso!"
6  En ese momento voló hacia mí uno de los serafines. Traía en la mano una brasa que, con unas tenazas, había tomado del altar. 7  Con ella me tocó los labios y me dijo:

"Mira, esto ha tocado tus labios;
tu maldad ha sido borrada,
y tu pecado, perdonado."

8  Entonces oí la voz del Señor que decía:
¿A quién enviaré? ¿Quién irá por nosotros?
Y respondí:
Aquí estoy. ¡Envíame a mí!
9  Él dijo:
Ve y dile a este pueblo:

"Oigan bien, pero no entiendan;
miren bien, pero no perciban.
10  Haz insensible el *corazón de este pueblo;
embota sus oídos
y cierra sus ojos,
no sea que vea con sus ojos,
oiga con sus oídos,
y entienda con su corazón,
y se convierta
y sea sanado.

11  Entonces exclamé:
¿Hasta cuándo, Señor?
Y él respondió:

"Hasta que las ciudades queden destruidas
y sin habitante alguno;
hasta que las casas queden deshabitadas,
y los campos, asolados y en ruinas;
12  hasta que el Señor haya enviado lejos a todo el pueblo,
y el país quede en total abandono.
13  Y si aún queda en la tierra una décima parte,
ésta volverá a ser devastada.

Isaías 7


Pero así como al talar la encina y el roble

1queda parte del tronco,
esa parte es la simiente santa."



La señal de Emanuel
 Acaz, hijo de Jotán y nieto de Uzías, reinaba en Judá. En ese tiempo Rezín, rey de *Siria, y Pecaj hijo de Remalías, rey de Israel, subieron contra Jerusalén para atacarla, pero no pudieron conquistarla.
2  En el palacio de David se recibió la noticia de que Siria se había aliado con Efraín, y se estremeció el *corazón de Acaz y el de su pueblo, como se estremecen por el viento los árboles del bosque.
3  El Señor le dijo a Isaías: "Ve con tu hijo Sear Yasub[1] a encontrarte con Acaz donde termina el canal del estanque superior, en el camino que conduce al Campo del Lavandero. 4  Dile que tenga cuidado y no pierda la calma; que no tema ante el enojo ardiente de Rezín el sirio, ni ante el hijo de Remalías; que no se descorazone a causa de esos dos tizones humeantes. 5  Dile también que Efraín, junto con el hijo de Remalías y el sirio, han tramado hacerle mal, pues piensan 6  subir contra Judá, provocar el pánico, conquistarla y poner allí como rey al hijo de Tabel. 7  Pero dile además que yo, el Señor omnipotente, digo:

"Eso no se cumplirá ni sucederá.
8  La cabeza de Siria es Damasco,
y la cabeza de Damasco es Rezín;
pero dentro de sesenta y cinco años
Efraín será destrozado hasta dejar de ser pueblo.
9  La cabeza de Efraín es Samaria,
y la cabeza de Samaria es el hijo de Remalías;
si ustedes no creen en mí,
no permanecerán[2] firmes. "

10  El Señor se dirigió a Acaz de nuevo:
11  Pide que el Señor tu Dios te dé una señal, ya sea en lo más profundo de la tierra o en lo más alto del cielo.
12  Pero Acaz respondió:
No pondré a prueba al Señor, ni le pediré nada.
13  Entonces Isaías dijo: "¡Escuchen ahora ustedes, los de la dinastía de David! ¿No les basta con agotar la paciencia de los *hombres, que hacen lo mismo con mi Dios? 14  Por eso, el Señor mismo les dará una señal: La joven concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamará Emanuel. 15[3]  Cuando sepa elegir lo bueno y rechazar lo malo, comerá cuajada con miel. 16  Porque antes de que el niño sepa elegir lo bueno y rechazar lo malo, la tierra de los dos reyes que tú temes quedará abandonada.
17  "El Señor hará venir sobre ti, sobre tu pueblo y sobre la dinastía de tu padre, días como no se conocieron desde que Efraín se separó de Judá, pues hará venir al rey de Asiria."
18  En aquel día el Señor llamará con un silbido a la mosca que está en los lejanos ríos de Egipto, y a la abeja que está en la tierra de Asiria. 19  Todas ellas vendrán y anidarán en las quebradas profundas, en las hendiduras de las rocas, en todos los matorrales espinosos y sobre todos los abrevaderos.
20  En aquel día, con el rey de Asiria como navaja prestada del otro lado del río Éufrates, el Señor le afeitará a Israel la cabeza y el vello púbico,[4] y también la barba.
21  En aquel día, un hombre criará un ternero y dos cabras; 22  y le darán tanta leche que tendrá leche cuajada para comer. Además, todos los que permanezcan en la tierra comerán cuajada con miel.
23  En aquel día, allí donde hubo mil viñedos que costaban mil monedas de plata[5] cada uno, no quedarán más que zarzas y espinos, 24  los cuales cubrirán toda la tierra. Sólo se podrá entrar allí con arco y flecha. 25  Y por temor a estos espinos y a estas zarzas, ya no irás a los cerros que antes se cultivaban con el azadón, pues se convertirán en lugares donde se suelta el ganado y corretean las ovejas.

                         NOTAS:

1. 7:3 En hebreo, Sear Yasub significa un remanente volverá.
2. 7:9 no creen en mí, / no permanecerán (lectura probable); no creen, / ciertamente no permanecerán (TM).
3. 7:14 En hebreo, Emanuel significa Dios con nosotros.
4. 7:20 vello púbico. Lit. vello de los pies.
5. 7:23 mil monedas de plata. Lit. mil ((*siclos)) de plata.

Isaías 8


Asiria, el instrumento del Señor

1  El Señor me dijo: "Toma una tablilla grande y, con un estilete común, escribe sobre ella: Tocante a Maher Salal Jasbaz. 2[1]  Yo convocaré como testigos confiables al sacerdote Urías y a Zacarías hijo de Jeberequías."
3  Luego tuve relaciones con la profetisa, y ella concibió y dio a luz un hijo. Entonces el Señor me dijo: "Ponle por nombre Maher Salal Jasbaz. 4  Antes de que el niño aprenda a decir papá y mamá, la riqueza de Damasco y el botín de Samaria serán llevados ante el rey de Asiria."
5  El Señor volvió a decirme:

6  "Por cuanto este pueblo ha rechazado
las mansas corrientes de Siloé
y se regocija con Rezín
y con el hijo de Remalías,
7  el Señor está a punto de traer contra ellos
las impetuosas crecientes del río Éufrates:
al rey de Asiria con toda su gloria.
Rebasará todos sus canales,
desbordará todas sus orillas;
8  pasará hasta Judá, la inundará,
y crecerá hasta llegarle al cuello.
Sus alas extendidas, ¡oh Emanuel!,[2]
cubrirán la anchura de tu tierra."

9  Escuchen esto, naciones,
todas las naciones lejanas:
¡Alcen el grito de guerra,
y serán destrozadas!
¡Prepárense para la batalla,
y serán despedazadas!
¡Prepárense para la batalla,
y serán desmenuzadas!
10  Tracen su estrategia,
pero será desbaratada;
propongan su plan,
pero no se realizará,
porque Dios está con nosotros.[3]



Hay que temer a Dios

11  El Señor me habló fuertemente y me advirtió que no siguiera el *camino de este pueblo. Me dijo:

12  "No digan ustedes que es conspiración
todo lo que llama conspiración esta gente;
no teman lo que ellos temen,
ni se dejen asustar.
13  Sólo al Señor *Todopoderoso
tendrán ustedes por *santo,
sólo a él deben honrarlo,
sólo a él han de temerlo.
14  El Señor será un santuario.


Pero será una piedra de tropiezo
para las dos casas de Israel;
¡una *roca que los hará caer!
¡Será para los habitantes de Jerusalén
un lazo y una trampa!
15  Muchos de ellos tropezarán;
caerán y serán quebrantados.
Se les tenderán trampas,
y en ellas quedarán atrapados."

16  Guarda bien el testimonio;
sella la ley entre mis discípulos.
17  El Señor ha escondido su rostro
del pueblo de Jacob,
pero yo esperaré en él,
pues en él tengo puesta mi esperanza.

18  Aquí me tienen, con los hijos que el Señor me ha dado. Somos en Israel señales y presagios del Señor Todopoderoso, que habita en el monte *Sión.
19  Si alguien les dice: "Consulten a las pitonisas y a los agoreros que susurran y musitan; ¿acaso no es deber de un pueblo consultar a sus dioses y a los muertos, en favor de los vivos?", 20  yo les digo: "¡Aténganse a la ley y al testimonio!" Para quienes no se atengan a esto, no habrá un amanecer.
21  Ustedes habrán de enfurecerse cuando, angustiados y hambrientos, vaguen por la tierra. Levantando los ojos al cielo, maldecirán a su rey y a su Dios, 22  y clavando la mirada en la tierra, sólo verán aflicción, tinieblas y espantosa penumbra; ¡serán arrojados a una oscuridad total!

                         NOTAS:

1. 8:1 En hebreo, Maher Salal Jasbaz significa Pronto al saqueo, presto al botín; también en v. 3.
2. 8:8 En hebreo, Emanuel significa Dios con nosotros; véase también v. 10.
3. 8:10 Dios está con nosotros. Lit. Emanuel; véase v. 8.

Isaías 9


Nos ha nacido un niño

1  A pesar de todo, no habrá más penumbra para la que estuvo angustiada. En el pasado Dios humilló a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pero en el futuro honrará a Galilea, tierra de *paganos, en el camino del mar, al otro lado del Jordán.

2  El pueblo que andaba en la oscuridad
ha visto una gran luz;
sobre los que vivían en densas tinieblas
la luz ha resplandecido.
3  Tú has hecho que la nación crezca;
has aumentado su alegría.


Y se alegran ellos en tu presencia
como cuando recogen la cosecha,
como cuando reparten el botín.
4  Ciertamente túhas quebrado,
como en la derrota de Madián,
el yugo que los oprimía,
la barra que pesaba sobre sus hombros,
el bastón de mando que los subyugaba.
5  Todas las botas guerreras
que resonaron en la batalla,
y toda la ropa teñida en sangre
serán arrojadas al fuego,
serán consumidas por las llamas.
6  Porque nos ha nacido un niño,
se nos ha concedido un hijo;
la soberanía reposará sobre sus hombros,
y se le darán estos *nombres:
Consejero admirable, Dios fuerte,
Padre eterno, Príncipe de *paz.
7  Se extenderán su soberanía y su paz,
y no tendrán fin.


Gobernará sobre el trono de David
y sobre su reino,
para establecerlo y sostenerlo
con justicia y rectitud
desde ahora y para siempre.


Esto lo llevará a cabo

8el celo del Señor *Todopoderoso.


El enojo del Señor contra Israel
 El Señor ha enviado su palabra;
la ha enviado contra Jacob,
¡ya cae sobre Israel!
9  De esto se entera todo el pueblo
Efraín y los habitantes de Samaria,
todos los que dicen con orgullo
y con altivez de *corazón:
10  "Si se caen los ladrillos,
recostruiremos con piedra tallada;
si se caen las vigas de higuera,
las repondremos con vigas de cedro."

11  Pero el Señor ha fortalecido
a los adversarios de Rezín;
ha incitado a sus enemigos.
12  Los *sirios en el este y los filisteos en el oeste
se comieron a Israel de un solo bocado.

A pesar de todo esto,
la ira de Dios no se ha aplacado;
¡su mano aún sigue extendida!

13  Pero el pueblo no ha querido reconocer
al que lo ha castigado;
no ha buscado al Señor *Todopoderoso.
14  Por eso en un mismo día
el Señor le cortará a Israel
la cabeza y la cola,
la palmera y el junco.
15  La cabeza son los *ancianos
y la gente de alto rango;
la cola son los profetas,
maestros de mentiras.
16  Los guías de este pueblo lo han extraviado;
los que se dejan guiar son confundidos.
17  Por eso no se complacerá el Señor en los jóvenes,
ni se apiadará de huérfanos y viudas,
porque todos ellos son impíos y malvados;
sus labios profieren *necedades.

A pesar de todo esto,
la ira de Dios no se ha aplacado;
¡su mano aún sigue extendida!

18  La maldad arde como un fuego
que consume zarzas y espinos,
que incendia la espesura del bosque
y sube luego, como torbellino,
en una columna de humo.
19  Por la ira del Señor Todopoderoso
arderá en fuego la tierra.
Y el pueblo será el combustible:
¡Nadie se compadecerá de su hermano!
20  Unos comerán lo que esté a su mano derecha,
pero se quedarán con hambre;
otros comerán lo que esté a su izquierda,
pero no quedarán satisfechos.
¡Se comerán a sus propios hijos![1]
21  Manasés se comerá a Efraín,
y Efraín a Manasés,
y los dos juntos atacarán a Judá.

A pesar de todo esto,
la ira de Dios no se ha aplacado;
¡su mano aún sigue extendida!

                         NOTAS:

1. 9:20 a sus propios hijos. Lit. la carne de su brazo.

Isaías 10

1  ¡Ay de los que emiten decretos inicuos
y publican edictos opresivos!
2  Privan de sus derechos a los pobres,
y no les hacen justicia a los oprimidos de mi pueblo;
hacen de las viudas su presa
y saquean a los huérfanos.
3  ¿Qué van a hacer cuando deban rendir cuentas,
cuando llegue desde lejos la tormenta?
¿A quién acudirán en busca de ayuda?
¿En dónde dejarán sus riquezas?
4  No les quedará más remedio
que humillarse entre los cautivos
o morir entre los masacrados.

A pesar de todo esto,
la ira de Dios no se ha aplacado;
¡su mano aún sigue extendida!


Juicio de Dios sobre Asiria

5  "¡Ay de Asiria, vara de mi ira!
¡El garrote de mi enojo está en su mano!
6  Lo envío contra una nación impía,
lo mando contra un pueblo que me enfurece,
para saquearlo y despojarlo,
para pisotearlo como al barro de las calles.
7  Pero esto Asiria no se lo propuso;
¡ni siquiera lo pensó!


Sólo busca destruir
y aniquilar a muchas naciones.
8  Pues dice: ¿Acaso no son reyes todos mis jefes?
9  ¿No es Calnó como Carquemis?
¿No es Jamat como Arfad,
y Samaria como Damasco?
10  Así como alcanzó mi mano
a los reinos de los ídolos,
reinos cuyas imágenes superaban
a las de Jerusalén y de Samaria,
11  y así como hice con Samaria y sus dioses,
también haré con Jerusalén y sus ídolos. "

12  Cuando el Señor termine lo que va a hacer contra el monte *Sión y contra Jerusalén, él dirá: "Castigaré el fruto del orgulloso *corazón del rey de Asiria y la arrogancia de sus ojos." 13  Porque afirma:

"Esto lo hizo el poder de mi mano;
lo hizo mi sabiduría,
porque soy inteligente.
He cambiado las fronteras de los pueblos,
he saqueado sus tesoros;
como un guerrero poderoso
he derribado a sus reyes.
14  Como quien mete la mano en un nido,
me he adueñado de la riqueza de los pueblos;
como quien recoge huevos abandonados,
me he apoderado de toda la tierra;
y no hubo nadie que aleteara
ni abriera el pico y chillara."

15  ¿Puede acaso gloriarse el hacha
más que el que la maneja,
o jactarse la sierra contra quien la usa?
¡Como si pudiera el bastón manejar
a quien lo tiene en la mano,
o la frágil vara pudiera levantar
a quien pesa más que la madera!
16  Por eso enviará el Señor,
el Señor *Todopoderoso,
una enfermedad devastadora
sobre sus robustos guerreros.
En vez de honrarlos, les prenderá fuego,
un fuego como de llama ardiente.
17  La luz de Israel se convertirá en fuego;
su *Santo se volverá una llama.


En un solo día quemará sus espinos
y consumirá sus zarzas.
18  Destruirá de extremo a extremo
el esplendor de sus bosques y de sus huertos,
como enfermo carcomido por la plaga.
19  Tan pocos árboles quedarán en su bosque
que hasta un niño podrá contarlos.


El remanente de Israel

20  En aquel día ni el remanente de Israel
ni los sobrevivientes del pueblo de Jacob
volverán a apoyarse
en quien los hirió de muerte,
sino que su apoyo verdadero
será el Señor, el *Santo de Israel.
21  Y un remanente volverá;[1]
un remanente de Jacob volverá al Dios Poderoso.
22  Israel,
aunque tu pueblo sea como la arena del mar,
sólo un remanente volverá.
Se ha decretado destrucción,
abrumadora justicia.
23  Porque el Señor, el Señor *Todopoderoso,
ejecutará la destrucción decretada
en medio de todo el país.

24  Por eso, así dice el Señor, el Señor Todopoderoso:

"Pueblo mío, que vives en *Sión,
no tengas temor de Asiria.


Aunque te golpee con el bastón
y contra ti levante una vara,
como lo hizo Egipto.
25  Dentro de muy poco tiempo
mi indignación contra ti llegará a su fin,
y mi ira destruirá a tus enemigos."

26  Con un látigo los azotará
el Señor Todopoderoso,
como cuando abatió a Madián
en la *roca de Oreb;
levantará sobre el mar su vara,
como lo hizo en Egipto.
27  En aquel día
esa carga se te quitará de los hombros,
y a causa de la gordura
se romperá el yugo que llevas en el cuello.

28  Llega el enemigo hasta Ayat,
pasa por Migrón,
y deja en Micmás su equipaje.
29  Cruza el vado, y dice:
"Acamparemos en Gueba."
Ramá se pone a temblar,
y huye Guibeá, ciudad de Saúl.
30  ¡Clama a gritos, hija de Galín!
¡Escucha, Lais!
¡Pobre Anatot!
31  Se ha puesto en fuga Madmena;
los habitantes de Guebín buscan refugio.
32  Hoy mismo se detendrá en Nob;
agitará su puño contra el monte
de la ciudad de Sión,
el monte de Jerusalén.

33  ¡Miren! El Señor, el Señor Todopoderoso,
desgaja las ramas con fuerza increíble.
Los árboles más altos son talados;
los más elevados son abatidos.
34  Derriba con un hacha la espesura del bosque,
y el esplendor del Líbano se viene abajo.

                         NOTAS:

1. 10:21 un remanente volverá. Véase nota en 7:3.

Isaías 11


El retoño de Isaí

1  Del tronco de Isaí brotará un retoño;
un vástago nacerá de sus raíces.
2  El Espíritu del Señor reposará sobre él:
espíritu de sabiduría y de entendimiento,
espíritu de consejo y de poder,
espíritu de conocimiento y de temor del Señor.

3  Él se deleitará en el temor del Señor;
no juzgará según las apariencias,
ni decidirá por lo que oiga decir,
4  sino que juzgará con justicia a los desvalidos,
y dará un fallo justo
en favor de los pobres de la tierra.
Destruirá la tierra con la vara de su boca;
matará al malvado con el aliento de sus labios.
5  La *justicia será el cinto de sus lomos
y la fidelidad el ceñidor de su cintura.

6  El lobo vivirá con el cordero,
el leopardo se echará con el cabrito,
y juntos andarán el ternero y el cachorro de león,
y un niño pequeño los guiará.
7  La vaca pastará con la osa,
sus crías se echarán juntas,
y el león comerá paja como el buey.
8  Jugará el niño de pecho
junto a la cueva de la cobra,
y el recién destetado meterá la mano
en el nido de la víbora.
9  No harán ningún daño ni estrago
en todo mi monte *santo,
porque rebosará la tierra
con el conocimiento del Señor
como rebosa el mar con las aguas.

10  En aquel día se alzará la raíz de Isaí
como estandarte de los pueblos;
hacia él correrán las naciones,
y glorioso será el lugar donde repose.
11  En aquel día el Señor volverá a extender su mano
para recuperar al remanente de su pueblo,
a los que hayan quedado en Asiria,
en Egipto, Patros y *Cus;
en Elam, Sinar y Jamat,
y en las regiones más remotas.
12  Izará una bandera para las naciones,
reunirá a los desterrados de Israel,
y de los cuatro puntos cardinales
juntará al pueblo esparcido de Judá.
13  Desaparecerán los celos de Efraín;
los opresores de Judá serán aniquilados.
Efraín no tendrá más celos de Judá,
ni oprimirá Judá a Efraín.
14  Juntos se lanzarán hacia el oeste,
contra las laderas de los filisteos;
juntos saquearán a los pueblos del este,
dejarán sentir su poder sobre Edom y Moab,
y se les someterán los amonitas.
15  Secará[1] el Señor el golfo del mar de Egipto;
pasará su mano sobre el río Éufrates
y lanzará un viento ardiente;
lo dividirá en siete arroyos
para que lo puedan cruzar en sandalias.
16  Para el remanente de su pueblo,
para los que hayan quedado de Asiria,
habrá un camino, como lo hubo para Israel
cuando salió de Egipto.


                         NOTAS:

1. 11:15 Secará (LXX); *Destruirá (TM).

Isaías 12


Canciones de alabanza

1  En aquel día tú dirás:

"Señor, yo te alabaré
aunque te hayas enojado conmigo.
Tu ira se ha calmado,
y me has dado consuelo.
2  ¡Dios es mi *salvación!
Confiaré en él y no temeré.
El Señor es mi fuerza,
el Señor es mi canción;
¡él es mi salvación!"
3  Con alegría sacarán ustedes agua
de las fuentes de la salvación.

4  En aquel día se dirá:

"Alaben al Señor, invoquen su *nombre;
den a conocer entre los pueblos sus obras;
proclamen la grandeza de su nombre.
5  Canten salmos al Señor,
porque ha hecho maravillas;
que esto se dé a conocer
en toda la tierra.
6  ¡Canta y grita de alegría,
habitante de *Sión;
realmente es grande, en medio de ti,
el *Santo de Israel!"

Isaías 13


Profecía contra Babilonia

1  Profecía contra Babilonia que recibió Isaías hijo de Amoz:

2  Sobre un monte pelado agiten la bandera;
llamen a gritos a los soldados,
háganles señas con la mano
para que entren por las puertas de los nobles.
3  Ya he dado orden a mis consagrados;
he reclutado a mis valientes,
a los que se alegran de mi *triunfo,
para que ejecuten mi castigo.
4  ¡Escuchen! Se oye tumulto en las montañas,
como el de una gran multitud.
¡Escuchen! Se oye un estruendo de reinos,
de naciones que se han reunido.


El Señor *Todopoderoso pasa revista
a un ejército para la batalla.
5  Vienen de tierras lejanas,
de los confines del horizonte.


Viene el Señor con las armas de su ira
para destruir toda la tierra.
6  ¡Giman, que el día del Señor está cerca!
Llega de parte del *Todopoderoso como una devastación.
7  Por eso todas las manos desfallecen,
todo el mundo pierde el ánimo.
8  Quedan todos aterrados;
dolores y angustias los atrapan:
¡se retuercen de dolor,
como si estuvieran de parto!
Espantados, se miran unos a otros;
¡tienen el rostro encendido!
9  ¡Miren! ¡Ya viene el día del Señor
día cruel, de furor y ardiente ira;
convertirá en desolación la tierra
y exterminará de ella a los pecadores!
10  Las estrellas y las constelaciones del cielo
dejarán de irradiar su luz;
se oscurecerá el sol al salir
y no brillará más la luna.
11  Castigaré por su maldad al mundo,
y por su iniquidad a los malvados.


Pondré fin a la soberbia de los arrogantes
y humillaré el orgullo de los violentos.
12  Voy a hacer que haya menos gente que oro fino,
menos *mortales que oro de Ofir.
13  Por eso haré que tiemble el cielo
y que la tierra se mueva de su sitio,
por el furor del Señor *Todopoderoso
en el día de su ardiente ira.
14  Como gacela acosada,
como rebaño sin *pastor,
cada uno se volverá a su propio pueblo,
cada cual huirá a su propia tierra.
15  Al que atrapen lo traspasarán;
el que caiga preso morirá a filo de espada.
16  Ante sus propios ojos
estrellarán a sus pequeños,
saquearán sus casas
y violarán a sus mujeres.
17  ¡Miren! Yo incito contra ellos a los medos,
pueblo al que no le importa la plata
ni se deleita en el oro.
18  Con sus arcos traspasarán a los jóvenes;
no se apiadarán del fruto del vientre
ni tendrán compasión de los niños.
19  Babilonia, la perla de los reinos,
la gloria y el orgullo de los *caldeos,
quedará como Sodoma y Gomorra
cuando Dios las destruyó.
20  Nunca más volverá a ser habitada,
ni poblada en los tiempos venideros.
No volverá a acampar allí el beduino,
ni hará el pastor descansar a su rebaño.
21  Allí descansarán las fieras del desierto;
sus casas se llenarán de búhos.


Allí habitarán los avestruces
y brincarán las cabras salvajes.
22  En sus fortalezas aullarán las hienas,
y en sus lujosos palacios, los chacales.
Su hora está por llegar,
y no se prolongarán sus días.

Isaías 14

1  En verdad, el Señor tendrá compasión de Jacob y elegirá de nuevo a Israel. Los asentará en su propia tierra. Los extranjeros se juntarán con ellos, y se unirán a los descendientes de Jacob. 2  Los pueblos los acogerán y los llevarán hasta su patria. Los israelitas los tomarán como siervos y siervas en el suelo del Señor; apresarán a sus captores y dominarán a sus opresores.
3  Cuando el Señor los haga descansar de su sufrimiento, de su tormento y de la cruel esclavitud a la que fueron sometidos, 4  pronunciarán esta sátira contra el rey de Babilonia:

¡Hay que ver cómo terminó el opresor,
y cómo acabó su furia insolente![1]
5  Quebró el Señor la vara de los malvados;
rompió el bastón de los tiranos
6  que con furia y continuos golpes
castigaba a los pueblos,
que con implacable enojo
dominaba y perseguía a las naciones.
7  Toda la tierra descansa tranquila
y prorrumpe en gritos de alegría.
8  Hasta los pinos y cedros del Líbano
se burlan de ti y te dicen:
"Desde que yaces tendido,
nadie viene a derribarnos."
9  Allá en lo profundo, por tu causa,
el *sepulcro se estremece
al salir a tu encuentro;
por causa tuya despierta a los muertos,
a los que fueron jefes de la tierra.


Hace que los reyes de todas las naciones
se levanten de sus tronos.
10  Todos ellos responden y te dicen:
"¡También tú te has debilitado!
¡Ya eres uno más de los nuestros!"
11  Tu majestad ha sido arrojada al *sepulcro,
junto con el sonido de tus arpas.
¡Duermes entre gusanos,
y te cubren las lombrices!
12  ¡Cómo has caído del cielo,
lucero de la mañana!
Tú, que sometías a las naciones,
has caído por tierra.
13  Decías en tu *corazón:
"Subiré hasta los cielos.
¡Levantaré mi trono
por encima de las estrellas de Dios!
Gobernaré desde el extremo norte,
en el monte de los dioses.[2]
14  Subiré a la cresta de las más altas nubes,
seré semejante al *Altísimo."
15  ¡Pero has sido arrojado al sepulcro,
a lo más profundo de la fosa!
16  Los que te ven, te clavan la mirada
y reflexionan en cuanto a tu destino:
"¿Y éste es el que sacudía a la tierra
y hacía temblar a los reinos,
17  el que dejaba el mundo hecho un desierto,
el que arrasaba sus ciudades
y nunca dejaba libres a los presos?"
18  Todos los reyes de las naciones
reposan con honor,
cada uno en su tumba.
19  Pero a ti, el sepulcro te ha vomitado
como a un vástago repugnante.
Los que murieron a filo de espada,
los que bajaron al fondo de la fosa,
te han cubierto por completo.
¡Pareces un cadáver pisoteado!
20  No tendrás sepultura con los reyes,
porque destruiste a tu tierra
y asesinaste a tu pueblo.

¡Jamás volverá a mencionarse
la descendencia de los malhechores!
21  Por causa de la maldad de los padres,
preparen un matadero para los hijos.
¡Que no se levanten para heredar la tierra
ni cubran con ciudades la faz del mundo!

22  "Yo me levantaré contra ellos
afirma el Señor.


Yo extirparé de Babilonia
*nombre y descendencia,
vástago y posteridad
afirma el Señor Todopoderoso.
23  La convertiré en lugar de erizos,
en charco de agua estancada;
la barreré con la escoba de la destrucción",
afirma el Señor Todopoderoso.
24

Profecía contra Asiria
 El Señor Todopoderoso ha jurado:
"Tal como lo he planeado, se cumplirá;
tal como lo he decidido, se realizará.
25  Destrozaré a Asiria en mi tierra;
la pisotearé sobre mis montes.
Mi pueblo dejará de llevar su yugo;
ya no pesará esa carga sobre sus hombros."
26  Esto es lo que he determinado
para toda la tierra;
ésta es la mano que he extendido
sobre todas las naciones.
27  Si lo ha determinado el Señor *Todopoderoso,
¿quién podrá impedirlo?
Si él ha extendido su mano,
¿quién podrá detenerla?



Profecía contra los filisteos

28  Esta profecía vino a Isaías el año en que murió el rey Acaz:

29  Todos ustedes filisteos,
no se alegren de que se haya roto
el bastón que los golpeaba;
porque una víbora saldrá
de la raíz de la serpiente;
su fruto será una serpiente voladora.
30  Los más desvalidos pacerán como ovejas,
los necesitados descansarán seguros.
Pero mataré de hambre a su raíz;
destruiré a sus sobrevivientes.
31  ¡Gime y grita, *puerta de la ciudad!
¡Ponte a temblar de miedo, Filistea entera!
Porque viene del norte una nube de humo,
y nadie rompe la formación.
32  ¿Qué respuesta se dará a los mensajeros de esa nación?
Pues que el Señor ha afirmado a *Sión,
y que allí se refugiarán
los afligidos de su pueblo.


                         NOTAS:

1. 14:4 insolente (LXX, Qumrán y Siríaca); en TM, palabra de difícil traducción.
2. 14:13 monte de los dioses. Lit. monte de la asamblea.

Isaías 15


Profecía contra Moab

1  Profecía contra Moab:

La ciudad moabita de Ar está arruinada,
¡destruida en una noche!
La ciudad moabita de Quir está arruinada,
¡destruida en una noche!
2  Acuden los de Dibón al templo,
a sus *altares paganos, para llorar.


Moab está gimiendo
por Nebo y por Medeba.
Rapadas están todas las cabezas,
y afeitadas todas las barbas.
3  Todos, desechos en llanto,
van por las calles, vestidos de luto;
¡gimen en los techos y en las plazas!
4  Hesbón y Elalé claman a gritos,
hasta Yahaza se escuchan sus clamores.
Por eso gritan los valientes de Moab,
y flaquea su entereza.
5  Mi *corazón grita por Moab;
sus fugitivos huyen hasta Zoar,
hasta Eglat Selisiyá.
Suben llorando por la cuesta de Luhit;
ante el desastre, gritan desesperados
por el camino de Joronayin.
6  Se han secado las aguas de Nimrín;
se ha marchitado la hierba.
Ya no hay vegetación,
no ha quedado nada verde.
7  Por eso se llevaron,
más allá del arroyo de los Sauces,
las muchas riquezas que amasaron.
8  Su grito desesperado
va recorriendo la frontera de Moab.
Llega su gemido hasta Eglayin,
y aun llega hasta Ber Elín.
9  Llenas están de sangre las aguas de Dimón,
y aún más plagas le añadiré:
enviaré un león contra los moabitas fugitivos
y contra los que permanezcan en la tierra.

Isaías 16

1  Envíen corderos al gobernante del país,
desde Selá, por el desierto,
y hasta el monte de la hija de *Sión.
2  Las mujeres de Moab,
en los vados del Arnón,
parecen aves que, espantadas,
abandonan el nido.

3  "Danos un consejo;
toma una decisión.
A plena luz del día,
extiende tu sombra como la noche.
Esconde a los fugitivos;
no traiciones a los refugiados.
4  Deja que los fugitivos de Moab
encuentren en ti un refugio;
¡protégelos del destructor!"



Cuando la opresión llegue a su fin
y la destrucción se acabe,
el agresor desaparecerá de la tierra.
5  El trono se fundará en la lealtad,
y un descendiente de David
reinará sobre él con fidelidad:
será un juez celoso del derecho
y ansioso de hacer justicia.

6  Hemos sabido que Moab
es extremadamente orgulloso;
hemos sabido de su soberbia,
de su orgullo y arrogancia,
de su charlatanería sin sentido.
7  Por eso gimen los moabitas;
todos ellos gimen por Moab.
Laméntense, aflíjanse,
por las tortas de pasas de Quir Jaréset.
8  Se han marchitado los campos de Hesbón,
lo mismo que las vides de Sibma.


Los gobernantes de las naciones
han pisoteado los viñedos más selectos,
los que llegaban hasta Jazer
y se extendían hacia el desierto.


Sus sarmientos se extendían
y llegaban hasta el mar.
9  Por eso lloro, como llora Jazer,
por los viñedos de Sibma.
¡Y a ustedes, ciudades de Hesbón y de Elalé,
las empapo con mis lágrimas!


Se han acallado los gritos de alegría
por tu fruto maduro y tus cosechas.
10  Ya no hay en los huertos alegría ni regocijo.
Nadie canta ni grita en los viñedos,
nadie pisa la uva en los lagares;
yo le puse fin al clamor en la vendimia.
11  Por eso vibran mis entrañas por Moab
como las cuerdas de un arpa;
vibra todo mi ser por Quir Jaréset.
12  Por más que acuda Moab a sus *altares paganos
no logrará sino fatigarse;
cuando vaya a orar a su santuario,
todo lo que haga será en vano.

13  Ésta es la palabra que el Señor pronunció en el pasado contra Moab. 14  Pero ahora el Señor dice: "Dentro de tres años, contados como los cuenta un jornalero, el esplendor de Moab y de toda su inmensa multitud será despreciado, y muy pocos y débiles serán sus sobrevivientes."

Isaías 17


Profecía contra Damasco

1  Profecía contra Damasco:

"¡Miren a Damasco!
¡Ya no será una ciudad!
¡Será convertida en un montón de escombros!
2  Abandonadas quedarán
las ciudades de Aroer;
serán pastizales donde los rebaños
comerán sin que nadie los asuste.
3  Efraín perderá la ciudad fortificada;
Damasco se quedará sin realeza.


Los sobrevivientes de Aram y sus riquezas
serán para los hijos de Israel
afirma el Señor *Todopoderoso.

4  "En aquel día
se debilitará la gloria de Jacob
y se consumirá la gordura de su cuerpo.
5  Será como el segador que recoge la mies
y cosecha el grano con su brazo;
será como cuando se recoge el grano
en el valle de Refayin.
6  Pero quedarán algunos rebuscos,
como cuando se sacude el olivo
y dos o tres aceitunas se quedan
en las ramas más altas,
y tal vez cuatro o cinco
en todas las ramas del árbol."
Lo afirma el Señor, el Dios de Israel.

7  En aquel día
buscará el *hombre a su Hacedor;
fijará la mirada en el *Santo de Israel.
8  Ya no se fijará en los altares,
que son obra de sus manos;
ni volverá la mirada a las imágenes de *Aserá,
ni a los altares de incienso
que sus dedos fabricaron.

9  En aquel día las ciudades fortificadas, que fueron abandonadas por causa de los israelitas, serán como lugares abandonados que se convierten en bosques y matorrales. Todo será desolación.

10  Porque te olvidaste del Dios de tu *salvación;
no te acordaste de la *Roca de tu fortaleza.
Por eso, aunque siembres las plantas más selectas
y plantes vides importadas,
11  aunque las hagas crecer el día que las plantes,
y las hagas florecer al día siguiente,
en el día del dolor y de la enfermedad incurable
la cosecha se malogrará.

12  ¡Ay del rugido de muchas naciones!
¡Braman como brama el mar!
¡Ay del clamor de los pueblos!
¡Su estruendo es como el de aguas caudalosas!
13  Aunque esos pueblos braman como aguas encrespadas,
huyen cuando él los reprende,
arrastrados por el viento
como la paja de los cerros,
como el polvo con el vendaval.
14  Al atardecer, ¡terror repentino!
Antes del amanecer, ¡ya no existen!
Tal es el destino de quienes nos despojan;
eso les espera a quienes nos saquean.

Isaías 18


Profecía contra Etiopía

1  ¡Ay de la tierra de zumbantes langostas[1]
más allá de los ríos de *Cus,
2  que por las aguas del río Nilo
envía emisarios en barcas de papiro!

Vayan, veloces mensajeros,
a una nación de gente alta y lampiña;
a un pueblo temido por doquier,
a una nación agresiva y dominante,
cuya tierra está surcada por ríos.

3  Cuando sobre las montañas
se alce el estandarte y suene la trompeta,
¡fíjense, habitantes del mundo!;
¡escuchen, pobladores de la tierra!

4  Así me dijo el Señor:
"Desde mi morada miraré impasible,
como los candentes rayos del sol,
como las nubes de rocío en el calor de la vendimia."
5  Porque antes de la vendimia,
cuando la flor se cae y madura la uva,
se podarán los retoños
y se arrancarán de raíz los sarmientos.
6  Todos ellos quedarán abandonados
a los buitres de las montañas
y a los animales salvajes;
durante el verano
serán el alimento de las aves de rapiña;
durante el invierno,
de todos los animales salvajes.

7  En aquel tiempo ese pueblo de alta estatura y de lampiña piel, ese pueblo temido en todas partes, esa nación agresiva y dominante, cuya tierra está surcada por ríos, le llevará ofrendas al Señor *Todopoderoso. Se las llevará al monte *Sión, al lugar donde habita el *nombre del Señor Todopoderoso.

                         NOTAS:

1. 18:1 langostas. Lit. alas.

Isaías 19


Profecía contra Egipto

1  Profecía contra Egipto:

¡Miren al Señor!
Llega a Egipto montado sobre una nube ligera.


Los ídolos de Egipto
tiemblan en su presencia;
el *corazón de los egipcios
desfallece en su interior.

2  "Incitaré a egipcio contra egipcio;
luchará hermano contra hermano,
amigo contra amigo,
ciudad contra ciudad,
reino contra reino.
3  Los egipcios quedarán desanimados
y consultarán a los ídolos:
a los espíritus de los muertos,
a las pitonisas y a los agoreros,
¡pero yo frustraré sus planes!
4  Dejaré que crueles amos los dominen;
un rey de mano dura los gobernará",
afirma el Señor,
el Señor *Todopoderoso.

5  Se agotarán las aguas del Nilo;
árido y reseco quedará el lecho del río.
6  Apestarán los canales,
y bajará el nivel de los arroyos de Egipto
hasta dejarlos completamente secos.
¡Las cañas y los juncos quedarán marchitos!
7  A orillas del Nilo,
en la desembocadura del río,
la vegetación perderá su verdor.


Todos los sembrados junto al Nilo
quedarán asolados, dejarán de existir.
8  Gemirán y harán lamentos todos los pescadores,
los que lanzan anzuelos en el Nilo;
desfallecerán los que echan redes en el agua.
9  Quedarán frustrados los que trabajan el lino peinado;
perderán la esperanza los tejedores de lino fino.
10  Quedarán desalentados los fabricantes de telas;
todos los asalariados se llenarán de angustia.
11  Los jefes de Zoán no son más que unos necios;
los consejeros más sabios
le dan a Faraón consejos insensatos.
¿Cómo se les ocurre decirle:
"Yo soy uno de los sabios,
discípulo de los antiguos reyes"?

12  ¿Dónde quedaron tus sabios?


Que te muestren y te hagan saber
lo que el Señor Todopoderoso
ha planeado contra Egipto.
13  Los jefes de Zoán se han vuelto necios;
los jefes de Menfis se dejaron engañar.


Las piedras angulares de sus pueblos
han hecho que Egipto pierda el rumbo.
14  El Señor ha infundido en ellos
un espíritu de desconcierto.


En todo lo que hace Egipto
le han hecho perder el rumbo.
Como un borracho en su vómito,
Egipto se tambalea.
15  Nada puede hacerse por Egipto,
sea cabeza o cola, palmera o caña.

16  En aquel día los egipcios parecerán mujeres. Se estremecerán de terror ante la mano amenazante que el Señor Todopoderoso agita contra ellos. 17  La tierra de Judá será un espanto para los egipcios. Por causa de lo que el Señor Todopoderoso está planeando contra ellos, la sola mención de Judá llenará de espanto a los que oigan este *nombre.
18  En aquel día habrá en Egipto cinco ciudades que hablarán el idioma de Canaán, y que jurarán lealtad al Señor Todopoderoso. Una de ellas se llamará Ciudad del Sol.[1]
19  En aquel día habrá un altar para el Señor en el corazón mismo de Egipto, y en su frontera un monumento al Señor. 20  Esto servirá en Egipto de señal y testimonio del Señor Todopoderoso. Cuando ellos clamen al Señor por causa de sus opresores, él les enviará un salvador y defensor que los librará. 21  De modo que el Señor se dará a conocer a los egipcios, y en aquel día ellos reconocerán al Señor: lo servirán con sacrificios y ofrendas de grano; harán votos al Señor y se los cumplirán. 22  El Señor herirá a los egipcios con una plaga, y aun hiriéndolos, los sanará. Ellos se volverán al Señor, y él responderá a sus ruegos y los sanará.
23  En aquel día habrá una carretera desde Egipto hasta Asiria. Los asirios irán a Egipto y los egipcios a Asiria, y unos y otros adorarán juntos. 24  En aquel día Israel será, junto con Egipto y Asiria, una bendición en medio de la tierra. 25  El Señor Todopoderoso los bendecirá, diciendo: "Bendito sea Egipto mi pueblo, y Asiria obra de mis manos, e Israel mi heredad."

                         NOTAS:

1. 19:18 del Sol (mss. hebreos, Qumrán y Vulgata); de la destrucción (TM).

Isaías 20


Profecía contra Egipto y Cus

1  El año en que el comandante en jefe enviado por Sargón, rey de Asiria, fue a Asdod, atacó esa ciudad y la conquistó. 2  En aquel tiempo el Señor habló por medio de Isaías hijo de Amoz. Le dijo: "Anda, quítate la ropa de luto y las sandalias." Así lo hizo Isaías, y anduvo desnudo y descalzo.
3  Entonces el Señor dijo: "Así como durante tres años mi siervo Isaías ha andado desnudo y descalzo, como señal y presagio contra Egipto y *Cus, 4  así también, para vergüenza de Egipto, el rey de Asiria llevará desnudos y descalzos, y con las nalgas al aire, a los cautivos de Egipto y a los desterrados de Cus, lo mismo jóvenes que viejos. 5  Y los que confían en Etiopía y se enorgullecen de Egipto quedarán aterrados y avergonzados. 6  En aquel día los habitantes de esta costa dirán: Fíjense, ahí tienen a los que eran nuestra esperanza, ¡aquellos a quienes acudíamos en busca de ayuda, para que nos libraran del rey de Asiria! Y ahora, ¿cómo podremos escapar? "

Isaías 21


Profecía contra Babilonia

1  Profecía contra el desierto junto al mar:[1]

Como torbellinos que pasan por el Néguev,
se acercan invasores de una temible tierra del desierto.
2  Una visión terrible
me ha sido revelada:
el traidor traiciona,
el destructor destruye.
¡Al ataque, Elam! ¡Al asedio, Media!
Pondré fin a todo gemido.

3  Por eso mi cuerpo se estremece de dolor,
sufro de agudos dolores,
como los de una parturienta;
lo que oigo, me aturde;
lo que veo, me desconcierta.
4  Se me turba la *mente,
me hace temblar el terror;
el crepúsculo tan anhelado
se me ha vuelto un espanto.

5  ¡Ellos tienden las mesas,
extienden los tapices,
y comen y beben!
¡Jefes, pónganse de pie!
¡Levántense y engrasen los escudos!

6  Porque así me ha dicho el Señor:

"Ve y pon un centinela,
que informe de todo lo que vea.
7  Cuando vea carros de combate tirados por caballos,
o gente montada en asnos o en camellos,
que preste atención,
mucha atención."

8  Y el centinela[2] gritó:

"¡Día tras día, Señor,
estoy de pie en la torre;
cada noche permanezco
en mi puesto de guardia!
9  ¡Ahí viene un hombre
en un carro de combate tirado por caballos!
Y éste es su mensaje:
¡Ha caído, ha caído Babilonia!
¡Todas las imágenes de sus dioses
han rodado por el suelo! "

10  Pueblo mío, trillado como el trigo,
yo te he anunciado lo que he oído
de parte del Señor *Todopoderoso,
del Dios de Israel.



Profecía contra Edom

11  Profecía contra Dumá:[3]

Alguien me grita desde Seír:
"Centinela, ¿cuánto queda de la noche?
Centinela, ¿cuánto falta para que amanezca?"
12  El centinela responde:
"Ya viene la mañana, pero también la noche.
Si quieren preguntar, pregunten;
si quieren volver, vuelvan."



Profecía contra Arabia

13  Profecía contra Arabia:

Caravanas de Dedán,
acampadas en los matorrales del desierto:
14  salgan al encuentro del sediento
y ofrézcanle agua.
Habitantes de la tierra de Temá,
ofrezcan alimento a los fugitivos,
15  porque huyen de la espada,
de la espada desnuda,
del arco tenso
y del fragor de la batalla.

16  Porque así me dijo el Señor: "Dentro de un año, contado como lo cuenta un jornalero, toda la magnificencia de Cedar llegará a su fin. 17  Pocos serán los arqueros, los guerreros de Cedar, que sobrevivan." Lo ha dicho el Señor, el Dios de Israel.

                         NOTAS:

1. 21:1 el desierto junto al mar. Probable referencia al golfo Pérsico o a la llanura al sur de Babilonia.
2. 21:8 el centinela (Qumrán y Siríaca); un león (TM).
3. 21:11 En hebreo, Dumá significa silencio o quietud; juego de palabras con Edom.

Isaías 22


Profecía contra Jerusalén

1  Profecía contra el valle de la Visión:

¿Qué te pasa ahora,
que has subido a las azoteas,
2  ciudad llena de disturbios,
de tumultos y parrandas?


Tus víctimas no cayeron a filo de espada
ni murieron en batalla.
3  Todos tus jefes huyeron juntos,
pero fueron capturados
sin haber disparado el arco.


Todos tus prisioneros fueron capturados
mientras trataban de huir.

4  Por eso dije: "Apártense de mí;
déjenme llorar amargamente.
No insistan en consolarme:
¡la hija de mi pueblo ha sido destruida!"

5  El Señor, el Señor *Todopoderoso,
ha decretado un día de pánico,
un día de humillación y desconcierto
en el valle de la Visión,
un día para derribar muros
y para clamar a las montañas.
6  Montado en sus carros de combate,
Elam toma la aljaba;
Quir saca el escudo a relucir.
7  Llenos de carros de combate
están tus valles preferidos;
apostados a la puerta están los jinetes.
8  ¡Judá se ha quedado indefensa!



Aquel día ustedes se fijaron
en el arsenal del Palacio del bosque.
9  Vieron que en la ciudad de David
había muchas brechas,
en el estanque inferior
guardaron agua,
10  contaron las casas de Jerusalén
y derribaron algunas para reforzar el muro,
11  entre los dos muros construyeron un depósito
para las aguas del estanque antiguo,
pero no se fijaron en quien lo hizo,
ni consideraron al que hace tiempo lo planeó.

12  En aquel día el Señor,
el Señor Todopoderoso,
los llamó a llorar y a lamentarse,
a raparse la cabeza y a hacer duelo.
13  ¡Pero miren, hay gozo y alegría!
¡Se sacrifican vacas, se matan ovejas,
se come carne y se bebe vino!

"¡Comamos y bebamos,
que mañana moriremos!"

14  El Señor Todopoderoso me reveló al oído: "No se te perdonará este pecado hasta el día de tu muerte. Lo digo yo, el Señor, el Señor Todopoderoso."

15  Así dice el Señor, el Señor Todopoderoso: "Ve a encontrarte con Sebna, el mayordomo, que está a cargo del palacio, y dile:

16  "¿Qué haces aquí?
¿Quién te dio permiso
para cavarte aquí un sepulcro?
¿Por qué tallas en las alturas tu lugar de reposo,
y lo esculpes en la roca?

17  " Mira, hombre poderoso,
el Señor está a punto de agarrarte
y arrojarte con violencia.
18  Te hará rodar como pelota,
y te lanzará a una tierra inmensa.
Allí morirás; allí quedarán
tus gloriosos carros de combate.
¡Serás la vergüenza de la casa de tu señor!
19  Te destituiré de tu cargo,
y serás expulsado de tu puesto.

20  "En aquel día llamaré a mi siervo Eliaquín hijo de Jilquías. 21  Le pondré tu túnica, le colocaré tu cinto, y le daré tu autoridad. Será como un padre para los habitantes de Jerusalén y para la tribu de Judá. 22  Sobre sus hombros pondré la llave de la casa de David; lo que él abra, nadie podrá cerrarlo; lo que él cierre, nadie podrá abrirlo. 23  Como a una estaca, lo clavaré en un lugar firme, y será como un trono de honor para la dinastía de su padre. 24  De él penderá toda la gloria de su familia: sus descendientes y sus vástagos, y toda la vajilla pequeña, desde los cántaros hasta las tazas.

25  "En aquel día afirma el Señor Todopoderoso, cederá la estaca clavada en el lugar firme; será arrancada de raíz y se vendrá abajo, con la carga que colgaba de ella." El Señor mismo lo ha dicho.

Isaías 23


Profecía contra Tiro

1  Profecía contra Tiro:

¡Giman, barcos de Tarsis!,
porque destruidas están su casa y su puerto.


Desde la tierra de Chipre
les ha llegado la noticia.

2  ¡Callen, habitantes de la costa,
comerciantes de Sidón,
ciudad que han enriquecido los marinos!
3  Sobre las grandes aguas
llegó el grano de Sijor;
Tiro se volvió el centro comercial de las naciones;
la cosecha del Nilo le aportaba ganancias.
4  Avergüénzate, Sidón, fortaleza del mar,
porque el mar ha dicho:
"No he estado con dolores de parto ni he dado a luz;
no he criado hijos ni educado hijas."
5  Cuando la noticia llegue a Egipto,
lo que se diga de Tiro los angustiará.

6  Pasen a Tarsis;
giman, habitantes de la costa.
7  ¿Es ésta su ciudad alegre,
la ciudad tan antigua,
cuyos pies la han llevado
a establecerse en tierras lejanas?
8  ¿Quién planeó esto contra Tiro,
la ciudad que confiere coronas,
cuyos comerciantes son príncipes,
y sus negociantes reconocidos en la tierra?
9  Lo planeó el Señor *Todopoderoso
para abatir la altivez de toda gloria
y humillar a toda la gente importante de la tierra.

10  Hija de Tarsis,
cultiva[1] tu tierra como en el Nilo,
porque tu puerto ya no existe.
11  El Señor ha extendido su mano sobre el mar
y ha puesto a temblar a los reinos,
ha ordenado destruir las fortalezas de Canaán.
12  Él dijo:
"¡Virgen violentada, hija de Sidón:
no volverás a alegrarte!

"Levántate y cruza hasta Chipre;
¡ni siquiera allí encontrarás descanso!"
13  ¡Mira la tierra de los *caldeos!
¡Ese pueblo ya no existe!


Asiria la ha convertido
en refugio de las fieras del desierto;
levantaron torres de asalto,
demolieron sus fortalezas
y las convirtieron en ruinas.

14  ¡Giman, barcos de Tarsis,
porque destruida está su fortaleza!

15  En aquel tiempo Tiro será olvidada durante setenta años, que es lo que vive un rey. Pero al cabo de esos setenta años le sucederá a Tiro lo que dice la canción de la prostituta:

16  "Tú, prostituta olvidada,
toma un arpa y recorre la ciudad;
toca lo mejor que puedas,
y canta muchas canciones,
para que te recuerden."

17  Al cabo de setenta años, el Señor se ocupará de Tiro, la cual volverá a venderse y prostituirse con todos los reinos de la tierra. 18  Pero sus ingresos y ganancias se consagrarán al Señor; no serán almacenados ni atesorados. Sus ganancias serán para los que habitan en presencia del Señor, para que se alimenten en abundancia y se vistan con ropas finas.

                         NOTAS:

1. 23:10 cultiva (Qumrán y LXX); atraviesa (TM).

Isaías 24


Juicio universal

1  Miren, el Señor arrasa la tierra y la devasta,
trastorna su faz y dispersa a sus habitantes.
2  Lo mismo les pasará
al sacerdote y al pueblo,
al amo y al esclavo,
a la señora y a la esclava,
al comprador y al vendedor,
al prestamista y al prestatario,
al acreedor y al deudor.
3  La tierra queda totalmente arrasada,
saqueada por completo,
porque el Señor lo ha dicho.
4  La tierra languidece y se marchita;
el mundo se marchita y desfallece;
desfallecen los notables de la tierra.
5  La tierra yace profanada,
pisoteada por sus habitantes,
porque han desobedecido las leyes,
han violado los estatutos,
han quebrantado el *pacto eterno.
6  Por eso una maldición consume a la tierra,
y los culpables son sus habitantes.
Por eso el fuego los consume,
y sólo quedan unos cuantos.
7  Languidece el vino nuevo, desfallece la vid;
gimen todos los corazones alegres.
8  Cesó el ritmo de los tambores,
se aplacó el bullicio de los que se divierten,
se apagó el júbilo del arpa.
9  Ya no beben vino mientras cantan;
a los borrachos el licor les sabe amargo.
10  La ciudad del caos yace desolada;
cerrado está el acceso a toda casa.
11  Clamor hay en las calles porque falta el vino;
toda alegría se ha extinguido;
el júbilo ha sido desterrado.
12  La ciudad está en ruinas;
su *puerta está hecha pedazos.
13  Así sucederá en medio de la tierra
y entre las naciones,
como cuando a golpes se cosechan aceitunas,
como cuando se recogen rebuscos
después de la vendimia.
14  El remanente eleva su voz y grita de alegría;
desde el occidente aclama la majestad del Señor.
15  Por eso, glorifiquen al Señor en el oriente;
el *nombre del Señor, Dios de Israel,
en las costas del mar.
16  Desde los confines de la tierra oímos cantar:
"¡Gloria al justo!"
Pero yo digo: "¡Ay de mí!
¡Qué dolor, que me consumo!"
Los traidores traicionan,
los traidores maquinan traiciones.
17  ¡Terror, fosa y trampa
están contra ti, habitante de la tierra!
18  Quien huya del grito de terror
caerá en la fosa,
y quien suba del fondo de la fosa
caerá en la trampa,
porque abiertas están las ventanas de lo alto,
y tiemblan los cimientos de la tierra.
19  La tierra se quiebra, se desintegra;
la tierra se agrieta, se resquebraja;
la tierra tiembla y retiembla.
20  La tierra se tambalea como un borracho,
se sacude como una choza.


Tanto pesa sobre ella su rebelión
que caerá para no volver a levantarse.
21  En aquel día el Señor castigará
a los poderes celestiales en el cielo
y a los reyes terrenales en la tierra.
22  Serán amontonados en un pozo,
como prisioneros entre rejas,
y después de muchos días se les castigará.
23  La luna se sonrojará
y el sol se avergonzará,
porque sobre el monte *Sión,
sobre Jerusalén,
reinará el Señor *Todopoderoso,
glorioso entre sus *ancianos.

Isaías 25


Canto de alabanza al Señor

1  Señor, tú eres mi Dios;
te exaltaré y alabaré tu *nombre
porque has hecho maravillas.


Desde tiempos antiguos
tus planes son fieles y seguros.
2  Has convertido la ciudad en un montón de escombros,
la ciudad fortificada en una ruina.
Ya no es ciudad la ciudadela de extranjeros;
nunca más volverá a ser reconstruida.
3  Por eso te glorifica un pueblo poderoso;
te teme la ciudad de las naciones crueles.
4  Porque tú has sido,
en su angustia,
un baluarte para el desvalido,
un refugio para el necesitado,
un resguardo contra la tormenta,
una sombra contra el calor.
En cambio, el aliento de los crueles
es como una tormenta contra un muro,
5  como el calor en el desierto.
Tú aplacas el tumulto de los extranjeros,
como se aplaca el calor bajo la sombra de una nube,
y ahogas la alharaca de los tiranos.

6  Sobre este monte, el Señor *Todopoderoso
preparará para todos los pueblos
un banquete de manjares especiales,
un banquete de vinos añejos,
de manjares especiales y de selectos vinos añejos.
7  Sobre este monte rasgará
el velo que cubre a todos los pueblos,
el manto que envuelve a todas las naciones.
8  Devorará a la muerte para siempre;
el Señor omnipotente enjugará las lágrimas de todo rostro,
y quitará de toda la tierra
el oprobio de su pueblo.
El Señor mismo lo ha dicho.

9  En aquel día se dirá:

"¡Sí, éste es nuestro Dios;
en él confiamos, y él nos salvó!
¡Éste es el Señor, en él hemos confiado;
regocijémonos y alegrémonos en su *salvación!"

10  La mano del Señor se posará sobre este monte,
pero Moab será pisoteada en su sitio,
como se pisotea la paja en el muladar.
11  Allí extenderán sus manos,
como al nadar las extiende un nadador.
Pero el Señor abatirá su orgullo,
junto con la destreza[1] de sus manos.
12  Derribará, hará caer y abatirá
tus muros altos y fortificados,
hasta dejarlos hechos polvo sobre la tierra.


                         NOTAS:

1. 25:11 la destreza. Palabra de difícil traducción.

Isaías 26


Canto de victoria

1  En aquel día se entonará esta canción en la tierra de Judá:

"Tenemos una ciudad fuerte.
Como un muro, como un baluarte,
Dios ha interpuesto su *salvación.
2  Abran las *puertas, para que entre
la nación justa que se mantiene fiel.
3  Al de carácter firme
lo guardarás en perfecta *paz,
porque en ti confía.
4  Confíen en el Señor para siempre,
porque el Señor es una *Roca eterna.
5  Él hace caer a los que habitan en lo alto
y abate a la ciudad enaltecida:
la abate hasta dejarla por el suelo,
la derriba hasta hacerla morder el polvo.
6  ¡Los débiles y los desvalidos
la pisotean con sus propios pies!"

7  La senda del justo es llana;
tú, que eres recto, allanas su *camino.
8  Sí, en ti esperamos, Señor,
y en la senda de tus juicios;
tu *nombre y tu memoria
son el deseo de nuestra *vida.
9  Todo mi ser te desea por las noches;
por la mañana mi espíritu te busca.
Pues cuando tus juicios llegan a la tierra,
los habitantes del mundo aprenden lo que es justicia.
10  Aunque al malvado se le tenga compasión,
no aprende lo que es justicia;
en tierra de rectitud actúa con iniquidad,
y no reconoce la majestad del Señor.

11  Levantada está, Señor, tu mano,
pero ellos no la ven.
¡Que vean tu celo por el pueblo, y sean avergonzados;
que sean consumidos por el fuego
destinado a tus enemigos!

12  Señor, tú estableces la paz en favor nuestro,
porque tú eres quien realiza todas nuestras obras.
13  Señor y Dios nuestro,
otros señores nos han gobernado,
pero sólo a tu nombre damos honra.
14  Ya están muertos, y no revivirán;
ya son sombras, y no se levantarán.
Tú los has castigado y destruido;
has hecho que perezca su memoria.
15  Tú, Señor, has engrandecido a la nación;
la has engrandecido y te has glorificado;
has extendido las fronteras de todo el país.
16  Señor, en la angustia te buscaron;
apenas si lograban susurrar una oración[1]
cuando tú ya los corregías.
17  Señor, nosotros estuvimos ante ti
como cuando una mujer embarazada
se retuerce y grita de dolor
al momento de dar a luz.
18  Concebimos, nos retorcimos,
pero dimos a luz tan sólo viento.
No trajimos salvación a la tierra,
ni nacieron los habitantes del mundo.

19  Pero tus muertos vivirán,
sus cadáveres volverán a la vida.
¡Despierten y griten de alegría,
moradores del polvo!
Porque tu rocío es como el rocío de la mañana,
y la tierra devolverá sus muertos.

20  ¡Anda, pueblo mío, entra en tus habitaciones
y cierra tus puertas tras de ti;
escóndete por un momento,
hasta que pase la ira!
21  ¡Estén alerta!,
que el Señor va a salir de su morada
para castigar la maldad
de los habitantes del país.
La tierra pondrá al descubierto la sangre derramada;
¡ya no ocultará a los masacrados en ella!

                         NOTAS:

1. 26:16 apenas ... oración. Frase de difícil traducción.

Isaías 27


Liberación de Israel

1  En aquel día el Señor castigará
a *Leviatán, la serpiente huidiza,
a Leviatán, la serpiente tortuosa.
Con su espada violenta, grande y poderosa,
matará al Dragón que está en el mar.
2  "Canten en aquel día
a la viña escogida:
3  Yo, el Señor, soy su guardián;
todo el tiempo riego mi viña.


Día y noche cuido de ella
para que nadie le haga daño.
4  No estoy enojado.
Si tuviera zarzas y espinos,
pelearía contra ella
y la quemaría totalmente,
5  a menos que ella acudiera a mi refugio
e hiciera las paces conmigo,
sí, que hiciera las paces conmigo."

6  Días vendrán en que Jacob echará raíces,
en que Israel retoñará y florecerá,
y llenará el mundo con sus frutos.
7  ¿Acaso el Señor lo ha golpeado
como hizo con quien lo golpeaba?
¿Acaso le dio muerte
como hizo con quienes lo mataron?
8  Contendió con él con guerra[1] y destierro;
lo expulsó con su soplo violento
al soplar el viento del este.
9  Así quedará *expiada la iniquidad de Jacob;
ésta será la única condición
para que se le perdone su pecado:
que reduzca a polvo todas las piedras del altar,
como si moliera piedra caliza,
y no deje en pie ninguna imagen de *Aserá
ni altar de incienso alguno.

10  En ruinas está la ciudad fortificada;
es un sitio sin habitantes,
abandonado como el desierto.
Allí se echa el ternero,
allí pace y deshoja las ramas.
11  Una vez secas, las ramas se quiebran;
vienen luego las mujeres y con ellas hacen fuego.
Porque éste es un pueblo sin entendimiento;
por eso su Creador no le tiene compasión,
ni de él se apiada quien lo formó.

12  En aquel día el Señor trillará desde las corrientes del Éufrates hasta el torrente de Egipto, y ustedes, israelitas, serán recogidos uno por uno. 13  En aquel día sonará una gran trompeta. Los que fueron llevados a Asiria y los que fueron desterrados a Egipto vendrán y adorarán al Señor sobre el monte *santo en Jerusalén.

                         NOTAS:

1. 27:8 guerra. Palabra de difícil traducción.

Isaías 28


Ay de Efraín

1
 ¡Ay de la altiva corona de los borrachos de Efraín,
de la flor marchita de su gloriosa hermosura,
que está sobre la cumbre de un valle fértil!
¡Ay de los abatidos por el vino!
2  Miren, el Señor cuenta con alguien
que es fuerte y poderoso:
Éste echará todo por tierra con violencia,
como tormenta de granizo,
como tempestad destructora,
como tormenta de aguas torrenciales,
como torrente desbordado.
3  La altiva corona de los borrachos de Efraín,
será pisoteada.
4  Esa flor marchita de su gloriosa hermosura,
sobre la cumbre de un valle fértil,
será como higo maduro antes de la cosecha:
apenas alguien lo ve y lo tiene en la mano,
se lo traga.

5  En aquel día el Señor *Todopoderoso
será una hermosa corona,
una diadema gloriosa
para el remanente de su pueblo.
6  Él infundirá espíritu de justicia
al que se sienta en el tribunal,
y valor a los que rechazan
los asaltos a la puerta.

7  También sacerdotes y profetas
se tambalean por causa del vino,
trastabillan por causa del licor;
quedan aturdidos con el vino,
tropiezan a causa del licor.
Cuando tienen visiones, titubean;
cuando toman decisiones, vacilan.
8  ¡Sí, regadas de vómito están todas las mesas,
y no queda limpio ni un solo lugar!

9  "¿A quién creen que están enseñando?
¿A quién le están explicando su mensaje?
¿Creen que somos niños recién destetados,
que acaban de dejar el pecho?
10  ¿Niños que repiten:
a-b-c-ch-d, a-e-i-o-u,
un poquito aquí, un poquito allá?"[1]

11  Pues bien, Dios hablará a este pueblo
con labios burlones y lenguas extrañas,
12  pueblo al que dijo:
"Éste es el lugar de descanso;
que descanse el fatigado";
y también:
"Éste es el lugar de reposo."
¡Pero no quisieron escuchar!
13  Pues la palabra del Señor
para ellos será también:
"a-b-c-ch-d, a-e-i-o-u,
un poquito aquí, un poquito allá."
Para que se vayan de espaldas cuando caminen,
y queden heridos, enredados y atrapados.

14  Por tanto, gobernantes insolentes
de este pueblo de Jerusalén,
escuchen la palabra del Señor:

15  Ustedes dicen: "Hemos hecho un pacto con la muerte,
hemos hecho una alianza con el *sepulcro.
Cuando venga una calamidad abrumadora,
no nos podrá alcanzar,
porque hemos hecho de la mentira nuestro refugio
y del engaño nuestro escondite."

16  Por eso dice el Señor omnipotente:

"¡Yo pongo en *Sión una piedra probada!,
piedra angular y preciosa para un cimiento firme;
el que confíe no andará desorientado.
17  Pondré como nivel la justicia,
y la rectitud como plomada.
El granizo arrasará con el refugio de la mentira,
y las aguas inundarán el escondite.
18  Se anulará el pacto que hicieron con la muerte,
quedará sin efecto su alianza con el sepulcro.
Cuando venga la calamidad abrumadora,
a ustedes los aplastará.
19  Cada vez que pase, los arrebatará;
pasará mañana tras mañana, de día y de noche."



La comprensión de este mensaje
causará terror absoluto.
20  La cama es demasiado estrecha para estirarse en ella,
la manta es demasiado corta para envolverse en ella.
21  Sí, el Señor se levantará como en el monte Perasín,
se moverá como en el valle de Gabaón;
para llevar a cabo su extraña obra,
para realizar su insólita tarea.
22  Ahora bien, dejen de burlarse,
no sea que se aprieten más sus cadenas;
porque me ha hecho saber el Señor,
el Señor Todopoderoso,
acerca de la destrucción decretada
contra todo el país.

23  Escuchen, oigan mi voz;
presten atención, oigan mi palabra:
24  Cuando un agricultor ara para sembrar,
¿lo hace sin descanso?
¿Se pasa todos los días rompiendo y rastrillando su terreno?
25  Después de que ha emparejado la superficie,
¿no siembra eneldo y esparce comino?
¿No siembra trigo en hileras,[2]
cebada en el lugar debido,
y centeno en las orillas?
26  Es Dios quien lo instruye
y le enseña cómo hacerlo.

27  Porque no se trilla el eneldo con rastrillo,
ni sobre el comino se pasa una rueda de carreta,
sino que el eneldo se golpea con una vara,
y el comino con un palo.
28  El grano se tritura, pero no demasiado,
ni tampoco se trilla sin descanso.
Se le pasan las ruedas de la carreta,
pero los caballos no lo trituran.
29  También esto viene del Señor Todopoderoso,
admirable por su consejo
y magnífico por su sabiduría.

                         NOTAS:

1. 28:10 Versículo de difícil traducción (posiblemente remedo burlón de una lección de abecedario); también en v. 13.
2. 28:25 hileras. Palabra de difícil traducción.

Isaías 29


Ay de la Ciudad de David

1  ¡Ay, Ariel, Ariel,
ciudad donde acampó David!
Añadan a un año otro año más,
y que prosiga el ciclo de las fiestas.
2  Pero a Ariel la sitiaré;
habrá llanto y lamento,
y será para mí como un brasero del altar.[1]
3  Acamparé contra ti, y te rodearé;
te cercaré con empalizadas,
y levantaré contra ti torres de asalto.
4  Humillada, desde el suelo elevarás tu voz;
tu palabra apenas se levantará del polvo.


Saldrá tu voz de la tierra
como si fuera la de un fantasma;
tu palabra, desde el polvo,
apenas será un susurro.

5  Pero la multitud de tus enemigos
quedará hecha polvo fino,
y la multitud de despiadados
será como la paja que se lleva el viento.
De repente, en un instante,
6  vendrá contra ti el Señor *Todopoderoso;
vendrá con truenos, terremotos
y gran estruendo,
vendrá con una violenta tormenta
y con devoradoras llamas de fuego.
7  La multitud de todas las naciones
que batallan contra Ariel,
todos los que luchan contra ella
y contra su fortaleza,
aquellos que la asedian,
serán como un sueño,
como una visión nocturna.
8  Como el hambriento que sueña que está comiendo,
pero despierta y aún tiene hambre;
como el sediento que sueña que está bebiendo,
pero despierta y la sed le reseca la garganta.


Así sucederá con la multitud de todas las naciones
que luchan contra el monte *Sión.

9  Pierdan el juicio, quédense pasmados,
pierdan la vista, quédense ciegos;
embriáguense, pero no con vino;
tambaléense, pero no por el licor.
10  El Señor ha derramado sobre ustedes
un espíritu de profundo sueño;
a los profetas les cubrió los ojos,
a los videntes les tapó la cara.

11  Para ustedes, toda esta visión no es otra cosa que palabras en un rollo de pergamino sellado. Si le dan el rollo a alguien que sepa leer, y le dicen: "Lea esto, por favor", éste responderá: "No puedo hacerlo; está sellado." 12  Y si le dan el rollo a alguien que no sepa leer, y le dicen: "Lea esto, por favor", éste responderá: "No sé leer."

13  El Señor dice:

"Este pueblo me alaba con la boca
y me honra con los labios,
pero su *corazón está lejos de mí.


Su adoración no es más que un mandato
enseñado por *hombres.
14  Por eso, una vez más asombraré a este pueblo
con prodigios maravillosos;
perecerá la sabiduría de sus sabios,
y se esfumará la inteligencia de sus inteligentes."
15  ¡Ay de los que, para esconder sus planes,
se ocultan del Señor en las profundidades;
cometen sus fechorías en la oscuridad, y piensan:
"¿Quién nos ve? ¿Quién nos conoce?"!
16  ¡Qué manera de falsear las cosas!
¿Acaso el alfarero es igual al barro?
¿Acaso le dirá el objeto al que lo modeló:
"Él no me hizo"?
¿Puede la vasija decir del alfarero:
"Él no entiende nada"?

17  Muy pronto el Líbano
se convertirá en campo fértil,
y el campo fértil se convertirá en bosque.
18  En aquel día podrán los sordos
oír la lectura del rollo,
y los ojos de los ciegos podrán ver
desde la oscuridad y la penumbra.
19  Los pobres volverán a alegrarse en el Señor,
los más necesitados se regocijarán en el *Santo de Israel.
20  Se desvanecerán los despiadados,
desaparecerán los insolentes,
y todos los que no duermen para hacer el mal
serán exterminados;
21  los que con una palabra hacen culpable a una persona,
los que en el tribunal ponen trampas al defensor
y con engaños perjudican al indefenso.

22  Por eso, el Señor, el redentor de Abraham, dice así a los descendientes de Jacob:

"Jacob ya no será avergonzado,
ni palidecerá su rostro.
23  Cuando él vea a sus hijos,
y la obra de mis manos en medio de él,
todos ellos santificarán mi *nombre;
santificarán al Santo de Jacob,
y temerán al Dios de Israel.
24  Los de espíritu extraviado recibirán entendimiento;
y los murmuradores aceptarán ser instruidos."


                         NOTAS:

1. 29:2 un brasero del altar. Esta frase traduce una palabra hebrea que es idéntica al nombre Ariel.

Isaías 30


Ay de la nación obstinada

1  El Señor ha dictado esta sentencia:

"Ay de los hijos rebeldes
que ejecutan planes que no son míos,
que hacen alianzas contrarias a mi Espíritu,
que amontonan pecado sobre pecado,
2  que bajan a Egipto sin consultarme,
que se acogen a la protección de Faraón,
y se refugian bajo la sombra de Egipto.
3  ¡La protección de Faraón será su vergüenza!
¡El refugiarse bajo la sombra de Egipto, su humillación!
4  Aunque en Zoán tengan funcionarios,
y a Janés hayan llegado sus mensajeros,
5  todos quedarán avergonzados
por culpa de un pueblo que les resulta inútil,
que no les brinda ninguna ayuda ni provecho,
sino sólo vergüenza y frustración."

6  Ésta es la sentencia que se ha dictado contra los animales del Néguev:

Por tierra de dificultades y angustias,
de leones y leonas,
de víboras y serpientes voladoras,
llevan ellos a lomo de burro
las riquezas de esa nación inútil,
y sus tesoros, a lomo de camello.
7  La ayuda de Egipto no sirve para nada;
por eso la llamo: "*Rahab, la inmóvil".

8  Anda, pues, delante de ellos,
y grábalo en una tablilla.
Escríbelo en un rollo de cuero,
para que en los días venideros
quede como un testimonio eterno.
9  Porque éste es un pueblo rebelde;
son hijos engañosos,
hijos que no quieren escuchar
la enseñanza del Señor.
10  A los videntes les dicen:
"¡No tengan más visiones!",
y a los profetas:
"¡No nos sigan profetizando la verdad!
Dígannos cosas agradables,
profeticen ilusiones.
11  ¡Apártense del camino,
retírense de esta senda,
y dejen de enfrentarnos
con el *Santo de Israel!"

12  Así dice el Santo de Israel:

"Ustedes han rechazado esta palabra;
han confiado en la opresión y en la perversidad,
y se han apoyado en ellas.
13  Por eso su iniquidad se alzará frente a ustedes
como un muro alto y agrietado,
a punto de derrumbarse:
¡de repente, en un instante, se desplomará!
14  Su iniquidad quedará hecha pedazos,
hecha añicos sin piedad, como vasija de barro:
ni uno solo de sus pedazos servirá
para sacar brasas del fuego
ni agua de una cisterna."

15  Porque así dice el Señor omnipotente, el Santo de Israel:

"En el *arrepentimiento y la calma está su *salvación,
en la serenidad y la confianza está su fuerza,
¡pero ustedes no lo quieren reconocer!
16  Se resisten y dicen: Huiremos a caballo.
¡Por eso, así tendrán que huir!
Dicen: Cabalgaremos sobre caballos veloces.
¡Por eso, veloces serán sus perseguidores!
17  Ante la amenaza de uno solo;
mil de ustedes saldrán huyendo;
ante la amenaza de cinco,
huirán todos ustedes;
hasta quedar abandonados
como un mástil en la cima de una montaña,
como una señal sobre una colina."

18  Por eso el Señor los espera, para tenerles piedad;
por eso se levanta para mostrarles compasión.
Porque el Señor es un Dios de *justicia.
¡*Dichosos todos los que en él esperan!

19  Pueblo de *Sión, que habitas en Jerusalén, ya no llorarás más. ¡El Dios de piedad se apiadará de ti cuando clames pidiendo ayuda! Tan pronto como te oiga, te responderá. 20  Aunque el Señor te dé pan de adversidad y agua de aflicción, tu maestro no se esconderá más; con tus propios ojos lo verás. 21  Ya sea que te desvíes a la derecha o a la izquierda, tus oídos percibirán a tus espaldas una voz que te dirá: "Éste es el *camino; síguelo." 22  Entonces profanarás tus ídolos enchapados en plata y tus imágenes revestidas de oro; los arrojarás como cosa *impura, y les dirás: "¡Fuera de aquí!"
23  El Señor te enviará lluvia para la semilla que siembres en la tierra, y el alimento que produzca la tierra será suculento y abundante. En aquel día tu ganado pacerá en extensas praderas. 24  Los bueyes y los burros que trabajan la tierra comerán el mejor forraje, aventado con bieldo y horquilla. 25  En el día de la gran masacre, cuando caigan las torres, habrá arroyos y corrientes de agua en toda montaña alta y en toda colina elevada. 26  Cuando el Señor ponga una venda en la fractura de su pueblo y sane las heridas que le causó, brillará la luna como el sol, y será la luz del sol siete veces más intensa, como la luz de siete días enteros.

27  ¡Miren! El *nombre del Señor viene de lejos,
con ardiente ira y densa humareda.
Sus labios están llenos de furor;
su lengua es como un fuego consumidor.
28  Su aliento es cual torrente desbordado
que llega hasta el cuello,
para zarandear a las naciones
en la zaranda destructora.


Pone en las quijadas de los pueblos
un freno que los desvía.
29  Ustedes cantarán como en noche de fiesta solemne;
su *corazón se alegrará,
como cuando uno sube con flautas
a la montaña del Señor,
a la *Roca de Israel.
30  El Señor hará oír su majestuosa voz,
y descargará su brazo:
con rugiente ira y llama de fuego consumidor,
con aguacero, tormenta y granizo.
31  La voz del Señor quebrantará a Asiria;
la golpeará con su bastón.
32  Cada golpe que el Señor descargue sobre ella
con su vara de castigo
será al son de panderos y de arpas;
agitando su brazo, peleará contra ellos.
33  Porque Tofet[1] está preparada desde hace tiempo;
está dispuesta incluso para el rey.
Se ha hecho una pira de fuego profunda y ancha,
con abundancia de fuego y leña;
el soplo del Señor la encenderá
como un torrente de azufre ardiente.

                         NOTAS:

1. 30:33 Tofet. Lugar de incineración, cercano a Jerusalén.

Isaías 31


Ay de los que confían en Egipto

1  ¡Ay de los que descienden a Egipto en busca de ayuda,
de los que se apoyan en la caballería,
de los que confían en la multitud de sus carros de guerra
y en la gran fuerza de sus jinetes,
pero no toman en cuenta al *Santo de Israel,
ni buscan al Señor!
2  Sin embargo, el Señor es también sabio,
y traerá calamidad,
y no se retractará de sus palabras.
Se levantará contra la dinastía de los malvados,
contra los que ayudan a los malhechores.
3  Los egipcios, en cambio, son *hombres y no dioses;
sus caballos son carne y no espíritu.
Cuando el Señor extienda su mano,
tropezará el que presta ayuda
y caerá el que la recibe.
¡Todos juntos perecerán!

4  Porque así me dice el Señor:

"Como león que gruñe sobre la presa
cuando contra él se reúne
toda una cuadrilla de pastores;
como cachorro de león
que no se asusta por sus gritos
ni se inquieta por su tumulto,
así también el Señor *Todopoderoso
descenderá para combatir
sobre el monte *Sión, sobre su cumbre.
5  Como aves que revolotean sobre el nido,
así también el Señor Todopoderoso
protegerá a Jerusalén;
la protegerá y la librará,
la defenderá y la rescatará."

6  Israelitas, ¡vuélvanse a aquel contra quien ustedes se han rebelado tan abiertamente! 7  Porque en aquel día cada uno de ustedes rechazará a los ídolos de plata y oro que sus propias manos pecadoras fabricaron.

8  "Asiria caerá a espada, pero no de hombre;
una espada, pero no de hombre, la consumirá.
Huirá para escapar de la espada,
y sus jóvenes serán sometidos a trabajos forzados.
9  A causa del terror caerá su fortaleza;
¡sus jefes dejarán abandonada su bandera!"
Lo afirma el Señor,
cuyo fuego está en Sión,
y cuyo horno está en Jerusalén.

Isaías 32


El reino de justicia

1  Miren, un rey reinará con rectitud
y los gobernantes gobernarán con justicia.
2  Cada uno será como un refugio contra el viento,
como un resguardo contra la tormenta;
como arroyos de agua en tierra seca,
como la sombra de un peñasco en el desierto.

3  No se nublarán los ojos de los que ven;
prestarán atención los oídos de los que oyen.
4  La *mente impulsiva comprenderá y entenderá,
la lengua tartamuda hablará con fluidez y claridad.
5  Ya no se llamará noble al necio
ni será respetado el canalla.
6  Porque el necio profiere *necedades,
y su mente maquina iniquidad;
practica la impiedad,
y habla falsedades contra el Señor;
deja con hambre al hambriento,
y le niega el agua al sediento.
7  El canalla recurre a artimañas malignas,
y trama designios infames;
destruye a los pobres con mentiras,
aunque el necesitado reclama justicia.
8  El noble, por el contrario,
concibe nobles planes,
y en sus nobles acciones se afirma.


Las mujeres de Jerusalén

9  Mujeres despreocupadas,
¡levántense y escúchenme!
Hijas que se sienten tan confiadas,
¡presten atención a lo que voy a decirles!
10  Ustedes, que se sienten tan confiadas,
en poco más de un año temblarán;
porque fallará la vendimia,
y no llegará la cosecha.
11  Mujeres despreocupadas, ¡estremézcanse!
Ustedes, que se sienten tan confiadas,
¡pónganse a temblar!
Desvístanse, desnúdense;
pónganse ropa de luto.
12  Golpéense el pecho,
por los campos agradables,
por los viñedos fértiles,
13  por el suelo de mi pueblo
cubierto de espinos y de zarzas,
por todas las casas donde hay alegría
y por esta ciudad donde hay diversión.
14  La fortaleza será abandonada,
y desamparada la ciudad populosa;
para siempre convertidas en cuevas
quedarán la ciudadela y la atalaya;
convertidas en deleite de asnos,
en pastizal de rebaños,
15  hasta que desde lo alto
el Espíritu sea derramado sobre nosotros.
Entonces el desierto se volverá un campo fértil,
y el campo fértil se convertirá en bosque.
16  La justicia morará en el desierto,
y en el campo fértil habitará la rectitud.
17  El producto de la justicia será la *paz;
tranquilidad y seguridad perpetuas serán su fruto.
18  Mi pueblo habitará en un lugar de paz,
en moradas seguras,
en serenos lugares de reposo.
19  Aunque el granizo arrase con el bosque
y la ciudad sea completamente allanada,
20  ¡*dichosos ustedes,
los que siembran junto al agua,
y dejan sueltos al buey y al asno!

Isaías 33


Angustia y auxilio

1  ¡Ay de ti, destructor, que no has sido destruido!
¡Ay de ti, traidor, que no has sido traicionado!
Cuando dejes de destruir, te destruirán;
cuando dejes de traicionar, te traicionarán.

2  Señor, ten compasión de nosotros;
pues en ti esperamos.
Sé nuestra fortaleza[1] cada mañana,
nuestra *salvación en tiempo de angustia.
3  Al estruendo de tu voz, huyen los pueblos;
cuando te levantas, se dispersan las naciones.
4  Los despojos de ustedes se recogen
como si fueran devorados por orugas;
sobre ellos se lanza el enemigo
como una bandada de langostas.

5  Exaltado es el Señor porque mora en las alturas,
y llena a *Sión de justicia y rectitud.
6  Él será la seguridad de tus tiempos,
te dará en abundancia salvación, sabiduría y conocimiento;
el temor del Señor será tu tesoro.

7  ¡Miren cómo gritan sus valientes en las calles!
¡amargamente lloran los mensajeros de *paz!
8  Los caminos están desolados,
nadie transita por los senderos.
El *pacto se ha quebrantado,
se desprecia a los testigos,[2]
¡a nadie se le respeta!
9  La tierra está de luto y languidece;
el Líbano se avergüenza y se marchita;
Sarón es como un desierto;
Basán y el Carmelo pierden su follaje.

10  "Ahora me levantaré dice el Señor.
Ahora seré exaltado,
ahora seré ensalzado.
11  Ustedes conciben cizaña
y dan a luz paja;
¡pero el fuego de mi aliento los consumirá!
12  Los pueblos serán calcinados,
como espinos cortados arderán en el fuego."

13  Ustedes, que están lejos,
oigan lo que he hecho;
y ustedes, que están cerca,
reconozcan mi poder.
14  Los pecadores están aterrados en Sión;
el temblor atrapa a los impíos:
"¿Quién de nosotros puede habitar
en el fuego consumidor?
¿Quién de nosotros puede habitar
en la hoguera eterna?"
15  Sólo el que procede con justicia
y habla con rectitud,
el que rechaza la ganancia de la extorsión
y se sacude las manos para no aceptar soborno,
el que no presta oído a las conjuras de asesinato
y cierra los ojos para no contemplar el mal.
16  Ese tal morará en las alturas;
tendrá como refugio una fortaleza de rocas,
se le proveerá de pan,
y no le faltará el agua.

17  Tus ojos verán al rey en su esplendor
y contemplarán una tierra que se extiende hasta muy lejos.
18  Dentro de ti meditarás acerca del terror, y dirás:
"¿Dónde está el contador?
¿Dónde el recaudador de impuestos?
¿Dónde el que lleva el registro de las torres?"
19  No verás más a ese pueblo insolente,
a ese pueblo de idioma confuso,
de lengua extraña e incomprensible.

20  Mira a Sión, la ciudad de nuestras fiestas;
tus ojos verán a Jerusalén,
morada apacible, campamento bien plantado;
sus estacas jamás se arrancarán,
ni se romperá ninguna de sus sogas.
21  Allí el Señor nos mostrará su poder.
Será como un lugar de anchos ríos y canales.
Ningún barco de remos surcará sus aguas,
ni barcos poderosos navegarán por ellas.
22  Porque el Señor es nuestro guía;
el Señor es nuestro gobernante.
El Señor es nuestro rey:
¡Él nos salvará!

23  Tus cuerdas se han aflojado:


No sostienen el mástil con firmeza
ni se despliegan las velas.
Abundante botín habrá de repartirse,
y aun los cojos se dedicarán al saqueo.
24  Ningún habitante dirá: "Estoy enfermo";
y se perdonará la iniquidad del pueblo que allí habita.

                         NOTAS:

1. 33:2 nuestra fortaleza (Siríaca, Targum y Vulgata); la fortaleza de ellos (TM).
2. 33:8 los testigos (Qumrán); las ciudades (TM).

Isaías 34


Juicio contra las naciones

1  Naciones, ¡acérquense a escuchar!
Pueblos, ¡presten atención!
¡Que lo oiga la tierra, y todo lo que hay en ella;
el mundo, y todo lo que él produce!
2  El Señor está enojado con todas las naciones,
airado con todos sus ejércitos.
Él los ha *destruido por completo,
los ha entregado a la matanza.
3  Serán arrojados sus muertos,
hedor despedirán sus cadáveres,
su sangre derretirá las montañas.
4  Se desintegrarán todos los astros del cielo
y se enrollará el cielo como un pergamino;
toda la multitud de astros perderá su brillo,
como lo pierde la hoja marchita de la vid,
o los higos secos de la higuera.

5  Mi espada se ha embriagado en el cielo;
miren cómo desciende en juicio sobre Edom,
pueblo que he condenado a la destrucción total.
6  La espada del Señor está bañada en sangre,
en la sangre de cabras y corderos;
cubierta está de grasa,
de la grasa de los riñones de carneros.


Porque el Señor celebra un sacrificio en Bosra
y una gran matanza en tierra de Edom.
7  Y con ellos caerán los búfalos,
los terneros y los toros.
Su tierra quedará empapada en sangre,
y su polvo se llenará de grasa.

8  Porque el Señor celebra un día de venganza,
un año de desagravio
para defender la causa de *Sión.
9  Los arroyos de Edom se volverán ríos de brea,
su polvo se convertirá en azufre
y ardiente brea se volverá su tierra.
10  Ni de día ni de noche se extinguirá,
y su humo subirá por siempre.
Quedará desolada por todas las generaciones;
nunca más transitará nadie por ella.
11  Se adueñarán de ella el pelícano y el erizo;
anidarán allí el búho y el cuervo.


Dios extenderá sobre Edom
el cordel del caos
y la plomada de la desolación.
12  Sus nobles no tendrán allí
nada que pueda llamarse reino;
todos sus príncipes desaparecerán.
13  Los espinos invadirán sus palacios;
las ortigas y las zarzas, sus fortalezas.


Se volverá guarida de chacales
y nido de avestruces.
14  Las fieras del desierto se juntarán con las hienas,
y las cabras monteses se llamarán unas a otras;
allí también reposarán las aves nocturnas
y encontrarán un lugar de descanso.
15  Allí el búho anidará y pondrá sus huevos;
bajo sus alas incubará y cuidará a sus crías.
También allí se reunirán los buitres,
cada cual con su pareja.

16  Consulten el libro del Señor y lean:

Ninguno de estos animales faltará;
cada cual tendrá su pareja.
El Señor mismo ha dado la orden,
y su Espíritu los ha de reunir.
17  Él les ha asignado sus lugares;
su mano les señaló su territorio.
Ellos los poseerán para siempre,
y morarán allí por todas las generaciones.

Isaías 35


La alegría de los redimidos

1  Se alegrarán el desierto y el sequedal;
se regocijará el desierto
y florecerá como el azafrán.
2  Florecerá y se regocijará:
¡gritará de alegría!
Se le dará la gloria del Líbano,
y el esplendor del Carmelo y de Sarón.
Ellos verán la gloria del Señor,
el esplendor de nuestro Dios.

3  Fortalezcan las manos débiles,
afirmen las rodillas temblorosas;
4  digan a los de *corazón temeroso:
"Sean fuertes, no tengan miedo.
Su Dios vendrá,
vendrá con venganza;
con retribución divina
vendrá a salvarlos."

5  Se abrirán entonces los ojos de los ciegos
y se destaparán los oídos de los sordos;
6  saltará el cojo como un ciervo,
y gritará de alegría la lengua del mudo.
Porque aguas brotarán en el desierto,
y torrentes en el sequedal.
7  La arena ardiente se convertirá en estanque,
la tierra sedienta en manantiales burbujeantes.
Las guaridas donde se tendían los chacales,
serán morada de juncos y papiros.

8  Habrá allí una calzada
que será llamada *Camino de *santidad.
No viajarán por ella los *impuros,
ni transitarán por ella los necios;
será sólo para los que siguen el camino.
9  No habrá allí ningún león,
ni bestia feroz que por él pase;
¡Allí no se les encontrará!
¡Por allí pasarán solamente los redimidos!
10  Y volverán los rescatados por el Señor,
y entrarán en *Sión con cantos de alegría,
coronados de una alegría eterna.
Los alcanzarán la alegría y el regocijo,
y se alejarán la tristeza y el gemido.

Isaías 36


Senaquerib amenaza a Jerusalén

1  En el año catorce del reinado de Ezequías, Senaquerib, rey de Asiria, atacó y tomó todas las ciudades fortificadas de Judá. 2  Desde Laquis el rey de Asiria envió a su comandante en jefe,[1] al frente de un gran ejército, para hablar con el rey Ezequías en Jerusalén. Cuando el comandante se detuvo en el acueducto del estanque superior, en el camino que lleva al Campo del Lavandero, 3  salió a recibirlo Eliaquín hijo de Jilquías, que era el administrador del palacio, junto con el cronista Sebna y el secretario Joa hijo de Asaf.
4  El comandante en jefe les dijo:
Díganle a Ezequías que así dice el gran rey, el rey de Asiria: ¿En qué se basa tu confianza? 5  Tú dices[2] que tienes estrategia y fuerza militar, pero éstas no son más que palabras sin fundamento. ¿En quién confías, que te rebelas contra mí? 6  Mira, tú confías en Egipto, ¡ese bastón de caña astillada, que traspasa la mano y hiere al que se apoya en él! Porque eso es el faraón, el rey de Egipto, para todos los que en él confían. 7  Y si tú me dices: 'Nosotros confiamos en el Señor, nuestro Dios, ¿no se trata acaso, Ezequías, del Dios cuyos altares y *santuarios paganos tú mismo quitaste, diciéndoles a Judá y a Jerusalén: 'Deben adorar solamente ante este altar?
8  "Ahora bien, Ezequías, haz este trato con mi señor, el rey de Asiria: Yo te doy dos mil caballos, si tú consigues otros tantos jinetes para montarlos. 9  ¿Cómo podrás rechazar el ataque de uno solo de los funcionarios más insignificantes de mi señor, si confías en obtener de Egipto carros de combate y jinetes? 10  ¿Acaso he venido a atacar y a destruir esta tierra sin el apoyo del Señor? ¡Si fue él mismo quien me ordenó: Marcha contra este país y destrúyelo!
11  Eliaquín, Sebna y Joa le dijeron al comandante en jefe:
Por favor, hábleles usted a sus siervos en arameo, ya que lo entendemos. No nos hable en hebreo, que el pueblo que está sobre el muro nos escucha.
12  Pero el comandante en jefe respondió:
¿Acaso mi señor me envió a decirles estas cosas sólo a ti y a tu señor, y no a los que están sentados en el muro? ¡Si tanto ellos como ustedes tendrán que comerse su excremento y beberse su orina!
13  Dicho esto, el comandante en jefe se puso de pie y a voz en cuello gritó en hebreo:
¡Oigan las palabras del gran rey, el rey de Asiria! 14  Así dice el rey: No se dejen engañar por Ezequías. ¡Él no puede librarlos! 15  No dejen que Ezequías los persuada a confiar en el Señor, diciendo: 'Sin duda el Señor nos librará; ¡esta ciudad no caerá en manos del rey de Asiria!
16  "No le hagan caso a Ezequías. Así dice el rey de Asiria: Hagan las paces conmigo, y ríndanse. De este modo cada uno podrá comer de su vid y de su higuera, y beber agua de su propio pozo, 17  hasta que yo venga y los lleve a un país como el de ustedes, país de grano y de mosto, de pan y de viñedos.
18  "No se dejen seducir por Ezequías cuando dice: El Señor nos librará. ¿Acaso alguno de los dioses de las naciones pudo librar a su país de las manos del rey de Asiria? 19  ¿Dónde están los dioses de Jamat y de Arfad? ¿Dónde están los dioses de Sefarvayin? ¿Acaso libraron a Samaria de mis manos? 20  ¿Cuál de todos los dioses de estos países ha podido salvar de mis manos a su país? ¿Cómo entonces podrá el Señor librar de mis manos a Jerusalén?
21  Pero el pueblo permaneció en silencio y no respondió ni una sola palabra, porque el rey había ordenado: "No le respondan."
22  Entonces Eliaquín hijo de Jilquías, administrador del palacio, el cronista Sebna y el secretario Joa hijo de Asaf, con las vestiduras rasgadas en señal de duelo, fueron a ver a Ezequías y le contaron lo que había dicho el comandante en jefe.

                         NOTAS:

1. 36:2 comandante en jefe. Alt. copero mayor.
2. 36:5 Tú dices (mss. hebreos y Qumrán; véase 2R 18:20); Yo digo (TM).

Isaías 37


Se profetiza la liberación de Jerusalén

1  Cuando el rey Ezequías escuchó esto, se rasgó las vestiduras, se vistió de luto y fue al templo del Señor. 2  Además, envió a Eliaquín, administrador del palacio, al cronista Sebna y a los sacerdotes más ancianos, todos vestidos de luto, para hablar con el profeta Isaías hijo de Amoz. 3  Y le dijeron: "Así dice Ezequías: Hoy es un día de angustia, castigo y deshonra, como cuando los hijos están a punto de nacer y no se tienen fuerzas para darlos a luz. 4  Tal vez el Señor tu Dios oiga las palabras del comandante en jefe, a quien su señor, el rey de Asiria, envió para insultar al Dios viviente. ¡Que el Señor tu Dios lo castigue por las palabras que ha oído! Eleva, pues, una oración por el remanente del pueblo que aún sobrevive. "
5  Cuando los funcionarios del rey Ezequías fueron a ver a Isaías, 6  éste les dijo: "Díganle a su señor que así dice el Señor: No temas por las blasfemias que has oído, y que han pronunciado contra mí los subalternos del rey de Asiria. 7  ¡Mira! Voy a poner un espíritu en él, de manera que cuando oiga cierto rumor se regrese a su propio país. ¡Allí haré que lo maten a filo de espada! "
8  Cuando el comandante en jefe se enteró de que el rey de Asiria había salido de Laquis, se retiró y encontró al rey luchando contra Libná.
9  Luego Senaquerib recibió el informe de que Tiracá, rey de *Cus, había salido para luchar contra él. Al enterarse de esto, envió mensajeros a Ezequías 10  para que le dijeran: "Tú, Ezequías, rey de Judá: No dejes que tu Dios, en quien confías, te engañe cuando dice: No caerá Jerusalén en manos del rey de Asiria. 11  Sin duda te habrás enterado de lo que han hecho los reyes de Asiria en todos los países, *destruyéndolos por completo. ¿Y acaso vas tú a librarte? 12  ¿Libraron sus dioses a las naciones que mis antepasados han destruido: Gozán, Jarán, Résef y la gente de Edén que vivía en Telasar? 13  ¿Dónde están el rey de Jamat, el rey de Arfad, el rey de la ciudad de Sefarvayin, o de Hená o Ivá?"


Oración de Ezequías

14  Ezequías tomó la carta de mano de los mensajeros, y la leyó. Luego subió al templo del Señor, la desplegó delante del Señor, 15  y oró así: 16  "Señor *Todopoderoso, Dios de Israel, entronizado sobre los *querubines: sólo tú eres el Dios de todos los reinos de la tierra. Tú has hecho los cielos y la tierra. 17  Presta atención, Señor, y escucha; abre tus ojos, Señor, y mira; escucha todas las palabras que Senaquerib ha mandado a decir para insultar al Dios viviente.
18  "Es verdad, Señor, que los reyes asirios han asolado todas estas naciones y sus tierras. 19  Han arrojado al fuego sus dioses, y los han destruido, porque no eran dioses sino sólo madera y piedra, obra de manos *humanas. 20  Ahora, pues, Señor y Dios nuestro, sálvanos de su mano, para que todos los reinos de la tierra sepan que sólo tú, Señor, eres Dios."[1]


Muerte de Senaquerib

21  Entonces Isaías hijo de Amoz le envió este mensaje a Ezequías: "Así dice el Señor, Dios de Israel: Por cuanto me has rogado respecto a Senaquerib, rey de Asiria, 22  ésta es la palabra que yo, el Señor, he pronunciado contra él:

" La virginal hija de *Sión
te desprecia y se burla de ti.


La hija de Jerusalén
menea la cabeza al verte huir.
23  ¿A quién has insultado?
¿Contra quién has blasfemado?
¿Contra quién has alzado la voz
y levantado los ojos con orgullo?
¡Contra el *Santo de Israel!
24  Has enviado a tus siervos
a insultar al Señor, diciendo:
'Con mis numerosos carros de combate
escalé las cumbres de las montañas,
¡las laderas del Líbano!
Talé sus cedros más altos,
sus cipreses más selectos.
Alcancé sus cumbres más lejanas,
y sus bosques más frondosos.
25  Cavé pozos en tierras extranjeras,[2]
y en esas aguas apagué mi sed.


Con las plantas de mis pies
sequé todos los ríos de Egipto.

26  " ¿No te has dado cuenta?
¡Hace mucho tiempo que lo he preparado!
Desde tiempo atrás lo vengo planeando,
y ahora lo he llevado a cabo;
por eso tú has dejado en ruinas
a las ciudades fortificadas.
27  Sus habitantes, impotentes,
están desalentados y avergonzados.
Son como plantas en el campo,
como tiernos pastos verdes,
como hierba que brota sobre el techo
y que se quema[3] antes de crecer.

28  " Yo sé bien cuándo te sientas,
cuándo sales, cuándo entras,
y cuánto ruges contra mí.
29  Porque has rugido contra mí
y tu insolencia ha llegado a mis oídos,
te pondré una argolla en la nariz
y un freno en la boca,
y por el mismo camino por donde viniste
te haré regresar.

30  " Ésta será la señal para ti, Ezequías:

" Este año comerán lo que crezca por sí solo,
y el segundo año lo que de allí brote.
Pero al tercer año sembrarán y cosecharán,
plantarán viñas y comerán su fruto.
31  Una vez más los sobrevivientes de la tribu de Judá
echarán raíces abajo, y arriba darán fruto.
32  Porque de Jerusalén saldrá un remanente,
del monte Sión un grupo de sobrevivientes.
Esto lo hará mi celo,
celo del Señor *Todopoderoso.

33  " Yo, el Señor, declaro esto acerca del rey de Asiria:

" No entrará en esta ciudad,
ni lanzará contra ella una sola flecha.
No se enfrentará a ella con escudos,
ni construirá contra ella una rampa de asalto.
34  Volverá por el mismo camino que vino;
¡en esta ciudad no entrará!
Yo, el Señor, lo afirmo.
35  Por mi causa, y por consideración a David mi siervo,
defenderé esta ciudad y la salvaré. "

36  Entonces el ángel del Señor salió y mató a ciento ochenta y cinco mil hombres del campamento asirio. A la mañana siguiente, cuando los demás se levantaron, ¡allí estaban tendidos todos los cadáveres! 37  Así que Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento y se retiró. Volvió a Nínive y permaneció allí. 38  Pero un día, mientras adoraba en el templo de su dios Nisroc, sus hijos Adramélec y Sarézer lo mataron a espada y escaparon a la tierra de Ararat. Y su hijo Esarjadón lo sucedió en el trono.

                         NOTAS:

1. 37:20 sólo tú, Señor, eres Dios (Qumrán y LXX; véase también 2R 19:19); sólo tú eres el Señor (TM).
2. 37:25 en tierras extranjeras (Qumrán; véase también 2R 19:24); TM no incluye esta frase.
3. 37:27 y que se quema (mss. hebreos; véanse Qumrán y 2R 19:26); y como un campo (TM).

Isaías 38


Enfermedad de Ezequías

1  Por aquellos días Ezequías se enfermó gravemente y estuvo a punto de morir. El profeta Isaías hijo de Amoz fue a verlo y le dijo: "Así dice el Señor: Pon tu casa en orden, porque vas a morir; no te recuperarás. "
2  Ezequías volvió el rostro hacia la pared y le rogó al Señor: 3  "Recuerda, Señor, que yo me he conducido delante de ti con lealtad y con un *corazón íntegro, y que he hecho lo que te agrada." Y Ezequías lloró amargamente.
4  Entonces la palabra del Señor vino a Isaías: 5  "Ve y dile a Ezequías que así dice el Señor, Dios de su antepasado David: He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas; voy a darte quince años más de vida. 6  Y a ti y a esta ciudad los libraré de caer en manos del rey de Asiria. Yo defenderé esta ciudad. 7  Y ésta es la señal que te daré para confirmar lo que te he prometido: 8  Haré que en la escala de Acaz la sombra del sol retroceda las diez gradas que ya ha bajado. " ¡Y la luz del sol retrocedió las diez gradas que ya había bajado!


Escrito de Ezequías

9  Después de su enfermedad y recuperación Ezequías, rey de Judá, escribió:

10  "Yo decía: ¿Debo, en la plenitud de mi vida,
pasar por las puertas del *sepulcro
y ser privado del resto de mis días?
11  Yo decía: Ya no veré más al Señor
en esta tierra de los vivientes;
ya no contemplaré más a los *seres humanos,
a los que habitan este mundo.[1]
12  Me quitaron mi casa, me la arrebataron,
como si fuera la carpa de un pastor.
Como un tejedor, enrollé mi vida,
y él me la arrancó del telar.
¡De la noche a la mañana acabó conmigo!
13  Pacientemente esperé hasta la aurora,
pero él, como león, me quebró todos los huesos.
¡De la noche a la mañana acabó conmigo!
14  Chillé como golondrina, como grulla;
¡me quejé como paloma!
Mis ojos se cansaron de mirar al cielo.
¡Angustiado estoy, Señor!
¡Acude en mi ayuda!

15  "Pero ¿qué puedo decir?
Él mismo me lo anunció, y así lo ha hecho.


La amargura de mi *alma
me ha quitado el sueño.
16  Señor, por tales cosas viven los *hombres,
y también mi espíritu encuentra vida en ellas.


Tú me devolviste la salud
y me diste vida.
17  Sin duda, fue para mi bien
pasar por tal angustia.


Con tu amor me guardaste
de la fosa destructora,
y le diste la espalda a mis pecados.
18  El sepulcro nada te agradece;
la muerte no te alaba.


Los que descienden a la fosa
nada esperan de tu fidelidad.
19  Los que viven, y sólo los que viven,
son los que te alaban,
como hoy te alabo yo.


Todo padre hablará a sus hijos
acerca de tu fidelidad.

20  "El Señor me salvará,
y en el templo del Señor
todos los días de nuestra vida
cantaremos con instrumentos de cuerda."

21  Isaías había dicho: "Preparen una pasta de higos, aplíquensela en la llaga, y él se recuperará."
22  Y Ezequías había preguntado: "¿Qué señal recibiré de que se me permitirá subir al templo del Señor?"

                         NOTAS:

1. 38:11 este mundo (mss. hebreos); el lugar de cesación (TM).

Isaías 39


Mensajeros de Babilonia

1  En aquel tiempo Merodac Baladán hijo de Baladán, rey de Babilonia, le envió cartas y un regalo a Ezequías, porque supo que había estado enfermo y que se había recuperado. 2  Ezequías se alegró al recibir esto, y les mostró a los mensajeros todos sus tesoros: la plata, el oro, las especias, el aceite fino, todo su arsenal y todo lo que había en ellos. No hubo nada en su palacio ni en todo su reino que Ezequías no les mostrara.
3  Entonces el profeta Isaías fue a ver al rey Ezequías y le preguntó:
¿Qué querían esos hombres? ¿De dónde vinieron?
De un país lejano respondió Ezequías. Vinieron a verme desde Babilonia.
4  ¿Y qué vieron en tu palacio? preguntó el profeta.
Vieron todo lo que hay en él contestó Ezequías. No hay nada en mis tesoros que yo no les haya mostrado.
5  Entonces Isaías le dijo:
Oye la palabra del Señor *Todopoderoso: 6  Sin duda vendrán días en que todo lo que hay en tu palacio, y todo lo que tus antepasados atesoraron hasta el día de hoy, será llevado a Babilonia. No quedará nada dice el Señor. 7  Y algunos de tus hijos y de tus descendientes serán llevados para servir como *eunucos en el palacio del rey de Babilonia.
8  El mensaje del Señor que tú me has traído es bueno respondió Ezequías.
Y es que pensaba: "Al menos mientras yo viva, habrá *paz y seguridad."

Isaías 40


Consuelo para el pueblo de Dios

1  ¡Consuelen, consuelen a mi pueblo!
dice su Dios.
2  Hablen con cariño a Jerusalén,
y anúncienle
que ya ha cumplido su tiempo de servicio,
que ya ha pagado por su iniquidad,
que ya ha recibido de la mano del Señor
el doble por todos sus pecados.

3  Una voz proclama:
"Preparen en el desierto
un camino para el Señor;
enderecen en la estepa
un sendero para nuestro Dios.
4  Que se levanten todos los valles,
y se allanen todos los montes y colinas;
que el terreno escabroso se nivele
y se alisen las quebradas.
5  Entonces se revelará la gloria del Señor,
y la verá toda la humanidad.
El Señor mismo lo ha dicho."

6  Una voz dice: "Proclama."
"¿Y qué voy a proclamar?", respondo yo.[1]

"Que todo *mortal es como la hierba,
y toda su gloria como la flor del campo.
7  La hierba se seca y la flor se marchita,
porque el aliento del Señor sopla sobre ellas.
Sin duda, el pueblo es hierba.
8  La hierba se seca y la flor se marchita,
pero la palabra de nuestro Dios
permanece para siempre."

9  Sión, portadora de buenas noticias,
¡súbete a una alta montaña!
Jerusalén, portadora de buenas noticias,
¡alza con fuerza tu voz!
Álzala, no temas;
di a las ciudades de Judá:
"¡Aquí está su Dios!"

10  Miren, el Señor omnipotente llega con poder,
y con su brazo gobierna.
Su galardón lo acompaña;
su recompensa lo precede.
11  Como un *pastor que cuida su rebaño,
recoge los corderos en sus brazos;
los lleva junto a su pecho,
y guía con cuidado a las recién paridas.

12  ¿Quién ha medido las aguas con la palma de su mano,
y abarcado entre sus dedos la extensión de los cielos?
¿Quién metió en una medida el polvo de la tierra?
¿Quién pesó en una balanza las montañas y los cerros?
13  ¿Quién puede medir el alcance del espíritu del Señor,
o quién puede servirle de consejero?
14  ¿A quién consultó el Señor para ilustrarse,
y quién le enseñó el *camino de la justicia?
¿Quién le impartió *conocimiento
o le hizo conocer la senda de la inteligencia?

15  A los ojos de Dios, las naciones son
como una gota de agua en un balde,
como una brizna de polvo en una balanza.


El Señor pesa las islas
como si fueran polvo fino.
16  El Líbano no alcanza para el fuego de su altar,
ni todos sus animales para los *holocaustos.
17  Todas las naciones no son nada en su presencia;
no tienen para él valor alguno.

18  ¿Con quién compararán a Dios?
¿Con qué imagen lo representarán?
19  Al ídolo un escultor lo funde;
un joyero lo enchapa en oro
y le labra cadenas de plata.
20  El que es muy pobre para ofrendar
escoge madera que no se pudra,
y busca un hábil artesano
para erigir un ídolo que no se caiga.

21  ¿Acaso no lo sabían ustedes?
¿No se habían enterado?
¿No se les dijo desde el principio?
¿No lo entendieron desde la fundación del mundo?
22  Él reina sobre la bóveda de la tierra,
cuyos habitantes son como langostas.
Él extiende los cielos como un toldo,
y los despliega como carpa para ser habitada.
23  Él anula a los poderosos,
y a nada reduce a los gobernantes de este mundo.
24  Escasamente han sido plantados,
apenas han sido sembrados,
apenas echan raíces en la tierra,
cuando él sopla sobre ellos y se marchitan;
¡y el huracán los arrasa como paja!

25  "¿Con quién, entonces, me compararán ustedes?
¿Quién es igual a mí?", dice el *Santo.
26  Alcen los ojos y miren a los cielos:
¿Quién ha creado todo esto?
El que ordena la multitud de estrellas una por una,
y llama a cada una por su *nombre.
¡Es tan grande su poder, y tan poderosa su fuerza,
que no falta ninguna de ellas!

27  ¿Por qué murmuras, Jacob?
¿Por qué refunfuñas, Israel:
"Mi camino está escondido del Señor;
mi Dios ignora mi derecho"?
28  ¿Acaso no lo sabes?
¿Acaso no te has enterado?
El Señor es el Dios eterno,
creador de los confines de la tierra.
No se cansa ni se fatiga,
y su inteligencia es insondable.
29  Él fortalece al cansado
y acrecienta las fuerzas del débil.
30  Aun los jóvenes se cansan, se fatigan,
y los muchachos tropiezan y caen;
31  pero los que confían en el Señor
renovarán sus fuerzas;
volarán como las águilas:
correrán y no se fatigarán,
caminarán y no se cansarán.

                         NOTAS:

1. 40:6 respondo yo (LXX, Qumrán y Vulgata); responde él (TM).

Isaías 41


El amparo de Israel

1  "¡Callen en mi presencia, costas lejanas!
¡Naciones, renueven sus fuerzas!
Acérquense y hablen;
reunámonos para juicio.

2  "¿Quién ha hecho venir desde el oriente
a aquel que siempre sale *victorioso?
Pone a las naciones en sus manos;
ante él los reyes se rinden.
Con su espada los vuelve polvo,
con su arco los dispersa como paja.
3  Con paso firme los persigue
por una senda que nunca antes pisó.
4  ¿Quién realizó esto? ¿Quién lo hizo posible?
¿Quién llamó a las generaciones desde el principio?
Yo, el Señor, soy el primero,
y seré el mismo hasta el fin."

5  Lo han visto las costas lejanas, y temen;
tiemblan los confines de la tierra.
¡Ya se acercan, ya vienen!
6  Cada uno ayuda a su compañero,
y le infunde aliento a su hermano.
7  El artesano anima al joyero;
y el que aplana con el martillo
le dice al que golpea el yunque:
"¡Es buena la soldadura!";
luego asegura el ídolo con clavos
para que no se tambalee.

8  "Pero tú, Israel, mi siervo,
tú Jacob, a quien he escogido,
simiente de Abraham, mi amigo:
9  Te tomé de los confines de la tierra,
te llamé de los rincones más remotos,
y te dije: Tú eres mi siervo.
Yo te escogí; no te rechacé.
10  Así que no temas, porque yo estoy contigo;
no te angusties, porque yo soy tu Dios.
Te fortaleceré y te ayudaré;
te sostendré con mi diestra victoriosa.

11  "Todos los que se enardecen contra ti
sin duda serán avergonzados y humillados;
los que se te oponen serán como nada,
como si no existieran.
12  Aunque busques a tus enemigos,
no los encontrarás.
Los que te hacen la guerra serán como nada,
como si no existieran.
13  Porque yo soy el Señor, tu Dios,
que sostiene tu mano *derecha;
yo soy quien te dice:
No temas, yo te ayudaré.
14  No temas, gusano Jacob, pequeño Israel
afirma el Señor,
porque yo mismo te ayudaré;
¡el *Santo de Israel es tu redentor!

15  "Te convertiré en una trilladora
nueva y afilada, de doble filo.
Trillarás las montañas y las harás polvo;
convertirás en paja las colinas.
16  Las aventarás y se las llevará el viento;
¡un vendaval las dispersará!
Pero tú te alegrarás en el Señor,
te gloriarás en el Santo de Israel.

17  "Los pobres y los necesitados buscan agua,
pero no la encuentran;
la sed les ha resecado la lengua.
Pero yo, el Señor, les responderé;
yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.
18  Haré brotar ríos en las áridas cumbres,
y manantiales entre los valles.
Transformaré el desierto en estanques de agua,
y el sequedal en manantiales.
19  Plantaré en el desierto
cedros, acacias, mirtos y olivos;
en áridas tierras plantaré cipreses,
junto con pinos y abetos,
20  para que la gente vea y sepa,
y considere y entienda,
que la mano del Señor ha hecho esto,
que el Santo de Israel lo ha creado.

21  "Expongan su caso dice el Señor;
presenten sus pruebas demanda el rey de Jacob.
22  Acérquense[1] y anuncien
lo que ha de suceder,
y cómo fueron las cosas del pasado,
para que las consideremos
y conozcamos su desenlace.
¡Cuéntennos lo que está por venir!
23  Digan qué nos depara el futuro;
así sabremos que ustedes son dioses.
Hagan algo, bueno o malo,
para verlo y llenarnos de terror.
24  ¡La verdad es que ustedes no son nada,
y aun menos que nada son sus obras!
¡Abominable es quien los escoge!

25  "Del norte hice venir a uno,
y acudió a mi llamado;
desde el oriente invoca mi *nombre.
Como alfarero que amasa arcilla con los pies,
aplasta gobernantes como si fueran barro.
26  ¿Quién lo anunció desde el principio,
para que lo supiéramos?
¿Quién lo anunció de antemano,
para que dijéramos: Tenía razón?
Nadie lo anunció ni lo proclamó;
nadie les oyó proclamar mensaje alguno.
27  Yo fui el primero en decirle a *Sión:
¡Mira, ya están aquí!


Yo fui quien envió a Jerusalén
un mensajero de buenas noticias.
28  Miro entre ellos, y no hay nadie;
no hay entre ellos quien aconseje,
no hay quien me responda cuando les pregunto.
29  ¡Todos ellos son falsos!
Sus obras no son nada;
sus ídolos no son más que viento y confusión.

                         NOTAS:

1. 41:22 Acérquense (LXX, Qumrán, Targum y Vulgata); Traigan (TM).

Isaías 42


El siervo del Señor

1  "Éste es mi siervo, a quien sostengo,
mi escogido, en quien me deleito;
sobre él he puesto mi Espíritu,
y llevará *justicia a las naciones.
2  No clamará, ni gritará,
ni alzará su voz por las calles.
3  No acabará de romper la caña quebrada,
ni apagará la mecha que apenas arde.
Con fidelidad hará justicia;
4  no vacilará ni se desanimará
hasta implantar la justicia en la tierra.
Las costas lejanas esperan su enseñanza."

5  Así dice Dios, el Señor,
el que creó y desplegó los cielos;
el que expandió la tierra
y todo lo que ella produce;
el que da aliento al pueblo que la habita,
y vida a los que en ella se mueven:
6  "Yo, el Señor, te he llamado en justicia;
te he tomado de la mano.
Yo te formé, yo te constituí
como *pacto para el pueblo,
como luz para las naciones,
7  para abrir los ojos de los ciegos,
para librar de la cárcel a los presos,
y del calabozo a los que habitan en tinieblas.

8  "Yo soy el Señor; ¡ése es mi *nombre!
No entrego a otros mi gloria,
ni mi alabanza a los ídolos.
9  Las cosas pasadas se han cumplido,
y ahora anuncio cosas nuevas;
¡las anuncio antes que sucedan!"


Canción de alabanza al Señor

10  Canten al Señor un cántico nuevo,
ustedes, que descienden al mar,
y todo lo que hay en él;
canten su alabanza desde los confines de la tierra,
ustedes, costas lejanas y sus habitantes.
11  Que alcen la voz el desierto y sus ciudades,
y los poblados donde Cedar habita.
Que canten de alegría los habitantes de Selá,
y griten desde las cimas de las montañas.
12  Den gloria al Señor
y proclamen su alabanza en las costas lejanas.
13  El Señor marchará como guerrero;
como hombre de guerra despertará su celo.
Con gritos y alaridos se lanzará al combate,
y *triunfará sobre sus enemigos.

14  "Por mucho tiempo he guardado silencio,
he estado callado y me he contenido.
Pero ahora voy a gritar como parturienta,
voy a resollar y jadear al mismo tiempo.
15  Devastaré montañas y cerros,
y secaré toda su vegetación;
convertiré los ríos en tierra seca,
y secaré los estanques;
16  conduciré a los ciegos por caminos desconocidos,
los guiaré por senderos inexplorados;
ante ellos convertiré en luz las tinieblas,
y allanaré los lugares escabrosos.
Esto haré,
y no los abandonaré.
17  Pero retrocederán llenos de vergüenza
los que confían en los ídolos,
los que dicen a las imágenes:
Ustedes son nuestros dioses.


Israel ciego y sordo

18  "Sordos, ¡escuchen!
Ciegos, ¡fíjense bien!
19  ¿Quién es más ciego que mi siervo,
y más sordo que mi mensajero?
¿Quién es más ciego que mi enviado,
y más ciego que el siervo del Señor?
20  Tú has visto muchas cosas,
pero no las has captado;
tienes abiertos los oídos,
pero no oyes nada."
21  Le agradó al Señor,
por amor a su justicia,
hacer su *ley grande y gloriosa.
22  Pero éste es un pueblo saqueado y despojado,
todos atrapados en cuevas
o encerrados en cárceles.
Son saqueados,
y nadie los libra;
son despojados,
y nadie reclama.

23  ¿Quién de ustedes escuchará esto
y prestará atención en el futuro?
24  ¿Quién entregó a Jacob para el despojo,
a Israel para el saqueo?
¿No es acaso el Señor
a quien su pueblo ha ofendido?


No siguió sus *caminos
ni obedeció su ley.
25  Por eso el Señor derramó sobre él
su ardiente ira y el furor de la guerra.
Lo envolvió en llamas, pero no comprendió;
lo consumió, pero no lo tomó en serio.

Isaías 43


El único Salvador de Israel

1  Pero ahora, así dice el Señor,
el que te creó, Jacob,
el que te formó, Israel:
"No temas, que yo te he redimido;
te he llamado por tu *nombre; tú eres mío.
2  Cuando cruces las aguas,
yo estaré contigo;
cuando cruces los ríos,
no te cubrirán sus aguas;
cuando camines por el fuego,
no te quemarás ni te abrasarán las llamas.
3  Yo soy el Señor, tu Dios,
el *Santo de Israel, tu salvador;
yo he entregado a Egipto como precio por tu rescate,
a *Cus y a Seba en tu lugar.
4  A cambio de ti entregaré *hombres;
¡a cambio de tu *vida entregaré pueblos!


Porque te amo y eres ante mis ojos
precioso y digno de honra.
5  No temas, porque yo estoy contigo;
desde el oriente traeré a tu descendencia,
desde el occidente te reuniré.
6  Al norte le diré: ¡Entrégalos!
y al sur: ¡No los retengas!


Trae a mis hijos desde lejos
y a mis hijas desde los confines de la tierra.
7  Trae a todo el que sea llamado por mi nombre,
al que yo he creado para mi gloria,
al que yo hice y formé. "

8  Saquen al pueblo ciego, aunque tiene ojos,
al pueblo sordo, aunque tiene oídos.
9  Que se reúnan todas las naciones
y se congreguen los pueblos.
¿Quién de entre ellos profetizó estas cosas
y nos anunció lo ocurrido en el pasado?


Que presenten a sus testigos
y demuestren tener razón,
para que otros oigan y digan:
"Es verdad."
10  "Ustedes son mis testigos afirma el Señor,
son mis siervos escogidos,
para que me conozcan y crean en mí,
y entiendan que yo soy.
Antes de mí no hubo ningún otro dios,
ni habrá ninguno después de mí.
11  Yo, yo soy el Señor,
fuera de mí no hay ningún otro salvador.
12  Yo he anunciado, salvado y proclamado;
yo entre ustedes, y no un dios extraño.
Ustedes son mis testigos afirma el Señor,
y yo soy Dios.
13  Desde los tiempos antiguos, yo soy.
No hay quien pueda librar de mi mano.
Lo que yo hago, nadie puede desbaratarlo."


La misericordia de Dios y la infidelidad de Israel

14  Así dice el Señor,
su Redentor, el *Santo de Israel:
"Por ustedes enviaré gente a Babilonia;
abatiré a todos como fugitivos.
En los barcos que eran su orgullo,
abatiré también a los *caldeos.
15  Yo soy el Señor, su santo;
soy su rey, el creador de Israel."

16  Así dice el Señor,
el que abrió un camino en el mar,
una senda a través de las aguas impetuosas;
17  el que hizo salir carros de combate y caballos,
ejército y guerrero al mismo tiempo,
los cuales quedaron tendidos para nunca más levantarse,
extinguidos como mecha que se apaga:
18  "Olviden las cosas de antaño;
ya no vivan en el pasado.
19  ¡Voy a hacer algo nuevo!
Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta?
Estoy abriendo un camino en el desierto,
y ríos en lugares desolados.
20  Me honran los animales salvajes,
los chacales y los avestruces;
yo hago brotar agua en el desierto,
ríos en lugares desolados,
para dar de beber a mi pueblo escogido,
21  al pueblo que formé para mí mismo,
para que proclame mi alabanza.

22  "Pero tú, Jacob, no me has invocado;
tú, Israel, te has cansado de mí.
23  No me has traído el cordero de tus *holocaustos,
ni me has honrado con tus sacrificios.
No te he abrumado exigiendo ofrendas de grano,
ni te he agobiado reclamando incienso.
24  No me has comprado caña aromática,
ni me has saciado con el sebo de tus sacrificios.
¡En cambio, tú me has abrumado con tus pecados
y me has agobiado con tus iniquidades!

25  "Yo soy el que por amor a mí mismo
borra tus transgresiones
y no se acuerda más de tus pecados.
26  ¡Hazme recordar! Presentémonos a juicio;
plantea el argumento de tu inocencia.
27  Tu primer antepasado pecó;
tus voceros se rebelaron contra mí.
28  Por eso humillé a las autoridades del templo;
entregué a Jacob a la *destrucción total,
entregué a Israel al menosprecio.

Isaías 44


Israel, el escogido

1  "Pero ahora, Jacob, mi siervo,
Israel, a quien he escogido, ¡escucha!
2  Así dice el Señor, el que te hizo,
el que te formó en el seno materno
y te brinda su ayuda:
No temas, Jacob, mi siervo,
Jesurún, a quien he escogido,
3  que regaré con agua la tierra sedienta,
y con arroyos el suelo seco;
derramaré mi Espíritu sobre tu descendencia,
y mi bendición sobre tus vástagos,
4  y brotarán como hierba en un prado,
como sauces junto a arroyos.
5  Uno dirá: 'Pertenezco al Señor;
otro llevará el *nombre de Jacob,
y otro escribirá en su mano: 'Yo soy del Señor,
y tomará para sí el nombre de Israel.


El Señor y los ídolos

6  "Así dice el Señor, el Señor *Todopoderoso,
rey y redentor de Israel:
Yo soy el primero y el último;
fuera de mí no hay otro dios.
7  ¿Quién es como yo?
Que lo diga.


Que declare lo que ha ocurrido
desde que establecí a mi antiguo pueblo;
que exponga ante mí lo que está por venir,
¡que anuncie lo que va a suceder!
8  No tiemblen ni se asusten.
¿Acaso no lo anuncié y profeticé hace tiempo?
Ustedes son mis testigos.
¿Hay algún Dios fuera de mí?
No, no hay otra *Roca;
no conozco ninguna. "

9  Los que fabrican ídolos no valen nada;
inútiles son sus obras más preciadas.
Para su propia vergüenza,
sus propios testigos no ven ni conocen.
10  ¿Quién modela un dios o funde un ídolo,
que no le sirve para nada?
11  Todos sus devotos quedarán avergonzados;
¡simples *mortales son los artesanos!
Que todos se reúnan y comparezcan;
¡aterrados y avergonzados quedarán todos ellos!

12  El herrero toma una herramienta,
y con ella trabaja sobre las brasas;
con martillo modela un ídolo,
con la fuerza de su brazo lo forja.
Siente hambre, y pierde las fuerzas;
no bebe agua, y desfallece.
13  El carpintero mide con un cordel,
hace un boceto con un estilete,
lo trabaja con el escoplo
y lo traza con el compás.
Le da forma *humana;
le imprime la belleza de un ser humano,
para que habite en un santuario.
14  Derriba los cedros,
y escoge un ciprés o un roble,
y lo deja crecer entre los árboles del bosque;
o planta un pino, que la lluvia hace crecer.
15  Al *hombre le sirve de combustible,
y toma una parte para calentarse;
enciende un fuego y hornea pan.
Pero también labra un dios y lo adora;
hace un ídolo y se postra ante él.
16  La mitad de la madera la quema en el fuego,
sobre esa mitad prepara su comida;
asa la carne y se sacia.
También se calienta y dice:
"¡Ah! Ya voy entrando en calor,
mientras contemplo las llamas."
17  Con el resto hace un dios, su ídolo;
se postra ante él y lo adora.
Y suplicante le dice:
"Sálvame, pues tú eres mi dios."

18  No saben nada, no entienden nada;
sus ojos están velados, y no ven;
su *mente está cerrada, y no entienden.
19  Les falta *conocimiento y entendimiento;
no se ponen a pensar ni a decir:
"Usé la mitad para combustible;
incluso horneé pan sobre las brasas,
asé carne y la comí.
¿Y haré algo abominable con lo que queda?
¿Me postraré ante un pedazo de madera?"
20  Se alimentan de cenizas,
se dejan engañar por su iluso *corazón,
no pueden salvarse a sí mismos, ni decir:
"¡Lo que tengo en mi diestra es una mentira!"

21  "Recuerda estas cosas, Jacob,
porque tú eres mi siervo, Israel.
Yo te formé, tú eres mi siervo;
Israel, yo no te olvidaré.
22  He disipado tus transgresiones como el rocío,
y tus pecados como la bruma de la mañana.
Vuelve a mí, que te he redimido."

23  ¡Canten de alegría, cielos,
que esto lo ha hecho el Señor!
¡Griten con fuerte voz,
profundidades de la tierra!
¡Prorrumpan en canciones, montañas;
y bosques, con todos sus árboles!
Porque el Señor ha redimido a Jacob,
Dios ha manifestado su gloria en Israel.


Jerusalén vuelve a ser habitada

24  "Así dice el Señor, tu Redentor,
quien te formó en el seno materno:

Yo soy el Señor,
que ha hecho todas las cosas,
yo solo desplegué los cielos
y expandí la tierra.
¿Quién estaba conmigo?

25  " Yo frustro las señales de los falsos profetas
y ridiculizo a los adivinos;
yo hago retroceder a los sabios
y convierto su sabiduría en necedad.
26  Yo confirmo la palabra de mis siervos
y cumplo el consejo de mis mensajeros.
Yo digo que Jerusalén será habitada,
que los pueblos de Judá serán reconstruidos;
y sus ruinas las restauraré.
27  Yo mando que se seque lo profundo del mar,
y ordeno que se sequen sus corrientes.
28  Yo afirmo que Ciro es mi pastor,
y dará cumplimiento a mis deseos;
dispondrá que Jerusalén sea reconstruida,
y que se repongan los cimientos del templo. "

Isaías 45

1  Así dice el Señor a Ciro, su ungido,
a quien tomó de la mano *derecha
para someter a su dominio las naciones
y despojar de su armadura a los reyes,
para abrir a su paso las *puertas
y dejar abiertas las entradas:

2  "Marcharé al frente de ti,
y allanaré las montañas;[1]
haré pedazos las puertas de bronce
y cortaré los cerrojos de hierro.
3  Te daré los tesoros de las tinieblas,
y las riquezas guardadas en lugares secretos,
para que sepas que yo soy el Señor,
el Dios de Israel, que te llama por tu *nombre.
4  Por causa de Jacob mi siervo,
de Israel mi escogido,
te llamo por tu nombre
y te confiero un título de honor,
aunque tú no me conoces.
5  Yo soy el Señor, y no hay otro;
fuera de mí no hay ningún Dios.
Aunque tú no me conoces,
te fortaleceré,
6  para que sepan de oriente a occidente
que no hay ningún otro fuera de mí.
Yo soy el Señor, y no hay ningún otro.
7  Yo formo la luz y creo las tinieblas,
traigo *bienestar y creo calamidad;
Yo, el Señor, hago todas estas cosas.

8  "¡Destilen, cielos, desde lo alto!
¡Nubes, hagan llover *justicia!
¡Que se abra la tierra de par en par!
¡Que brote la *salvación!
¡Que crezca con ella la justicia!
Yo, el Señor, lo he creado."

9  ¡Ay del que contiende con su Hacedor!
¡Ay del que no es más que un tiesto
entre los tiestos de la tierra!
¿Acaso el barro le reclama al alfarero:
"¡Fíjate en lo que haces!
¡Tu vasija no tiene agarraderas!"?

10  ¡Ay del que le reprocha a su padre:
"¡Mira lo que has engendrado!"!
¡Ay del que le reclama a su madre:
"¡Mira lo que has dado a luz!"!

11  Así dice el Señor,
el *Santo de Israel, su artífice:
"¿Van acaso a pedirme cuentas del futuro de mis hijos,
o a darme órdenes sobre la obra de mis manos?
12  Yo hice la tierra,
y sobre ella formé a la *humanidad.
Mis propias manos extendieron los cielos,
y di órdenes a sus constelaciones.
13  Levantaré a Ciro en justicia;
allanaré todos sus caminos.
Él reconstruirá mi ciudad
y pondrá en libertad a mis cautivos,
pero no por precio ni soborno.
Lo digo yo, el Señor *Todopoderoso."

14  Así dice el Señor:

"Los productos de Egipto y la mercancía de *Cus,
pasarán a ser de tu propiedad;
los sabeos, hombres de elevada estatura,
marcharán detrás de ti en cadenas.
Se inclinarán en tu presencia,
y suplicantes te dirán:
Hay un solo Dios, no hay ningún otro,
y ese Dios está contigo. "

15  Tú, Dios y salvador de Israel,
eres un Dios que se oculta.
16  Todos los que hacen ídolos
serán avergonzados y humillados,
y juntos marcharán con su humillación.
17  Pero Israel será salvada por el Señor
con salvación eterna;
y nunca más volverá a ser
avergonzada ni humillada.

18  Porque así dice el Señor,
el que creó los cielos;
el Dios que formó la tierra,
que la hizo y la estableció;
que no la creó para dejarla vacía,
sino que la formó para ser habitada:
"Yo soy el Señor,
y no hay ningún otro.
19  Desde ningún lugar de esta tierra tenebrosa
les he hablado en secreto.
Ni he dicho a los descendientes de Jacob:
Búsquenme en el vacío.
Yo, el Señor, digo lo que es justo,
y declaro lo que es recto.

20  "Reúnanse, fugitivos de las naciones;
congréguense y vengan.


Ignorantes son los que cargan ídolos de madera
y oran a dioses que no pueden salvar.
21  Declaren y presenten sus pruebas,
deliberen juntos.
¿Quién predijo esto hace tiempo,
quién lo declaró desde tiempos antiguos?
¿Acaso no lo hice yo, el Señor?
Fuera de mí no hay otro Dios;
Dios justo y Salvador,
no hay ningún otro fuera de mí.

22  "Vuelvan a mí y sean salvos,
todos los confines de la tierra,
porque yo soy Dios, y no hay ningún otro.
23  He jurado por mí mismo,
con integridad he pronunciado
una palabra irrevocable:
Ante mí se doblará toda rodilla,
y por mí jurará toda lengua.
24  Ellos dirán de mí: Sólo en el Señor
están la justicia y el poder. "


Todos los que contra él se enfurecieron
ante él comparecerán
y quedarán avergonzados.
25  Pero toda la descendencia de Israel
será vindicada y exaltada en el Señor.

                         NOTAS:

1. 45:2 las montañas (Qumrán y LXX); en TM, palabra de difícil traducción.

Isaías 46


Los dioses de Babilonia

1  Bel se inclina, Nebo se somete;
sus ídolos son llevados por bestias de carga.[1]
Pesadas son las imágenes que por todas partes llevan;
son una carga para el agotado.
2  Todos a la vez se someten y se inclinan;
no pudieron rescatar la carga,
y ellos mismos van al cautiverio.

3  "Escúchame, familia de Jacob,
todo el resto de la familia de Israel,
a quienes he cargado desde el vientre,
y he llevado desde la cuna.
4  Aun en la vejez, cuando ya peinen canas,
yo seré el mismo, yo los sostendré.
Yo los hice, y cuidaré de ustedes;
los sostendré y los libraré.

5  "¿Con quién vas a compararme,
o a quién me vas a igualar?
¿A quién vas a asemejarme,
para que seamos parecidos?
6  Algunos derrochan oro de sus bolsas
y pesan plata en la balanza;
contratan a un joyero para que les haga un dios,
y ante ese dios se inclinan para adorarlo.
7  Lo levantan en hombros y lo cargan;
lo ponen en su lugar, y allí se queda.
No se puede mover de su sitio.
Por más que clamen a él, no habrá de responderles,
ni podrá salvarlos de sus aflicciones.

8  "Recuerden esto, rebeldes;
piénsenlo bien, ¡fíjenlo en su *mente!
9  Recuerden las cosas pasadas, aquellas de antaño;
yo soy Dios, y no hay ningún otro,
yo soy Dios, y no hay nadie igual a mí.
10  Yo anuncio el fin desde el principio;
desde los tiempos antiguos, lo que está por venir.
Yo digo: Mi propósito se cumplirá,
y haré todo lo que deseo.
11  Del oriente llamo
al ave de rapiña;
de tierra distante,
al hombre que cumplirá mi propósito.
Lo que he dicho, haré que se cumpla;
lo que he planeado, lo realizaré.
12  Escúchenme ustedes, obstinados de *corazón,
que están lejos de la *justicia.
13  Mi justicia no está lejana;
mi *salvación ya no tarda.
¡Estoy por traerlas!
Concederé salvación a *Sión,
y mi esplendor a Israel.

                         NOTAS:

1. 46:1 son llevados por bestias de carga. Alt. no son más que bestias y ganados.

Isaías 47


La caída de Babilonia

1  "Desciende, siéntate en el polvo,
hija virginal de Babilonia;
siéntate en el suelo, hija de los *caldeos,
pues ya no hay trono.


Nunca más se te llamará
tierna y delicada.
2  Toma piedras de molino, y muele la harina;
quítate el velo.
Levántate las faldas, desnúdate las piernas,
y cruza los ríos.
3  Tu desnudez quedará al descubierto;
quedará expuesta tu vergüenza.
Voy a tomar venganza,
y a nadie perdonaré."

4  Nuestro Redentor es el *Santo de Israel;
su *nombre es el Señor *Todopoderoso.

5  "Siéntate en silencio, hija de los caldeos;
entra en las tinieblas.


Porque nunca más se te llamará
soberana de los reinos.
6  Yo estaba enojado con mi pueblo;
por eso profané mi heredad.
Los entregué en tu mano,
y no les tuviste compasión.


Pusiste sobre los ancianos
un yugo muy pesado.
7  Dijiste: ¡Por siempre seré la soberana!
Pero no consideraste esto,
ni reflexionaste sobre su final.

8  "Ahora escucha esto, voluptuosa;
tú, que moras confiada y te dices a ti misma:
Yo soy, y no hay otra fuera de mí.
Nunca enviudaré ni me quedaré sin hijos.
9  De repente, en un solo día,
ambas cosas te sorprenderán:
la pérdida de tus hijos y la viudez
te abrumarán por completo,
a pesar de tus muchas hechicerías
y de tus poderosos encantamientos.
10  Tú has confiado en tu maldad,
y has dicho: Nadie me ve.


Tu sabiduría y tu conocimiento te engañan
cuando a ti misma te dices:
Yo soy, y no hay otra fuera de mí.
11  Pero vendrá sobre ti una desgracia
que no sabrás conjurar;
caerá sobre ti una calamidad
que no podrás evitar.
¡Una catástrofe que ni te imaginas
vendrá de repente sobre ti!

12  "Persiste, entonces, con tus encantamientos
y con tus muchas hechicerías,
en las que te has ejercitado desde la niñez.
Tal vez tengas éxito,
tal vez puedas provocar terror.
13  ¡Los muchos consejos te han fatigado!
Que se presenten tus astrólogos,
los que observan las estrellas,
los que hacen predicciones mes a mes,
¡que te salven de lo que viene sobre ti!
14  ¡Míralos! Son como la paja,
y el fuego los consumirá.


Ni a sí mismos pueden salvarse
del poder de las llamas.
Aquí no hay brasas para calentarse,
ni fuego para sentarse ante él.
15  Eso son para ti los hechiceros
con quienes te has ejercitado,
y con los que has negociado desde tu juventud.
Cada uno sigue en su error;
no habrá quien pueda salvarte.

Isaías 48


El Israel obstinado

1  "Escuchen esto ustedes,
los de la familia de Jacob,
descendientes de Judá,
que llevan el *nombre de Israel;
que juran en el nombre del Señor,
e invocan al Dios de Israel,
pero no con sinceridad ni justicia.
2  Ustedes que se llaman ciudadanos de la ciudad *santa
y confían en el Dios de Israel,
cuyo nombre es el Señor *Todopoderoso:
3  Desde hace mucho tiempo
anuncié las cosas pasadas.
Yo las profeticé;
yo mismo las di a conocer.
Actué de repente,
y se hicieron realidad.
4  Porque yo sabía que eres muy obstinado;
que tu cuello es un tendón de hierro,
y que tu frente es de bronce.
5  Por eso te declaré esas cosas desde hace tiempo;
te las di a conocer antes que sucedieran,
para que no dijeras:
¡Fue mi ídolo quien las hizo!
¡Mi imagen tallada o fundida las dispuso!
6  De todo esto has tenido noticia,
¿y no vas a proclamarlo?

"Desde ahora te haré conocer cosas nuevas;
cosas que te son ocultas y desconocidas.
7  Son cosas creadas ahora, y no hace tiempo;
hasta hoy no habías oído hablar de ellas,
para que no dijeras:
¡Sí, ya las sabía!
8  Nunca habías oído ni entendido;
nunca antes se te había abierto el oído.
Yo sé bien que eres muy traicionero,
y que desde tu nacimiento te llaman rebelde.
9  Por amor a mi nombre contengo mi ira;
por causa de mi alabanza me refreno,
para no aniquilarte.
10  ¡Mira! Te he refinado pero no como a la plata;
te he probado en el horno de la aflicción.
11  Y lo he hecho por mí, por mí mismo.
¿Cómo puedo permitir que se me profane?
¡No cederé mi gloria a ningún otro!


Liberación de Israel

12  "Escúchame, Jacob,
Israel, a quien he llamado:
Yo soy Dios;
yo soy el primero, y yo soy el último.
13  Con la mano izquierda afirmé la tierra,
y con la derecha desplegué los cielos.
Yo pronuncié su *nombre,
y todos ellos aparecieron.

14  "Reúnanse, todos ustedes, y escuchen:
¿Quién de ellos ha profetizado estas cosas?


El amado del Señor
ejecutará su propósito contra Babilonia;
su brazo estará contra los *caldeos.
15  Sólo yo he hablado;
sólo yo lo he llamado.
Lo haré venir,
y triunfará en su misión.

16  "Acérquense a mí, escuchen esto:

"Desde el principio, jamás hablé en secreto;
cuando las cosas suceden, allí estoy yo."



Y ahora el Señor omnipotente
me ha enviado con su Espíritu.

17  Así dice el Señor,
tu Redentor, el *Santo de Israel:
"Yo soy el Señor tu Dios,
que te enseña lo que te conviene,
que te guía por el *camino en que debes andar.
18  Si hubieras prestado atención a mis mandamientos,
tu *paz habría sido como un río;
tu justicia, como las olas del mar.
19  Como la arena serían tus descendientes;
como los granos de arena, tus hijos;
su nombre nunca habría sido eliminado
ni borrado de mi presencia."

20  ¡Salgan de Babilonia!
¡Huyan de los caldeos!


Anuncien esto con gritos de alegría
y háganlo saber.
Publíquenlo hasta en los confines de la tierra;
digan: "El Señor ha redimido a su siervo Jacob."
21  Cuando los guió a través de los desiertos,
no tuvieron sed;
hizo que de la *roca brotara agua para ellos;
partió la roca, y manaron las aguas.

22  "No hay paz para el malvado",
dice el Señor.

Isaías 49


El Siervo del Señor

1  Escúchenme, costas lejanas,
oigan esto, naciones distantes:
El Señor me llamó antes de que yo naciera,
en el vientre de mi madre pronunció mi *nombre.
2  Hizo de mi boca una espada afilada,
y me escondió en la sombra de su mano;
me convirtió en una flecha pulida,
y me escondió en su aljaba.
3  Me dijo: "Israel, tú eres mi siervo;
en ti seré glorificado."
4  Y respondí: "En vano he trabajado;
he gastado mis fuerzas sin provecho alguno.
Pero mi justicia está en manos del Señor;
mi recompensa está con mi Dios."

5  Y ahora dice el Señor,
que desde el seno materno me formó
para que fuera yo su siervo,
para hacer que Jacob se vuelva a él,
que Israel se reúna a su alrededor;
porque a los ojos del Señor soy digno de honra,
y mi Dios ha sido mi fortaleza:
6  "No es gran cosa que seas mi siervo,
ni que restaures a las tribus de Jacob,
ni que hagas volver a los de Israel,
a quienes he preservado.
Yo te pongo ahora como luz para las naciones,
a fin de que lleves mi *salvación
hasta los confines de la tierra."

7  Así dice el Señor,
el Redentor y *Santo de Israel,
al despreciado y aborrecido por las naciones,
al siervo de los gobernantes:
"Los reyes te verán y se pondrán de pie,
los príncipes te verán y se inclinarán,
por causa del Señor, el Santo de Israel,
que es fiel y te ha escogido."



Restauración de Israel

8  Así dice el Señor:

"En el momento propicio te respondí,
y en el día de *salvación te ayudé.
Ahora te guardaré, y haré de ti
un *pacto para el pueblo,
para que restaures el país
y repartas las propiedades asoladas;
9  para que digas a los cautivos:
¡Salgan!,
y a los que viven en tinieblas:
¡Están en libertad!

"Junto a los caminos pastarán
y en todo cerro árido hallarán pastos.
10  No tendrán hambre ni sed,
no los abatirá el sol ni el calor,
porque los guiará quien les tiene compasión,
y los conducirá junto a manantiales de agua.
11  Convertiré en caminos todas mis montañas,
y construiré mis calzadas.
12  ¡Miren! Ellos vendrán de muy lejos;
unos desde el norte, otros desde el oeste,
y aun otros desde la región de Asuán."[1]

13  Ustedes los cielos, ¡griten de alegría!
Tierra, ¡regocíjate!
Montañas, ¡prorrumpan en canciones!


Porque el Señor consuela a su pueblo
y tiene compasión de sus pobres.

14  Pero *Sión dijo: "El Señor me ha abandonado;
el Señor se ha olvidado de mí."

15  "¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho,
y dejar de amar al hijo que ha dado a luz?
Aun cuando ella lo olvidara,
¡yo no te olvidaré!
16  Grabada te llevo en las palmas de mis manos;
tus muros siempre los tengo presentes.
17  Tus constructores[2] se apresuran;
de ti se apartan tus destructores
y los que te asolaron.
18  Alza tus ojos, y mira a tu alrededor;
todos se reúnen y vienen hacia ti.
Tan cierto como que yo vivo,
afirma el Señor,
a todos ellos los usarás como adorno,
los lucirás en tu vestido de novia.

19  "Aunque te arrasaron y te dejaron en ruinas,
y tu tierra quedó asolada,
ahora serás demasiado pequeña para tus habitantes,
y lejos quedarán los que te devoraban.
20  Los hijos que dabas por perdidos
todavía te dirán al oído:
Este lugar es demasiado pequeño para mí;
hazme lugar para poder vivir.
21  Y te pondrás a pensar:
¿Quién me engendró estos hijos?
Yo no tenía hijos, era estéril,
desterrada y rechazada;
pero a éstos, ¿quién los ha criado?
Me había quedado sola,
pero éstos, ¿de dónde han salido? "

22  Así dice el Señor omnipotente:

"Hacia las naciones alzaré mi mano,
hacia los pueblos levantaré mi estandarte.
Ellos traerán a tus hijos en sus brazos,
y cargarán a tus hijas en sus hombros.
23  Los reyes te adoptarán como hijo,
y sus reinas serán tus nodrizas.
Se postrarán ante ti rostro en tierra,
y lamerán el polvo que tú pises.
Sabrás entonces que yo soy el Señor,
y que no quedarán avergonzados
los que en mí confían."

24  ¿Se le puede quitar el botín a los guerreros?
¿Puede el cautivo ser rescatado del tirano?[3]

25  Pero así dice el Señor:

"Sí, al guerrero se le arrebatará el cautivo,
y del tirano se rescatará el botín;
contenderé con los que contiendan contigo,
y yo mismo salvaré a tus hijos.
26  Haré que tus opresores se coman su propia carne
y se embriaguen con su propia sangre,
como si fuera vino.


Toda la *humanidad sabrá entonces
que yo, el Señor, soy tu Salvador;
que yo, el Poderoso de Jacob, soy tu Redentor."


                         NOTAS:

1. 49:12 Asuán (Qumrán); Sinín (TM).
2. 49:17 constructores. Alt. hijos.
3. 49:24 tirano (Qumrán, Vulgata y Siríaca; véanse también LXX y v. 25); justo (TM).

Isaías 50


El pecado de Israel y la obediencia del Siervo

1  Así dice el Señor:

"A la madre de ustedes, yo la repudié;
¿dónde está el acta de divorcio?
¿A cuál de mis acreedores los he vendido?
Por causa de sus iniquidades,
fueron ustedes vendidos;
por las transgresiones de ustedes
fue despedida su madre.
2  ¿Por qué no había nadie cuando vine?
¿Por qué nadie respondió cuando llamé?
¿Tan corta es mi mano que no puede rescatar?
¿Me falta acaso fuerza para liberarlos?
Yo seco el mar con una simple reprensión,
y convierto los ríos en desierto;
por falta de agua sus peces se pudren
y se mueren de sed.
3  A los cielos los revisto de tinieblas
y los cubro de ceniza."

4  El Señor omnipotente me ha concedido
tener una lengua instruida,
para sostener con mi palabra al fatigado.
Todas las mañanas me despierta,
y también me despierta el oído,
para que escuche como los discípulos.
5  El Señor omnipotente me ha abierto los oídos,
y no he sido rebelde ni me he vuelto atrás.
6  Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban,
mis mejillas a los que me arrancaban la barba;
ante las burlas y los escupitajos
no escondí mi rostro.
7  Por cuanto el Señor omnipotente me ayuda,
no seré humillado.
Por eso endurecí mi rostro como el pedernal,
y sé que no seré avergonzado.
8  Cercano está el que me justifica;
¿quién entonces contenderá conmigo?
¡Comparezcamos juntos!
¿Quién es mi acusador?
¡Que se me enfrente!
9  ¡El Señor omnipotente es quien me ayuda!
¿Quién me condenará?
Todos ellos se gastarán;
como a la ropa, la polilla se los comerá.

10  ¿Quién entre ustedes teme al Señor
y obedece la voz de su siervo?
Aunque camine en la oscuridad,
y sin un rayo de luz,
que confíe en el *nombre del Señor
y dependa de su Dios.
11  Pero ustedes que encienden fuegos
y preparan antorchas encendidas,
caminen a la luz de su propio fuego
y de las antorchas que han encendido.
Esto es lo que ustedes recibirán de mi mano:
en medio de tormentos quedarán tendidos.

Isaías 51


Salvación eterna para Sión

1  "Ustedes, los que van tras la *justicia
y buscan al Señor, ¡escúchenme!
Miren la roca de la que fueron tallados,
la cantera de la que fueron extraídos.
2  Miren a Abraham, su padre,
y a Sara, que los dio a luz.
Cuando yo lo llamé, él era solo uno,
pero lo bendije y lo multipliqué.
3  Sin duda, el Señor consolará a *Sión;
consolará todas sus ruinas.
Convertirá en un Edén su desierto;
en huerto del Señor sus tierras secas.
En ella encontrarán alegría y regocijo,
acción de gracias y música de salmos.

4  "Préstame atención, pueblo mío;
óyeme, nación mía:
porque de mí saldrá la enseñanza,
y mi justicia será luz para las naciones.
5  Ya se acerca mi justicia,
mi *salvación está en camino;
¡mi brazo juzgará a las naciones!
Las costas lejanas confían en mí,
y ponen su esperanza en mi brazo.
6  Levanten los ojos al cielo;
miren la tierra aquí abajo:
como humo se esfumarán los cielos,
como ropa se gastará la tierra,
y como moscas morirán sus habitantes.
Pero mi salvación permanecerá para siempre,
mi justicia nunca fallará.

7  "Escúchenme, ustedes que conocen lo que es recto;
pueblo que lleva mi *ley en su *corazón:
No teman el reproche de los *hombres,
ni se desalienten por sus insultos,
8  porque la polilla se los comerá como ropa
y el gusano los devorará como lana.
Pero mi justicia permanecerá para siempre;
mi salvación, por todas las generaciones."

9  ¡Despierta, brazo del Señor!
¡Despierta y vístete de fuerza!
Despierta, como en los días pasados,
como en las generaciones de antaño.
¿No fuiste tú el que despedazó a *Rahab,
el que traspasó a ese monstruo marino?
10  ¿No fuiste tú el que secó el mar,
esas aguas del gran abismo?
¿El que en las profundidades del mar hizo un camino
para que por él pasaran los redimidos?
11  Volverán los rescatados del Señor,
y entrarán en Sión con cánticos de júbilo;
su corona será el gozo eterno.
Se llenarán de regocijo y alegría,
y se apartarán de ellos el dolor y los gemidos.

12  "Soy yo mismo el que los consuela.
¿Quién eres tú, que temes a los hombres,
a simples *mortales, que no son más que hierba?
13  ¿Has olvidado al Señor, que te hizo;
al que extendió los cielos y afirmó la tierra?
¿Vivirás cada día en terror constante
por causa de la furia del opresor
que está dispuesto a destruir?
Pero ¿dónde está esa furia?
14  Pronto serán liberados los prisioneros;
no morirán en el calabozo,
ni les faltará el pan.
15  Porque yo soy el Señor tu Dios,
yo agito el mar, y rugen sus olas;
el Señor *Todopoderoso es mi *nombre.
16  He puesto mis palabras en tu boca
y te he cubierto con la sombra de mi mano;
he establecido los cielos y afirmado la tierra,
y he dicho a Sión: Tú eres mi pueblo. "


La copa de la ira de Dios

17  ¡Despierta, Jerusalén, despierta!
Levántate, tú, que de la mano del Señor
has bebido la copa de su furia;
tú, que has bebido hasta el fondo
la copa que entorpece a los *hombres.
18  De todos los hijos que diste a luz,
no hubo ninguno que te guiara;
de todos los hijos que criaste,
ninguno te tomó de la mano.
19  Estos dos males han venido sobre ti:
Ruina y destrucción, hambre y espada.
¿Quién se apiadará de ti?
¿Quién te consolará?[1]
20  Tus hijos han desfallecido;
como antílopes atrapados en la red,
han caído en las esquinas de las calles.
Sobre ellos recae toda la furia del Señor,
todo el reproche de su Dios.

21  Por eso escucha esto, tú que estás afligida;
que estás ebria, pero no de vino.
22  Así dice tu Señor y Dios,
tu Dios, que aboga por su pueblo:
"Te he quitado de la mano
la copa que te hacía tambalear.
De esa copa, que es el cáliz de mi furia,
jamás volverás a beber.
23  La pondré en manos de los que te atormentan,
de los que te dijeron:
¡Tiéndete en el suelo,
para que pasemos sobre ti!
¡Y te echaste boca abajo, sobre el suelo,
para que te pisoteara todo mundo!"

                         NOTAS:

1. 51:19 ¿Quién te consolará? (Qumrán, LXX, Vulgata y Siríaca); ¿Cómo te consolaré? (TM).

Isaías 52

1  ¡Despierta, *Sión, despierta!
¡Revístete de poder!
Jerusalén, ciudad *santa,
ponte tus vestidos de gala,
que los incircuncisos e *impuros
no volverán a entrar en ti.
2  ¡Sacúdete el polvo, Jerusalén!
¡Levántate, vuelve al trono!
¡Libérate de las cadenas de tu cuello,
cautiva hija de Sión!

3  Porque así dice el Señor:

"Ustedes fueron vendidos por nada,
y sin dinero serán redimidos."

4  Porque así dice el Señor omnipotente:

"En tiempos pasados,
mi pueblo descendió a Egipto y vivió allí;
en estos últimos tiempos,
Asiria los ha oprimido sin razón.

5  "Y ahora afirma el Señor,
¿qué estoy haciendo aquí?
Sin motivo se han llevado a mi pueblo;
sus gobernantes se mofan de él.[1]


No hay un solo momento
en que mi *nombre no lo blasfemen.
6  Por eso mi pueblo conocerá mi nombre,
y en aquel día sabrán
que yo soy quien dice: ¡Aquí estoy! "

7  ¡Qué hermosos son, sobre los montes,
los pies del que trae buenas nuevas;
del que proclama la *paz,
del que anuncia buenas noticias,
del que proclama la *salvación,
del que dice a Sión: "Tu Dios reina"!
8  ¡Escucha! Tus centinelas alzan la voz,
y juntos gritan de alegría,
porque ven con sus propios ojos
que el Señor vuelve a Sión.
9  Ruinas de Jerusalén,
¡prorrumpan juntas en canciones de alegría!
Porque el Señor ha consolado a su pueblo,
¡ha redimido a Jerusalén!
10  El Señor desnudará su santo brazo
a la vista de todas las naciones,
y todos los confines de la tierra
verán la salvación de nuestro Dios.

11  Ustedes, que transportan los utensilios del Señor,
¡pónganse en marcha, salgan de allí!
¡Salgan de en medio de ella, purifíquense!
¡No toquen nada impuro!
12  Pero no tendrán que apresurarse ni salir huyendo,
porque el Señor marchará a la cabeza;
¡el Dios de Israel les cubrirá la espalda!


El sufrimiento y la gloria del Siervo
13  Miren, mi siervo triunfará;
será exaltado, levantado y muy enaltecido.
14  Muchos se asombraron de él,[2]
pues tenía desfigurado el semblante;
¡nada de *humano tenía su aspecto!
15  Del mismo modo, muchas naciones se asombrarán,[3]
y en su presencia enmudecerán los reyes,
porque verán lo que no se les había anunciado,
y entenderán lo que no habían oído.

                         NOTAS:

1. 52:5 se mofan de él (Qumrán, Aquila, Targum y Vulgata); lanzan alaridos (TM).
2. 52:14 de él (dos mss. hebreos, Siríaca y Targum); de ti (TM).
3. 52:15 muchas naciones se asombrarán (LXX); rociará a muchas naciones (TM).

Isaías 53

1  ¿Quién ha creído a nuestro mensaje
y a quién se le ha revelado el poder del Señor?
2  Creció en su presencia como vástago tierno,
como raíz de tierra seca.
No había en él belleza ni majestad alguna;
su aspecto no era atractivo
y nada en su apariencia lo hacía deseable.
3  Despreciado y rechazado por los *hombres,
varón de dolores, hecho para el sufrimiento.
Todos evitaban mirarlo;
fue despreciado, y no lo estimamos.

4  Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades
y soportó nuestros dolores,
pero nosotros lo consideramos herido,
golpeado por Dios, y humillado.
5  Él fue traspasado por nuestras rebeliones,
y molido por nuestras iniquidades;
sobre él recayó el castigo, precio de nuestra *paz,
y gracias a sus heridas fuimos sanados.
6  Todos andábamos perdidos, como ovejas;
cada uno seguía su propio *camino,
pero el Señor hizo recaer sobre él
la iniquidad de todos nosotros.
7  Maltratado y humillado,
ni siquiera abrió su boca;
como cordero, fue llevado al matadero;
como oveja, enmudeció ante su trasquilador;
y ni siquiera abrió su boca.
8  Después de aprehenderlo y juzgarlo, le dieron muerte;
nadie se preocupó de su descendencia.
Fue arrancado de la tierra de los vivientes,
y golpeado por la transgresión de mi pueblo.
9  Se le asignó un sepulcro con los malvados,
y murió entre los malhechores,[1]
aunque nunca cometió violencia alguna,
ni hubo engaño en su boca.

10  Pero el Señor quiso quebrantarlo y hacerlo sufrir,
y como él ofreció[2] su *vida en *expiación,
verá su descendencia y prolongará sus días,
y llevará a cabo la voluntad del Señor.
11  Después de su sufrimiento,
verá la luz[3] y quedará satisfecho;
por su *conocimiento
mi siervo justo justificará a muchos,
y cargará con las iniquidades de ellos.
12  Por lo tanto, le daré un puesto entre los grandes,
y repartirá el botín con los fuertes,
porque derramó su vida hasta la muerte,
y fue contado entre los transgresores.
Cargó con el pecado de muchos,
e intercedió por los pecadores.

                         NOTAS:

1. 53:9 malhechores (lectura probable); un rico (TM).
2. 53:10 él ofreció (lectura probable); tú ofreciste (TM).
3. 53:11 la luz (Qumrán y LXX); TM no incluye esta palabra.

Isaías 54


La futura gloria de Sión

1  "Tú, mujer estéril que nunca has dado a luz,
¡grita de alegría!
Tú, que nunca tuviste dolores de parto,
¡prorrumpe en canciones y grita con júbilo!


Porque más hijos que la casada
tendrá la desamparada
dice el Señor.
2  Ensancha el espacio de tu carpa,
y despliega las cortinas de tu morada.
¡No te limites!
Alarga tus cuerdas y refuerza tus estacas.
3  Porque a derecha y a izquierda te extenderás;
tu descendencia desalojará naciones,
y poblará ciudades desoladas.

4  "No temas,
porque no serás avergonzada.
No te turbes,
porque no serás humillada.
Olvidarás la vergüenza de tu juventud,
y no recordarás más el oprobio de tu viudez.
5  Porque el que te hizo es tu esposo;
su *nombre es el Señor *Todopoderoso.
Tu Redentor es el *Santo de Israel;
¡Dios de toda la tierra es su nombre!
6  El Señor te llamará
como a esposa abandonada;
como a mujer angustiada de espíritu,
como a esposa que se casó joven
tan sólo para ser rechazada
dice tu Dios.
7  Te abandoné por un instante,
pero con profunda compasión
volveré a unirme contigo.
8  Por un momento, en un arrebato de enojo,
escondí mi rostro de ti;
pero con amor eterno
te tendré compasión
dice el Señor, tu Redentor.

9  "Para mí es como en los días de Noé,
cuando juré que las aguas del diluvio[1]
no volverían a cubrir la tierra.
Así he jurado no enojarme más contigo,
ni volver a reprenderte.
10  Aunque cambien de lugar las montañas
y se tambaleen las colinas,
no cambiará mi fiel amor por ti
ni vacilará mi *pacto de *paz,
dice el Señor, que de ti se compadece.

11  "¡Mira tú, ciudad afligida,
atormentada y sin consuelo!
¡Te afirmaré con turquesas,[2]
y te cimentaré con zafiros![3]
12  Con rubíes construiré tus almenas,
con joyas brillantes tus *puertas,
y con piedras preciosas todos tus muros.
13  El Señor mismo instruirá a todos tus hijos,
y grande será su *bienestar.
14  Serás establecida en justicia;
lejos de ti estará la opresión,
y nada tendrás que temer;
el terror se apartará de ti,
y no se te acercará.
15  Si alguien te ataca,
no será de mi parte;
cualquiera que te ataque
caerá ante ti.

16  "Mira, yo he creado al herrero
que aviva las brasas del fuego
y forja armas para sus propios fines.


Yo también he creado al destructor
para que haga estragos.
17  No prevalecerá ninguna arma que se forje contra ti;
toda lengua que te acuse será refutada.
Ésta es la herencia de los siervos del Señor,
la *justicia que de mí procede
afirma el Señor.

                         NOTAS:

1. 54:9 del diluvio. Lit. de Noé.
2. 54:11 turquesas. Alt. jaspe, o antimonio, o argamasa.
3. 54:11 zafiros. Alt. azul ultramarino.

Isaías 55


Invitación a los sedientos

1  "¡Vengan a las aguas
todos los que tengan sed!
¡Vengan a comprar y a comer
los que no tengan dinero!
Vengan, compren vino y leche
sin pago alguno.
2  ¿Por qué gastan dinero en lo que no es pan,
y su salario en lo que no satisface?
Escúchenme bien, y comerán lo que es bueno,
y se deleitarán con manjares deliciosos.
3  Presten atención y vengan a mí,
escúchenme y vivirán.
Haré con ustedes un *pacto eterno,
conforme a mi constante amor por David.
4  Lo he puesto como testigo para los pueblos,
como su jefe supremo.
5  Sin duda convocarás a naciones
que no conocías,
y naciones que no te conocían
correrán hacia ti,
gracias al Señor tu Dios,
el *Santo de Israel,
que te ha colmado de honor."

6  Busquen al Señor mientras se deje encontrar,
llámenlo mientras esté cercano.
7  Que abandone el malvado su *camino,
y el perverso sus pensamientos.
Que se vuelva al Señor, a nuestro Dios,
que es generoso para perdonar,
y de él recibirá misericordia.
8  "Porque mis pensamientos no son los de ustedes,
ni sus caminos son los míos
afirma el Señor.
9  Mis caminos y mis pensamientos
son más altos que los de ustedes;
¡más altos que los cielos sobre la tierra!
10  Así como la lluvia y la nieve
descienden del cielo,
y no vuelven allá sin regar antes la tierra
y hacerla fecundar y germinar
para que dé semilla al que siembra
y pan al que come,
11  así es también la palabra que sale de mi boca:
No volverá a mí vacía,
sino que hará lo que yo deseo
y cumplirá con mis propósitos.
12  Ustedes saldrán con alegría
y serán guiados en *paz.
A su paso, las montañas y las colinas
prorrumpirán en gritos de júbilo
y aplaudirán todos los árboles del bosque.
13  En vez de zarzas, crecerán cipreses;
mirtos, en lugar de ortigas.
Esto le dará renombre al Señor;
será una señal que durará para siempre."

Isaías 56


Salvación para los demás

1  Así dice el Señor:

"Observen el derecho
y practiquen la justicia,
porque mi *salvación está por llegar;
mi justicia va a manifestarse.
2  *Dichoso el que así actúa,
y se mantiene firme en sus convicciones;
el que observa el *sábado sin profanarlo,
y se cuida de hacer lo malo."

3  El extranjero que por su propia voluntad
se ha unido al Señor, no debe decir:
"El Señor me excluirá de su pueblo."
Tampoco debe decir el *eunuco:
"No soy más que un árbol seco."

4  Porque así dice el Señor:

"A los *eunucos que observen mis sábados,
que elijan lo que me agrada,
y sean fieles a mi *pacto,
5  les concederé ver grabado su *nombre
dentro de mi templo y de mi ciudad;
¡eso les será mejor que tener hijos e hijas!


También les daré un nombre eterno
que jamás será borrado.
6  Y a los extranjeros que se han unido al Señor
para servirle,
para amar el nombre del Señor,
y adorarlo,
a todos los que observan el sábado sin profanarlo
y se mantienen firmes en mi pacto,
7  los llevaré a mi monte *santo;
¡los llenaré de alegría en mi casa de oración!


Aceptaré los *holocaustos y sacrificios
que ofrezcan sobre mi altar,
porque mi casa será llamada
casa de oración para todos los pueblos."

8  Así dice el Señor omnipotente,
el que reúne a los desterrados de Israel:
"Reuniré a mi pueblo con otros pueblos,
además de los que ya he reunido."


La acusación de Dios contra los malvados

9  Animales del campo y fieras del bosque,
¡vengan todos y devoren!
10  Ciegos están todos los guardianes de Israel;
ninguno de ellos sabe nada.
Todos ellos son perros mudos,
que no pueden ladrar.
Se acuestan y desvarían;
les encanta dormitar.
11  Son perros de voraz apetito;
nunca parecen saciarse.
Son *pastores sin discernimiento;
cada uno anda por su propio *camino.
Todos, sin excepción,
procuran su propia ganancia.
12  "¡Vengan, busquemos vino!
¡emborrachémonos con licor!
gritan a una voz.
¡Y mañana haremos lo mismo que hoy,
pero mucho mejor!"

Isaías 57

1  El justo perece, y a nadie le importa;
mueren tus siervos fieles, y nadie comprende
que mueren los justos a causa del mal.
2  Los que van por el *camino recto mueren en *paz;
hallan reposo en su lecho de muerte.

3  "Ustedes, hijos de hechicera,
descendientes de adúltero con prostituta,
¡acérquense!
4  ¿De quién quieren burlarse?
¿A quién le hacen muecas despectivas
y le sacan la lengua?
¿Acaso no son ustedes una camada de rebeldes,
y una descendencia de mentirosos?
5  Entre los robles, y debajo de todo árbol frondoso,
dan rienda suelta a su lujuria;
junto a los arroyos, y en las grietas de las rocas,
sacrifican a niños pequeños.
6  Las piedras lisas de los arroyos,
serán tu herencia;
sí, ellas serán tu destino.


Ante ellas has derramado libaciones
y has presentado ofrendas de grano.
Ante estas cosas, ¿me quedaré callado?
7  Sobre un monte alto y encumbrado,
pusiste tu lecho,
y hasta allí subiste
para ofrecer sacrificios.
8  Detrás de tu puerta y de sus postes
has puesto tus símbolos paganos.
Te alejaste de mí, te desnudaste,
subiste al lecho que habías preparado;
entraste en arreglos con la gente
con quienes deseabas acostarte,
y contemplaste su desnudez.
9  Acudiste a Moloc y le llevaste aceite de oliva,
y multiplicaste tus perfumes.
Enviaste muy lejos a tus embajadores;
¡hasta el *sepulcro mismo los hiciste bajar!
10  De tanto andar te cansaste,
pero no dijiste: Hasta aquí llego.
Lograste renovar tus fuerzas;
por eso no desmayaste.

11  "¿Quién te asustó, quién te metió miedo,
que me has engañado?
No te acordaste de mí,
ni me tomaste en cuenta.
¿Será que no me temes
porque guardé silencio tanto tiempo?
12  Yo denunciaré tu justicia y tus obras,
y de nada te servirán.
13  Cuando grites pidiendo ayuda,
¡que te salve tu colección de ídolos!
A todos ellos se los llevará el viento;
con un simple soplo desaparecerán.


Pero el que se refugia en mí
recibirá la tierra por herencia
y tomará posesión de mi monte *santo."



Consuelo para los contritos

14  Y se dirá:

"¡Construyan, construyan, preparen el camino!
¡Quiten los obstáculos del camino de mi pueblo!"
15  Porque lo dice el excelso y sublime,
el que vive para siempre, cuyo *nombre es *santo:
"Yo habito en un lugar santo y sublime,
pero también con el contrito y humilde de espíritu,
para reanimar el espíritu de los humildes
y alentar el *corazón de los quebrantados.
16  Mi litigio no será eterno,
ni estaré siempre enojado,
porque ante mí desfallecerían
todos los seres vivientes que he creado.
17  La codicia de mi pueblo es irritable,
por perversa,
en mi enojo, lo he castigado;
le he dado la espalda,
pero él prefirió seguir
sus obstinados *caminos.
18  He visto sus caminos, pero lo sanaré;
lo guiaré y lo colmaré de consuelo.


Y a los que lloran por él

19  les haré proclamar esta alabanza:
¡*Paz a los que están lejos,
y paz a los que están cerca!
Yo los sanaré dice el Señor,
20  pero los malvados son como el mar agitado,
que no puede calmarse,
cuyas olas arrojan fango y lodo.
21  No hay paz para los malvados dice mi Dios.

Isaías 58


El verdadero ayuno

1  "¡Grita con toda tu fuerza, no te reprimas!
Alza tu voz como trompeta.
Denúnciale a mi pueblo sus rebeldías;
sus pecados, a los descendientes de Jacob.
2  Porque día tras día me buscan,
y desean conocer mis *caminos,
como si fueran una nación
que practicara la justicia,
como si no hubieran abandonado
mis mandamientos.
Me piden decisiones justas,
y desean acercarse a mí,
3  y hasta me reclaman:
¿Para qué ayunamos, si no lo tomas en cuenta?
¿Para qué nos afligimos, si tú no lo notas?

"Pero el día en que ustedes ayunan,
hacen negocios y explotan a sus obreros.
4  Ustedes sólo ayunan para pelear y reñir,
y darse puñetazos a mansalva.
Si quieren que el cielo atienda sus ruegos,
¡ayunen, pero no como ahora lo hacen!
5  ¿Acaso el ayuno que he escogido
es sólo un día para que el *hombre se mortifique?
¿Y sólo para que incline la cabeza como un junco,
haga duelo y se cubra de ceniza?
¿A eso llaman ustedes día de ayuno
y el día aceptable al Señor?

6  "El ayuno que he escogido,
¿no es más bien romper las cadenas de injusticia
y desatar las correas del yugo,
poner en libertad a los oprimidos
y romper toda atadura?
7  ¿No es acaso el ayuno compartir tu pan con el hambriento
y dar refugio a los pobres sin techo,
vestir al desnudo
y no dejar de lado a tus semejantes?
8  Si así procedes,
tu luz despuntará como la aurora,
y al instante llegará tu sanidad;
tu justicia te abrirá el camino,
y la gloria del Señor te seguirá.
9  Llamarás, y el Señor responderá;
pedirás ayuda, y él dirá: ¡Aquí estoy!

"Si desechas el yugo de opresión,
el dedo acusador y la lengua maliciosa,
10  si te dedicas a ayudar a los hambrientos
y a saciar la necesidad del desvalido,
entonces brillará tu luz en las tinieblas,
y como el mediodía será tu noche.
11  El Señor te guiará siempre;
te saciará en tierras resecas,
y fortalecerá tus huesos.
Serás como jardín bien regado,
como manantial cuyas aguas no se agotan.
12  Tu pueblo reconstruirá las ruinas antiguas
y levantará los cimientos de antaño;
serás llamado reparador de muros derruidos,
restaurador de calles transitables.

13  "Si dejas de profanar el *sábado,
y no haces negocios en mi día *santo;
si llamas al sábado delicia,
y al día santo del Señor, honorable;
si te abstienes de profanarlo,
y lo honras no haciendo negocios
ni profiriendo palabras inútiles,
14  entonces hallarás tu gozo en el Señor;
sobre las cumbres de la tierra te haré cabalgar,
y haré que te deleites
en la herencia de tu padre Jacob."
El Señor mismo lo ha dicho.

Isaías 59


Pecado, confesión y redención

1  La mano del Señor
no es corta para salvar,
ni es sordo su oído para oír.
2  Son las iniquidades de ustedes
las que los separan de su Dios.


Son estos pecados los que lo llevan
a ocultar su rostro para no escuchar.
3  Ustedes tienen las manos manchadas de sangre
y los dedos manchados de iniquidad.
Sus labios dicen mentiras;
su lengua murmura maldades.
4  Nadie clama por la justicia,
nadie va a juicio con integridad.
Se confía en argumentos sin sentido,
y se mienten unos a otros.


Conciben malicia
y dan a luz perversidad.
5  Incuban huevos de víboras
y tejen telarañas.
El que coma de estos huevos morirá;
si uno de ellos se rompe, saldrá una culebra.
6  Sus tejidos no sirven para vestido;
no podrán cubrirse con lo que fabrican.
Sus obras son obras de iniquidad,
y sus manos generan violencia.
7  Sus pies corren hacia el mal;
se apresuran a derramar sangre inocente.
Sus pensamientos son perversos;
dejan ruina y destrucción en sus caminos.
8  No conocen la senda de la *paz;
no hay justicia alguna en su *camino.
Abren senderos tortuosos,
y el que anda por ellos no conoce la paz.

9  Por eso el derecho está lejos de nosotros,
y la justicia queda fuera de nuestro alcance.
Esperábamos luz, pero todo es tinieblas;
claridad, pero andamos en densa oscuridad.
10  Vamos palpando la pared como los ciegos,
andamos a tientas como los que no tienen ojos.
En pleno mediodía tropezamos como si fuera de noche;
teniendo fuerzas, estamos como muertos.
11  Todos nosotros gruñimos como osos,
gemimos como palomas.
Esperábamos la *justicia, y no llegó;
¡la liberación sigue lejos de nosotros!

12  Tú sabes que son muchas nuestras rebeliones;
nuestros pecados nos acusan.
Nuestras rebeliones no nos dejan;
conocemos nuestras iniquidades.
13  Hemos sido rebeldes; hemos negado al Señor.
¡Le hemos vuelto la espalda a nuestro Dios!
Fomentamos la opresión y la traición;
proferimos las mentiras concebidas en nuestro *corazón.
14  Así se le vuelve la espalda al derecho,
y se mantiene alejada la justicia;
a la verdad se le hace tropezar en la plaza,
y no le damos lugar a la honradez.
15  No se ve la verdad por ninguna parte;
al que se aparta del mal lo despojan de todo.

El Señor lo ha visto, y le ha disgustado
ver que no hay justicia alguna.
16  Lo ha visto, y le ha asombrado
ver que no hay nadie que intervenga.
Por eso su propio brazo vendrá a salvarlos;
su propia justicia los sostendrá.
17  Se pondrá la justicia como coraza,
y se cubrirá la cabeza con el casco de la *salvación;
se vestirá con ropas de venganza,
y se envolverá en el manto de sus celos.
18  Les pagará según sus obras;
a las costas lejanas les dará su merecido:
furor para sus adversarios,
y retribución para sus enemigos.

19  Desde el occidente temerán el *nombre del Señor,
y desde el oriente respetarán su gloria.
Porque vendrá como un torrente caudaloso,
impulsado por el soplo del Señor.

20  "El Redentor vendrá a *Sión;
¡vendrá a todos los de Jacob
que se *arrepientan de su rebeldía!
afirma el Señor.

21  "En cuanto a mí dice el Señor,
éste es mi *pacto con ellos:
Mi Espíritu que está sobre ti,
y mis palabras que he puesto en tus labios,
no se apartarán más de ti,
ni de tus hijos ni de sus descendientes,
desde ahora y para siempre
dice el Señor.

Isaías 60


La gloria de Sión

1  "¡Levántate y resplandece, que tu luz ha llegado!
¡La gloria del Señor brilla sobre ti!
2  Mira, las tinieblas cubren la tierra,
y una densa oscuridad se cierne sobre los pueblos.
Pero la aurora del Señor brillará sobre ti;
¡sobre ti se manifestará su gloria!
3  Las naciones serán guiadas por tu luz,
y los reyes, por tu amanecer esplendoroso.

4  "Alza los ojos, mira a tu alrededor:
todos se reúnen y acuden a ti.
Tus hijos llegan desde lejos;
a tus hijas las traen en brazos.
5  Verás esto y te pondrás radiante de alegría;
vibrará tu *corazón y se henchirá de gozo;
porque te traerán los tesoros del mar,
y te llegarán las riquezas de las naciones.
6  Te llenarás con caravanas de camellos,
con dromedarios de Madián y de Efa.
Vendrán todos los de Sabá,
cargando oro e incienso
y proclamando las alabanzas del Señor.
7  En ti se reunirán todos los rebaños de Cedar,
te servirán los carneros de Nebayot;
subirán como ofrendas agradables sobre mi altar,
y yo embelleceré mi templo glorioso.

8  "¿Quiénes son los que pasan como nubes,
y como palomas rumbo a su palomar?
9  En mí esperarán las costas lejanas;
a la cabeza vendrán los barcos de Tarsis
trayendo de lejos a tus hijos,
y con ellos su oro y su plata,
para la honra del Señor tu Dios,
el *Santo de Israel,
porque él te ha llenado de gloria.

10  "Los extranjeros reconstruirán tus muros,
y sus reyes te servirán.
Aunque en mi furor te castigué,
por mi bondad tendré compasión de ti.
11  Tus *puertas estarán siempre abiertas,
ni de día ni de noche se cerrarán;
a ti serán traídas las riquezas de las naciones;
ante ti desfilarán sus derrotados reyes.
12  La nación o el reino que no te sirva, perecerá;
quedarán arruinados por completo.

13  "Te llegará la gloria del Líbano,
con el ciprés, el olmo y el abeto,
para embellecer el lugar de mi santuario.
Glorificaré el lugar donde reposan mis pies.
14  Ante ti vendrán a inclinarse
los hijos de tus opresores;
todos los que te desprecian
se postrarán a tus pies,
y te llamarán Ciudad del Señor,
Sión del Santo de Israel.

15  "Aunque fuiste abandonada y aborrecida,
y nadie transitaba por tus calles,
haré de ti el orgullo eterno
y la alegría de todas las generaciones.
16  Te alimentarás con la leche de las naciones,
con la riqueza de los reyes serás amamantada.
Sabrás entonces que yo, el Señor, soy tu Salvador;
que yo, el Poderoso de Jacob, soy tu Redentor.
17  En vez de bronce te traeré oro;
en lugar de hierro, plata.
En vez de madera te traeré bronce,
y en lugar de piedras, hierro.
Haré que la *paz te gobierne,
y que la justicia te rija.
18  Ya no se sabrá de violencia en tu tierra,
ni de ruina y destrucción en tus fronteras,
sino que llamarás a tus muros *Salvación,
y a tus puertas, Alabanza.
19  Ya no será el sol tu luz durante el día,
ni con su resplandor te alumbrará la luna,
porque el Señor será tu luz eterna;
tu Dios será tu gloria.
20  Tu sol no volverá a ponerse,
ni menguará tu luna;
será el Señor tu luz eterna,
y llegarán a su fin tus días de duelo.
21  Entonces todo tu pueblo será justo
y poseerá la tierra para siempre.
Serán el retoño plantado por mí mismo,
la obra maestra que me glorificará.
22  El más débil se multiplicará por miles,
y el menor llegará a ser una nación poderosa.
Yo soy el Señor;
cuando llegue el momento, actuaré sin demora."

Isaías 61


El año del favor del Señor

1  El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí,
por cuanto me ha ungido
para anunciar buenas nuevas a los pobres.
Me ha enviado a sanar los corazones heridos,
a proclamar liberación a los cautivos
y libertad a los prisioneros,
2  a pregonar el año del favor del Señor
y el día de la venganza de nuestro Dios,
a consolar a todos los que están de duelo,
3  y a confortar a los dolientes de *Sión.


Me ha enviado a darles una corona
en vez de cenizas,
aceite de alegría
en vez de luto,
traje de fiesta
en vez de espíritu de desaliento.
Serán llamados robles de justicia,
plantío del Señor, para mostrar su gloria.
4  Reconstruirán las ruinas antiguas,
y restaurarán los escombros de antaño;
repararán las ciudades en ruinas,
y los escombros de muchas generaciones.
5  Gente extraña pastoreará
los rebaños de ustedes,
y sus campos y viñedos serán labrados
por un pueblo extranjero.
6  Pero a ustedes los llamarán "sacerdotes del Señor";
les dirán "ministros de nuestro Dios".
Se alimentarán de las riquezas de las naciones,
y se jactarán de los tesoros de ellas.

7  En vez de su vergüenza,
mi pueblo recibirá doble porción;
en vez de deshonra,
se regocijará en su herencia;
y así en su tierra recibirá doble herencia,
y su alegría será eterna.

8  "Yo, el Señor, amo la justicia,
pero odio el robo y la iniquidad.


En mi fidelidad los recompensaré
y haré con ellos un *pacto eterno.
9  Sus descendientes serán conocidos entre las naciones,
y sus vástagos, entre los pueblos.
Quienes los vean, reconocerán
que ellos son descendencia bendecida del Señor."

10  Me deleito mucho en el Señor;
me regocijo en mi Dios.


Porque él me vistió con ropas de *salvación
y me cubrió con el manto de la justicia.
Soy semejante a un novio que luce su diadema,
o una novia adornada con sus joyas.
11  Porque así como la tierra hace que broten los retoños,
y el huerto hace que germinen las semillas,
así el Señor omnipotente hará que broten
la justicia y la alabanza ante todas las naciones.

Isaías 62


El nuevo nombre de Sión

1  Por amor a *Sión no guardaré silencio,
por amor a Jerusalén no desmayaré,
hasta que su justicia resplandezca como la aurora,
y como antorcha encendida su *salvación.
2  Las naciones verán tu justicia,
y todos los reyes tu gloria;
recibirás un *nombre nuevo,
que el Señor mismo te dará.
3  Serás en la mano del Señor como una corona esplendorosa,
¡como una diadema real en la palma de tu Dios!
4  Ya no te llamarán "Abandonada",
ni a tu tierra la llamarán "Desolada",
sino que serás llamada "Mi deleite";
tu tierra se llamará "Mi esposa";
porque el Señor se deleitará en ti,
y tu tierra tendrá esposo.
5  Como un joven que se casa con una doncella,
así el que te edifica se casará contigo;
como un novio que se regocija por su novia,
así tu Dios se regocijará por ti.

6  Jerusalén, sobre tus muros he puesto centinelas
que nunca callarán, ni de día ni de noche.
Ustedes, los que invocan al Señor,
no se den descanso;
7  ni tampoco lo dejen descansar,
hasta que establezca a Jerusalén
y la convierta en la alabanza de la tierra.

8  Por su mano *derecha, por su brazo poderoso,
ha jurado el Señor:
"Nunca más daré a tus enemigos
tu grano como alimento,
ni se beberá gente extranjera
el vino nuevo por el que trabajaste.
9  Alabando al Señor comerán el grano
quienes lo hayan cosechado;
en los atrios de mi santuario beberán el vino
quienes hayan trabajado en la vendimia."

10  ¡Pasen, pasen por las *puertas!
Preparen el camino para el pueblo.
¡Construyan la carretera!
¡Quítenle todas las piedras!
¡Desplieguen sobre los pueblos la bandera!

11  He aquí lo que el Señor ha proclamado
hasta los confines de la tierra:
"Digan a la hija de Sión:
¡Ahí viene tu Salvador!
Trae su premio consigo;
su recompensa lo acompaña. "
12  Serán llamados "Pueblo *santo",
"Redimidos del Señor";
y tú serás llamada "Ciudad anhelada",
"Ciudad nunca abandonada".

Isaías 63


El día de la venganza y la redención de Dios

1  ¿Quién es este que viene de Edom,
desde Bosra, vestido de púrpura?
¿Quién es este de espléndido ropaje,
que avanza[1] con fuerza arrolladora?

"Soy yo, el que habla con justicia,
el que tiene poder para salvar."

2  ¿Por qué están rojos tus vestidos,
como los del que pisa las uvas en el lagar?

3  "He pisado el lagar yo solo;
ninguno de los pueblos estuvo conmigo.
Los he pisoteado en mi enojo;
los he aplastado en mi ira.
Su sangre salpicó mis vestidos,
y me manché toda la ropa.
4  ¡Ya tengo planeado el día de la venganza!
¡El año de mi redención ha llegado!
5  Miré, pero no hubo quien me ayudara,
me asombró que nadie me diera apoyo.
Mi propio brazo me dio la victoria;
¡mi propia ira me sostuvo!
6  En mi enojo pisoteé a los pueblos,
y los embriagué con la copa de mi ira;
¡hice correr su sangre sobre la tierra!"


Alabanza y oración

7  Recordaré el gran amor del Señor,
y sus hechos dignos de alabanza,
por todo lo que hizo por nosotros,
por su compasión y gran amor.
¡Sí, por la multitud de cosas buenas
que ha hecho por los descendientes de Israel!
8  Declaró: "Verdaderamente son mi pueblo,
hijos que no me engañarán."


Así se convirtió en el Salvador

9  de todas sus angustias.
Él mismo los salvó;
no envió un emisario ni un ángel.[2]
En su amor y misericordia los rescató;
los levantó y los llevó en sus brazos
como en los tiempos de antaño.
10  Pero ellos se rebelaron
y afligieron a su *santo Espíritu.
Por eso se convirtió en su enemigo,
y luchó él mismo contra ellos.

11  Su pueblo recordó los tiempos pasados,
los tiempos de Moisés:
¿Dónde está el que los guió a través del mar,
como guía el *pastor a su rebaño?[3]
¿Dónde está el que puso
su santo Espíritu entre ellos,
12  el que hizo que su glorioso brazo
marchara a la *derecha de Moisés,
el que separó las aguas a su paso,
para ganarse renombre eterno?
13  ¿Dónde está el que los guió a través del mar,[4]
como a caballo en el desierto,
sin que ellos tropezaran?
14  El Espíritu del Señor les dio descanso,
como a ganado que pasta en la llanura.
Fue así como guiaste a tu pueblo,
para hacerte un *nombre glorioso.

15  Mira bien desde el cielo;
observa desde tu morada santa y gloriosa.
¿Dónde están tu celo y tu poder?
¡Se nos niega tu abundante compasión y ternura!
16  Pero tú eres nuestro Padre,
aunque Abraham no nos conozca
ni nos reconozca Israel;
tú, Señor, eres nuestro Padre;
¡tu nombre ha sido siempre "nuestro Redentor"!
17  ¿Por qué, Señor, nos desvías de tus *caminos,
y endureces nuestro *corazón
para que no te temamos?
Vuelve por amor a tus siervos,
por las tribus que son tu herencia.
18  Tu pueblo poseyó por un tiempo tu santuario,
pero ahora lo han pisoteado nuestros enemigos.
19  Estamos como si nunca nos hubieras gobernado,
como si nunca hubiéramos llevado tu nombre.

                         NOTAS:

1. 63:1 avanza (Vulgata); se inclina (TM).
2. 63:9 de todas ... un ángel. Frases de difícil traducción.
3. 63:11 ¿Dónde está ... su rebaño? Alt. ¿Dónde está el que sacó de las aguas al pastor de su rebaño?
4. 63:13 mar. Lit. abismo.

Isaías 64

1  ¡Ojalá rasgaras los cielos, y descendieras!
¡Las montañas temblarían ante ti,
2  como cuando el fuego enciende la leña
y hace que hierva el agua!
Así darías a conocer tu *nombre entre tus enemigos,
y ante ti temblarían las naciones.
3  Hiciste portentos inesperados cuando descendiste;
ante tu presencia temblaron las montañas.
4  Fuera de ti, desde tiempos antiguos
nadie ha escuchado ni percibido,
ni ojo alguno ha visto,
a un Dios que, como tú,
actúe en favor de quienes en él confían.
5  Sales al encuentro de los que, alegres,
practican la justicia y recuerdan tus *caminos.


Pero te enojas si persistimos
en desviarnos de ellos.[1]
¿Cómo podremos ser salvos?
6  Todos somos como gente *impura;
todos nuestros actos de justicia
son como trapos de inmundicia.
Todos nos marchitamos como hojas:
nuestras iniquidades nos arrastran como el viento.
7  Nadie invoca tu nombre,
ni se esfuerza por aferrarse a ti.


Pues nos has dado la espalda
y nos has entregado[2] en poder de nuestras iniquidades.

8  A pesar de todo, Señor, tú eres nuestro Padre;
nosotros somos el barro, y tú el alfarero.
Todos somos obra de tu mano.
9  No te enojes demasiado, Señor;
no te acuerdes siempre de nuestras iniquidades.
¡Considera, por favor,
que todos somos tu pueblo!
10  Tus ciudades *santas han quedado devastadas,
y hasta *Sión se ha vuelto un desierto;
Jerusalén es una desolación.
11  Nuestro santo y glorioso templo,
donde te alababan nuestros padres,
ha sido devorado por el fuego.


Ha quedado en ruinas
todo lo que más queríamos.
12  Ante todo esto, Señor, ¿no vas a hacer nada?
¿Vas a guardar silencio y afligirnos sin medida?

                         NOTAS:

1. 64:5 te enojas ... de ellos. Frase de difícil traducción.
2. 64:7 entregado (LXX, Targum y Siríaca); derretido (TM).

Isaías 65


Juicio y salvación

1  "Me di a conocer a los que no preguntaban por mí;
dejé que me hallaran los que no me buscaban.
A una nación que no invocaba mi *nombre,
le dije: ¡Aquí estoy!
2  Todo el día extendí mis manos
hacia un pueblo rebelde,
que va por mal *camino,
siguiendo sus propias ideas.
3  Es un pueblo que en mi propia cara
constantemente me provoca;
que ofrece sacrificios en los jardines
y quema incienso en los altares;
4  que se sienta entre los sepulcros
y pasa la noche en vigilias secretas;
que come carne de cerdo,
y en sus ollas cocina caldo *impuro;
5  que dice: ¡Manténganse alejados!
¡No se me acerquen!
¡Soy demasiado sagrado para ustedes!
Todo esto me fastidia como humo en la nariz;
¡es un fuego que arde todo el día!

6  "Ante mí ha quedado escrito;
no guardaré silencio.
Les daré su merecido;
lo sufrirán en carne propia,
7  tanto por las iniquidades de ustedes
como por las de sus padres
dice el Señor.


Por cuanto ellos quemaron incienso en las montañas
y me desafiaron en las colinas,
les haré sufrir en carne propia
las consecuencias de sus acciones pasadas."

8  Así dice el Señor:

"Cuando alguien encuentra un buen racimo de uvas,
dice: No voy a dañarlo,
porque todavía tiene jugo.
Del mismo modo actuaré yo por amor a mis siervos:
No los destruiré a todos.
9  De Jacob sacaré descendientes,
y de Judá, a los que poseerán mis montañas.
Las heredarán mis elegidos,
y allí morarán mis siervos.
10  Para mi pueblo que me busca,
Sarón será redil de ovejas;
el valle de Acor, corral de vacas.

11  "Pero a ustedes que abandonan al Señor
y se olvidan de mi monte *santo,
que para los dioses de la Fortuna y del Destino
preparan mesas y sirven vino mezclado,
12  los destinaré a la espada;
¡todos ustedes se inclinarán para el degüello!
Porque llamé y no me respondieron,
hablé y no me escucharon.
Más bien, hicieron lo malo ante mis ojos
y optaron por lo que no me agrada."

13  Por eso, así dice el Señor omnipotente:

"Mis siervos comerán,
pero ustedes pasarán hambre;
mis siervos beberán,
pero ustedes sufrirán de sed;
mis siervos se alegrarán,
pero ustedes serán avergonzados.
14  Mis siervos cantarán
con alegría de *corazón,
pero ustedes clamarán
con corazón angustiado;
¡gemirán con espíritu quebrantado!
15  Mis escogidos heredarán el nombre de ustedes
como una maldición.
El Señor omnipotente les dará muerte,
pero a sus siervos les dará un nombre diferente.
16  Cualquiera que en el país invoque una bendición,
lo hará por el Dios de la verdad;
y cualquiera que jure en esta tierra,
lo hará por el Dios de la verdad.
Las angustias del pasado han quedado en el olvido,
las he borrado de mi vista.


Nuevos cielos y nueva tierra
17  "Presten atención, que estoy por crear
un cielo nuevo y una tierra nueva.
No volverán a mencionarse las cosas pasadas,
ni se traerán a la memoria.
18  Alégrense más bien, y regocíjense por siempre,
por lo que estoy a punto de crear:
Estoy por crear una Jerusalén feliz,
un pueblo lleno de alegría.
19  Me regocijaré por Jerusalén
y me alegraré en mi pueblo;
no volverán a oírse en ella
voces de llanto ni gritos de clamor.

20  "Nunca más habrá en ella
niños que vivan pocos días,
ni ancianos que no completen sus años.


El que muera a los cien años
será considerado joven;
pero el que no llegue[1] a esa edad
será considerado maldito.
21  Construirán casas y las habitarán;
plantarán viñas y comerán de su fruto.
22  Ya no construirán casas para que otros las habiten,
ni plantarán viñas para que otros coman.


Porque los días de mi pueblo
serán como los de un árbol;
mis escogidos disfrutarán
de las obras de sus manos.
23  No trabajarán en vano,
ni tendrán hijos para la desgracia;
tanto ellos como su descendencia
serán simiente bendecida del Señor.
24  Antes que me llamen,
yo les responderé;
todavía estarán hablando
cuando ya los habré escuchado.
25  El lobo y el cordero pacerán juntos;
el león comerá paja como el buey,
y la serpiente se alimentará de polvo.


En todo mi monte *santo
no habrá quien haga daño ni destruya",
dice el Señor.


                         NOTAS:

1. 65:20 el que no llegue. Alt. el pecador que llegue.

Isaías 66


Juicio y esperanza

1  Así dice el Señor:

"El cielo es mi trono,
y la tierra, el estrado de mis pies.
¿Qué casa me pueden construir?
¿Qué morada me pueden ofrecer?
2  Fue mi mano la que hizo todas estas cosas;
fue así como llegaron a existir
afirma el Señor.

"Yo estimo a los pobres y contritos de espíritu,
a los que tiemblan ante mi palabra.
3  Pero los que sacrifican toros
son como los que matan *hombres;
los que ofrecen corderos
son como los que desnucan perros;
los que presentan ofrendas de grano
son como los que ofrecen sangre de cerdo,
y los que queman ofrendas de incienso
son como los que adoran ídolos.
Ellos han escogido sus propios *caminos,
y se deleitan en sus abominaciones.
4  Pues yo también escogeré aflicciones para ellos
y enviaré sobre ellos lo que tanto temen.
Porque nadie respondió cuando llamé;
cuando hablé, nadie escuchó.
Más bien, hicieron lo malo ante mis ojos
y optaron por lo que no me agrada."

5  ¡Escuchen la palabra del Señor,
ustedes que tiemblan ante su palabra!:
"Así dicen sus hermanos que los odian
y los excluyen por causa de mi *nombre:
¡Que el Señor sea glorificado,
para que veamos la alegría de ustedes!
Pero ellos serán los avergonzados.
6  Una voz resuena desde la ciudad,
una voz surge del templo:


Es la voz del Señor
que da a sus enemigos su merecido.

7  "Antes de estar con dolores de parto,
Jerusalén tuvo un hijo;
antes que le llegaran los dolores,
dio a luz un varón.
8  ¿Quién ha oído cosa semejante?
¿Quién ha visto jamás cosa igual?
¿Puede una nación nacer en un solo día?
¿Se da a luz un pueblo en un momento?
Sin embargo, *Sión dio a luz sus hijos
cuando apenas comenzaban sus dolores.
9  ¿Podría yo abrir la matriz,
y no provocar el parto?
dice el Señor.
¿O cerraría yo el seno materno,
siendo que yo hago dar a luz?
dice tu Dios.
10  Mas alégrense con Jerusalén, y regocíjense por ella,
todos los que la aman;
salten con ella de alegría,
todos los que por ella se conduelen.
11  Porque ustedes serán amamantados y saciados,
y hallarán consuelo en sus pechos;
beberán hasta saciarse,
y se deleitarán en sus henchidos senos."

12  Porque así dice el Señor:

"Hacia ella extenderé la *paz como un torrente,
y la riqueza de las naciones como río desbordado.
Ustedes serán amamantados, llevados en sus brazos,
mecidos en sus rodillas.
13  Como madre que consuela a su hijo,
así yo los consolaré a ustedes;
en Jerusalén serán consolados."

14  Cuando ustedes vean esto,
se regocijará su *corazón,
y su cuerpo florecerá como la hierba;
el Señor dará a conocer
su poder entre sus siervos,
y su furor entre sus enemigos.
15  ¡Ya viene el Señor con fuego!
¡Sus carros de combate son como un torbellino!
Descargará su enojo con furor,
y su reprensión con llamas de fuego.
16  Con fuego y con espada
juzgará el Señor a todo *mortal.
¡Muchos morirán a manos del Señor!

17  "Juntos perecerán los que se *santifican y se *purifican para entrar en los jardines, siguiendo a uno que va al frente,[1] y los que comen carne de cerdo, ratas y otras cosas abominables afirma el Señor.
18  "Yo, por causa de sus acciones y sus ideas, estoy a punto de reunir a gente de toda nación y lengua; vendrán y verán mi gloria.
19  "Les daré una señal, y a algunos de sus sobrevivientes los enviaré a las naciones: a Tarsis, Pul, Lidia (famosa por sus arqueros), Tubal y Grecia, y a las costas lejanas que no han oído hablar de mi fama ni han visto mi gloria. Ellos anunciarán mi gloria entre las naciones. 20  Y a todos los hermanos que ustedes tienen entre las naciones los traerán a mi monte santo en Jerusalén, como una ofrenda al Señor; los traerán en caballos, en carros de combate y en literas, y en mulas y camellos dice el Señor. Los traerán como traen los israelitas, en recipientes limpios, sus ofrendas de grano al templo del Señor. 21  Y de ellos escogeré también a algunos, para que sean sacerdotes y levitas dice el Señor.

22  "Porque así como perdurarán en mi presencia el cielo nuevo y la tierra nueva que yo haré, así también perdurarán el nombre y los descendientes de ustedes afirma el Señor. 23  Sucederá que de una luna nueva a otra, y de un *sábado a otro, toda la humanidad vendrá a postrarse ante mí dice el Señor. 24  Entonces saldrán y contemplarán los cadáveres de los que se rebelaron contra mí.

"Porque no morirá el gusano que los devora,
ni se apagará el fuego que los consume:
¡repulsivos serán a toda la humanidad!"

                         NOTAS:

1. 66:17 al frente. Lit. en medio.

Jeremías 1


Jeremías

1  Éstas son las palabras de Jeremías hijo de Jilquías. Jeremías provenía de una familia sacerdotal de Anatot, ciudad del territorio de Benjamín. 2  La palabra del Señor vino a Jeremías en el año trece del reinado de Josías hijo de Amón, rey de Judá. 3  También vino a él durante el reinado de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, y hasta el fin del reinado de Sedequías hijo de Josías, rey de Judá; es decir, hasta el quinto mes del año undécimo de su reinado, cuando la población de Jerusalén fue deportada.


Llamamiento de Jeremías

4  La palabra del Señor vino a mí:

5  "Antes de formarte en el vientre,
ya te había elegido;
antes de que nacieras,
ya te había apartado;
te había nombrado profeta para las naciones."

6  Yo le respondí:
"¡Ah, Señor mi Dios! ¡Soy muy joven, y no sé hablar!"
7  Pero el Señor me dijo:
"No digas: Soy muy joven, porque vas a ir adondequiera que yo te envíe, y vas a decir todo lo que yo te ordene. 8  No le temas a nadie, que yo estoy contigo para librarte." Lo afirma el Señor.
9  Luego extendió el Señor la mano y, tocándome la boca, me dijo:
"He puesto en tu boca mis palabras. 10  Mira, hoy te doy autoridad sobre naciones y reinos,

"para arrancar y derribar,
para destruir y demoler,
para construir y plantar."

11  La palabra del Señor vino a mí, y me dijo:
"¿Qué es lo que ves, Jeremías?"
"Veo una rama de almendro", respondí.
12  "Has visto bien dijo el Señor, porque yo estoy alerta[1] para que se cumpla mi palabra."
13  La palabra del Señor vino a mí por segunda vez, y me dijo:
"¿Qué es lo que ves?"
"Veo una olla que hierve y se derrama desde el norte", respondí.
14  Entonces el Señor me dijo:
"Desde el norte se derramará la calamidad sobre todos los habitantes del país. 15  Yo estoy por convocar a todas las tribus de los reinos del norte afirma el Señor.

"Vendrán, y cada uno pondrá su trono
a la *entrada misma de Jerusalén;
vendrán contra todos los muros que la rodean,
y contra todas las ciudades de Judá.
16  Yo dictaré sentencia contra mi pueblo,
por toda su maldad,
porque me han abandonado;
han quemado incienso a otros dioses,
y han adorado las obras de sus manos.

17  "Pero tú, ¡prepárate! Ve y diles todo lo que yo te ordene. No temas ante ellos, pues de lo contrario yo haré que sí les temas. 18  Hoy te he puesto como ciudad fortificada, como columna de hierro y muro de bronce, contra todo el país, contra los reyes de Judá, contra sus autoridades y sus sacerdotes, y contra la gente del país. 19  Pelearán contra ti, pero no te podrán vencer, porque yo estoy contigo para librarte", afirma el Señor.

                         NOTAS:

1. 1:11-12 En hebreo, las palabras que corresponden a almendro y yo estoy alerta tienen un sonido parecido.

Jeremías 2


Israel abandona a Dios

1  La palabra del Señor vino a mí: 2  "Ve y proclama a oídos de Jerusalén que así dice el Señor:

"Recuerdo el amor de tu juventud,
tu cariño de novia,
cuando me seguías por el desierto,
por tierras no cultivadas.
3  Israel estaba consagrada al Señor,
era las *primicias de su cosecha;
todo el que comía de ella sufría las consecuencias,
les sobrevenía la calamidad ",
afirma el Señor.

4  ¡Escuchen la palabra del Señor, descendientes de Jacob,
tribus todas del pueblo de Israel!

5  Así dice el Señor:

"¿Qué injusticia vieron en mí sus antepasados,
que se alejaron tanto de mí?
Se fueron tras lo que nada vale,
y en nada se convirtieron.
6  Nunca preguntaron:
¿Dónde está el Señor
que nos hizo subir de Egipto,
que nos guió por el desierto,
por tierra árida y accidentada,
por tierra reseca y tenebrosa,
por tierra que nadie transita
y en la que nadie vive?
7  Yo los traje a una tierra fértil,
para que comieran de sus frutos
y de su abundancia.
Pero ustedes vinieron y *contaminaron mi tierra;
hicieron de mi heredad algo abominable.
8  Nunca preguntaron los sacerdotes:
¿Dónde está el Señor?
Los expertos en la ley jamás me conocieron;
los *pastores se rebelaron contra mí,
los profetas hablaron en nombre de *Baal
y se fueron tras dioses que para nada sirven.
9  Por eso, aún voy a entablar un litigio contra ustedes,
y también litigaré contra los hijos de sus hijos
afirma el Señor.

10  "Crucen a las costas de Chipre, y miren;
envíen mensajeros a Cedar,[1] e infórmense bien;
fíjense si ha sucedido algo semejante:
11  ¿Hay alguna nación que haya cambiado de dioses,
a pesar de que no son dioses?
¡Pues mi pueblo ha cambiado al que es su gloria,
por lo que no sirve para nada!
12  ¡Espántense, cielos, ante esto!
¡Tiemblen y queden horrorizados!
afirma el Señor.

13  "Dos son los pecados
que ha cometido mi pueblo:
Me han abandonado a mí,
fuente de agua viva,
y han cavado sus propias cisternas,
cisternas rotas que no retienen agua.
14  ¿Acaso es Israel un esclavo?
¿Nació en la esclavitud?
¿Por qué entonces lo saquean?
15  Los leones rugieron contra él,
lanzaron fuertes gruñidos.
Dejaron desolado su país,
sus ciudades fueron incendiadas,
y ya nadie las habita.

16  "Para colmo de males,
los de Menfis[2] y los de Tafnes
te raparon la cabeza.
17  ¿No te ha pasado todo esto
por haber abandonado al Señor tu Dios,
mientras él te guiaba por el camino?
18  Y ahora, ¿qué sacas con ir a Egipto
a beber agua del Nilo?
¿Qué sacas con ir a Asiria
a beber agua del Éufrates?
19  Tu maldad te castigará,
tu infidelidad te recriminará.


Ponte a pensar cuán malo y amargo
es abandonar al Señor tu Dios
y no sentir temor de mí
afirma el Señor, el Señor *Todopoderoso.

20  "Desde hace mucho quebraste el yugo;
te quitaste las ataduras
y dijiste: ¡No quiero servirte!
Sobre toda colina alta,
y bajo todo árbol frondoso,
te entregaste a la prostitución.
21  Yo te planté, como vid selecta,
con semilla genuina.
¿Cómo es que te has convertido
en una vid degenerada y extraña?
22  Aunque te laves con lejía,
y te frotes con mucho jabón,
ante mí seguirá presente
la mancha de tu iniquidad
afirma el Señor omnipotente.

23  "¿Cómo puedes decir:
No me he contaminado,
ni me he ido tras los baales?
¡Considera tu conducta en el valle!
¡Reconoce lo que has hecho!
¡Camella ligera de cascos,
que no puedes quedarte quieta!
24  ¡Asna salvaje que tiras al monte!
Cuando ardes en deseos, olfateas el viento;
cuando estás en celo, no hay quien te detenga.
Ningún macho que te busque tiene que fatigarse:
cuando estás en celo, fácilmente te encuentra.

25  "No andes con pies descalzos, que te lastimas,
ni dejes que la garganta se te reseque.
Pero tú insistes: ¡No tengo remedio!
Amo a dioses extraños, y tras ellos me iré.

26  "El pueblo de Israel se avergonzará,
junto con sus reyes y autoridades,
sacerdotes y profetas,
como se avergüenza el ladrón cuando lo descubren.
27  A un trozo de madera le dicen:
Tú eres mi padre,
y a una piedra le repiten:
Tú me has dado a luz.
Me han vuelto la espalda;
no me quieren dar la cara.
Pero les llega la desgracia y me dicen:
¡Levántate y sálvanos!
28  ¿Dónde están, Judá, los dioses que te fabricaste?
¡Tienes tantos dioses como ciudades!
¡Diles que se levanten!
¡A ver si te salvan cuando caigas en desgracia!

29  "¿Por qué litigan conmigo?


Todos ustedes se han rebelado contra mí
afirma el Señor.

30  "En vano castigo a mi pueblo,
pues rechaza mi *corrección.
Cual si fuera un león feroz,
la espada de ustedes devoró a sus profetas.

31  "Pero ustedes, los de esta generación,
presten atención a la palabra del Señor:
¿Acaso he sido para Israel
un desierto o una tierra tenebrosa?
¿Por qué dice mi pueblo:
Somos libres, nunca más volveremos a ti?
32  ¿Acaso una joven se olvida de sus joyas,
o una novia de su atavío?
¡Pues hace muchísimo tiempo
que mi pueblo se olvidó de mí!
33  ¡Qué mañosa eres
para conseguir amantes!
¡Hasta las malas mujeres
han aprendido de ti!
34  Tienes la ropa manchada de sangre,
de sangre de gente pobre e inocente,
a los que nunca sorprendiste robando.
Por todo esto 35  te voy a juzgar:
por alegar que no has pecado,
por insistir en tu inocencia,
por afirmar: ¡Dios ya no está enojado conmigo!
36  ¡Con qué ligereza cambias de parecer![3]
Pues también Egipto te defraudará,
como te defraudó Asiria.
37  Saldrás de allí con las manos en la nuca,
porque el Señor ha rechazado
a aquellos en quienes confías,
y no prosperarás con ellos.


                         NOTAS:

1. 2:10 Cedar. Asentamiento de tribus beduinas en el desierto siro-arábigo.
2. 2:16 Menfis. Lit. Nof.
3. 2:36 de parecer. Alt. de aliados.

Jeremías 3

1  "Supongamos que un hombre se divorcia de su mujer, y que ella lo deja para casarse con otro. ¿Volvería el primero a casarse con ella? ¡Claro que no! Semejante acción *contaminaría por completo la tierra. Pues bien, tú te has prostituido con muchos amantes, y ya no podrás volver a mí afirma el Señor.

2  "Fíjate bien en esas lomas estériles:
¡Dónde no se han acostado contigo!
Como un beduino en el desierto,
te sentabas junto al camino,
a la espera de tus amantes.


Has contaminado la tierra
con tus infames prostituciones.
3  Por eso se demoraron las lluvias,
y no llegaron los aguaceros de primavera.
Tienes el descaro de una prostituta;
¡no conoces la vergüenza!
4  No hace mucho me llamabas:
Padre mío, amigo de mi juventud,
5  ¿vas a estar siempre enojado?
¿Guardarás rencor eternamente?
Y mientras hablabas,
hacías todo el mal posible."



La infidelidad de Israel

6  Durante el reinado del rey Josías el Señor me dijo: "¿Has visto lo que ha hecho Israel, la infiel? Se fue a todo monte alto, y allí, bajo todo árbol frondoso, se prostituyó. 7  Yo pensaba que después de hacer todo esto ella volvería a mí. Pero no lo hizo. Esto lo vio su hermana, la infiel Judá, 8  y vio[1] también que yo había repudiado a la apóstata Israel, y que le había dado carta de divorcio por todos los adulterios que había cometido. No obstante, su hermana, la infiel Judá, no tuvo ningún temor, sino que también ella se prostituyó.
9  "Como Israel no tuvo ningún reparo en prostituirse, *contaminó la tierra y cometió adulterio al adorar ídolos de piedra y de madera. 10  A pesar de todo esto, su hermana, la infiel Judá, no se volvió a mí de todo *corazón, sino que sólo fingió volverse", afirma el Señor.
11  El Señor me dijo: "La apóstata Israel ha resultado ser más justa que la infiel Judá. 12  Ve al norte y proclama este mensaje:

"¡Vuelve, apóstata Israel!


No te miraré con ira
afirma el Señor.
No te guardaré rencor para siempre,
porque soy misericordioso
afirma el Señor.
13  Tan sólo reconoce tu culpa,
y que te rebelaste contra el Señor tu Dios.


Bajo todo árbol frondoso
has brindado a dioses extraños tus favores,
y no has querido obedecerme
afirma el Señor.

14  "¡Vuélvanse a mí, apóstatas afirma el Señor, porque yo soy su esposo! De ustedes tomaré uno de cada ciudad y dos de cada familia, y los traeré a *Sión. 15  Les daré *pastores que cumplan mi voluntad, para que los guíen con sabiduría y entendimiento.
16  "En aquellos días, cuando ustedes se hayan multiplicado y sean numerosos en el país, ya no se dirá más: Arca del *pacto del Señor. Nadie pensará más en ella ni la recordará; nadie la echará de menos ni volverá a fabricarla afirma el Señor.
17  "En aquel tiempo llamarán a Jerusalén: Trono del Señor. Todas las naciones se reunirán en Jerusalén para honrar el *nombre del Señor, y ya no volverán a obedecer ciegamente a su malvado corazón.
18  "En aquellos días la tribu de Judá se unirá al pueblo de Israel, y juntos vendrán del país del norte, a la tierra que di como herencia a sus antepasados.
19  "Yo mismo dije:

"¡Cómo quisiera tratarte como a un hijo,
y darte una tierra codiciable,
la heredad más hermosa de las naciones!
Yo creía que me llamarías Padre mío,
y que nunca dejarías de seguirme.
20  Pero tú, pueblo de Israel,
me has sido infiel
como una mujer infiel a su esposo",
afirma el Señor.

21  Se escucha un grito en las lomas estériles,
la súplica angustiosa del pueblo de Israel,
porque han pervertido su conducta,
se han olvidado del Señor su Dios.

22  "¡Vuélvanse, apóstatas,
y los curaré de su infidelidad!"

"Aquí estamos, a ti venimos,
porque tú eres el Señor nuestro Dios.
23  Ciertamente son un engaño las colinas,
y una mentira el estruendo sobre las montañas.


Ciertamente en el Señor nuestro Dios
está la *salvación de Israel.
24  Desde nuestra juventud, la vergonzosa idolatría
se ha engullido el esfuerzo de nuestros antepasados:
sus rebaños y su ganado,
sus hijos y sus hijas.
25  ¡Acostémonos en nuestra vergüenza,
y que nos cubra nuestra desgracia!
¡Nosotros y nuestros antepasados
hemos pecado contra el Señor nuestro Dios!
Desde nuestra juventud y hasta el día de hoy,
no hemos obedecido al Señor nuestro Dios."

                         NOTAS:

1. 3:8 vio (un ms. hebreo, mss. de LXX y Siríaca); yo vi (TM).

Jeremías 4

1  "Israel, si piensas volver,
vuélvete a mí
afirma el Señor.


Si quitas de mi vista tus ídolos abominables
y no te alejas de mí,
2  si con fidelidad, justicia y rectitud
juras: Por la vida del Señor,
entonces en él serán benditas las naciones,
y en él se gloriarán."

3  Así dice el Señor
a los habitantes de Judá y de Jerusalén:
"Abran surcos en terrenos no labrados,
y no siembren entre espinos.
4  Habitantes de Judá y de Jerusalén,
marquen su *corazón con la señal del *pacto:
circuncídense para honrar al Señor,
no sea que por la maldad de sus obras
mi furor se encienda como el fuego
y arda sin que nadie pueda apagarlo.
6  Señalen a *Sión con la bandera;
¡busquen refugio, no se detengan!


Porque yo traigo del norte
calamidad y gran destrucción.
7  Un león ha salido del matorral,
un destructor de naciones se ha puesto en marcha;
ha salido de su lugar de origen
para desolar tu tierra;
tus ciudades quedarán en ruinas
y totalmente despobladas.
8  Por esto, vístanse de luto,
laméntense y giman,
porque la ardiente ira del Señor
no se ha apartado de nosotros.

9  "En aquel día desfallecerá
el *corazón del rey y de los jefes;
los sacerdotes se llenarán de pánico
y los profetas quedarán atónitos",
afirma el Señor.

10  Yo dije: "¡Ah, Señor mi Dios,
cómo has engañado a este pueblo y a Jerusalén!
Dijiste: Tendrán *paz,
pero tienen la espada en el cuello."

11  En aquel tiempo se les dirá
a este pueblo y a Jerusalén:
"Desde las estériles lomas del desierto
sopla un viento abrasador
en dirección a la capital de mi pueblo.


No es el viento que sirve para aventar
ni para limpiar el trigo;
12  el viento que haré venir
es demasiado fuerte para eso,
porque yo mismo
dictaré sentencia contra ellos."

13  ¡Mírenlo avanzar como las nubes!
¡Sus carros de guerra parecen un huracán!
¡Sus caballos son más veloces que las águilas!
¡Ay de nosotros! ¡Estamos perdidos!
14  Jerusalén, limpia de maldad tu corazón
para que seas salvada.
¿Hasta cuándo hallarán lugar en ti
los pensamientos perversos?
15  Una voz anuncia desgracia
desde Dan y desde las colinas de Efraín.
16  "Adviertan a las naciones,
proclámenlo contra Jerusalén:
De lejanas tierras vienen sitiadores
lanzando gritos de guerra
contra las ciudades de Judá.
17  La rodean como quien cuida un campo,
porque ella se rebeló contra mí
afirma el Señor.
18  Tu conducta y tus acciones
te han causado todo esto.
Ésta es tu desgracia. ¡Qué amarga es!
¡Cómo te ha calado en el propio corazón!"

19  ¡Qué angustia, qué angustia!
¡Me retuerzo de dolor!
Mi corazón se agita. ¡Ay, corazón mío!
¡No puedo callarme!


Puedo escuchar el toque de trompeta
y el grito de guerra.
20  Un desastre llama a otro desastre;
todo el país está devastado.


De repente fueron destruidos
las carpas y los pabellones donde habito.
21  ¿Hasta cuándo tendré que ver la bandera
y escuchar el toque de la trompeta?

22  "Mi pueblo es *necio,
no me conoce;
son hijos insensatos
que no tienen entendimiento.
Son hábiles para hacer el mal;
no saben hacer el bien."

23  Miré a la tierra, y era un caos total;
miré a los cielos, y todo era tinieblas.
24  Miré a las montañas, y estaban temblando;
¡se sacudían todas las colinas!
25  Miré, y no quedaba nadie;
habían huido todas las aves del cielo.
26  Miré, y la tierra fértil era un desierto;
yacían en ruinas todas las ciudades,
por la acción del Señor,
por causa de su ardiente ira.

27  Así dice el Señor:

"Todo el país quedará desolado,
pero no lo destruiré por completo.
28  Por eso el país estará de luto,
y los altos cielos se oscurecerán,
pues ya lo dije, y no me retractaré;
lo he decidido, y no me volveré atrás."

29  Ante el ruido de arqueros y jinetes
huye toda la ciudad.
Algunos se meten en los matorrales,
otros trepan por los peñascos.
Toda la ciudad queda abandonada;
¡no queda un solo habitante!

30  ¿Qué piensas hacer, ciudad devastada?
¿Para qué te vistes de púrpura?
¿Para qué te pones joyas de oro?
¿Para qué te maquillas los ojos?
En vano te embelleces,
pues tus amantes te desprecian;
sólo buscan tu muerte.

31  Oigo gritos como de parturienta,
gemidos como de primeriza.
Son los gemidos de la bella Sión,
que respira con dificultad;
que extiende los brazos y dice:
"¡Ay de mí, que desfallezco!
¡Estoy en manos de asesinos!"

Jeremías 5


La corrupción de Jerusalén y de Judá

1  "Recorran las calles de Jerusalén,
observen con cuidado,
busquen por las plazas.


Si encuentran una sola persona
que practique la justicia y busque la verdad,
yo perdonaré a esta ciudad.
2  Aunque juran: Por la vida del Señor,
de hecho juran en falso."

3  Señor, ¿acaso no buscan tus ojos la verdad?
Golpeaste a esa gente, y no les dolió,
acabaste con ellos, y no quisieron ser corregidos.
Endurecieron su rostro más que una roca,
y no quisieron *arrepentirse.
4  Entonces pensé: "Así es la plebe;
siempre actúan como *necios,
porque no conocen el *camino del Señor
ni las demandas de su Dios.
5  Me dirigiré a los líderes
y les hablaré;
porque ellos sí conocen el camino del Señor
y las demandas de su Dios."


Pero ellos también quebrantaron el yugo
y rompieron las ataduras.
6  Por eso los herirá el león de la selva
y los despedazará el lobo del desierto;
frente a sus ciudades está el leopardo al acecho,
y todo el que salga de ellas será despedazado,
pues son muchas sus rebeliones
y numerosas sus infidelidades.

7  "¿Por qué habré de perdonarte?
Tus hijos me han abandonado,
han jurado por los que no son dioses.
Cuando suplí sus necesidades,
ellos cometieron adulterio
y en tropel se volcaron a los prostíbulos.
8  Son como caballos bien cebados y fogosos;
todos relinchan por la mujer ajena.
9  ¿Y no los he de castigar por esto?
afirma el Señor.
¿Acaso no he de vengarme de semejante nación?

10  "Suban por los surcos de esta viña
y arrásenla, pero no acaben con ella.
Arránquenle sus sarmientos,
porque no son del Señor.
11  Pues las casas de Israel y de Judá
me han sido más que infieles",
afirma el Señor.

12  Ellas han negado al Señor,
y hasta dicen: "¡Dios no existe!
Ningún mal vendrá sobre nosotros,
no sufriremos guerras ni hambre."
13  Los profetas son como el viento:
la palabra del Señor[1] no está en ellos.
¡Que así les suceda!

14  Por eso, así dice el Señor,
el Dios *Todopoderoso:
"Por cuanto el pueblo ha hablado así,
mis palabras serán como fuego en tu boca,
y este pueblo, como un montón de leña.
Ese fuego los consumirá.

15  "Pueblo de Israel,
voy a traer contra ustedes una nación lejana,
una nación fuerte y antigua,
una nación cuyo idioma no conocen,
cuyo lenguaje no entienden
afirma el Señor.
16  Todos ellos son guerreros valientes;
sus flechas presagian la muerte.
17  Acabarán con tu cosecha y tu alimento,
devorarán a tus hijos e hijas,
matarán a tus rebaños y ganados,
y destruirán tus viñas y tus higueras.
Tus ciudades fortificadas,
en las que pusiste tu confianza,
serán pasadas a filo de espada.

18  "Sin embargo, aun en aquellos días no los destruiré por completo afirma el Señor. 19  Y cuando te pregunten: ¿Por qué el Señor, nuestro Dios, nos ha hecho todo esto?, tú les responderás: Así como ustedes me han abandonado y en su propia tierra han servido a dioses extranjeros, así también en tierra extraña servirán a gente extranjera.

20  "Anuncien esto entre los descendientes de Jacob
y proclámenlo en Judá:
21  Escucha esto, pueblo necio e insensato,
que tiene ojos pero no ve,
que tiene oídos pero no oye.
22  ¿Acaso has dejado de temerme?
afirma el Señor.
¿No debieras temblar ante mí?
Yo puse la arena como límite del mar,
como frontera perpetua e infranqueable.
Aunque se agiten sus olas,
no podrán prevalecer;
aunque bramen,
no franquearán esa frontera.
23  Pero este pueblo tiene un *corazón terco y rebelde;
se ha descarriado, ha sido infiel.
24  No reflexionan ni dicen:
Temamos al Señor, nuestro Dios,
quien a su debido tiempo nos da lluvia,
las lluvias de otoño y primavera,
y nos asegura las semanas señaladas
para la cosecha.
25  Las iniquidades de ustedes
les han quitado estos beneficios;
sus pecados los han privado
de estas bendiciones.
26  Sin duda en mi pueblo hay malvados,
que están al acecho como cazadores de aves,
que ponen trampas para atrapar a la gente.
27  Como jaulas llenas de pájaros,
llenas de engaño están sus casas;
por eso se han vuelto poderosos y ricos,
28  gordos y pedantes.
Sus obras de maldad no tienen límite:
no le hacen justicia al huérfano,
para que su causa prospere;
ni defienden tampoco
el derecho de los menesterosos.
29  ¿Y no los he de castigar por esto?
¿No he de vengarme de semejante nación?
afirma el Señor.

30  "Algo espantoso y terrible
ha ocurrido en este país.
31  Los profetas profieren mentiras,
los sacerdotes gobiernan a su antojo,
¡y mi pueblo tan campante!
Pero, ¿qué van a hacer ustedes
cuando todo haya terminado?

                         NOTAS:

1. 5:13 del Señor (LXX); TM no incluye esta frase.

Jeremías 6


Jerusalén es sitiada

1  "¡Huyan de Jerusalén, benjaminitas!
¡Toquen la trompeta en Tecoa!
¡Levanten señal en Bet Haqueren!
Una desgracia, una gran destrucción,
nos amenaza desde el norte.
2  Estoy por destruir a *Sión,
tan hermosa y delicada.
3  Los pastores y sus rebaños vienen contra ella:
acampan a su alrededor,
y cada uno escoge su pastizal."

4  "¡Prepárense para pelear contra ella!
¡Ataquémosla a plena luz del día!
Pero, ¡ay de nosotros, que el día se acaba
y se alargan las sombras de la noche!
5  ¡Vamos, ataquémosla de noche,
y destruyamos sus fortalezas!"

6  Así dice el Señor *Todopoderoso:

"¡Talen árboles
y levanten una rampa contra Jerusalén!
Esta ciudad debe ser castigada,
pues en ella no hay más que opresión.
7  Como agua que brota de un pozo,
así brota de Jerusalén la maldad.
En ella se oye de violencia y destrucción;
no veo otra cosa que enfermedades y heridas.
8  ¡Escarmienta, Jerusalén,
para que no me aparte de ti!
De lo contrario, te convertiré en desolación,
en una tierra inhabitable."

9  Así dice el Señor Todopoderoso:

"Busquen al remanente de Israel.
Rebusquen, como en una viña;
repasen los sarmientos,
como lo hace el vendimiador."

10  ¿A quién le hablaré?
¿A quién le advertiré?
¿Quién podrá escucharme?


Tienen tapados los oídos
[1] y no pueden comprender.
La palabra del Señor los ofende;
detestan escucharla.
11  Pero yo estoy lleno de la ira del Señor,
y ya no puedo contenerme.

"Derrama tu ira sobre los niños de la calle,
sobre los grupos de jóvenes,
porque serán apresados el marido y la mujer,
la gente madura y la entrada en años.
12  Sus casas, sus campos y sus mujeres
caerán en manos extrañas,
porque yo voy a extender mi mano
contra los habitantes del país
afirma el Señor.

13  "Desde el más pequeño hasta el más grande,
todos codician ganancias injustas;
desde el profeta hasta el sacerdote,
todos practican el engaño.
14  Curan por encima la herida de mi pueblo,
y les desean: ¡*Paz, paz!,
cuando en realidad no hay paz.
15  ¿Acaso se han avergonzado
de la abominación que han cometido?
¡No, no se han avergonzado de nada,
ni saben siquiera lo que es la vergüenza!
Por eso, caerán con los que caigan;
cuando los castigue, serán derribados",
dice el Señor.

16  Así dice el Señor:

"Deténganse en los caminos y miren;
pregunten por los senderos antiguos.
Pregunten por el buen *camino,
y no se aparten de él.
Así hallarán el descanso anhelado.
Pero ellos dijeron:
No lo seguiremos.
17  Yo aposté centinelas para ustedes, y dije:
Presten atención al toque de trompeta.
Pero ellos dijeron:
No prestaremos atención.
18  Por eso, ¡escuchen, naciones!
¡Sepa la congregación lo que le espera!
19  Escucha, tierra:
Traigo sobre este pueblo una desgracia,
fruto de sus maquinaciones,
porque no prestaron atención a mis palabras,
sino que rechazaron mi enseñanza.
20  ¿De qué me sirve este incienso que llega de Sabá,
o la caña dulce de un país lejano?
Sus *holocaustos no me gustan;
sus sacrificios no me agradan."

21  Por eso, así dice el Señor:

"Voy a ponerle obstáculos a este pueblo.
Padres e hijos tropezarán contra ellos,
vecinos y amigos perecerán."

22  Así dice el Señor:

"¡Miren! Del norte viene un ejército;
una gran nación se moviliza
desde los confines de la tierra.
23  Empuñan el arco y la lanza;
son crueles y no tienen compasión.
Lanzan gritos como bramidos del mar,
y cabalgan sobre sus corceles.
¡Vienen contra ti, hija de Sión,
listos para la batalla!"

24  Nos ha llegado la noticia,
y nuestras manos flaquean;
la angustia nos domina,
como si tuviéramos dolores de parto.
25  ¡Viene el enemigo armado con espada!
No salgan al campo,
ni transiten por los caminos.
¡Hay terror por todas partes!
26  Vístete de luto, pueblo mío;
revuélcate en las cenizas.
Llora amargamente,
como lo harías por tu primogénito,
porque nos cae por sorpresa
el que viene a destruirnos.

27  "Te he puesto entre mi pueblo
como vigía y atalaya,
para que escudriñes
y examines su conducta.
28  Todos ellos son muy rebeldes,
y andan sembrando calumnias;
sean de bronce o de hierro,
todos son unos corruptos.
29  Los fuelles soplan con furor,
y el plomo se derrite en el fuego,
pero los malvados no se *purifican;
¡de nada sirve que se les refine!
30  Por eso se les llama Escoria de la plata:
¡para el Señor son un desecho!"


                         NOTAS:

1. 6:10 tapados. Lit. incircuncisos.

Jeremías 7


La religión falsa e inútil

1  Ésta es la palabra que vino a Jeremías de parte del Señor: 2  "Párate a la entrada de la casa del Señor, y desde allí proclama este mensaje: ¡Escuchen la palabra del Señor, todos ustedes, habitantes de Judá que entran por estas puertas para adorar al Señor! 3  Así dice el Señor *Todopoderoso, el Dios de Israel: Enmienden su conducta y sus acciones, y yo los dejaré seguir viviendo en este país. 4  No confíen en esas palabras engañosas que repiten: '¡Éste es el templo del Señor, el templo del Señor, el templo del Señor! 5  Si en verdad enmiendan su conducta y sus acciones, si en verdad practican la justicia los unos con los otros, 6  si no oprimen al extranjero ni al huérfano ni a la viuda, si no derraman sangre inocente en este lugar, ni siguen a otros dioses para su propio mal, 7  entonces los dejaré seguir viviendo en este país, en la tierra que di a sus antepasados para siempre.
8  " ¡Pero ustedes confían en palabras engañosas, que no tienen validez alguna! 9  Roban, matan, cometen adulterio, juran en falso, queman incienso a *Baal, siguen a otros dioses que jamás conocieron, 10  ¡y vienen y se presentan ante mí en esta casa que lleva mi *nombre, y dicen: 'Estamos a salvo, para luego seguir cometiendo todas estas abominaciones! 11  ¿Creen acaso que esta casa que lleva mi nombre es una cueva de ladrones? ¡Pero si yo mismo lo he visto! afirma el Señor.
12  " Vayan ahora a mi santuario en Siló, donde al principio hice habitar mi nombre, y vean lo que hice con él por culpa de la maldad de mi pueblo Israel. 13  Y ahora, puesto que ustedes han hecho todas estas cosas afirma el Señor, y puesto que una y otra vez les he hablado y no me han querido escuchar, y puesto que los he llamado y no me han respondido, 14  lo mismo que hice con Siló haré con esta casa, que lleva mi nombre y en la que ustedes confían, y con el lugar que les di a ustedes y a sus antepasados. 15  Los echaré de mi presencia, así como eché a todos sus hermanos, a toda la descendencia de Efraín.
16  "Pero en cuanto a ti, Jeremías, no intercedas por este pueblo. No me ruegues ni me supliques por ellos. No me insistas, porque no te escucharé. 17  ¿Acaso no ves lo que hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? 18  Los niños juntan la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres hacen la masa para cocer tortas y ofrecérselas a la reina del cielo. Además, para ofenderme derraman libaciones a otros dioses. 19  Pero no es a mí al que ofenden afirma el Señor. Más bien se ofenden a sí mismos, para su propia vergüenza.
20  "Por eso, así dice el Señor omnipotente: Descargaré mi enojo y mi furor sobre este lugar: sobre los *hombres y los animales, sobre los árboles del campo y los frutos de la tierra, ¡y arderá mi enojo y no se apagará!
21  "Así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: ¡Junten sus *holocaustos con sus sacrificios, y cómanse la carne! 22  En verdad, cuando yo saqué de Egipto a sus antepasados, no les dije nada ni les ordené nada acerca de holocaustos y sacrificios. 23  Lo que sí les ordené fue lo siguiente: 'Obedézcanme. Así yo seré su Dios, y ustedes serán mi pueblo. Condúzcanse conforme a todo lo que yo les ordene, a fin de que les vaya bien. 24  Pero ellos no me obedecieron ni me prestaron atención, sino que siguieron los consejos de su terco y malvado *corazón. Fue así como, en vez de avanzar, retrocedieron. 25  Desde el día en que sus antepasados salieron de Egipto hasta ahora, no he dejado de enviarles, día tras día, a mis servidores los profetas. 26  Con todo, no me obedecieron ni me prestaron atención, sino que se obstinaron y fueron peores que sus antepasados.
27  "Tú les dirás todas estas cosas, pero no te escucharán. Los llamarás, pero no te responderán. 28  Entonces les dirás: Ésta es la nación que no ha obedecido la voz del Señor su Dios, ni ha aceptado su *corrección. La verdad ha muerto, ha sido arrancada de su boca.

29  " Córtate la cabellera, y tírala;
eleva tu lamento en las lomas desoladas,
porque el Señor ha rechazado y abandonado
a la generación que provocó su ira.



El valle de la Matanza

30  " La gente de Judá ha hecho el mal que yo detesto afirma el Señor. Han profanado la casa que lleva mi *nombre al instalar allí sus ídolos abominables. 31  Además, construyeron el *santuario pagano de Tofet, en el valle de Ben Hinón, para quemar a sus hijos y a sus hijas en el fuego, cosa que jamás ordené ni me pasó siquiera por la *mente. 32  Por eso llegarán días afirma el Señor, cuando ya no lo llamarán más Tofet ni Valle de Ben Hinón, sino Valle de la Matanza; y a falta de otro lugar, en Tofet enterrarán a sus muertos. 33  Los cadáveres de este pueblo servirán de comida a las aves del cielo y a los animales de la tierra, y no habrá quien los espante. 34  Haré que en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén se apaguen los gritos de alegría, las voces de júbilo, y los cánticos del novio y de la novia, porque el país se convertirá en desolación.

Jeremías 8

1  " En aquel tiempo afirma el Señor, se exhumarán los huesos de los reyes y de los jefes de Judá, de los sacerdotes y de los profetas, y de los habitantes de Jerusalén. 2  Quedarán expuestos al sol y a la luna, y a todas las estrellas del cielo, cuerpos celestes a los que ellos amaron, sirvieron, consultaron y adoraron. No se les recogerá ni se les enterrará; ¡como estiércol quedarán sobre la faz de la tierra! 3  En todos los lugares por donde yo disperse a los sobrevivientes de esta nación malvada, los que hayan quedado preferirán la muerte a la vida. Lo afirma el Señor *Todopoderoso.


Pecado y castigo

4  "Pero tú les advertirás que así dice el Señor:

"Cuando los *hombres caen,
¿acaso no se levantan?
Cuando uno se desvía,
¿acaso no vuelve al camino?
5  ¿Por qué entonces este pueblo se ha desviado?
¿Por qué persiste Jerusalén en su apostasía?
Se aferran al engaño,
y no quieren volver a mí.
6  He escuchado con suma atención,
para ver si alguien habla con rectitud,
pero nadie se *arrepiente de su maldad;
nadie reconoce el mal que ha hecho.
Todos siguen su loca carrera,
como caballos desbocados en combate.
7  Aun la cigüeña en el cielo
conoce sus estaciones;
la tórtola, la golondrina y la grulla
saben cuándo deben emigrar.


Pero mi pueblo no conoce
las *leyes del Señor.

8  " ¿Cómo se atreven a decir:
'Somos sabios; la ley del Señor nos apoya,
si la pluma engañosa de los escribas
la ha falsificado?
9  Los sabios serán avergonzados,
serán atrapados y abatidos.
Si han rechazado la palabra del Señor,
¿qué sabiduría pueden tener?
10  Por eso entregaré sus mujeres a otros hombres,
y sus campos a otros dueños.
Porque desde el más pequeño hasta el más grande,
todos codician ganancias injustas;
desde el profeta hasta el sacerdote,
todos practican el engaño.
11  Curan por encima la herida de mi pueblo,
y les desean: '¡*Paz, paz!,
cuando en realidad no hay paz.
12  ¿Acaso se han avergonzado
de la abominación que han cometido?
¡No, no se han avergonzado de nada,
y ni siquiera saben lo que es la vergüenza!
Por eso, caerán con los que caigan;
cuando los castigue, serán derribados
dice el Señor.

13  " Cuando quiero cosechar
afirma el Señor,
no encuentro uvas en la viña,
ni hay higos en la higuera;
sus hojas están marchitas.
¡Voy, pues, a quitarles
lo que les he dado! "[1]

14  "¿Qué hacemos aquí sentados?
¡Vengan, y vámonos juntos a las ciudades fortificadas
para morir allí!
El Señor nuestro Dios nos está destruyendo.
Nos ha dado a beber agua envenenada,
porque hemos pecado contra él.
15  Esperábamos paz,
pero no llegó nada bueno.
Esperábamos un tiempo de salud,
pero sólo nos llegó el terror.
16  Desde Dan se escucha
el resoplar de sus caballos;
cuando relinchan sus corceles,
tiembla toda la tierra.
Vienen a devorarse el país,
y todo lo que hay en él,
la ciudad y todos sus habitantes."

17  "¡Miren! Estoy lanzando contra ustedes
serpientes venenosas que los morderán,
y contra ellas no hay encantamiento",
afirma el Señor.

18  La aflicción me abruma;[2]
mi *corazón desfallece.
19  El clamor de mi pueblo se levanta
desde todos los rincones del país:
"¿Acaso no está el Señor en *Sión?
¿No está allí su rey?"

"¿Por qué me provocan con sus ídolos,
con sus dioses inútiles y extraños?"

20  "Pasó la cosecha, se acabó el verano,
y nosotros no hemos sido salvados."

21  Por la herida de mi pueblo estoy herido;
estoy de luto, el terror se apoderó de mí.
22  ¿No queda bálsamo en Galaad?
¿No queda allí médico alguno?
¿Por qué no se ha restaurado
la salud de mi pueblo?

                         NOTAS:

1. 8:13 ¡Voy ... dado! Texto de difícil traducción.
2. 8:18 La aflicción me abruma. Frase de difícil traducción.

Jeremías 9

1  ¡Ojalá mi cabeza fuera un manantial,
y mis ojos una fuente de lágrimas,
para llorar de día y de noche
por los muertos de mi pueblo!
2  ¡Ojalá tuviera yo en el desierto
una posada junto al camino!
Abandonaría a mi pueblo,
y me alejaría de ellos.
Porque todos ellos son adúlteros,
son una banda de traidores.
3  "Tensan su lengua como un arco;
en el país prevalece la mentira, no la verdad,
porque van de mal en peor,
y a mí no me conocen
afirma el Señor.
4  Cuídese cada uno de su amigo,
no confíe ni siquiera en el hermano,
porque todo hermano engaña,
y todo amigo difama.
5  Se engañan unos a otros;
no se hablan con la verdad.
Han enseñado sus lenguas a mentir,
y pecan hasta el cansancio.

6  "Tú, Jeremías, vives en medio de engañadores,
que por su engaño no quieren reconocerme",
afirma el Señor.

7  Por eso, así dice el Señor *Todopoderoso:

"Voy a refinarlos, a ponerlos a prueba.
¿Qué más puedo hacer con mi pueblo?
8  Su lengua es una flecha mortífera,
su boca sólo sabe engañar;
hablan cordialmente con su amigo,
mientras en su interior le tienden una trampa.
9  ¿Y no los he de castigar por esto?
afirma el Señor.
¿Acaso no he de vengarme de semejante nación?"

10  Lloraré y gemiré por las montañas,
haré lamentos por las praderas del desierto,
porque están desoladas:
ya nadie las transita
ni se escuchan los mugidos del ganado.
Desde las aves del cielo hasta los animales del campo,
todos han huido.

11  "Convertiré a Jerusalén en un montón de ruinas,
en una guarida de chacales.
Convertiré en desolación las ciudades de Judá;
¡las dejaré sin habitantes!"

12  ¿Quién es tan sabio como para entender esto? ¿A quién le habló el Señor, para que lo anuncie? ¿Por qué está arruinado el país, desolado como un desierto por el que nadie pasa?
13  El Señor dice: "Ellos abandonaron la *ley que yo les entregué; no me obedecieron ni vivieron conforme a ella. 14  Siguieron la terquedad de su *corazón; se fueron tras los *baales, como les habían enseñado sus antepasados." 15  Por eso, así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: "A este pueblo le daré a comer ajenjo y a beber agua envenenada. 16  Los dispersaré entre naciones que ni ellos ni sus antepasados conocieron; los perseguiré con espada hasta aniquilarlos."

17  Así dice el Señor Todopoderoso:

"¡Atención! Llamen a las plañideras.
Que vengan las más expertas.
18  Que se den prisa,
que hagan lamentación por nosotros.
Nuestros ojos se inundarán de lágrimas,
y brotará de nuestros párpados el llanto.
19  Desde *Sión se escuchan gemidos y lamentos:
Hemos sido devastados;
nos han avergonzado por completo.
Tenemos que abandonar el país,
porque han derribado nuestros hogares. "

20  Escuchen, mujeres, la palabra del Señor;
reciban sus oídos la palabra de su boca.
Enseñen a sus hijas a entonar endechas;
que unas a otras se enseñen este lamento:
21  "La muerte se ha metido por nuestras ventanas,
ha entrado en nuestros palacios;
ha eliminado en las calles a los niños,
y en las plazas a los jóvenes.
22  Yacen tendidos los cadáveres
como estiércol sobre los campos,
como gavillas que caen tras el segador,
sin que nadie las recoja",
afirma el Señor.

23  Así dice el Señor:

"Que no se gloríe el sabio de su sabiduría,
ni el poderoso de su poder,
ni el rico de su riqueza.
24  Si alguien ha de gloriarse,
que se gloríe de conocerme
y de comprender que yo soy el Señor,
que actúo en la tierra con amor,
con derecho y justicia,
pues es lo que a mí me agrada
afirma el Señor.

25  "Vienen días afirma el Señor en que castigaré al que sólo haya sido circuncidado del prepucio: 26  castigaré a Egipto, Judá, Edom, Amón, Moab, y a todos los que viven en el desierto y se rapan las sienes. Todas las naciones son incircuncisas, pero el pueblo de Israel es incircunciso de corazón."

Jeremías 10


Dios y los ídolos

1  Escucha, pueblo de Israel, la palabra del Señor. 2  Dice así:

"No aprendan ustedes la conducta de las naciones,
ni se aterroricen ante las señales del cielo,
aunque las naciones les tengan miedo.
3  Las costumbres de los pueblos
no tienen valor alguno.
Cortan un tronco en el bosque,
y un artífice lo labra con un cincel.
4  Lo adornan con oro y plata,
y lo afirman con clavos y martillo
para que no se tambalee.

5  "Sus ídolos no pueden hablar;
¡parecen espantapájaros
en un campo sembrado de melones!
Tienen que ser transportados,
porque no pueden caminar.
No les tengan miedo,
que ningún mal pueden hacerles,
pero tampoco ningún bien."

6  ¡No hay nadie como tú, Señor!
¡Grande eres tú,
y grande y poderoso es tu *nombre!
7  ¿Quién no te temerá, Rey de las naciones?
¡Es lo que te corresponde!
Entre todos los sabios de las naciones,
y entre todos los reinos,
no hay nadie como tú.
8  Todos son *necios e insensatos,
educados por inútiles ídolos de palo.
9  De Tarsis se trae plata laminada,
y de Ufaz se importa oro.
Los ídolos, vestidos de púrpura y carmesí,
son obra de artífices y orfebres;
¡todos ellos son obra de artesanos!
10  Pero el Señor es el Dios verdadero,
el Dios viviente, el Rey eterno.
Cuando se enoja, tiembla la tierra;
las naciones no pueden soportar su ira.

11  "Así les dirás: Los dioses que no hicieron los cielos ni la tierra, desaparecerán de la tierra y de debajo del cielo. "[1]

12  Dios hizo la tierra con su poder,
afirmó el mundo con su sabiduría,
¡extendió los cielos con su inteligencia!
13  Cuando él deja oír su voz,
rugen las aguas en los cielos;
hace que vengan las nubes
desde los confines de la tierra.
Entre relámpagos hace llover,
y saca de sus depósitos al viento.
14  La *humanidad es necia e ignorante;
todo orfebre se avergüenza de sus ídolos.
Sus imágenes son un engaño,
y no hay en ellas aliento de vida.
15  No valen nada, son obras ridículas;
cuando llegue el día de su castigo, serán destruidas.
16  La heredad de Jacob no es como ellos,
porque él es quien hace todas las cosas;
su nombre es el Señor *Todopoderoso,
e Israel es la tribu de su herencia.


Destrucción inminente

17  Recoge del suelo tus cosas,
tú que te encuentras sitiado.
18  Porque así dice el Señor:
"Esta vez arrojaré a los habitantes del país
como si los lanzara con una honda.


Los pondré en aprietos
y dejaré que los capturen."

19  ¡Ay de mí, que estoy quebrantado!
¡Mi herida es incurable!
Pero es mi enfermedad,
y me toca soportarla.
20  Devastada está mi carpa,
y rotas todas mis cuerdas.
Mis hijos me han abandonado;
han dejado de existir.
Ya no hay nadie que arme mi carpa,
y que levante mis toldos.
21  Los *pastores se han vuelto *necios,
no buscan al Señor;
por eso no han prosperado,
y su rebaño anda disperso.

22  ¡Escuchen! ¡Llega un mensaje!
Un gran estruendo viene de un país del norte,
que convertirá las ciudades de Judá
en guarida de chacales, en un montón de ruinas.


Oración de Jeremías

23  Señor, yo sé que el *hombre
no es dueño de su destino,
que no le es dado al caminante
dirigir sus propios pasos.
24  Corrígeme, Señor, pero con *justicia,
y no según tu ira, pues me destruirías.
25  Derrama tu furor
sobre las naciones que no te reconocen,
y sobre las familias que no invocan tu *nombre.
Porque se han devorado a Jacob;
se lo han tragado por completo,
y han asolado su morada.


                         NOTAS:

1. 10:11 Este versículo está escrito en arameo.

Jeremías 11


Violación del pacto

1  Ésta es la palabra que vino a Jeremías de parte del Señor: 2  "Atiende a los términos de este *pacto, y comunícaselos a la gente de Judá y a los habitantes de Jerusalén. 3  Diles que así ha dicho el Señor, Dios de Israel: Maldito sea el *hombre que no obedezca los términos de este pacto, 4  que yo mismo prescribí a los antepasados de ustedes el día que los hice salir de Egipto, de esa caldera para fundir hierro. Les dije: Obedézcanme y cumplan con todo lo que les prescribo, y ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios. 5  Así cumpliré el juramento que les hice a sus antepasados, de darles una tierra donde abundan la leche y la miel, como la que hoy tienen ustedes. "
Yo respondí: "Amén, Señor."
6  El Señor me dijo: "Proclama todo esto en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, diciendo: Escuchen los términos de este pacto, y cúmplanlos. 7  Desde el día en que hice salir a sus antepasados de la tierra de Egipto hasta el día de hoy, una y otra vez les he advertido: 'Obedézcanme. 8  Pero no obedecieron ni prestaron atención, sino que siguieron la terquedad de su malvado *corazón. Por eso hice caer sobre ellos todo el peso de las palabras de este pacto, que yo les había ordenado cumplir, pero que no cumplieron. "
9  El Señor también me dijo: "Se está fraguando una conspiración entre los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén. 10  Han vuelto a los mismos pecados de sus antepasados, quienes se negaron a obedecerme. Se han ido tras otros dioses para servirles. Tanto el pueblo de Israel como la tribu de Judá han quebrantado el pacto que hice con sus antepasados. 11  Por eso, así dice el Señor: Les enviaré una calamidad de la cual no podrán escapar. Aunque clamen a mí, no los escucharé. 12  Entonces las ciudades de Judá y los habitantes de Jerusalén irán a clamar a los dioses a los que quemaron incienso, pero ellos no podrán salvarlos cuando llegue el tiempo de su calamidad. 13  Tú, Judá, tienes tantos dioses como ciudades. Erigiste tantos altares como calles hay en Jerusalén; altares para quemar incienso a *Baal, para vergüenza tuya.
14  "Pero en cuanto a ti, Jeremías, no intercedas por este pueblo. No me ruegues ni me supliques por ellos, porque yo no escucharé cuando clamen a mí por causa de su calamidad.

15  "¿Qué hace mi amada en mi casa,
después de haber cometido tantas vilezas?
¿Acaso la carne consagrada
alejará de ti la calamidad?
¿Podrás así regocijarte?"

16  El Señor te puso por *nombre:
"Olivo frondoso, lleno de hermosos frutos".
Pero en medio de grandes estruendos,
te ha prendido fuego,
y tus ramas se consumen.

17  El Señor *Todopoderoso, el que te plantó, ha decretado una calamidad contra ti, por causa de la maldad que cometieron el pueblo de Israel y la tribu de Judá. Dice el Señor: "Me han agraviado al quemar incienso a Baal."
18  El Señor me lo hizo saber y lo comprendí. Me mostró las maldades que habían cometido. 19  Pero yo era como un manso cordero que es llevado al matadero; no sabía lo que estaban maquinando contra mí, y que decían:

"Destruyamos el árbol con su fruto,
arranquémoslo de la tierra de los vivientes,
para que nadie recuerde más su nombre."
20  Pero tú, Señor Todopoderoso,
que juzgas con *justicia,
que pruebas los sentimientos y la *mente,
¡Déjame ver cómo te vengas de ellos,
porque en tus manos he puesto mi causa!

21  "Por eso, así dice el Señor en contra de los hombres de Anatot, que buscan quitarte la vida y afirman: ¡No profetices en nombre del Señor, si no quieres morir a manos nuestras! 22  Por eso, así dice el Señor Todopoderoso: Voy a castigarlos. Los jóvenes morirán a filo de espada, y sus hijos y sus hijas se morirán de hambre. 23  No quedará ni uno solo de ellos. En el año de su castigo haré venir una calamidad sobre los hombres de Anatot. "

Jeremías 12


Queja de Jeremías

1  Tú, Señor, eres justo
cuando argumento contigo.
Sin embargo, quisiera exponerte
algunas cuestiones de justicia.
¿Por qué prosperan los malvados?
¿Por qué viven tranquilos los traidores?
2  Tú los plantas, y ellos echan raíces;
crecen y dan fruto.
Te tienen a flor de labio,
pero estás lejos de su *corazón.
3  A mí, Señor, tú me conoces;
tú me ves y sabes lo que siento por ti.
Arrástralos, como ovejas, al matadero;
apártalos para el día de la matanza.
4  ¿Hasta cuándo estará seca la tierra,
y marchita la hierba de todos los campos?


Los animales y las aves se mueren
por la maldad de los que habitan el país,
quienes se atreven a decir:
"Dios no verá nuestro fin."


Respuesta de Dios
5  "Si los que corren a pie han hecho que te canses,
¿cómo competirás con los caballos?
Si te sientes confiado en una tierra tranquila,
¿qué harás en la espesura del Jordán?
6  Aun tus hermanos, los de tu propia familia,
te han traicionado y gritan contra ti.
Por más que te digan cosas agradables,
no confíes en ellos.

7  "He abandonado mi casa,
he rechazado mi herencia,
he entregado a mi pueblo amado
en poder de sus enemigos.
8  Mis herederos se han comportado conmigo
como leones en la selva.
Lanzan rugidos contra mí;
por eso los aborrezco.
9  Mi heredad es para mí
como un ave de muchos colores
acosada por las aves de rapiña.
¡Vayan y reúnan a todos los animales salvajes!
¡Tráiganlos para que la devoren!
10  Muchos *pastores han destruido mi viña,
han pisoteado mi terreno;
han hecho de mi hermosa parcela
un desierto desolado.
11  La han dejado en ruinas,
seca y desolada ante mis ojos;
todo el país ha sido arrasado
porque a nadie le importa.
12  Sobre todas las lomas del desierto
vinieron depredadores.


La espada del Señor destruirá al país
de un extremo al otro,
y para nadie habrá *paz.
13  Sembraron trigo y cosecharon espinos;
¡de nada les valió su esfuerzo!


Por causa de la ardiente ira del Señor
se avergonzarán de sus cosechas."

14  Así dice el Señor: "En cuanto a todos los vecinos malvados que tocaron la heredad que le di a mi pueblo Israel, los arrancaré de sus tierras, y a la tribu de Judá la quitaré de en medio de ellos. 15  Después que los haya desarraigado, volveré a tener compasión de ellos, y los haré regresar, cada uno a su heredad y a su propio país. 16  Y si aprenden bien los *caminos de mi pueblo y, si así como enseñaron a mi pueblo a jurar por *Baal, aprenden a jurar por mi *nombre y dicen: Por la vida del Señor, entonces serán establecidos en medio de mi pueblo. 17  Pero a la nación que no obedezca, la desarraigaré por completo y la destruiré", afirma el Señor.

Jeremías 13


El cinturón de lino

1  Así me dijo el Señor: "Ve y cómprate un cinturón de lino, y póntelo en la cintura, pero no lo metas en agua."
2  Conforme a las instrucciones del Señor, compré el cinturón y me lo puse en la cintura. 3  Entonces el Señor me dijo por segunda vez: 4  "Toma el cinturón que has comprado y que tienes puesto en la cintura, y ve a Perat,[1] y escóndelo allí, en la grieta de una roca." 5  Fui entonces y lo escondí en Perat, tal como el Señor me lo había ordenado.
6  Al cabo de muchos días, el Señor me dijo: "Ve a Perat y busca el cinturón que te mandé a esconder allí." 7  Fui a Perat, cavé y saqué el cinturón del lugar donde lo había escondido, pero ya estaba podrido y no servía para nada.
8  Entonces el Señor volvió a decirme: 9  "Así dice el Señor: De esta misma manera destruiré el orgullo de Judá y el gran orgullo de Jerusalén. 10  Este pueblo malvado, que se niega a obedecerme, que sigue la terquedad de su *corazón y va tras otros dioses para servirlos y adorarlos, será como este cinturón, que no sirve para nada. 11  Porque así como el cinturón se ajusta a la cintura del hombre, así procuré que todo el pueblo de Israel y toda la tribu de Judá se ajustaran a mí afirma el Señor para que fueran mi pueblo y mi renombre, mi honor y mi gloria. ¡Pero no obedecieron!


Los cántaros rotos

12  "Diles también lo siguiente: Así dice el Señor, el Dios de Israel: 'Todo cántaro se llenará de vino. Y si ellos te dicen: '¿Acaso no sabemos bien que todo cántaro se debe llenar de vino?, 13  entonces les responderás que así dice el Señor: 'Voy a llenar de vino a todos los habitantes de este país: a los reyes que se sientan en el trono de David, a los sacerdotes y a todos los habitantes de Jerusalén. 14  Haré que se despedacen unos a otros, padres e hijos por igual. No les tendré piedad ni lástima, sino que los destruiré sin compasión. Lo afirma el Señor. "


Advertencia oportuna

15  ¡Escúchenme, préstenme atención!
¡No sean soberbios, que el Señor mismo lo ha dicho!
16  Glorifiquen al Señor su Dios,
antes de que haga venir la oscuridad
y ustedes tropiecen contra los montes sombríos.
Ustedes esperan la luz,
pero Él la cambiará en densas tinieblas;
¡la convertirá en profunda oscuridad!
17  Pero si ustedes no obedecen,
lloraré en secreto
por causa de su orgullo;
mis ojos llorarán amargamente
y se desharán en lágrimas,
porque el rebaño del Señor
será llevado al cautiverio.
18  Di al rey y a la reina madre:
"¡Humíllense, siéntense en el suelo,
que ya no ostentan sobre su cabeza
la corona de gloria!"
19  Las ciudades del Néguev están cerradas,
y no hay quien abra sus *puertas.
Todo Judá se ha ido al destierro,
exiliado en su totalidad.
20  Alcen los ojos y miren
a los que vienen del norte.
¿Dónde está el rebaño que te fue confiado,
el rebaño que era tu orgullo?
21  ¿Qué dirás cuando el Señor te imponga como jefes
a los que tú mismo enseñaste
a ser tus aliados predilectos?
¿No tendrás dolores
como de mujer de parto?
22  Y si preguntas:
"¿Por qué me pasa esto?",
¡por tus muchos pecados
te han arrancado las faldas
y te han violado![2]
23  ¿Puede el etíope cambiar de piel,
o el leopardo quitarse sus manchas?
¡Pues tampoco ustedes pueden hacer el bien,
acostumbrados como están a hacer el mal!

24  "Los dispersaré como a la paja
que arrastra el viento del desierto.
25  Esto es lo que te ha tocado en suerte,
¡la porción que he medido para ti!
afirma el Señor.
Ya que me has olvidado,
y has confiado en la mentira,
26  ¡yo también te alzaré las faldas
hasta cubrirte el rostro
y descubrir tus vergüenzas!
27  He visto tus adulterios,
tus relinchos,
tu vergonzosa prostitución
y tus abominaciones,
en los campos y sobre las colinas.
¡Ay de ti, Jerusalén!
¿Hasta cuándo seguirás en tu *impureza?"


                         NOTAS:

1. 13:4 Perat. Posiblemente el río Éufrates; también en vv. 5-7.
2. 13:22 te han violado. Lit. tus talones han sufrido violencia.

Jeremías 14


Sequía, hambre y espada

1  Ésta es la palabra del Señor, que vino a Jeremías con motivo de la sequía:

2  "Judá está de luto
y sus ciudades desfallecen;
hay lamentos en el país,
y sube el clamor de Jerusalén.
3  Los nobles mandan por agua a sus siervos,
y éstos van a las cisternas,
pero no la encuentran.
Avergonzados y confundidos,
vuelven con sus cántaros vacíos
y agarrándose[1] la cabeza.
4  El suelo está agrietado,
porque no llueve en el país.
Avergonzados están los campesinos,
agarrándose la cabeza.
5  Aun las ciervas, en el campo,
abandonan a sus crías por falta de pastos.
6  Parados sobre las lomas desiertas,
y con los ojos desfallecientes,
los asnos salvajes jadean como chacales
porque ya no tienen hierba."

7  Aunque nuestras iniquidades nos acusan,
tú, Señor, actúas en razón de tu *nombre;
muchas son nuestras infidelidades;
¡contra ti hemos pecado!
8  Tú, esperanza y *salvación de Israel
en momentos de angustia,
¿por qué actúas en el país como un peregrino,
como un viajero que sólo pasa la noche?
9  ¿Por qué te encuentras confundido,
como un guerrero impotente para salvar?
Señor, tú estás en medio de nosotros,
y se nos llama por tu nombre;
¡no nos abandones!

10  Así dice el Señor acerca de este pueblo:

"Les encanta vagabundear;
no refrenan sus pies.
Por eso yo no los acepto,
sino que voy a recordar sus iniquidades
y a castigar sus pecados."

11  Entonces el Señor me dijo: "No ruegues por el bienestar de este pueblo. 12  Aunque ayunen, no escucharé sus clamores; aunque me ofrezcan *holocaustos y ofrendas de cereal, no los aceptaré. En verdad, voy a exterminarlos con la espada, el hambre y la peste."
13  Pero yo respondí: "¡Ah, Señor mi Dios! Los profetas les dicen que no se enfrentarán con la espada ni pasarán hambre, sino que tú les concederás una *paz duradera en este lugar."
14  El Señor me contestó: "Mentira es lo que están profetizando en mi nombre esos profetas. Yo no los he enviado, ni les he dado ninguna orden, y ni siquiera les he hablado. Lo que les están profetizando son visiones engañosas, adivinaciones vanas y delirios de su propia imaginación. 15  Por eso, así dice el Señor: En cuanto a los profetas que profetizan en mi nombre sin que yo los haya enviado, y que además dicen que no habrá espada ni hambre en este país, ellos mismos morirán de hambre y a filo de espada. 16  Y el pueblo al que profetizan será arrojado a las calles de Jerusalén a causa del hambre y de la espada, y no habrá quien los entierre, ni a ellos ni a sus esposas, ni a sus hijos, ni a sus hijas; también les echaré encima su propia maldad.

17  "Tú les dirás lo siguiente:

"Que corran lágrimas de mis ojos
día y noche, sin cesar,
porque la virginal hija de mi pueblo
ha sufrido una herida terrible,
¡un golpe muy duro!
18  Si salgo al campo, veo los cuerpos
de los muertos a filo de espada;
si entro en la ciudad, veo los estragos
que el hambre ha producido.


Tanto el profeta como el sacerdote
ejercen en el país, sin *conocimiento. "[2]

19  ¿Has rechazado por completo a Judá?
¿Detestas a *Sión?
¿Por qué nos has herido de tal modo
que ya no tenemos remedio?
Esperábamos tiempos de paz,
pero nada bueno recibimos.
Esperábamos tiempos de salud,
pero sólo nos llegó el terror.
20  Reconocemos, Señor, nuestra maldad,
y la iniquidad de nuestros padres;
¡hemos pecado contra ti!
21  En razón de tu nombre, no nos desprecies;
no deshonres tu trono glorioso.
¡Acuérdate de tu *pacto con nosotros!
¡No lo quebrantes!
22  ¿Acaso hay entre los ídolos falsos
alguno que pueda hacer llover?
Señor y Dios nuestro,
¿acaso no eres tú, y no el cielo mismo,
el que manda los aguaceros?
Tú has hecho todas estas cosas;
por eso esperamos en ti.


                         NOTAS:

1. 14:3 agarrándose. Lit. cubriéndose; también en v. 4.
2. 14:18 ejercen ... sin conocimiento. Alt. andan errantes en una tierra que no conocen.

Jeremías 15

1  El Señor me dijo: "Aunque Moisés y Samuel se presentaran ante mí, no tendría compasión de este pueblo. ¡Échalos de mi presencia! ¡Que se vayan! 2  Y si te preguntan: ¿A dónde iremos?, adviérteles que así dice el Señor:

"Los destinados a la muerte, a la muerte;
los destinados a la espada, a la espada;
los destinados al hambre, al hambre;
los destinados al cautiverio, al cautiverio.

3  "Enviaré contra ellos cuatro clases de calamidades afirma el Señor: la espada para matar, los perros para arrastrar, las aves del cielo para devorar, y las bestias de la tierra para destruir. 4  Los haré motivo de espanto para todos los reinos de la tierra, por causa de lo que Manasés hijo de Ezequías, rey de Judá, hizo en Jerusalén.

5  "¿Quién tendrá compasión de ti, Jerusalén?
¿Quién llorará por ti?
¿Quién se detendrá a preguntar por tu salud?
6  Tú me has rechazado,
te has vuelto atrás
afirma el Señor.
Extenderé mi mano contra ti,
y te destruiré;
estoy cansado de tenerte compasión.
7  Te aventaré con la horquilla
por las *puertas de la ciudad.
A ti te dejaré sin hijos,
y a mi pueblo lo destruiré,
porque no cambió su conducta.
8  Haré que sus viudas sean más numerosas
que la arena de los mares;
en pleno día enviaré destrucción
contra las madres de los jóvenes.


De repente haré que caigan sobre ellas
la angustia y el pavor.
9  Se desmaya la que tuvo siete hijos;
se queda sin *aliento.
Su sol se pone en pleno día;
¡se queda avergonzada y humillada!


A sus sobrevivientes los entregaré a la espada
delante de sus enemigos",
afirma el Señor.

10  ¡Ay de mí, madre mía,
que me diste a luz
como hombre de contiendas y disputas
contra toda la nación!
No he prestado ni me han prestado,
pero todos me maldicen.

11  El Señor dijo:

"De veras te libraré para bien;
haré que el enemigo te suplique
en tiempos de calamidad y de angustia.

12  "¿Puede el *hombre romper el hierro,
el hierro del norte, y el bronce?
13  Por causa de todos tus pecados
entregaré como botín, sin costo alguno,
tu riqueza y tus tesoros,
por todo tu territorio.
14  Haré que sirvas[1] a tus enemigos
en una tierra que no conoces,
porque en mi ira un fuego se ha encendido,
y arde contra ustedes."

15  Tú comprendes, Señor;
¡acuérdate de mí, y cuídame!
¡Toma venganza de los que me persiguen!
Por causa de tu paciencia,
no permitas que sea yo arrebatado;
mira que por ti sufro injurias.
16  Al encontrarme con tus palabras,
yo las devoraba;
ellas eran mi gozo
y la alegría de mi *corazón,
porque yo llevo tu *nombre,
Señor, Dios *Todopoderoso.
17  No he formado parte de grupos libertinos,
ni me he divertido con ellos;
he vivido solo, porque tú estás conmigo
y me has llenado de indignación.
18  ¿Por qué no cesa mi dolor?
¿Por qué es incurable mi herida?
¿Por qué se resiste a sanar?
¿Serás para mí un torrente engañoso
de aguas no confiables?

19  Por eso, así dice el Señor:

"Si te *arrepientes,
yo te restauraré y podrás servirme.
Si evitas hablar en vano,
y hablas lo que en verdad vale,
tú serás mi portavoz.
Que ellos se vuelvan hacia ti,
pero tú no te vuelvas hacia ellos.
20  Haré que seas para este pueblo
como invencible muro de bronce;
pelearán contra ti,
pero no te podrán vencer,
porque yo estoy contigo
para salvarte y librarte
afirma el Señor.
21  Te libraré del poder de los malvados;
¡te rescataré de las garras de los violentos!"


                         NOTAS:

1. 15:14 Haré que sirvas (mss. hebreos, LXX y Siríaca); Haré pasar (TM).

Jeremías 16


Mensaje de juicio

1  La palabra del Señor vino a mí, y me dijo: 2  "No te cases, ni tengas hijos ni hijas en este lugar." 3  Porque así dice el Señor en cuanto a los hijos y las hijas que han nacido en este lugar, y en cuanto a las madres que los dieron a luz y los padres que los engendraron en este país: 4  "Morirán de enfermedades horribles. Nadie llorará por ellos, ni los sepultará; se quedarán sobre la faz de la tierra, como el estiércol. La espada y el hambre acabarán con ellos, y sus cadáveres servirán de alimento para las aves del cielo y para las bestias de la tierra."
5  Así dice el Señor: "No entres en una casa donde estén de luto, ni vayas a llorar, ni los consueles, porque a este pueblo le he retirado mi *paz, mi amor y mi compasión afirma el Señor. 6  En este país morirán grandes y pequeños; nadie llorará por ellos, ni los sepultará; nadie se hará heridas en el cuerpo ni se rapará la cabeza por ellos. 7  Nadie ofrecerá un banquete fúnebre a los que estén de duelo, para consolarlos por el muerto, ni a nadie se le dará a beber la copa del consuelo, aun cuando quien haya muerto sea su padre o su madre.
8  "No entres en una casa donde haya una celebración, ni te sientes con ellos a comer y beber. 9  Porque así dice el Señor *Todopoderoso, el Dios de Israel: Voy a poner fin en este lugar a toda expresión de alegría y de regocijo, y al cántico del novio y de la novia. Esto sucederá en sus propios días, y ustedes lo verán.
10  "Cuando anuncies a este pueblo todas estas cosas, ellos te preguntarán: ¿Por qué ha decretado el Señor contra nosotros esta calamidad tan grande? ¿Cuál es nuestra iniquidad? ¿Qué pecado hemos cometido contra el Señor nuestro Dios? 11  Entonces les responderás: Esto es porque sus antepasados me abandonaron y se fueron tras otros dioses, y los sirvieron y los adoraron. Pero a mí me abandonaron, y no cumplieron mi *ley afirma el Señor. 12  Pero ustedes se han comportado peor que sus antepasados. Cada uno sigue la terquedad de su *corazón malvado, y no me ha obedecido. 13  Por eso los voy a arrojar de esta tierra, a un país que ni ustedes ni sus antepasados conocieron, y allí servirán a otros dioses día y noche. No les tendré clemencia.
14  "Por eso afirma el Señor, vienen días en que ya no se dirá: Por la vida del Señor, que hizo salir a los israelitas de la tierra de Egipto, 15  sino: Por la vida del Señor, que hizo salir a los israelitas de la tierra del norte, y de todos los países adonde los había expulsado. Yo los haré volver a su tierra, la que antes di a sus antepasados.
16  "Voy a enviar a muchos pescadores afirma el Señor, y ellos los pescarán a ustedes. Después, enviaré a muchos cazadores, y ellos los cazarán a ustedes por todas las montañas y colinas, y por las grietas de las rocas. 17  Ciertamente mis ojos ven todas sus acciones; ninguna de ellas me es oculta. Su iniquidad no puede esconderse de mi vista. 18  Primero les pagaré el doble por su iniquidad y su pecado, porque con los cadáveres de sus ídolos detestables han profanado mi tierra, y han llenado mi herencia con sus abominaciones."

19  Señor, fuerza y fortaleza mía,
mi refugio en el día de la angustia:
desde los confines de la tierra
vendrán a ti las naciones, y dirán:
"Sólo mentira heredaron nuestros antepasados;
heredaron lo absurdo,
lo que no sirve para nada.
20  ¿Acaso puede el *hombre hacer sus propios dioses?
¡Pero si no son dioses!"

21  Por eso, esta vez les daré una lección;
les daré a conocer mi mano poderosa.
¡Así sabrán que mi *nombre es el Señor!

Jeremías 17

1  "El pecado de Judá está escrito
con cincel de hierro;
grabado está con punta de diamante
sobre la tabla de su *corazón
y sobre los cuernos de sus altares.
2  Bien que se acuerdan sus hijos
de sus altares junto a árboles frondosos;
de sus imágenes de *Aserá sobre altas colinas
3  y sobre mi montaña a campo abierto.

"Entregaré como botín tu riqueza,
tus tesoros y tus *santuarios paganos,
por todos tus pecados
en todo tu territorio.
4  Por tu culpa perderás la herencia
que yo te había dado.
Te haré esclava de tus enemigos,
en un país para ti desconocido,
porque has encendido mi ira,
la cual se mantendrá ardiendo para siempre."

5  Así dice el Señor:

"¡Maldito el *hombre que confía en el hombre!
¡Maldito el que se apoya en su propia fuerza
y aparta su corazón del Señor!
6  Será como una zarza en el desierto:
no se dará cuenta cuando llegue el bien.
Morará en la sequedad del desierto,
en tierras de sal, donde nadie habita.

7  "Bendito el hombre que confía en el Señor,
y pone su confianza en él.
8  Será como un árbol plantado junto al agua,
que extiende sus raíces hacia la corriente;
no teme que llegue el calor,
y sus hojas están siempre verdes.
En época de sequía no se angustia,
y nunca deja de dar fruto."

9  Nada hay tan engañoso como el corazón.
No tiene remedio.
¿Quién puede comprenderlo?

10  "Yo, el Señor, sondeo el corazón
y examino los pensamientos,
para darle a cada uno según sus acciones
y según el fruto de sus obras."

11  El que acapara riquezas injustas
es perdiz que empolla huevos ajenos.
En la mitad de la vida las perderá,
y al final no será más que un insensato.

12  Trono de gloria,
exaltado desde el principio,
es el lugar de nuestro santuario.
13  Señor, tú eres la esperanza de Israel,
todo el que te abandona quedará avergonzado.


El que se aparta de ti
quedará como algo escrito en el polvo,
porque abandonó al Señor,
al manantial de aguas vivas.

14  Sáname, Señor, y seré sanado;
sálvame y seré salvado,
porque tú eres mi alabanza.
15  No falta quien me pregunte:
"¿Dónde está la palabra del Señor?
¡Que se haga realidad!"
16  Pero yo no me he apresurado
a abandonarte y dejar de ser tu *pastor,
ni he deseado que venga el día de la calamidad.
Tú bien sabes lo que he dicho,
pues lo dije en tu presencia.
17  No seas para mí un motivo de terror;
tú eres mi refugio en tiempos de calamidad.
18  ¡No me pongas a mí en vergüenza;
avergüénzalos a ellos!
¡No me llenes de terror a mí;
aterrorízalos a ellos!
Envíales tiempos difíciles;
¡destrózalos, y vuelve a destrozarlos!



La observancia del sábado

19  Así me dijo el Señor: "Ve y párate en la puerta del Pueblo, por donde entran y salen los reyes de Judá, y luego en todas las *puertas de Jerusalén, 20  y diles: ¡Escuchen la palabra del Señor, reyes de Judá, y toda la gente de Judá y todos los habitantes de Jerusalén que entran por estas puertas! 21  Así dice el Señor: 'Cuídense bien de no llevar ninguna carga en día *sábado, y de no meterla por las puertas de Jerusalén. 22  Tampoco saquen ninguna carga de sus casas en día sábado, ni hagan ningún tipo de trabajo. Observen el reposo del sábado, tal como se lo ordené a sus antepasados. 23  Pero ellos no me prestaron atención ni me obedecieron, sino que se obstinaron y no quisieron escuchar ni recibir *corrección.
24  "  Si de veras me obedecen afirma el Señor y no meten ninguna carga por las puertas de esta ciudad en día sábado, sino que observan este día no haciendo ningún trabajo, 25  entonces entrarán por las puertas de esta ciudad reyes y príncipes que se sentarán en el trono de David. Ellos y los príncipes entrarán montados en carros y caballos, acompañados por la gente de Judá y por los habitantes de Jerusalén, y esta ciudad será habitada para siempre. 26  Vendrá gente de las ciudades de Judá y de los alrededores de Jerusalén, del territorio de Benjamín y de la Sefelá, de la región montañosa y del Néguev. Traerán a la casa del Señor *holocaustos y sacrificios, ofrendas de cereal y de incienso, y ofrendas de acción de gracias. 27  Pero si no obedecen ustedes mi mandato de observar el reposo del sábado, y de no llevar carga al entrar en sábado por las puertas de Jerusalén, entonces les prenderé fuego a sus puertas, que no podrá ser apagado y que consumirá los palacios de Jerusalén.  "

Jeremías 18


Parábola del alfarero

1  Ésta es la palabra del Señor, que vino a Jeremías: 2  "Baja ahora mismo a la casa del alfarero, y allí te comunicaré mi mensaje."
3  Entonces bajé a la casa del alfarero, y lo encontré trabajando en el torno. 4  Pero la vasija que estaba modelando se le deshizo en las manos; así que volvió a hacer otra vasija, hasta que le pareció que le había quedado bien.
5  En ese momento la palabra del Señor vino a mí, y me dijo: 6  "Pueblo de Israel, ¿acaso no puedo hacer con ustedes lo mismo que hace este alfarero con el barro? afirma el Señor. Ustedes, pueblo de Israel, son en mis manos como el barro en las manos del alfarero. 7  En un momento puedo hablar de arrancar, derribar y destruir a una nación o a un reino; 8  pero si la nación de la cual hablé se *arrepiente de su maldad, también yo me arrepentiré del castigo que había pensado infligirles. 9  En otro momento puedo hablar de construir y plantar a una nación o a un reino. 10  Pero si esa nación hace lo malo ante mis ojos y no me obedece, me arrepentiré del bien que había pensado hacerles. 11  Y ahora habla con los habitantes de Judá y de Jerusalén, y adviérteles que así dice el Señor: Estoy preparando una calamidad contra ustedes, y elaborando un plan en su contra. ¡Vuélvanse ya de su mal *camino; enmienden su conducta y sus acciones! 12  Ellos objetarán: Es inútil. Vamos a seguir nuestros propios planes, y cada uno cometerá la maldad que le dicte su obstinado *corazón."

13  Por eso, así dice el Señor:

"Pregunten entre las naciones:
¿Quién ha oído algo semejante?


La virginal Israel
ha cometido algo terrible.
14  ¿Acaso la nieve del Líbano
desaparece de las colinas escarpadas?
¿Se agotan las aguas frías
que fluyen de las montañas?[1]
15  Sin embargo, mi pueblo me ha olvidado;
quema incienso a ídolos inútiles.
Ha tropezado en sus caminos,
en los senderos antiguos,
para andar por sendas
y caminos escabrosos.
16  Así ha dejado desolado su país;
lo ha hecho objeto de burla constante.


Todo el que pase por él
meneará atónito la cabeza.
17  Como un viento del este,
los esparciré delante del enemigo.


En el día de su calamidad
les daré la espalda y no la cara."

18  Ellos dijeron: "Vengan, tramemos un plan contra Jeremías. Porque no le faltará la ley al sacerdote, ni el consejo al sabio, ni la palabra al profeta. Ataquémoslo de palabra, y no hagamos caso de nada de lo que diga."

19  ¡Señor, préstame atención!
¡Escucha a los que me acusan!
20  ¿Acaso el bien se paga con el mal?
¡Pues ellos me han cavado una fosa!


Recuerda que me presenté ante ti
para interceder por ellos,
para apartar de ellos tu ira.
21  Por eso, entrega ahora sus hijos al hambre;
abandónalos a merced de la espada.
Que sus esposas se queden viudas y sin hijos;
que sus maridos mueran asesinados,
y que sus jóvenes caigan en combate
a filo de espada.
22  ¡Que se oigan los gritos desde sus casas,
cuando de repente mandes contra ellos
una banda de asaltantes!
Han cavado una fosa para atraparme,
y han puesto trampas a mi paso.
23  Pero tú, Señor, conoces
todos sus planes para matarme.
¡No perdones su iniquidad,
ni borres de tu presencia sus pecados!
¡Que caigan derribados ante ti!
¡Enfréntate a ellos en el momento de tu ira!


                         NOTAS:

1. 18:14 ¿Se agotan ... montañas? Texto de difícil traducción.

Jeremías 19

1  Así dice el Señor: "Ve a un alfarero, y cómprale un cántaro de barro. Pide luego que te acompañen algunos de los *ancianos del pueblo y de los ancianos de los sacerdotes, 2  y ve al valle de Ben Hinón, que está a la entrada de la puerta de los Alfareros, y proclama allí las palabras que yo te comunicaré. 3  Diles: Reyes de Judá y habitantes de Jerusalén, escuchen la palabra del Señor. Así dice el Señor *Todopoderoso, el Dios de Israel: 'Haré venir tal calamidad sobre este lugar, que a todo el que se entere le zumbarán los oídos. 4  Porque ellos me han abandonado. Han profanado este lugar, quemando en él incienso a otros dioses que no conocían ni ellos ni sus antepasados ni los reyes de Judá. Además, han llenado de sangre inocente este lugar. 5  Han construido *santuarios paganos en honor de *Baal, para quemar a sus hijos en el fuego como *holocaustos a Baal, cosa que yo jamás les ordené ni mencioné, ni jamás me pasó por la *mente. 6  Por eso vendrán días en que este lugar ya no se llamará Tofet, ni Valle de Ben Hinón, sino Valle de la Matanza afirma el Señor. 7  En este lugar anularé los planes de Judá y de Jerusalén, y los haré caer a filo de espada delante de sus enemigos, es decir, a manos de los que atentan contra su vida, y dejaré sus cadáveres a las aves del cielo y a las bestias de la tierra, para que les sirvan de comida. 8  Convertiré a esta ciudad en un lugar desolado y en objeto de burla. Todo el que pase por ella quedará atónito y se burlará de todas sus heridas. 9  Ante el angustioso asedio que les impondrán los enemigos que atentan contra ustedes, haré que se coman la carne de sus propios hijos e hijas, y que se devoren entre sí.
10  "Rompe después el cántaro en mil pedazos, a la vista de los hombres que te acompañaron, 11  y adviérteles que así dice el Señor Todopoderoso: Voy a hacer pedazos esta nación y esta ciudad, como quien hace pedazos un cántaro de alfarero, que ya no se puede reparar; y a falta de otro lugar, enterrarán a sus muertos en Tofet. 12  Así haré con este lugar y con sus habitantes afirma el Señor; esta ciudad quedará tal y como quedó Tofet. 13  Todas las casas de Jerusalén y todos los palacios de los reyes de Judá, es decir, todas esas casas en cuyas azoteas se quemó incienso a los astros de los cielos y donde se derramaron libaciones a otros dioses, quedarán tan *impuras como quedó Tofet. "
14  Cuando Jeremías regresó de Tofet, adonde el Señor lo había enviado a profetizar, se paró en el atrio de la casa del Señor y dijo a todo el pueblo: 15  "Así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: Como esta ciudad y todos sus pueblos vecinos se han obstinado en desobedecer mis palabras, voy a mandarles toda la calamidad que les había prometido. "

Jeremías 20


Jeremías y Pasur

1  Cuando el sacerdote Pasur hijo de Imer, que era el oficial principal de la casa del Señor, oyó lo que Jeremías profetizaba, 2  mandó que golpearan al profeta Jeremías y que lo colocaran en el cepo ubicado en la puerta alta de Benjamín, junto a la casa del Señor. 3  A la mañana siguiente, cuando Pasur liberó a Jeremías del cepo, Jeremías le dijo: "El Señor ya no te llama Pasur, sino Terror por todas partes. 4  Porque así dice el Señor: Te voy a convertir en terror para ti mismo y para tus amigos, los cuales caerán bajo la espada de sus enemigos, y tú mismo lo verás. Entregaré a todo Judá en manos del rey de Babilonia, el cual los deportará a Babilonia o los matará a filo de espada. 5  Además, pondré en manos de sus enemigos toda la riqueza de esta ciudad, todos sus productos y objetos de valor, y todos los tesoros de los reyes de Judá, para que los saqueen y se los lleven a Babilonia. 6  Y tú, Pasur, irás al cautiverio de Babilonia junto con toda tu familia. Allí morirás, y allí serás enterrado, con todos tus amigos, a quienes les profetizabas mentiras. "


Quejas de Jeremías

7  ¡Me sedujiste, Señor,
y yo me dejé seducir!
Fuiste más fuerte que yo,
y me venciste.
Todo el mundo se burla de mí;
se ríen de mí todo el tiempo.
8  Cada vez que hablo, es para gritar:
"¡Violencia! ¡Violencia!"


Por eso la palabra del Señor
no deja de ser para mí
un oprobio y una burla.
9  Si digo: "No me acordaré más de él,
ni hablaré más en su *nombre",
entonces su palabra en mi interior
se vuelve un fuego ardiente
que me cala hasta los huesos.
He hecho todo lo posible por contenerla,
pero ya no puedo más.
10  Escucho a muchos decir con sorna:
"¡Hay terror por todas partes!"
y hasta agregan: "¡Denúncienlo!
¡Vamos a denunciarlo!"


Aun mis mejores amigos
esperan que tropiece.
También dicen: "Quizá lo podamos seducir.


Entonces lo venceremos
y nos vengaremos de él."

11  Pero el Señor está conmigo
como un guerrero poderoso;
por eso los que me persiguen
caerán y no podrán prevalecer,
fracasarán y quedarán avergonzados.
Eterna será su deshonra;
jamás será olvidada.
12  Tú, Señor *Todopoderoso,
que examinas al justo,
que sondeas el *corazón y la *mente,
hazme ver tu venganza sobre ellos,
pues a ti he encomendado mi causa.

13  ¡Canten al Señor, alábenlo!
Él salva a los pobres
del poder de los malvados.

14  ¡Maldito el día en que nací!
¡Maldito el día en que mi madre me dio a luz!
15  ¡Maldito el hombre que alegró a mi padre
cuando le dijo: "¡Te ha nacido un hijo varón!"!
16  ¡Que sea tal hombre como las ciudades
que el Señor destruyó sin compasión.


Que oiga gritos en la mañana
y alaridos de guerra al mediodía!
17  ¿Por qué Dios no me dejó morir
en el seno de mi madre?
Así ella habría sido mi tumba,
y yo jamás habría salido de su vientre.
18  ¿Por qué tuve que salir del vientre
sólo para ver problemas y aflicción,
y para terminar mis días en vergüenza?

Jeremías 21


Dios rechaza la petición de Sedequías

1  Ésta es la palabra del Señor, que vino a Jeremías cuando el rey Sedequías envió a Pasur hijo de Malquías, y al sacerdote Sofonías hijo de Maseías, a que le dijeran:
2  "Consulta ahora al Señor por nosotros, porque Nabucodonosor, rey de Babilonia, nos está atacando. Tal vez el Señor haga uno de sus milagros, y lo obligue a retirarse."
3  Jeremías les respondió:
"Adviértanle a Sedequías 4  que así dice el Señor, el Dios de Israel: Yo haré retroceder tus tropas, las que pelean contra el rey de Babilonia y contra los *caldeos, que desde fuera de los muros los tienen sitiados. Haré que tus tropas se replieguen dentro de la ciudad. 5  Yo mismo pelearé contra ustedes. Con gran despliegue de poder, y con ira, furor y gran indignación, 6  heriré a *hombres y animales, y los habitantes de esta ciudad morirán por causa de una peste terrible. 7  Después de eso entregaré a Sedequías, rey de Judá, y a sus oficiales y a la gente que haya quedado con vida después de la peste, la espada y el hambre afirma el Señor. Los entregaré en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y de los enemigos que buscan matarlos. Sin ninguna piedad, clemencia ni compasión, Nabucodonosor los herirá a filo de espada.
8  "Y a este pueblo adviértele que así dice el Señor: Pongo delante de ustedes el *camino de la vida y el camino de la muerte. 9  El que se quede en esta ciudad morirá por la espada y la peste, o de hambre. Pero el que salga y se rinda a los caldeos que los están sitiando, vivirá. Así salvará su vida. 10  Porque he decidido hacerle a esta ciudad el mal y no el bien afirma el Señor. Será entregada en manos del rey de Babilonia, quien le prenderá fuego.
11  "Di también a la casa real de Judá que escuchen la palabra del Señor. 12  Adviértele a la dinastía de David que así dice el Señor:

"Hagan justicia cada mañana,
y libren al explotado del poder del opresor,
no sea que mi ira se encienda como un fuego
y arda sin que nadie pueda extinguirla,
a causa de la maldad de sus acciones.
13  ¡Yo estoy contra ti, Jerusalén,
reina del valle, roca de la llanura!
afirma el Señor.
Ustedes dicen: '¿Quién podrá venir contra nosotros?
¿Quién podrá entrar en nuestros refugios?
14  Yo los castigaré conforme al fruto de sus acciones
afirma el Señor;
a su bosque le prenderé fuego,
y ese fuego consumirá todos sus alrededores. "

Jeremías 22


Juicio contra reyes malvados

1  Así dice el Señor: "Ve a la casa del rey de Judá, y proclama allí este mensaje: 2  Tú, rey de Judá, que estás sentado sobre el trono de David, y tus oficiales y tu pueblo, que entran por estas puertas, escuchen la palabra del Señor. 3  Así dice el Señor: 'Practiquen el derecho y la justicia. Libren al oprimido del poder del opresor. No maltraten ni hagan violencia al extranjero, ni al huérfano ni a la viuda, ni derramen sangre inocente en este lugar. 4  Si de veras cumplen con esta palabra, entonces por las puertas de este palacio entrarán reyes que ocuparán el trono de David; entrarán en carros y a caballo, acompañados por sus oficiales y su pueblo. 5  Pero si no obedecen estas palabras, juro por mí mismo que este palacio se convertirá en un montón de ruinas. Yo, el Señor, lo afirmo.  "
6  Porque así dice el Señor acerca de la casa real de Judá:

"Para mí, tú eres como Galaad
y como la cima del Líbano,
pero juro que te convertiré en un desierto,
en ciudades deshabitadas.
7  Enviaré contra ti destructores,
cada uno con sus armas,
que talarán tus cedros más hermosos
y los echarán en el fuego.

8  "Gente de muchas naciones pasará por esta ciudad, y se preguntará: ¿Por qué habrá tratado así el Señor a esta gran ciudad? 9  Y se le responderá: Porque abandonaron el *pacto del Señor su Dios, adorando y sirviendo a otros dioses. "

10  No lloren por el que está muerto,
ni hagan lamentaciones por él.
Lloren más bien por el exiliado,
por el que nunca volverá
ni verá más la tierra en que nació.

11  Así dice el Señor acerca de Salún hijo de Josías, rey de Judá, que ascendió al trono después de su padre Josías y que salió de este lugar: "Nunca más volverá, 12  sino que morirá en el lugar donde ha sido desterrado. No volverá a ver más este país.

13  "¡Ay del que edifica su casa
y sus habitaciones superiores
violentando la justicia y el derecho!
¡Ay del que obliga a su prójimo
a trabajar de balde,
y no le paga por su trabajo!
14  ¡Ay del que dice: Me edificaré una casa señorial,
con habitaciones amplias en el piso superior!
Y le abre grandes ventanas,
y la recubre de cedro y la pinta de rojo.

15  "¿Acaso eres rey
sólo por acaparar mucho cedro?
Tu padre no sólo comía y bebía,
sino que practicaba el derecho y la justicia,
y por eso le fue bien.
16  Defendía la causa del pobre y del necesitado,
y por eso le fue bien.
¿Acaso no es esto conocerme?
afirma el Señor.

17  "Pero tus ojos y tu *corazón
sólo buscan ganancias deshonestas,
sólo buscan derramar sangre inocente
y practicar la opresión y la violencia."

18  Por eso, así dice el Señor acerca de Joacim hijo de Josías, rey de Judá:

"Nadie lamentará su muerte ni gritará:
¡Ay, mi hermano! ¡Ay, mi hermana!
Nadie lamentará su muerte ni gritará:
¡Ay, señor! ¡Ay, Su Majestad!
19  Será enterrado como un asno,
y lo arrastrarán y lo arrojarán
fuera de las *puertas de Jerusalén."

20  "¡Sube al Líbano y grita;
levanta tu voz en Basán!
¡Grita desde Abarín,
pues todos tus amantes han sido destruidos!
21  Yo te hablé cuando te iba bien,
pero tú dijiste: ¡No escucharé!
Así te has comportado desde tu juventud:
¡nunca me has obedecido!
22  El viento arrastrará a todos tus *pastores,
y tus amantes irán al cautiverio.


Por culpa de toda tu maldad
quedarás avergonzada y humillada.
23  Tú, que habitas en el Líbano,[1]
que has puesto tu nido entre los cedros,
¡cómo gemirás cuando te vengan los dolores,
dolores como de parturienta!

24  "¡Tan cierto como que yo vivo afirma el Señor, que aunque Jeconías[2] hijo de Joacim, rey de Judá, sea un anillo en mi mano *derecha, aun de allí lo arrancaré! 25  Yo te entregaré en manos de los que buscan matarte, y en manos de los que tú más temes, es decir, en poder de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y de los *babilonios. 26  A ti y a la madre que te dio a luz los arrojaré a un país que no los vio nacer, y allí morirán. 27  Jamás volverán al país al que tanto anhelan volver."

28  ¿Es Jeconías una vasija despreciable y rota,
un objeto que nadie desea?
¿Por qué son arrojados él y su descendencia,
y echados a un país que no conocen?
29  ¡Tierra, tierra, tierra!
¡Escucha la palabra del Señor!
30  Así dice el Señor: "Anoten a este hombre
como si fuera un hombre sin hijos;
como alguien que fracasó en su vida.


Porque ninguno de sus descendientes
logrará ocupar el trono de David,
ni reinar de nuevo en Judá."


                         NOTAS:

1. 22:23 el Líbano. Es decir, en el palacio en Jerusalén (véase 1R 7:2).
2. 22:24 Jeconías. Lit. Conías (variante de este nombre); también en v. 28.

Jeremías 23


El Rey justo

1  "¡Ay de los *pastores que destruyen y dispersan el rebaño de mis praderas!", afirma el Señor. 2  Por eso, así dice el Señor, el Dios de Israel, a los pastores que apacientan a mi pueblo: "Ustedes han dispersado a mis ovejas; las han expulsado y no se han encargado de ellas. Pues bien, yo me encargaré de castigarlos a ustedes por sus malas acciones afirma el Señor. 3  Al resto de mis ovejas yo mismo las reuniré de todos los países adonde las expulsé; y las haré volver a sus pastos, donde crecerán y se multiplicarán. 4  Pondré sobre ellas pastores que las pastorearán, y ya no temerán ni se espantarán, ni faltará ninguna de ellas afirma el Señor.

5  "Vienen días afirma el Señor,
en que de la simiente de David
haré surgir un vástago justo;
él reinará con sabiduría en el país,
y practicará el derecho y la justicia.
6  En esos días Judá será salvada,
Israel morará seguro.
Y éste es el *nombre que se le dará:
El Señor es nuestra *salvación.

7  "Por eso afirma el Señor vienen días en que ya no se dirá: Por la vida del Señor, que hizo salir a los israelitas de la tierra de Egipto, 8  sino: Por la vida del Señor, que hizo salir a los descendientes de la familia de Israel, y los hizo llegar del país del norte, y de todos los países adonde los había expulsado. Y habitarán en su propia tierra."


Profetas mentirosos

9  En cuanto a los profetas:



Se me parte el *corazón en el pecho
y se me estremecen los huesos.


Por causa del Señor
y de sus santas palabras,
hasta parezco un borracho,
alguien dominado por el vino.
10  A causa de la maldición,
el país está lleno de adúlteros,
la tierra está de luto
y los pastos del desierto se han secado.
Los profetas corren tras la maldad,
y usan su poder para la injusticia.

11  "Impíos son los profetas y los sacerdotes;
aun en mi propia casa encuentro su maldad
afirma el Señor.

12  "Por eso su *camino será resbaladizo;
serán empujados a las tinieblas,
y en ellas se hundirán.


Yo traeré sobre ellos una calamidad
en el año de su castigo
afirma el Señor.

13  "Algo insólito he observado
entre los profetas de Samaria:
profetizaron en nombre de *Baal,
y descarriaron a mi pueblo Israel.
14  Y entre los profetas de Jerusalén
he observado cosas terribles:
cometen adulterio, y viven en la mentira;
fortalecen las manos de los malhechores,
ninguno se convierte de su maldad.
Todos ellos son para mí como Sodoma;
los habitantes de Jerusalén son como Gomorra."

15  Por tanto, así dice el Señor *Todopoderoso contra los profetas:

"Haré que coman alimentos amargos
y que beban agua envenenada,
porque los profetas de Jerusalén
han llenado de corrupción todo el país."

16  Así dice el Señor Todopoderoso:

"No hagan caso de lo que dicen los profetas,
pues alientan en ustedes falsas esperanzas;
cuentan visiones que se han imaginado
y que no proceden de la boca del Señor.
17  A los que me desprecian les aseguran
que yo digo que gozarán de *bienestar;
a los que obedecen los dictados de su terco corazón
les dicen que no les sobrevendrá ningún mal.
18  ¿Quién de ellos ha estado en el consejo del Señor?
¿Quién ha recibido o escuchado su palabra?
¿Quién ha atendido y escuchado su palabra?
19  El huracán del Señor se ha desatado con furor;
un torbellino se cierne amenazante
sobre la cabeza de los malvados.
20  La ira del Señor no cesará
hasta que haya realizado por completo
los propósitos de su corazón.


Al final de los tiempos
lo comprenderán con claridad.
21  Yo no envié a esos profetas,
pero ellos corrieron;
ni siquiera les hablé,
pero ellos profetizaron.
22  Si hubieran estado en mi consejo,
habrían proclamado mis palabras a mi pueblo;
lo habrían hecho volver de su mal camino
y de sus malas acciones.

23  "¿Soy acaso Dios sólo de cerca?
¿No soy Dios también de lejos?
afirma el Señor.
24  ¿Podrá el *hombre hallar un escondite
donde yo no pueda encontrarlo?
afirma el Señor.
¿Acaso no soy yo el que llena los cielos y la tierra?
afirma el Señor.

25  "He escuchado lo que dicen los profetas que profieren mentiras en mi nombre, los cuales dicen: ¡He tenido un sueño, he tenido un sueño! 26  ¿Hasta cuándo seguirán dándole valor de profecía a las mentiras y delirios de su *mente? 27  Con los sueños que se cuentan unos a otros pretenden hacer que mi pueblo se olvide de mi nombre, como sus antepasados se olvidaron de mi nombre por el de Baal. 28  El profeta que tenga un sueño, que lo cuente; pero el que reciba mi palabra, que la proclame con fidelidad. ¿Qué tiene que ver la paja con el grano? afirma el Señor. 29  ¿No es acaso mi palabra como fuego, y como martillo que pulveriza la roca? afirma el Señor.
30  "Por eso yo estoy contra los profetas que se roban mis palabras entre sí afirma el Señor. 31  Yo estoy contra los profetas que sueltan la lengua y hablan por hablar afirma el Señor. 32  Yo estoy contra los profetas que cuentan sueños mentirosos, y que al contarlos hacen que mi pueblo se extravíe con sus mentiras y sus presunciones afirma el Señor. Yo no los he enviado ni les he dado ninguna orden. Son del todo inútiles para este pueblo afirma el Señor.


Profecías falsas

33  "Y si este pueblo, o algún profeta o sacerdote, te pregunta: ¿Qué mensaje[1] tenemos del Señor?, tú les responderás: ¿De qué mensaje hablan? Yo los abandonaré afirma el Señor. 34  Y si un profeta o un sacerdote, o alguien del pueblo, dice: Éste es el mensaje del Señor, yo castigaré a ese hombre y a su casa. 35  Así deberán hablarse entre amigos y hermanos: ¿Qué ha respondido el Señor?, o ¿Qué ha dicho el Señor? 36  Pero no deberán mencionar más la frase Mensaje del Señor, porque el mensaje de cada uno será su propia palabra, ya que ustedes han distorsionado las palabras del Dios viviente, del Señor *Todopoderoso, nuestro Dios. 37  Así les dirás a los profetas: ¿Qué les ha respondido el Señor? ¿Qué les ha dicho? 38  Pero si ustedes responden: ¡Mensaje del Señor!, el Señor dice: Por cuanto ustedes han dicho: '¡Mensaje del Señor!, siendo que yo les había prohibido que pronunciaran esta frase, 39  entonces me olvidaré de ustedes y los echaré de mi presencia, junto con la ciudad que les di a ustedes y a sus antepasados. 40  Y los afligiré con un oprobio eterno, con una humillación eterna que jamás será olvidada. "

                         NOTAS:

1. 23:33 mensaje. Juego de palabras aquí y en los vv. siguientes; el vocablo hebreo también significa carga.

Jeremías 24


Dos canastas de higos

1  Después de que Nabucodonosor, rey de Babilonia, deportó de Jerusalén a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, junto con los jefes de Judá y con los artesanos y herreros, el Señor me mostró dos canastas de higos colocadas frente al templo del Señor. 2  Una de ellas tenía higos muy buenos, como los que maduran primero; la otra tenía higos muy malos, tan malos que no se podían comer.
3  Entonces el Señor me preguntó: "¿Qué ves, Jeremías?" Yo respondí: "Veo higos. Unos están muy buenos, pero otros están tan malos que no se pueden comer."
4  Y la palabra del Señor vino a mí: 5  "Así dice el Señor, el Dios de Israel: A los deportados de Judá, que envié de este lugar al país de los *babilonios, los consideraré como a estos higos buenos. 6  Los miraré favorablemente, y los haré volver a este país. Los edificaré y no los derribaré, los plantaré y no los arrancaré. 7  Les daré un *corazón que me conozca, porque yo soy el Señor. Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios, porque volverán a mí de todo corazón.
8  " Pero a Sedequías, rey de Judá, y a sus jefes y a los sobrevivientes de Jerusalén lo mismo a los que se quedaron en este país como a los que viven en Egipto los trataré como a los higos malos, que de tan malos no se pueden comer afirma el Señor. 9  Los convertiré en motivo de espanto y de calamidad, para todos los reinos de la tierra. En todos los lugares por donde yo los disperse, serán objeto de escarnio, desprecio, burla y maldición. 10  Enviaré contra ellos espada, hambre y pestilencia, hasta que sean exterminados de la tierra que les di a ellos y a sus antepasados. "

Jeremías 25


Setenta años de cautiverio

1  Ésta es la palabra que vino a Jeremías con relación a todo el pueblo de Judá. La recibió en el año cuarto del reinado de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, es decir, durante el año primero del reinado de Nabucodonosor, rey de Babilonia. 2  El profeta Jeremías les dijo lo siguiente a todo el pueblo de Judá y a todos los habitantes de Jerusalén: 3  "Desde el año trece de Josías hijo de Amón, rey de Judá, hasta el día de hoy ¡y conste que ya han pasado veintitrés años!, el Señor me ha dirigido su palabra, y yo les he hablado en repetidas ocasiones, pero ustedes no me han hecho caso.
4  "Además, una y otra vez el Señor les ha enviado a sus siervos los profetas, pero ustedes no los han escuchado ni les han prestado atención. 5  Ellos los exhortaban: Dejen ya su mal *camino y sus malas acciones. Así podrán habitar en la tierra que, desde siempre y para siempre, el Señor les ha dado a ustedes y a sus antepasados. 6  No vayan tras otros dioses para servirles y adorarlos; no me irriten con la obra de sus manos, y no les haré ningún mal.
7  "Pero ustedes no me obedecieron afirma el Señor, sino que me irritaron con la obra de sus manos, para su propia desgracia.
8  "Por eso, así dice el Señor *Todopoderoso: Por cuanto no han obedecido mis palabras, 9  yo haré que vengan todos los pueblos del norte, y también mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia. Los traeré contra este país, contra sus habitantes y contra todas las naciones vecinas, y los *destruiré por completo: ¡los convertiré en objeto de horror, de burla y de eterna desolación! afirma el Señor. 10  Haré que desaparezcan entre ellos los gritos de gozo y alegría, los cantos de bodas, el ruido del molino y la luz de la lámpara. 11  Todo este país quedará reducido a horror y desolación, y estas naciones servirán al rey de Babilonia durante setenta años.
12  "Pero cuando se hayan cumplido los setenta años, yo castigaré por su iniquidad al rey de Babilonia y a aquella nación, país de los *caldeos, y los convertiré en desolación perpetua afirma el Señor. 13  Haré que vengan sobre ese país todas las amenazas que le anuncié, y todo lo que está registrado en este libro y que Jeremías ha profetizado contra las naciones. 14  Los caldeos, a su vez, caerán bajo el yugo de muchas naciones y reyes poderosos. Así les daré lo que merecen su conducta y sus hechos."
15  El Señor, el Dios de Israel, me dijo: "Toma de mi mano esta copa del vino de mi ira, y dásela a beber a todas las naciones a las que yo te envíe. 16  Cuando ellas la beban, se tambalearán y perderán el juicio, a causa de la espada que voy a enviar contra ellos."
17  Tomé de la mano del Señor la copa, y se la di a beber a todas las naciones a las cuales el Señor me envió: 18  a Jerusalén y a las ciudades de Judá, a sus reyes y a sus jefes, para convertirlos en ruinas, en motivo de horror, burla y maldición, como hoy se puede ver. 19  También se la di a beber al faraón, rey de Egipto, y a sus siervos y jefes y a todo su pueblo; 20  a todos los forasteros, a todos los reyes del país de Uz, y a todos los reyes del país de los filisteos: a los de Ascalón, Gaza y Ecrón, y a los sobrevivientes de Asdod; 21  a Edom y Moab, y a los hijos de Amón; 22  a todos los reyes de Tiro y de Sidón; a todos los reyes de las costas al otro lado del mar; 23  a Dedán, Temá y Buz; a todos los pueblos que se rapan las sienes; 24  a todos los reyes de Arabia; a todos los reyes de las diferentes tribus del desierto; 25  a todos los reyes de Zimri, Elam y Media; 26  a todos los reyes del norte, cercanos o lejanos entre sí, y a todos los reinos que están sobre la faz de la tierra. Y después de ellos beberá el rey de Sesac.[1]
27  "Tú les dirás: Así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: 'Beban, emborráchense, vomiten y caigan para no levantarse más, por causa de la espada que estoy por mandar contra ustedes.  28  Pero si se niegan a tomar de tu mano la copa y beberla, tú les dirás: Así dice el Señor Todopoderoso: '¡Tendrán que beberla! 29  Desataré calamidades contra la ciudad que lleva mi *nombre. ¿Y creen ustedes que no los voy a castigar? Al contrario, serán castigados afirma el Señor Todopoderoso, porque yo desenvaino la espada contra todos los habitantes de la tierra.
30  "Tú, Jeremías, profetiza contra ellos todas estas palabras:

"Ruge el Señor desde lo alto;
desde su *santa morada hace tronar su voz.
Ruge violento contra su rebaño;
grita como los que pisan la uva,
contra todos los habitantes del mundo.
31  El estruendo llega hasta los confines de la tierra,
porque el Señor litiga contra las naciones;
enjuicia a todos los *mortales,
y pasa por la espada a los malvados ",
afirma el Señor.

32  Así dice el Señor Todopoderoso:

"La calamidad se extiende de nación en nación;
una terrible tempestad se desata
desde los confines de la tierra."

33  En aquel día, las víctimas del Señor quedarán tendidas de un extremo a otro de la tierra. Nadie las llorará ni las recogerá ni las enterrará; se quedarán sobre la faz de la tierra, como el estiércol.

34  Giman, *pastores, y clamen;
revuélquense en el polvo, jefes del rebaño,
porque les ha llegado el día de la matanza;
serán dispersados, y caerán como carneros escogidos.[2]
35  Los pastores no tendrán escapatoria;
no podrán huir los jefes del rebaño.
36  Escuchen el clamor de los pastores
y el gemido de los jefes del rebaño,
porque el Señor destruye sus pastizales.
37  Las hermosas praderas son asoladas,
a causa de la ardiente ira del Señor.
38  Como león que deja abandonada su guarida,
el Señor ha dejado desolado su país,
a causa de la espada[3] devastadora,
a causa de la ardiente ira del Señor.


                         NOTAS:

1. 25:26 Sesac es un criptograma que alude a Babilonia.
2. 25:34 carneros escogidos (LXX); vasijas escogidas (TM).
3. 25:38 la espada (mss. hebreos, LXX y Targum; véanse también Jer 46:16 y 50:16); la ira (TM).

Jeremías 26


Jeremías bajo amenaza de muerte

1  Al comienzo del reinado de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, vino a Jeremías esta palabra del Señor: 2  "Así dice el Señor: Párate en el atrio de la casa del Señor, y di todas las palabras que yo te ordene a todas las ciudades de Judá que vienen a adorar en la casa del Señor. No omitas ni una sola palabra. 3  Tal vez te hagan caso y se conviertan de su mal *camino. Si lo hacen, me arrepentiré del mal que pensaba hacerles por causa de sus malas acciones. 4  Tú les advertirás que así dice el Señor: 'Si no me obedecen ni se ciñen a la *ley que yo les he entregado, 5  y si no escuchan las palabras de mis siervos los profetas, a quienes una y otra vez he enviado y ustedes han desobedecido, 6  entonces haré con esta casa lo mismo que hice con Siló: ¡Haré de esta ciudad una maldición para todas las naciones de la tierra!  "
7  Los sacerdotes, los profetas y el pueblo entero oyeron estas palabras que el profeta Jeremías pronunció en la casa del Señor. 8  Pero en cuanto Jeremías terminó de decirle al pueblo todo lo que el Señor le había ordenado, los sacerdotes y los profetas y todo el pueblo lo apresaron y le dijeron: "¡Vas a morir! 9  ¿Por qué has profetizado en el *nombre del Señor que esta casa se quedará como Siló, y que esta ciudad quedará desolada y deshabitada?" Y todo el pueblo que estaba en la casa del Señor se abalanzó sobre Jeremías.
10  Cuando los jefes de Judá escucharon estas cosas, fueron del palacio del rey a la casa del Señor, y se apostaron a la entrada de la Puerta Nueva del templo. 11  Allí los sacerdotes y los profetas dijeron a los jefes y a todo el pueblo: "Este hombre debe ser condenado a muerte, porque ha profetizado contra esta ciudad, tal como ustedes lo han escuchado con sus propios oídos."
12  Pero Jeremías les dijo a todos los jefes y a todo el pueblo: "El Señor me envió para profetizar contra esta casa y contra esta ciudad todas las cosas que ustedes han escuchado. 13  Así que enmienden ya su conducta y sus acciones, y obedezcan al Señor su Dios, y el Señor se arrepentirá del mal que les ha anunciado. 14  En cuanto a mí, estoy en manos de ustedes; hagan conmigo lo que mejor les parezca. 15  Pero sepan que si ustedes me matan, estarán derramando sangre inocente sobre ustedes mismos y sobre los habitantes de esta ciudad. Lo cierto es que el Señor me ha enviado a que les anuncie claramente todas estas cosas."
16  Los jefes y todo el pueblo dijeron a los sacerdotes y a los profetas: "Este hombre no debe ser condenado a muerte, porque nos ha hablado en el nombre del Señor nuestro Dios."
17  Entonces algunos de los *ancianos del país se levantaron y le recordaron a toda la asamblea del pueblo 18  que, durante el reinado de Ezequías, Miqueas de Moréset había profetizado a todo el pueblo de Judá:

"Así dice el Señor *Todopoderoso:
Sión será arada como un campo,
Jerusalén quedará en ruinas,
y la montaña del templo se volverá un bosque.

19  "¿Acaso Ezequías, rey de Judá, y todo su pueblo mataron a Miqueas? ¿No es verdad que Ezequías temió al Señor y le pidió su ayuda, y que el Señor se arrepintió del mal que les había anunciado? Sin embargo, nosotros estamos por provocar nuestro propio mal."
20  Hubo también otro profeta, de nombre Urías hijo de Semaías, de Quiriat Yearín, que profetizaba en el nombre del Señor. Éste profetizó contra la ciudad y contra el país, tal y como lo hizo Jeremías. 21  Cuando el rey Joacim y sus funcionarios y jefes oyeron sus palabras, el rey intentó matarlo; pero al enterarse Urías, tuvo miedo y escapó a Egipto. 22  Después el rey Joacim envió a Egipto a Elnatán hijo de Acbor, junto con otros hombres, 23  y ellos sacaron de Egipto a Urías y lo llevaron ante el rey Joacim, quien mandó que mataran a Urías a filo de espada, y que arrojaran su cadáver a la fosa común.
24  Sin embargo, Ajicán hijo de Safán protegió a Jeremías y no permitió que cayera en manos del pueblo ni que lo mataran.

Jeremías 27


Parábola del yugo

1  Al comienzo del reinado de Sedequías hijo de Josías, rey de Judá, vino a Jeremías esta palabra del Señor:
2  Así me dijo el Señor: "Hazte un yugo y unas correas, y póntelos sobre el cuello. 3  Envía luego a los reyes de Edom, Moab, Amón, Tiro y Sidón, un mensaje por medio de los mensajeros que vienen a Jerusalén para ver a Sedequías, rey de Judá. 4  Entrégales este mensaje para sus señores: Así dice el Señor *Todopoderoso, el Dios de Israel: 'Digan a sus señores: 5  Yo, con mi gran poder y mi brazo poderoso, hice la tierra, y los *hombres y los animales que están sobre ella, y puedo dárselos a quien me plazca. 6  Ahora mismo entrego todos estos países en manos de mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia, y hasta las bestias del campo las he puesto bajo su poder. 7  Todas las naciones le servirán a él, y a su hijo y a su nieto, hasta que también a su país le llegue la hora y sea sometido por numerosas naciones y grandes reyes. 8  Y si alguna nación o reino rehúsa someterse a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y no dobla el cuello bajo el yugo del rey de Babilonia, yo castigaré a esa nación con espada, hambre y pestilencia, hasta que Nabucodonosor la destruya por completo afirma el Señor.
9  "  Por tanto, no les hagan caso a sus profetas ni a sus adivinos, intérpretes de sueños, astrólogos y hechiceros, que les dicen que no se sometan al rey de Babilonia. 10  Las mentiras que ellos les profetizan sólo sirven para que ustedes se alejen de su propia tierra, y para que yo los expulse y mueran. 11  En cambio, a la nación que doble el cuello bajo el yugo del rey de Babilonia y se someta a él afirma el Señor, yo la dejaré en su propia tierra para que la trabaje y viva en ella.  "
12  A Sedequías, rey de Judá, le dije lo mismo: "Doblen el cuello bajo el yugo del rey de Babilonia; sométanse a él y a su pueblo, y seguirán con vida. 13  ¿Para qué van a morir tú y tu pueblo por la espada, el hambre y la pestilencia, tal como lo ha prometido el Señor a toda nación que no se someta al rey de Babilonia? 14  No le hagan caso a las palabras de los profetas que les dicen que no se sometan al rey de Babilonia, porque lo que les profetizan son mentiras. 15  ¡Yo no los envié! afirma el Señor. Ellos profetizan mentiras en mi *nombre, que sólo servirán para que yo los expulse a ustedes, y mueran tanto ustedes como sus profetas. "
16  También les comuniqué a los sacerdotes y a todo el pueblo que así dice el Señor:
"No les hagan caso a los profetas que les aseguran que muy pronto les serán devueltos de Babilonia los utensilios de la casa del Señor. ¡Tales profecías son puras mentiras! 17  No les hagan caso. Sométanse al rey de Babilonia, y seguirán con vida. ¿Por qué ha de convertirse en ruinas esta ciudad? 18  Si de veras son profetas y tienen palabra del Señor, que le supliquen al Señor Todopoderoso que no sean llevados a Babilonia los utensilios que aún quedan en la casa del Señor, y en el palacio del rey de Judá y en Jerusalén.
19  "En cuanto a las columnas, la fuente de agua, las bases y los demás utensilios que quedaron en esta ciudad, 20  los cuales no se llevó Nabucodonosor, rey de Babilonia, cuando deportó de Jerusalén a Babilonia a Jeconías[1] hijo de Joacim, rey de Judá, junto con todos los nobles de Judá y Jerusalén, 21  es decir, en cuanto a los utensilios que quedaron en la casa del Señor y en el palacio del rey de Judá y en Jerusalén, así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: 22  Todo esto será llevado a Babilonia afirma el Señor, y allí permanecerá hasta el día en que yo lo vaya a buscar y lo devuelva a este lugar. "

                         NOTAS:

1. 27:20 Jeconías. Es decir, Joaquín; también en 28:4.

Jeremías 28


Jananías, el falso profeta

1  En el quinto mes de ese mismo año cuarto, es decir, al comienzo del reinado de Sedequías, rey de Judá, el profeta Jananías hijo de Azur, que era de Gabaón, me dijo en la casa del Señor, en presencia de los sacerdotes y de todo el pueblo:
2  Así dice el Señor *Todopoderso, el Dios de Israel: Voy a quebrar el yugo del rey de Babilonia. 3  Dentro de dos años devolveré a este lugar todos los utensilios que Nabucodonosor, rey de Babilonia, se llevó de la casa del Señor a Babilonia. 4  También haré que vuelvan a este lugar Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, y todos los que fueron deportados de Judá a Babilonia. ¡Voy a quebrar el yugo del rey de Babilonia! Yo, el Señor, lo afirmo.
5  En presencia de los sacerdotes y de todo el pueblo que estaba en la casa del Señor, el profeta Jeremías le respondió al profeta Jananías:
6  ¡Amén! Que así lo haga el Señor. Que cumpla el Señor las palabras que has profetizado. Que devuelva a este lugar los utensilios de la casa del Señor y a todos los que fueron deportados a Babilonia. 7  Pero presta atención a lo que voy a decirles a ti y a todo el pueblo: 8  Los profetas que nos han precedido profetizaron guerra, hambre y pestilencia contra numerosas naciones y grandes reinos. 9  Pero a un profeta que anuncia *paz se le reconoce como profeta verdaderamente enviado por el Señor, sólo si se cumplen sus palabras.
10  Entonces el profeta Jananías tomó el yugo que estaba sobre el cuello del profeta Jeremías, y lo quebró. 11  Y dijo en presencia de todo el pueblo:
Así dice el Señor: De esta manera voy a quebrar, dentro de dos años, el yugo de Nabucodonosor, rey de Babilonia, que pesa sobre el cuello de todas las naciones.
El profeta Jeremías, por su parte, optó por seguir su camino.
12  Algún tiempo después de que el profeta Jananías quebrara el yugo que pesaba sobre el cuello de Jeremías, la palabra del Señor vino a este profeta:
13  "Ve y adviértele a Jananías que así dice el Señor: Tú has quebrado un yugo de madera, pero yo haré[1] en su lugar un yugo de hierro. 14  Porque así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: 'Voy a poner un yugo de hierro sobre el cuello de todas estas naciones, para someterlas a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y ellas se sujetarán a él. También a las bestias del campo las someteré a su poder.  "
15  Entonces el profeta Jeremías le dijo al profeta Jananías:
Presta mucha atención. A pesar de que el Señor no te ha enviado, tú has hecho que este pueblo confíe en una mentira. 16  Por eso, así dice el Señor: Voy a hacer que desaparezcas de la faz de la tierra. Puesto que has incitado a la rebelión contra el Señor, este mismo año morirás.
17  En efecto, el profeta Jananías murió en el mes séptimo de ese mismo año.

                         NOTAS:

1. 28:13 yo haré (LXX); tú harás (TM).

Jeremías 29


Carta a los exiliados

1  Ésta es la carta que el profeta Jeremías envió desde Jerusalén al resto de los *ancianos que estaban en el exilio, a los sacerdotes y los profetas, y a todo el pueblo que Nabucodonosor había desterrado de Jerusalén a Babilonia. 2  Esto sucedió después de que el rey Jeconías había salido de Jerusalén, junto con la reina madre, los *eunucos, los jefes de Judá y de Jerusalén, los artesanos y los herreros. 3  La carta fue enviada por medio de Elasá hijo de Safán, y de Guemarías hijo de Jilquías, a quienes Sedequías, rey de Judá, había enviado al rey Nabucodonosor, rey de Babilonia. La carta decía:

4  Así dice el Señor *Todopoderoso, el Dios de Israel, a todos los que he deportado de Jerusalén a Babilonia: 5  "Construyan casas y habítenlas; planten huertos y coman de su fruto. 6  Cásense, y tengan hijos e hijas; y casen a sus hijos e hijas, para que a su vez ellos les den nietos. Multiplíquense allá, y no disminuyan. 7  Además, busquen el *bienestar de la ciudad adonde los he deportado, y pidan al Señor por ella, porque el bienestar de ustedes depende del bienestar de la ciudad." 8  Así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: "No se dejen engañar por los profetas ni por los adivinos que están entre ustedes. No hagan caso de los sueños que ellos tienen. 9[1]  Lo que ellos les profetizan en mi *nombre es una mentira. Yo no los he enviado", afirma el Señor.
10  Así dice el Señor: "Cuando a Babilonia se le hayan cumplido los setenta años, yo los visitaré; y haré honor a mi promesa en favor de ustedes, y los haré volver a este lugar. 11  Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes afirma el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. 12  Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a suplicarme, y yo los escucharé. 13  Me buscarán y me encontrarán, cuando me busquen de todo *corazón. 14  Me dejaré encontrar afirma el Señor, y los haré volver del cautiverio.[2] Yo los reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde los haya dispersado, y los haré volver al lugar del cual los deporté", afirma el Señor.
15  Ustedes podrán decir: "El Señor nos ha dado profetas en Babilonia", 16  pero esto es lo que dice el Señor acerca del rey que ocupa el trono de David, y acerca de todo el pueblo que aún queda en esta ciudad, es decir, de sus hermanos que no fueron con ustedes al exilio. 17  Así dice el Señor Todopoderoso: "Voy a mandar contra ellos la espada, el hambre y la pestilencia. Haré que sean como higos podridos, que de tan malos no se pueden comer. 18  Los perseguiré con espada, hambre y pestilencia, y haré que sean motivo de espanto para todos los reinos de la tierra, y que sean maldición y objeto de horror, de burla y de escarnio en todas las naciones por donde yo los disperse. 19  Porque ustedes no han escuchado ni han hecho caso de las palabras que, una y otra vez, les envié por medio de mis siervos los profetas afirma el Señor.
20  "Pero ahora todos ustedes los exiliados que hice deportar de Jerusalén a Babilonia, ¡obedezcan mi palabra!" 21  Así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel, acerca de Acab hijo de Colaías, y de Sedequías hijo de Maseías, que les profetizan una mentira en mi nombre: "Voy a entregarlos en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y él los matará ante sus propios ojos. 22  Por culpa de ellos, todos los deportados de Judá que están en Babilonia pronunciarán esta maldición: Que haga el Señor contigo lo mismo que hizo con Sedequías y Acab, a quienes el rey de Babilonia asó en el fuego. 23  Porque cometieron una infamia en Israel: adulteraron con la mujer de su prójimo y dijeron mentiras en mi nombre, cosas que jamás les ordené. Yo lo sé, y de eso soy testigo", afirma el Señor.


Mensaje de Semaías

24  También a Semaías hijo de Nejelán le comunicarás 25  que así dice el Señor *Todopoderoso, el Dios de Israel: "Tú, en tu propio nombre, enviaste cartas a todo el pueblo que está en Jerusalén, al sacerdote Sofonías hijo de Maseías, y a todos los sacerdotes. En esas cartas decías: 26  El Señor te ha puesto como sacerdote en lugar del sacerdote Joyadá, para que vigiles en la casa del Señor. A todo loco que se haga pasar por profeta, lo pondrás en el cepo y en el calabozo. 27  ¿Por qué, pues, no has reprendido a Jeremías de Anatot, que entre ustedes se hace pasar por profeta? 28  Resulta que él nos envió un mensaje a Babilonia, el cual decía: 'La deportación va a durar mucho tiempo; así que construyan casas, y habítenlas; planten huertos y coman de su fruto.  "
29  El sacerdote Sofonías leyó esta carta al profeta Jeremías. 30  Entonces vino a Jeremías la palabra del Señor:
31  "Comunícales a todos los deportados que así dice el Señor acerca de Semaías de Nejelán: Puesto que Semaías les ha profetizado sin que yo lo haya enviado, y les ha hecho confiar en una mentira, 32  yo, el Señor, castigaré a Semaías de Nejelán y a su descendencia, porque ha incitado al pueblo a rebelarse contra mí. Ninguno de su familia vivirá para contar el bien que le haré a mi pueblo ", afirma el Señor.

                         NOTAS:

1. 29:8 que ellos tienen. Lit. que ustedes hacen soñar.
2. 29:14 los haré volver del cautiverio. Alt. cambiaré la suerte de ustedes.

Jeremías 30


Restauración de Israel

1  La palabra del Señor vino a Jeremías: 2  "Así dice el Señor, el Dios de Israel: Escribe en un libro todas las palabras que te he dicho. 3  Porque vienen días afirma el Señor cuando yo haré volver del cautiverio a mi pueblo Israel y Judá, [1] y los traeré a la tierra que di a sus antepasados, y la poseerán ", afirma el Señor.
4  Esto fue lo que el Señor le dijo a Jeremías acerca de Israel y Judá: 5  "Así dice el Señor:

"Hemos escuchado un grito de espanto;
no hay *paz, sino terror.
6  Pregunten y vean
si acaso los varones dan a luz.
¿Por qué, pues, veo a todos los *hombres
con las manos sobre las caderas,
como mujeres con dolores de parto?
¿Por qué han palidecido
todos los rostros?
7  ¡Ay! Será un día terrible,
un día que no tiene parangón.
Será un tiempo de angustia para Jacob,
pero será librado de ella.

8  " En aquel día afirma el Señor *Todopoderoso,
quebraré el yugo que mi pueblo lleva sobre el cuello,
romperé sus ataduras,
y ya no serán esclavos de extranjeros.
9  Servirán al Señor, su Dios,
y a David, a quien pondré como su rey.

10  " No temas, Jacob, siervo mío;
no te asustes, Israel
afirma el Señor.
A ti, Jacob, te libraré de ese país lejano;
a tus descendientes los libraré del exilio.
Volverás a vivir en paz y tranquilidad,
y ya nadie te infundirá temor.
11  Porque yo estoy contigo para salvarte
afirma el Señor.


Destruiré por completo a todas las naciones
entre las que te había dispersado.
Pero a ti no te destruiré del todo,
sino que te castigaré con *justicia;
¡de ninguna manera quedarás impune!

12  "Así dice el Señor:

"Tu herida es incurable,
tu llaga no tiene remedio.
13  No hay quien defienda tu causa;
no hay remedio para tu mal
ni sanidad para tu enfermedad.
14  Todos tus amantes te han olvidado;
ya no se ocupan de ti.
Por causa de tu enorme iniquidad,
y por tus muchos pecados,
te he golpeado, te he corregido,
como lo haría un adversario cruel.
15  ¿Por qué te quejas de tus heridas,
si tu dolor es incurable?


Por causa de tu enorme iniquidad
y por tus muchos pecados,
yo te he tratado así.

16  " Todos los que te devoren serán devorados;
todos tus enemigos serán deportados.
Todos los que te saqueen serán saqueados;
todos los que te despojen serán despojados.
17  Pero yo te restauraré
y sanaré tus heridas
afirma el Señor
porque te han llamado la Desechada,
la pobre *Sión, la que a nadie le importa.

18  "Así dice el Señor:

"Restauraré las fortunas de las carpas de Jacob,
y tendré compasión de sus moradas;
la ciudad resurgirá sobre sus ruinas,
y el palacio se asentará en el lugar debido.
19  Surgirán de ellos cánticos de gratitud,
y gritos de alegría.
Multiplicaré su descendencia, y no disminuirá;
los honraré, y no serán menospreciados.
20  Sus hijos volverán a ser como antes;
ante mí será restablecida su comunidad,
pero castigaré a todos sus opresores.
21  De entre ellos surgirá su líder;
uno de ellos será su gobernante.
Lo acercaré hacia mí, y él estará a mi lado,
pues ¿quién arriesgaría su vida por acercarse a mí?
afirma el Señor.
22  Ustedes serán mi pueblo,
y yo seré su Dios. "

23  La tempestad del Señor
ha estallado con furor;
una tempestad huracanada
se ha desatado sobre los malvados.
24  La ardiente ira del Señor no pasará
hasta que haya realizado del todo
los propósitos de su *corazón.


Todo esto lo comprenderán ustedes
al final de los tiempos.


                         NOTAS:

1. 30:3 haré volver del cautiverio a. Alt. cambiaré la suerte de.

Jeremías 31

1  "En aquel tiempo afirma el Señor seré el Dios de todas las familias de Israel, y ellos serán mi pueblo."
2  Así dice el Señor:

"El pueblo que escapó de la espada
ha hallado gracia en el desierto;
Israel va en busca de su reposo."

3  Hace mucho tiempo[1] se me apareció el Señor y me dijo:

"Con amor eterno te he amado;
por eso te sigo con fidelidad,
4  oh virginal Israel.
Te edificaré de nuevo;
¡sí, serás reedificada!


De nuevo tomarás panderetas
y saldrás a bailar con alegría.
5  Volverás a plantar viñedos
en las colinas de Samaria,
y quienes los planten
gozarán de sus frutos
6  Vendrá un día en que los centinelas
gritarán por las colinas de Efraín:
¡Vengan, subamos a *Sión,
al monte del Señor, nuestro Dios! "

7  Así dice el Señor:

"Canten jubilosos en honor de Jacob;
griten de alegría por la mejor de las naciones.
Hagan oír sus alabanzas y clamen:
¡Salva, Señor, a tu pueblo;
salva al remanente de Israel!
8  Yo los traeré del país del norte;
los reuniré de los confines de la tierra.
¡Volverá una gran multitud!
Entre ellos vendrán ciegos y cojos,
embarazadas y parturientas.
9  Entre llantos vendrán,
y entre consuelos los conduciré.


Los guiaré a corrientes de agua
por un camino llano
en el que no tropezarán.
Yo soy el padre de Israel;
mi primogénito es Efraín.

10  "Naciones, escuchen la palabra del Señor,
y anuncien en las costas más lejanas:
El que dispersó a Israel, lo reunirá;
lo cuidará como un *pastor a su rebaño.
11  Porque el Señor rescató a Jacob;
lo redimió de una mano más poderosa.
12  Vendrán y cantarán jubilosos en las alturas de Sión;
disfrutarán de las bondades del Señor:
el trigo, el vino nuevo y el aceite,
las crías de las ovejas y las vacas.
Serán como un jardín bien regado,
y no volverán a desmayar.
13  Entonces las jóvenes danzarán con alegría,
y los jóvenes junto con los ancianos.
Convertiré su duelo en gozo, y los consolaré;
transformaré su dolor en alegría.
14  Colmaré de abundancia a los sacerdotes,
y saciaré con mis bienes a mi pueblo",
afirma el Señor.

15  Así dice el Señor:

"Se oye un grito en Ramá,
lamentos y amargo llanto.
Es Raquel, que llora por sus hijos
y no quiere ser consolada;
¡sus hijos ya no existen!"

16  Así dice el Señor:

"Reprime tu llanto,
las lágrimas de tus ojos,
pues tus obras tendrán su recompensa:
tus hijos volverán del país enemigo
afirma el Señor.
17  Se vislumbra esperanza en tu futuro:
tus hijos volverán a su patria afirma el Señor.

18  "Por cierto, he escuchado el lamento de Efraín:
Me has escarmentado como a un ternero sin domar,
y he aceptado tu *corrección.
Hazme volver, y seré restaurado;
porque tú, mi Dios, eres el Señor.
19  Yo me aparté, pero me *arrepentí;
al comprenderlo me di golpes de pecho.[2]


Me siento avergonzado y humillado
porque cargo con el oprobio de mi juventud.

20  "¿Acaso no es Efraín mi hijo amado?
¿Acaso no es mi niño preferido?
Cada vez que lo reprendo,
vuelvo a acordarme de él.
Por él mi *corazón se conmueve;
por él siento mucha compasión
afirma el Señor.

21  "Ponte señales en el camino,
coloca marcas por donde pasaste,
fíjate bien en el sendero.
¡Vuelve, virginal Israel;
vuelve a tus ciudades!
22  ¿Hasta cuándo andarás errante,
hija infiel?
El Señor creará algo nuevo en la tierra,
la mujer regresará a su esposo."[3]

23  Así dice el Señor *Todopoderoso, el Dios de Israel: "Cuando yo cambie su suerte, en la tierra de Judá y en sus ciudades volverá a decirse:

"Monte *santo, morada de justicia:
¡que el Señor te bendiga!

24  Allí habitarán juntos Judá y todas sus ciudades, los agricultores y los pastores de rebaños. 25  Daré de beber a los sedientos y saciaré a los que estén agotados."
26  En ese momento me desperté, y abrí los ojos. Había tenido un sueño agradable.
27  "Vienen días afirma el Señor en que con la simiente de *hombres y de animales sembraré el pueblo de Israel y la tribu de Judá. 28  Y así como he estado vigilándolos para arrancar y derribar, para destruir y demoler, y para traer calamidad, así también habré de vigilarlos para construir y plantar afirma el Señor. 29  En aquellos días no volverá a decirse:

"Los padres comieron uvas agrias,
y a los hijos se les destemplaron los dientes.

30  Al contrario, al que coma uvas agrias se le destemplarán los dientes, es decir, que cada uno morirá por su propia iniquidad.
31  "Vienen días afirma el Señor en que haré un nuevo *pacto con el pueblo de Israel y con la tribu de Judá. 32  No será un pacto como el que hice con sus antepasados el día en que los tomé de la mano y los saqué de Egipto, ya que ellos lo quebrantaron a pesar de que yo era su esposo afirma el Señor.
33  "Éste es el pacto que después de aquel tiempo haré con el pueblo de Israel afirma el Señor: Pondré mi *ley en su *mente, y la escribiré en su *corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. 34  Ya no tendrá nadie que enseñar a su prójimo, ni dirá nadie a su hermano: ¡Conoce al Señor!, porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande, me conocerán afirma el Señor. Yo les perdonaré su iniquidad, y nunca más me acordaré de sus pecados."

35  Así dice el Señor,
cuyo *nombre es el Señor Todopoderoso,
quien estableció el sol para alumbrar el día,
y la luna y las estrellas para alumbrar la noche,
y agita el mar para que rujan sus olas:

36  "Si alguna vez fallaran estas leyes
afirma el Señor,
entonces la descendencia de Israel
ya nunca más sería mi nación especial."

37  Así dice el Señor:

"Si se pudieran medir los cielos en lo alto,
y en lo bajo explorar los cimientos de la tierra,
entonces yo rechazaría a la descendencia de Israel
por todo lo que ha hecho
afirma el Señor.

38  "Vienen días afirma el Señor, en que la ciudad del Señor será reconstruida, desde la torre de Jananel hasta la puerta de la Esquina. 39  El cordel para medir se extenderá en línea recta, desde allí hasta la colina de Gareb, y luego girará hacia Goa. 40  Y todo el valle donde se arrojan los cadáveres y las cenizas, y todos los campos, hasta el arroyo de Cedrón y hasta la puerta de los Caballos, en la esquina oriental, estarán consagrados al Señor. ¡Nunca más la ciudad será arrancada ni derribada!"

                         NOTAS:

1. 31:3 Hace mucho tiempo. Alt. Desde lejos.
2. 31:19 de pecho. Lit. en el muslo.
3. 31:22 regresará a su esposo. Frase de difícil traducción.

Jeremías 32


Parábola del terreno

1  Ésta es la palabra del Señor, que vino a Jeremías en el año décimo del reinado de Sedequías en Judá, es decir, en el año dieciocho de Nabucodonosor. 2  En aquel tiempo el ejército del rey de Babilonia mantuvo sitiada a Jerusalén, y el profeta Jeremías estuvo preso en el patio de la guardia del palacio real.
3  Sedequías, el rey de Judá, lo tenía preso y le reprochaba: "¿Por qué andas profetizando: Así dice el Señor? Andas proclamando que el Señor dice: Voy a entregar esta ciudad en manos del rey de Babilonia, y él la tomará; 4  y Sedequías, rey de Judá, no escapará de la mano de los *babilonios, sino que será entregado en manos del rey de Babilonia y tendrá que enfrentarse con él cara a cara. 5  Además, dices que el Señor afirma: Nabucodonosor se llevará a Sedequías a Babilonia, y allí se quedará hasta que yo vuelva a ocuparme de él, y también: Si ustedes combaten contra los babilonios, no vencerán. "
6  Jeremías respondió: "La palabra del Señor vino a mí, 7  y me dijo: Janamel, hijo de tu tío Salún, vendrá a pedirte que le compres el campo que está en Anatot, pues tienes el derecho y la responsabilidad de comprarlo por ser el pariente más cercano.[1]
8  "En efecto, conforme a la palabra del Señor, mi primo Janamel vino a verme en el patio de la guardia y me dijo: Compra ahora mi campo que está en Anatot, en el territorio de Benjamín, ya que tú tienes el derecho y la responsabilidad de comprarlo por ser el pariente más cercano. Entonces comprendí que esto era palabra del Señor, 9  y le compré a mi primo Janamel el campo de Anatot por diecisiete monedas[2] de plata. 10  Reuní a los testigos, firmé la escritura, la sellé, y pagué el precio convenido. 11  Luego tomé la copia sellada y la copia abierta de la escritura con las condiciones de compra, 12  y se las entregué a Baruc, hijo de Nerías y nieto de Maseías, en presencia de Janamel, de los testigos que habían firmado la escritura, y de todos los judíos que estaban sentados en el patio de la guardia. 13  Con ellos como testigos, le ordené a Baruc: 14  Así dice el Señor *Todopoderoso, el Dios de Israel: 'Toma la copia sellada y la copia abierta de esta escritura, y guárdalas en una vasija de barro, para que se conserven mucho tiempo. 15  Porque así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: 'De nuevo volverán a comprarse casas, campos y viñedos en esta tierra.
16  "Después de entregarle la escritura a Baruc hijo de Nerías, oré al Señor:

17  "¡Ah, Señor mi Dios! Tú, con tu gran fuerza y tu brazo poderoso, has hecho los cielos y la tierra. Para ti no hay nada imposible. 18  Muestras tu fiel amor a multitud de generaciones, pero también castigas a los hijos por la iniquidad de sus antepasados. ¡Oh Dios grande y fuerte, tu *nombre es el Señor Todopoderoso! 19  Tus proyectos son grandiosos, y magníficas tus obras. Tus ojos observan todo lo que hace la *humanidad, para dar a cada uno lo que merece, según su conducta y los frutos de sus acciones. 20  Tú hiciste milagros y prodigios en la tierra de Egipto, y hasta el día de hoy los sigues haciendo, tanto en Israel como en todo el mundo; así te has conquistado la fama que hoy tienes. 21  Tú, con gran despliegue de poder, y con milagros, prodigios y gran terror, sacaste de Egipto a tu pueblo. 22  Le diste a Israel esta tierra, donde abundan la leche y la miel, tal como se lo habías jurado a sus antepasados. 23  Pero cuando entraron y tomaron posesión de ella, no te obedecieron ni acataron tu *ley, ni tampoco hicieron lo que les habías ordenado. Por eso les enviaste toda esta desgracia. 24  Ahora las rampas de ataque han llegado hasta la ciudad para conquistarla. A causa de la espada, el hambre y la pestilencia, la ciudad caerá en manos de los babilonios que la atacan. Señor, todo lo que habías anunciado se está cumpliendo, y tú mismo lo estás viendo. 25  Señor mi Dios, a pesar de que la ciudad caerá en manos de los babilonios, tú me has dicho: Cómprate el campo al contado en presencia de testigos. "

26  Entonces vino la palabra del Señor a Jeremías: 27  "Yo soy el Señor, Dios de toda la humanidad. ¿Hay algo imposible para mí? 28  Por eso, así dice el Señor: Voy a entregar esta ciudad en manos de los babilonios y de Nabucodonosor, su rey, y él la capturará. 29  Y los babilonios que ataquen esta ciudad, entrarán en ella y le prenderán fuego, así como a las casas en cuyas azoteas se quemaba incienso a *Baal y, para provocarme a ira, se derramaban libaciones a otros dioses. 30  Porque desde su juventud el pueblo de Israel y el de Judá no han hecho sino lo malo delante de mí. El pueblo de Israel no ha dejado de provocarme a ira con la obra de sus manos afirma el Señor. 31  Desde el día en que construyeron esta ciudad hasta hoy, ella ha sido para mí motivo de ira y de furor. Por eso la quitaré de mi presencia, 32  por todo el mal que han cometido los pueblos de Israel y de Judá: ellos, sus reyes, sus jefes, sus sacerdotes y sus profetas, todos los habitantes de Judá y de Jerusalén. 33  Ellos no me miraron de frente, sino que me dieron la espalda. Y aunque una y otra vez les enseñaba, no escuchaban ni aceptaban *corrección. 34  Colocaban sus ídolos abominables en la casa que lleva mi nombre, y así la profanaban. 35  También construían altares a Baal en el valle de Ben Hinón, para pasar por el fuego a sus hijos e hijas en sacrificio a Moloc, cosa detestable que yo no les había ordenado, y que ni siquiera se me había ocurrido. De este modo hacían pecar a Judá.
36  "Por tanto, así dice el Señor, Dios de Israel, acerca de esta ciudad que, según ustedes, caerá en manos del rey de Babilonia por la espada, el hambre y la pestilencia: 37  Voy a reunirlos de todos los países adonde en mi ira, furor y terrible enojo los dispersé, y los haré volver a este lugar para que vivan seguros. 38  Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios. 39  Haré que haya coherencia entre su pensamiento y su conducta, a fin de que siempre me teman, para su propio bien y el de sus hijos. 40  Haré con ellos un *pacto eterno: Nunca dejaré de estar con ellos para mostrarles mi favor; pondré mi temor en sus corazones, y así no se apartarán de mí. 41  Me regocijaré en favorecerlos, y con todo mi *corazón y con toda mi *alma los plantaré firmemente en esta tierra.
42  "Así dice el Señor: Tal como traje esta gran calamidad sobre este pueblo, yo mismo voy a traer sobre ellos todo el bien que les he prometido. 43  Se comprarán campos en esta tierra, de la cual ustedes dicen: Es una tierra desolada, sin gente ni animales, porque fue entregada en manos de los babilonios. 44  En la tierra de Benjamín y en los alrededores de Jerusalén, en las ciudades de Judá, de la región montañosa, de la llanura, y del Néguev, se comprarán campos por dinero, se firmarán escrituras, y se sellarán ante testigos afirma el Señor, porque yo cambiaré su suerte."

                         NOTAS:

1. 32:7 el derecho ... más cercano. Lit. el derecho de rescate para comprarlo; también en v. 8 (véase Lv 25:25-28).
2. 32:9 monedas. Lit. *siclos.

Jeremías 33


Promesas de restauración

1  La palabra del Señor vino a Jeremías por segunda vez, cuando éste aún se hallaba preso en el patio de la guardia: 2  "Así dice aquel cuyo *nombre es el Señor, el que hizo la tierra, y la formó y la estableció con firmeza: 3  Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes. 4  Porque así dice el Señor, Dios de Israel, acerca de las casas de esta ciudad y de los palacios de los reyes de Judá, que van a ser derribados para levantar defensas contra la espada y contra las rampas de asalto: 5  Los *babilonios vienen para atacar la ciudad y llenarla de cadáveres. En mi ira y furor he ocultado mi rostro de esta ciudad; la heriré de muerte a causa de todas sus maldades.
6  " Sin embargo, les daré salud y los curaré; los sanaré y haré que disfruten de abundante *paz y seguridad. 7  Cambiaré la suerte de Judá y de Israel, y los reconstruiré como al principio. 8  Los *purificaré de todas las iniquidades que cometieron contra mí; les perdonaré todos los pecados con que se rebelaron contra mí. 9  Jerusalén será para mí motivo de gozo, y de alabanza y de gloria a la vista de todas las naciones de la tierra. Se enterarán de todo el bien que yo le hago, y temerán y temblarán por todo el bienestar y toda la paz que yo le ofrezco.
10  "Así dice el Señor: Ustedes dicen que este lugar está en ruinas, sin gente ni animales. Sin embargo, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén, que están desoladas y sin gente ni animales, se oirá de nuevo 11  el grito de gozo y alegría, el canto del novio y de la novia, y la voz de los que traen a la casa del Señor ofrendas de acción de gracias y cantan:

" 'Den gracias al Señor *Todopoderoso,
porque el Señor es bueno,
porque su amor es eterno.

Yo cambiaré la suerte de este país afirma el Señor, y volverá a ser como al principio.
12  "Así dice el Señor Todopoderoso: En este lugar que está en ruinas, sin gente ni animales, y en todas sus ciudades, de nuevo habrá pastos en donde los *pastores harán descansar a sus rebaños. 13  En las ciudades de la región montañosa, de la llanura, y del Néguev, en el territorio de Benjamín, en los alrededores de Jerusalén y en las ciudades de Judá, las ovejas volverán a ser contadas por los pastores dice el Señor.
14  " Llegarán días afirma el Señor, en que cumpliré la promesa de bendición que hice al pueblo de Israel y a la tribu de Judá.

15  " En aquellos días, y en aquel tiempo,
haré que brote de David un renuevo justo,
y él practicará la justicia y el derecho en el país.
16  En aquellos días Judá estará a salvo,
y Jerusalén morará segura.
Y será llamada así:
'El Señor es nuestra *justicia.

17  Porque así dice el Señor: Nunca le faltará a David un descendiente que ocupe el trono del pueblo de Israel. 18  Tampoco a los sacerdotes levitas les faltará un descendiente que en mi presencia ofrezca *holocausto, queme ofrendas de grano, y presente sacrificios todos los días. "
19  La palabra del Señor vino a Jeremías: 20  "Así dice el Señor: Si ustedes pudieran romper mi *pacto con el día y mi pacto con la noche, de modo que el día y la noche no llegaran a su debido tiempo, 21  también podrían romper mi pacto con mi siervo David, que no tendría un sucesor que ocupara su trono, y con los sacerdotes levitas, que son mis ministros. 22  Yo multiplicaré la descendencia de mi siervo David, y la de los levitas, mis ministros, como las incontables estrellas del cielo y los granos de arena del mar. "
23  La palabra del Señor vino a Jeremías: 24  "¿No te has dado cuenta de que esta gente afirma que yo, el Señor, he rechazado a los dos reinos que había escogido? Con esto desprecian a mi pueblo, y ya no lo consideran una nación. 25  Así dice el Señor: Si yo no hubiera establecido mi pacto con el día ni con la noche, ni hubiera fijado las leyes que rigen el cielo y la tierra, 26  entonces habría rechazado a los descendientes de Jacob y de mi siervo David, y no habría escogido a uno de su estirpe para gobernar sobre la descendencia de Abraham, Isaac y Jacob. ¡Pero yo cambiaré su suerte y les tendré compasión! "

Jeremías 34


Advertencia al rey Sedequías

1  La palabra del Señor vino a Jeremías cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, estaba atacando a Jerusalén y a sus ciudades vecinas con todo su ejército y con todos los reinos y pueblos de la tierra regidos por él: 2  "Así dice el Señor, el Dios de Israel: Ve y adviértele a Sedequías, rey de Judá, que así dice el Señor: 'Voy a entregar esta ciudad en manos del rey de Babilonia, quien la incendiará. 3  Y tú no te escaparás de su poder, porque ciertamente serás capturado y entregado en sus manos. Tus ojos verán los ojos del rey de Babilonia, y él te hablará cara a cara, y serás llevado a Babilonia.
4  " No obstante, Sedequías, rey de Judá, escucha la promesa del Señor para ti. Así dice el Señor: 'Tú no morirás a filo de espada 5  sino en *paz. También afirma el Señor: 'Yo te prometo que, así como los reyes de antaño que te precedieron quemaron especias por tus antepasados, así también lo harán en tu funeral, lamentándose por ti y clamando: ¡Ay, señor!  "
6  El profeta Jeremías dijo todo esto a Sedequías, rey de Judá, en Jerusalén. 7  Mientras tanto, el ejército del rey de Babilonia estaba combatiendo contra Jerusalén y contra las ciudades de Judá que aún quedaban, es decir, Laquis y Azeca, que eran las únicas ciudades fortificadas.


Liberación para los esclavos

8  La palabra del Señor vino a Jeremías después de que el rey Sedequías hizo un pacto con todo el pueblo de Jerusalén para dejar libres a los esclavos. 9  El acuerdo estipulaba que cada israelita debía dejar libre a sus esclavas y esclavos hebreos, y que nadie debía esclavizar a un compatriota judío. 10  Todo el pueblo y los jefes que habían hecho el acuerdo liberaron a sus esclavos, de manera que nadie quedaba obligado a servirlos. 11  Pero después se retractaron y volvieron a someter a esclavitud a los que habían liberado.
12  Una vez más la palabra del Señor vino a Jeremías: 13  "Así dice el Señor, el Dios de Israel: Yo hice un *pacto con sus antepasados cuando los saqué de Egipto, lugar de esclavitud. Les ordené 14  que cada siete años liberaran a todo esclavo hebreo que se hubiera vendido a sí mismo con ellos. Después de haber servido como esclavo durante seis años, debía ser liberado.[1] Pero sus antepasados no me obedecieron ni me hicieron caso. 15  Ustedes, en cambio, al proclamar la libertad de su prójimo, se habían convertido y habían hecho lo que yo apruebo. Además, se habían comprometido con un pacto en mi presencia, en la casa que lleva mi *nombre. 16  Pero ahora se han vuelto atrás y han profanado mi nombre. Cada uno ha obligado a sus esclavas y esclavos que había liberado a someterse de nuevo a la esclavitud.
17  "Por tanto, así dice el Señor: No me han obedecido, pues no han dejado en libertad a sus hermanos. Por tanto, yo proclamo contra ustedes una liberación afirma el Señor: dejaré en libertad a la guerra, la pestilencia y el hambre, para que lo que les pase a ustedes sirva de escarmiento para todos los reinos de la tierra. 18  Puesto que han violado mi pacto, y no han cumplido las estipulaciones del pacto que acordaron en mi presencia, los trataré como al novillo que cortaron en dos, y entre cuyos pedazos pasaron para rubricar el pacto. 19[2]  A los jefes de Judá y de Jerusalén, y a los oficiales de la corte y a los sacerdotes, y a todos los que pasaron entre los pedazos del novillo, 20  los entregaré en manos de sus enemigos, que atentan contra su vida, y sus cadáveres servirán de alimento a las aves de rapiña y a las fieras del campo.
21  " A Sedequías, rey de Judá, y a sus jefes, los entregaré en manos de sus enemigos, que atentan contra sus vidas, es decir, en poder del ejército del rey de Babilonia, que por el momento se ha replegado. 22  Voy a dar una orden afirma el Señor, y los haré volver a esta ciudad. La atacarán y, luego de tomarla, la incendiarán. Dejaré a las ciudades de Judá en total desolación, sin habitantes. "

                         NOTAS:

1. 34:14 Véanse Éx 21:2; Dt 15:12.
2. 34:18 Véase Gn 15:9-10,17-18.

Jeremías 35


El ejemplo de los recabitas

1  La palabra del Señor vino a mí, Jeremías, en los días de Joacim hijo de Josías, rey de Judá: 2  "Ve a la familia de los recabitas, e invítalos para que vengan a una de las salas de la casa del Señor, y ofréceles vino."
3  Entonces fui a buscar a Jazanías, hijo de mi tocayo Jeremías y nieto de Jabasinías, y a sus hermanos y a todos sus hijos, y a toda la familia de los recabitas. 4  Los llevé a la casa del Señor, a la sala de los hijos de Janán hijo de Igdalías, hombre de Dios. Esta sala se encontraba junto a la de los jefes, que a su vez estaba encima de la de Maseías hijo de Salún, guardián del umbral. 5  Les serví a los recabitas jarras y copas llenas de vino, y les dije: "¡Beban!"
6  Ellos me respondieron: "Nosotros no bebemos vino, porque Jonadab hijo de Recab, nuestro antepasado, nos ordenó lo siguiente: Nunca beban vino, ni ustedes ni sus descendientes. 7  Tampoco edifiquen casas, ni siembren semillas, ni planten viñedos, ni posean ninguna de estas cosas. Habiten siempre en tiendas de campaña, para que vivan mucho tiempo en esta tierra donde son extranjeros. 8  Nosotros obedecemos todo lo que nos ordenó Jonadab hijo de Recab, nuestro antepasado. Nunca bebemos vino, ni tampoco lo hacen nuestras mujeres ni nuestros hijos. 9  No edificamos casas para habitarlas; no poseemos viñedos ni campos sembrados. 10  Vivimos en tiendas de campaña y obedecemos todo lo que nos ordenó Jonadab, nuestro antepasado. 11  Pero cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, invadió esta tierra, dijimos: Vámonos a Jerusalén, para escapar del ejército *babilonio y del ejército *sirio. Por eso ahora vivimos en Jerusalén."
12  Entonces la palabra del Señor vino a Jeremías: 13  "Así dice el Señor *Todopoderoso, el Dios de Israel: Ve y dile a toda la gente de Judá y Jerusalén: ¿No pueden aprender esta lección, y obedecer mis palabras? afirma el Señor. 14  Los descendientes de Jonadab hijo de Recab han cumplido con la orden de no beber vino, y hasta el día de hoy no lo beben porque obedecen lo que su antepasado les ordenó. En cambio ustedes, aunque yo les he hablado en repetidas ocasiones, no me han hecho caso. 15  Además, no he dejado de enviarles a mis siervos, los profetas, para decirles: 'Conviértanse ya de su mal *camino, enmienden sus acciones y no sigan a otros dioses para servirlos; entonces habitarán en la tierra que yo les he dado a ustedes y a sus antepasados. Pero ustedes no me han prestado atención; no me han hecho caso. 16  Los descendientes de Jonadab hijo de Recab cumplieron la orden dada por su antepasado; en cambio, este pueblo no me obedece.
17  "Por eso, así dice el Señor, Dios Todopoderoso, el Dios de Israel: Voy a enviar contra Judá y contra todos los habitantes de Jerusalén todas las calamidades que ya les he anunciado, porque les hablé y no me obedecieron; los llamé y no me respondieron. "
18  Jeremías también les dijo a los recabitas: "Así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: Por cuanto ustedes han obedecido las órdenes de Jonadab, su antepasado, y han cumplido con todos sus mandamientos y han hecho todo lo que él les ordenó, 19  así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: 'Nunca le faltará a Jonadab hijo de Recab un descendiente que esté a mi servicio todos los días.  "

Jeremías 36


El rey Joacim quema el rollo de Jeremías

1  Esta palabra del Señor vino a Jeremías en el año cuarto del rey Joacim hijo de Josías: 2  "Toma un rollo y escribe en él todas las palabras que desde los tiempos de Josías, desde que comencé a hablarte hasta ahora, te he dicho acerca de Israel, de Judá y de las otras naciones. 3  Cuando los de Judá se enteren de todas las calamidades que pienso enviar contra ellos, tal vez abandonen su mal *camino y pueda yo perdonarles su iniquidad y su pecado."
4  Jeremías llamó a Baruc hijo de Nerías, y mientras le dictaba, Baruc escribía en el rollo todo lo que el Señor le había dicho al profeta. 5  Luego Jeremías le dio esta orden a Baruc: "Estoy detenido y no puedo ir a la casa del Señor. 6  Por tanto, ve a la casa del Señor en el día de ayuno, y lee en voz alta ante el pueblo de Jerusalén las palabras del Señor que te he dictado y que escribiste en el rollo. Léeselas también a toda la gente de Judá que haya venido de sus ciudades. 7  ¡A lo mejor su oración llega a la presencia del Señor y cada uno se convierte de su mal camino! ¡Ciertamente son terribles la ira y el furor con que el Señor ha amenazado a este pueblo!"
8  Baruc hijo de Nerías hizo tal y como le había ordenado el profeta Jeremías: Leyó en la casa del Señor las palabras contenidas en el rollo.
9  En el mes noveno del año quinto de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, todo el pueblo de Jerusalén y todos los que habían venido de las otras ciudades de Judá fueron convocados a ayunar en honor del Señor. 10  Baruc se dirigió al atrio superior de la casa del Señor, a la entrada de la Puerta Nueva, y desde la sala de Guemarías hijo de Safán, el cronista, leyó ante todo el pueblo el rollo que contenía las palabras de Jeremías.
11  Micaías hijo de Guemarías, nieto de Safán, escuchó todas las palabras del Señor que estaban escritas en el rollo. 12  Entonces bajó al palacio del rey, a la sala del cronista, donde estaban reunidos todos los jefes, es decir, el cronista Elisama, Delaías hijo de Semaías, Elnatán hijo de Acbor, Guemarías hijo de Safán, Sedequías hijo de Ananías, y todos los demás jefes. 13  Micaías les contó todo lo que había escuchado de lo que Baruc había leído ante el pueblo. 14  Entonces todos los jefes enviaron a Yehudi hijo de Netanías, nieto de Selemías y bisnieto de Cusí, para que le dijera a Baruc: "Toma el rollo que has leído ante el pueblo, y ven." Baruc hijo de Nerías lo tomó y se presentó ante ellos. 15  Los jefes le dijeron:
Siéntate y léenos lo que está en el rollo.
Baruc lo leyó ante ellos. 16  Terminada la lectura, se miraron temerosos unos a otros y le dijeron:
Tenemos que informar de todo esto al rey.
17  Luego le preguntaron a Baruc:
Dinos, ¿cómo fue que escribiste todo esto? ¿Te lo dictó Jeremías?
18  Sí les respondió Baruc, él me lo dictó, y yo lo escribí con tinta, en el rollo.
19  Entonces los jefes le dijeron a Baruc:
Tú y Jeremías, vayan a esconderse. ¡Que nadie sepa donde están!
20  Después de dejar el rollo en la sala del cronista Elisama, los jefes se presentaron en el atrio, delante del rey, y lo pusieron al tanto de todo lo ocurrido. 21  El rey envió a Yehudi a buscar el rollo, y Yehudi lo tomó de la sala de Elisama y lo leyó en presencia del rey y de todos los jefes que estaban con él. 22  Era el mes noveno, y por eso el rey estaba en su casa de invierno, sentado junto a un brasero encendido. 23  A medida que Yehudi terminaba de leer tres o cuatro columnas, el rey las cortaba con un estilete de escriba y las echaba al fuego del brasero. Así lo hizo con todo el rollo, hasta que éste se consumió en el fuego. 24  Ni el rey ni los jefes que escucharon todas estas palabras tuvieron temor ni se rasgaron las vestiduras. 25  Esto sucedió a pesar de que Elnatán, Delaías y Guemarías le habían suplicado al rey que no quemara el rollo; pero el rey no les hizo caso. 26  Por el contrario, mandó a Jeramel, su hijo, a Seraías hijo de Azriel, y a Selemías hijo de Abdel que arrestaran al escriba Baruc y al profeta Jeremías. Pero el Señor los había escondido.
27  Luego que el rey quemó el rollo con las palabras que Jeremías le había dictado a Baruc, la palabra del Señor vino a Jeremías: 28  "Toma otro rollo, y escribe exactamente lo mismo que estaba escrito en el primer rollo quemado por Joacim, rey de Judá. 29  Y adviértele a Joacim que así dice el Señor: Tú quemaste aquel rollo, diciendo: '¿Por qué has escrito en él que con toda seguridad el rey de Babilonia vendrá a destruir esta tierra, y a borrar de ella a toda persona y animal?  30  Por eso, así dice el Señor acerca de Joacim, rey de Judá: Ninguno de sus descendientes ocupará el trono de David; su cadáver será arrojado, y quedará expuesto al calor del día y a las heladas de la noche. 31  Castigaré la iniquidad de él, la de su descendencia y la de sus siervos. Enviaré contra ellos, y contra los habitantes de Jerusalén y de Judá, todas las calamidades con que los amenacé, porque no me hicieron caso. "
32  Entonces Jeremías tomó otro rollo y se lo dio al escriba Baruc hijo de Nerías. Baruc escribió en el rollo todo lo que Jeremías le dictó, lo cual era idéntico a lo escrito en el rollo quemado por el rey Joacim. Se agregaron, además, muchas otras cosas semejantes.

Jeremías 37


Encarcelamiento de Jeremías

1  Nabucodonosor, rey de Babilonia, puso como rey de Judá a Sedequías hijo de Josías, en lugar de Jeconías[1] hijo de Joacim. 2  Pero ni Sedequías ni sus siervos ni la gente de Judá hicieron caso a las palabras que el Señor había hablado a través del profeta Jeremías. 3  No obstante, el rey Sedequías envió a Jucal hijo de Selemías y al sacerdote Sofonías hijo de Maseías a decirle al profeta Jeremías: "Ora por nosotros al Señor nuestro Dios."
4  Mientras tanto, Jeremías se movía con total libertad entre la gente, pues todavía no lo habían encarcelado. 5  Por otra parte, el ejército del faraón había salido de Egipto. Y cuando los *babilonios, que estaban sitiando a Jerusalén, se enteraron de la noticia, emprendieron la retirada.
6  La palabra del Señor vino al profeta Jeremías: 7  "Así dice el Señor, el Dios de Israel: Díganle al rey de Judá que los mandó a consultarme: 'El ejército del faraón, que salió para apoyarlos, se volverá a Egipto. 8  Los babilonios regresarán para atacar esta ciudad, y la capturarán y la incendiarán.
9  "Así dice el Señor: No se hagan ilusiones creyendo que los babilonios se van a retirar. ¡Se equivocan! No se van a retirar. 10  Y aunque ustedes derrotaran a todo el ejército babilonio, y sólo quedaran en sus campamentos algunos hombres heridos, éstos se levantarían e incendiarían esta ciudad. "
11  Cuando por causa de la incursión del ejército del faraón el ejército de Babilonia se retiró de Jerusalén, 12  Jeremías quiso trasladarse de Jerusalén al territorio de Benjamín para tomar posesión de una herencia. 13  Pero al llegar a la puerta de Benjamín, un capitán de la guardia llamado Irías, hijo de Selemías y nieto de Jananías, detuvo al profeta Jeremías y lo acusó:
¡Estás por pasarte a los babilonios!
14  Jeremías respondió:
¡Mentira, no voy a pasarme a los babilonios!
Pero Irías no le hizo caso, sino que lo detuvo y lo llevó ante los jefes. 15  Éstos estaban enfurecidos contra Jeremías, así que luego de golpearlo lo encarcelaron en la casa del cronista Jonatán, ya que la habían convertido en prisión. 16  Así Jeremías fue encerrado en un calabozo subterráneo, donde permaneció mucho tiempo.
17  El rey Sedequías mandó que trajeran a Jeremías al palacio, y allí le preguntó en secreto:
¿Has recibido alguna palabra del Señor?
Sí respondió Jeremías, Su Majestad será entregado en manos del rey de Babilonia.
18  A su vez, Jeremías le preguntó al rey Sedequías:
¿Qué crimen he cometido contra Su Majestad, o contra sus ministros o este pueblo, para que me hayan encarcelado? 19  ¿Dónde están sus profetas, los que profetizaban que el rey de Babilonia no los atacaría ni a ustedes ni a este país? 20  Pero ahora, ruego a Su Majestad me preste atención. Le pido que no me mande de vuelta a la casa del cronista Jonatán, no sea que yo muera allí.
21  Entonces el rey Sedequías ordenó que pusieran a Jeremías en el patio de la guardia y que, mientras hubiera pan en la ciudad, todos los días le dieran una porción del pan horneado en la calle de los Panaderos. Así fue como Jeremías permaneció en el patio de la guardia.

                         NOTAS:

1. 37:1 Jeconías. Lit. Conías (variante de este nombre).

Jeremías 38


Jeremías en la cisterna

1  Sefatías hijo de Matán, Guedalías hijo de Pasur, Jucal hijo de Selemías, y Pasur hijo de Malquías, oyeron que Jeremías le decía a todo el pueblo: 2  "Así dice el Señor: El que se quede en esta ciudad morirá de hambre, por la espada o por la peste. Pero el que se pase a los *babilonios vivirá. ¡Se entregará como botín de guerra, pero salvará su vida! 3  Así dice el Señor: Esta ciudad caerá en poder del ejército del rey de Babilonia, y será capturada. "
4  Los jefes le dijeron al rey:
Hay que matar a este hombre. Con semejantes discursos está desmoralizando a los soldados y a todo el pueblo que aún quedan en esta ciudad. Este hombre no busca el bien del pueblo, sino su desgracia.
5  El rey Sedequías respondió:
Lo dejo en sus manos. Ni yo, que soy el rey, puedo oponerme a ustedes.
6  Ellos tomaron a Jeremías y, bajándolo con cuerdas, lo echaron en la cisterna del patio de la guardia, la cual era de Malquías, el hijo del rey. Pero como en la cisterna no había agua, sino lodo, Jeremías se hundió en él.
7  El etíope Ebedmélec, funcionario[1] de la casa real, se enteró de que habían echado a Jeremías en la cisterna. En cierta ocasión cuando el rey estaba participando en una sesión frente al portón de Benjamín, 8  Ebedmélec salió del palacio real y le dijo:
9  Mi rey y señor, estos hombres han actuado con saña. Han arrojado a Jeremías en la cisterna, y allí se morirá de hambre, porque ya no hay pan en la ciudad.
10  Entonces el rey ordenó al etíope Ebedmélec:
Toma contigo tres[2] hombres, y rescata de la cisterna al profeta Jeremías antes de que se muera.
11  Ebedmélec lo hizo así, y fue al depósito de ropa[3] del palacio real, sacó de allí ropas y trapos viejos, y con unas sogas se los bajó a la cisterna a Jeremías. 12  Ebedmélec le dijo a Jeremías:
Ponte en los sobacos estas ropas y trapos viejos, para protegerte de las sogas.
Así lo hizo Jeremías. 13  Los hombres tiraron de las sogas y lo sacaron de la cisterna. Y Jeremías permaneció en el patio de la guardia.


Sedequías interroga a Jeremías

14  El rey Sedequías mandó que llevaran a Jeremías a la tercera entrada de la casa del Señor, y allí le dijo:
Te voy a preguntar algo, y por favor no me ocultes nada.
15  Jeremías le respondió al rey:
Si respondo a la pregunta de Su Majestad, lo más seguro es que me mate. Y si le doy un consejo, no me va a hacer caso.
16  Pero en secreto el rey Sedequías le hizo este juramento a Jeremías:
¡Te juro por el Señor, que nos ha dado esta vida, que no te mataré ni te entregaré en manos de estos hombres que atentan contra tu vida!
17  Jeremías le dijo a Sedequías:
Así dice el Señor *Todopoderoso, el Dios de Israel: Si Su Majestad se rinde ante los jefes del rey de Babilonia, salvará su vida, y esta ciudad no será incendiada; Su Majestad y su familia vivirán. 18  Pero si no se rinde ante los jefes del rey de Babilonia, la ciudad caerá bajo el poder de los *caldeos, y será incendiada, y usted no tendrá escapatoria.
19  El rey Sedequías respondió:
Yo le tengo terror a los judíos que se pasaron al bando de los *babilonios, pues me pueden entregar en sus manos para que me torturen.
20  Jeremías le contestó:
Obedezca Su Majestad la voz del Señor que yo le estoy comunicando, y no caerá en manos de los babilonios. Así le irá bien a usted, y salvará su vida. 21  Pero si Su Majestad se empecina en no rendirse, ésta es la palabra que el Señor me ha revelado: 22  Todas las mujeres que aún quedan en el palacio del rey de Judá serán entregadas a los jefes del rey de Babilonia, y ellas mismas le echarán en cara:

"Tus amigos más confiables
te han engañado y te han vencido.
Tienes los pies hundidos en el fango,
pues tus amigos te dieron la espalda.

23  "Todas las mujeres y los hijos de Su Majestad serán entregados a los babilonios, y ni Su Majestad podrá escapar, sino que caerá bajo el poder del rey de Babilonia, y la ciudad será incendiada.
24  Sedequías le contestó a Jeremías:
Que nadie se entere de estas palabras, pues de lo contrario morirás. 25  Si los jefes se enteran de que yo hablé contigo, y vienen y te dicen: Dinos ya lo que le has informado al rey, y lo que él te dijo; no nos ocultes nada, pues de lo contrario te mataremos, 26  tú les dirás: Vine a suplicarle al rey que no me mandara de vuelta a casa de Jonatán, a morir allí.
27  Y así fue. Todos los jefes vinieron a interrogar a Jeremías, pero él les contestó de acuerdo con lo que el rey le había ordenado. Entonces lo dejaron tranquilo, porque nadie había escuchado la conversación. 28  Y Jeremías se quedó en el patio de la guardia hasta el día en que Jerusalén fue capturada.

                         NOTAS:

1. 38:7 funcionario. Lit. eunuco.
2. 38:10 tres (un mss. hebreo); treinta (TM).
3. 38:11 al depósito de ropa. Lit. debajo de la tesorería; véase 2R 10:22.

Jeremías 39


La caída de Jerusalén

1header?Jerusalén fue tomada de la siguiente manera/header En el mes décimo del año noveno del reinado de Sedequías en Judá, el rey Nabucodonosor de Babilonia y todo su ejército marcharon contra Jerusalén y la sitiaron. 2 El día nueve del mes cuarto del año undécimo del reinado de Sedequías, abrieron una brecha en el muro de la ciudad, 3 por la que entraron todos los jefes del rey de Babilonia, hasta instalarse en la puerta central: Nergal Sarézer de Samgar, Nebo Sarsequín,[1] un oficial principal, Nergal Sarézer, también un alto funcionario, y todos los otros jefes del rey de Babilonia. 4 Al verlos, el rey Sedequías de Judá y todos los soldados huyeron de la ciudad. Salieron de noche por el camino del jardín del rey, por la *puerta que está entre los dos muros, tomando el camino del Arabá. 5[2]  Pero el ejército babilónico los persiguió hasta alcanzarlos en las llanuras de Jericó. Capturaron a Sedequías y lo llevaron ante Nabucodonosor, rey de Babilonia, que estaba en Riblá, en el territorio de Jamat. Allí dictó sentencia contra Sedequías, 6 y ante sus propios ojos hizo degollar a sus hijos, lo mismo que a todos los nobles de Judá. 7 Luego mandó que a Sedequías le sacaran los ojos y le pusieran cadenas de bronce, para llevarlo a Babilonia.
8 Los *babilonios prendieron fuego al palacio real y a las casas del pueblo, y derribaron los muros de Jerusalén. 9 Finalmente Nabuzaradán, el comandante de la guardia, llevó cautivos a Babilonia tanto al resto de la población como a los desertores, es decir, a todos los que quedaban. 10 Nabuzaradán, comandante de la guardia, sólo dejó en el territorio de Judá a algunos de los más pobres, que no poseían nada. En aquel día les asignó campos y viñedos. 11  En cuanto a Jeremías, el rey Nabucodonosor de Babilonia había dado la siguiente orden a Nabuzaradán, el comandante de la guardia: 12  "Vigílalo bien, sin hacerle ningún daño, y atiende a todas sus necesidades." 13  Nabuzaradán, comandante de la guardia, Nebusazbán, un oficial principal, Nergal Sarézer, un alto funcionario, y todos los demás oficiales del rey de Babilonia, 14  mandaron sacar a Jeremías del patio de la guardia y se lo confiaron a Guedalías hijo de Ajicán, nieto de Safán, para que lo llevaran de vuelta a su casa. Así Jeremías se quedó a vivir en medio del pueblo.
1 15  Aún estaba Jeremías preso en el patio de la guardia cuando la palabra del Señor vino a él: 16  "Ve y dile a Ebedmélec, el etíope, que así dice el Señor *Todopoderoso, el Dios de Israel: Voy a cumplir las palabras que anuncié contra esta ciudad, para mal y no para bien. En aquel día, tú serás testigo de todo esto. 17  Pero en ese mismo día yo te rescataré afirma el Señor, y no caerás en las manos de los hombres que temes. 18  Porque ciertamente yo te libraré afirma el Señor, y no caerás a filo de espada; antes bien, tu vida será tu botín, porque has confiado en mí. "

                         NOTAS:

1. 39:3 Nergal Sarézer de Samgar, Nebo Sarsequín. Alt. Nergal Sarézer, Samgar Nebo, Sarsequín.
2. 39:4 del Arabá. Alt. del valle del Jordán.

Jeremías 40


Liberación de Jeremías

1  La palabra del Señor vino a Jeremías después de que Nabuzaradán, el comandante de la guardia, lo había dejado libre en Ramá. Allí lo había encontrado Nabuzaradán preso y encadenado, entre todos los cautivos de Judá y Jerusalén que eran deportados a Babilonia. 2  El comandante de la guardia tomó aparte a Jeremías, y le dijo: "El Señor tu Dios decretó esta calamidad para este lugar, 3  y ahora el Señor ha cumplido sus amenazas. Todo esto les ha pasado porque pecaron contra el Señor y desobedecieron su voz. 4  No obstante, hoy te libero de las cadenas que te sujetan las manos. Si quieres venir conmigo a Babilonia, ven, que yo te cuidaré. Pero si no quieres, no lo hagas. Mira, tienes ante tus ojos toda la tierra: ve adonde más te convenga."
5  Como Jeremías no se decidía, Nabuzaradán añadió: "Vuelve junto a Guedalías hijo de Ajicán, nieto de Safán, a quien el rey de Babilonia ha nombrado gobernador de las ciudades de Judá, y vive con él y con tu pueblo, o ve adonde más te convenga." 6  Jeremías se fue entonces junto a Guedalías hijo de Ajicán, en Mizpa, y se quedó con él, en medio del pueblo que había permanecido en el país.


Asesinato de Guedalías

7  Cuando todos los jefes y soldados del ejército que estaban en el campo se enteraron de que el rey de Babilonia había puesto a Guedalías hijo de Ajicán como gobernador del país, y de que le había confiado el cuidado de hombres, mujeres y niños, así como de los más pobres del país que no habían sido deportados a Babilonia, 8  fueron a Mizpa para presentarse ante Guedalías. Entre ellos estaban: Ismael hijo de Netanías, Johanán y Jonatán hijos de Carea, Seraías hijo de Tanjumet, los hijos de Efay de Netofa, y Jezanías, hijo de un hombre de Macá, y sus hombres. 9  Guedalías hijo de Ajicán, nieto de Safán, les hizo este juramento a ellos y a sus tropas: "No teman a los *babilonios. Si ustedes se quedan en el país y sirven al rey de Babilonia, les aseguro que les irá bien. 10  Yo me quedaré en Mizpa, para representarlos ante los babilonios que vengan hasta acá. Pero ustedes, comiencen a almacenar en recipientes vino, frutos de verano y aceite, y vivan en las ciudades que han ocupado."
11  Todos los judíos que estaban en Moab, Amón y Edom, y en todos los otros países, se enteraron también de que el rey de Babilonia había dejado un remanente en Judá, y nombrado como gobernador a Guedalías hijo de Ajicán, nieto de Safán. 12  Entonces todos estos judíos regresaron a la tierra de Judá, de todos los países donde estaban dispersos. Al llegar, se presentaron en Mizpa ante Guedalías, y también almacenaron vino y frutos de verano en abundancia.
13  Johanán hijo de Carea, y todos los demás jefes militares que estaban en el campo, se presentaron ante Guedalías en Mizpa, 14  y le dijeron:
¿No sabes que Balís, rey de Amón, ha mandado a Ismael hijo de Netanías, para matarte?
Pero Guedalías hijo de Ajicán no les creyó. 15  Y allí en Mizpa, Johanán hijo de Carea le propuso en secreto a Guedalías:
Déjame ir a matar a Ismael hijo de Netanías. ¡Nadie tiene que enterarse! ¿Por qué vamos a permitir que te asesine? Eso causaría la dispersión de todos los judíos que se han reunido a tu alrededor, y acabaría con lo que queda de Judá.
16  Pero Guedalías hijo de Ajicán le respondió a Johanán hijo de Carea:
¡Ni lo pienses! ¡Lo que dices acerca de Ismael es mentira!

Jeremías 41

1  En el mes séptimo Ismael, hijo de Netanías y nieto de Elisama, que era de estirpe real y había sido uno de los oficiales del rey, vino a Mizpa con diez hombres y se presentó ante Guedalías hijo de Ajicán. Y ahí en Mizpa, mientras comían juntos, 2  Ismael hijo de Netanías se levantó y, junto con los diez hombres que lo acompañaban, hirió a filo de espada a Guedalías hijo de Ajicán, nieto de Safán, quitándole la vida. Así hicieron con quien había sido nombrado gobernador del país por el rey de Babilonia. 3  Ismael mató también a todos los judíos y soldados que se encontraban en Mizpa con Guedalías.
4  Al día siguiente del asesinato de Guedalías, cuando todavía nadie se había enterado, 5  llegaron de Siquén, Siló y Samaria ochenta hombres con la barba afeitada, la ropa rasgada, y el cuerpo lleno de cortaduras que ellos mismos se habían hecho. Traían ofrendas de cereales, e incienso, para presentarlas en la casa del Señor. 6  Desde Mizpa salió a su encuentro Ismael hijo de Netanías; iba llorando y, cuando los encontró, les dijo:
Vengan a ver a Guedalías hijo de Ajicán.
7  Pero no habían llegado al centro de la ciudad cuando Ismael hijo de Netanías y sus secuaces los mataron y los arrojaron en una cisterna. 8  Había entre ellos diez hombres, que le rogaron a Ismael:
¡No nos mates; tenemos escondidos en el campo trigo, cebada, aceite y miel!
Ismael accedió, y no los mató como a sus compañeros. 9  El rey Asá había hecho una fosa para defenderse de Basá, rey de Israel, y en esa fosa fue donde Ismael arrojó los cadáveres de los hombres que había matado, junto con Guedalías, llenándola de cadáveres.
10  Después Ismael se llevó en cautiverio a las hijas del rey y a todo el resto del pueblo que había quedado en Mizpa, a quienes Nabuzaradán, comandante de la guardia, había puesto bajo el mando de Guedalías hijo de Ajicán. Ismael hijo de Netanías salió con sus cautivos hacia el territorio de los amonitas.
11  Cuando Johanán hijo de Carea, y todos los jefes militares que estaban con él, se enteraron del crimen que había cometido Ismael hijo de Netanías, 12  reunieron a todos sus hombres y fueron a pelear contra él. Lo encontraron cerca del gran estanque que está en Gabaón. 13  Y sucedió que toda la gente que estaba con Ismael se alegró al ver a Johanán hijo de Carea, acompañado de todos los jefes militares. 14  Todo el pueblo que Ismael llevaba cautivo desde Mizpa se dio la vuelta y se fue con Johanán hijo de Carea. 15  Pero Ismael hijo de Netanías y ocho de sus hombres se escaparon de Johanán y huyeron hacia Amón.


Huida a Egipto

16  Entonces Johanán hijo de Carea, junto con todos los jefes militares que lo acompañaban, tomaron y rescataron al resto del pueblo que desde Mizpa se había llevado Ismael hijo de Netanías, luego de haber asesinado a Guedalías hijo de Ajicán: eran soldados, mujeres, niños y altos funcionarios. 17  Se pusieron en marcha hasta llegar a Guerut Quimán, que está junto a Belén, desde donde pensaban continuar a Egipto 18  para huir de los *babilonios. Estaban con temor, ya que Ismael hijo de Netanías había matado a Guedalías hijo de Ajicán, a quien el rey de Babilonia había nombrado gobernador del país.

Jeremías 42

1  Entonces se acercaron Johanán hijo de Carea y Azarías[1] hijo de Osaías, junto con los jefes militares y todo el pueblo, desde el más chico hasta el más grande, 2  y le dijeron al profeta Jeremías:
Por favor, atiende a nuestra súplica y ruega al Señor tu Dios por todos nosotros los que quedamos. Como podrás darte cuenta, antes éramos muchos, pero ahora quedamos sólo unos cuantos. 3  Ruega para que el Señor tu Dios nos indique el *camino que debemos seguir, y lo que debemos hacer.
4  Jeremías les respondió:
Ya los he oído. Voy a rogar al Señor, al Dios de ustedes, tal como me lo han pedido. Les comunicaré todo lo que el Señor me diga, y no les ocultaré absolutamente nada.
5  Ellos le dijeron a Jeremías:
Que el Señor tu Dios sea un testigo fiel y verdadero contra nosotros, si no actuamos conforme a todo lo que él nos ordene por medio de ti. 6  Sea o no de nuestro agrado, obedeceremos la voz del Señor nuestro Dios, a quien te enviamos a consultar. Así, al obedecer la voz del Señor nuestro Dios, nos irá bien.
7  Diez días después, la palabra del Señor vino a Jeremías. 8  Éste llamó a Johanán hijo de Carea, a todos los jefes militares que lo acompañaban, y a todo el pueblo, desde el más chico hasta al más grande, 9  y les dijo: "Así dice el Señor, Dios de Israel, a quien ustedes me enviaron para interceder por ustedes: 10  Si se quedan en este país, yo los edificaré y no los derribaré, los plantaré y no los arrancaré, porque me duele haberles causado esa calamidad. 11  No teman al rey de Babilonia, al que ahora temen afirma el Señor; no le teman, porque yo estoy con ustedes para salvarlos y librarlos de su poder. 12  Tendré compasión de ustedes, y de esa manera él también les tendrá compasión y les permitirá volver a su tierra.
13  "Pero si desobedecen la voz del Señor, Dios de ustedes, y dicen: No nos quedaremos en esta tierra, 14  sino que nos iremos a Egipto, donde no veremos guerra, ni escucharemos el sonido de la trompeta, ni pasaremos hambre, y allí nos quedaremos a vivir, 15  entonces presten atención a la palabra del Señor, ustedes los que quedan en Judá: Así dice el Señor *Todopoderoso, el Dios de Israel: Si ustedes insisten en trasladarse a Egipto para vivir allá, 16  la guerra que tanto temen los alcanzará, y el hambre que los aterra los seguirá de cerca hasta Egipto, y en ese lugar morirán. 17  Todos los que están empecinados en trasladarse a Egipto para vivir allá, morirán por la guerra, el hambre y la peste. Ninguno sobrevivirá ni escapará a la calamidad que haré caer sobre ellos. 18  Porque así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: Así como se ha derramado mi ira y mi furor sobre los habitantes de Jerusalén, así se derramará mi furor sobre ustedes, si se van a Egipto. Se convertirán en objeto de maldición, de horror, de imprecación y de oprobio, y nunca más volverán a ver este lugar.
19  "¡Remanente de Judá! El Señor les ha dicho que no vayan a Egipto. Sepan bien que hoy les hago una advertencia seria. 20  Ustedes cometieron un error fatal cuando me enviaron al Señor, Dios de ustedes, y me dijeron: Ruega al Señor, nuestro Dios, por nosotros, y comunícanos todo lo que él te diga, para que lo cumplamos. 21  Hoy se lo he hecho saber a ustedes, pero no han querido obedecer la voz del Señor su Dios en nada de lo que él me encargó comunicarles. 22  Por lo tanto, sepan bien que en el lugar donde quieren residir morirán por la guerra, el hambre y la peste."

                         NOTAS:

1. 42:1 Azarías (LXX; véase 43:2); Jezanías (TM).

Jeremías 43

1  Cuando Jeremías terminó de comunicarle al pueblo todo lo que el Señor su Dios le había encomendado decirles, 2  Azarías hijo de Osaías, Johanán hijo de Carea, y todos los arrogantes le respondieron a Jeremías: "¡Lo que dices es una mentira! El Señor nuestro Dios no te mandó a decirnos que no vayamos a vivir a Egipto. 3  Es Baruc hijo de Nerías el que te incita contra nosotros, para entregarnos en poder de los *babilonios, para que nos maten o nos lleven cautivos a Babilonia."
4  Así que ni Johanán hijo de Carea, ni los jefes militares, ni nadie del pueblo, obedecieron el mandato del Señor, de quedarse a vivir en el país de Judá. 5  Por el contrario, Johanán hijo de Carea y todos los jefes militares se llevaron a la gente que aún quedaba en Judá, es decir, a los que habían vuelto para vivir en Judá luego de haber sido dispersados por todas las naciones: 6  los hombres, las mujeres y los niños, las hijas del rey, y toda la gente que Nabuzaradán, comandante de la guardia, había confiado a Guedalías hijo de Ajicán, nieto de Safán, y también a Jeremías el profeta y a Baruc hijo de Nerías; 7  y contrariando el mandato del Señor se dirigieron al país de Egipto, llegando hasta la ciudad de Tafnes.
8  En Tafnes, la palabra del Señor vino a Jeremías: 9  "Toma en tus manos unas piedras grandes y, a la vista de los judíos, entiérralas con argamasa en el pavimento, frente a la entrada del palacio del faraón en Tafnes. 10  Luego comunícales que así dice el Señor *Todopoderoso, el Dios de Israel: Voy a mandar a buscar a mi siervo Nabucodonosor, rey de Babilonia; voy a colocar su trono sobre estas piedras que he enterrado, y él armará sobre ellas su toldo real. 11  Vendrá al país de Egipto y lo atacará: el que esté destinado a la muerte, morirá; el que esté destinado al exilio, será exiliado; el que esté destinado a la guerra, a la guerra irá. 12  Prenderá[1] fuego a los templos de los dioses de Egipto; los quemará y los llevará cautivos. Sacudirá a Egipto, como un pastor que se sacude los piojos de la ropa, y luego se irá de allí sin inmutarse. 13  Destruirá los obeliscos de Bet Semes,[2] y prenderá fuego a los templos de los dioses de Egipto. "

                         NOTAS:

1. 43:12 Prenderá (LXX, Siríaca y Vulgata); Prenderé (TM).
2. 43:13 En hebreo, Bet Semes significa casa del sol; posible alusión al templo del sol o a la ciudad de Heliópolis.

Jeremías 44


Desastre causado por la idolatría

1  La palabra del Señor vino a Jeremías para todos los judíos que habitaban en Egipto, es decir, para los que vivían en las ciudades de Migdol, Tafnes y Menfis,[1] y en la región del sur: 2  "Así dice el Señor *Todopoderoso, el Dios de Israel: Ustedes han visto todas las calamidades que yo provoqué sobre Jerusalén y sobre todas las ciudades de Judá. Hoy yacen en ruinas, sin morador alguno, 3  a causa de las maldades que cometieron. Ellos provocaron mi enojo al adorar y ofrecer incienso a otros dioses, que ni ellos ni sus antepasados conocieron. 4  Una y otra vez les envié a mis siervos los profetas, para que les advirtieran que no incurrieran en estas cosas tan abominables que yo detesto. 5  Pero ellos no escucharon ni prestaron atención; no se *arrepintieron de sus maldades, sino que siguieron ofreciendo incienso a otros dioses. 6  Por eso se derramó mi ira contra las ciudades de Judá; por eso se encendió mi furor contra las calles de Jerusalén, las cuales se convirtieron en desolación hasta el día de hoy.
7  "Y ahora, así dice el Señor, el Dios Todopoderoso, el Dios de Israel: ¿Por qué se provocan ustedes mismos un mal tan grande? ¿Por qué provocan la muerte de la gente de Judá, de hombres, mujeres, niños y recién nacidos, hasta acabar con todos? 8  Me agravian con las obras de sus manos, al ofrecer incienso a otros dioses en el país de Egipto, donde han ido a vivir. Lo único que están logrando es ganarse su propia destrucción, y convertirse en maldición y oprobio entre todas las naciones de la tierra. 9  ¿Acaso ya se han olvidado de todas las maldades que cometieron sus antepasados, de las que cometieron los reyes de Judá y sus esposas, y de las que ustedes y sus esposas cometieron en Judá y en las calles de Jerusalén? 10  Sin embargo, hasta el día de hoy no se han humillado ni han sentido temor; no se han comportado según mi *ley y mis preceptos, que les di a ustedes y a sus antepasados.
11  "Por eso, así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: He decidido ponerme en contra de ustedes, para su mal, y destruir a todo Judá. 12  Tomaré al resto de Judá, que se empecinó en ir a vivir a Egipto, y todos perecerán allí; caerán a filo de espada, o el hambre los exterminará. Desde el más pequeño hasta el más grande, morirán de hambre o a filo de espada. Se convertirán en objeto de maldición, de horror, de imprecación y de oprobio. 13  Con hambre, peste y espada castigaré a los que habitan en Egipto, como castigué a Jerusalén. 14  No escapará ninguno del resto de Judá que se fue a vivir a Egipto, ni sobrevivirá para volver a Judá. Aunque deseen y añoren volver a vivir en Judá, no podrán regresar, salvo algunos fugitivos. "
15  Entonces los hombres que sabían que sus esposas ofrecían incienso a otros dioses, así como las mujeres que estaban presentes, es decir, un grupo numeroso, y todo el pueblo que vivía en la región sur de Egipto, respondieron a Jeremías:
16  No le haremos caso al mensaje que nos diste en el *nombre del Señor. 17  Al contrario, seguiremos haciendo lo que ya hemos dicho: Ofreceremos incienso y libaciones a la Reina del Cielo,[2] como lo hemos hecho nosotros, y como antes lo hicieron nuestros antepasados, nuestros reyes y nuestros funcionarios, en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén. En aquel tiempo teníamos comida en abundancia, nos iba muy bien y no sufríamos ninguna calamidad. 18  Pero desde que dejamos de ofrecer incienso y libaciones a la Reina del Cielo nos ha faltado todo, y el hambre y la espada están acabando con nosotros.
19  Y las mujeres añadieron:
Cuando nosotras ofrecíamos incienso y libaciones a la Reina del Cielo, ¿acaso no sabían nuestros maridos que hacíamos tortas con su imagen, y que les ofrecíamos libaciones?
20  Entonces Jeremías le respondió a todo el pueblo, es decir, a los hombres y mujeres que le habían contestado:
21  ¿Piensan ustedes que el Señor no se acuerda, o no se daba cuenta de que ustedes y sus antepasados, sus reyes y sus funcionarios, y todo el pueblo, ofrecían incienso en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? 22  Cuando el Señor ya no pudo soportar más las malas acciones y las cosas abominables que ustedes hacían, su país se convirtió en objeto de maldición, en un lugar desértico, desolado y sin habitantes, tal como está hoy. 23  Ustedes ofrecieron incienso y pecaron contra el Señor, y no obedecieron su voz ni cumplieron con su ley, sus preceptos y estipulaciones. Por eso en este día les ha sobrevenido esta desgracia.
24  Jeremías le dijo a todo el pueblo, incluyendo a las mujeres:
Escuchen la palabra del Señor todos ustedes, gente de Judá que vive en Egipto: 25  Así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel: Cuando ustedes y sus mujeres dicen: 'Ciertamente cumpliremos nuestros votos de ofrecer incienso y libaciones a la Reina del Cielo, demuestran con sus acciones que cumplen lo que prometen. ¡Está bien, vayan y cumplan sus promesas, lleven a cabo sus votos! 26  Pero escuchen la palabra del Señor todos ustedes, gente de Judá que vive en Egipto: 'Juro por mi nombre soberano dice el Señor que ninguno de los de Judá que vive en Egipto volverá a invocar mi nombre, ni a jurar diciendo: ¡Por la vida del Señor omnipotente! 27  Porque yo los estoy vigilando, para mal y no para bien. El hambre y la espada acabarán con todos los judíos que viven en Egipto. 28  Tan sólo unos pocos lograrán escapar de la espada y regresar a Judá. Entonces todo el resto de Judá que se fue a vivir a Egipto sabrá si se cumple mi palabra o la de ellos.
29  " Ésta será la señal de que voy a castigarlos en este lugar, para que sepan que mis amenazas contra ustedes se habrán de cumplir afirma el Señor. 30  Así dice el Señor: 'Voy a entregar al faraón Hofra, rey de Egipto, en poder de los enemigos que atentan contra su vida, tal como entregué a Sedequías, rey de Judá, en poder de su enemigo Nabucodonosor, rey de Babilonia, que atentaba contra su vida.  "

                         NOTAS:

1. 44:1 Menfis. Lit. Nof.
2. 44:17 Reina del Cielo. Nombre de una diosa.

Jeremías 45


Mensaje para Baruc

1  Ésta es la palabra que el profeta Jeremías le comunicó a Baruc hijo de Nerías, en el año cuarto del gobierno de Joacim hijo de Josías, cuando Baruc escribía en un rollo estas palabras que Jeremías le dictaba: 2  "Así dice el Señor, Dios de Israel, acerca de ti, Baruc: 3  Tú dijiste: '¡Ay de mí! ¡El Señor añade angustia a mi dolor! Estoy agotado de tanto gemir, y no encuentro descanso.
4  " Pues le dirás que así dice el Señor: 'Voy a destruir lo que he construido, y a arrancar lo que he plantado; es decir, arrasaré con toda esta tierra. 5  ¿Buscas grandes cosas para ti? No las pidas, porque voy a provocar una desgracia sobre toda la gente, pero a ti te concederé la posibilidad de conservar la vida dondequiera que vayas afirma el Señor. Ése será tu botín.  "

Jeremías 46


Mensaje para Egipto

1  La palabra del Señor acerca de las naciones vino a Jeremías el profeta.
2  En cuanto a Egipto, éste es el mensaje contra el ejército del faraón Necao, rey de Egipto, que en el año cuarto del gobierno de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, fue derrotado en Carquemis, junto al río Éufrates, por Nabucodonosor, rey de Babilonia:

3  "¡Preparen el escudo y el broquel,
y avancen al combate!
4  ¡Ensillen los caballos,
monten los corceles!
¡Alístense, pónganse los cascos!
¡Afilen las lanzas, vístanse las corazas!
5  Pero ¿qué es lo que veo?
Sus guerreros están derrotados;
aterrados retroceden.
Sin mirar atrás, huyen despavoridos.
¡Cunde el terror por todas partes!
afirma el Señor.
6  El más veloz no puede huir
ni el más fuerte, escapar.
En el norte, a orillas del río Éufrates
trastabillan y caen.

7  "¿Quién es ése que sube como el Nilo,
como ríos de aguas agitadas?
8  Es Egipto, que trepa como el Nilo,
como ríos de aguas agitadas.
Dice Egipto: Subiré y cubriré toda la tierra;
destruiré las ciudades y sus habitantes.
9  ¡Ataquen, corceles!
¡Carros, avancen con furia!
¡Que marchen los guerreros!
¡Que tomen sus escudos
los soldados de *Cus y de Fut!
¡Que tensen el arco
los soldados de Lidia!

10  "Aquel día pertenece
al Señor, al Señor *Todopoderoso.
Será un día de venganza;
se vengará de sus enemigos.
La espada devorará hasta saciarse;
con sangre apagará su sed.
En la tierra del norte,
a orillas del río Éufrates,
el Señor, el Señor Todopoderoso,
realizará una matanza.[1]

11  "¡Virginal hija de Egipto,
ve a Galaad y consigue bálsamo!
En vano multiplicas los remedios;
ya no sanarás.
12  Las naciones ya saben de tu humillación;
tus gritos llenan la tierra.
Un guerrero tropieza contra otro,
y juntos caen por tierra."

13  Ésta es la palabra del Señor, que vino a Jeremías el profeta cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino para atacar el país de Egipto:

14  "Anuncien esto en Egipto,
proclámenlo en Migdol, Menfis[2] y Tafnes:
¡A sus puestos! ¡Manténganse alerta!
¡La espada devora a su alrededor!
15  ¿Por qué yacen postrados tus guerreros?
¡No pueden mantenerse en pie,
porque el Señor los ha derribado!
16  Tropiezan una y otra vez,
se caen uno sobre otro.
Se dicen: ¡Levántate,
volvamos a nuestra gente,
a la tierra donde nacimos,
lejos de la espada del opresor!
17  Allí gritan: ¡El faraón es puro ruido!
¡el rey de Egipto ya perdió su oportunidad!

18  "¡Vivo yo! declara el Rey,
cuyo *nombre es el Señor Todopoderoso:
Como el Tabor, que sobresale de entre los montes,
y como el Carmelo, que se erige sobre el mar,
así será el enemigo que viene.
19  Tú, que habitas en Egipto,
prepara tu equipaje para el exilio,
porque Menfis se convertirá en desolación,
en una ruina deshabitada.

20  "Novilla hermosa es Egipto,
pero viene contra ella un tábano del norte.
21  Los mercenarios en sus filas
son como novillos cebados;
también ellos se vuelven atrás;
todos juntos huyen sin detenerse,
porque ha llegado el día de su ruina,
el momento de su castigo.
22  Egipto huye silbando como serpiente,
pues el enemigo avanza con fuerza.
Se acercan contra ella con hachas,
como si fueran leñadores;
23  por impenetrables que sean sus bosques,
los talan por completo
afirma el Señor.
Más numerosos que langostas,
son los leñadores;
nadie los puede contar.
24  Egipto la hermosa será avergonzada
y entregada a la gente del norte."

25  El Señor Todopoderoso, el Dios de Israel, dice: "Voy a castigar a Amón, dios de Tebas,[3] a Egipto, a sus dioses y reyes, al faraón y a los que en él confían. 26  Los entregaré al poder de quienes atentan contra su vida, al poder de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y de sus siervos. Luego Egipto será habitada como en los días de antaño afirma el Señor.

27  "Pero tú, Jacob siervo mío, no temas;
no te asustes, Israel.
Porque te salvaré de un lugar remoto;
y a tu descendencia, del destierro.
Jacob volverá a vivir en *paz;
estará seguro y tranquilo.
28  Tú, Jacob, siervo mío, no temas,
porque yo estoy contigo afirma el Señor.

"Aunque aniquile a todas las naciones
por las que te he dispersado,
a ti no te aniquilaré.
Te corregiré con *justicia,
pero no te dejaré sin castigo."


                         NOTAS:

1. 46:10 realizará una matanza. Lit. tiene un sacrificio.
2. 46:14 Menfis. Lit. Nof; también en v. 19.
3. 46:25 Amón, dios de Tebas. Lit. Amón de No.

Jeremías 47


Mensaje para los filisteos

1  Antes de que el faraón atacara Gaza, la palabra del Señor acerca de los filisteos vino al profeta Jeremías:

2  "Así dice el Señor:

"¡Miren! Las aguas del norte
suben cual torrente desbordado.
Inundan la tierra y todo lo que contiene,
sus ciudades y sus habitantes.
¡Grita toda la gente!
¡Gimen los habitantes de la tierra!
3  Al oír el galope de sus corceles,
el estruendo de sus carros
y el estrépito de sus ruedas,
los padres abandonan a sus hijos
porque sus fuerzas desfallecen.
4  Ha llegado el día
de exterminar a los filisteos,
y de quitarles a Tiro y Sidón
todos los aliados con que aún cuenten.


El Señor exterminará a los filisteos
y al resto de las costas de Caftor.[1]
5  Se rapan la cabeza los de Gaza;
se quedan mudos los de Ascalón.
Tú, resto de las llanuras,
¿hasta cuándo te harás incisiones?

6  " ¡Ay, espada del Señor!
¿Cuándo vas a descansar?
¡Vuélvete a la vaina!
¡Deténte, quédate quieta!

7  " ¿Cómo va a descansar,
si el Señor le ha dado órdenes
de atacar a Ascalón
y a la costa del mar? "


                         NOTAS:

1. 47:4 Caftor. Es decir, Creta.

Jeremías 48


Mensaje para Moab

1  Así dice el Señor *Todopoderoso, el Dios de Israel, acerca de Moab:

"¡Ay de Nebo, porque será devastada!
¡Quiriatayin será capturada y puesta en vergüenza!
¡Su fortaleza[1] será humillada y destruida!
2  La gloria de Moab ha desaparecido;
en Hesbón[2] maquinan el mal contra ella:
¡Vengan, hagamos desaparecer a esta nación!
También tú, Madmén,[3] serás silenciada,
y la espada te perseguirá.
3  Se oye el clamor desde Joronayin:
¡devastación y gran destrucción!
4  Moab será quebrantada;
ya se oyen los gritos de sus pequeños.
5  Por la cuesta de Luhit
suben llorando sin cesar;
por la bajada de Joronayin
se oyen gritos de dolor,
por causa de la destrucción.
6  ¡Huyan! ¡Sálvese quien pueda!
¡Sean como las zarzas[4] del desierto!
7  Por cuanto confías en tus obras y en tus riquezas,
también tú serás capturada.
Quemós, tu dios, irá al exilio,
junto con sus sacerdotes y oficiales.
8  El destructor vendrá contra toda ciudad,
y ni una sola de ellas escapará.
El valle quedará en ruinas,
y la meseta quedará destruida,
tal como lo ha dicho el Señor.
9  Coloquen una lápida[5] para Moab,
porque yace destruida;
sus ciudades están desoladas,
y sin habitante alguno.

10  "¡Maldito el que sea negligente
para realizar el trabajo del Señor!
¡Maldito el que de la sangre
retraiga su espada!

11  "Moab ha vivido en paz desde su juventud;
ha reposado sobre sus heces.
No ha pasado de vasija en vasija,
ni ha ido jamás al exilio.


Por eso conserva su sabor
y no pierde su aroma.
12  Pero vienen días afirma el Señor
en que enviaré gente que transvasará a Moab;
y vaciará sus vasijas
y romperá sus cántaros.
13  Entonces Moab se avergonzará de Quemós,
como el pueblo de Israel se avergonzó de Betel,
santuario en el que había depositado su confianza.

14  "¿Cómo se atreven a decir:
Somos guerreros,
hombres valientes para la guerra?
15  Moab será devastada
y sus ciudades, invadidas
afirma el Rey,
cuyo *nombre es el Señor Todopoderoso:


Lo mejor de su juventud
descenderá al matadero.
16  La ruina de Moab se acerca;
su calamidad es inminente.
17  Lloren por él todos sus vecinos,
los que saben de su fama.
Digan: ¡Cómo se ha quebrado el cetro
tan poderoso e imponente!

18  "Tú, que habitas en Dibón:
desciende de tu lugar de honor
y siéntate en el sequedal,
porque el destructor de Moab te ataca
y destruye tus fortificaciones.
19  Tú, que habitas en Aroer,
párate a la vera del camino, y observa;
pregunta a los que huyen, hombres y mujeres:
¿Qué es lo que ha sucedido?
20  Moab está humillado;
ha sido destrozado.
¡Giman y clamen!
¡Anuncien por el río Arnón
que Moab ha sido devastado!
21  El juicio ha llegado hasta la meseta
contra Holón, Yahaza y Mefat;
22  contra Dibón, Nebo y Bet Diblatayin;
23  contra Quiriatayin, Bet Gamul y Bet Megón,
24  contra Queriot y Bosra,
y contra todas las ciudades de Moab,
cercanas y lejanas.
25  El poder[6] de Moab ha desaparecido;
¡su fuerza está abatida!
afirma el Señor.

26  "¡Emborrachen a Moab,
porque ha desafiado al Señor!
¡Que se regodee en su vómito,
y se convierta en objeto de burla!
27  ¿Acaso no te burlabas de Israel,
y con tus palabras lo despreciabas,
como si hubiera sido sorprendido entre ladrones?
28  Habitantes de Moab,
¡abandonen las ciudades
y vivan entre las rocas!


Sean como las palomas
que anidan al borde de los precipicios.

29  "Conocemos bien el orgullo de Moab,
ese orgullo exagerado.
¡Tanta soberbia y tanto orgullo!
¡Tanta arrogancia y altivez!
30  Yo conozco su insolencia,
pero sus jactancias no logran nada
afirma el Señor.
31  Por eso lloro por Moab;
gimo por toda su gente,
sollozo por el pueblo de Quir Jeres.
32  Lloro por ti, viña de Sibma,
más que por Jazer;
tus sarmientos sobrepasan el mar
y llegan hasta Jazer,
pero caerá el destructor
sobre tu cosecha y sobre tu vendimia.
33  De los fértiles campos de Moab
han desaparecido el gozo y alegría.
Acabé con el vino de tus lagares;
ya nadie pisa las uvas entre gritos de alborozo;
los gritos ya no son de regocijo.

34  "El clamor de Hesbón llega hasta Elalé y Yahaza,
su voz se alza desde Zoar
hasta Joronayin y Eglat Selisiyá.


Porque hasta las aguas de Nimrín
se han secado.
35  Acabaré con la gente de Moab
que ofrece sacrificios en *altares paganos
y quema incienso a sus dioses
afirma el Señor.

36  "Por eso, con sonido de flautas
gime por Moab mi *corazón;
con sonido de flautas
gime mi corazón por Quir Jeres,
porque han desaparecido
las riquezas que acumularon.
37  Toda cabeza está rapada
y toda barba rasurada;
en todas las manos hay incisiones,
y todos están vestidos de luto.
38  Sobre todos los techos de Moab,
y por todas sus plazas,
sólo se escuchan lamentos;
porque rompí en pedazos a Moab
como a una vasija desechada
afirma el Señor.
39  ¡Cómo quedó hecha pedazos!
¡Cómo gimen!


Moab ha vuelto la espalda
del todo avergonzada.


Es para todos sus vecinos
objeto de burla y de terror."

40  Así dice el Señor:

"¡Miren! Vuela el enemigo como águila;
sobre Moab despliega sus alas.
41  Sus ciudades serán capturadas,
y conquistadas sus fortalezas.
En aquel día, el corazón de los guerreros de Moab
será como el de una parturienta.
42  Moab será destruida como nación,
porque ha desafiado al Señor.
43  El terror, la fosa y la trampa,
aguardan al habitante de Moab
afirma el Señor.
44  El que huya del terror caerá en la fosa;
el que salga de la fosa caerá en la trampa;
porque yo hago venir sobre Moab
el tiempo de su castigo
afirma el Señor.

45  "A la sombra de Hesbón
se detienen exhaustos los fugitivos.
De Hesbón sale un fuego;
de la ciudad de Sijón, una llama
que consume las sienes de Moab
y el cráneo de los arrogantes y revoltosos.
46  ¡Ay de ti, Moab!
El pueblo de Quemós está destruido;
tus hijos son llevados al exilio;
tus hijas, al cautiverio.
47  Pero en los días venideros
yo cambiaré la suerte de Moab",
afirma el Señor.

Aquí concluye el juicio contra Moab.

                         NOTAS:

1. 48:1 Su fortaleza. Alt. Misgab.
2. 48:2 En hebreo, Hesbón suena como el verbo que significa maquinan.
3. 48:2 En hebreo, Madmén suena como el verbo que significa serás silenciada.
4. 48:6 las zarzas (véanse Aquila y Vulgata). Alt. Aroer.
5. 48:9 lápida (LXX); en TM, palabra de difícil traducción.
6. 48:25 poder. Lit. cuerno.

Jeremías 49


Mensaje para Amón

1  Así dice el Señor acerca de los amonitas:

"¿Acaso Israel no tiene hijos?
¿Acaso no tiene herederos?
¿Por qué el dios Moloc[1] ha heredado Gad,
y su pueblo vive en sus ciudades?
2  Vienen días afirma el Señor
en que yo haré resonar el grito de guerra
contra Rabá de los amonitas;
y se convertirá en un montón de ruinas,
y sus ciudades serán incendiadas.


Entonces Israel despojará de todo
a los que de todo la despojaron
afirma el Señor.

3  "¡Gime, Hesbón, porque Hai ha sido destruida!
¡Griten, hijas de Rabá!
¡Vístanse de luto, y hagan lamentación;
corran de un lado a otro, dentro de los muros!,
porque Moloc marcha al destierro,
junto con sus sacerdotes y oficiales.
4  ¿Por qué te jactas de tus valles,
de tus fértiles valles,
hija rebelde, que confías en tus tesoros
y dices: ¿Quién me atacará??
5  Voy a hacer que te acose
el terror por todas partes
afirma el Señor *Todopoderoso.
Todos serán expulsados, cada uno por su lado,
y nadie reunirá a los fugitivos.

6  "Pero después de esto,
cambiaré la suerte de los amonitas",
afirma el Señor.

8  Habitantes de Dedán:
¡Huyan, vuélvanse atrás!
¡Escóndanse en lo más profundo de la tierra!
Yo provocaré un desastre sobre Esaú,
pues le llegó la hora del castigo.
9  Si los vendimiadores llegaran a ti,
¿no te dejarían algunos racimos?
Si de noche te llegaran ladrones,
¿no se llevarían sólo lo que pudieran?
10  Pero yo despojaré por completo a Esaú;
descubriré sus escondites, y no podrá ocultarse.
Sus hijos, parientes y vecinos,
serán destruidos y dejarán de existir.
11  ¡Abandona a tus huérfanos,
que yo les protegeré la vida!
¡Tus viudas pueden confiar en mí!"

12  Así dice el Señor: "Los que no estaban condenados a beber la copa de castigo, la bebieron. ¿Y acaso tú vas a quedarte sin castigo? ¡De ninguna manera quedarás impune, sino que también beberás de esa copa! 13  Juro por mí mismo afirma el Señor, que Bosra se convertirá en objeto de maldición, y en horror, oprobio y desolación. Para siempre quedarán en ruinas todas sus ciudades."

14  He oído un mensaje del Señor.
Un heraldo lo anuncia entre las naciones:
"¡Reúnanse, ataquen a la ciudad!
¡Prepárense para la guerra!"

15  "Te haré pequeño entre las naciones,
menospreciado entre los *hombres.
16  Tú, que habitas en las hendiduras de las rocas;
tú, que ocupas las alturas de los montes:
fuiste engañado por el terror que infundías
y por el orgullo de tu *corazón.
Aunque pongas tu nido tan alto como el del águila,
desde allí te haré caer
afirma el Señor.
17  Tan espantosa será la caída de Edom,
que todo el que pase junto a la ciudad
quedará pasmado al ver todas sus heridas.
18  Será como en la destrucción de Sodoma y Gomorra
y de sus ciudades vecinas;
nadie volverá a vivir allí,
ni la habitará ningún *ser humano
afirma el Señor.

19  "Como león que sale de los matorrales del Jordán
hacia praderas de verdes pastos,
en un instante espantaré de su tierra a los de Edom,
y sobre ellos nombraré a mi elegido.
Porque, ¿quién como yo?
¿Quién me puede desafiar?
¿Qué *pastor se me puede oponer?"
20  Por eso, escuchen el plan que el Señor
ha diseñado contra Edom;
escuchen lo que tiene proyectado
contra los habitantes de Temán:


Serán arrastrados
los más pequeños del rebaño;
por causa de ellos
sus praderas quedarán asoladas.
21  Tiembla la tierra
por el estruendo de su caída;
hasta en el *Mar Rojo
resuenan sus gritos.
22  Remonta vuelo el enemigo,
se desliza como un águila,
extiende sus alas sobre Bosra.
En aquel día se angustiarán los valientes de Edom,
como se angustia una mujer de parto.



Mensaje para Damasco

23  Mensaje acerca de Damasco:

"Jamat y Arfad están desconcertadas,
pues ya saben de la mala noticia.
Naufragan en el mar de la angustia,
y no pueden calmarse.
24  Damasco desfallece;
trató de huir, pero la dominó el pánico.
Se halla presa de la angustia y el dolor,
como si estuviera de parto.
25  ¿Por qué no ha sido abandonada
la ciudad famosa, la que era mi delicia?
26  En aquel día sus jóvenes
quedarán tendidos en las calles;
¡perecerán todos sus soldados!
afirma el Señor *Todopoderoso.
27  Prenderé fuego al muro de Damasco,
y los palacios de Ben Adad serán consumidos."



Mensaje para Cedar y Jazor

28  Así dice el Señor acerca de Cedar y de los reinos de Jazor que fueron atacados por Nabucodonosor, rey de Babilonia:

"¡Vamos, ataquen a Cedar!
¡Destruyan a esa gente del oriente!
29  Sus carpas y rebaños les serán arrebatados,
se llevarán sus toldos, bienes y camellos.
La gente les gritará:
¡Cunde el terror por todas partes!

30  "¡Huyan, habitantes de Jazor!
Escapen ya, escóndanse
en lo más profundo de la tierra
afirma el Señor.
Nabucodonosor, rey de Babilonia,
maquina planes contra ustedes;
contra ustedes ha diseñado un plan.

31  "¡Vamos, ataquen a esta nación indolente
que vive del todo confiada,
nación que no tiene puertas ni cerrojos,
y que vive muy aislada!
afirma el Señor.
32  Sus camellos serán el botín,
y su numeroso ganado, el despojo.


Dispersaré a los cuatro vientos
a los que se rapan las sienes;
de todas partes les traeré su ruina
afirma el Señor.
33  Jazor se convertirá en una guarida de chacales,
en un lugar desolado para siempre.
Ningún *ser humano vivirá allí,
nadie habitará en ese lugar."



Mensaje para Elam

34  La palabra del Señor acerca de Elam vino al profeta Jeremías al comienzo del reinado de Sedequías, rey de Judá.

35  Así dice el Señor *Todopoderoso:

"Voy a quebrar el arco de Elam;
voy a acabar con lo mejor de su poderío.
36  Voy a desatar contra Elam los cuatro vientos
desde los cuatro confines de la tierra.
Los voy a esparcir por los cuatro vientos,
y no quedará nación alguna
adonde no lleguen sus desterrados.
37  Aterraré a Elam frente a sus enemigos,
frente a los que atentan contra su vida;
desataré mi ardiente ira,
y traeré sobre ellos calamidad
afirma el Señor.


Haré que la espada los persiga
hasta que los haya exterminado.
38  Estableceré mi trono en Elam,
y destruiré a su rey y a sus oficiales
afirma el Señor.

39  "Pero en los días venideros
cambiaré la suerte de Elam",
afirma el Señor.


                         NOTAS:

1. 49:1 Moloc. Lit. Malcán; es decir, Milcón. Alt. su rey. También en v. 3.

Jeremías 50


Mensaje para Babilonia

1  La palabra del Señor acerca de los *babilonios y de su país vino al profeta Jeremías:

2  "¡Anuncien y proclamen entre las naciones!
¡Proclámenlo, levanten un estandarte!
No oculten nada, sino digan:
¡Babilonia será conquistada!
¡Bel quedará en vergüenza!
¡Marduc quedará aterrado!
¡Sus imágenes quedan humilladas,
y aterrados sus ídolos!
3  Porque la ataca una nación del norte,
que dejará desolada a su tierra.
*Hombres y animales saldrán huyendo,
y no habrá nadie que la habite.

4  "En aquellos días, en aquel tiempo,
la gente de Israel y de Judá
irá llorando en busca del Señor, su Dios
afirma el Señor.
5  Preguntarán por el camino de *Sión,
y hacia allá se encaminarán.


Vendrán y se aferrarán al Señor
en un *pacto eterno, que ya no olvidarán.

6  "Mi pueblo ha sido como un rebaño perdido;
sus *pastores lo han descarriado,
lo han hecho vagar por las montañas.
Ha ido de colina en colina,
y se ha olvidado de su redil.
7  Todos los que lo encuentran, lo devoran;
No somos culpables decían sus enemigos,
porque ellos pecaron contra el Señor;
¡él es morada de *justicia,
esperanza de sus antepasados!

8  "¡Huyan de Babilonia;
abandonen ese país!


Sean como los machos cabríos
que guían a las ovejas.
9  Porque yo movilizo contra Babilonia,
una alianza de grandes naciones del norte.
Se alistarán contra ella,
y desde el norte será conquistada.


Sus flechas son como expertos guerreros
que no vuelven con las manos vacías.
10  Babilonia será saqueada,
y todos sus saqueadores se saciarán
afirma el Señor.

11  "¡Ustedes, que saquean mi heredad,
alégrense y regocíjense!
¡Salten como terneros en la pradera,
relinchen como sementales!
12  Pero la patria de ustedes
quedará humillada;
la que les dio la vida quedará en vergüenza.
Será la última de las naciones;
se convertirá en sequedal, desierto y estepa.
13  Por el enojo del Señor
no será habitada,
sino que quedará en desolación.


Todo el que pase por Babilonia
quedará pasmado al ver todas sus heridas.

14  "¡Tomen posiciones alrededor de Babilonia,
todos los que tensan el arco!
¡Dispárenle, no escatimen flechas,
porque ha pecado contra el Señor!
15  Griten en torno de ella:
¡Babilonia se rinde!
¡Cayeron sus torres,
se derrumbaron sus muros!
¡Ésta es la venganza del Señor!
¡Vénguense de ella!
¡Páguenle con la misma moneda!
16  Exterminen al que siembra en Babilonia,
y al que maneja la hoz en la cosecha.
Ante la espada del opresor,
cada uno retorna a su pueblo,
cada cual huye a su país.

17  "Israel es como un rebaño descarriado,
acosado por los leones.
Primero lo devoró el rey de Asiria,
y luego Nabucodonosor, rey de Babilonia,
le quebró todos los huesos."

18  Por eso, así dice el Señor *Todopoderoso, el Dios de Israel:

"Castigaré al rey de Babilonia y a su país
como castigué al rey de Asiria.
19  Haré que Israel vuelva a su prado
y que se alimente en el Carmelo y en Basán.


Su apetito quedará saciado
en las montañas de Efraín y Galaad.
20  En aquellos días se buscará la iniquidad de Israel,
pero ya no se encontrará.
En aquel tiempo se buscarán los pecados de Judá,
pero ya no se hallarán,
porque yo perdonaré a los que deje con vida
afirma el Señor.

21  "¡Ataca el país de Meratayin
y a los que viven en Pecod!
¡Mátalos, *destrúyelos por completo!
¡Cumple con todas mis órdenes!
afirma el Señor.
22  ¡En el país hay estruendo de guerra
y de impresionante destrucción!
23  ¡Cómo ha sido quebrado y derribado
el martillo de toda la tierra!
¡Babilonia ha quedado desolada
en medio de las naciones!
24  Te tendí una trampa, y en ella caíste
antes de que te dieras cuenta.
Fuiste sorprendida y apresada,
porque te opusiste al Señor.
25  El Señor ha abierto su arsenal,
y ha sacado las armas de su ira;
el Señor omnipotente, el Todopoderoso,
tiene una tarea que cumplir
en el país de los babilonios.
26  ¡Atáquenla desde los confines de la tierra!
¡Abran sus graneros!
¡Amontónenla como a las gavillas!
¡Destrúyanla por completo!
¡Que no quede nada de ella!
27  ¡Maten a todos sus novillos!
¡Llévenlos al matadero!
¡Ay de ellos, pues les ha llegado el día,
el día de su castigo!
28  Se oye la voz de los fugitivos,
de los que escaparon de Babilonia;
vienen a anunciar en Sión
la venganza del Señor, nuestro Dios,
la venganza por su templo.

29  "Recluten contra Babilonia a los arqueros,
a todos los que tensan el arco;
acampen a su alrededor,
y que no escape ninguno.
Retribúyanle según sus obras,
páguenle con la misma moneda.
Porque ella ha desafiado al Señor,
al *Santo de Israel.
30  Por eso en aquel día
caerán sus jóvenes en las calles
y perecerán todos sus soldados
afirma el Señor.

31  "Estoy contra ti, nación arrogante
afirma el Señor, el Señor Todopoderoso;
al fin ha llegado el día,
el día de tu castigo.
32  El arrogante tropezará y caerá,
y no habrá quien lo ayude a levantarse.
Prenderé fuego a todas sus ciudades,
fuego que consumirá cuanto le rodea."

33  Así dice el Señor Todopoderoso:

"Israel y Judá son pueblos oprimidos;
sus enemigos los tienen apresados,
no los dejan en libertad.
34  Pero su redentor es fuerte,
su *nombre es el Señor Todopoderoso.
Con vigor defenderá su causa;
traerá la *paz a la tierra,
pero a Babilonia, el terror.

35  "¡Muerte a[1] los babilonios!
¡Muerte a sus jefes y sabios!
afirma el Señor.
36  ¡Muerte a sus falsos profetas!
¡Que pierdan la razón!
¡Muerte a sus guerreros!
¡Que queden aterrorizados!
37  ¡Muerte a sus caballos y carros!
¡Muerte a todos sus mercenarios!
¡Que se vuelvan como mujeres!
¡Muerte a sus tesoros!
¡Que sean saqueados!
38  ¡Muerte a sus aguas!
¡Que queden secas!
Porque Babilonia es un país de ídolos,
de ídolos terribles que provocan la locura.

39  "Por eso las fieras del desierto
vivirán allí con las hienas;
también los avestruces harán allí su morada.
Nunca más volverá a ser habitada;
quedará despoblada para siempre.
40  Será como cuando Dios destruyó a Sodoma y Gomorra,
y a sus ciudades vecinas;
allí nadie volverá a vivir,
ni la habitará ningún *ser humano
afirma el Señor.

41  "Del norte viene un ejército;
desde los confines de la tierra
se preparan una gran nación y muchos reyes.
42  Vienen armados con arcos y lanzas;
son crueles y desalmados.
Vienen montados a caballo;
su estruendo es como el bramido del mar.
Contra ti, bella Babilonia, contra ti
marchan en formación de combate,
alineados como un solo hombre.
43  El rey de Babilonia ha escuchado la noticia,
y sus brazos flaquean;
de él se apodera la angustia
y le vienen dolores de parto.
44  Como león que sale de los matorrales del Jordán
hacia praderas de verdes pastos,
en un instante espantaré de su tierra a los de Babilonia,
y sobre ellos nombraré a mi elegido.
Porque, ¿quién como yo?
¿Quién me puede desafiar?
¿Qué pastor se me puede oponer?"
45  Por eso, escuchen el plan que el Señor
ha diseñado contra Babilonia,
escuchen lo que tiene proyectado
en contra del país de los babilonios:


Serán arrastrados
los más pequeños del rebaño;
por causa de ellos,
sus praderas quedarán asoladas.
46  Tiembla la tierra
por la estruendosa caída de Babilonia;
resuenan sus gritos
en medio de las naciones.


                         NOTAS:

1. 50:35 Muerte a. Lit. Espada contra; también en vv. 36 y 37.

Jeremías 51

1  Así dice el Señor:

"Voy a levantar un viento destructor
contra Babilonia y la gente de Leb Camay.[1]
2  Enviaré contra Babilonia
gente que la lance por los aires,
que la aviente como se avienta el trigo,
hasta dejarla vacía.


En el día de su calamidad
la atacarán por todas partes.
3  Que no tense el arquero su arco,[2]
ni se vista la coraza.
No perdonen a sus jóvenes;
*destruyan a su ejército por completo.
4  Caerán muertos en el país de los *babilonios;
serán traspasados en las calles.
5  Aunque Israel y Judá están llenos de culpa
delante del *Santo de Israel,
no han sido abandonados por su Dios,
el Señor *Todopoderoso.

6  "¡Huyan de Babilonia!
¡Sálvese quien pueda!
No perezcan por causa de su iniquidad.


Porque ha llegado la hora
de que el Señor tome venganza;
¡él le dará su merecido!
7  En la mano del Señor


Babilonia era una copa de oro
que embriagaba a toda la tierra.


Las naciones bebieron de su vino
y se enloquecieron.
8  Pero de pronto Babilonia cayó hecha pedazos.
¡Giman por ella!
Traigan bálsamo para su dolor;
tal vez pueda ser curada.

9  "Quisimos curar a Babilonia,
pero no pudo ser sanada;
abandonémosla, y regrese cada uno a su país,
porque llega su condena hasta los cielos;
¡se eleva hasta las nubes!

10  "¡El Señor nos ha vindicado!
Vengan, que en *Sión daremos a conocer
lo que ha hecho el Señor, nuestro Dios.

11  "¡Afilen las flechas!
¡Ármense con escudos!


El Señor ha despertado el espíritu
de los reyes de Media
para destruir a Babilonia.
Ésta es la venganza del Señor,
la venganza por su templo.
12  ¡Levanten el estandarte
contra los muros de Babilonia!
¡Refuercen la guardia!
¡Pongan centinelas!
¡Preparen la emboscada!
El Señor cumplirá su propósito;
cumplirá su decreto contra los babilonios.
13  Tú, que habitas junto a muchas aguas
y eres rica en tesoros,
has llegado a tu fin,
al final de tu existencia.
14  El Señor Todopoderoso ha jurado por sí mismo:
Te llenaré de enemigos, como de langostas,
y sobre ti lanzarán gritos de victoria.

15  "Con su poder hizo el Señor la tierra;
con su sabiduría afirmó el mundo;
con su inteligencia extendió los cielos.
16  Ante su trueno, braman las lluvias en el cielo,
y desde los confines de la tierra
hace que suban las nubes;
entre relámpagos desata la lluvia,
y saca de sus depósitos el viento.

17  "Todo *hombre es *necio e ignorante;
todo orfebre se avergüenza de sus ídolos.
Sus ídolos son una mentira;
no tienen aliento de vida.
18  Son absurdos, objetos de burla;
en el tiempo del juicio serán destruidos.
19  La porción de Jacob no es como aquéllos;
su Dios es el creador de todas las cosas.
Su *nombre es el Señor Todopoderoso;
Israel es la tribu de su heredad.

20  "Tú eres mi mazo, mi arma de guerra;
contigo destrozo naciones y reinos.
21  Contigo destrozo jinetes y caballos;
contigo destrozo aurigas y carros de guerra.
22  Contigo destrozo hombres y mujeres;
contigo destrozo jóvenes y ancianos,
contigo destrozo jóvenes y doncellas.
23  Contigo destrozo pastores y rebaños;
contigo destrozo labradores y yuntas,
contigo destrozo jefes y gobernantes.

24  "Pero en presencia de ustedes les daré su merecido a Babilonia y a todos sus habitantes por todo el mal que han hecho en Sión afirma el Señor.

25  "Estoy en contra tuya,
monte del exterminio,
que destruyes toda la tierra afirma el Señor.
Extenderé mi mano contra ti;
te haré rodar desde los peñascos
y te convertiré en monte quemado.
26  No volverán a tomar de ti piedra angular,
ni piedra de cimiento,
porque para siempre quedarás desolada
afirma el Señor.

27  "¡Levanten la bandera en el país!
¡Toquen la trompeta entre las naciones!
¡Convoquen contra ella
a los reinos de Ararat, Mini y Asquenaz!
¡Pongan al frente un general!
¡Que avancen los caballos cual plaga de langostas!
28  ¡Convoquen contra ella a las naciones,
a los reyes de Media,
y a sus gobernadores y oficiales!
¡Convoquen a todo su imperio!
29  La tierra tiembla y se sacude;
se cumplen los planes de Dios contra Babilonia,
al convertirla en un desierto desolado
donde nadie ha de habitar.
30  Dejaron de combatir los guerreros de Babilonia;
se escondieron en las fortalezas.
Sus fuerzas se agotaron;
se volvieron como mujeres.


Sus moradas fueron incendiadas
y destrozados sus cerrojos.
31  Corre un emisario tras el otro;
un mensajero sigue a otro mensajero,
para anunciarle al rey de Babilonia
que toda la ciudad ha sido conquistada.
32  Los vados han sido ocupados,
e incendiados los esteros;
llenos de pánico quedaron los guerreros."

33  Porque así dice el Señor Todopoderoso, el Dios de Israel:

"La bella Babilonia es como una era
en el momento de la trilla;
¡ya le llega el tiempo de la cosecha!"

34  "Nabucodonosor, el rey de Babilonia,
me devoró, me confundió;
me dejó como un plato vacío.
Me tragó como un monstruo marino,
con mis delicias se ha llenado el estómago
para luego vomitarme.
35  Dice Jerusalén:
¡Que recaiga sobre Babilonia
la violencia que me hizo!
Dice la moradora de Sión:
¡Que mi sangre se derrame
sobre los babilonios! "

36  Por eso, así dice el Señor:

"Voy a defender tu causa,
y llevaré a cabo tu venganza;
voy a secar el agua de su mar,
y dejaré secos sus manantiales.
37  Babilonia se convertirá en un montón de ruinas,
en guarida de chacales,
en objeto de horror y de burla,
en un lugar sin habitantes.
38  Juntos rugen como leones;
gruñen como cachorros de león.
39  Cuando entren en calor, les serviré bebida;
los embriagaré para que se diviertan.


Así dormirán un sueño eterno
del que ya no despertarán
afirma el Señor.
40  Voy a llevarlos al matadero,
como si fueran corderos;
como carneros y chivos.

41  "¡Cómo ha sido capturada Sesac![3]
¡Cómo ha sido conquistado
el orgullo de toda la tierra!


Babilonia se ha convertido
en un horror para las naciones.
42  El mar ha subido contra Babilonia;
agitadas olas la han cubierto.
43  Desoladas han quedado sus ciudades:
como un sequedal, como un desierto.
Nadie habita allí;
nadie pasa por ese lugar.
44  Voy a castigar al dios Bel en Babilonia;
haré que vomite lo que se ha tragado.
Ya no acudirán a él las naciones,
ni quedará en pie el muro de Babilonia.

45  "¡Huye de ella, pueblo mío!
¡Sálvese quien pueda de mi ardiente ira!
46  No desfallezcan, no se acobarden
por los rumores que corren por el país.
Año tras año surgen nuevos rumores;
cunde la violencia en el país,
y un gobernante se levanta contra otro.
47  Se acercan ya los días
en que castigaré a los ídolos de Babilonia.
Toda su tierra será avergonzada;
caerán sus víctimas en medio de ella.
48  Entonces el cielo y la tierra,
y todo lo que hay en ellos,
lanzarán gritos de júbilo contra Babilonia,
porque del norte vendrán sus destructores
afirma el Señor.

49  "Babilonia tiene que caer
por las víctimas de Israel,
así como en toda la tierra
cayeron las víctimas de Babilonia.
50  Ustedes, los que escaparon de la espada,
huyan sin demora.
Invoquen al Señor en tierras lejanas,
y no dejen de pensar en Jerusalén."

51  "Sentimos vergüenza por los insultos;
estamos cubiertos de deshonra,
porque han penetrado extranjeros
en el santuario del Señor."

52  "Por eso, vienen días
en que castigaré a sus ídolos;
a lo largo de todo el país
gemirán sus heridos
afirma el Señor.
53  Aunque Babilonia suba hasta los cielos,
y en lo alto fortifique sus baluartes,
yo enviaré destructores contra ella
afirma el Señor.

54  "Se oyen clamores por la gran destrucción
del país de Babilonia.
55  El Señor la destruye por completo;
pone fin a su bullicio.
Rugen sus enemigos como olas agitadas;
resuena el estruendo de su voz.
56  Llega contra Babilonia el destructor;
sus guerreros serán capturados,
y sus arcos serán hechos pedazos.


Porque el Señor es un Dios
que a cada cual le da su merecido.
57  Voy a embriagar a sus jefes y a sus sabios;
a sus gobernadores, oficiales y guerreros;
y dormirán un sueño eterno,
del que no despertarán",
afirma el Rey,
cuyo nombre es el Señor Todopoderoso.

58  Así dice el Señor Todopoderoso:

"Los anchos muros de Babilonia
serán derribados por completo;
sus imponentes *puertas serán incendiadas.
Los pueblos se agotan en vano,
y las naciones se fatigan
por lo que se desvanece como el humo."

59  Éste es el mandato que el profeta Jeremías dio a Seraías, hijo de Nerías y nieto de Maseías, cuando fue a Babilonia con Sedequías, rey de Judá, durante el año cuarto de su reinado. Seraías era el jefe de este viaje. 60  Jeremías había descrito en un rollo todas las calamidades que le sobrevendrían a Babilonia, es decir, todo lo concerniente a ella. 61  Jeremías le dijo a Seraías: "En cuanto llegues a Babilonia, asegúrate de leerles todas estas palabras. 62  Luego diles: Señor, tú has dicho que vas a destruir este lugar, y que lo convertirás en una desolación perpetua, hasta que no quede en él un solo habitante, ni hombre ni animal. 63  Cuando termines de leer el rollo, átale una piedra y arrójalo al Éufrates. 64  Luego diles: Así se hundirá Babilonia, y nunca más se levantará del desastre que voy a traer sobre ella. "

Aquí concluyen las palabras de Jeremías.

                         NOTAS:

1. 51:1 Leb Camay es un criptograma que alude a *Caldea, es decir, Babilonia.
2. 51:3 Que no tense el arquero su arco. Frase de difícil traducción.
3. 51:41 Sesac es un criptograma que alude a Babilonia.

Jeremías 52


La caída de Jerusalén

1  Sedequías tenía veintiún años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén once años. Su madre se llamaba Jamutal hija de Jeremías, oriunda de Libná. 2  Al igual que Joacim, Sedequías hizo lo que ofende al Señor, 3  a tal grado que el Señor, en su ira, los echó de su presencia. Todo esto sucedió en Jerusalén y en Judá.
Sedequías se rebeló contra el rey de Babilonia. 4  En el año noveno del reinado de Sedequías, a los diez días del mes décimo, Nabucodonosor, rey de Babilonia, marchó con todo su ejército y atacó a Jerusalén. Acampó frente a la ciudad y construyó una rampa de asalto a su alrededor. 5  La ciudad estuvo sitiada hasta el año undécimo del reinado de Sedequías.
6  A los nueve días del mes cuarto, cuando el hambre se agravó en la ciudad y no había más alimento para el pueblo, 7  se abrió una brecha en el muro de la ciudad, de modo que, aunque los *babilonios la tenían cercada, todo el ejército se escapó. Salieron de noche, por la *puerta que estaba entre los dos muros, junto al jardín real. Huyeron camino al Arabá, 8[1]  pero el ejército babilonio persiguió al rey Sedequías hasta alcanzarlo en la llanura de Jericó. Sus soldados se dispersaron, abandonándolo, 9  y los babilonios lo capturaron. Entonces lo llevaron ante el rey de Babilonia, que estaba en Riblá, en el territorio de Jamat. Allí Nabucodonosor dictó sentencia contra Sedequías, 10  y ante sus propios ojos hizo degollar a sus hijos, lo mismo que a todos los nobles de Judá. 11  Luego mandó que a Sedequías le sacaran los ojos y que le pusieran cadenas de bronce para llevarlo a Babilonia, donde permaneció preso hasta el día en que murió.
12  A los diez días del mes quinto del año diecinueve del reinado de Nabucodonosor, rey de Babilonia, su servidor Nabuzaradán, que era comandante de la guardia, fue a Jerusalén 13  y le prendió fuego al templo del Señor, al palacio real y a todas las casas de Jerusalén, incluso a todos los edificios importantes. 14  Entonces el ejército de los babilonios bajo su mando derribó todas las murallas que rodeaban la ciudad. 15  Nabuzaradán además deportó[2] a la gente que quedaba en la ciudad, es decir, al resto de los artesanos y a los que se habían aliado con el rey de Babilonia. 16  Sin embargo, dejó a algunos de los más pobres para que se encargaran de los viñedos y de los campos.
17  Los babilonios quebraron las columnas de bronce, las bases y la fuente[3] de bronce que estaban en el templo del Señor, y se llevaron todo el bronce a Babilonia. 18  También se llevaron las ollas, las tenazas, las despabiladeras, los tazones, la vajilla y todos los utensilios de bronce que se usaban para el culto. 19  Además, el comandante de la guardia se apoderó de las palanganas, los incensarios, los aspersorios, las ollas, los candelabros, los platos y fuentes para las libaciones, todo lo cual era de oro y de plata.
20  El bronce de las dos columnas, de la fuente, de los doce toros que estaban debajo de la fuente,[4] y de las bases, que el rey Salomón había hecho para el templo del Señor, era tanto que no se podía pesar. 21  Cada columna medía ocho metros de altura y cinco y medio de circunferencia; su espesor era de ocho centímetros,[5] y era hueca por dentro. 22  El capitel de bronce que estaba encima de cada columna medía dos metros[6] de altura y estaba decorado alrededor con una red y con granadas de bronce. Las dos columnas tenían el mismo adorno. 23  De cada columna pendían noventa y seis granadas, y las granadas que estaban alrededor de la red eran cien en total.
24  El comandante de la guardia tomó presos a Seraías, sacerdote principal, a Sofonías, sacerdote de segundo rango, y a los tres porteros. 25  De los que quedaban en la ciudad, apresó al oficial encargado de las tropas, a siete de los servidores personales del rey, al cronista principal del ejército, encargado de reclutar soldados de entre el pueblo, y a sesenta ciudadanos que todavía estaban dentro de la ciudad. 26  Después de apresarlos, Nabuzaradán, comandante de la guardia, se los llevó al rey de Babilonia, que estaba en Riblá. 27  Allí, en el territorio de Jamat, el rey los hizo ejecutar.
Así Judá fue desterrado y llevado cautivo. 28  Éste es el número de personas desterradas por Nabucodonosor:

en el año séptimo de su reinado, tres mil veintitrés judíos;
29  en el año dieciocho de su reinado, ochocientas treinta y dos personas de Jerusalén;
30  en el año veintitrés de su reinado, Nabuzaradán, el capitán de la guardia real, desterró a setecientos cuarenta y cinco judíos.
En total fueron desterradas cuatro mil seiscientas personas.


Liberación del rey Joaquín

31  En el día veintisiete del mes duodécimo del año treinta y siete del exilio de Joaquín, rey de Judá, Evil Merodac, rey de Babilonia, en el año primero de su reinado, indultó a Joaquín y lo sacó de la cárcel. 32  Lo trató amablemente y le dio una posición más alta que la de los otros reyes que estaban con él en Babilonia. 33  Joaquín dejó su ropa de prisionero, y por el resto de su vida comió a la mesa del rey. 34  Además, durante toda su vida y hasta el día de su muerte, Joaquín gozó de una pensión diaria que le proveía el rey de Babilonia.
                         NOTAS:

1. 52:7 Arabá. Alt. valle del Jordán.
2. 52:15 deportó (lectura probable; véase 2R 25:11); deportó a algunos de los más pobres del pueblo y (TM).
3. 52:17 la fuente. Lit. el mar; también en v. 20.
4. 52:20 debajo de la fuente (LXX y Siríaca); debajo (TM).
5. 52:21 ocho metros ... cinco y medio ... ocho centímetros. Lit. dieciocho *codos ... doce codos ... cuatro dedos.
6. 52:22 dos metros. Lit. cinco codos.

Lamentaciones 1

1

Álef
[1]  ¡Ay, cuán desolada se encuentra
la que fue ciudad populosa!
¡Tiene apariencia de viuda
la que fue grande entre las naciones!
¡Hoy es esclava de las provincias
la que fue gran señora entre ellas!


Bet
2  Amargas lágrimas derrama por las noches;
corre el llanto por sus mejillas.


No hay entre sus amantes

3uno solo que la consuele.
Todos sus amigos la traicionaron;
se volvieron sus enemigos.


Guímel
 Humillada, cargada de cadenas,
Judá marchó al exilio.
Una más entre las naciones,
no encuentra reposo.
Todos sus perseguidores la acosan,
la ponen en aprietos.


Dálet

4  Los caminos a *Sión están de duelo;
ya nadie asiste a sus fiestas solemnes.
Las *puertas de la ciudad se ven desoladas:
sollozan sus sacerdotes,
se turban sus doncellas,
¡toda ella es amargura!


He

5  Sus enemigos se volvieron sus amos;
¡tranquilos se ven sus adversarios!


El Señor la ha acongojado

6por causa de sus muchos pecados.
Sus hijos marcharon al cautiverio,
arrastrados por sus enemigos.


Vav
 La bella Sión ha perdido
todo su antiguo esplendor.


Sus príncipes parecen venados

7que vagan en busca de pastos.
Exhaustos, se dan a la fuga
frente a sus perseguidores.


Zayin
 Jerusalén trae a la memoria
los tristes días de su peregrinaje;
se acuerda de todos los tesoros
que en el pasado fueron suyos.


Cuando su pueblo cayó en manos enemigas

8nadie acudió en su ayuda.


Sus adversarios vieron su caída
y se burlaron de ella.


Jet
 Grave es el pecado de Jerusalén;
¡por eso se ha vuelto *impura!
Los que antes la honraban ahora la desprecian,
pues han visto su desnudez;
ella misma se deshace en llanto,
y no se atreve a dar la cara.


Tet

9  Sus vestidos están llenos de inmundicia;
no tomó en cuenta lo que le esperaba.
Su caída fue sorprendente;
no hubo nadie que la consolara.
"¡Mira, Señor, mi aflicción!
¡El enemigo ha triunfado!"


Yod

10  El enemigo se adueñó
de todos los tesoros de Jerusalén;
vio ella penetrar en su santuario
a las naciones *paganas,
a las que tú prohibiste
entrar en tu asamblea.


Caf

11  Todo su pueblo solloza
y anda en busca de pan;
para mantenerse con *vida
cambian por comida sus tesoros.
"¡Mira, Señor, date cuenta
de cómo me están humillando!"


Lámed

12  "Fíjense ustedes, los que pasan por el camino:
¿Acaso no les importa?
¿Dónde hay un sufrimiento como el mío,
como el que el Señor me ha hecho padecer,
como el que el Señor lanzó sobre mí
en el día de su furor?


Mem

13  "Desde lo alto envió el Señor un fuego
que me caló hasta los huesos.


A mi paso tendió una trampa

14y me hizo retroceder.
Me abandonó por completo;
a todas horas me sentía morir.


Nun
 "Pesan mis pecados como un yugo sobre mí;
Dios mismo me los ató con sus manos.[2]
Me los ha colgado al cuello,
y ha debilitado mis fuerzas.


Me ha entregado en manos de gente

15a la que no puedo ofrecer resistencia.


Sámej
 "En mi ciudad el Señor ha rechazado
a todos los guerreros;
ha reunido un ejército para atacarme,
para despedazar[3] a mis jóvenes.


El Señor ha aplastado a la virginal hija de Judá

16como quien pisa uvas para hacer vino.


Ayin
 "Todo esto me hace llorar;
los ojos se me nublan de llanto.
No tengo cerca a nadie que me consuele;
no tengo a nadie que me reanime.


Mis hijos quedaron abandonados

17porque el enemigo salió victorioso."


Pe
 Sión clama pidiendo ayuda,[4]
pero no hay quien la consuele.


Por decreto del Señor

18los vecinos de Jacob son ahora sus enemigos;


Jerusalén ha llegado a ser
basura e inmundicia.


Tsade
 "El Señor es justo,
pero yo me rebelé contra sus *leyes.
Escuchen, ustedes los pueblos;
fíjense en mi sufrimiento.


Mis jóvenes y mis doncellas

19han marchado al destierro.


Qof
 "Llamé a mis amantes,
pero ellos me traicionaron.


Mis sacerdotes y mis *ancianos

20perecieron en la ciudad,
mientras buscaban alimentos
para mantenerse con vida.


Resh
 "¡Mírame, Señor, que me encuentro angustiada!
¡Siento una profunda agonía![5]
Mi corazón está desconcertado,
pues he sido muy rebelde.
Allá afuera, la espada me deja sin hijos;
aquí adentro, hay un ambiente de muerte.


Shin

21  "La gente ha escuchado mi gemir,
pero no hay quien me consuele.


Todos mis enemigos conocen mi pesar

22y se alegran de lo que has hecho conmigo.
¡Manda ya tu castigo anunciado,
para que sufran lo que he sufrido!


Tav
 "¡Que llegue a tu presencia
toda su maldad!
¡Trátalos como me has tratado a mí
por causa de todos mis pecados!
Son muchos mis gemidos,
y mi *corazón desfallece."
                         NOTAS:

1. Cap. 1 Este capítulo es un poema acróstico, que sigue el orden del alfabeto hebreo.
2. 1:14 como un yugo ... sus manos. Texto de difícil traducción.
3. 1:15 ha reunido ... despedazar. Alt. ha establecido mi tiempo, / cuando él despedazará.
4. 1:17 clama pidiendo ayuda. Lit. extiende los brazos.
5. 1:20 ¡Siento ... agonía! Lit. Mis entrañas se agitan.

Lamentaciones 2

1[1]

Álef
 ¡Ay, el Señor ha eclipsado a la bella *Sión
con la nube de su furor![2]
2

Desde el cielo echó por tierra
el esplendor de Israel;
en el día de su ira se olvidó
del estrado de sus pies.


Bet
 Sin compasión el Señor ha destruido
todas las moradas de Jacob;
en su furor ha derribado
los baluartes de la bella Judá
y ha puesto su honra por los suelos
al derrocar a su rey y a sus príncipes.
3

Guímel
 Dio rienda suelta a su furor
y deshizo todo el poder[3] de Israel.
Nos vimos frente al enemigo,
y el Señor nos negó su ayuda.[4]
4

Ardió en Jacob como un fuego encendido
que consumía cuanto le rodeaba.


Dálet
 Como enemigo, tensó el arco;
lista estaba su mano derecha.
Como enemigo, eliminó
a nuestros seres queridos.
Como fuego, derramó su ira
sobre las tiendas de la bella Sión.
5

He
 El Señor se porta como enemigo:
ha destruido a Israel.
6

Ha destruido todos sus palacios
y derribado sus baluartes.


Ha multiplicado el luto y los lamentos
por la bella Judá.


Vav
 Ha desolado su morada como a un jardín;
ha derribado su lugar de reunión.
7

El Señor ha hecho que Sión olvide
sus fiestas solemnes y sus *sábados;
se desató su furia contra el rey
y dejó de lado al sacerdote.


Zayin
 El Señor ha rechazado su altar;
ha abandonado su santuario.


Ha puesto en manos del enemigo
las murallas de sus palacios.
¡Lanzan gritos en la casa del Señor
como en día de fiesta!


Jet
8 El Señor decidió derribar
la muralla que rodea a la bella Sión.
Tomó la vara y midió;
destruyó sin compasión.
Hubo lamentos en rampas y muros;
todos ellos se derrumbaron.
9

Tet
 Las *puertas se han desplomado;
él rompió por completo sus cerrojos.
10

Su rey y sus príncipes
andan entre las naciones;
ya no hay ley ni profetas,
ni visiones de parte del Señor.


Yod
 En la bella Sión los ancianos
se sientan silenciosos en el suelo;
se echan ceniza sobre la cabeza
y se visten de luto.
11

Postradas yacen en el suelo
las jóvenes de Jerusalén.


Caf
 El llanto me consume los ojos;
siento una profunda agonía.


Estoy con el ánimo2:11 Estoy con el ánimo. Lit. Mi hígado está derramado. por los suelos
[6] porque mi pueblo ha sido destruido.
12

Niños e infantes desfallecen
por las calles de la ciudad.


Lámed
 "¿Dónde hay pan y vino?",
preguntan a sus madres
mientras caen por las calles
como heridos de muerte,
mientras en los brazos maternos
exhalan el último suspiro.
13

Mem
 ¿Qué puedo decir de ti, bella Jerusalén?
¿A qué te puedo comparar?
¿Qué ejemplo darte como consuelo,
virginal ciudad de Sión?
Profundas como el mar son tus heridas.
¿Quién podría devolverte la salud?
14

Nun
 Tus profetas te anunciaron
visiones falsas y engañosas.
No denunciaron tu maldad;
no evitaron tu cautiverio.
15

Los mensajes que te anunciaban
eran falsas patrañas.


Sámej
 Cuantos pasan por el camino
aplauden burlones al verte.
Ante ti, bella Jerusalén, hacen muecas,
y entre silbidos preguntan:
"¿Es ésta la ciudad de belleza perfecta?
¿Es ésta la alegría de toda la tierra?"
16

Pe
 Todos tus enemigos abren la boca
para hablar mal de ti;
rechinando los dientes, declaran burlones:
"Nos la hemos comido viva.
Llegó el día tan esperado;
¡hemos vivido para verlo!"
17

Ayin
 El Señor ha llevado a cabo sus planes;
ha cumplido su palabra,
que decretó hace mucho tiempo.
Sin piedad, te echó por tierra;
dejó que el enemigo se burlara de ti,
y enalteció el poder[7] de tus oponentes.
18

Tsade
 El *corazón de la gente
clama al Señor con angustia.
Bella Sión amurallada,
¡deja que día y noche
corran tus lágrimas como un río!
¡No te des un momento de descanso!
¡No retengas el llanto de tus ojos![8]
19

Qof
 Levántate y clama por las noches,
cuando empiece la vigilancia nocturna.
20

Deja correr el llanto de tu corazón
como ofrenda derramada ante el Señor.


Eleva tus manos a Dios en oración
por la *vida de tus hijos,
que desfallecen de hambre
y quedan tendidos por las calles.


Resh
 "Mira, Señor, y ponte a pensar:
¿A quién trataste alguna vez así?
¿Habrán de comerse las mujeres
a sus hijos, fruto de sus entrañas?
¿Habrán de matar a sacerdotes y profetas
en el santuario del Señor?
21

Shin
 "Jóvenes y ancianos por igual
yacen en el polvo de las calles;
mis jóvenes y mis doncellas
cayeron a filo de espada.
En tu enojo les quitaste la vida;
¡los masacraste sin piedad!
22

Tav
 "Como si invitaras a una fiesta solemne,
enviaste contra mí terror de todas partes.


En el día de la ira del Señor
nadie pudo escapar, nadie quedó con vida.
A mis seres queridos, a los que eduqué,
los aniquiló el enemigo."
                         NOTAS:

1. Cap. 2 Este capítulo es un poema acróstico, que sigue el orden del alfabeto hebreo.
2. 2:1 ¡Ay ... furor!. Alt. ¡Cómo el Señor, en su enojo, / ha tratado con reproches a la hija de Sión!
3. 2:3 todo el poder. Lit. todo cuerno.
4. 2:3 nos negó su ayuda. Lit. retiró su mano derecha.
5. 2:11 Estoy con el ánimo. Lit. Mi hígado está derramado.
6. 2:11 siento ... agonía. Lit. mis entrañas se agitan.
7. 2:17 poder. Lit. cuerno.
8. 2:18 no retengas ... ojos. Lit. no acalles a la niña de tus ojos.

Lamentaciones 3

1[1]

Álef
Yo soy aquel que ha sufrido la aflicción
bajo la vara de su ira.
2 Me ha hecho andar en las tinieblas;
me ha apartado de la luz.
3 Una y otra vez, y a todas horas,
su mano se ha vuelto contra mí.
4

Bet
 Me ha marchitado la carne y la piel;
me ha quebrantado los huesos.
5 Me ha tendido un cerco
de amargura y tribulaciones.
6 Me obliga a vivir en las tinieblas,
como a los que hace tiempo murieron.
7

Guímel
 Me tiene encerrado, no puedo escapar;
me ha puesto pesadas cadenas.
8 Por más que grito y pido ayuda,
él se niega a escuchar mi oración.
9 Ha sembrado de piedras mi camino;
ha torcido mis senderos.
10

Dálet
 Me vigila como oso agazapado;
me acecha como león.
11 Me aparta del camino para despedazarme;
¡me deja del todo desvalido!
12 Con el arco tenso,
me ha hecho el blanco de sus flechas.
13

He
 Me ha partido el *corazón
con las flechas de su aljaba.
14 Soy el hazmerreír de todo mi pueblo;
todo el día me cantan parodias.
15 Me ha llenado de amargura,
me ha saturado de hiel.
16

Vav
 Me ha estrellado contra el suelo;
me ha hecho morder el polvo.
17 Me ha quitado la *paz;
ya no recuerdo lo que es la dicha.
18 Y digo: "La vida se me acaba,
junto con mi esperanza en el Señor."
19

Zayin
 Recuerda que ando errante y afligido,
que me embargan la hiel y la amargura.
20 Siempre tengo esto presente,
y por eso me deprimo.
21 Pero algo más me viene a la memoria,
lo cual me llena de esperanza:
22

Jet
El gran amor del Señor nunca se acaba,[2]
y su compasión jamás se agota.
23  Cada mañana se renuevan sus bondades;
¡muy grande es su fidelidad!
24  Por tanto, digo:
"El Señor es todo lo que tengo.
¡En él esperaré!"
25

Tet
 Bueno es el Señor con quienes en él confían,
con todos los que lo buscan.
26  Bueno es esperar calladamente
a que el Señor venga a *salvarnos.
27  Bueno es que el hombre aprenda
a llevar el yugo desde su juventud.


Yod

28  ¡Déjenlo estar solo y en silencio,
porque así el Señor se lo impuso!
29  ¡Que hunda el rostro en el polvo!
¡Tal vez haya esperanza todavía!
30  ¡Que dé la otra mejilla a quien lo hiera,
y quede así cubierto de oprobio!


Caf

31  El Señor nos ha rechazado,
pero no será para siempre.
32  Nos hace sufrir, pero también nos compadece,
porque es muy grande su amor.
33  El Señor nos hiere y nos aflige,
pero no porque sea de su agrado.


Lámed

34  Cuando se aplasta bajo el pie
a todos los prisioneros de la tierra,
35  cuando en presencia del *Altísimo
se le niegan al *hombre sus derechos
36  y no se le hace justicia,
¿el Señor no se da cuenta?


Mem

37  ¿Quién puede anunciar algo y hacerlo realidad
sin que el Señor dé la orden?
38  ¿No es acaso por mandato del Altísimo
que acontece lo bueno y lo malo?
39  ¿Por qué habría de quejarse en vida
quien es castigado por sus pecados?


Nun

40  Hagamos un examen de conciencia
y volvamos al *camino del Señor.
41  Elevemos al Dios de los cielos
nuestro corazón y nuestras manos.
42  Hemos pecado, hemos sido rebeldes,
y tú no has querido perdonarnos.


Sámej

43  Ardiendo en ira nos persigues;
nos masacras sin piedad.
44  Te envuelves en una nube
para no escuchar nuestra oración.
45  Como a escoria despreciable,
nos has arrojado entre las naciones.


Pe

46  Todos nuestros enemigos abren la boca
para hablar mal de nosotros.
47  Hemos sufrido terrores, caídas,
ruina y destrucción.
48  Ríos de lágrimas corren por mis mejillas
porque ha sido destruida la capital de mi pueblo.


Ayin

49  Se inundarán en llanto mis ojos,
sin cesar y sin consuelo,
50  hasta que desde el cielo
el Señor se digne mirarnos.
51  Me duele en lo más profundo del *alma
ver sufrir a las mujeres de mi ciudad.


Tsade

52  Mis enemigos me persiguen sin razón,
y quieren atraparme como a un ave.
53  Me quieren enterrar vivo
y taparme con piedras la salida.
54  Las aguas me han cubierto la cabeza;
tal parece que me ha llegado el fin.


Qof

55  Desde lo más profundo de la fosa
invoqué, Señor, tu nombre,
56  y tú escuchaste mi plegaria;
no cerraste tus oídos a mi clamor.
57  Te invoqué, y viniste a mí;
"No temas", me dijiste.


Resh

58  Tú, Señor, te pusiste de mi parte
y me salvaste la vida.
59  Tú, Señor, viste el mal que me causaron;
¡hazme justicia!
60  Tú notaste su sed de venganza
y todas sus maquinaciones en mi contra.


Shin

61  Señor, tú has escuchado sus insultos
y todas sus maquinaciones en mi contra;
62  tú sabes que todo el día mis enemigos
cuchichean y se confabulan contra mí.
63  ¡Míralos! Hagan lo que hagan,[3]
se burlan de mí en sus canciones.


Tav

64  ¡Dales, Señor, su merecido
por todo lo que han hecho!
65  Oscurece su entendimiento,
¡y caiga sobre ellos tu maldición!
66  Persíguelos, Señor, en tu enojo,
y bórralos de este mundo.
                         NOTAS:

1. Cap. 3 Este capítulo es un poema acróstico, que sigue el orden del alfabeto hebreo.
2. 3:22 El gran ... acaba (Siríaca y Targum); Por el gran amor del Señor no somos consumidos (TM).
3. 3:63 ¡Míralos! Hagan lo que hagan. Lit. Su sentarse y su levantarse mira.

Lamentaciones 4

1[1] 2

Álef
 ¡El oro ha perdido su lustre!
¡Se ha empañado el oro fino!
¡Regadas por las esquinas de las calles
se han quedado las joyas sagradas!


Bet
 A los apuestos habitantes de *Sión,
que antaño valían su peso en oro,
hoy se les ve como vasijas de barro,
¡como la obra de un alfarero!
3

Guímel
 Hasta los chacales ofrecen el pecho
y dan leche a sus cachorros,
pero Jerusalén[2] ya no tiene sentimientos;
¡es como los avestruces del desierto!
4

Dálet
 Tanta es la sed que tienen los niños,
que la lengua se les pega al paladar.
Piden pan los pequeñuelos,
pero nadie se lo da.
5

He
 Quienes antes comían los más ricos manjares
hoy desfallecen de hambre por las calles.
6

Quienes antes se vestían de fina púrpura
hoy se revuelcan en la inmundicia.


Vav
 Más grande que los pecados de Sodoma
es la iniquidad de Jerusalén;
¡fue derribada en un instante,
y nadie le tendió la mano!
7

Zayin
 Más radiantes que la nieve eran sus príncipes,
y más blancos que la leche;
más rosado que el coral era su cuerpo;
su apariencia era la del zafiro.
8

Jet
 Pero ahora se ven más sucios que el hollín;
en la calle nadie los reconoce.
Su piel, reseca como la leña,
se les pega a los huesos.
9

Tet
 ¡*Dichosos los que mueren por la espada,
más que los que mueren de hambre!
Torturados por el hambre desfallecen,
pues no cuentan con los frutos del campo.
10

Yod
 Con sus manos, mujeres compasivas
cocinaron a sus propios hijos,
y esos niños fueron su alimento
cuando Jerusalén fue destruida.
11

Caf
 El Señor dio rienda suelta a su enojo;
dejó correr el ardor de su ira.
12

Le prendió fuego a Sión
y la consumió hasta sus cimientos.


Lámed
 No creían los reyes de la tierra,
ni tampoco los habitantes del mundo,
que los enemigos y adversarios de Jerusalén
cruzarían alguna vez sus *puertas.
13

Mem
 Pero sucedió.
Por los pecados de sus profetas.
Por las iniquidades de sus sacerdotes.
¡Por derramar sangre inocente
en las calles de la ciudad!
14

Nun
 Con las manos manchadas de sangre,
andan por las calles como ciegos.
15

No hay nadie que se atreva
a tocar siquiera sus vestidos.


Sámej
 "¡Largo de aquí, *impuros!", les grita la gente.
"¡Fuera! ¡Fuera! ¡No nos toquen!"
Entre las naciones *paganas les dicen:
"Son unos vagabundos, que andan huyendo.
No pueden quedarse aquí más tiempo."
16

Pe
 El Señor mismo los ha dispersado;
ya no se preocupa por ellos.
17

Ya no hay respeto para los sacerdotes
ni compasión para los ancianos.


Ayin
 Para colmo, desfallecen nuestros ojos
esperando en vano que alguien nos ayude.
18

Desde nuestras torres estamos en espera
de una nación que no puede salvarnos.


Tsade
 A cada paso nos acechan;
no podemos ya andar por las calles.
Nuestro fin se acerca, nos ha llegado la hora;
¡nuestros días están contados!
19

Qof
 Nuestros perseguidores resultaron
más veloces que las águilas del cielo;
nos persiguieron por las montañas,
nos acecharon en el desierto.
20

Resh
 También cayó en sus redes el *ungido del Señor,
que era nuestra razón de vivir.
Era él de quien decíamos:
¡Viviremos bajo su sombra entre las naciones!
21

Shin
 ¡Regocíjate y alégrate, capital de Edom,
que vives como reina en la tierra de Uz!
¡Pero ya tendrás que beber de esta copa,
y quedarás embriagada y desnuda!
22

Tav
 Tu castigo se ha cumplido, bella Sión;
Dios no volverá a desterrarte.
Pero a ti, capital de Edom, te castigará por tu maldad
y pondrá al descubierto tus pecados.

                         NOTAS:

1. Cap. 4 Este capítulo es un poema acróstico, que sigue el orden del alfabeto hebreo
2. 4:3 Jerusalén. Lit. la hija de mi pueblo; también en vv. 6 y 10.

Lamentaciones 5

1  Recuerda, Señor, lo que nos ha sucedido;
toma en cuenta nuestro oprobio.
2  Nuestra heredad ha caído en manos extrañas;
nuestro hogar, en manos de extranjeros.
3  No tenemos padre, hemos quedado huérfanos;
viudas han quedado nuestras madres.
4  El agua que bebemos, tenemos que pagarla;
la leña, tenemos que comprarla.
5  Los que nos persiguen nos pisan los talones;[1]
estamos fatigados y no hallamos descanso.
6  Entramos en tratos[2] con Egipto y con Asiria
para conseguir alimentos.
7  Nuestros padres pecaron y murieron,
pero a nosotros nos tocó el castigo.
8  Ahora nos gobiernan los esclavos,
y no hay quien nos libre de sus manos.
9  Exponiéndonos a los peligros[3] del desierto,
nos jugamos la *vida para obtener alimentos.
10  La piel nos arde como un horno;
¡de hambre nos da fiebre!
11  En *Sión y en los pueblos de Judá
fueron violadas casadas y solteras.
12  A nuestros jefes los colgaron de las manos,
y ni siquiera respetaron a nuestros ancianos.
13  A nuestros mejores jóvenes los pusieron a moler;
los niños tropezaban bajo el peso de la leña.
14  Ya no se sientan los *ancianos
a las *puertas de la ciudad;
no se escucha ya la música de los jóvenes.
15  En nuestro corazón ya no hay gozo;
la alegría de nuestras danzas se convirtió en tristeza.
16  Nuestra cabeza se ha quedado sin corona.
¡Ay de nosotros; hemos pecado!
17  Desfallece nuestro *corazón;
se apagan nuestros ojos,
18  porque el monte Sión se halla desolado,
y sobre él rondan los chacales.

19  Pero tú, Señor, reinas por siempre;
tu trono permanece eternamente.
20  ¿Por qué siempre nos olvidas?
¿Por qué nos abandonas tanto tiempo?
21  Permítenos volver a ti, Señor, y volveremos;
devuélvenos la gloria de antaño.[4]
22  La verdad es que nos has rechazado
y te has excedido en tu enojo contra nosotros.

                         NOTAS:

1. 5:5 Los que ... los talones. Lit. Sobre nuestro cuello nos persiguen.
2. 5:6 Entramos en tratos. Lit. Dimos la mano.
3. 5:9 Exponiéndonos a los peligros. Lit. Por causa de la espada.
4. 5:21 devuélvenos ... antaño. Lit. renueva nuestros días como antes.

Ezequiel 1


Ezequiel

1  En el día quinto del mes cuarto del año treinta, mientras me encontraba entre los deportados a orillas del río Quebar, los cielos se abrieron y recibí visiones de Dios. 2  Habían pasado cinco años y cinco meses desde que el rey Joaquín fue deportado.
3  (En este tiempo, mientras Ezequiel hijo de Buzí estaba a orillas del río Quebar, en la tierra de los *caldeos, el Señor le dirigió la palabra, y su mano se posó sobre él.)
4  De pronto me fijé y vi que del norte venían un viento huracanado y una nube inmensa rodeada de un fuego fulgurante y de un gran resplandor. En medio del fuego se veía algo semejante a un metal refulgente. 5  También en medio del fuego vi algo parecido a cuatro seres vivientes, 6  cada uno de los cuales tenía cuatro caras y cuatro alas. 7  Sus piernas eran rectas, y sus pies parecían pezuñas de ternero y brillaban como el bronce bruñido. 8  En sus cuatro costados, debajo de las alas, tenían manos humanas. Estos cuatro seres tenían caras y alas, 9  y las alas se tocaban entre sí. Cuando avanzaban no se volvían, sino que cada uno caminaba de frente. 10  Sus rostros tenían el siguiente aspecto: de frente, los cuatro tenían rostro humano; a la derecha tenían cara de león; a la izquierda, de toro; y por detrás, de águila. 11  Tales eran sus caras. Sus alas se desplegaban hacia arriba. Con dos alas se tocaban entre sí, mientras que con las otras dos se cubrían el cuerpo. 12  Los cuatro seres avanzaban de frente. Iban adonde el espíritu los impulsaba, y no se volvían al andar. 13  Estos seres vivientes parecían carbones encendidos, o antorchas, que se movían de un lado a otro. El fuego resplandecía, y de él se desprendían relámpagos. 14  Los seres vivientes se desplazaban de un lado a otro con la rapidez de un rayo.
15  Miré a los seres vivientes de cuatro caras, y vi que en el suelo, junto a cada uno de ellos, había una rueda. 16  Las cuatro ruedas tenían el mismo aspecto, es decir, brillaban como el topacio y tenían la misma forma. Su estructura era tal que cada rueda parecía estar encajada dentro de la otra. 17  Las ruedas podían avanzar en las cuatro direcciones sin tener que volverse. 18  Las cuatro ruedas tenían grandes aros y estaban llenas de ojos por todas partes. 19  Cuando los seres vivientes avanzaban, las ruedas a su lado hacían lo mismo, y cuando se levantaban del suelo, también se levantaban las ruedas. 20  Los seres iban adonde el espíritu los impulsaba, y las ruedas se elevaban juntamente con ellos, porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas. 21  Cuando los seres se movían, las ruedas también se movían; cuando se detenían, las ruedas también se detenían; cuando se elevaban del suelo, las ruedas también se elevaban. Las ruedas hacían lo mismo que ellos, porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas.
22  Sobre las cabezas de los seres vivientes había una especie de bóveda, muy hermosa y reluciente como el cristal. 23  Debajo de la bóveda las alas de estos seres se extendían y se tocaban entre sí, y cada uno de ellos tenía otras dos alas con las que se cubría el cuerpo. 24  Cuando los seres avanzaban, yo podía oír el ruido de sus alas: era como el estruendo de muchas aguas, como la voz del *Todopoderoso, como el tumultuoso ruido de un campamento militar. Cuando se detenían, replegaban sus alas. 25  Luego, mientras estaban parados con sus alas replegadas, se produjo un estruendo por encima de la bóveda que estaba sobre sus cabezas. 26  Por encima de esa bóveda había algo semejante a un trono de zafiro, y sobre lo que parecía un trono había una figura de aspecto humano. 27  De lo que parecía ser su cintura para arriba, vi algo que brillaba como el metal bruñido, rodeado de fuego. De su cintura para abajo, vi algo semejante al fuego, y un resplandor a su alrededor. 28  El resplandor era semejante al del arco iris cuando aparece en las nubes en un día de lluvia. Tal era el aspecto de la gloria del Señor. Ante esa visión, caí rostro en tierra y oí que una voz me hablaba.

Ezequiel 2


Llamamiento de Ezequiel

1  Esa voz me dijo: "Hijo de hombre, ponte en pie, que voy a hablarte."
2  Mientras me hablaba, el Espíritu entró en mí, hizo que me pusiera de pie, y pude oír al que me hablaba. 3  Me dijo: "Hijo de hombre, te voy a enviar a los israelitas. Es una nación rebelde que se ha sublevado contra mí. Ellos y sus antepasados se han rebelado contra mí hasta el día de hoy. 4  Te estoy enviando a un pueblo obstinado y terco, al que deberás advertirle: Así dice el Señor omnipotente. 5  Tal vez te escuchen, tal vez no, pues son un pueblo rebelde; pero al menos sabrán que entre ellos hay un profeta. 6  Tú, hijo de hombre, no tengas miedo de ellos ni de sus palabras, por más que estés en medio de cardos y espinas, y vivas rodeado de escorpiones. No temas por lo que digan, ni te sientas atemorizado, porque son un pueblo obstinado. 7  Tal vez te escuchen, tal vez no, pues son un pueblo rebelde; pero tú les proclamarás mis palabras. 8  Tú, hijo de hombre, atiende bien a lo que te voy a decir, y no seas rebelde como ellos. Abre tu boca y come lo que te voy a dar."
9  Entonces miré, y vi que una mano con un rollo escrito se extendía hacia mí. 10  La mano abrió ante mis ojos el rollo, el cual estaba escrito por ambos lados, y contenía lamentos, gemidos y amenazas.

Ezequiel 3

1  Y me dijo: "Hijo de hombre, cómete este rollo escrito, y luego ve a hablarles a los israelitas."
2  Yo abrí la boca y él hizo que me comiera el rollo. 3  Luego me dijo: "Hijo de hombre, cómete el rollo que te estoy dando hasta que te sacies." Y yo me lo comí, y era tan dulce como la miel.
4  Otra vez me dijo: "Hijo de hombre, ve a la nación de Israel y proclámale mis palabras. 5  No te envío a un pueblo de lenguaje complicado y difícil de entender, sino a la nación de Israel. 6  No te mando a naciones numerosas de lenguaje complicado y difícil de entender, aunque si te hubiera mandado a ellas seguramente te escucharían. 7  Pero el pueblo de Israel no va a escucharte porque no quiere obedecerme. Todo el pueblo de Israel es terco y obstinado. 8  No obstante, yo te haré tan terco y obstinado como ellos. 9  ¡Te haré inquebrantable como el diamante, inconmovible como la roca! No les tengas miedo ni te asustes, por más que sean un pueblo rebelde."
10  Luego me dijo: "Hijo de hombre, escucha bien todo lo que voy a decirte, y atesóralo en tu *corazón. 11  Ahora ve adonde están exiliados tus compatriotas. Tal vez te escuchen, tal vez no; pero tú adviérteles: Así dice el Señor omnipotente. "
12  Entonces el Espíritu de Dios[1] me levantó, y detrás de mí oí decir con el estruendo de un terremoto: "¡Bendita sea la gloria del Señor, donde él habita!" 13  Oí el ruido de las alas de los seres vivientes al rozarse unas con otras, y el de las ruedas que estaban junto a ellas, y el ruido era estruendoso. 14  El Espíritu me levantó y se apoderó de mí, y me fui amargado y enardecido, mientras la mano del Señor me sujetaba con fuerza. 15  Así llegué a Tel Aviv, a orillas del río Quebar, adonde estaban los israelitas exiliados, y totalmente abatido me quedé con ellos durante siete días.


Advertencia a Israel

16  Al cabo de los siete días, el Señor me dijo lo siguiente: 17  "Hijo de hombre, a ti te he puesto como centinela del pueblo de Israel. Por tanto, cuando oigas mi palabra, adviértele de mi parte 18  al malvado: Estás condenado a muerte. Si tú no le hablas al malvado ni le haces ver su mala conducta, para que siga viviendo, ese malvado morirá por causa de su pecado, pero yo te pediré cuentas de su muerte. 19  En cambio, si tú se lo adviertes, y él no se *arrepiente de su maldad ni de su mala conducta, morirá por causa de su pecado, pero tú habrás salvado tu vida. 20  Por otra parte, si un justo se desvía de su buena conducta y hace lo malo, y yo lo hago caer y tú no se lo adviertes, él morirá sin que se le tome en cuenta todo el bien que haya hecho. Por no haberle hecho ver su maldad, él morirá por causa de su pecado, pero yo te pediré cuentas de su muerte. 21  Pero si tú le adviertes al justo que no peque, y en efecto él no peca, él seguirá viviendo porque hizo caso de tu advertencia, y tú habrás salvado tu vida."
22  Luego el Señor puso su mano sobre mí, y me dijo: "Levántate y dirígete al campo, que allí voy a hablarte." 23  Yo me levanté y salí al campo. Allí vi la gloria del Señor, tal como la había visto a orillas del río Quebar, y caí rostro en tierra. 24  Entonces el Espíritu de Dios entró en mí, hizo que me pusiera de pie, y me dijo: "Ve y enciérrate en tu casa. 25  A ti, hijo de hombre, te atarán con sogas para que no puedas salir ni andar entre el pueblo. 26  Yo haré que se te pegue la lengua al paladar, y así te quedarás mudo y no podrás reprenderlos, por más que sean un pueblo rebelde. 27  Pero cuando yo te hable, te soltaré la lengua y les advertirás: Así dice el Señor omnipotente. El que quiera oír, que oiga; y el que no quiera, que no oiga, porque son un pueblo rebelde.

                         NOTAS:

1. 3:12 Espíritu de Dios. Lit. espíritu o viento; también en v. 24.

Ezequiel 4


Anuncio del sitio a Jerusalén

1  "Hijo de hombre, toma ahora un ladrillo, ponlo delante de ti y dibuja en él la ciudad de Jerusalén. 2  Acampa a su alrededor y ponle sitio; levanta torres de asalto contra ella y construye una rampa que llegue hasta la ciudad; instala máquinas para derribar sus murallas. 3  Toma una plancha de hierro y colócala como un muro entre ti y la ciudad, y fija tu mirada contra ella. De esa manera quedará sitiada: tú mismo la sitiarás. Eso les servirá de señal a los israelitas.
4  "Acuéstate sobre tu lado izquierdo, y echa sobre ti la culpa de los israelitas. Todo el tiempo que estés acostado sobre ese lado, cargarás con sus culpas. 5  Yo te he puesto un plazo de trescientos noventa días, es decir, un lapso de tiempo equivalente a los años de la culpa de Israel. 6  Cuando cumplas ese plazo, volverás a acostarte, pero esta vez sobre tu lado derecho, y cuarenta días cargarás con la culpa del pueblo de Judá, o sea, un día por cada año. 7  Luego mirarás el asedio de Jerusalén, y con brazo amenazante profetizarás contra ella. 8  Yo te ataré con sogas para que no puedas darte vuelta de un lado a otro mientras no se cumplan los días del asedio.
9  "Toma trigo, cebada, habas, lentejas, mijo y avena; viértelos en un recipiente y amásalos para hacer pan, pues ése será tu alimento durante los trescientos noventa días que estarás acostado sobre tu lado izquierdo. 10  Cada día comerás, a una hora fija, una ración de un cuarto de kilo. 11[1]  También a una hora fija beberás medio litro[2] de agua. 12  Cocerás ese pan con excremento humano, y a la vista de todos lo comerás, como si fuera una torta de cebada."
13  Luego el Señor añadió: "De igual manera, los israelitas comerán alimentos *impuros en medio de las naciones por donde los voy a dispersar."
14  Entonces exclamé: "¡No, Señor mi Dios! ¡Yo jamás me he *contaminado con nada! Desde mi niñez y hasta el día de hoy, jamás he comido carne de ningún animal que se haya encontrado muerto, o que haya sido despedazado por las fieras. ¡Por mi boca no ha entrado ningún tipo de carne impura!"
15  "Está bien me respondió, te doy permiso para que hornees tu pan con excremento de vaca en vez de excremento humano."
16  Luego me dijo: "Hijo de hombre, voy a hacer que escasee el trigo en Jerusalén. La gente comerá el pan racionado y con mucha angustia; también el agua será racionada, la beberán con mucha ansiedad. 17  Escasearán el pan y el agua, y cuando cada uno vea la condición del otro, todos irán perdiendo las fuerzas y acabarán muriéndose a causa de sus pecados.

                         NOTAS:

1. 4:10 un cuarto de kilo. Lit. veinte *siclos.
2. 4:11 medio litro. Lit. la sexta parte de un *hin.

Ezequiel 5

1  "Hijo de hombre, toma ahora una espada afilada, y úsala como navaja de afeitar para raparte la cabeza y afeitarte la barba. Toma luego una balanza y divide tu cabello cortado. 2  Cuando se cumplan los días del sitio, quemarás en medio de la ciudad una tercera parte del cabello; otra tercera parte la cortarás con la espada alrededor de la ciudad, y la parte restante la esparcirás al viento. Yo, por mi parte, desenvainaré la espada y perseguiré a sus habitantes. 3  Toma algunos de los cabellos y átalos al borde de tu manto. 4  Luego toma otros pocos y arrójalos en el fuego para que se quemen. Desde allí se extenderá el fuego sobre todo el pueblo de Israel.
5  "Así dice el Señor omnipotente: Ésta es la ciudad de Jerusalén. Yo la coloqué en medio de las naciones y de los territorios a su alrededor. 6  Pero ella se rebeló contra mis *leyes y decretos, con una perversidad mayor a la de las naciones y territorios vecinos. En otras palabras, rechazó por completo mis leyes y decretos.
7  "Por eso yo, el Señor omnipotente, declaro: Ustedes han sido más rebeldes que las naciones a su alrededor; no han seguido mis decretos ni obedecido mis leyes, y ni siquiera se han sujetado a las costumbres de esas naciones. 8  Por lo tanto yo, el Señor omnipotente, declaro: Estoy contra ti, Jerusalén, y te voy a castigar a la vista de todas las naciones. 9  Por causa de tus ídolos repugnantes, haré contigo lo que jamás he hecho ni volveré a hacer. 10  Entre ustedes habrá padres que se comerán a sus hijos, y también hijos que se comerán a sus padres. Yo los castigaré, y a quien sobreviva lo dispersaré por los cuatro vientos.
11  "Por esta razón yo, el Señor omnipotente, juro por mí mismo: Como ustedes han profanado mi santuario con sus ídolos repugnantes y con prácticas detestables, yo los destruiré sin misericordia y sin piedad. 12  Una tercera parte de tu pueblo morirá en tus calles por la peste y por el hambre; otra tercera parte caerá a filo de espada en tus alrededores, y a la tercera parte restante la dispersaré por los cuatro vientos. Yo desenvainaré la espada y perseguiré a la gente. 13  Entonces se apaciguará mi ira, mi enojo contra ellos será saciado, y me daré por satisfecho. Y cuando en mi celo haya desahogado mi enojo contra ellos, sabrán que yo, el Señor, lo he dicho.
14  "Yo te convertiré en un montón de ruinas; te haré objeto de burla de todas las naciones que te rodean. Todos los que pasen junto a ti, lo verán. 15  Cuando yo te castigue con indignación, enojo y durísimos reproches, serás objeto de burla y de oprobio, y motivo de advertencia y escarmiento para las naciones que te rodean. Yo, el Señor, lo he dicho.
16  "Yo te haré blanco del hambre, esa mortífera flecha que todo lo destruye. Dispararé a matar, pues traeré sobre ti hambre y escasez de provisiones. 17  Por si fuera poco, lanzaré contra ti animales salvajes que te dejarán sin hijos. Te verás abrumado por las plagas y por el derramamiento de sangre, pues haré que caigas a filo de espada. Yo, el Señor, lo he dicho."

Ezequiel 6


Profecía contra los montes de Israel

1  El Señor me dirigió la palabra: 2  "Hijo de hombre, alza tu mirada hacia los cerros de Israel, y profetiza contra ellos. 3  Diles: Escuchen, cerros de Israel, la palabra del Señor. Esto dice el Señor omnipotente a cerros y colinas, a ríos y valles: 'Haré que venga contra ustedes la espada, y destruiré sus lugares de culto idolátrico. 4  Despedazaré sus altares, haré añicos sus quemadores de incienso, y haré también que sus muertos caigan frente a sus ídolos malolientes. 5  ¡Sí! Delante de sus ídolos malolientes arrojaré los cadáveres de los israelitas, y esparciré sus huesos en torno a sus altares. 6  No importa dónde vivan ustedes, sus ciudades serán destruidas y sus lugares de culto idolátrico serán devastados. Sus altares quedarán completamente destrozados; sus ídolos malolientes, hechos un montón de ruinas; sus quemadores de incienso, hechos añicos. ¡Todas sus obras desaparecerán! 7  Su propia gente caerá muerta, y así sabrán ustedes que yo soy el Señor.
8  "  Pero yo dejaré que algunos de ustedes se escapen de la muerte y queden esparcidos entre las naciones y los pueblos. 9  Los sobrevivientes se acordarán de mí en las naciones donde hayan sido llevados cautivos. Se acordarán de cómo sufrí por culpa de su *corazón adúltero, y de cómo se apartaron de mí y se fueron tras sus ídolos malolientes. ¡Sentirán asco de ellos mismos por todas las maldades que hicieron y por sus obras repugnantes! 10  Entonces sabrán que no en vano yo, el Señor, los amenacé con estas calamidades.
11  "Así dice el Señor omnipotente: Aplaude, patalea y grita: '¡Felicitaciones por todas las terribles abominaciones del pueblo de Israel! Morirán por la espada, el hambre y la peste. 12  Quien esté lejos perecerá por la peste, y quien esté cerca morirá a filo de espada, y el que quede con vida se morirá de hambre. Así descargaré sobre ellos toda mi ira, 13  y sus cadáveres quedarán tendidos entre sus ídolos malolientes y alrededor de sus altares, en las colinas altas y en las cumbres de los cerros, o debajo de todo árbol frondoso y de toda encina tupida, es decir, en los lugares donde ofrecieron incienso de olor agradable a sus ídolos malolientes. ¡Entonces sabrán que yo soy el Señor! 14  Extenderé mi mano contra ellos, y convertiré en tierra desolada su país y todo lugar donde habiten, desde el desierto hasta Riblá. ¡Entonces sabrán que yo soy el Señor! "

Ezequiel 7


El fin ha llegado

1  El Señor me dirigió la palabra: 2  "Hijo de hombre, así dice el Señor omnipotente al pueblo de Israel: ¡Te llegó la hora! Ha llegado el fin para todo el país. 3  ¡Te ha llegado el fin! Descargaré mi ira sobre ti; te juzgaré según tu conducta y te pediré cuentas de todas tus acciones detestables. 4  No voy a tratarte con piedad ni a tenerte compasión, sino que te haré pagar cara tu conducta y tus prácticas repugnantes. Así sabrás que yo soy el Señor.
5  "Así dice el Señor omnipotente: ¡Las desgracias se siguen unas a otras! 6  ¡Ya viene la hecatombe; tu fin es inminente! 7  Te ha llegado la hora, habitante del país. Ya viene la hora, ya se acerca el día. En las montañas hay pánico y no alegría. 8  Ya estoy por descargar sobre ti mi furor; desahogaré mi enojo contra ti. Te juzgaré según tu conducta; te pediré cuentas por todas tus acciones detestables. 9  No voy a tratarte con piedad ni a tenerte compasión, sino que te haré pagar cara tu conducta y tus prácticas repugnantes. Así sabrás que yo, el Señor, también puedo herir.
10  "¡Ya llegó el día! ¡Ya está aquí! ¡Tu suerte está echada! Florece la injusticia,[1] germina el orgullo, 11  y la violencia produce frutos de maldad. Nada quedará de ustedes 12[2] ni de su multitud; nada de su riqueza ni de su opulencia.[3]  Llegó la hora; éste es el día. Que no se alegre el que compra ni llore el que vende, porque mi enojo caerá sobre toda la multitud. 13  Y aunque el vendedor siga con vida, no recuperará lo vendido. Porque no se revocará la visión referente a toda su multitud, y por su culpa nadie podrá conservar la vida. 14  Aunque toquen la trompeta y preparen todo, nadie saldrá a la batalla, porque mi enojo caerá sobre toda la multitud.
15  "Allá afuera hay guerra; y aquí adentro, peste y hambre. El que esté en el campo morirá a filo de espada, y el que esté en la ciudad se morirá de hambre y de peste. 16  Los que logren escapar se quedarán en las montañas como palomas del valle, cada uno llorando por su maldad. 17  Desfallecerá todo brazo y temblará toda rodilla. 18  Se vestirán de luto, y el terror los dominará. Se llenarán de vergüenza y se convertirán en objeto de burla. 19[4]  La plata la arrojarán a las calles, y el oro lo verán como basura. En el día de la ira del Señor, ni su oro ni su plata podrán salvarlos, ni les servirán para saciar su hambre y llenarse el estómago, porque el oro fue el causante de su caída. 20  Se enorgullecían de sus joyas hermosas, y las usaron para fabricar sus imágenes detestables y sus ídolos despreciables. Por esta razón convertiré esas joyas en algo repugnante. 21  Haré que vengan los extranjeros y se las roben, y que los malvados de la tierra se las lleven y las profanen. 22  Alejaré de ellos mi presencia, y mi templo será profanado; entrarán los invasores y lo profanarán.
23  "Prepara las cadenas[5] porque el país se ha llenado de sangre, y la ciudad está llena de violencia. 24  Haré que las naciones más violentas vengan y se apoderen de sus casas. Pondré fin a la soberbia de los poderosos, y sus santuarios serán profanados. 25  Cuando la desesperación los atrape, en vano buscarán la *paz. 26  Una tras otra vendrán las desgracias, al igual que las malas noticias. Del profeta demandarán visiones; la instrucción se alejará del sacerdote, y a los *jefes del pueblo no les quedarán consejos. 27  El rey hará duelo, el príncipe se cubrirá de tristeza, y temblarán las manos del pueblo. Yo los trataré según su conducta, y los juzgaré según sus acciones. Así sabrán que yo soy el Señor."

                         NOTAS:

1. 7:10 injusticia. Lit. vara.
2. 7:11 ustedes. Lit. ellos; es decir, el pueblo de Israel.
3. 7:11 nada quedará ... opulencia. Frases de difícil traducción.
4. 7:18 se convertirán en objeto de burla. Lit. todas sus cabezas serán rapadas.
5. 7:23 cadenas. Palabra de difícil traducción.

Ezequiel 8


Idolatría en el templo

1  En el día quinto del mes sexto del año sexto, yo estaba sentado en mi casa, junto con los *jefes de Judá. De pronto, el Señor puso su mano sobre mí.
2  Miré entonces, y vi una figura de aspecto humano: de la cintura para abajo, ardía como fuego; de la cintura para arriba, brillaba como el metal bruñido. 3  Aquella figura extendió lo que parecía ser una mano, y me tomó del cabello. Un viento me sostuvo entre la tierra y el cielo, y en visiones divinas me llevó a la parte norte de Jerusalén, hasta la entrada de la puerta interior, que es donde está el ídolo que provoca los celos de Dios. 4  Allí estaba la gloria del Dios de Israel, como la visión que yo había visto en el campo. 5  Y Dios me dijo: "Hijo de hombre, levanta la vista hacia el norte." Yo miré en esa dirección, y en la entrada misma, al norte de la puerta del altar, vi el ídolo que provoca los celos de Dios. 6  También me dijo: "Hijo de hombre, ¿ves las grandes abominaciones que cometen los israelitas en este lugar, y que me hacen alejarme de mi santuario? Realmente no has visto nada todavía; peores abominaciones verás."
7  Después me llevó a la entrada del atrio. En el muro había un agujero. 8  Entonces me dijo: "Hijo de hombre, agranda el agujero del muro." Yo agrandé el agujero en el muro y me encontré con una puerta. 9  Dios me dijo: "Entra y observa las abominaciones que allí cometen." 10  Yo entré y a lo largo del muro vi pinturas de todo tipo: figuras de reptiles y de otros animales repugnantes, y de todos los malolientes ídolos de Israel. 11  Setenta jefes israelitas estaban de pie frente a los ídolos, rindiéndoles culto. Entre ellos se encontraba Jazanías hijo de Safán. Cada uno tenía en la mano un incensario, del cual subía una fragante nube de incienso.
12  Y él me dijo: "Hijo de hombre, ¿ves lo que hacen los jefes israelitas en los oscuros nichos de sus ídolos? Andan diciendo: No hay ningún Señor que nos vea. El Señor ha abandonado el país. " 13  Y añadió: "Ya los verás cometer mayores atrocidades."
14  Luego me llevó a la entrada del templo del Señor, a la puerta que da hacia el norte. Allí estaban unas mujeres sentadas, que lloraban por el dios Tamuz. 15  Entonces Dios me dijo: "Hijo de hombre, ¿ves esto? Pues aún las verás cometer mayores atrocidades."
16  Y me llevó al atrio interior del templo. A la entrada del templo, entre el vestíbulo y el altar, había unos veinticinco hombres que estaban mirando hacia el oriente y adoraban al sol, de espaldas al templo del Señor. 17  Me dijo: "Hijo de hombre, ¿ves esto? ¿Tan poca cosa le parece a Judá cometer tales abominaciones, que también ha llenado la tierra de violencia y no deja de provocarme? ¡Mira cómo me enardecen, pasándome[1] por la nariz sus pestilentes ramos! 18  Por eso, voy a actuar con furor. No les tendré piedad ni compasión. Por más que me imploren a gritos, ¡no los escucharé!"

                         NOTAS:

1. 8:17 pasándome. Lit. pasándose.

Ezequiel 9


El castigo de los culpables

1  Después oí que Dios clamaba con fuerte voz: "¡Acérquense, verdugos de la ciudad, cada uno con su arma destructora en la mano!" 2  Entonces vi que por el camino de la puerta superior que da hacia el norte venían seis hombres, cada uno con un arma mortal en la mano. Con ellos venía un hombre vestido de lino, que llevaba en la cintura un estuche de escriba. Todos ellos entraron y se pararon junto al altar de bronce. 3  La gloria del Dios de Israel, que estaba sobre los *querubines, se elevó y se dirigió hacia el umbral del templo. Al hombre vestido de lino que llevaba en la cintura un estuche de escriba, el Señor lo llamó 4  y le dijo: "Recorre la ciudad de Jerusalén, y coloca una señal en la frente de quienes giman y hagan lamentación por todos los actos detestables que se cometen en la ciudad." 5  Pero oí que a los otros les dijo: "Síganlo. Recorran la ciudad y maten sin piedad ni compasión. 6  Maten a viejos y a jóvenes, a muchachas, niños y mujeres; comiencen en el templo, y no dejen a nadie con vida. Pero no toquen a los que tengan la señal." Y aquellos hombres comenzaron por matar a los viejos que estaban frente al templo.
7  Después les dijo: "Salgan y profanen el templo; llenen de cadáveres los atrios."
Ellos salieron y comenzaron a matar gente en toda la ciudad. 8  Y mientras mataban, yo me quedé solo, caí rostro en tierra y grité: "¡Ay, Señor y Dios! ¿Descargarás tu furor sobre Jerusalén y destruirás a todo el resto de Israel?"
9  El Señor me respondió: "La iniquidad del pueblo de Israel y de Judá es extremadamente grande. El país está lleno de violencia; la ciudad, llena de injusticia. Ellos piensan: El Señor ha abandonado el país. No hay ningún Señor que vea. 10  Por eso no les tendré piedad ni compasión, sino que les pediré cuentas de su conducta."
11  Entonces el hombre vestido de lino que llevaba en la cintura un estuche de escriba me informó: "Ya hice lo que me mandaste hacer."

Ezequiel 10


La gloria del Señor abandona el templo

1  Después miré, y sobre la bóveda que estaba encima de la cabeza de los *querubines vi una especie de piedra de zafiro que tenía la forma de un trono. 2  Y el Señor le dijo al hombre vestido de lino: "Métete entre las ruedas que están debajo de los querubines, toma un puñado de las brasas que están entre los querubines, y espárcelas por toda la ciudad." Y el hombre se metió allí, mientras yo miraba.
3  En el momento en que el hombre entró, los querubines estaban en la parte sur del templo y una nube llenaba el atrio interior. 4  Entonces la gloria del Señor, que estaba sobre los querubines, se elevó y se dirigió hacia el umbral del templo. La nube llenó el templo, y el atrio se llenó del resplandor de la gloria del Señor. 5  El ruido de las alas de los querubines llegaba hasta el atrio exterior, y era semejante a la voz del Dios *Todopoderoso.
6  El Señor le ordenó al hombre vestido de lino: "Toma fuego de en medio de las ruedas que están entre los querubines." Así que el hombre fue y se paró entre las ruedas. 7  Uno de los querubines extendió la mano, tomó el fuego que estaba entre ellos, y lo puso en las manos del hombre vestido de lino. Aquél lo recibió y se fue. 8  (Debajo de las alas de los querubines se veía algo semejante a la mano de un hombre.)
9  Me fijé, y al lado de los querubines vi cuatro ruedas, una junto a cada uno de ellos. Las ruedas tenían un aspecto brillante como el crisólito. 10  Las cuatro ruedas se asemejaban, y parecía como si una rueda estuviera encajada en la otra. 11  Al avanzar, podían hacerlo en las cuatro direcciones sin necesidad de volverse. Avanzaban en la dirección a que apuntaba la cabeza del querubín, y no tenían que volverse. 12  Todo el cuerpo, la espalda, las manos y las alas de los querubines, al igual que las cuatro ruedas, estaban llenos de ojos. 13  Alcancé a oír que a las ruedas se les llamaba "círculos". 14  Cada uno de los querubines tenía cuatro caras: la primera, de querubín; la segunda, de hombre; la tercera, de león; y la cuarta, de águila.
15  Los querubines, que eran los mismos seres que yo había visto junto al río Quebar, se elevaron. 16  Cuando avanzaban, las ruedas a su costado hacían lo mismo; cuando desplegaban sus alas para levantarse del suelo, las ruedas no se apartaban de ellos; 17  cuando se detenían, las ruedas hacían lo mismo; cuando se levantaban, las ruedas se levantaban también, porque el espíritu de esos seres vivientes estaba en las ruedas.
18  La gloria del Señor se elevó por encima del umbral del templo y se detuvo sobre los querubines. 19  Y mientras yo miraba, los querubines desplegaron sus alas y se elevaron del suelo, y junto con las ruedas salieron y se detuvieron en la puerta oriental del templo del Señor. La gloria del Dios de Israel estaba por encima de ellos. 20  Eran los mismos seres vivientes que, estando yo junto al río Quebar, había visto debajo del Dios de Israel. Entonces me di cuenta de que eran querubines. 21  Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas, y bajo las alas tenían algo que se parecía a las manos de un hombre. 22  Sus caras eran iguales a las que yo había visto junto al río Quebar. Cada uno de ellos caminaba de frente.

Ezequiel 11


Juicio contra los líderes de Israel

1  Un viento me levantó y me llevó hasta la entrada oriental del templo del Señor. A la entrada vi a veinticinco hombres, entre los cuales estaban Jazanías hijo de Azur y Pelatías hijo de Benaías, que eran jefes del pueblo. 2  Dios me dijo: "Hijo de hombre, éstos son los que están tramando maldades y dando malos consejos en esta ciudad. 3  Dicen: Todavía no es el momento de reconstruir las casas. La ciudad es la olla y nosotros somos la carne. 4  Por eso, hijo de hombre, profetiza contra ellos; ¡sí, profetiza!"
5  El Espíritu del Señor vino sobre mí y me ordenó proclamar: "Así dice el Señor: Ustedes, pueblo de Israel, han dicho esto, y yo conozco sus pensamientos. 6  Han matado a mucha gente en esta ciudad y han llenado las calles de cadáveres. 7  Por eso yo, el Señor omnipotente, les aseguro que los cadáveres que ustedes han arrojado en medio de la ciudad son la carne, y la ciudad es la olla de la que yo los arrojaré. 8  ¿Temen la guerra? Pues bien, yo, el Señor omnipotente, declaro que enviaré guerra contra ustedes. 9  Los echaré de la ciudad, los entregaré en manos de extranjeros y los castigaré con justicia. 10  Morirán a filo de espada; yo los juzgaré en las mismas fronteras de Israel, y así sabrán que yo soy el Señor. 11  La ciudad no les servirá de olla, ni serán ustedes la carne dentro de ella. Yo los juzgaré en la frontera misma de Israel. 12  Entonces sabrán que yo soy el Señor. No han seguido mis decretos ni han cumplido con mis *leyes, sino que han adoptado las costumbres de las naciones que los rodean. "
13  Mientras yo profetizaba, Pelatías hijo de Benaías cayó muerto. Entonces caí rostro en tierra y clamé a gritos: "¡Ay, Señor mi Dios! ¿Vas a exterminar al resto de Israel?"

14  El Señor me dirigió la palabra: 15  "Hijo de hombre, esto es lo que dicen los habitantes de Jerusalén en cuanto a tus hermanos, tus parientes y todo el pueblo de Israel: Ellos se han alejado del Señor, y por eso se nos ha dado esta tierra en posesión. 16  Por tanto, adviérteles que así dice el Señor omnipotente: Aunque los desterré a naciones lejanas y los dispersé por países extraños, por un tiempo les he servido de santuario en las tierras adonde han ido.
17  "Adviérteles también que así dice el Señor omnipotente: Yo los reuniré de entre las naciones; los juntaré de los países donde han estado dispersos, y les daré la tierra de Israel. 18  Ellos volverán a su tierra y echarán de allí a los ídolos detestables y pondrán fin a las prácticas repugnantes. 19  Yo les daré un *corazón íntegro, y pondré en ellos un espíritu renovado. Les arrancaré el corazón de piedra que ahora tienen, y pondré en ellos un corazón de carne, 20  para que cumplan mis decretos y pongan en práctica mis leyes. Entonces ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios. 21  Pero a los que van tras esos ídolos detestables y siguen prácticas repugnantes, yo les pediré cuentas de su conducta. Lo afirma el Señor omnipotente. "


La gloria del Señor abandona Jerusalén

22  Los *querubines desplegaron sus alas. Las ruedas estaban junto a ellos, y la gloria del Dios de Israel estaba por encima de ellos. 23  La gloria del Señor se elevó de en medio de la ciudad y se detuvo sobre el cerro que está al oriente de Jerusalén. 24  En una visión, un viento me levantó y me trasladó hasta donde estaban los exiliados en Babilonia; y la visión desapareció. 25  Entonces les comuniqué a los exiliados lo que el Señor me había revelado.

Ezequiel 12


Símbolo del exilio

1  El Señor me dirigió la palabra: 2  "Hijo de hombre, vives en medio de un pueblo rebelde. Tienen ojos para ver, pero no ven; tienen oídos para oír, pero no oyen. ¡Son un pueblo rebelde!
3  "Por tanto, hijo de hombre, prepara tu equipaje; prepáralo para el exilio, y a plena luz del día, a la vista de todos, saldrás como quien va exiliado sin destino fijo. Tal vez así entiendan, aunque son un pueblo rebelde. 4  Saca tu equipaje a plena luz del día, a la vista de todos, y al caer la tarde ponte en marcha, a la vista de todos, como quien va al exilio. 5  También en presencia de todos, abre un agujero en el muro y sal por ahí con tu equipaje. 6  Al llegar la noche, mientras todos te estén viendo, ponte en marcha con el equipaje al hombro. Cúbrete la cara para que no puedas ver la tierra, porque de ti he hecho un presagio para el pueblo de Israel."
7  Hice lo que se me había mandado, y a plena luz del día saqué mi bagaje, como quien va al exilio. Al caer la tarde abrí el agujero con mis propias manos, y al llegar la noche, en presencia de todos, salí con mi equipaje al hombro.
8  Por la mañana el Señor me dirigió la palabra: 9  "Hijo de hombre, con toda seguridad el pueblo rebelde de Israel te preguntará: ¿Qué estás haciendo? 10  Pero tú explícales: Así dice el Señor omnipotente: 'Este mensaje se refiere al pueblo de Israel que vive en Jerusalén, y también a su gobernante.  11  Diles: Yo soy un presagio para ustedes. Lo que hice yo, les va a pasar a ustedes, pues serán llevados cautivos al exilio. 12  Y su gobernante se echará el equipaje al hombro, y saldrá de noche por un agujero que abrirán en el muro. Se cubrirá la cara para que no pueda ver la tierra. 13  Yo tenderé mi red sobre él, y quedará atrapado en mi trampa. Así lo llevaré a Babilonia, la tierra de los *caldeos, pero no podrá verla porque allá morirá. 14  Dispersaré a los cuatro vientos a todos los que lo rodean, tanto a sus ayudantes como a todas sus tropas, y los perseguiré espada en mano. 15  Entonces sabrán que yo soy el Señor.
"Cuando los haya dispersado y esparcido por las naciones, 16  dejaré que unos pocos de ellos se escapen de la guerra, del hambre y de la peste, para que en las naciones por donde vayan den cuenta de sus prácticas repugnantes. Entonces sabrán que yo soy el Señor."

17  El Señor me dirigió la palabra: 18  "Hijo de hombre, tiembla al comer tu pan, y llénate de espanto y miedo al beber tu agua. 19  Adviértele a la gente del país que así dice el Señor omnipotente acerca de los que habitan en Jerusalén y en la tierra de Israel: Con mucho miedo comerán su pan, y con gran angustia beberán su agua. Por la violencia de sus habitantes la tierra será despojada de todo lo que hay en ella. 20  Las ciudades habitadas serán arrasadas, y su país quedará en ruinas. Entonces sabrán ustedes que yo soy el Señor. "

21  El Señor me dirigió la palabra: 22  "Hijo de hombre, ¿qué quiere decir este refrán que se repite en la tierra de Israel: Se cumple el tiempo, pero no la visión? 23  Por lo tanto, adviérteles que así dice el Señor omnipotente: Pondré fin a ese refrán, y ya no volverán a repetirlo en Israel. Y adviérteles también: Ya vienen los días en que se cumplirán las visiones. 24  Pues ya no habrá visiones engañosas ni predicciones que susciten falsas expectativas en el pueblo de Israel. 25  Porque yo, el Señor, hablaré, y lo que diga se cumplirá sin retraso. Pueblo rebelde, mientras ustedes aún tengan vida, yo cumpliré mi palabra. Lo afirma el Señor omnipotente. "

26  El Señor me dirigió la palabra: 27  "Hijo de hombre, el pueblo de Israel anda diciendo que tus visiones son para un futuro distante, y que tus profecías son a largo plazo. 28  Por lo tanto, adviérteles que así dice el Señor omnipotente: Mis palabras se cumplirán sin retraso: yo cumpliré con lo que digo. Lo afirma el Señor omnipotente. "

Ezequiel 13


Condena a los falsos profetas

1  El Señor me dirigió la palabra: 2  "Hijo de hombre, denuncia a los profetas de Israel que hacen vaticinios según sus propios delirios, y diles que escuchen la palabra del Señor. 3  Así dice el Señor omnipotente: ¡Ay de los profetas insensatos que, sin haber recibido ninguna visión, siguen su propia inspiración! 4  ¡Ay, Israel! Tus profetas son como chacales entre las ruinas. 5  No han ocupado su lugar en las brechas, ni han reparado los muros del pueblo de Israel, para que en el día del Señor se mantenga firme en la batalla. 6  Sus visiones son falsas, y mentirosas sus adivinaciones. Dicen: 'Lo afirma el Señor, pero el Señor no los ha enviado; sin embargo, ellos esperan que se cumpla lo que profetizan. 7  ¿Acaso no son falsas sus visiones, y mentirosas sus adivinaciones, cuando dicen: 'Lo afirma el Señor, sin que yo haya hablado?
8  " Por tanto, así dice el Señor omnipotente: A causa de sus palabras falsas y visiones mentirosas, aquí estoy contra ustedes. Lo afirma el Señor omnipotente. 9  Levantaré mi mano contra los profetas; contra aquellos que tienen visiones falsas y ofrecen adivinaciones mentirosas. No participarán en la asamblea de mi pueblo, ni aparecerán sus nombres en los registros de los israelitas, ni entrarán en el país de Israel. Así sabrán ustedes que yo soy el Señor omnipotente.
10  " Así es, en efecto. Estos profetas han engañado a mi pueblo diciendo: '¡Todo anda bien!, pero las cosas no andan bien; construyen paredes endebles de hermosa fachada. 11  Pues diles a esos constructores que sus fachadas se vendrán abajo con una lluvia torrencial, abundante granizo y viento huracanado. 12  Y cuando la pared se haya caído, les preguntarán: '¿Qué pasó con la hermosa fachada?
13  " Por tanto, así dice el Señor omnipotente: En mi furia desataré un viento huracanado; en mi ira, una lluvia torrencial; en mi furia, granizo destructor. 14  Echaré por los suelos la pared con su hermosa fachada; sus endebles cimientos quedarán al descubierto. Y cuando caiga, ustedes perecerán. Así sabrán que yo soy el Señor. 15  Descargaré mi furia sobre esa pared y sobre los que hicieron su hermosa fachada. A ustedes les diré que ya no queda la pared ni los que hicieron su hermosa fachada: 16  esos profetas de Israel que profetizaban acerca de Jerusalén, y tenían visiones falsas, y anunciaban que todo andaba bien, cuando en realidad era todo lo contrario. Lo afirma el Señor omnipotente.


Condena a las profetisas

17  "Y ahora tú, hijo de hombre, enfréntate a esas mujeres de tu pueblo que profetizan según sus propios delirios. ¡Denúncialas! 18  Adviérteles que así dice el Señor omnipotente: ¡Ay de las que hacen objetos de hechicería y sortilegios para atrapar a la gente![1] ¿Acaso creen que pueden atrapar la vida de mi pueblo y salvar su propio pellejo? 19  Ustedes me han profanado delante de mi pueblo por un puñado de cebada y unas migajas de pan. Por las mentiras que dicen, y que mi pueblo cree, se mata a los que no deberían morir y se deja con vida a los que no merecen vivir.
20  " Por tanto, así dice el Señor omnipotente: Estoy contra sus hechicerías, con las que ustedes atrapan a la gente como a pájaros. Pero yo los liberaré de sus poderes mágicos, y los dejaré volar. 21  Rescataré a mi pueblo de esos sortilegios, para que dejen de ser presa en sus manos. Así sabrán que yo soy el Señor. 22  Porque ustedes han descorazonado al justo con sus mentiras, sin que yo lo haya afligido. Han alentado al malvado para que no se convierta de su mala conducta y se salve. 23  Por eso ya no volverán a tener visiones falsas ni a practicar la adivinación. Yo rescataré a mi pueblo del poder de ustedes, y así sabrán que yo soy el Señor. "

                         NOTAS:

1. 13:18 las que hacen ... la gente. Texto de difícil traducción.

Ezequiel 14


Contra la idolatría

1  Unos *jefes de Israel vinieron a visitarme, y se sentaron frente a mí. 2  Entonces el Señor me dirigió la palabra: 3  "Hijo de hombre, estas personas han hecho de su *corazón un altar de ídolos malolientes, y a su paso han colocado trampas que los hacen pecar. ¿Cómo voy a permitir que me consulten? 4  Por tanto, habla con ellos y adviérteles que así dice el Señor omnipotente: A todo israelita que haya hecho de su corazón un altar de ídolos malolientes, y que después de haber colocado a su paso trampas que lo hagan pecar consulte al profeta, yo el Señor le responderé según la multitud de sus ídolos malolientes. 5  Así cautivaré el corazón de los israelitas que por causa de todos esos ídolos malolientes se hayan alejado de mí.
6  "Por tanto, adviértele al pueblo de Israel que así dice el Señor omnipotente: ¡*Arrepiéntanse! Apártense de una vez por todas de su idolatría y de toda práctica repugnante. 7  Yo seré quien le responda a todo israelita o inmigrante que resida en Israel y que se haya alejado de mí: al que haya hecho de su corazón un altar de ídolos malolientes, o haya colocado ante sí trampas que lo hayan hecho pecar, y luego haya acudido al profeta para consultarme. 8  Me enfrentaré a él, y de él haré una señal de escarmiento, y lo extirparé de mi pueblo. Así sabrán que yo soy el Señor.
9  "Si un profeta es seducido y pronuncia un mensaje, será porque yo, el Señor, lo he seducido. Así que levantaré mi mano contra él, y lo haré pedazos en presencia de mi pueblo. 10  Tanto el profeta como quien lo haya consultado cargarán con la misma culpa, 11  para que el pueblo de Israel ya no se aparte de mí ni vuelva a mancharse con sus pecados. Entonces ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios. Lo afirma el Señor omnipotente."


Contra falsas esperanzas

12  El Señor me dirigió la palabra: 13  "Hijo de hombre, si un país peca contra mí y persiste en su infidelidad, yo levantaré mi mano contra él; le quitaré las provisiones, lo sumiré en el hambre, y arrasaré a sus habitantes y a sus animales. 14  Y aun si Noé, Daniel[1] y Job vivieran en ese país, sólo ellos se salvarían por su justicia. Lo afirmo yo, el Señor omnipotente.
15  "Y si por todo el país yo mandara bestias feroces que lo arrasaran y lo convirtieran en desierto desolado, de modo que por temor a las fieras nadie se atreviera a pasar, 16  aun si aquellos tres hombres vivieran allí, ni sus hijos ni sus hijas sobrevivirían. Sólo ellos se salvarían, pero el país quedaría desolado. ¡Yo, el Señor omnipotente, lo juro por mí mismo!
17  "Y si yo enviara guerra sobre ese país y dejara que la espada arrasara la tierra y eliminara a sus habitantes y a sus animales, 18  aun si aquellos tres hombres vivieran allí, ni sus hijos ni sus hijas sobrevivirían. Sólo ellos se salvarían. ¡Yo, el Señor omnipotente, lo juro por mí mismo!
19  "Y si yo enviara peste a ese país y derramara sobre él mi ira mortal para eliminar a sus habitantes y a sus animales, 20  aun si Noé, Daniel y Job vivieran allí, ni sus hijos ni sus hijas sobrevivirían. Sólo ellos se salvarían por su justicia. ¡Yo, el Señor omnipotente, lo juro por mí mismo!
21  "Así dice el Señor omnipotente: ¡Peor será cuando mande contra Jerusalén mis cuatro castigos fatales: la guerra, el hambre, las bestias feroces y la peste! Con ellas arrasaré a sus habitantes y a sus animales. 22  Sin embargo, quedarán algunos sobrevivientes que serán liberados y harán salir del exilio a sus hijos y a sus hijas. Cuando lleguen adonde están ustedes, y ustedes vean su conducta y sus obras, se consolarán del desastre que envié contra Jerusalén, y de todo lo que hice contra ella. 23  Ustedes se consolarán cuando vean la conducta y las obras de esa gente, y sabrán que lo que hice contra Jerusalén no fue sin razón. Lo afirma el Señor omnipotente."

                         NOTAS:

1. 14:14 Daniel. Alt. Danel.

Ezequiel 15


Jerusalén, una vid inútil

1  El Señor me dirigió la palabra: 2  "Hijo de hombre, ¿en qué supera la leña de la vid a la madera de los árboles del bosque? 3  Esa leña no sirve para hacer muebles, ¡y ni siquiera para hacer una percha! 4  ¡Escasamente sirve para alimentar el fuego! Pero ¿de qué sirve cuando sus extremos se consumen y ya se ha quemado por dentro? 5  Si cuando estaba entera no servía para nada, ¡mucho menos cuando ya ha sido consumida por el fuego!
6  "Por tanto, así dice el Señor omnipotente: Como la leña de la vid, que sólo sirve para echarla al fuego, así haré con los habitantes de Jerusalén. 7  Voy a enfrentarme a ellos; ¡se han librado de un fuego, pero serán consumidos por otro! Cuando me enfrente a ellos, ustedes sabrán que yo soy el Señor. 8  Convertiré a este país en desolación, porque ha sido infiel. Lo afirma el Señor omnipotente."

Ezequiel 16


Infidelidad de Jerusalén

1  El Señor me dirigió la palabra: 2  "Hijo de hombre, échale en cara a Jerusalén sus prácticas repugnantes. 3  Adviértele que así dice el Señor omnipotente: Jerusalén, tú eres cananea de origen y de nacimiento; tu padre era amorreo y tu madre, hitita. 4  El día en que naciste no te cortaron el cordón umbilical; no te bañaron, no te frotaron con sal, ni te envolvieron en pañales. 5  Nadie se apiadó de ti ni te mostró compasión brindándote estos cuidados. Al contrario, el día en que naciste te arrojaron al campo como un objeto despreciable.
6  " Pasé junto a ti, y te vi revolcándote en tu propia sangre y te dije: ¡Sigue viviendo; 7  crece como planta silvestre!
" Tú te desarrollaste, y creciste y te hiciste mujer. Y se formaron tus senos, y te brotó el vello, pero tú seguías completamente desnuda.
8  " Tiempo después pasé de nuevo junto a ti, y te miré. Estabas en la edad del amor. Extendí entonces mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez. Me comprometí e hice alianza contigo, y fuiste mía. Lo afirma el Señor omnipotente.
9  " Te bañé, te limpié la sangre y te perfumé. 10  Te puse un vestido bordado y te calcé con finas sandalias de cuero. Te vestí con ropa de lino y de seda. 11  Te adorné con joyas: te puse pulseras, collares, 12  aretes, un anillo en la nariz y una hermosa corona en la cabeza. 13  Quedaste adornada de oro y plata, vestida de lino fino, de seda y de telas bordadas. Te alimentabas con el mejor trigo, y con miel y aceite de oliva. Llegaste a ser muy hermosa; ¡te sobraban cualidades para ser reina! 14  Tan perfecta era tu belleza que tu fama se extendió por todas las naciones, pues yo te adorné con mi esplendor. Lo afirma el Señor omnipotente.
15  " Sin embargo, confiaste en tu belleza y, valiéndote de tu fama, te prostituiste. ¡Sin ningún pudor te entregaste a cualquiera que pasaba! 16  Con tus mismos vestidos te hiciste aposentos idolátricos de vistosos colores, y allí te prostituiste. ¡Algo nunca visto! 17  Con las joyas de oro y plata que yo te había obsequiado, hiciste imágenes masculinas, y con ellas te prostituiste ofreciéndoles culto. 18  Les pusiste tus vestidos bordados, y les ofreciste mi aceite y mi perfume. 19  Como ofrenda de olor fragante les presentaste el alimento que yo te había dado: el mejor trigo, el aceite de oliva y la miel. Lo afirma el Señor omnipotente.
20  " Tomaste también a los hijos y a las hijas que tuviste conmigo y los sacrificaste como alimento a esas imágenes. ¡No te bastaron tus prostituciones! 21  Inmolaste a mis hijos y los pasaste por fuego como ofrenda en honor de esos ídolos. 22  En todas tus repugnantes prácticas y prostituciones no te acordaste de los días de tu infancia, cuando estabas completamente desnuda y te revolcabas en tu propia sangre.
23  " ¡Ay de ti, ay de ti! afirma el Señor omnipotente. Para colmo de tus perversidades, 24  construiste prostíbulos en cada plaza. 25  ¡No hubo esquina donde no te exhibieras para prostituirte! Te abriste de piernas a cualquiera que pasaba, y fornicaste sin cesar. 26  Te acostaste con los egipcios, tus vecinos de grandes genitales, y para enfurecerme multiplicaste tus fornicaciones. 27  Yo levanté mi mano para castigarte y reduje tu territorio; te entregué a las ciudades[1] filisteas, que se avergonzaban de tu conducta depravada. 28  Una y otra vez fornicaste con los asirios, porque eras insaciable. 29  Lo mismo hiciste con los comerciantes de Babilonia, y ni así quedaste satisfecha.
30  " ¡Qué *mente tan depravada la tuya! afirma el Señor omnipotente. ¡Te comportabas como una vil prostituta! 31  Pero cuando en cada plaza armabas un prostíbulo y te exhibías en cada esquina, no te comportabas como una prostituta, ¡pues no cobrabas nada!
32  " ¡Adúltera! Prefieres a los extraños, en vez de a tu marido. 33  A todas las prostitutas se les paga; tú, en cambio, les pagas a tus amantes. Los sobornas para que vengan de todas partes a acostarse contigo. 34  En tu prostitución has sido diferente de otras mujeres: como nadie se te ofrecía, tú pagabas en vez de que te pagaran a ti. ¡En eso sí eras diferente de las demás!
35  " Por tanto, prostituta, escucha la palabra del Señor. 36  Así dice el Señor omnipotente: Has expuesto tus vergüenzas y exhibido tu desnudez al fornicar con tus amantes y con tus malolientes ídolos; a éstos les has ofrecido la sangre de tus hijos. 37  Por tanto, reuniré a todos tus amantes, a quienes brindaste placer; tanto a los que amaste como a los que odiaste. Los reuniré contra ti de todas partes, y expondré tu desnudez ante ellos, y ellos te verán completamente desnuda. 38  Te juzgaré como a una adúltera y homicida, y derramaré sobre ti mi ira y mi celo. 39  Te entregaré en sus manos, y ellos derribarán tus prostíbulos y demolerán tus puestos. Te arrancarán la ropa y te despojarán de tus joyas, dejándote completamente desnuda. 40  Convocarán a la asamblea contra ti, y te apedrearán y te descuartizarán a filo de espada. 41  Incendiarán tus casas, y en presencia de muchas mujeres ejecutarán la sentencia contra ti. Yo pondré fin a tu prostitución, y ya no volverás a pagarles a tus amantes. 42  Así calmaré mi ira contra ti y se apaciguarán mis celos; me quedaré tranquilo y sin enojo. 43  Yo te hago responsable de tu conducta por haberte olvidado de los días de tu infancia, por haberme irritado con todas estas cosas, y por haber agregado infamia a tus prácticas repugnantes. Lo afirma el Señor.
44  " Los que acostumbran citar refranes, dirán esto de ti: 'De tal palo, tal astilla. 45  Tú eres igual a tu madre, que despreció a su marido y a sus hijos; eres igual a tus hermanas, que despreciaron a sus maridos y a sus hijos. La madre de ustedes era hitita, y su padre, amorreo. 46  Tu hermana mayor es Samaria, ubicada al norte de ti con sus aldeas.[2] Tu hermana menor es Sodoma, ubicada al sur de ti con sus aldeas. 47  No sólo has seguido su conducta, sino que has actuado según sus prácticas repugnantes. En poco tiempo llegaste a ser peor que ellas. 48  Yo, el Señor, lo juro por mí mismo: ni tu hermana Sodoma ni sus aldeas hicieron jamás lo que tú y tus aldeas han hecho. 49  Tu hermana Sodoma y sus aldeas pecaron de soberbia, gula, apatía, e indiferencia hacia el pobre y el indigente. 50  Se creían superiores a otras, y en mi presencia se entregaron a prácticas repugnantes. Por eso, tal como lo has visto, las he destruido. 51  ¡Pero ni Samaria ni sus aldeas cometieron la mitad de tus pecados! Tú te entregaste a más prácticas repugnantes que ellas, haciendo que ellas parecieran justas en comparación contigo. 52  Ahora tú, carga con tu desgracia; porque son tantos tus pecados que has favorecido a tus hermanas al hacerlas parecer más justas que tú. ¡Avergüénzate y carga con tu desgracia! Has hecho que tus hermanas parezcan más justas que tú.
53  " Pero yo cambiaré su suerte, la suerte de Sodoma y de Samaria, con sus respectivas aldeas, y haré lo mismo contigo. 54  Así cargarás con tu desgracia y te avergonzarás de todo lo que hiciste, y les servirás de consuelo. 55  Tú y tus dos hermanas, con sus respectivas aldeas, volverán a ser como antes. 56  ¿Acaso no te burlabas de tu hermana Sodoma en tu época de orgullo, 57  antes de que se hiciera pública tu maldad? Ahora te has vuelto el hazmerreír de las aldeas edomitas y filisteas, ¡y por todas partes te desprecian! 58  Sobre tus hombros llevas el peso de tu infamia y de tus prácticas repugnantes. Lo afirma el Señor.
59  " Así dice el Señor omnipotente: Te daré tu merecido, porque has menospreciado el juramento y quebrantado la alianza. 60  Sin embargo, yo sí me acordaré de la alianza que hice contigo en los días de tu infancia, y estableceré contigo una alianza eterna. 61  Tú te acordarás de tu conducta pasada, y te avergonzarás cuando yo acoja[3] a tus hermanas, la mayor y la menor, para dártelas como hijas, aunque no participan de mi alianza contigo. 62  Yo estableceré mi alianza contigo, y sabrás que yo soy el Señor. 63  Cuando yo te perdone por todo lo que has hecho, tú te acordarás de tu maldad y te avergonzarás, y en tu humillación no volverás a jactarte. Lo afirma el Señor omnipotente. "

                         NOTAS:

1. 16:27 ciudades. Lit. hijas.
2. 16:46 aldeas. Lit. hijas; así en el resto de este capítulo.
3. 16:61 yo acoja (mss. de LXX y Siríaca); tú acojas (TM).

Ezequiel 17


La vid y el águila

1  El Señor me dirigió la palabra: 2  "Hijo de hombre: Plantéale al pueblo de Israel este enigma, y nárrale esta parábola. 3  Adviértele que así dice el Señor:

"Llegó al Líbano un águila enorme,
de grandes alas, tupido plumaje y vivos colores.
Se posó sobre la copa de un cedro,
4  y arrancó el retoño más alto.
Lo llevó a un país de mercaderes,
y lo plantó en una ciudad de comerciantes.
5  Tomó luego semilla de aquel país
y la plantó en terreno fértil.
La sembró como un sauce,
junto a aguas abundantes.
6  La semilla germinó
y se hizo una vid frondosa, de poca altura;
volvió sus ramas hacia el águila,
y hundió sus raíces bajo sí misma.


Así se convirtió en una vid
con retoños y exuberante follaje.
7  Pero había otra águila grande,
de gigantescas alas y abundante plumaje.


Y la vid volvió sus raíces
y orientó sus ramas hacia ella,
para recibir más agua
de la que ya tenía.
8  ¡Había estado plantada en tierra fértil
junto a aguas abundantes,
para echar retoños y dar frutos,
y convertirse en una hermosa vid!

9  "Adviértele que así dice el Señor:

"¿Prosperará esa vid?
¿El águila no la arrancará de raíz?
¿No le quitará su fruto,
y así la vid se marchitará?
Sí, los tiernos retoños se secarán.


No hará falta un brazo fuerte ni mucha gente
para arrancarla de cuajo.
10  ¿Prosperará aunque sea trasplantada?
¿Acaso el viento del este
no la marchitará cuando la azote?
¡claro que sí se marchitará
en el lugar donde había nacido!"

11  El Señor me dirigió la palabra: 12  "Pregúntale a este pueblo rebelde si tiene idea de lo que significa todo esto. Recuérdale que el rey de Babilonia vino a Jerusalén y se llevó a su país al rey de Judá y a sus funcionarios. 13  Luego tomó a uno de la familia real y lo obligó a firmar con él un tratado bajo juramento, y se llevó a la flor y nata del país. 14  Esto lo hizo para humillar a Judá. Así le impidió sublevarse y lo obligó a cumplir el tratado para poder subsistir. 15  Sin embargo, este príncipe se rebeló contra el rey de Babilonia, y envió mensajeros a Egipto para conseguir caballos y un numeroso ejército. ¿Y tendrá éxito y podrá escapar el que se atreva a hacer esto? ¿Acaso podrá violar el tratado y salir con vida? 16  ¡No, sino que morirá en Babilonia, el país del rey que lo nombró y con quien hizo un juramento que no cumplió, y firmó un tratado que violó! Yo, el Señor omnipotente, lo juro por mí mismo. 17  Ni el faraón con su gran ejército y numerosas tropas podrá auxiliarlo en la guerra, cuando se levanten rampas y se construyan torres de asalto para matar a mucha gente. 18  El príncipe de Judá quebrantó el juramento y violó el tratado. Así que por haber hecho todo esto a pesar de su compromiso, ¡no escapará!
19  "Por tanto, así dice el Señor omnipotente: Juro por mí mismo que lo castigaré por haber faltado al juramento y violado el tratado. 20  Le tenderé mis redes, y caerá en mi trampa. Lo llevaré a Babilonia, y allí lo someteré a juicio por haberme sido infiel. 21  Lo mejor[1] de sus tropas caerá a filo de espada, y los que aún queden con vida serán esparcidos a los cuatro vientos. Así sabrán que yo, el Señor, lo he dicho.
22  " Así dice el Señor omnipotente:

" De la copa de un cedro tomaré un retoño,
de las ramas más altas arrancaré un brote,
y lo plantaré sobre un cerro muy elevado.
23  Lo plantaré sobre el cerro
más alto de Israel,
para que eche ramas y produzca fruto
y se convierta en un magnífico cedro.
Toda clase de aves anidará en él,
y vivirá a la sombra de sus ramas.
24  Y todos los árboles del campo
sabrán que yo soy el Señor.
Al árbol grande lo corto,
y al pequeño lo hago crecer.
Al árbol verde lo seco,
y al seco, lo hago florecer.
Yo, el Señor, lo he dicho,
y lo cumpliré. "


                         NOTAS:

1. 17:21 Lo mejor (mss. hebreos, mss. de LXX, Siríaca y Targum); Los fugitivos (TM).

Ezequiel 18


La responsabilidad personal

1  El Señor me dirigió la palabra: 2  "¿A qué viene tanta repetición de este *proverbio tan conocido en Israel: Los padres comieron uvas agrias, y a los hijos se les destemplaron los dientes? 3  Yo, el Señor omnipotente, juro por mí mismo que jamás se volverá a repetir este proverbio en Israel. 4  La persona que peque morirá. Sepan que todas las vidas me pertenecen, tanto la del padre como la del hijo.
5  "Quien es justo practica el derecho y la justicia; 6  no participa de los banquetes idolátricos en los cerros, ni eleva plegarias a los ídolos malolientes de Israel. No deshonra a la mujer de su prójimo, ni se une a la mujer en los días de su menstruación. 7  No oprime a nadie, ni roba, sino que devuelve la prenda al deudor, da de comer al hambriento y viste al desnudo. 8  No presta dinero con usura ni exige intereses. Se abstiene de hacer el mal y juzga imparcialmente entre los rivales. 9  Obedece mis decretos y cumple fielmente mis *leyes. Tal persona es justa, y ciertamente vivirá. Lo afirma el Señor omnipotente.
10  "Pero bien puede suceder que esa persona tenga un hijo violento y homicida, que no siga su ejemplo 11  y participe de los banquetes idolátricos en los cerros; que deshonre a la mujer de su prójimo, 12  oprima al pobre y al indigente, robe y no devuelva la prenda al deudor, y eleve plegarias a los ídolos e incurra en actos repugnantes; 13  que, además, preste dinero con usura y exija intereses. ¿Tal hijo merece vivir? ¡Claro que no! Por haber incurrido en estos actos asquerosos, será condenado a muerte, y de su muerte sólo él será responsable.
14  "Ahora bien, ese hijo podría a su vez tener un hijo que observa todos los pecados de su padre, pero no los imita, 15  pues no participa de los banquetes idolátricos en los cerros, ni eleva plegarias a los ídolos malolientes de Israel, ni deshonra a la mujer de su prójimo; 16  no oprime a nadie, no roba, devuelve la prenda al deudor, da de comer al hambriento y viste al desnudo; 17  se abstiene de hacer el mal, no presta dinero con usura ni exige intereses; cumple mis leyes y obedece mis decretos. Un hijo así no merece morir por la maldad de su padre; ¡merece vivir! 18  En cuanto a su padre, que fue un opresor, que robó a su prójimo y que hizo lo malo en medio de su pueblo, ¡morirá por su propio pecado!
19  "Pero ustedes preguntan: ¿Por qué no carga el hijo con las culpas de su padre? ¡Porque el hijo era justo y recto, pues obedeció mis decretos y los puso en práctica! ¡Tal hijo merece vivir! 20  Todo el que peque, merece la muerte, pero ningún hijo cargará con la culpa de su padre, ni ningún padre con la del hijo: al justo se le pagará con justicia y al malvado se le pagará con maldad.
21  "Si el malvado se *arrepiente de todos los pecados que ha cometido, y obedece todos mis decretos y practica el derecho y la justicia, no morirá; 22  vivirá por practicar la justicia, y Dios se olvidará de todos los pecados que ese malvado haya cometido. 23  ¿Acaso creen que me complace la muerte del malvado? ¿No quiero más bien que abandone su mala conducta y que viva? Yo, el Señor, lo afirmo.
24  "Si el justo se aparta de la justicia y hace lo malo y practica los mismos actos repugnantes del malvado, ¿merece vivir? No, sino que morirá por causa de su infidelidad y de sus pecados, y no se recordará ninguna de sus obras justas.
25  "Ustedes dicen: El Señor es injusto. Pero escucha, pueblo de Israel: ¿En qué soy injusto? ¿No son más bien ustedes los injustos? 26  Cuando el justo se aparta de la justicia, cae en la maldad y muere, ¡pero muere por su maldad! 27  Por otra parte, si el malvado se aleja de su maldad y practica el derecho y la justicia, salvará su vida. 28  Si recapacita y se aparta de todas sus maldades, no morirá sino que vivirá.
29  "Sin embargo, el pueblo de Israel anda diciendo: El Señor es injusto. Pueblo de Israel, ¿en qué soy injusto? ¿No son más bien ustedes los injustos? 30  Por tanto, a cada uno de ustedes, los israelitas, los juzgaré según su conducta. Lo afirma el Señor omnipotente. Arrepiéntanse y apártense de todas sus maldades, para que el pecado no les acarree la ruina. 31  Arrojen de una vez por todas las maldades que cometieron contra mí, y háganse de un *corazón y de un espíritu nuevos. ¿Por qué habrás de morir, pueblo de Israel? 32  Yo no quiero la muerte de nadie. ¡Conviértanse, y vivirán! Lo afirma el Señor omnipotente.

Ezequiel 19


Lamento por los príncipes de Israel

1  "Dedícale este lamento a la nobleza de Israel:

2  "En medio de los leones,
tu madre era toda una leona.
Recostada entre leoncillos,
amamantaba a sus cachorros.
3  A uno de ellos lo crió,
y éste llegó a ser un león bravo
que aprendió a desgarrar su presa
y a devorar a la gente.
4  Las naciones supieron de sus excesos,
y lo atraparon en una fosa;
¡se lo llevaron encadenado a Egipto!
5  Cuando la leona madre perdió toda esperanza
de que volviera su cachorro,
tomó a otra de sus crías
y la convirtió en una fiera.
6  Cuando este león se hizo fuerte,
se paseaba muy orondo entre los leones.


Aprendió a desgarrar su presa
y a devorar a la gente.
7  Demolía palacios,[1]
asolaba ciudades,
y amedrentaba con sus rugidos
a todo el país y a sus habitantes.
8  Las naciones y provincias vecinas
se dispusieron a atacarlo.
Le tendieron trampas,
y quedó atrapado en la fosa.
9  Encadenado y enjaulado
lo llevaron ante el rey de Babilonia.


Enjaulado lo llevaron
para que no se oyeran sus rugidos
en los cerros de Israel.

10  " En medio del viñedo[2]
tu madre era una vid
plantada junto al agua:
¡fructífera y frondosa,
gracias al agua abundante!
11  Sus ramas crecieron vigorosas,
¡aptas para ser cetros de reyes!


Tanto creció que se destacaba
por encima del follaje.


Se le reconocía por su altura
y por sus ramas frondosas.
12  Pero fue desarraigada con furia
y arrojada por el suelo.
El viento del este la dejó marchita,
y la gente le arrancó sus frutos.
Secas quedaron sus vigorosas ramas,
y fueron consumidas por el fuego.
13  Ahora se halla en el desierto,
plantada en tierra árida y reseca.
14  De una de sus ramas brotó un fuego,
y ese fuego devoró sus frutos.
¡Nada queda de esas vigorosas ramas,
aptas para ser cetros de reyes!

Éste es un lamento, y debe entonarse como tal."

                         NOTAS:

1. 19:7 Demolía palacios (lectura probable; véanse LXX y Targum); Conocía viudas (TM).
2. 19:10 del viñedo (dos mss. hebreos); de tu sangre (TM).

Ezequiel 20


Historia de una rebelión

1  El día diez del mes quinto del año séptimo, unos *jefes de Israel vinieron a consultar al Señor, y se sentaron frente a mí. 2  Allí el Señor me dirigió la palabra: 3  "Hijo de hombre, habla con los jefes de Israel y adviérteles que yo, el Señor omnipotente, digo: ¿Así que ustedes vienen a consultarme? ¡Pues juro por mí mismo que no dejaré que me consulten! Lo afirmo yo, el Señor omnipotente.
4  "¡Júzgalos tú, hijo de hombre; júzgalos tú! Hazles ver las repugnantes prácticas de sus antepasados. 5  Adviérteles que así dice el Señor omnipotente: El día en que elegí a Israel, con la mano en alto le hice un juramento a la descendencia de Jacob. El día en que me di a conocer a ellos en Egipto, volví a hacerles este juramento: 'Yo soy el Señor su Dios. 6  En aquel día, con la mano en alto les juré que los sacaría de Egipto y los llevaría a una tierra que yo mismo había explorado. Es una tierra donde abundan la leche y la miel, ¡la más hermosa de todas! 7  A cada uno de ellos le ordené que arrojara sus ídolos detestables, con los que estaba obsesionado, y que no se *contaminara con los malolientes ídolos de Egipto; porque yo soy el Señor su Dios.
8  " Sin embargo, ellos se rebelaron contra mí, y me desobedecieron. No arrojaron los ídolos con que estaban obsesionados, ni abandonaron los ídolos de Egipto. Por eso, cuando estaban en Egipto, pensé agotar mi furor y descargar mi ira sobre ellos. 9  Pero decidí actuar en honor a mi *nombre, para que no fuera profanado ante las naciones entre las cuales vivían los israelitas. Porque al sacar a los israelitas de Egipto yo me di a conocer a ellos en presencia de las naciones.
10  " Yo los saqué de Egipto y los llevé al desierto. 11  Les di mis decretos, y les hice conocer mis *leyes, que son vida para quienes los obedecen. 12  También les di mis *sábados como una señal entre ellos y yo, para que reconocieran que yo, el Señor, he consagrado los sábados para mí. 13  Pero el pueblo de Israel se rebeló contra mí en el desierto; desobedeció mis decretos y rechazó mis leyes, que son vida para quienes los obedecen. ¡Hasta el colmo profanaron mis sábados! Por eso, cuando estaban en el desierto, pensé descargar mi ira sobre ellos y exterminarlos. 14  Pero decidí actuar en honor a mi nombre, para que no fuera profanado ante las naciones, las cuales me vieron sacarlos de Egipto.
15  " También con la mano en alto, en el desierto les juré que no los llevaría a la tierra que les había dado, ¡la tierra más hermosa de todas, donde abundan la leche y la miel! 16  Rechazaron mis leyes, desobedecieron mis decretos y profanaron mis sábados, ¡y todo esto lo hicieron por haber andado tras esos ídolos malolientes! 17  Sin embargo, les tuve compasión, y en el desierto no los destruí ni los exterminé.
18  " Allí en el desierto les dije a sus descendientes: 'No sigan los preceptos de sus padres; no obedezcan sus leyes ni se contaminen con sus ídolos malolientes. 19  Yo soy el Señor su Dios. Sigan mis decretos, obedezcan mis leyes 20  y observen mis sábados como días consagrados a mí, como señal entre ustedes y yo, para que reconozcan que yo soy el Señor su Dios.
21  " Sin embargo, los israelitas se rebelaron contra mí. No siguieron mis decretos y no obedecieron mis leyes, que son vida para quienes los obedecen. Además, profanaron mis sábados. Por eso, cuando estaban en el desierto, pensé agotar mi furor y descargar mi ira sobre ellos. 22  Pero me contuve en honor a mi nombre, para que no fuera profanado ante las naciones, las cuales me vieron sacarlos de Egipto. 23  También con la mano en alto les juré en el desierto que los dispersaría entre las naciones. Los esparciría entre los países 24  porque, obsesionados como estaban con los ídolos malolientes de sus antepasados, desobedecieron mis leyes, rechazaron mis decretos y profanaron mis sábados. 25  ¡Hasta les di decretos que no eran buenos y leyes que no daban vida! 26  Los contaminé con sus propias ofrendas, dejándolos ofrecer en sacrificio a sus primogénitos, para horrorizarlos y hacerles reconocer que yo soy el Señor.
27  "Por tanto, hijo de hombre, habla con el pueblo de Israel y adviértele que yo, el Señor omnipotente, digo: En esto también me ofendieron tus antepasados y me trataron con absoluta infidelidad: 28  Cuando los hice entrar en la tierra que con la mano en alto había jurado darles, cualquier cerro o árbol frondoso que veían les venía bien para hacer sacrificios y presentarme esas ofrendas que tanto me ofenden. Allí quemaban incienso y derramaban sus libaciones. 29  Y les pregunté: '¿Qué significa ese *santuario pagano que tanto frecuentan? Y hasta el día de hoy ese lugar de culto idolátrico se conoce como 'santuario pagano.


Juicio y restauración

30  "Por tanto, adviértele al pueblo de Israel que así dice el Señor omnipotente: ¿Se *contaminarán ustedes a la manera de sus antepasados, y se prostituirán con sus ídolos detestables? 31  Hasta el día de hoy, ustedes se contaminan al hacer sus ofrendas y al sacrificar a sus hijos, pasándolos por fuego en honor a los ídolos malolientes. ¿Y ahora ustedes, israelitas, vienen a consultarme? Juro por mí mismo que no dejaré que me consulten. Yo, el Señor omnipotente, lo afirmo. 32  Jamás sucederá lo que ustedes tienen en mente: 'Queremos ser como las otras naciones, como los pueblos del mundo, que adoran al palo y a la piedra. 33  Yo, el Señor omnipotente, juro por mí mismo que reinaré sobre ustedes con gran despliegue de fuerza y de poder,[1] y con furia incontenible. 34  Los sacaré de las naciones y de los pueblos por donde estaban esparcidos, y los reuniré con gran despliegue de fuerza y de poder, y con furia incontenible. 35  Los llevaré al desierto que está entre las naciones, y allí los juzgaré cara a cara. 36  Así como juzgué a sus antepasados en el desierto de Egipto, también los juzgaré a ustedes. Yo, el Señor omnipotente, lo afirmo. 37  Así como el *pastor selecciona sus ovejas, también yo los haré pasar a ustedes bajo mi vara y los seleccionaré para que formen parte de la alianza. 38  Apartaré a los rebeldes, a los que se rebelan contra mí, y los sacaré del país donde ahora viven como extranjeros, pero no entrarán en la tierra de Israel. Entonces ustedes reconocerán que yo soy el Señor.
39  " En cuanto a ustedes, pueblo de Israel, así dice el Señor omnipotente: Si no quieren obedecerme, ¡vayan y adoren a sus ídolos malolientes! Pero no sigan profanando mi *santo *nombre con sus ofrendas y sus ídolos apestosos. 40  Porque en mi monte santo, el monte elevado de Israel, me adorará todo el pueblo de Israel; todos los que habitan en el país. Yo, el Señor, lo afirmo. Allí los recibiré, y exigiré sus ofrendas y sus *primicias, junto con todo lo que quieran dedicarme. 41  Cuando yo los saque a ustedes y los reúna de todas las naciones y pueblos donde estarán esparcidos, en presencia de las naciones los recibiré como incienso agradable y les manifestaré mi santidad. 42  Y cuando yo los lleve a la tierra de Israel, al país que con la mano en alto había jurado a sus antepasados que les daría, entonces reconocerán que yo soy el Señor. 43  Allí se acordarán de su conducta y de todas sus acciones con las que se contaminaron, y sentirán asco de sí mismos por todas las maldades que cometieron. 44  Pueblo de Israel, cuando yo actúe en favor de ustedes, en honor a mi nombre y no según su mala conducta y sus obras corruptas, entonces ustedes reconocerán que yo soy el Señor. Yo, el Señor omnipotente, lo afirmo. "


Profecía contra el sur

45  El Señor me dirigió la palabra: 46  "Hijo de hombre, mira hacia el sur y en esa dirección profetiza contra el bosque del Néguev. 47  Dile: Escucha, bosque del Néguev, la palabra del Señor. Así dice el Señor omnipotente: 'En medio de ti voy a prender un fuego que devorará todos los árboles, tanto los secos como los verdes. Este incendio no se podrá apagar, y quemará toda la superficie, de norte a sur. 48  Todos los *mortales verán que yo, el Señor, lo he encendido, y no podrá apagarse.  "
49  Entonces yo exclamé: "¡Ay, Señor omnipotente, todo el mundo anda diciendo que soy un charlatán!"

                         NOTAS:

1. 20:33 gran despliegue ... poder. Lit. mano fuerte y brazo extendido; también en v. 34.

Ezequiel 21


La espada justiciera

1  El Señor me dirigió la palabra: 2  "Hijo de hombre, vuélvele la espalda a Jerusalén; clama contra sus santuarios, profetiza contra la tierra de Israel, 3  anúnciale que así dice el Señor: Me declaro contra ti. Desenvainaré mi espada y mataré a justos y a malvados por igual. 4  Puesto que he de extirpar de ti tanto al justo como al malvado, mi espada saldrá contra todo el mundo, desde el norte hasta el sur. 5  Así todos sabrán que yo, el Señor, he desenvainado la espada y no volveré a envainarla.
6  "Y tú, hijo de hombre, con el *corazón quebrantado y en presencia de todo el mundo, llora con amargura. 7  Y cuando te pregunten por qué lloras así, diles que es por la noticia de lo que va a suceder. Esta noticia hará que todos los corazones desfallezcan, que se dejen caer todos los brazos, y que tiemblen todas las rodillas. ¡Ya está por llegar! ¡Ya es una realidad! Yo, el Señor, lo afirmo."

8  El Señor me dirigió la palabra: 9  "Hijo de hombre, profetiza y proclama que así dice el Señor:

"¡La espada, la espada,
afilada y bruñida!,
10  bruñida para fulgurar
y afilada para masacrar.[1]
11  La bruñeron y la afilaron
para ponerla en manos del asesino.

12  " ¡Grita y gime, hijo de hombre,
que la espada se perfila contra mi pueblo
y contra todos los jefes de Israel.
Han sido arrojados contra ella,
lo mismo que mi pueblo.
Por eso, ¡date golpes de pecho!

13  " El Señor omnipotente afirma:[2]

14  " Hijo de hombre, profetiza y bate palmas;
que hiera la espada, y vuelva a herir.


Es la espada de la muerte
que a todos mantiene amenazados,
15  para que el corazón desfallezca
y aumente el número de víctimas.


Ya he colocado en las puertas
la espada asesina.


Es la espada bruñida para centellear
[3] y afilada para matar.
16  Muévete a diestra y a siniestra,
y hiere por todas partes.
¡Exhibe tu filo, espada asesina!
17  También yo batiré palmas
y aplacaré mi furor.
Yo, el Señor, lo he dicho. "

18  El Señor me dirigió la palabra: 19  "Tú, hijo de hombre, traza dos caminos para que llegue por ellos la espada del rey de Babilonia. Estos dos caminos partirán del mismo país, y a la entrada de cada uno de ellos colocarás una señal que indique a qué ciudad conduce. 20  Traza un camino para que la espada llegue contra Rabá de los amonitas y contra Jerusalén, la ciudad fortificada de Judá. 21  El rey de Babilonia se ha colocado en la bifurcación del camino y consulta los augurios: sacude las saetas, consulta los ídolos domésticos y examina el hígado de un animal. 22  Con su mano *derecha ha marcado el destino de Jerusalén: prepara arietes para derribar las *puertas, levanta terraplenes y edifica torres de asedio; alza la voz en grito de batalla y da la orden para la matanza. 23  Por las alianzas ya hechas, los habitantes de Jerusalén creerán que se trata de una falsa profecía; pero aquel rey les recordará la iniquidad por la que serán capturados.
24  "Por eso dice el Señor omnipotente:

"Se les ha recordado su iniquidad,
y han quedado al descubierto sus rebeliones;
expuestas están sus acciones pecaminosas,
¡y por tanto serán capturados!

25  "Y en cuanto a ti, príncipe de Israel, infame y malvado, tu día ha llegado; ¡la hora de tu castigo es inminente! 26  Así dice el Señor omnipotente: Quítate el turbante, renuncia a la corona, que todo cambiará. Lo humilde será exaltado y lo excelso será humillado. 27  ¡Ruinas, ruinas, todo lo convertiré en ruinas! Esto no sucederá hasta que venga aquel a quien le asiste el derecho, y a quien le pediré que establezca la justicia.
28  "Y tú, hijo de hombre, profetiza y declara que esto afirma el Señor omnipotente acerca de los amonitas y de sus insultos: La espada, la espada está desenvainada para la masacre; pulida está para devorar y centellear como relámpago. 29  La espada degollará a esos infames malvados, pues sus visiones son falsas y sus adivinanzas, mentiras. Pero su día ha llegado; ¡la hora de su castigo es inminente!
30  " ¡Espada, vuelve a tu vaina! Allí, en tu tierra de origen, donde fuiste forjada, ¡allí te juzgaré! 31  Sobre ti derramaré mi ira, sobre ti soplaré el fuego de mi furor; te entregaré en manos de gente sanguinaria y destructora. 32  Serás pasto para el fuego; salpicaré con tu sangre todo el país, y borraré tu memoria de la faz de la tierra. Yo, el Señor, lo he dicho. "

                         NOTAS:

1. 21:10 bruñida para ... masacrar (véanse LXX, Vetus Latina, y Siríaca); TM incluye una frase de difícil traducción.
2. 21:13 El Señor omnipotente afirma (lectura probable); TM incluye frases de difícil traducción.
3. 21:15 asesina. Palabra de difícil traducción.

Ezequiel 22


Los pecados de Jerusalén

1  El Señor me dirigió la palabra: 2  "Tú, hijo de hombre, juzga a la ciudad sanguinaria; denúnciala por todas sus prácticas detestables. 3  Adviértele que así dice el Señor omnipotente: ¡Ay de ti, ciudad que derramas sangre en tus calles, y te *contaminas fabricando ídolos malolientes! ¡Cómo provocas tu ruina! 4  Te has hecho culpable por la sangre que has derramado, te has contaminado con los ídolos malolientes que has fabricado; has hecho que se avecine tu hora, ¡has llegado al final de tus años! Por eso te haré objeto de oprobio y de burla entre las naciones y los pueblos. 5  Ciudad caótica y de mala fama, ¡gente de cerca y de lejos se burlará de ti! 6  Mira, ahí tienes a los gobernadores de Israel, que en tus calles abusan del poder sólo para derramar sangre. 7  Tus habitantes tratan con desprecio a su padre y a su madre, oprimen al extranjero, explotan al huérfano y a la viuda. 8  Menosprecian mis objetos sagrados, profanan mis *sábados. 9  En ti habita gente que con sus calumnias incita a derramar sangre; gente que come en los santuarios de los montes y que hace cosas detestables. 10  Hay quienes deshonran la cama de su padre y obligan a la mujer a tener relaciones en su período de menstruación. 11  Algunos cometen adulterio con la mujer de su prójimo, otros tienen relaciones vergonzosas con sus nueras, y hasta hay quienes violan a su hermana, ¡a la hija de su propio padre! 12  También hay entre los tuyos quienes aceptan soborno para derramar sangre. Tú practicas la usura y cobras altísimos intereses; extorsionas a tu prójimo y te olvidas de mí. Lo afirma el Señor.
13  " Pero yo voy a batir palmas en contra de las ganancias injustas que has acumulado, y en contra de la sangre que se ha derramado en tus calles. 14  Y cuando yo te haga frente, ¿podrá resistir tu *corazón, y tendrán fuerza tus manos? Yo, el Señor, lo he dicho, y lo cumpliré. 15  Te dispersaré entre las naciones, te esparciré entre los pueblos, y pondré fin a tu inmundicia. 16  Serás una deshonra frente a las naciones, pero sabrás que yo soy el Señor. "

17  El Señor me dirigió la palabra: 18  "Hijo de hombre, todo el pueblo de Israel se ha vuelto para mí como la escoria del cobre y del estaño, del hierro y del plomo, que se queda en el horno. ¡Son como la escoria de la plata! 19  Por eso, así dice el Señor omnipotente: Como todos ustedes se han convertido en escoria, los voy a reunir en medio de Jerusalén. 20  Así como la plata, el cobre, el hierro, el plomo y el estaño se juntan y se echan en el horno, y se atiza el fuego para fundirlos, así también yo, en mi ira, los juntaré a ustedes y los fundiré. 21  Los amontonaré y atizaré contra ustedes el fuego de mi ira, y los fundiré en medio de la ciudad. 22  Así como se funde la plata en medio del horno, así serán fundidos ustedes en medio de la ciudad, y sabrán que yo, el Señor, he derramado mi ira contra ustedes. "

23  El Señor me dirigió la palabra: 24  "Hijo de hombre, dile a Israel: Tú eres una tierra que no ha sido *purificada ni mojada por la lluvia en el día de la ira. 25  Como leones rugientes que despedazan a la presa, hay una conspiración de profetas que devoran a la gente, que se apoderan de las riquezas y de los objetos de valor, y que aumentan el número de viudas. 26  Sus sacerdotes violan mi *ley y profanan mis objetos sagrados. Ellos no hacen distinción entre lo sagrado y lo profano, ni enseñan a otros la diferencia entre lo puro y lo impuro. Tampoco le prestan atención a mis sábados, y he sido profanado entre ellos. 27  Los jefes de la ciudad son como lobos que desgarran a su presa; siempre están listos a derramar sangre y a destruir vidas, con tal de lograr ganancias injustas. 28  Los profetas todo lo blanquean[1] mediante visiones falsas y predicciones mentirosas. Alegan que lo ha dicho el Señor omnipotente, cuando en realidad el Señor no les ha dicho nada. 29  Los terratenientes roban y extorsionan a la gente, explotan al indigente y al pobre, y maltratan injustamente al extranjero. 30  Yo he buscado entre ellos a alguien que se interponga entre mi pueblo y yo, y saque la cara por él[2] para que yo no lo destruya. ¡Y no lo he hallado! 31  Por eso derramaré mi ira sobre ellos; los consumiré con el fuego de mi ira, y haré recaer sobre ellos todo el mal que han hecho. Lo afirma el Señor omnipotente."

                         NOTAS:

1. 22:28 Los profetas todo lo blanquean. Lit. Sus profetas los recubren con cal.
2. 22:30 se interponga ... por él. Lit. construya un muro y se ponga en la brecha delante de mí por la tierra.

Ezequiel 23


Las dos hermanas adúlteras

1  El Señor me dirigió la palabra: 2  "Hijo de hombre, te cuento que había dos mujeres, hijas de una misma madre. 3  Desde jóvenes se dejaron manosear los senos; en Egipto se prostituyeron y dejaron que les acariciaran sus pechos virginales. 4  La mayor se llamaba Aholá, y la menor, Aholibá. Me uní a ellas, y me dieron hijos e hijas. (Aholá representa a Samaria, y su hermana Aholibá, a Jerusalén.) 5  Mientras Aholá me pertenecía, me fue infiel y se enamoró perdidamente de sus amantes los asirios, 6  todos ellos guerreros vestidos de púrpura, gobernadores y oficiales, jóvenes apuestos y hábiles jinetes. 7  Como una prostituta, se entregó a lo mejor de los asirios; se *contaminó con todos los ídolos malolientes que pertenecían a sus amantes. 8  Jamás abandonó la prostitución que había comenzado a practicar en Egipto. Desde su juventud, fueron muchos los que se acostaron con ella; fueron muchos los que acariciaron sus pechos virginales y se apasionaron con ella. 9  Por eso la entregué en manos de sus amantes, los asirios, con quienes ella se apasionó. 10  Y ellos la desnudaron, le quitaron sus hijos y sus hijas, y a ella la mataron a filo de espada. Fue tal el castigo que ella recibió, que su caso se volvió una advertencia para las mujeres.
11  "Aunque su hermana Aholibá vio esto, dio rienda suelta a sus pasiones y se prostituyó aún más que su hermana. 12  Ella también se enamoró perdidamente de los asirios, todos ellos gobernadores y oficiales, guerreros vestidos con mucho lujo, hábiles jinetes, y jóvenes muy apuestos. 13  Yo pude darme cuenta de que ella se había contaminado y seguido el ejemplo de su hermana. 14  Pero Aholibá llevó más allá sus prostituciones. Vio en la pared figuras de *caldeos pintadas de rojo, 15  con cinturones y amplios turbantes en la cabeza. Todos ellos tenían aspecto de oficiales, y se parecían a los *babilonios originarios de Caldea. 16  Al verlos, se enamoró de ellos perdidamente y envió mensajeros a Caldea. 17  Los babilonios vinieron y se acostaron con ella en el lecho de sus pasiones. A tal punto la contaminaron con sus prostituciones que se hastió de ellos. 18  Pero exhibiendo su desnudez, practicó con descaro la prostitución. Entonces me hastié de ella, como antes me había hastiado de su hermana. 19  Pero ella multiplicó sus prostituciones, recordando los días de su juventud cuando en Egipto había sido una prostituta. 20  Allí se había enamorado perdidamente de sus amantes, cuyos genitales eran como los de un asno y su semen como el de un caballo. 21  Así echó de menos la lujuria de su juventud, cuando los egipcios le manoseaban los senos y le acariciaban sus pechos virginales.
22  "Por eso, Aholibá, así dice el Señor omnipotente: Voy a incitar contra ti a tus amantes, de los que ahora estás hastiada. De todas partes traeré contra ti 23  a los babilonios y a todos los caldeos, a los de Pecod, Soa y Coa, y con ellos a los asirios, todos ellos jóvenes apuestos, gobernantes y oficiales, guerreros y hombres distinguidos, montados a caballo. 24  Vendrán contra ti con muchos carros y carretas, y con una multitud de ejércitos, cascos y escudos. Les encargaré que te juzguen, y te juzgarán según sus costumbres. 25  Descargaré sobre ti el furor de mi ira, y ellos te maltratarán con saña. Te cortarán la nariz y las orejas, y a tus sobrevivientes los matarán a filo de espada. Te arrebatarán a tus hijos y a tus hijas, y los que aún queden con vida serán consumidos por el fuego. 26  Te arrancarán tus vestidos y te quitarán tus joyas. 27  Así pondré fin a tu lujuria y a tu prostitución, que comenzaste en Egipto. Ya no desearás esas cosas ni te acordarás más de Egipto.
28  " Así dice el Señor omnipotente: Voy a entregarte en manos de los que odias, en manos de quienes te hartaron. 29  Ellos te tratarán con odio y te despojarán de todas tus posesiones. Te dejarán completamente desnuda, y tus prostituciones quedarán al descubierto. Tu lujuria y tu promiscuidad 30  son la causa de todo esto, porque te prostituiste con las naciones y te contaminaste con sus ídolos malolientes. 31  Por cuanto has seguido los pasos de tu hermana, en castigo beberás la misma copa.
32  " Así dice el Señor omnipotente:

" Beberás la copa de tu hermana,
una copa grande y profunda.
Llena está de burla y escarnio,
33  llena de embriaguez y dolor.
Es la copa de ruina y desolación;
¡es la copa de tu hermana Samaria!
34  La beberás hasta las heces,
la romperás en mil pedazos,
y te desgarrarás los pechos
porque yo lo he dicho.
Lo afirma el Señor omnipotente.

35  " Por eso, así dice el Señor omnipotente: Por cuanto me has olvidado y me has dado la espalda, sufrirás las consecuencias de tu lujuria y de tus prostituciones. "
36  El Señor me dijo: "Hijo de hombre, ¿acaso no juzgarás a Aholá y a Aholibá? ¡Échales en cara sus actos detestables! 37  Ellas han cometido adulterio, y tienen las manos manchadas de sangre. Han cometido adulterio con sus ídolos malolientes, han sacrificado a los hijos que me dieron, y los han ofrecido como alimento a esos ídolos. 38  Además, me han ofendido contaminando mi santuario y, a la vez, profanando mis *sábados. 39  El mismo día que sacrificaron a sus hijos para adorar a sus ídolos malolientes, entraron a mi santuario y lo profanaron. ¡Y lo hicieron en mi propia casa!
40  "Y por si fuera poco, mandaron traer gente de muy lejos. Cuando esa gente llegó, ellas se bañaron, se pintaron los ojos y se adornaron con joyas; 41  luego se sentaron en un diván lujoso, frente a una mesa donde previamente habían colocado el incienso y el aceite que me pertenecen. 42  Podía escucharse el bullicio de una multitud: eran los sabeos, que venían del desierto. Adornaron a las mujeres poniéndoles brazaletes en los brazos y hermosas coronas sobre la cabeza. 43  Pensé entonces en esa mujer desgastada por sus adulterios: Ahora van a seguir aprovechándose de esa mujer prostituida. 44  Y se acostaron con ella como quien se acuesta con una prostituta. Fue así como se acostaron con esas mujeres lascivas llamadas Aholá y Aholibá. 45  Pero los hombres justos les darán el castigo que merecen las mujeres asesinas y adúlteras, ¡porque son unas adúlteras, y tienen las manos manchadas de sangre!
46  "En efecto, así dice el Señor: ¡Que se convoque a una multitud contra ellas, y que sean entregadas al terror y al saqueo! 47  ¡Que la multitud las apedree y las despedace con la espada! ¡Que maten a sus hijos y a sus hijas, y les prendan fuego a sus casas! 48  Yo pondré fin en el país a esta conducta llena de lascivia. Todas las mujeres quedarán advertidas y no seguirán su ejemplo. 49  Sobre estas dos hermanas recaerá su propia lascivia, y pagarán las consecuencias de sus pecados de idolatría. Entonces sabrán que yo soy el Señor omnipotente."

Ezequiel 24


La olla hirviente

1  El día diez del mes décimo del año noveno, el Señor me dirigió la palabra: 2  "Hijo de hombre, anota la fecha de hoy, de este mismo día, porque el rey de Babilonia se ha puesto en marcha contra Jerusalén. 3  Cuéntale una parábola a este pueblo rebelde, y adviértele que así dice el Señor omnipotente:

"Coloca la olla sobre el fuego
y échale agua.
4  Agrégale pedazos de carne,
los mejores trozos de pata y de lomo,
y lo mejor de los huesos.
5  Toma luego la oveja más gorda
y amontona leña debajo de ella,
para que hierva bien el agua
y se cuezan bien los huesos.

6  " Porque el Señor omnipotente dice:

" ¡Ay de la ciudad sanguinaria!
¡Ay de esa olla herrumbrada,
cuya herrumbre no se puede quitar!
Saca uno a uno los trozos de carne,
tal como vayan saliendo.[1]
7  La ciudad está empapada en su sangre,
pues ella la derramó sobre la roca desnuda;
no la derramó por el suelo,
para impedir que el polvo la cubriera.
8  Sobre la roca desnuda he vertido su sangre,
para que no quede cubierta.
Así haré que se encienda mi ira,
y daré lugar a mi venganza.

9  " Porque así dice el Señor omnipotente:

" ¡Ay de la ciudad sanguinaria!
Yo también amontonaré la leña.
10  ¡Vamos, apilen la leña y enciendan el fuego!
¡Cocinen la carne y preparen las especias,
y que se quemen bien los huesos!
11  ¡Pongan la olla vacía sobre las brasas,
hasta que el bronce esté al rojo vivo!
¡Que se fundan en ella sus *impurezas,
y se consuma su herrumbre!
12  ¡Aunque esa olla está tan oxidada
que ya ni con fuego se purifica![2]

13  " Jerusalén, yo he querido purificarte de tu infame lujuria, pero no has dejado que te purifique. Por eso, no quedarás *limpia hasta que se apacigüe mi ira contra ti. 14  Yo, el Señor, lo he dicho, y lo cumpliré. Yo mismo actuaré, y no me voy a retractar. No tendré compasión ni me arrepentiré. Te juzgaré conforme a tu conducta y a tus acciones. Lo afirma el Señor omnipotente. "


Muerte de la esposa de Ezequiel

15  El Señor me dirigió la palabra: 16  "Hijo de hombre, voy a quitarte de golpe la mujer que te deleita la vista. Pero no llores ni hagas lamentos, ni dejes tampoco que te corran las lágrimas. 17  Gime en silencio y no hagas duelo por los muertos. Átate el turbante, cálzate los pies, y no te cubras la barba ni comas el pan de duelo."
18  Por la mañana le hablé al pueblo, y por la tarde murió mi esposa. A la mañana siguiente hice lo que se me había ordenado. 19  La gente del pueblo me preguntó: "¿No nos vas a explicar qué significado tiene para nosotros lo que estás haciendo?" 20  Yo les contesté: "El Señor me dirigió la palabra y me ordenó 21  advertirle al pueblo de Israel que así dice el Señor omnipotente: Voy a profanar mi santuario, orgullo de su fortaleza, el templo que les deleita la vista y en el que depositan su afecto. Los hijos y las hijas que ustedes dejaron morirán a filo de espada, 22  y ustedes harán lo mismo que yo: no se cubrirán la barba ni comerán el pan de duelo. 23  Llevarán el turbante sobre la cabeza y se calzarán los pies. No llorarán ni harán lamentos, sino que se pudrirán a causa de sus pecados y gemirán unos con otros. 24  Ezequiel les servirá de señal, y ustedes harán lo mismo que él hizo. Cuando esto suceda, sabrán que yo soy el Señor omnipotente.
25  "Y tú, hijo de hombre, el día en que yo les quite su fortaleza, su alegría y su gozo, el templo que les deleita la vista, el deseo de su *corazón, y a sus hijos e hijas, 26  vendrá un fugitivo a comunicarte la noticia. 27  Ese mismo día se te soltará la lengua y dejarás de estar mudo. Entonces podrás hablar con el fugitivo; servirás de señal para ellos, y sabrán que yo soy el Señor."

                         NOTAS:

1. 24:6 tal como vayan saliendo. Lit. sin echar suertes sobre ella.
2. 24:12 Aunque ... purifica. Texto de difícil traducción.

Ezequiel 25


Profecía contra Amón

1  El Señor me dirigió la palabra: 2  "Hijo de hombre, encara a los amonitas y profetiza contra ellos. 3  Diles que presten atención a la palabra del Señor omnipotente: Por cuanto ustedes se burlaron cuando vieron que mi santuario era profanado, y que el país de Israel era devastado y que a los habitantes de Judá se los llevaban al exilio, 4  yo los entregaré a ustedes al poder de los pueblos del oriente. Ellos armarán sus campamentos y establecerán entre ustedes sus moradas; comerán los frutos y beberán la leche de ustedes. 5  Convertiré a Rabá en un pastizal de camellos, y a Amón en un corral de ovejas. Entonces sabrán ustedes que yo soy el Señor.
6  " Así dice el Señor omnipotente: Por cuanto ustedes los amonitas aplaudieron y saltaron de alegría, y maliciosamente se rieron de Israel, 7  yo voy a extender mi mano contra ustedes y los entregaré a las naciones como despojo. Los arrancaré de entre los pueblos, y los destruiré por completo. Entonces sabrán que yo soy el Señor. "


Profecía contra Moab

8  "Así dice el Señor omnipotente: Por cuanto Moab y Seír dicen: Judá es igual a todas las naciones, 9  voy a abrir el flanco de Moab. De un extremo a otro la dejaré sin Bet Yesimot, Baal Megón y Quiriatayin, ciudades que son su orgullo. 10  Entregaré a Moab y a los amonitas en manos de los pueblos del oriente, y de los amonitas no quedará ni el recuerdo. 11  Además, castigaré a Moab. Entonces sabrán que yo soy el Señor."


Profecía contra Edom

12  "Así dice el Señor omnipotente: Edom se ha vengado completamente de Judá, y de esta manera resulta más grave su culpa. 13  Por eso, así dice el Señor omnipotente: Extenderé mi mano contra Edom, y exterminaré a *hombres y animales. Lo dejaré en ruinas. Desde Temán hasta Dedán, todos morirán a filo de espada. 14  Por medio de mi pueblo Israel me vengaré de Edom. Mi pueblo hará con Edom lo que le dicten mi ira y mi furor. Así conocerán lo que es mi venganza. Lo afirma el Señor omnipotente."


Profecía contra los filisteos

15  "Así dice el Señor omnipotente: Los filisteos se vengaron con alevosía; con profundo desprecio intentaron destruir a Judá por causa de una antigua enemistad. 16  Por eso, así dice el Señor omnipotente: Extenderé mi mano contra los filisteos. Exterminaré a los quereteos, y destruiré a los que aún quedan en la costa del mar. 17  Mi venganza contra ellos será terrible. Los castigaré con mi ira. Y cuando ejecute mi venganza, sabrán que yo soy el Señor."

Ezequiel 26


Profecía contra Tiro

1  El día primero del mes primero[1] del año undécimo, el Señor me dirigió la palabra: 2  "Tiro ha dicho de Jerusalén: Las *puertas de las naciones se han derrumbado. Sus puertas se me han abierto de par en par, y yo me estoy enriqueciendo mientras ellas yacen en ruinas. 3  Por eso, así dice el Señor omnipotente: Tiro, yo me declaro contra ti, y así como el mar levanta sus olas, voy a hacer que contra ti se levanten muchas naciones. 4  Destruirán los muros de Tiro, y derribarán sus torres. Hasta los escombros barreré de su lugar; ¡la dejaré como roca desnuda! 5  ¡Quedará en medio del mar como un tendedero de redes! Yo, el Señor omnipotente, lo afirmo. Tiro será despojo de las naciones, 6  y sus poblados tierra adentro serán devastados a filo de espada. Entonces sabrán que yo soy el Señor.
7  "Así dice el Señor omnipotente: Desde el norte voy a traer contra Tiro a Nabucodonosor, rey de Babilonia, rey de reyes. Vendrá con un gran ejército de caballos, y con carros de guerra y jinetes. 8  Tus poblados tierra adentro serán devastados a filo de espada. Y Nabucodonosor construirá contra ti muros de asedio, levantará rampas para atacarte y alzará sus escudos. 9  Atacará tus muros con arietes, y con sus armas destruirá tus torres. 10  Cuando el rey de Babilonia entre por tus puertas, como se entra en una ciudad conquistada, sus caballos serán tan numerosos que te cubrirán de polvo, y tus muros temblarán por el estruendo de su caballería y sus carros. 11  Con los cascos de sus caballos pisoteará todas tus calles; matará a tu pueblo a filo de espada, y tus sólidas columnas caerán por tierra. 12  Además, saquearán tus riquezas y robarán tus mercancías. Derribarán tus muros, demolerán tus suntuosos palacios, y arrojarán al mar tus piedras, vigas y escombros. 13  Así pondré fin al ruido de tus canciones, y no se volverá a escuchar la melodía de tus arpas. 14  Te convertiré en una roca desnuda, en un tendedero de redes, y no volverás a ser edificada. Yo, el Señor, lo he dicho. Yo, el Señor omnipotente, lo afirmo.
15  "Así le dice el Señor omnipotente a Tiro: Las naciones costeras temblarán ante el estruendo de tu caída, el gemido de tus heridos y la masacre de tus habitantes. 16  Todos los príncipes del mar descenderán de sus tronos, se quitarán los mantos y se despojarán de las vestiduras bordadas. Llenos de pánico se sentarán en el suelo; espantados por tu condición temblarán sin cesar, 17  y sobre ti entonarán este lamento:

"¡Cómo has sido destruida, ciudad famosa,
habitada por gente del mar!
¡Tú en el mar eras poderosa!
¡Con tus habitantes infundías
terror a todo el continente!
18  Ahora, en el día de tu caída,
tiemblan los pueblos costeros,
y las islas que están en el mar
se aterrorizan ante tu debacle.

19  "Así dice el Señor omnipotente: Te convertiré en lugar de ruinas, como toda ciudad deshabitada. Haré que te cubran las aguas caudalosas del océano. 20  Te haré descender con los que descienden a la fosa; te haré habitar en lo más profundo de la tierra, en el país de eternas ruinas, con los que descienden a la fosa. No volverás a ser habitada ni reconstruida[2] en la tierra de los vivientes. 21  Te convertiré en objeto de espanto, y ya no volverás a existir. Te buscarán, pero jamás podrán encontrarte. Lo afirma el Señor omnipotente."

                         NOTAS:

1. 26:1 primero (mss. de LXX); TM no incluye esta palabra.
2. 26:20 ni reconstruida (LXX); y daré gloria (TM).

Ezequiel 27


Lamento por la caída de Tiro

1  El Señor me dirigió la palabra: 2  "Hijo de hombre, dedícale este canto fúnebre a Tiro, 3  ciudad asentada junto al mar y que trafica con pueblos de muchas costas lejanas:
"Así dice el Señor omnipotente:

"Tú, ciudad de Tiro,
pretendes ser hermosa y perfecta.
4  Tu dominio está en alta mar,
tus constructores resaltaron tu hermosura.
5  Con pinos del monte Senir
hicieron todos tus entablados.


Con cedros del Líbano
armaron tu mástil.
6  Con encinas de Basán
construyeron tus remos,
y con cipreses de Chipre
ensamblaron tu cubierta,
la cual fue decorada
con incrustaciones de marfil.
7  Con lino bordado de Egipto
hicieron tus velas,
y éstas te sirvieron de bandera.


De las costas de Elisá trajeron
telas moradas y rojas para tu toldo.
8  Oh, Tiro, tus remeros vinieron de Sidón y de Arvad.
A bordo iban tus propios timoneles,
los más expertos hombres de mar.
9  Los hábiles veteranos de Guebal[1]
repararon los daños en la nave.


Los marineros de todas las naves del mar
negociaron con tus mercancías.
10  Hombres de Persia, Lidia y Fut
militaron en tu ejército.
Te adornaron con escudos y cascos;
¡sacaron a relucir tu esplendor!

11  " Los de Arvad, junto con tu ejército, defendían los muros que te rodean, y los de Gamad estaban apostados en tus torres. A lo largo de tus muros colgaban sus escudos, haciendo resaltar tu hermosura. 12  Era tal tu riqueza que Tarsis comerciaba contigo. A cambio de tu mercadería, ella te ofrecía plata, hierro, estaño y plomo. 13  También Grecia, Tubal y Mésec negociaban contigo, y a cambio de tus mercancías te ofrecían esclavos y objetos de bronce. 14  La gente de Bet Togarma te pagaba con caballos de trabajo, caballos de montar y mulos. 15  Los habitantes de Rodas[2] también comerciaban contigo. Concretabas negocios con muchas islas del mar, las cuales te pagaban con ébano y colmillos de marfil. 16  Por los muchos productos que tenías, Siria comerciaba contigo y a cambio te entregaba topacio, telas teñidas de púrpura, telas bordadas, lino fino, corales y rubíes. 17  Judá e Israel también comerciaban contigo. Te ofrecían trigo de Minit, pasteles,[3] miel, aceite y bálsamo. 18  Por la gran cantidad de tus productos, y por la abundancia de tu riqueza, también Damasco comerciaba contigo. Te pagaba con vino de Jelbón y lana de Sajar. 19  A cambio de tus mercancías, los danitas y los griegos te traían de Uzal hierro forjado, canela y caña aromática. 20  Dedán te vendía aparejos para montar. 21  Tus clientes eran Arabia y todos los príncipes de Cedar, quienes te pagaban con corderos, carneros y chivos. 22  También eran tus clientes los comerciantes de Sabá y Ragama. A cambio de mercancías, te entregaban oro, piedras preciosas y los mejores perfumes. 23  Jarán, Cané, Edén y los comerciantes de Sabá, Asiria y Quilmad negociaban contigo. 24  Para abastecer tus mercados te vendían hermosas telas, mantos de color púrpura, bordados, tapices de muchos colores y cuerdas muy bien trenzadas. 25  Las naves de Tarsis transportaban tus mercancías.

" Cargada de riquezas,
navegabas en alta mar.
26  Tus remeros te llevaron por los mares inmensos,
en alta mar el viento del este te hizo pedazos.
27  El día de tu naufragio
se hundirán en el fondo del mar
tu riqueza, tu mercancía y tus productos,
tus marineros y tus timoneles,
los que reparan tus naves y tus comerciantes,
tus soldados y toda tu tripulación.
28  Al grito de tus timoneles
temblarán las costas.
29  Todos los remeros abandonarán las naves;
marineros y timoneles bajarán a tierra.
30  Por ti levantarán la voz
y llorarán con amargura;
se echarán ceniza sobre la cabeza,
y se revolcarán en ella.
31  Por tu culpa se raparán la cabeza,
y se vestirán de luto.
Llorarán por ti con gran amargura,
y con angustiosos gemidos.
32  Entonarán sentidos lamentos,
y en tono de amarga queja dirán:
'¿Quién en medio de los mares
podía compararse a Tiro?
33  Cuando desembarcaban tus productos
muchas naciones quedaban satisfechas.
Con tus muchas riquezas y mercancías,
enriquecías a los reyes de la tierra.
34  Pero ahora el mar te ha hecho pedazos,
¡yaces en lo profundo de las aguas!


Tus mercancías y toda tu tripulación
se hundieron contigo.
35  Por ti están horrorizados
todos los habitantes de las costas;
sus reyes tiemblan de miedo,
y en su rostro se dibuja el terror.
36  Atónitos se han quedado
los comerciantes de otros países;
¡tu fin ha llegado!,
¡nunca más volverás a existir! "


                         NOTAS:

1. 27:9 Guebal. Es decir, Byblos.
2. 27:15 Rodas (LXX); Dedán (TM).
3. 27:17 pasteles. Palabra de difícil traducción.

Ezequiel 28


Profecía contra el rey de Tiro

1  El Señor me dirigió la palabra: 2  "Hijo de hombre, adviértele al rey de Tiro que así dice el Señor omnipotente:

"En la intimidad de tu arrogancia dijiste:
'Yo soy un dios.


Me encuentro en alta mar
sentado en un trono de dioses.
¡Pero tú no eres un dios,
aunque te creas que lo eres!
¡Tú eres un simple *mortal!
3  ¿Acaso eres más sabio que Daniel?
¿Acaso conoces todos los secretos?
4  Con tu sabiduría y tu inteligencia
has acumulado muchas riquezas,
y en tus cofres has amontonado
mucho oro y mucha plata.
5  Eres muy hábil para el comercio;
por eso te has hecho muy rico.


Con tus grandes riquezas
te has vuelto muy arrogante.

6  Por eso, así dice el Señor omnipotente:

" Ya que pretendes ser
tan sabio como un dios,
7  haré que vengan extranjeros contra ti,
los más feroces de las naciones:
desenvainarán la espada
contra tu hermosura y sabiduría,
y profanarán tu esplendor.
8  Te hundirán en la fosa,
y en alta mar sufrirás una muerte violenta.
9  Y aun así, en presencia de tus verdugos,
¿te atreverás a decir: ¡Soy un dios!?
¡Pues en manos de tus asesinos
no serás un dios sino un simple mortal!
10  Sufrirás a manos de extranjeros
la muerte de los incircuncisos,
porque yo lo he dicho.

Lo afirma el Señor omnipotente. "

11  El Señor me dirigió la palabra: 12  "Hijo de hombre, entona una elegía al rey de Tiro y adviértele que así dice el Señor omnipotente:

"Eras un modelo de perfección,
lleno de sabiduría y de hermosura perfecta.
13  Estabas en Edén, en el jardín de Dios,
adornado con toda clase de piedras preciosas:
rubí, crisólito, jade,
topacio, cornalina, jaspe,
zafiro, granate y esmeralda.
Tus joyas y encajes estaban cubiertos de oro,
y especialmente preparados para ti
desde el día en que fuiste creado.
14  Fuiste elegido *querubín protector,
porque yo así lo dispuse.[1]
Estabas en el *santo monte de Dios,
y caminabas sobre piedras de fuego.
15  Desde el día en que fuiste creado
tu conducta fue irreprochable,
hasta que la maldad halló cabida en ti.
16  Por la abundancia de tu comercio,
te llenaste de violencia, y pecaste.
Por eso te expulsé del monte de Dios,
como a un objeto profano.
A ti, querubín protector,
te borré de entre las piedras de fuego.
17  A causa de tu hermosura
te llenaste de orgullo.
A causa de tu esplendor,
corrompiste tu sabiduría.
Por eso te arrojé por tierra,
y delante de los reyes
te expuse al ridículo.
18  Has profanado tus santuarios,
por la gran cantidad de tus pecados,
¡por tu comercio corrupto!


Por eso hice salir de ti
un fuego que te devorara.


A la vista de todos los que te admiran
te eché por tierra y te reduje a cenizas.
19  Al verte, han quedado espantadas
todas las naciones que te conocen.
Has llegado a un final terrible,
y ya no volverás a existir. "



Profecía contra Sidón

20  El Señor me dirigió la palabra: 21  "Hijo de hombre, encara a Sidón y profetiza contra ella. 22  Adviértele que así dice el Señor omnipotente:

"Aquí estoy, Sidón, para acusarte
y para ser glorificado en ti.
Cuando traiga sobre ti un justo castigo,
y manifieste sobre ti mi *santidad,
se sabrá que yo soy el Señor.
23  Mandaré contra ti una peste,
y por tus calles correrá la sangre;
por la espada que ataca por todos lados
los heridos caerán en tus calles,
y se sabrá que yo soy el Señor.
24  Los israelitas no volverán a sufrir
el desprecio de sus vecinos,
que duele como aguijones
y punza como espinas,
¡y se sabrá que yo soy el Señor!

25  "Así dice el Señor omnipotente: Cuando yo reúna al pueblo de Israel de entre las naciones donde se encuentra disperso, le mostraré mi santidad en presencia de todas las naciones. Entonces Israel vivirá en su propio país, el mismo que le di a mi siervo Jacob. 26  Allí vivirán seguros, y se construirán casas y plantarán viñedos, porque yo ejecutaré un justo castigo sobre los vecinos que desprecian al pueblo de Israel. ¡y se sabrá que yo soy el Señor su Dios! "

                         NOTAS:

1. 28:14 Fuiste ... dispuse. Texto de difícil traducción.

Ezequiel 29


Profecía contra Egipto

1  A los doce días del mes décimo del año décimo, el Señor me dirigió la palabra: 2  "Hijo de hombre, encara al faraón, rey de Egipto, y profetiza contra él y contra todo Egipto. 3  Adviértele que así dice el Señor omnipotente:

"A ti, Faraón, rey de Egipto,
gran monstruo que yaces
en el cauce de tus ríos,
que dices: 'El Nilo es mío,
el Nilo es mi creación,
¡te declaro que estoy en tu contra!
4  Te pondré garfios en las mandíbulas,
y haré que los peces del río
se te peguen a las escamas.


Y con todos los peces pegados a tus escamas
te sacaré de la corriente.
5  Te abandonaré a tu suerte en el desierto,
junto con todos los peces de tu río.
Caerás en campo abierto,
y no serás recogido ni enterrado.[1]


Las bestias de la tierra y las aves del cielo
te las daré como alimento.
6  Entonces todos los habitantes de Egipto
sabrán que yo soy el Señor.


No fuiste para el pueblo de Israel
más que un bastón de caña.
7  Cuando se agarraron de tu mano,
te quebraste, y les desgarraste las manos;[2]
cuando en ti se apoyaron te rompiste,
y sus espaldas se estremecieron.[3]

8  " Por eso, así dice el Señor omnipotente: Contra ti traeré la espada, y haré que mate a *hombres y animales. 9  La tierra de Egipto se convertirá en desolación. Entonces sabrán que yo soy el Señor. Tú dijiste: 'El Nilo es mío, el Nilo es mi creación. 10  Por eso me declaro en contra tuya y en contra de tus ríos. Desde Migdol hasta Asuán, y hasta la frontera con Etiopía, convertiré a la tierra de Egipto en ruina y desolación total. 11  Durante cuarenta años quedará completamente deshabitada, y ni hombres ni animales pasarán por allí. 12  Haré de Egipto la más desolada de todas las tierras, y durante cuarenta años sus ciudades quedarán en ruinas y en medio de gran desolación. Yo dispersaré a los egipcios entre las naciones, y los esparciré por los países.
13  " Así dice el Señor omnipotente: Al cabo de los cuarenta años reuniré a los egipcios de entre los pueblos donde fueron dispersados. 14  Cambiaré la suerte de Egipto y los haré volver a Patros, tierra de sus antepasados. Allí formarán un reino humilde. 15  Será el reino de menor importancia, y nunca podrá levantarse por encima de las demás naciones. Yo mismo los haré tan pequeños que no podrán dominar a las otras naciones. 16  El pueblo de Israel no confiará más en Egipto. Al contrario, será Egipto quien les sirva para recordar el pecado que cometieron los israelitas al seguirlo. Así sabrán que yo soy el Señor. "

17  El día primero del mes primero del año veintisiete, el Señor me dirigió la palabra: 18  "Toma en cuenta, hijo de hombre, que el rey de Babilonia, Nabucodonosor, y su ejército llevaron a cabo una gran campaña contra Tiro. Todos ellos quedaron con la cabeza rapada y con llagas en la espalda. Pero, a pesar del tremendo esfuerzo, ni él ni su ejército sacaron provecho alguno de la campaña emprendida contra Tiro. 19  Por eso, así dice el Señor omnipotente: Pondré a Egipto en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, quien se apoderará de sus riquezas, saqueará sus despojos, y se llevará el botín que servirá de recompensa para su ejército. 20  Al rey de Babilonia le entregaré Egipto como recompensa por lo que hizo contra Tiro, porque ellos lo hicieron por mí. Lo afirma el Señor omnipotente.
21  "En aquel día acrecentaré la fuerza del pueblo de Israel, y entonces tú, Ezequiel, les hablarás con libertad. Entonces sabrán que yo soy el Señor."

                         NOTAS:

1. 29:5 enterrado (mss. hebreos y Targum); juntado (TM).
2. 29:7 manos (LXX y Siríaca); hombros (TM).
3. 29:7 se estremecieron (Siríaca; véanse LXX y Vulgata); hiciste que se pararan (TM).

Ezequiel 30


Lamento por Egipto

1  El Señor me dirigió la palabra: 2  "Hijo de hombre, profetiza y adviérteles:

"Así dice el Señor:
Giman: '¡Ay de aquel día!
3  El día del Señor se acerca,
sí, ya se acerca el día.
Día cargado de nubarrones,
día nefasto para los pueblos.
4  Vendrá una espada contra Egipto
y Etiopía será presa de la angustia.
Cuando caigan heridos los egipcios,
serán saqueadas sus riquezas
y destruidos sus cimientos.
5  Etiopía, Fut, toda Arabia y Lidia
caerán a filo de espada,
lo mismo que los hijos del país del *pacto.

6  " Así dice el Señor;
esto afirma el Señor omnipotente:
Caerán los aliados de Egipto,
se derrumbará el orgullo de su poder.


Desde Migdol hasta Asuán

7caerán a filo de espada.
 Sus ciudades quedarán en ruinas,
entre las más desoladas de las tierras.
8  Cuando yo le prenda fuego a Egipto
y sean destrozados todos sus aliados,
sabrán que yo soy el Señor.

9  " En aquel día saldrán en barcos mis mensajeros para aterrorizar a la confiada Etiopía; en el día de Egipto, que ya está a la puerta, les sobrevendrá la angustia.

10  " Así dice el Señor omnipotente:

" Por medio de Nabucodonosor, rey de Babilonia,
acabaré con la opulencia de Egipto.
11  Nabucodonosor y su ejército,
el más poderoso de las naciones,
vendrán a destruir el país.


Desenvainarán la espada contra Egipto
y llenarán de cadáveres el país.
12  Secaré los canales del Nilo,
y entregaré el país en manos de gente malvada.


Por medio de manos extranjeras
desolaré el país y cuanto haya en él.
Yo, el Señor, lo he dicho.

13  " Así dice el Señor omnipotente:

" Voy a destruir a todos los ídolos de Menfis;
pondré fin a sus dioses falsos.
Haré que cunda el pánico por todo el país,
y no habrá más príncipes en Egipto.
14  Devastaré a Patros,
le prenderé fuego a Zoán,
y dictaré sentencia contra Tebas.

15  " Desataré mi ira sobre Sin, la fortaleza de Egipto, y extirparé la riqueza de Tebas. 16  Le prenderé fuego a Egipto, y Sin se retorcerá de dolor. Se abrirán brechas en Tebas, y Menfis vivirá en constante angustia. 17  Los jóvenes de On y de Bubastis caerán a filo de espada, y las mujeres irán al cautiverio. 18  Cuando yo haga pedazos el yugo de Egipto, el día se oscurecerá en Tafnes. Así llegará a su fin el orgullo de su fuerza. Egipto quedará cubierto de nubes, y sus hijas irán al cautiverio. 19  Éste será su castigo, y así Egipto sabrá que yo soy el Señor. "

20  El día siete del mes primero del año undécimo, el Señor me dirigió la palabra: 21  "Hijo de hombre, yo le he quebrado el brazo al faraón, rey de Egipto. Nadie se lo ha vendado ni curado para que recobre su fuerza y pueda empuñar la espada. 22  Por eso, así dice el Señor: Estoy contra el faraón, rey de Egipto. Le quebraré los dos brazos, el sano y el fracturado, y haré que la espada se le caiga de la mano. 23  Voy a dispersar a los egipcios entre las naciones; voy a esparcirlos entre los países. 24  Fortaleceré a su vez los brazos del rey de Babilonia: pondré mi espada en sus manos y quebraré los brazos del faraón. Entonces él gemirá ante su enemigo como herido de muerte. 25  Fortaleceré los brazos del rey de Babilonia, y haré que desfallezcan los brazos del faraón. Y cuando ponga yo mi espada en manos del rey de Babilonia, y él la extienda contra Egipto, se sabrá que yo soy el Señor. 26  Dispersaré por las naciones a los egipcios; los esparciré entre los países. Entonces sabrán que yo soy el Señor. "

Ezequiel 31


El cedro del Líbano

1  El día primero del mes tercero del año undécimo, el Señor me dirigió la palabra: 2  "Hijo de hombre, dile al faraón y a toda su gente:

"¿Quién se puede comparar con tu grandeza?
3  Fíjate en Asiria,
que alguna vez fue cedro del Líbano,
con bello y frondoso ramaje;
su copa llegaba hasta las nubes.
4  Las aguas lo hicieron crecer;
las corrientes profundas lo nutrieron.
Sus ríos corrían en torno a sus raíces;
sus acequias regaban todos los árboles del campo.
5  Así el cedro creció
más alto que todos los árboles.
Gracias a las abundantes aguas,
se extendió su frondoso ramaje.
6  Todas las aves del cielo
anidaban en sus ramas.


Todas las bestias del campo
parían bajo su follaje.


Todas las naciones
vivían bajo su sombra.
7  Era un árbol imponente y majestuoso,
de ramas extendidas;
sus raíces se hundían
hasta las aguas caudalosas.
8  Ningún cedro en el jardín de Dios
se le podía comparar;
ningún pino ostentaba un follaje parecido,
ni tenían su fronda los castaños.


Ningún árbol del jardín de Dios
se le comparaba en hermosura.
9  Yo lo hice bello
y con un ramaje majestuoso.
En el Edén, jardín de Dios,
era la envidia de todos los árboles.

10  " Por eso, así dice el Señor omnipotente: 'Por cuanto el árbol creció tan alto, y ufano de su altura irguió su copa hasta las nubes, 11  yo lo he desechado; lo he dejado en manos de un déspota invasor, para que lo trate según su maldad. 12  Los extranjeros más crueles lo han talado, abandonándolo a su suerte. Sus ramas han caído en los montes y en los valles; yacen rotas por todas las cañadas del país. Huyeron y lo abandonaron todas las naciones que buscaban protección bajo su sombra. 13  Ahora las aves del cielo se posan sobre su tronco caído, y los animales salvajes se meten entre sus ramas. 14  Y esto es para que ningún árbol que esté junto a las aguas vuelva a crecer tanto; para que ningún árbol, por bien regado que esté, vuelva a elevar su copa hasta las nubes. Todos están destinados a la muerte, a bajar a las regiones profundas de la tierra y quedarse entre los *mortales que descienden a la fosa.
15  "  Así dice el Señor omnipotente: El día en que el cedro bajó al *abismo, hice que el mar subterráneo se secara en señal de duelo. Detuve sus corrientes, y contuve sus ríos; por él cubrí de luto al Líbano, y todos los árboles del campo se marchitaron. 16  Cuando lo hice bajar al abismo, junto con los que descienden a la fosa, con el estruendo de su caída hice temblar a las naciones. Todos los árboles del Edén, los más selectos y hermosos del Líbano, los que estaban mejor regados, se consolaron en las regiones subterráneas. 17  Sus aliados entre las naciones que buscaban protección bajo su sombra también descendieron con él al abismo, junto con los que habían muerto a filo de espada. 18  Ningún árbol del Edén se le podía comparar en grandeza y majestad. No obstante, también él descendió con los árboles del Edén a las regiones subterráneas. Allí quedó tendido en medio de los *paganos, junto con los que murieron a filo de espada. ¡Y así será la muerte del faraón y de todos sus súbditos! Lo afirma el Señor omnipotente.  "

Ezequiel 32


Lamento por el faraón

1  El día primero del mes duodécimo del año duodécimo, el Señor me dirigió la palabra: 2  "Hijo de hombre, entona este lamento dedicado al faraón, rey de Egipto:

"Pareces un león entre las naciones;
pareces un monstruo marino
chapoteando en el río;
con tus patas enturbias el agua
y revuelves sus corrientes.

3  " Así dice el Señor omnipotente:

" 'Aunque estés entre numerosos pueblos,
tenderé sobre ti mi red
y te atraparé con ella.
4  Te arrastraré por tierra,
y en pleno campo te dejaré tendido.


Dejaré que sobre ti se posen
todas las aves del cielo.


Dejaré que con tu carne
se sacien todas las bestias salvajes.
5  Desparramaré tu carne por los montes,
y con tu carroña llenaré los valles.
6  Con tu sangre empaparé la tierra
hasta la cima de las montañas;
con tu sangre llenaré
los cauces de los ríos.
7  Cuando te hayas consumido,
haré que el cielo se oscurezca
y se apaguen las estrellas;
cubriré el sol con una nube,
y no brillará más la luna.
8  Por ti haré que se oscurezcan
todos los astros luminosos de los cielos,
y que tu país quede envuelto en las tinieblas.
Lo afirma el Señor omnipotente.

9  "  Cuando yo haga que la noticia de tu destrucción llegue hasta tierras que tú no conocías, haré temblar a muchas naciones. 10  También haré que por tu causa muchos pueblos queden consternados. Cuando yo esgrima mi espada delante de ellos, sus reyes se estremecerán. En el día de tu debacle, en todo momento temblarán de miedo por temor a perder la vida.
11  "  Así dice el Señor omnipotente: La espada del rey de Babilonia vendrá contra ti. 12  Haré que tu pueblo numeroso caiga a filo de espada, empuñada por los guerreros más crueles entre las naciones. Ellos arrasarán la soberbia de Egipto, y toda su multitud será derrotada. 13  Voy a destruir a todo el ganado que pasta junto a las aguas abundantes, y éstas nunca más serán enturbiadas por *hombres ni animales. 14  Entonces dejaré que las aguas se asienten y que corran tranquilas, como el aceite. Lo afirma el Señor omnipotente. 15  Cuando convierta en desolación la tierra de Egipto, y la despoje de todo lo que hay en ella, y hiera a todos lo que la habitan, entonces sabrán que yo soy el Señor.
16  "Éste es el lamento que las ciudades de las naciones entonarán sobre Egipto y toda su multitud. Lo afirma el Señor omnipotente."

17  En el día quince del mes duodécimo del año duodécimo, el Señor me dirigió la palabra: 18  "Hijo de hombre, entona un lamento sobre las multitudes de Egipto, y junto con las ciudades de las naciones más poderosas hazlas descender con los que bajan a la fosa, a las regiones más profundas. 19  Pregúntales: ¿Se creen acaso más privilegiados que otros? ¡Pues bajen y tiéndanse entre los *paganos! 20  Y caerán entre los que murieron a filo de espada. Ya tienen la espada en la mano: ¡que se arrastre a Egipto y a sus multitudes! 21  En medio del *abismo, los guerreros más fuertes y valientes hablarán de Egipto y de sus aliados. Y dirán: ¡Ya han descendido a la fosa! ¡Yacen tendidos entre los paganos que murieron a filo de espada!
22  "Allí está Asiria, con toda su multitud en torno a su sepulcro. Todos ellos murieron a filo de espada. 23  Todos los que sembraban el terror en la tierra de los vivientes yacen muertos, víctimas de la espada. Ahora están sepultados en lo más profundo de la fosa, ¡tendidos alrededor de su tumba!
24  "Allí está Elam, con toda su multitud en torno a su sepulcro. Todos ellos murieron a filo de espada. Todos los que sembraban el terror en la tierra de los vivientes bajaron como paganos a lo más profundo de la fosa. Yacen tendidos sin honor entre los que descendieron a la fosa. 25  A Elam le han preparado una cama en medio de los muertos, entre los paganos que murieron a filo de espada y que ahora rodean su tumba. Ellos sembraron el terror en la tierra de los vivientes, pero ahora yacen tendidos sin honor entre los que descendieron a la fosa. Allí quedaron, entre gente que murió asesinada.
26  "Allí están Mésec y Tubal, con toda su multitud en torno a su sepulcro. Todos ellos son paganos, muertos a filo de espada porque sembraron el terror en la tierra de los vivientes. 27  No yacen con los héroes caídos de entre los paganos, que bajaron al abismo con sus armas de guerra y que tienen sus espadas bajo la cabeza. El castigo de sus pecados cayó sobre sus huesos, porque estos héroes sembraron el terror en la tierra de los vivientes.
28  "Ahí estarás tú, Egipto, en medio de los paganos, quebrado y sepultado junto con los que murieron a filo de espada.
29  "Allí está Edom, con sus reyes y príncipes. A pesar de todo su poder, también ellos yacen tendidos junto a los que murieron a filo de espada. Yacen entre los paganos, con los que descendieron a la fosa.
30  "Allí están todos los príncipes del norte, y todos los de Sidón. A pesar del terror que sembraron con su poderío, también ellos bajaron, envueltos en deshonra, con los que murieron a filo de espada. Son paganos, y ahora yacen tendidos entre los que murieron a filo de espada, en medio de los que descendieron a la fosa.
31  "El faraón los verá y se consolará de la muerte de toda su gente, pues él y todo su ejército morirán a filo de espada. Lo afirma el Señor omnipotente.
32  "Aunque yo hice que el faraón sembrara el terror en la tierra de los vivientes, él y todo su ejército serán sepultados entre los paganos, con los que murieron a filo de espada. Lo afirma el Señor omnipotente."

Ezequiel 33


El profeta centinela de su pueblo

1  El Señor me dirigió la palabra: 2  "Hijo de hombre, habla con tu pueblo y dile: Cuando yo envío la guerra a algún país, y la gente de ese país escoge a un hombre y lo pone por centinela, 3  si éste ve acercarse al ejército enemigo, toca la trompeta para advertir al pueblo. 4  Entonces, si alguien escucha la trompeta pero no se da por advertido, y llega la espada y lo mata, él mismo será el culpable de su propia muerte. 5  Como escuchó el sonido de la trompeta pero no le hizo caso, será responsable de su propia muerte, pues si hubiera estado atento se habría salvado.
6  " Ahora bien, si el centinela ve que se acerca el enemigo y no toca la trompeta para prevenir al pueblo, y viene la espada y mata a alguien, esa persona perecerá por su maldad, pero al centinela yo le pediré cuentas de esa muerte.
7  "A ti, hijo de hombre, te he puesto por centinela del pueblo de Israel. Por lo tanto, oirás la palabra de mi boca, y advertirás de mi parte al pueblo. 8  Cuando yo le diga al malvado: ¡Vas a morir!, si tú no le adviertes que cambie su mala conducta, el malvado morirá por su pecado, pero a ti te pediré cuentas de su sangre. 9  En cambio, si le adviertes al malvado que cambie su mala conducta, y no lo hace, él morirá por su pecado pero tú habrás salvado tu vida.
10  "Hijo de hombre, diles a los israelitas: Ustedes dicen: 'Nuestras rebeliones y nuestros pecados pesan sobre nosotros, y nos estamos consumiendo en vida. ¿Cómo podremos vivir?  11  Diles: Tan cierto como que yo vivo afirma el Señor omnipotente, que no me alegro con la muerte del malvado, sino con que se convierta de su mala conducta y viva. ¡Conviértete, pueblo de Israel; conviértete de tu conducta perversa! ¿Por qué habrás de morir?
12  "Tú, hijo de hombre, diles a los hijos de tu pueblo: Al justo no lo salvará su propia justicia si comete algún pecado; y la maldad del impío no le será motivo de tropiezo si se convierte. Si el justo peca, no se podrá salvar por su justicia anterior. 13  Si yo le digo al justo: '¡Vivirás!, pero él se atiene a su propia justicia y hace lo malo, no se le tomará en cuenta su justicia, sino que morirá por la maldad que cometió. 14  En cambio, si le digo al malvado: '¡Morirás!, pero luego él se convierte de su pecado y actúa con justicia y rectitud, 15  y devuelve lo que tomó en prenda y restituye lo que robó, y obedece los preceptos de vida, sin cometer ninguna iniquidad, ciertamente vivirá y no morirá. 16  No se le tomará en cuenta ninguno de los pecados que antes cometió, sino que vivirá por haber actuado con justicia y rectitud.
17  "Los hijos de tu pueblo dicen: El Señor no actúa con justicia. En realidad, los que no actúan con justicia son ellos. 18  Si el justo se aparta de su justicia y hace lo malo, morirá a causa de ello. 19  Y si el malvado deja de hacer lo malo y actúa con justicia y rectitud, vivirá. 20  A pesar de esto, ustedes siguen repitiendo: El Señor no actúa con justicia. Pero yo, israelitas, los juzgaré a cada uno de ustedes según su conducta."


La caída de Jerusalén

21  El día quinto del mes décimo del año duodécimo de nuestro exilio, un fugitivo que había huido de Jerusalén vino y me dio esta noticia: "La ciudad ha sido conquistada." 22  La noche antes de que llegara el fugitivo, la mano del Señor vino sobre mí y me dejó mudo. A la mañana siguiente, cuando vino el hombre, el Señor me devolvió el habla.
23  Luego el Señor me dirigió la palabra: 24  "Hijo de hombre, la gente que vive en esas ruinas en la tierra de Israel, anda diciendo: Si Abraham, que era uno solo, llegó a poseer todo el país, con mayor razón nosotros, que somos muchos, habremos de recibir la tierra en posesión. 25  Por tanto, adviérteles que así dice el Señor omnipotente: Ustedes comen carne con sangre, adoran a sus ídolos, y derraman sangre, ¿y aun así pretenden poseer el país? 26  Además, confían en sus espadas, cometen abominaciones, viven en adulterio con la mujer de su prójimo, ¿y aun así pretenden poseer el país?
27  "Por tanto, adviérteles que así dice el Señor omnipotente: Tan cierto como que yo vivo, que los que habitan en las ruinas morirán a filo de espada; a los que andan por el campo abierto se los daré como pasto a las fieras, y los que están en las fortalezas y en las cuevas morirán de peste. 28  Convertiré al país en un desierto desolado, y se acabará el orgullo de su poder. Los montes de Israel quedarán devastados, y nadie más pasará por ellos. 29  Y cuando yo deje a este país como un desierto desolado por culpa de los actos detestables que ellos cometieron, sabrán que yo soy el Señor.
30  "En cuanto a ti, hijo de hombre, los de tu pueblo hablan de ti junto a los muros y en las puertas de las casas, y se dicen unos a otros: Vamos a escuchar el mensaje que nos envía el Señor. 31  Y se te acercan en masa, y se sientan delante de ti y escuchan tus palabras, pero luego no las practican. Me halagan de labios para afuera, pero después sólo buscan las ganancias injustas. 32  En realidad, tú eres para ellos tan sólo alguien que entona canciones de amor con una voz hermosa, y que toca bien un instrumento; oyen tus palabras, pero no las ponen en práctica. 33  No obstante, cuando todo esto suceda y en verdad está a punto de cumplirse, sabrán que hubo un profeta entre ellos."

Ezequiel 34


Pastores y ovejas

1  El Señor me dirigió la palabra: 2  "Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza y adviérteles que así dice el Señor omnipotente: ¡Ay de ustedes, *pastores de Israel, que tan sólo se cuidan a sí mismos! ¿Acaso los pastores no deben cuidar al rebaño? 3  Ustedes se beben la leche, se visten con la lana, y matan las ovejas más gordas, pero no cuidan del rebaño. 4  No fortalecen a la oveja débil, no cuidan de la enferma, ni curan a la herida; no van por la descarriada ni buscan a la perdida. Al contrario, tratan al rebaño con crueldad y violencia. 5  Por eso las ovejas se han dispersado: ¡por falta de pastor! Por eso están a la merced de las fieras salvajes. 6  Mis ovejas andan descarriadas por montes y colinas, dispersas por toda la tierra, sin que nadie se preocupe por buscarlas.
7  " Por tanto, pastores, escuchen bien la palabra del Señor: 8  Tan cierto como que yo vivo afirma el Señor omnipotente, que por falta de pastor mis ovejas han sido objeto del pillaje y han estado a merced de las fieras salvajes. Mis pastores no se ocupan de mis ovejas; cuidan de sí mismos pero no de mis ovejas. 9  Por tanto, pastores, escuchen la palabra del Señor. 10  Así dice el Señor omnipotente: Yo estoy en contra de mis pastores. Les pediré cuentas de mi rebaño; les quitaré la responsabilidad de apacentar a mis ovejas, y no se apacentarán más a sí mismos. Arrebataré de sus fauces a mis ovejas, para que nos les sirvan de alimento.
11  " Así dice el Señor omnipotente: Yo mismo me encargaré de buscar y de cuidar a mi rebaño. 12  Como un pastor que cuida de sus ovejas cuando están dispersas, así me ocuparé de mis ovejas y las rescataré de todos los lugares donde, en un día oscuro y de nubarrones, se hayan dispersado. 13  Yo las sacaré de entre las naciones; las reuniré de los países, y las llevaré a su tierra. Las apacentaré en los montes de Israel, en los vados y en todos los poblados del país. 14  Las haré pastar en los mejores pastos, y su aprisco estará en los montes altos de Israel. Allí descansarán en un buen lugar de pastoreo y se alimentarán de los mejores pastos de los montes de Israel. 15  Yo mismo apacentaré a mi rebaño, y lo llevaré a descansar. Lo afirma el Señor omnipotente. 16  Buscaré a las ovejas perdidas, recogeré a las extraviadas, vendaré a las que estén heridas y fortaleceré a las débiles, pero exterminaré a las ovejas gordas y robustas. Yo las pastorearé con *justicia.
17  " En cuanto a ti, rebaño mío, esto es lo que dice el Señor omnipotente: Juzgaré entre ovejas y ovejas, y entre carneros y chivos. 18  ¿No les basta con comerse los mejores pastos, sino que tienen también que pisotear lo que queda? ¿No les basta con beber agua limpia, sino que tienen que enturbiar el resto con las patas? 19  Por eso mis ovejas tienen ahora que comerse el pasto que ustedes han pisoteado, y beberse el agua que ustedes han enturbiado.
20  " Por eso, así dice el Señor omnipotente: Yo mismo voy a juzgar entre las ovejas gordas y las flacas. 21  Por cuanto ustedes han empujado con el costado y con la espalda, y han atacado a cornadas a las más débiles, hasta dispersarlas, 22  voy a salvar a mis ovejas, y ya no les servirán de presa. Yo juzgaré entre ovejas y ovejas. 23  Entonces les daré un pastor, mi siervo David, que las apacentará y será su único pastor. 24  Yo, el Señor, seré su Dios, y mi siervo David será su príncipe. Yo, el Señor, lo he dicho.
25  " Estableceré con ellas un *pacto de *paz: haré desaparecer del país a las bestias feroces, para que mis ovejas puedan habitar seguras en el desierto y dormir tranquilas en los bosques. 26  Haré que ellas y los alrededores de mi colina sean una fuente de bendición. Haré caer lluvias de bendición en el tiempo oportuno. 27  Los árboles del campo darán su fruto, la tierra entregará sus cosechas, y ellas vivirán seguras en su propia tierra. Y cuando yo haga pedazos su yugo y las libere de sus tiranos, entonces sabrán que yo soy el Señor. 28  Ya no volverán a ser presa de las naciones, ni serán devoradas por las fieras. Vivirán seguras y nadie les infundirá temor. 29  Les daré una tierra famosa por sus cosechas. No sufrirán hambre en la tierra, ni tendrán que soportar los insultos de las naciones. 30  Entonces sabrán que yo, el Señor su Dios, estoy con ellos, y que ellos, el pueblo de Israel, son mi pueblo. Yo, el Señor omnipotente, lo afirmo, 31  y afirmo también que yo soy su Dios y que ustedes son mis ovejas, las ovejas de mi prado. "

Ezequiel 35


Profecía contra Edom

1  El Señor me dirigió la palabra: 2  "Hijo de hombre, vuélvete hacia la montaña de Seír y profetiza contra ella. 3  Adviértele que así dice el Señor omnipotente:

"Aquí estoy contra ti, montaña de Seír.
Contra ti extenderé mi mano,
y te convertiré en un desierto desolado.
4  Tus ciudades quedarán en ruinas,
y tú serás una desolación.
Entonces sabrán que yo soy el Señor.

5  " En el día del castigo final de los israelitas, en el tiempo de su calamidad, tú les hiciste la guerra, y has mantenido contra ellos una enemistad proverbial. Por lo tanto, 6  tan cierto como que yo vivo, que te anegaré en sangre, y la sangre te perseguirá. Lo afirma el Señor omnipotente: eres culpable de muerte, y la muerte no te dará tregua. 7  Haré de la montaña de Seír un desierto desolado, y exterminaré a todo el que pase o venga por allí. 8  Llenaré de víctimas tus montes; los que han muerto a filo de espada cubrirán tus colinas, tus valles y los cauces de tus ríos. 9  Para siempre te convertiré en una desolación; tus ciudades quedarán deshabitadas. Entonces sabrás que yo soy el Señor.
10  " Porque tú has dicho: 'A pesar de que el Señor viva allí, las dos naciones y los dos territorios serán míos, y yo seré su dueño. 11  Por eso, tan cierto como que yo vivo, que haré contigo conforme al furor y celo con que tú actuaste en tu odio contra ellos. Lo afirma el Señor. Y cuando yo te castigue me haré conocer entre ellos. 12  Entonces sabrás que yo, el Señor, he oído todas las injurias que has proferido contra las montañas de Israel. Tú dijiste desafiante: '¡Están devastados! ¡Ahora sí me los puedo devorar! 13  Me has desafiado con arrogancia e insolencia, y te he escuchado.
14  " Así dice el Señor omnipotente: Para alegría de toda la tierra, yo los voy a destruir. 15  Así como se alegraron cuando quedó devastada la herencia del pueblo de Israel, también yo me alegraré de ti. Tú, montaña de Seír, y todo el territorio de Edom, quedarán desolados. Así sabrán que yo soy el Señor.

Ezequiel 36


Profecía sobre las montañas de Israel

1  "Tú, hijo de hombre, profetiza contra los montes de Israel y diles: Montes de Israel, escuchen la palabra del Señor. 2  Así dice el Señor omnipotente: El enemigo se ha burlado de ustedes diciendo: 'Las antiguas colinas ya son nuestras.  3  Por eso, profetiza y adviérteles que así dice el Señor omnipotente: A ustedes los han asolado y arrasado por todas partes; se han convertido en posesión del resto de las naciones, y además han sido objeto de burla y de insultos por parte de la gente. 4  Por eso, montes de Israel, escuchen la palabra del Señor omnipotente. Así habla el Señor omnipotente a los montes y a las colinas, a los torrentes y a los valles, a las ruinas desoladas y a los pueblos deshabitados, saqueados y escarnecidos por los pueblos vecinos. 5  Esto dice el Señor omnipotente: En el ardor de mi celo me he pronunciado contra el resto de las naciones y contra todo Edom, porque con mucha alegría y profundo desprecio se han apoderado de mi tierra para destruirla y saquearla.
6  "Por eso, profetiza contra Israel, y adviérteles a los montes y a las colinas, a los torrentes y a los valles, que así dice el Señor omnipotente: En mi celo y en mi furor he hablado, porque ustedes han sufrido el oprobio de las naciones. 7  Por eso, así dice el Señor omnipotente: Juro con la mano en alto que las naciones vecinas también sufrirán su propia deshonra.
8  " Ustedes, en cambio, montes de Israel, echarán ramas y producirán frutos para mi pueblo Israel, porque ya está por regresar. 9  Yo estoy preocupado por ustedes, y los voy a proteger. Ustedes, los montes, volverán a ser sembrados y cultivados, 10  y multiplicaré al pueblo de Israel. Las ciudades serán repobladas, y reconstruidas las ruinas. 11  Sobre ustedes multiplicaré a los *hombres y animales, y ellos serán fecundos y numerosos. Los poblaré como en tiempos pasados, y los haré prosperar más que antes. Entonces sabrán que yo soy el Señor. 12  Haré que mi pueblo Israel transite por el territorio de ustedes. Él te poseerá, y tú serás parte de su herencia, y ya nunca más los privarás de sus hijos.
13  " Así dice el Señor omnipotente: Por cuanto te han dicho que tú devoras a los hombres y dejas sin hijos a tu propio pueblo, 14  el Señor omnipotente afirma: Ya no devorarás más hombres, ni dejarás sin hijos a tu pueblo. 15  Nunca más te haré oír el ultraje de las naciones; no tendrás que volver a soportar los insultos de los pueblos, ni serás causa de tropiezo para tu nación. Lo afirma el Señor omnipotente. "

16  El Señor me dirigió otra vez la palabra: 17  "Hijo de hombre, cuando los israelitas habitaban en su propia tierra, ellos mismos la *contaminaron con su conducta y sus acciones. Su conducta ante mí era semejante a la *impureza de una mujer en sus días de menstruación. 18  Por eso, por haber derramado tanta sangre sobre la tierra y por haberla contaminado con sus ídolos, desaté mi furor contra ellos. 19  Los dispersé entre las naciones, y quedaron esparcidos entre diversos pueblos. Los juzgué según su conducta y sus acciones. 20  Pero al llegar a las distintas naciones, ellos profanaban mi *santo *nombre, pues se decía de ellos: Son el pueblo del Señor, pero han tenido que abandonar su tierra. 21  Así que tuve que defender mi santo nombre, el cual los israelitas profanaban entre las naciones por donde iban.
22  "Por eso, adviértele al pueblo de Israel que así dice el Señor omnipotente: Voy a actuar, pero no por ustedes sino por causa de mi santo nombre, que ustedes han profanado entre las naciones por donde han ido. 23  Daré a conocer la grandeza de mi santo nombre, el cual ha sido profanado entre las naciones, el mismo que ustedes han profanado entre ellas. Cuando dé a conocer mi santidad entre ustedes, las naciones sabrán que yo soy el Señor. Lo afirma el Señor omnipotente. 24  Los sacaré de entre las naciones, los reuniré de entre todos los pueblos, y los haré regresar a su propia tierra. 25  Los rociaré con agua pura, y quedarán purificados. Los *limpiaré de todas sus impurezas e idolatrías. 26  Les daré un nuevo *corazón, y les infundiré un espíritu nuevo; les quitaré ese corazón de piedra que ahora tienen, y les pondré un corazón de carne. 27  Infundiré mi Espíritu en ustedes, y haré que sigan mis preceptos y obedezcan mis *leyes. 28  Vivirán en la tierra que les di a sus antepasados, y ustedes serán mi pueblo y yo seré su Dios. 29  Los libraré de todas sus impurezas. Haré que tengan trigo en abundancia, y no permitiré que sufran hambre. 30  Multiplicaré el fruto de los árboles y las cosechas del campo, para que no sufran más entre las naciones el oprobio de pasar hambre. 31  Así se acordarán ustedes de su mala conducta y de sus acciones perversas, y sentirán vergüenza por sus propias iniquidades y prácticas detestables. 32  Y quiero que sepan que esto no lo hago por consideración a ustedes. Lo afirma el Señor. ¡Oh, pueblo de Israel, sientan vergüenza y confusión por su conducta!
33  " Así dice el Señor omnipotente: El día que yo los purifique de todas sus iniquidades, poblaré las ciudades y reconstruiré las ruinas. 34  Se cultivará la tierra desolada, y ya no estará desierta a la vista de cuantos pasan por ella. 35  Entonces se dirá: 'Esta tierra, que antes yacía desolada, es ahora un jardín de Edén; las ciudades que antes estaban en ruinas, desoladas y destruidas, están ahora habitadas y fortalecidas. 36  Entonces las naciones que quedaron a su alrededor sabrán que yo, el Señor, reconstruí lo que estaba derribado y replanté lo que había quedado como desierto. Yo, el Señor, lo he dicho, y lo cumpliré.
37  "Así dice el Señor omnipotente: Todavía he de concederle al pueblo de Israel que me suplique aumentar el número de sus hombres, hasta que sean como un rebaño. 38  Entonces las ciudades desoladas se llenarán de mucha gente. Serán como las ovejas que, durante las fiestas solemnes, se llevan a Jerusalén para los sacrificios. Entonces sabrán que yo soy el Señor."

Ezequiel 37


El valle de los huesos secos

1  La mano del Señor vino sobre mí, y su Espíritu me llevó y me colocó en medio de un valle que estaba lleno de huesos. 2  Me hizo pasearme entre ellos, y pude observar que había muchísimos huesos en el valle, huesos que estaban completamente secos. 3  Y me dijo: "Hijo de hombre, ¿podrán revivir estos huesos?" Y yo le contesté: "Señor omnipotente, tú lo sabes."
4  Entonces me dijo: "Profetiza sobre estos huesos, y diles: ¡Huesos secos, escuchen la palabra del Señor! 5  Así dice el Señor omnipotente a estos huesos: 'Yo les daré aliento de vida, y ustedes volverán a vivir. 6  Les pondré tendones, haré que les salga carne, y los cubriré de piel; les daré aliento de vida, y así revivirán. Entonces sabrán que yo soy el Señor.  "
7  Tal y como el Señor me lo había mandado, profeticé. Y mientras profetizaba, se escuchó un ruido que sacudió la tierra, y los huesos comenzaron a unirse entre sí. 8  Yo me fijé, y vi que en ellos aparecían tendones, y les salía carne y se recubrían de piel, ¡pero no tenían vida!
9  Entonces el Señor me dijo: "Profetiza, hijo de hombre; conjura al aliento de vida y dile: Esto ordena el Señor omnipotente: 'Ven de los cuatro vientos, y dales vida a estos huesos muertos para que revivan.  " 10  Yo profeticé, tal como el Señor me lo había ordenado, y el aliento de vida entró en ellos; entonces los huesos revivieron y se pusieron de pie. ¡Era un ejército numeroso!
11  Luego me dijo: "Hijo de hombre, estos huesos son el pueblo de Israel. Ellos andan diciendo: Nuestros huesos se han secado. Ya no tenemos esperanza. ¡Estamos perdidos! 12  Por eso, profetiza y adviérteles que así dice el Señor omnipotente: Pueblo mío, abriré tus tumbas y te sacaré de ellas, y te haré regresar a la tierra de Israel. 13  Y cuando haya abierto tus tumbas y te haya sacado de allí, entonces, pueblo mío, sabrás que yo soy el Señor. 14  Pondré en ti mi aliento de vida, y volverás a vivir. Y te estableceré en tu propia tierra. Entonces sabrás que yo, el Señor, lo he dicho, y lo cumpliré. Lo afirma el Señor. "


Unificación de Judá e Israel

15  El Señor me dirigió la palabra: 16  "Hijo de hombre, toma una vara y escribe sobre ella: Para Judá y sus aliados los israelitas. Luego toma otra vara y escribe: Para José, vara de Efraín, y todos sus aliados los israelitas. 17  Júntalas, la una con la otra, de modo que formen una sola vara en tu mano.
18  "Cuando la gente de tu pueblo te pregunte: ¿Qué significa todo esto?, 19  tú les responderás que así dice el Señor omnipotente: Voy a tomar la vara de José que está en la mano de Efraín, y a las tribus de Israel que están unidas a él, y la uniré a la vara de Judá. Así haré con ellos una sola vara, y en mi mano serán una sola. 20  Sostén en tu mano las varas sobre las cuales has escrito, de modo que ellos las vean, 21  y adviérteles que así dice el Señor omnipotente: Tomaré a los israelitas de entre las naciones por donde han andado, y de todas partes los reuniré y los haré regresar a su propia tierra. 22  Y en esta tierra, en los montes de Israel, haré de ellos una sola nación. Todos estarán bajo un solo rey, y nunca más serán dos naciones ni estarán divididos en dos reinos. 23  Ya no se *contaminarán más con sus ídolos, ni con sus iniquidades ni actos abominables. Yo los libraré y los *purificaré de todas sus infidelidades.[1] Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios. 24  Mi siervo David será su rey, y todos tendrán un solo *pastor. Caminarán según mis *leyes, y cumplirán mis preceptos y los pondrán en práctica. 25  Habitarán en la tierra que le di a mi siervo Jacob, donde vivieron sus antepasados. Ellos, sus hijos y sus nietos vivirán allí para siempre, y mi siervo David será su príncipe eterno. 26  Y haré con ellos un *pacto de *paz. Será un pacto eterno. Haré que se multipliquen, y para siempre colocaré mi santuario en medio de ellos. 27  Habitaré entre ellos, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. 28  Y cuando mi santuario esté para siempre en medio de ellos, las naciones sabrán que yo, el Señor, he hecho de Israel un pueblo *santo. "

                         NOTAS:

1. 37:23 infidelidades (mss. hebreos y LXX); moradas (TM).

Ezequiel 38


Profecía contra Gog

1  El Señor me dirigió la palabra: 2  "Hijo de hombre, encara a Gog, de la tierra de Magog, príncipe soberano de Mésec y Tubal. Profetiza contra él 3  y adviértele que así dice el Señor omnipotente: Yo estoy contra ti, Gog, príncipe supremo de Mésec y Tubal. 4  Te haré volver, te pondré garfios en la boca y te sacaré con todo tu ejército, caballos y jinetes. Todos ellos están bien armados; son una multitud enorme, con escudos y broqueles; todos ellos empuñan la espada. 5  Con ellos están Persia, Etiopía y Fut, todos ellos armados con escudos y yelmos. 6  Gómer también está allí, con todas sus tropas, y también Bet Togarma, desde el lejano norte, con todas sus tropas y muchos ejércitos que son tus aliados.
7  " Prepárate, manténte alerta, tú y toda la multitud que está reunida a tu alrededor; ponlos bajo tu mando. 8  Al cabo de muchos días se te encomendará una misión. Después de muchos años invadirás un país que se ha recuperado de la guerra, una nación que durante mucho tiempo estuvo en ruinas, pero que ha sido reunido de entre los muchos pueblos en los montes de Israel. Ha sido sacado de entre las naciones, y ahora vive confiado. 9  Pero tú lo invadirás como un huracán. Tú, con todas tus tropas y todos tus aliados, serás como un nubarrón que cubrirá la tierra.
10  " Así dice el Señor omnipotente: En aquel día harás proyectos, y maquinarás un plan perverso. 11  Y dirás: 'Invadiré a un país indefenso; atacaré a un pueblo pacífico que habita confiado en ciudades sin muros, *puertas y cerrojos. 12  Lo saquearé y me llevaré el botín; atacaré a las ciudades reconstruidas de entre las ruinas, al pueblo reunido allí de entre las naciones; es un pueblo rico en ganado y posesiones, que se cree el centro del mundo. 13  La gente de Sabá y Dedán, y los comerciantes de Tarsis y todos sus potentados, te preguntarán: '¿A qué vienes? ¿A despojarnos de todo lo nuestro? ¿Para eso reuniste a tus tropas? ¿Para quitarnos la plata y el oro, y llevarte nuestros ganados y posesiones? ¿Para alzarte con un enorme botín?
14  "Por eso, hijo de hombre, profetiza contra Gog y adviértele que así dice el Señor omnipotente: En aquel día, ¿acaso no te enterarás de que mi pueblo Israel vive confiado? 15  Vendrás desde el lejano norte, desde el lugar donde habitas, junto con otros pueblos numerosos. Todos ellos vendrán montados a caballo, y serán una gran multitud, un ejército poderoso. 16  En los últimos días atacarás a mi pueblo Israel, y como un nubarrón cubrirás el país. Yo haré que tú, Gog, vengas contra mi tierra, para que las naciones me conozcan y para que, por medio de ti, mi *santidad se manifieste ante todos ellos.
17  " Así dice el Señor omnipotente: A ti me refería yo cuando en tiempos pasados hablé por medio de mis siervos, los profetas de Israel. En aquel tiempo, y durante años, ellos profetizaron que yo te haría venir contra los israelitas. 18  Pero el día en que Gog invada a Israel, mi ira se encenderá con furor. Lo afirma el Señor omnipotente. 19  En el ardor de mi ira, declaro que en aquel momento habrá un gran terremoto en la tierra de Israel. 20  Ante mí temblarán los peces del mar, las aves del cielo, las bestias del campo, los reptiles que se arrastran, y toda la gente que hay sobre la faz de la tierra. Se derrumbarán los montes, se desplomarán las pendientes escarpadas, y todos los muros se vendrán abajo. 21  En todos los montes convocaré a la guerra contra Gog, y la espada de cada cual se volverá contra su prójimo afirma el Señor. 22  Yo juzgaré a Gog con peste y con sangre; sobre él y sobre sus tropas, lo mismo que sobre todas sus naciones aliadas, haré caer lluvias torrenciales, granizo, fuego y azufre. 23  De esta manera mostraré mi grandeza y mi santidad, y me daré a conocer ante muchas naciones. Entonces sabrán que yo soy el Señor.

Ezequiel 39


Derrota de Gog

1  "Hijo de hombre, profetiza contra Gog y adviértele que así dice el Señor omnipotente: Yo estoy contra ti, Gog, príncipe soberano de Mésec y Tubal. 2  Te haré volver y te arrastraré; te haré salir del lejano norte, y te haré venir contra los montes de Israel. 3  Quebraré el arco que llevas en la mano izquierda, y arrojaré a la basura las flechas que llevas en la mano derecha. 4  Caerás sobre los montes de Israel, junto con tus tropas y las naciones que te acompañan. Te arrojaré a las aves de rapiña y a las fieras salvajes para que te devoren. 5-6  Y caerás en campo abierto, porque yo lo he dicho. Y enviaré fuego sobre Magog y sobre los que confiados habitan en las costas. Entonces sabrán que yo soy el Señor. Yo, el Señor omnipotente, lo afirmo.
7  " Y me daré a conocer en medio de mi pueblo Israel. Ya no permitiré que mi *santo *nombre sea profanado; las naciones sabrán que yo soy el Señor, el santo de Israel. 8  Todo esto se acerca, y está a punto de suceder. Éste es el día del que he hablado. Yo, el Señor, lo afirmo.
9  " Entonces los habitantes de las ciudades de Israel saldrán y prenderán una hoguera, y allí quemarán sus armas: escudos y broqueles, arcos y flechas, mazas y lanzas. ¡Tendrán suficiente leña para hacer fuego durante siete años! 10  No tendrán que ir a buscar leña al monte, ni tendrán que cortarla de los bosques, porque la leña que usarán serán sus propias armas. Además, saquearán a sus saqueadores y despojarán a sus despojadores. Lo afirma el Señor.
11  " En aquel día abriré en Israel, en el valle de los Viajeros, frente al mar, una tumba para Gog. Ese lugar le cortará el paso a los viajeros. Allí enterrarán a Gog y a todo su ejército, y lo llamarán Valle del ejército de Gog. 12  Para enterrarlos, y *purificar así el país, los israelitas necesitarán siete meses. 13  Toda la gente del país los enterrará. Y el día en que yo me glorifique será para ellos un día memorable. Yo, el Señor omnipotente, lo afirmo.
14  " Al cabo de esos siete meses, elegirán hombres que se encarguen de recorrer el país, y junto con otros enterrarán a los que aún queden sobre la tierra, y así purificarán al país. 15  Cuando al recorrer el país uno de estos hombres encuentre algún hueso humano, colocará a su lado una señal, hasta que los enterradores lo sepulten en el Valle del ejército de Gog. 16  De esa manera purificarán al país. También allí habrá una ciudad llamada 'El ejército.
17  "Hijo de hombre, así dice el Señor omnipotente: Diles a todas las aves del cielo, y a todas las fieras, que se reúnan de todos los alrededores y vengan al sacrificio que les ofrezco, un gran sacrificio sobre los montes de Israel. Allí comerán carne y beberán sangre: 18  carne de poderosos guerreros, sangre de los príncipes de la tierra, como si fuera de carneros o corderos, de chivos o becerros, todos ellos engordados en Basán. 19  Del sacrificio que voy a preparar, comerán grasa hasta hastiarse y beberán sangre hasta emborracharse. 20  En mi mesa se hartarán de caballos y de jinetes, de guerreros valientes y de toda clase de soldados. Yo, el Señor, lo afirmo.
21  "Yo manifestaré mi gloria entre las naciones. Todas ellas verán cómo los he juzgado y castigado. 22  Y a partir de ese día, los israelitas sabrán que yo soy el Señor su Dios. 23  Y sabrán las naciones que el pueblo de Israel fue al exilio por causa de sus iniquidades, y porque me fueron infieles. Por eso les di la espalda y los entregué en manos de sus enemigos, y todos ellos cayeron a filo de espada. 24  Los traté conforme a sus impurezas y rebeliones, y les volví la espalda.
25  "Por eso, así dice el Señor omnipotente: Ahora voy a cambiar la suerte de Jacob. Tendré compasión de todo el pueblo de Israel, y celaré el prestigio de mi santo nombre. 26  Cuando habiten tranquilos en su tierra, sin que nadie los perturbe, olvidarán su vergüenza y todas las infidelidades que cometieron contra mí. 27  Cuando yo los haga volver de entre las naciones, y los reúna de entre los pueblos enemigos, en presencia de muchas naciones y por medio de ellos manifestaré mi *santidad. 28  Entonces sabrán que yo soy el Señor su Dios, quien los envió al exilio entre las naciones, pero que después volví a reunirlos en su propia tierra, sin dejar a nadie atrás. 29  Ya no volveré a darles la espalda, pues derramaré mi Espíritu sobre Israel. Yo, el Señor, lo afirmo."

Ezequiel 40


Visión del templo futuro

1  Transcurría el año veinticinco del exilio cuando el Señor puso su mano sobre mí, y me llevó a Jerusalén. Esto sucedió al comenzar el año, el día diez del mes primero, es decir, catorce años después de la toma de Jerusalén. 2  En una visión divina, Dios me trasladó a la tierra de Israel y me colocó sobre un monte muy alto. Desde allí, mirando al sur, había unos edificios que parecían una ciudad. 3  Dios me llevó allí, y vi un hombre que parecía hecho de bronce. Estaba de pie junto a la puerta, y en su mano tenía una cuerda de lino y una vara de medir. 4  Aquel hombre me dijo: "Hijo de hombre, abre los ojos y presta atención a todo lo que estoy por mostrarte, pues para eso se te ha traído aquí. Anda luego y comunícale a Israel todo lo que veas."


La puerta oriental

5  Entonces vi un muro que rodeaba el templo por fuera. El hombre tenía en la mano una vara de tres metros,[1] que le servía para medir, y midió el muro, el cual tenía tres metros de ancho por tres metros de alto.
6  Luego se dirigió a la puerta que mira hacia el oriente. Subió sus gradas y midió el umbral de la puerta, el cual medía tres metros de ancho. 7[2]  Cada celda lateral medía tres metros de largo por tres metros de ancho. Entre las celdas había un espacio de dos metros y medio. El umbral junto al vestíbulo de la puerta que daba al templo medía tres metros. 8  Luego midió el vestíbulo de la puerta, hacia el interior, y medía tres metros. 9  Midió el vestíbulo de la puerta que daba al templo, y éste medía cuatro metros; sus pilares eran de un metro de ancho. 10  A cada lado de la puerta que daba al oriente había tres celdas del mismo tamaño. A su vez, los pilares que estaban a los lados tenían la misma medida.
11  Aquel hombre midió también la entrada de la puerta, y tenía cinco metros de ancho por seis metros y medio de largo. 12  Delante de cada celda había un pequeño muro que medía medio metro de ancho por lado. Cada celda medía tres metros de ancho por tres metros de largo. 13  Luego midió la puerta, desde el techo de una celda hasta el techo de la celda de enfrente, y entre una y otra abertura había una distancia de doce metros y medio. 14  Luego midió el vestíbulo, que era de diez metros. El vestíbulo daba al atrio, que lo rodeaba por completo. 15  Desde el frente de la puerta de entrada hasta la parte interior del vestíbulo, el corredor tenía una extensión de veinticinco metros. 16  En torno de las celdas y de los pilares había ventanas con rejas que daban al interior. También en torno al vestíbulo había ventanas que daban a su interior. Sobre los pilares había grabados de palmeras.


El atrio exterior

17  Luego el hombre me llevó al atrio exterior. Allí vi unas habitaciones y un enlosado construido alrededor del atrio; las habitaciones que daban al enlosado eran treinta. 18  Este enlosado, que estaba en el piso inferior, bordeaba las puertas y correspondía a la longitud de las mismas. 19  Luego midió la distancia desde el frente de la puerta de abajo hasta el frente del atrio interior, y al este y al norte la distancia era de cincuenta metros.


La puerta norte

20  El hombre midió el largo y el ancho de la puerta que daba hacia el norte, es decir, hacia el atrio exterior. 21  Sus celdas, que también eran tres de cada lado, más sus pilares y su vestíbulo, tenían las mismas medidas que la primera puerta: veinticinco metros de largo por doce metros y medio de ancho. 22  Sus ventanas, su vestíbulo y sus palmeras tenían las mismas medidas que las de la puerta oriental. A esta puerta se subía por medio de siete gradas, y su vestíbulo estaba frente a ellas. 23  En el atrio interior había una puerta que daba a la puerta del norte, igual que en la puerta del este. El hombre midió la distancia entre las dos puertas, y era de cincuenta metros.


La puerta sur

24  Luego me condujo hacia el sur, y allí había una puerta que daba al sur. Midió las celdas, los pilares y el vestíbulo, y todos éstos tenían las mismas medidas que los anteriores. 25  La puerta y el vestíbulo también tenían ventanas a su alrededor, al igual que los otros, y medían veinticinco metros de largo por doce metros y medio de ancho. 26  También se subía a la puerta por medio de siete gradas, y frente a ella estaba su vestíbulo. Los pilares a ambos lados tenían grabados de palmeras. 27  El atrio interior tenía una puerta que daba al sur. El hombre midió la distancia entre una puerta y otra en dirección sur, y era de cincuenta metros.
Las puertas del atrio interior: la puerta sur
28  Luego me llevó por la puerta del sur hacia el atrio interior. Midió la puerta del sur, la cual tenía las mismas medidas que las anteriores. 29  Sus celdas, sus pilares y su vestíbulo también tenían las mismas medidas que los anteriores. La puerta y el vestíbulo tenían ventanas a su alrededor, y medían veinticinco metros de largo por doce metros y medio de ancho. 30  En su derredor había unos vestíbulos de doce metros y medio de largo por dos metros y medio de ancho. 31  Su vestíbulo daba hacia el atrio exterior; sus pilares también tenían grabados de palmeras. A esta puerta se llegaba subiendo ocho gradas.
El atrio interior: la puerta oriental
32  También me llevó al atrio interior que daba al oriente, y midió la entrada, y medía igual que las anteriores. 33  Sus celdas, sus pilares y su vestíbulo también tenían las mismas medidas que los anteriores. La puerta y el vestíbulo tenían ventanas a su alrededor, y medían veinticinco metros de largo por doce metros y medio de ancho. 34  Su vestíbulo daba al atrio exterior. Los pilares tenían a cada lado grabados de palmeras, y a esta puerta se llegaba subiendo ocho gradas.
El atrio interior: la puerta norte
35  Luego el mismo hombre me llevó a la puerta del norte y la midió: ésta tenía las mismas medidas que las otras. 36  También tenía celdas, pilares, vestíbulo y ventanas a su alrededor, y medían veinticinco metros de largo por doce metros y medio de ancho. 37  Su vestíbulo miraba hacia el atrio exterior. Los pilares tenían grabados de palmera a cada lado. A esta puerta se llegaba subiendo ocho gradas.


Los anexos de las puertas

38  Había una sala que se comunicaba con el vestíbulo de cada puerta. Allí se lavaba el *holocausto. 39  En el vestíbulo de la puerta había cuatro mesas, dos de cada lado, donde se mataba a los animales para el holocausto, para la ofrenda por el pecado y para la ofrenda por la culpa. 40  Fuera del vestíbulo, por donde se subía hacia la entrada de la puerta norte, había otras dos mesas; y al otro lado del vestíbulo de la puerta había otras dos mesas. 41  De manera que había cuatro mesas de un lado de la puerta y cuatro del otro, es decir, ocho mesas en total, donde se mataba a los animales. 42  Para el holocausto había cuatro mesas talladas en piedra, que medían setenta y cinco centímetros de largo por setenta y cinco centímetros de ancho, y cincuenta centímetros de alto. Sobre ellas se colocaban los instrumentos con que se mataba a los animales para el holocausto y otros sacrificios. 43  Colocados en el interior, sobre las paredes en derredor, estaban los ganchos dobles, que medían unos veinticinco centímetros de largo. Sobre las mesas se ponía la carne de las ofrendas.


Las habitaciones para los sacerdotes

44  En el atrio interior, fuera de las puertas interiores, había dos salas.[3] Una de ellas estaba junto a la puerta del norte que daba al sur, y la otra estaba junto a la puerta del sur[4] que daba al norte. 45  Aquel hombre me dijo: "La sala que da al sur es para los sacerdotes que están encargados del servicio en el templo, 46  mientras que la sala que da al norte es para los sacerdotes encargados del servicio en el altar. Éstos son los hijos de Sadoc, y son los únicos levitas que pueden acercarse al Señor para servirle."


El atrio interior y el templo

47  El hombre midió el atrio, que era un cuadrado de cincuenta metros de largo por cincuenta metros de ancho. El altar estaba frente al templo. 48  Entonces me llevó al vestíbulo del templo y midió sus pilares, y cada uno medía dos metros y medio de grueso. El ancho de la puerta era de siete metros, mientras que las paredes laterales de la puerta medían un metro y medio de ancho. 49  El vestíbulo medía seis metros de largo por diez metros de ancho, y se llegaba a él por una escalera de diez gradas.[5] Junto a cada pilar había una columna.

                         NOTAS:

1. 40:5 tres metros. Lit. seis *codos, a razón de codo y *palmo. En el resto de este libro, las medidas se han convertido al sistema métrico, sin explicación en las notas.
2. 40:6 ancho (LXX); ancho, y un umbral, una vara de ancho (TM).
3. 40:44 dos salas (LXX); salas para cantores (TM).
4. 40:44 sur (LXX); este (TM).
5. 40:49 diez gradas (LXX); gradas (TM)

Ezequiel 41

1  Luego el hombre me llevó al templo y midió los pilares, los cuales tenían tres metros de un lado y tres metros del otro. 2  El ancho de la entrada era de cinco metros, y cada una de las paredes laterales medía dos metros y medio de ancho. También midió la nave central, la cual medía veinte metros de largo por diez de ancho.
3  Después entró en el recinto interior y midió los pilares de la entrada, los cuales eran de un metro cada uno. La entrada medía tres metros de ancho, y las paredes laterales de la entrada medían tres metros y medio. 4  Después midió la longitud del recinto interior, que era de diez metros de largo; su anchura era de la misma medida. Entonces me dijo: "Éste es el Lugar Santísimo."
5  Luego midió el muro del templo, que era de tres metros de espesor. Las salas alrededor del templo medían dos metros de fondo. 6  Estas salas laterales estaban puestas una sobre otra, formando tres pisos. En cada piso había treinta salas. Alrededor de todo el muro del templo había soportes que sobresalían para sostener a las salas laterales, de modo que no estuvieran empotradas en el muro del templo. 7  Las salas laterales alrededor del templo se ensanchaban en cada piso sucesivo. La estructura alrededor del templo estaba construida en niveles ascendentes, de modo que, a medida que se subía, las salas de arriba adquirían mayor amplitud. Una rampa subía desde el piso inferior hasta el superior, pasando por el piso intermedio.
8  También vi que alrededor de todo el templo había una plataforma elevada que servía de base para las salas laterales. Esta base medía tres metros de altura. 9  La pared exterior de las salas tenía un espesor de dos metros y medio, y entre las salas laterales del templo 10  y las habitaciones de los sacerdotes que rodeaban el templo quedaba un espacio libre de diez metros de ancho. 11  Las salas laterales se comunicaban con el espacio libre por medio de dos entradas, una al norte y otra al sur. El ancho del espacio libre alrededor de las salas laterales era de dos metros y medio.
12  El edificio que por el lado oeste quedaba frente al patio medía treinta y cinco metros de ancho, con un muro de dos metros y medio de ancho por cuarenta y cinco metros de largo.
13  El hombre midió el templo, el cual tenía un total de cincuenta metros de largo. También el patio con el edificio adyacente y el muro medían cincuenta metros de largo. 14  El ancho de la fachada del templo, más la parte del patio que da hacia el este, medía cincuenta metros. 15  Luego midió la longitud del edificio posterior del templo que daba al patio, junto con las galerías de ambos lados, y medía cincuenta metros.
La nave interior del templo, los vestíbulos del atrio, 16  los umbrales, las ventanas con rejas y las galerías alrededor de los tres pisos, comenzando desde la entrada, estaban recubiertos de madera por todas partes. De arriba a abajo, todo estaba recubierto, incluso las ventanas. 17  Desde la entrada hasta el recinto interior, y alrededor de todo el muro, por dentro y por fuera, en el interior y el exterior, 18  se alternaban los grabados de *querubines y palmeras. Cada querubín tenía dos rostros, 19  uno de hombre y otro de león. Cada rostro miraba hacia la palmera que tenía a su costado. Alrededor de todo el templo podían verse los grabados de estos querubines. 20  Desde el suelo hasta la parte superior de las puertas había grabados de querubines y palmeras sobre todas las paredes del templo.
21  Los postes de la entrada al templo eran cuadrados, y frente al Lugar Santísimo había algo que parecía 22  un altar de madera, el cual medía un metro y medio de alto por uno de largo y uno de ancho. Sus esquinas, la base[1] y sus costados eran de madera. El hombre me dijo: "Esta es la mesa que está delante del Señor." 23  Tanto el templo como el Lugar Santísimo tenían puertas dobles. 24  Cada puerta tenía dos hojas; dos hojas giratorias para cada puerta. 25  Sobre la puerta del templo había grabados de querubines y palmeras, como los que había en las paredes. En la fachada del vestíbulo, por la parte exterior, había un alero de madera. 26  Sobre ambos lados del vestíbulo había ventanas con rejas y con grabados de palmeras. Las salas laterales también tenían aleros.

                         NOTAS:

1. 41:22 la base (LXX); la longitud (TM).

Ezequiel 42


Las habitaciones para los sacerdotes

1  El hombre me sacó al atrio exterior, en dirección al norte, y me hizo entrar a las habitaciones que estaban hacia el norte, frente al patio cerrado y frente al edificio detrás del templo. 2  Todo esto medía cincuenta metros de largo por el lado norte, y veinticinco metros de ancho. 3  Frente a los diez metros del atrio interior, y frente al enlosado del atrio exterior, había en los tres pisos unas galerías, las cuales quedaban unas frente a las otras. 4  Frente a las habitaciones había un pasillo interior de cinco metros de ancho y cincuenta[1] de largo. Las puertas de las habitaciones daban al norte. 5  Las habitaciones del piso superior eran más estrechas que las del piso inferior y las del piso intermedio, porque las galerías les quitaban más espacio a las de arriba. 6  Las habitaciones en el tercer piso no tenían columnas como las habitaciones del atrio, y por eso eran más estrechas que las del piso intermedio y las del piso inferior. 7  Había un muro exterior que corría paralelo y de frente a las habitaciones del atrio exterior, el cual medía veinticinco metros de largo. 8  Las habitaciones que daban al atrio exterior medían veinticinco metros, mientras que las que daban al frente del templo medían cincuenta metros. 9  A las habitaciones del piso inferior se entraba por el atrio exterior, es decir, por el este.
10  Por el lado sur,[2] a lo largo del muro del atrio, frente al patio y frente al edificio detrás del templo, había unas habitaciones. 11  Tenían un pasillo frente a ellas, como el de las habitaciones de la parte norte. A su vez, tenían la misma longitud, el mismo ancho, las mismas salidas, las mismas disposiciones y las mismas entradas. 12  Bajo las habitaciones que daban al sur, frente al muro que daba al este, que era por donde se podía entrar a ellas, había una entrada al comienzo de cada pasillo.
13  El hombre me dijo: "Las habitaciones del norte y del sur, que están frente al patio, son las habitaciones sagradas. Allí es donde los sacerdotes que se acercan al Señor comerán las ofrendas más sagradas. Allí colocarán la ofrenda de cereal, la ofrenda por el pecado y la ofrenda por la culpa, porque el lugar es *santo. 14  Cuando los sacerdotes entren allí, no saldrán al atrio exterior sin dejar antes las vestiduras con que ministran, porque esas vestiduras son santas. Antes de acercarse a los lugares destinados para el pueblo deberán vestirse con otra ropa."
15  Cuando el hombre terminó de medir el interior del templo, me hizo salir por la puerta que da al oriente, y midió todo el contorno. 16  Tomó la vara para medir el lado oriental, y éste midió doscientos cincuenta metros. 17[3]  Después midió el lado norte, y también medía doscientos cincuenta metros; 18  luego el lado sur: doscientos cincuenta metros; 19  luego se volvió hacia el lado oeste y lo midió: doscientos cincuenta metros. 20  El hombre tomó las medidas de los cuatro lados. La zona estaba rodeada por un muro que medía doscientos cincuenta metros de largo por doscientos cincuenta metros de ancho. Este muro separaba lo sagrado de lo profano.

                         NOTAS:

1. 42:4 cincuenta (LXX; lit. cien *codos); medio metro (TM; lit. un codo).
2. 42:10 sur (LXX); este (TM).
3. 42:16 doscientos cincuenta metros. Texto de difícil traducción.

Ezequiel 43


La gloria del Señor vuelve al templo

1  Entonces el hombre me llevó a la puerta que da al oriente, 2  y vi que la gloria del Dios de Israel venía del oriente, en medio de un ruido ensordecedor, semejante al de un río caudaloso; y la tierra se llenó de su gloria. 3  Esta visión era semejante a la que tuve cuando el Señor vino a destruir la ciudad de Jerusalén, y a la que tuve junto al río Quebar. Me incliné rostro en tierra, 4  y la gloria del Señor entró al templo por la puerta que daba al oriente. 5  Entonces el Espíritu me levantó y me introdujo en el atrio interior, y vi que la gloria del Señor había llenado el templo.
6  Mientras el hombre estaba de pie a mi lado, oí que alguien me hablaba desde el templo. 7  Me decía: "Hijo de hombre, éste es el lugar de mi trono, el lugar donde pongo la planta de mis pies; aquí habitaré entre los israelitas para siempre. El pueblo de Israel y sus reyes no volverán a profanar mi *santo *nombre con sus infidelidades, ni con sus tumbas reales y sus cultos idolátricos. 8  Los israelitas profanaron mi santo nombre con sus acciones detestables, pues colocaron su umbral y sus postes junto a los míos, con tan sólo un muro de por medio. Por eso, en mi ira los exterminé. 9  Que alejen ahora de mí sus infidelidades y sus tumbas reales, y yo habitaré en medio de ellos para siempre.
10  "Hijo de hombre, cuéntale al pueblo de Israel acerca del templo, con sus planos y medidas, para que se avergüencen de sus iniquidades. 11  Y si se avergüenzan de todo lo que han hecho, hazles conocer el diseño del templo y su estructura, con sus salidas y entradas, es decir, todo su diseño, al igual que sus preceptos y sus *leyes. Pon todo esto por escrito ante sus ojos, para que sean fieles a todo su diseño y cumplan todos sus preceptos.
12  "Ésta es la ley del templo: todo el terreno que lo rodea sobre la cumbre del monte será un Lugar Santísimo. Tal es la ley del templo."


El altar

13  Éstas son las medidas del altar:[1] Alrededor del altar había una fosa de medio metro de hondo por medio metro de ancho, con un reborde de veinticinco centímetros alrededor de toda la orilla. La altura del altar era la siguiente: 14  Desde la fosa en el suelo hasta el zócalo inferior tenía un metro de alto y medio metro de ancho; y desde el zócalo inferior hasta el zócalo superior, medía dos metros de alto y medio metro de ancho. 15  El fogón del altar medía dos metros, y desde allí se erguían cuatro cuernos. 16  El fogón del altar era un cuadrado perfecto de seis metros de largo por seis de ancho. 17  El zócalo superior también era un cuadrado de siete metros de largo por siete de ancho, y alrededor de todo el altar había un reborde de veinticinco centímetros. La fosa alrededor del altar tenía medio metro de ancho. Las gradas del altar daban al oriente.
18  Luego el hombre me dijo: "Hijo de hombre, así dice el Señor omnipotente: El día que se construya el altar para ofrecer los *holocaustos y para derramar la sangre, se deberán seguir estas normas: 19  A los sacerdotes levitas descendientes de Sadoc que se acercan para servirme les darás un ternero para que lo ofrezcan como sacrificio por el pecado. Lo afirma el Señor omnipotente. 20  Luego tomarás un poco de la sangre, y con ella rociarás los cuatro cuernos, las cuatro esquinas del zócalo superior y todo el reborde que lo rodea. Así lo *purificarás y harás *expiación por él. 21  Después tomarás el ternero del sacrificio por el pecado, y éste será quemado en el lugar señalado en el templo, fuera del santuario.
22  "Al segundo día, ofrecerás como sacrificio por el pecado un macho cabrío sin defecto, y el altar quedará purificado de la misma manera que se purificó con el ternero. 23  Cuando hayas terminado de purificarlo, ofrecerás un ternero y un carnero sin defecto 24  en presencia del Señor, y los sacerdotes los rociarán con sal y los ofrecerán como holocausto al Señor. 25  Durante siete días ofrecerás diariamente un macho cabrío para el sacrificio por el pecado, y también un ternero y un carnero del rebaño, ambos sin defecto. 26  Durante siete días los sacerdotes harán la expiación por el altar y lo purificarán; de este modo quedará consagrado. 27  Al cabo de estos siete días, y a partir del día octavo, comenzarán a ofrecer sobre el altar los holocaustos y sacrificios de *comunión que ustedes ofrezcan. Entonces yo los aceptaré. Lo afirma el Señor."

                         NOTAS:

1. 43:13 del altar. Lit. del altar en codos, a razón de *codo y *palmo.

Ezequiel 44


Deberes de levitas y sacerdotes

1  El hombre me hizo regresar por la puerta exterior del templo, la que daba al oriente, pero estaba cerrada. 2  Allí el Señor me dijo: "Esta puerta quedará cerrada. No se abrirá, y nadie deberá entrar por ella. Deberá quedar cerrada porque por ella ha entrado el Señor, Dios de Israel. 3  Tan sólo el príncipe podrá sentarse junto a la puerta para comer en presencia del Señor. Deberá entrar por el vestíbulo de la puerta, y salir por el mismo lugar."


Los levitas

4  Después el hombre me llevó por el camino de la puerta del norte, que está frente al templo. Al ver que la gloria del Señor llenaba el templo, me postré rostro en tierra. 5  Entonces el Señor me dijo: "Hijo de hombre, presta mucha atención. Abre bien los ojos y escucha atentamente todo lo que voy a decirte sobre las normas y las leyes concernientes al templo. Fíjate bien en quiénes pueden entrar al santuario, y quiénes no.
6  "Adviértele a este pueblo rebelde de Israel que así dice el Señor omnipotente: Pueblo de Israel, ¡basta ya de tus prácticas detestables! 7  Ustedes dejaron entrar en mi santuario a extranjeros, incircuncisos de *corazón y de cuerpo, para que profanaran mi templo. Mientras tanto, ustedes me ofrecían alimentos, grasa y sangre, violando así mi *pacto con sus acciones detestables. 8  No se ocuparon de cumplir con mi culto sagrado, sino que pusieron a extranjeros a cargo de mi santuario. 9  Así dice el Señor omnipotente: ¡No entrará en mi templo ningún extranjero incircunciso de corazón y de cuerpo; ni siquiera los extranjeros que habitan entre los israelitas!
10  " Tendrán que pagar por su iniquidad los levitas que se alejaron de mí cuando Israel se descarriaba para ir tras sus ídolos malolientes. 11  Podrán servir en mi santuario como custodios de las puertas, y en algunos otros menesteres del templo. Ellos serán los que maten los animales para el *holocausto y para el sacrificio que presenta el pueblo, y deberán estar dispuestos a servir al pueblo. 12  Pero yo he levantado mi mano contra ellos, y por haber servido al pueblo de Israel delante de sus ídolos malolientes, y por hacerlo caer, tendrán que pagar por su iniquidad. Yo, el Señor, lo afirmo. 13  No podrán acercarse a mí para servir como sacerdotes, ni se acercarán a mis objetos sagrados, y menos aún a los objetos santísimos. Tendrán que cargar con la vergüenza de las acciones detestables que han cometido. 14  Sin embargo, los pondré a cargo de la custodia del templo, y de todo el servicio que se deba cumplir en él.
15  " En cambio, se acercarán para servirme los sacerdotes levitas descendientes de Sadoc, que estuvieron al servicio de mi santuario cuando los israelitas se descarriaban de mí; y se presentarán ante mí para ofrecerme la grasa y la sangre. Yo, el Señor omnipotente, lo afirmo. 16  Sólo ellos entrarán en mi santuario y podrán acercarse a mi mesa para servirme y encargarse de mi servicio. 17  Y cuando entren por la puerta del atrio interior, se pondrán vestiduras de lino. Cuando estén sirviendo a las puertas del atrio interior, o en el templo, no llevarán ropa de lana. 18  Llevarán turbantes de lino sobre la cabeza, y alrededor de la cintura usarán ropa interior de lino. No se pondrán nada en la cintura que los haga transpirar. 19  Y cuando salgan al atrio exterior, donde está el pueblo, deberán quitarse la ropa con que hayan servido y dejarla en las salas sagradas. Luego se cambiarán de ropa, a fin de no *santificar al pueblo por medio de sus vestiduras.
20  " No se raparán la cabeza, pero tampoco se dejarán largo el cabello, sino que se lo recortarán prolijamente.
21  " Ningún sacerdote deberá beber vino cuando entre en el atrio interior.
22  " No deberá casarse con una viuda o una divorciada, sino sólo con una israelita que aún sea virgen o con la viuda de un sacerdote.
23  " Deberán enseñarle a mi pueblo a distinguir entre lo sagrado y lo profano, y mostrarle cómo diferenciar entre lo *puro y lo impuro.
24  " En cualquier pleito, los sacerdotes fungirán como jueces y juzgarán según mis ordenanzas. En todas mis fiestas observarán mis *leyes y mis preceptos, y observarán mis *sábados, pues son días *santos.
25  " El sacerdote no deberá acercarse a un cadáver, para no *contaminarse. Sólo podrá contaminarse si el cadáver es de su propio padre, o de su madre, hijo, hija, hermano, o hermana soltera. 26  Si queda contaminado, deberá purificarse, y luego esperar siete días. 27  El día que vuelva a entrar en el atrio interior del santuario para cumplir su servicio, deberá ofrecer su sacrificio por el pecado. Lo afirma el Señor omnipotente.
28  " Los sacerdotes no tendrán ninguna heredad, porque su heredad soy yo. Ustedes no les darán ninguna propiedad en Israel. Su propiedad soy yo. 29  Ellos se alimentarán de la ofrenda de cereal y de las víctimas ofrecidas por el pecado y por la culpa. Además, todo lo que los israelitas consagren al Señor será para ellos. 30  También recibirán lo mejor de todas las *primicias y de todas las ofrendas que ustedes presenten. Les darán a los sacerdotes, para su pan, lo mejor de sus masas. Así mi bendición reposará sobre los hogares de ustedes. 31  Los sacerdotes no comerán ningún animal, sea ave o bestia, que sea encontrado muerto o despedazado por una fiera.

Ezequiel 45


División de la tierra

1  " Cuando por sorteo se repartan la tierra como herencia, deberán reservar una porción de terreno, la cual será consagrada al Señor. Esta porción santa será de doce mil quinientos metros de largo por diez mil[1] de ancho. Todo este territorio será *santo. 2  De allí se adjudicará para el santuario un terreno cuadrado de doscientos cincuenta metros por lado. Además, alrededor de ese terreno se reservará un espacio libre de veinticinco metros de ancho. 3  En esa sección reservada apartarás una parcela de doce mil quinientos metros de largo por cinco mil de ancho, donde estará el santuario, el Lugar Santísimo. 4  Ésta será la porción santa de tierra para los sacerdotes que sirven en el santuario y que se acercan para servir al Señor. Allí construirán sus casas, y también el santuario del Señor. 5  Además, a los levitas que sirven en el templo se les adjudicará un espacio de doce mil quinientos metros de largo por cinco mil de ancho, para que tengan ciudades donde vivir. 6[2]  Y como territorio para la ciudad se asignará, junto a la sección reservada para el santuario, un espacio de dos mil quinientos metros de ancho por doce mil quinientos de largo. Este terreno pertenecerá a todo el pueblo de Israel.
7  " Al príncipe se le asignará una porción de tierra a ambos lados de la sección reservada para el santuario y de la sección reservada para la ciudad. Por el lado oeste se extenderá hacia el oeste, y hacia el este por el lado oriental. Su longitud de este a oeste será igual a la de los terrenos asignados a una de las tribus. 8  Esta tierra será su posesión en Israel; así mis príncipes no volverán a oprimir a mi pueblo, sino que dejarán que las tribus de Israel ocupen la tierra.
9  " Así dice el Señor omnipotente: ¡Basta ya, príncipes de Israel! ¡Abandonen la violencia y la explotación! ¡Practiquen el derecho y la justicia! ¡Dejen de extorsionar a mi pueblo! Lo afirma el Señor. 10  ¡Usen balanzas justas, y pesas y medidas exactas! 11  Para sólidos y líquidos usarán la misma unidad de medida. El jómer de doscientos veinte litros servirá de patrón. Un bato de líquido será igual a una décima de jómer, y un efa de granos será igual a una décima de jómer. 12  En cuanto a las medidas de peso: una mina será igual a veinte siclos, y un siclo será igual a veinte guerás.
13  " Ésta es la ofrenda especial que presentarán: por cada jómer de trigo, la sexta parte de un efa; por cada jómer de cebada, la sexta parte de un efa. 14  La medida para el aceite es la siguiente: por cada coro, la décima parte de un bato; esto equivale a diez batos, y también a un jómer, ya que diez batos equivalen a un jómer.
15  " En cuanto a las ovejas, se tomará una de cada doscientas de los rebaños que pastan en las mejores praderas de Israel. Éstas se usarán para las ofrendas de cereales, el *holocausto y el sacrificio de *comunión, a fin de hacer *expiación por ellos afirma el Señor. 16  Todo el pueblo estará obligado a contribuir para esta ofrenda especial del príncipe de Israel. 17  Pero en las fiestas, lunas nuevas y *sábados, y en todas las fiestas señaladas en el pueblo de Israel, al príncipe le corresponderá proveer los holocaustos, las ofrendas de cereales y las libaciones. Deberá también proveer la ofrenda por el pecado, las ofrendas de cereales, el holocausto y los sacrificios de comunión, para hacer expiación por los pecados de Israel.
18  " Así dice el Señor omnipotente: El día primero del mes primero tomarás un ternero sin defecto y lo ofrecerás como sacrificio para *purificar de pecado al templo. 19  De la ofrenda por el pecado el sacerdote tomará un poco de sangre y la pondrá sobre los postes de la puerta del templo, en las cuatro esquinas del zócalo superior del altar, y en los postes de la puerta del atrio interior. 20  Lo mismo harás el día siete del mes con todo el que haya pecado sin intención o por ignorancia. Así el templo quedará purificado.
21  " El día catorce del mes primero deberás celebrar la fiesta de la Pascua. Durante siete días comerás pan sin levadura. 22  Ese día el príncipe deberá ofrecer un ternero como sacrificio por su pecado y el de todo el pueblo. 23  Y cada día, durante los siete días de la fiesta, el príncipe deberá ofrecer en holocausto al Señor siete terneros y siete carneros sin defecto. Además, cada día ofrecerá un macho cabrío como sacrificio por el pecado. 24  También ofrecerá, como ofrenda de cereal, un efa por cada ternero, un efa por cada carnero, y un hin de aceite por cada efa.
25  " Durante los siete días de la fiesta, que comienza el día quince del mes séptimo, el príncipe deberá proveer lo mismo para el sacrificio por el pecado, el holocausto y las ofrendas de cereales y de aceite.

                         NOTAS:

1. 45:1 diez mil (LXX; lit. veinte mil *codos); cinco mil (TM; lit. diez mil codos).
2. 45:5 ciudades donde vivir (LXX); veinte habitaciones (TM).

Ezequiel 46

1  " Así dice el Señor omnipotente: La puerta oriental del atrio interior permanecerá cerrada durante los días laborables, pero se abrirá los *sábados y los días de luna nueva. 2  El príncipe entrará por el vestíbulo de la puerta, y se detendrá junto a uno de los postes de la puerta; entonces los sacerdotes ofrecerán sus *holocaustos y sus sacrificios de *comunión. El príncipe adorará junto al umbral de la puerta, y luego saldrá; la puerta, sin embargo, no se cerrará hasta el atardecer.
3  " Los sábados y los días de luna nueva el pueblo de esta tierra adorará en presencia del Señor, frente a la misma puerta. 4  El holocausto que el príncipe ofrecerá al Señor el día sábado será de seis corderos y un carnero, todos ellos sin defecto alguno. 5  La ofrenda de cereales será de un efa por carnero, y por los corderos, lo que pueda darse; por cada efa deberá ofrecer un hin de aceite. 6  En el día de luna nueva deberá ofrecer un ternero, seis corderos y un carnero, todos ellos sin defecto alguno. 7  Por el ternero ofrecerá una ofrenda de cereales de un efa, y lo mismo por el carnero. Por los corderos, la ofrenda de cereales será según lo que pueda darse, y por cada efa deberá ofrecer un hin de aceite.
8  " Cuando el príncipe entre, lo hará por el vestíbulo de la puerta, y saldrá por el mismo lugar. 9  Pero cuando el pueblo se presente delante del Señor durante las fiestas señaladas, el que entre para adorar por la puerta del norte saldrá por la puerta del sur; así mismo, el que entre por la puerta del sur saldrá por la puerta del norte. Nadie saldrá por la misma puerta por la que entró, sino que siempre saldrá por la de enfrente. 10  Y cuando entren y cuando salgan, el príncipe deberá estar entre ellos. 11  En los festivales y en las fiestas señaladas, la ofrenda de cereales será de un efa por cada ternero y lo mismo por cada carnero. Por los corderos será según lo que pueda darse, y por cada efa deberá ofrecerse un hin de aceite.
12  " Y cuando el príncipe presente una ofrenda voluntaria al Señor, ya sea un holocausto o un sacrificio de comunión, se le abrirá la puerta oriental, y ofrecerá su holocausto o su sacrificio de comunión de la misma manera que lo hace el día sábado. Luego saldrá, y tras él cerrarán la puerta.
13  " Todas las mañanas ofrecerás, en holocausto al Señor, un cordero de un año sin defecto. 14  De la misma manera, ofrecerás cada mañana una ofrenda de cereales. Será de una sexta parte de un efa, con una tercera parte de un hin de aceite para humedecer la harina. Ésta será una ofrenda al Señor, que se presentará siempre, por ordenanza perpetua. 15  Por lo tanto, cada mañana se ofrecerán, como holocausto perpetuo, el cordero, la ofrenda de cereales y la ofrenda de aceite.
16  " Así dice el Señor omnipotente: Si el príncipe le regala a alguno de sus hijos parte de su herencia, ese regalo le pertenecerá a sus descendientes, pues es su herencia. 17  Pero si le regala parte de su herencia a alguno de sus siervos, ésta sólo le pertenecerá al siervo hasta el año del jubileo, después de lo cual el siervo se la devolverá al príncipe. La herencia del príncipe es patrimonio de sus descendientes. 18  El príncipe no se apoderará de la herencia del pueblo, ni lo privará de lo que le pertenece. A sus hijos les dará solamente lo que sea parte de su propiedad personal; así en mi pueblo nadie quedará despojado de su propiedad. "
19  Luego el hombre me llevó a la entrada que estaba al lado de la puerta, a las habitaciones que dan al norte y que estaban consagradas para los sacerdotes. Desde allí me mostró un espacio en el fondo, al lado oeste. 20  Y me dijo: "Éste es el lugar donde los sacerdotes hervirán la carne de los animales ofrecidos en sacrificio por la culpa o por el pecado. También aquí se cocerán las ofrendas de cereales. Esto es para que no tengan que sacarlas al atrio exterior, pues el pueblo podría entrar en contacto con los objetos sagrados."
21  Entonces me llevó al atrio exterior y me hizo pasar por los cuatro ángulos del atrio. Vi que en cada ángulo había un pequeño atrio. 22  En los cuatro ángulos del atrio había atrios cercados,[1] todos del mismo tamaño, de veinte metros de largo por quince de ancho. 23  Alrededor de los cuatro atrios había un muro, y en todo el derredor de la parte baja del muro había unos fogones. 24  Entonces me dijo: "Éstas son las cocinas donde los servidores del templo hervirán los animales para los sacrificios del pueblo."

                         NOTAS:

1. 46:22 cercados. Palabra de difícil traducción.

Ezequiel 47


El río del templo

1  El hombre me trajo de vuelta a la entrada del templo, y vi que brotaba agua por debajo del umbral, en dirección al oriente, que es hacia donde da la fachada del templo. El agua corría por la parte baja del lado derecho del templo, al sur del altar. 2  Luego el hombre me sacó por la puerta del norte, y me hizo dar la vuelta por fuera, hasta la puerta exterior que mira hacia el oriente; y vi que las aguas fluían del lado sur. 3  El hombre salió hacia el oriente con una cuerda en la mano, midió quinientos metros y me hizo cruzar el agua, la cual me llegaba a los tobillos. 4  Luego midió otros quinientos metros y me hizo cruzar el agua, que ahora me llegaba a las rodillas. Midió otros quinientos metros, y me hizo cruzar el agua, que esta vez me llegaba a la cintura. 5  Midió otros quinientos metros, pero la corriente se había convertido ya en un río que yo no podía cruzar. Había crecido tanto que sólo se podía cruzar a nado. 6  Entonces me preguntó: "¿Lo has visto, hijo de hombre?"
En seguida me hizo volver a la orilla del río, 7  y al llegar vi que en sus márgenes había muchos árboles. 8  Allí me dijo: "Estas aguas fluyen hacia la región oriental, descienden hasta el Arabá, y van a dar al Mar Muerto. Cuando desembocan en ese mar, las aguas se vuelven dulces. 9  Por donde corra este río, todo ser viviente que en él se mueva vivirá. Habrá peces en abundancia porque el agua de este río transformará el agua salada en agua dulce, y todo lo que se mueva en sus aguas vivirá. 10  Junto al río se detendrán los pescadores, desde Engadi hasta Eneglayin, porque allí habrá lugar para secar sus redes. Los peces allí serán tan variados y numerosos como en el mar Mediterráneo. 11[1]  Pero sus pantanos y marismas no tendrán agua dulce, sino que quedarán como salinas. 12  Junto a las orillas del río crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas no se marchitarán, y siempre tendrán frutos. Cada mes darán frutos nuevos, porque el agua que los riega sale del templo. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas serán medicinales.


Los límites del país

13  "Así dice el Señor omnipotente: Éstos son los límites del país que se repartirá como herencia a las doce tribus de Israel, tomando en cuenta que a José le tocará una doble porción. 14  A los antepasados de ustedes les juré darles este país como herencia. Ahora cada uno de ustedes recibirá una parte igual, porque este país es su herencia.
15  "Por el lado norte, comenzando desde el mar Mediterráneo y pasando por la ciudad de Hetlón hasta la entrada de Zedad, los límites del país serán: 16  Jamat, Berotá, Sibrayin que está entre el territorio de Damasco y el de Jamat y Jazar Haticón, que limita con Jaurán. 17  Así el límite norte se extenderá desde el mar Mediterráneo hasta Jazar Enán. Al norte quedarán los territorios de Jamat y Jaurán.
18  "Por el oriente, la frontera entre la tierra de Israel y Jaurán, Damasco y Galaad, será el río Jordán, hasta la ciudad de Tamar, que está junto al Mar Muerto; éste será el lado oriental.
19  "Por el sur, la frontera irá desde Tamar hasta el oasis de Meribá Cades, en dirección del torrente de Egipto, hasta el mar Mediterráneo. Éste será el límite sur.
20  "Por el occidente, la frontera será el mar Mediterráneo, desde el límite sur hasta la costa que está a la altura de Lebó Jamat.[2] Éste será el límite occidental.
21  "Ustedes deberán repartirse esta tierra entre las doce tribus de Israel. 22  La sortearán como herencia entre ustedes, y entre los extranjeros que habiten entre ustedes y que entre ustedes hayan tenido, a los cuales deberán considerar israelitas por nacimiento. Por tanto, estos extranjeros recibirán una herencia con ustedes entre las tribus de Israel. 23  Y en la tribu donde esté residiendo el extranjero, allí le darán su herencia. Lo afirma el Señor omnipotente.

                         NOTAS:

1. 47:10 mar Mediterráneo. Lit. mar grande; también en vv. 15,19,20.
2. 47:20 Lebó Jamat. Alt. la entrada de Jamat; también en 48:1.

Ezequiel 48


Reparto de la tierra

1  "Éstos son los nombres de las tribus, partiendo desde la frontera norte y comenzando con la tribu de Dan, de este a oeste, y desde el Mediterráneo, pasando por Hetlón, hasta Lebó Jamat y Jazar Enán, que es la parte al sur de Damasco y Jamat:
2  "Debajo de Dan, de este a oeste, está la porción de territorio de Aser.
3  "Debajo de Aser, de este a oeste, está la porción de territorio de Neftalí.
4  "Debajo de Neftalí, de este a oeste, está la porción de territorio de Manasés.
5  "Debajo de Manasés, de este a oeste, está la porción de territorio de Efraín.
6  "Debajo de Efraín, de este a oeste, está la porción de territorio de Rubén.
7  "Debajo de Rubén, de este a oeste, está la porción de territorio de Judá.
8  "Debajo de Judá, de este a oeste, está la porción de territorio que reservarás. Será de doce mil quinientos metros de ancho, y de este a oeste su longitud será la misma que la de los otros territorios. En medio de esta porción estará el santuario.
9  "La parcela que ustedes deben reservar para el Señor tendrá doce mil quinientos metros de largo por diez mil metros[1] de ancho. 10  Dentro de esta parcela sagrada, a los sacerdotes les corresponderá una sección exclusiva que medirá doce mil quinientos metros por el norte, y cinco mil metros por el sur. En medio de ella se levantará el santuario del Señor. 11  Esta sección estará destinada a los sacerdotes consagrados, descendientes de Sadoc, que cuando se descarrió el pueblo de Israel se encargaron de mi servicio y no se descarriaron, como los levitas. 12  Por eso, a los sacerdotes les corresponderá una sección santísima de la parcela consagrada al Señor, junto al territorio de los levitas. 13  También los levitas tendrán una parcela de doce mil quinientos metros de largo por cinco mil de ancho, a lo largo del territorio de los sacerdotes. En total, la parcela reservada tendrá doce mil quinientos metros de largo por diez mil metros de ancho. 14  Como parcela escogida del país, no se podrá vender, permutar ni expropiar ninguna parte de ella, pues está consagrada al Señor.
15  "La sección restante de doce mil quinientos metros de largo por dos mil quinientos metros de ancho es terreno profano. Se dedicará al uso común de la ciudad, para la construcción de viviendas y para pastizales. La ciudad quedará en el centro, 16  y medirá dos mil doscientos cincuenta metros de largo por el lado norte, y lo mismo por sus lados sur, este y oeste. 17  Los pastizales de la ciudad medirán ciento veinticinco metros de ancho alrededor de toda la ciudad. 18  A los costados de la ciudad quedará una sección, junto a la parcela consagrada al Señor, que tendrá cinco mil metros de largo por la parte este, y otros tantos por el oeste. Todo lo que allí se produzca servirá de alimento para los trabajadores de la ciudad. 19  La cultivarán los trabajadores de la ciudad, sin importar a qué tribu pertenezcan. 20  Toda la parcela consagrada, incluso lo que pertenece a la ciudad, formará un cuadrado de doce mil quinientos metros por lado.
21  "El terreno que quede a ambos lados de la parcela consagrada y de la que pertenece a la ciudad, será para el príncipe. A él le tocará una parcela de doce mil quinientos metros por el lado este, hasta la frontera oriental, y doce mil quinientos metros por el oeste, hasta la frontera occidental. Todo esto quedará paralelo a las otras secciones. En el centro estarán la parcela consagrada y el santuario del templo. 22  Así mismo, la propiedad de los levitas y la de la ciudad se ubicarán entre las fronteras de Judá y Benjamín, en medio de la parcela que le corresponde al príncipe.
23  "En cuanto a las demás tribus, a Benjamín le tocará una sección de este a oeste.
24  "Debajo de Benjamín, a Simeón le tocará una sección de este a oeste.
25  "Debajo de Simeón, a Isacar le tocará una sección de este a oeste.
26  "Debajo de Isacar, a Zabulón le tocará una sección de este a oeste.
27  "Debajo de Zabulón, a Gad le tocará una sección de este a oeste.
28  "Debajo de Gad, partiendo de este a oeste, la frontera irá desde Tamar hasta el oasis de Meribá Cades y el arroyo de Egipto, y hasta el mar Mediterráneo.
29  "Éste es el territorio que ustedes repartirán por sorteo entre las tribus de Israel, y que será su herencia. Así quedará distribuido el territorio. Lo afirma el Señor omnipotente.


Las puertas de Jerusalén

30  "Éstas son las salidas de la ciudad:
"Por el norte, la ciudad medirá dos mil doscientos cincuenta metros. 31  Las *puertas de la ciudad tendrán los nombres de las tribus de Israel. Al norte habrá tres puertas: la de Rubén, la de Judá y la de Leví.
32  "Por el este, la ciudad medirá dos mil doscientos cincuenta metros, y tendrá tres puertas: la de José, la de Benjamín y la de Dan.
33  "Por el sur, la ciudad medirá dos mil doscientos cincuenta metros, y tendrá tres puertas: la de Simeón, la de Isacar y la de Zabulón.
34  "Por el oeste, la ciudad medirá dos mil doscientos cincuenta metros, y tendrá tres puertas: la de Gad, la de Aser y la de Neftalí.
35  "El perímetro urbano será de nueve mil metros.
"Y desde aquel día el *nombre de la ciudad será:

AQUÍ HABITA EL Señor."
                         NOTAS:

1. 48:9 diez mil metros (lectura probable; lit. veinte mil ((*codos))); cinco mil metros (TM; lit. diez mil ((codos))); también en v. 13.

Daniel 1


Daniel



Daniel en Babilonia

1  En el año tercero del reinado del rey Joacim de Judá, el rey Nabucodonosor de Babilonia vino a Jerusalén y la sitió. 2  El Señor permitió que Joacim cayera en manos de Nabucodonosor. Junto con él, cayeron en sus manos algunos de los utensilios del templo de Dios, los cuales Nabucodonosor se llevó a Babilonia y puso en el tesoro del templo de sus dioses. 3  Además, el rey le ordenó a Aspenaz, jefe de los oficiales de su corte, que llevara a su presencia a algunos de los israelitas pertenecientes a la familia real y a la nobleza. 4  Debían ser jóvenes apuestos y sin ningún defecto físico, que tuvieran aptitudes para aprender de todo y que actuaran con sensatez; jóvenes sabios y aptos para el servicio en el palacio real, a los cuales Aspenaz debía enseñarles la lengua y la literatura de los *babilonios. 5  El rey les asignó raciones diarias de la comida y del vino que se servía en la mesa real. Su preparación habría de durar tres años, después de lo cual entrarían al servicio del rey.
6  Entre estos jóvenes se encontraban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, que eran de Judá, 7  y a los cuales el jefe de oficiales les cambió el nombre: a Daniel lo llamó Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abednego.
8  Pero Daniel se propuso no *contaminarse con la comida y el vino del rey, así que le pidió al jefe de oficiales que no lo obligara a contaminarse. 9  Y aunque Dios había hecho que Daniel se ganara el afecto y la simpatía del jefe de oficiales, 10  éste se vio obligado a responderle a Daniel: "Tengo miedo de mi señor el rey, pues fue él quien te asignó la comida y el vino. Si el rey llega a verte más flaco y demacrado que los otros jóvenes de tu edad, por culpa tuya me cortará la cabeza."
11  El jefe de oficiales le ordenó a un guardia atender a Daniel, Ananías, Misael y Azarías. Por su parte, Daniel habló con ese guardia y le dijo: 12  "Por favor, haz con tus siervos una prueba de diez días. Danos de comer sólo verduras, y de beber sólo agua. 13  Pasado ese tiempo, compara nuestro semblante con el de los jóvenes que se alimentan con la comida real, y procede de acuerdo con lo que veas en nosotros."
14  El guardia aceptó la propuesta, y los sometió a una prueba de diez días. 15  Al cumplirse el plazo, estos jóvenes se veían más sanos y mejor alimentados que cualquiera de los que participaban de la comida real. 16  Así que el guardia les retiró la comida y el vino del rey, y en su lugar siguió alimentándolos con verduras.
17  A estos cuatro jóvenes Dios los dotó de sabiduría e inteligencia para entender toda clase de literatura y ciencia. Además, Daniel podía entender toda visión y todo sueño.
18  Cumplido el plazo fijado por el rey Nabucodonosor, y conforme a sus instrucciones, el jefe de oficiales los llevó ante su presencia. 19  Luego de hablar el rey con Daniel, Ananías, Misael y Azarías, no encontró a nadie que los igualara, de modo que los cuatro entraron a su servicio. 20  El rey los interrogó, y en todos los temas que requerían de sabiduría y discernimiento los halló diez veces más inteligentes que todos los magos y hechiceros de su reino. 21  Fue así como Daniel se quedó en Babilonia hasta el primer año del rey Ciro.

Daniel 2


El sueño del rey Nabucodonosor

1  En el segundo año de su reinado, Nabucodonosor tuvo varios sueños que lo perturbaron y no lo dejaban dormir. 2  Mandó entonces que se reunieran los magos, hechiceros, adivinos y astrólogos[1] de su reino, para que le dijeran lo que había soñado. Una vez reunidos, y ya en presencia del rey, 3  éste les dijo:
Tuve un sueño que me tiene preocupado, y quiero saber lo que significa.
4  Los astrólogos le respondieron:[2]
¡Que viva Su Majestad por siempre! Estamos a su servicio. Cuéntenos el sueño, y nosotros le diremos lo que significa.
5  Pero el rey les advirtió:
Mi decisión ya está tomada: Si no me dicen lo que soñé, ni me dan su interpretación, ordenaré que los corten en pedazos y que sus casas sean reducidas a cenizas. 6  Pero si me dicen lo que soñé y me explican su significado, yo les daré regalos, recompensas y grandes honores. Así que comiencen por decirme lo que soñé, y luego explíquenme su significado.
7  Los astrólogos insistieron:
Si Su Majestad les cuenta a estos siervos suyos lo que soñó, nosotros le diremos lo que significa.
8  Pero el rey les contestó:
Mi decisión ya está tomada. Eso ustedes bien lo saben, y por eso quieren ganar tiempo. 9  Si no me dicen lo que soñé, ya saben lo que les espera. Ustedes se han puesto de acuerdo para salirme con cuestiones engañosas y mal intencionadas, esperando que cambie yo de parecer. Díganme lo que soñé, y así sabré que son capaces de darme su interpretación.
10  Entonces los astrólogos le respondieron:
¡No hay nadie en la tierra capaz de hacer lo que Su Majestad nos pide! ¡Jamás a ningún rey se le ha ocurrido pedirle tal cosa a ningún mago, hechicero o astrólogo! 11  Lo que Su Majestad nos pide raya en lo imposible, y nadie podrá revelárselo, a no ser los dioses. ¡Pero ellos no viven entre nosotros!
12  Tanto enfureció al rey la respuesta de los astrólogos, que mandó ejecutar a todos los sabios de Babilonia. 13  Se publicó entonces un edicto que decretaba la muerte de todos los sabios, de modo que se ordenó la búsqueda de Daniel y de sus compañeros para que fueran ejecutados.
14  Cuando el comandante de la guardia real, que se llamaba Arioc, salió para ejecutar a los sabios *babilonios, Daniel le habló con mucho tacto e inteligencia. 15  Le dijo: "¿Por qué ha emitido el rey un edicto tan violento?" Y una vez que Arioc le explicó cuál era el problema, 16  Daniel fue a ver al rey y le pidió tiempo para poder interpretarle su sueño. 17  Después volvió a su casa y les contó a sus amigos Ananías, Misael y Azarías cómo se presentaba la situación. 18  Al mismo tiempo, les pidió que imploraran la misericordia del Dios del cielo en cuanto a ese sueño misterioso, para que ni él ni sus amigos fueran ejecutados con el resto de los sabios babilonios.
19  Durante la noche, Daniel recibió en una visión la respuesta al misterio. Entonces alabó al Dios del cielo 20  y dijo:

"¡Alabado sea por siempre el *nombre de Dios!
Suyos son la sabiduría y el poder.
21  Él cambia los tiempos y las épocas,
pone y depone reyes.
A los sabios da sabiduría,
y a los inteligentes, discernimiento.
22  Él revela lo profundo y lo escondido,
y sabe lo que se oculta en las sombras.
¡En él habita la luz!
23  A ti, Dios de mis padres,
te alabo y te doy gracias.
Me has dado sabiduría y poder,
me has dado a conocer lo que te pedimos,
¡me has dado a conocer el sueño del rey!"



Daniel interpreta el sueño del rey

24  Entonces Daniel fue a ver a Arioc, a quien el rey le había dado la orden de ejecutar a los sabios de Babilonia, y le dijo:
No mates a los sabios *babilonios. Llévame ante el rey, y le interpretaré el sueño que tuvo.
25  Inmediatamente Arioc condujo a Daniel a la presencia del rey, y le dijo:
Entre los exiliados de Judá he hallado a alguien que puede interpretar el sueño de Su Majestad.
26  El rey le preguntó a Daniel, a quien los babilonios le habían puesto por nombre Beltsasar:
¿Puedes decirme lo que vi en mi sueño, y darme su interpretación?
27  A esto Daniel respondió:
No hay ningún sabio ni hechicero, ni mago o adivino, que pueda explicarle a Su Majestad el misterio que le preocupa. 28  Pero hay un Dios en el cielo que revela los misterios. Ese Dios le ha mostrado a usted lo que tendrá lugar en los días venideros. Éstos son el sueño y las visiones que pasaron por la mente de Su Majestad mientras dormía: 29  Allí, en su cama, Su Majestad dirigió sus pensamientos a las cosas por venir, y el que revela los misterios le mostró lo que está por suceder. 30  Por lo que a mí toca, este misterio me ha sido revelado, no porque yo sea más sabio que el resto de la humanidad, sino para que Su Majestad llegue a conocer su interpretación y entienda lo que pasaba por su *mente.
31  "En su sueño Su Majestad veía una estatua enorme, de tamaño impresionante y de aspecto horrible. 32  La cabeza de la estatua era de oro puro, el pecho y los brazos eran de plata, el vientre y los muslos eran de bronce, 33  y las piernas eran de hierro, lo mismo que la mitad de los pies, en tanto que la otra mitad era de barro cocido. 34  De pronto, y mientras Su Majestad contemplaba la estatua, una roca que nadie desprendió vino y golpeó los pies de hierro y barro de la estatua, y los hizo pedazos. 35  Con ellos se hicieron añicos el hierro y el barro, junto con el bronce, la plata y el oro. La estatua se hizo polvo, como el que vuela en el verano cuando se trilla el trigo. El viento barrió con la estatua, y no quedó ni rastro de ella. En cambio, la roca que dio contra la estatua se convirtió en una montaña enorme que llenó toda la tierra.
36  "Éste fue el sueño que tuvo Su Majestad, y éste es su significado: 37  Su Majestad es rey entre los reyes; el Dios del cielo le ha dado el reino, el poder, la majestad y la gloria. 38  Además, ha puesto en manos de Su Majestad a la *humanidad entera, a las bestias del campo y a las aves del cielo. No importa dónde vivan, Dios ha hecho de Su Majestad el gobernante de todos ellos. ¡Su Majestad es la cabeza de oro!
39  "Después de Su Majestad surgirá otro reino de menor importancia. Luego vendrá un tercer reino, que será de bronce, y dominará sobre toda la tierra. 40  Finalmente, vendrá un cuarto reino, sólido como el hierro. Y así como el hierro todo lo rompe, destroza y pulveriza, este cuarto reino hará polvo a los otros reinos.
41  "Su Majestad veía que los pies y los dedos de la estatua eran mitad hierro y mitad barro cocido. El hierro y el barro, que Su Majestad vio mezclados, significan que éste será un reino dividido, aunque tendrá la fuerza del hierro. 42  Y como los dedos eran también mitad hierro y mitad barro, este reino será medianamente fuerte y medianamente débil. 43  Su Majestad vio mezclados el hierro y el barro, dos elementos que no pueden fundirse entre sí. De igual manera, el pueblo será una mezcla que no podrá mantenerse unida.
44  "En los días de estos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido ni entregado a otro pueblo, sino que permanecerá para siempre y hará pedazos a todos estos reinos. 45  Tal es el sentido del sueño donde la roca se desprendía de una montaña; roca que, sin la intervención de nadie, hizo añicos al hierro, al bronce, al barro, a la plata y al oro. El gran Dios le ha mostrado a Su Majestad lo que tendrá lugar en el futuro. El sueño es verdadero, y esta interpretación, digna de confianza.
46  Al oír esto, el rey Nabucodonosor se postró ante Daniel y le rindió pleitesía, ordenó que se le presentara una ofrenda e incienso, 47  y le dijo:
¡Tu Dios es el Dios de dioses y el soberano de los reyes! ¡Tu Dios revela todos los misterios, pues fuiste capaz de revelarme este sueño misterioso!
48  Luego el rey puso a Daniel en un puesto prominente y lo colmó de regalos, lo nombró gobernador de toda la provincia de Babilonia y jefe de todos sus sabios. 49  Además, a solicitud de Daniel, el rey nombró a Sadrac, Mesac y Abednego administradores de la provincia de Babilonia. Daniel, por su parte, permaneció en la corte real.

                         NOTAS:

1. 2:2 astrólogos. Lit. *caldeos; así en el resto de este libro.
2. 2:4 le respondieron. Lit. le respondieron en arameo. En efecto, de aquí al final del cap. 7 el texto bíblico está escrito en la lengua aramea.

Daniel 3


El horno en llamas

1  El rey Nabucodonosor mandó hacer una estatua de oro, de veintisiete metros de alto por dos metros y medio[1] de ancho, y mandó que la colocaran en los llanos de Dura, en la provincia de Babilonia. 2  Luego les ordenó a los *sátrapas, prefectos, gobernadores, consejeros, tesoreros, jueces, magistrados y demás oficiales de las provincias, que asistieran a la dedicación de la estatua que había mandado erigir. 3  Para celebrar tal dedicación, los sátrapas, prefectos, gobernadores, consejeros, tesoreros, jueces, magistrados y demás oficiales de las provincias se reunieron ante la estatua. 4  Entonces los heraldos proclamaron a voz en cuello: "A ustedes, pueblos, naciones y gente de toda lengua, se les ordena lo siguiente: 5  Tan pronto como escuchen la música de trompetas, flautas, cítaras, liras, arpas, zampoñas y otros instrumentos musicales, deberán inclinarse y adorar la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha mandado erigir. 6  Todo el que no se incline ante ella ni la adore será arrojado de inmediato a un horno en llamas."
7  Ante tal amenaza, tan pronto como se escuchó la música de todos esos instrumentos musicales, todos los pueblos y naciones, y gente de toda lengua, se inclinaron y adoraron la estatua de oro que el rey Nabucodonosor había mandado erigir. 8  Pero algunos astrólogos se presentaron ante el rey y acusaron a los judíos:
9  ¡Que viva Su Majestad por siempre! exclamaron. 10  Usted ha emitido un decreto ordenando que todo el que oiga la música de trompetas, flautas, cítaras, liras, arpas, zampoñas y otros instrumentos musicales, se incline ante la estatua de oro y la adore. 11  También ha ordenado que todo el que no se incline ante la estatua ni la adore será arrojado a un horno en llamas. 12  Pero hay algunos judíos, a quienes Su Majestad ha puesto al frente de la provincia de Babilonia, que no acatan sus órdenes. No adoran a los dioses de Su Majestad ni a la estatua de oro que mandó erigir. Se trata de Sadrac, Mesac y Abednego.
13  Lleno de ira, Nabucodonosor los mandó llamar. Cuando los jóvenes se presentaron ante el rey, 14  Nabucodonosor les dijo:
Ustedes tres, ¿es verdad que no honran a mis dioses ni adoran a la estatua de oro que he mandado erigir? 15  Ahora que escuchen la música de los instrumentos musicales, más les vale que se inclinen ante la estatua que he mandado hacer, y que la adoren. De lo contrario, serán lanzados de inmediato a un horno en llamas, ¡y no habrá dios capaz de librarlos de mis manos!
16  Sadrac, Mesac y Abednego le respondieron a Nabucodonosor:
¡No hace falta que nos defendamos ante Su Majestad! 17  Si se nos arroja al horno en llamas, el Dios al que servimos puede librarnos del horno y de las manos de Su Majestad. 18  Pero aun si nuestro Dios no lo hace así, sepa usted que no honraremos a sus dioses ni adoraremos a su estatua.
19  Ante la respuesta de Sadrac, Mesac y Abednego, Nabucodonosor se puso muy furioso y cambió su actitud hacia ellos. Mandó entonces que se calentara el horno siete veces más de lo normal, 20  y que algunos de los soldados más fuertes de su ejército ataran a los tres jóvenes y los arrojaran al horno en llamas. 21  Fue así como los arrojaron al horno con sus mantos, sandalias, turbantes y todo, es decir, tal y como estaban vestidos. 22  Tan inmediata fue la orden del rey, y tan caliente estaba el horno, que las llamas alcanzaron y mataron a los soldados que arrojaron a Sadrac, Mesac y Abednego, 23  los cuales, atados de pies y manos, cayeron dentro del horno en llamas.
24  En ese momento Nabucodonosor se puso de pie, y sorprendido les preguntó a sus consejeros:
¿Acaso no eran tres los hombres que atamos y arrojamos al fuego?
Así es, Su Majestad le respondieron.
25  ¡Pues miren! exclamó. Allí en el fuego veo a cuatro hombres, sin ataduras y sin daño alguno, ¡y el cuarto tiene la apariencia de un dios![2]
26  Dicho esto, Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno en llamas y gritó:
Sadrac, Mesac y Abednego, siervos del Dios *Altísimo, ¡salgan de allí, y vengan acá!
Cuando los tres jóvenes salieron del horno, 27  los sátrapas, prefectos, gobernadores y consejeros reales se arremolinaron en torno a ellos y vieron que el fuego no les había causado ningún daño, y que ni uno solo de sus cabellos se había chamuscado; es más, su ropa no estaba quemada ¡y ni siquiera olía a humo!
28  Entonces exclamó Nabucodonosor: "¡Alabado sea el Dios de estos jóvenes, que envió a su ángel y los salvó! Ellos confiaron en él y, desafiando la orden real, optaron por la muerte antes que honrar o adorar a otro dios que no fuera el suyo. 29  Por tanto, yo decreto que se descuartice a cualquiera que hable en contra del Dios de Sadrac, Mesac y Abednego, y que su casa sea reducida a cenizas, sin importar la nación a que pertenezca o la lengua que hable. ¡No hay otro dios que pueda salvar de esta manera!"
30  Después de eso el rey promovió a Sadrac, Mesac y Abednego a un alto puesto en la provincia de Babilonia.

                         NOTAS:

1. 3:1 veintisiete metros ... dos metros y medio. Lit. sesenta *codos ... seis codos.
2. 3:25 dios. Lit. hijo de dioses.

Daniel 4


Nabucodonosor, árbol caído

1  El rey Nabucodonosor,

a todos los pueblos y naciones que habitan en este mundo, y a toda lengua:

¡Paz y prosperidad para todos!

2  Me es grato darles a conocer las señales y maravillas que el Dios *Altísimo ha realizado en mi favor. 3  ¡Cuán grandes son sus señales! ¡Cuán portentosas son sus maravillas! ¡Su reino es un reino eterno! ¡Su soberanía permanece de generación en generación!
4  Yo, Nabucodonosor, estaba en mi palacio, feliz y lleno de prosperidad, 5  cuando tuve un sueño que me infundió miedo. Recostado en mi lecho, las imágenes y visiones que pasaron por mi mente me llenaron de terror. 6  Ordené entonces que vinieran a mi presencia todos los sabios de Babilonia para que me interpretaran el sueño. 7  Cuando llegaron los magos, hechiceros, astrólogos y adivinos, les conté mi sueño pero no me lo pudieron interpretar. 8  Finalmente Daniel, que en honor a mi Dios también se llama Beltsasar, se presentó ante mí y le conté mi sueño, pues en él reposa el espíritu de los *santos dioses.
9  Yo le dije: "Beltsasar, jefe de los magos, yo sé que en ti reposa el espíritu de los santos dioses, y que no hay para ti ningún misterio demasiado difícil de resolver. Te voy a contar mi sueño, y quiero que me digas lo que significa. 10  Y ésta es la tremenda visión que tuve mientras reposaba en mi lecho: Veía ante mí un árbol de altura impresionante, plantado en medio de la tierra. 11  El árbol creció y se hizo fuerte, y su copa tocaba el cielo, ¡hasta podía verse desde cualquier punto de la tierra! 12  Tenía un hermoso follaje y abundantes frutos; ¡todo el mundo hallaba en él su alimento! Hasta las bestias salvajes venían a refugiarse bajo su sombra, y en sus ramas anidaban las aves del cielo. ¡Ese árbol alimentaba a todos los animales!
13  "En la visión que tuve mientras reposaba en mi lecho, vi ante mí a un mensajero santo que descendía del cielo 14  y que a voz en cuello me gritaba: ¡Derriba el árbol y córtale las ramas; arráncale las hojas y esparce los frutos! ¡Haz que las bestias huyan de su sombra, y que las aves abandonen sus nidos! 15  Pero deja enterrados el tocón y las raíces; sujétalos con hierro y bronce entre la hierba del campo. Deja que se empape con el rocío del cielo, y que habite con los animales y entre las plantas de la tierra. 16  Deja que su *mente *humana se trastorne y se vuelva como la de un animal, hasta que hayan transcurrido siete años.[1]
17  "Los santos mensajeros han anunciado la decisión, es decir, el veredicto, para que todos los vivientes reconozcan que el Dios Altísimo es el soberano de todos los reinos humanos, y que se los entrega a quien él quiere, y hasta pone sobre ellos al más humilde de los hombres.
18  "Yo, Nabucodonosor, tuve este sueño. Ahora tú, Beltsasar, dime qué es lo que significa, ya que ninguno de los sabios de mi reino me lo pudo interpretar. ¡Pero tú sí puedes hacerlo, porque en ti reposa el espíritu de los santos dioses!"


Daniel interpreta el sueño del rey

19  Daniel, conocido también como Beltsasar, se quedó desconcertado por algún tiempo y aterrorizado por sus propios pensamientos; por eso el rey le dijo:
Beltsasar, no te dejes alarmar por este sueño y su significado.
A esto Daniel respondió:
¡Ojalá que el sueño y su significado tengan que ver con los acérrimos enemigos de Su Majestad! 20  La copa del árbol que Su Majestad veía crecer y fortalecerse, tocaba el cielo; ¡hasta podía verse desde cualquier punto de la tierra! 21  Ese árbol tenía un hermoso follaje y daba abundantes frutos, y alimentaba a todo el mundo; bajo su sombra se refugiaban las bestias salvajes, y en sus ramas anidaban las aves del cielo. 22  Ese árbol es Su Majestad, que se ha hecho fuerte y poderoso, y con su grandeza ha alcanzado el cielo. ¡Su dominio se extiende a los lugares más remotos de la tierra!
23  "Su Majestad veía que del cielo bajaba un mensajero *santo, el cual le ordenaba derribar el árbol y destruirlo, y dejarlo enterrado para que se empapara con el rocío del cielo, aunque tenía que sujetar con hierro y bronce el tocón y las raíces. De este modo viviría como los animales salvajes hasta que transcurrieran siete años.
24  "La interpretación del sueño, y el decreto que el *Altísimo ha emitido contra Su Majestad, es como sigue: 25  Usted será apartado de la gente y habitará con los animales salvajes; comerá pasto como el ganado, y se empapará con el rocío del cielo. Siete años pasarán hasta que Su Majestad reconozca que el Altísimo es el soberano de todos los reinos del mundo, y que se los entrega a quien él quiere. 26  La orden de dejar el tocón y las raíces del árbol quiere decir que Su Majestad recibirá nuevamente el reino, cuando haya reconocido que el verdadero reino es el del cielo. 27  Por lo tanto, yo le ruego a Su Majestad aceptar el consejo que le voy a dar: Renuncie usted a sus pecados y actúe con justicia; renuncie a su maldad y sea bondadoso con los oprimidos. Tal vez entonces su prosperidad vuelva a ser la de antes."
28  En efecto, todo esto le sucedió al rey Nabucodonosor. 29  Doce meses después, mientras daba un paseo por la terraza del palacio real de Babilonia, 30  exclamó: "¡Miren la gran Babilonia que he construido como capital del reino! ¡La he construido con mi gran poder, para mi propia honra!"
31  No había terminado de hablar cuando, desde el cielo, se escuchó una voz que decía:

"Éste es el decreto en cuanto a ti, rey Nabucodonosor. Tu autoridad real se te ha quitado. 32  Serás apartado de la gente y vivirás entre los animales salvajes; comerás pasto como el ganado, y siete años transcurrirán hasta que reconozcas que el Altísimo es el soberano de todos los reinos del mundo, y que se los entrega a quien él quiere."

33  Y al instante se cumplió lo anunciado a Nabucodonosor. Lo separaron de la gente, y comió pasto como el ganado. Su cuerpo se empapó con el rocío del cielo, y hasta el pelo y las uñas le crecieron como plumas y garras de águila.

34  Pasado ese tiempo yo, Nabucodonosor, elevé los ojos al cielo, y recobré el juicio. Entonces alabé al Altísimo; honré y glorifiqué al que vive para siempre:

Su dominio es eterno;
su reino permanece para siempre.
35  Ninguno de los pueblos de la tierra
merece ser tomado en cuenta.


Dios hace lo que quiere
con los poderes celestiales
y con los pueblos de la tierra.


No hay quien se oponga a su poder
ni quien le pida cuentas de sus actos.

36  Recobré el juicio, y al momento me fueron devueltos la honra, el esplendor y la gloria de mi reino. Mis consejeros y cortesanos vinieron a buscarme, y me fue devuelto el trono. ¡Llegué a ser más poderoso que antes! 37  Por eso yo, Nabucodonosor, alabo, exalto y glorifico al Rey del cielo, porque siempre procede con rectitud y justicia, y es capaz de humillar a los soberbios.

                         NOTAS:

1. 4:16 años. Lit. tiempos; también en v. 23.

Daniel 5


La escritura en la pared

1  El rey Belsasar ofreció un gran banquete a mil miembros de la nobleza, y bebió vino con ellos hasta emborracharse. 2-3  Mientras brindaban, Belsasar mandó que le trajeran las copas de oro y de plata que Nabucodonosor, su padre, había tomado del templo de Jerusalén. Y así se hizo. Le llevaron las copas, y en ellas bebieron el rey y sus nobles, junto con sus esposas y concubinas. 4  Ya borrachos, se deshacían en alabanzas a los dioses de oro, plata, bronce, hierro, madera y piedra.
5  En ese momento, en la sala del palacio apareció una mano que, a la luz de las lámparas, escribía con el dedo sobre la parte blanca de la pared. Mientras el rey observaba la mano que escribía, 6  el rostro le palideció del susto, las rodillas comenzaron a temblarle, y apenas podía sostenerse. 7  Mandó entonces que vinieran los hechiceros, astrólogos y adivinos, y a estos sabios *babilonios les dijo:
Al que lea lo que allí está escrito, y me diga lo que significa, lo vestiré de púrpura, le pondré una cadena de oro en el cuello, y lo nombraré tercer gobernante del reino.
8  Todos los sabios del reino se presentaron, pero no pudieron descifrar lo escrito ni decirle al rey lo que significaba. 9  Esto hizo que el rey Belsasar se asustara y palideciera más todavía. Los nobles, por su parte, se hallaban confundidos.
10  Al oír el alboroto que hacían el rey y sus nobles, la reina misma entró en la sala del banquete y exclamó:
¡Que viva Su Majestad por siempre! ¡Y no se alarme ni se ponga pálido! 11  En el reino de Su Majestad hay un hombre en quien reposa el espíritu de los *santos dioses. Cuando vivía el rey Nabucodonosor, padre de Su Majestad, se halló que ese hombre poseía sabiduría, inteligencia y gran percepción, semejantes a las de los dioses. El padre de Su Majestad llegó a nombrar a ese hombre jefe de los magos, hechiceros, astrólogos y adivinos. 12  Y es que ese hombre tiene una mente aguda, amplios *conocimientos, e inteligencia y capacidad para interpretar sueños, explicar misterios y resolver problemas difíciles. Llame usted a ese hombre, y él le dirá lo que significa ese escrito. Se llama Daniel, aunque el padre de Su Majestad le puso por nombre Beltsasar.
13  Daniel fue llevado a la presencia del rey, y éste le preguntó:
¿Así que tú eres Daniel, uno de los exiliados que mi padre trajo de Judá? 14  Me han contado que en ti reposa el espíritu de los dioses, y que posees gran agudeza e inteligencia, y una sabiduría sorprendente. 15  Los sabios y hechiceros se presentaron ante mí para leer esta escritura y decirme lo que significa, pero no pudieron descifrarla. 16  Según me han dicho, tú puedes dar interpretaciones y resolver problemas difíciles. Si logras descifrar e interpretar lo que allí está escrito, te vestiré de púrpura, te pondré una cadena de oro en el cuello, y te nombraré tercer gobernante del reino.
17  Su Majestad puede quedarse con sus regalos, o dárselos a otro le respondió Daniel. Yo voy a leerle a Su Majestad lo que dice en la pared, y le explicaré lo que significa.
18  "El Dios *Altísimo dio al rey Nabucodonosor, padre de usted, grandeza, gloria, majestad y esplendor. 19  Gracias a la autoridad que Dios le dio, ante él temblaban de miedo todos los pueblos, naciones y gente de toda lengua. A quien él quería matar, lo mandaba matar; a quien quería perdonar, lo perdonaba; si quería promover a alguien, lo promovía; y si quería humillarlo, lo humillaba. 20  Pero, cuando su *corazón se volvió arrogante y orgulloso, se le arrebató el trono real y se le despojó de su gloria; 21  fue apartado de la gente y recibió la *mente de un animal; vivió entre los asnos salvajes y se alimentó con pasto como el ganado; ¡el rocío de la noche empapaba su cuerpo! Todo esto le sucedió hasta que reconoció que el Dios Altísimo es el soberano de todos los reinos del mundo, y que se los entrega a quien él quiere.
22  "Sin embargo, y a pesar de saber todo esto, usted, hijo de Nabucodonosor, no se ha humillado. 23  Por el contrario, se ha opuesto al Dios del cielo mandando traer de su templo las copas, para que beban en ellas usted y sus nobles, y sus esposas y concubinas. Usted se ha deshecho en alabanzas a los dioses de oro, plata, hierro, madera y piedra, dioses que no pueden ver ni oír ni entender; en cambio, no ha honrado al Dios en cuyas manos se hallan la vida y las acciones de Su Majestad. 24  Por eso Dios ha enviado esa mano a escribir 25  lo que allí aparece: Mene, Mene, Téquel, Parsin.
26  "Pues bien, esto es lo que significan esas palabras:

"Mene: Dios ha contado los días del reino de Su Majestad, y les ha puesto un límite.
27  "Téquel: Su Majestad ha sido puesto en la balanza, y no pesa lo que debería pesar.
28  "Parsin: El reino de Su Majestad se ha dividido, y ha sido entregado a medos y persas.

29  Entonces Belsasar ordenó que se vistiera a Daniel de púrpura, que se le pusiera una cadena de oro en el cuello, y que se le nombrara tercer gobernante del reino. 30  Esa misma noche fue asesinado Belsasar, rey de los babilonios, y Darío el Persa se apoderó del reino. 31  Para entonces, Darío tenía sesenta y dos años.

Daniel 6


Daniel en el foso de los leones

1  Para el control eficaz de su reino, Darío consideró prudente nombrar a ciento veinte *sátrapas 2  y tres administradores, uno de los cuales era Daniel. Estos sátrapas eran responsables ante los administradores, a fin de que los intereses del rey no se vieran afectados. 3  Y tanto se distinguió Daniel por sus extraordinarias cualidades administrativas, que el rey pensó en ponerlo al frente de todo el reino. 4  Entonces los administradores y los sátrapas empezaron a buscar algún motivo para acusar a Daniel de malos manejos en los negocios del reino. Sin embargo, no encontraron de qué acusarlo porque, lejos de ser corrupto o negligente, Daniel era un hombre digno de confianza. 5  Por eso concluyeron: "Nunca encontraremos nada de qué acusar a Daniel, a no ser algo relacionado con la *ley de su Dios."
6  Formaron entonces los administradores y sátrapas una comisión para ir a hablar con el rey, y estando en su presencia le dijeron:
¡Que viva para siempre Su Majestad, el rey Darío! 7  Nosotros los administradores reales, junto con los prefectos, sátrapas, consejeros y gobernadores, convenimos en que Su Majestad debiera emitir y confirmar un decreto que exija que, durante los próximos treinta días, sea arrojado al foso de los leones todo el que adore a cualquier dios u *hombre que no sea Su Majestad. 8  Expida usted ahora ese decreto, y póngalo por escrito. Así, conforme a la ley de los medos y los persas, no podrá ser revocado.
9  El rey Darío expidió el decreto y lo puso por escrito. 10  Cuando Daniel se enteró de la publicación del decreto, se fue a su casa y subió a su dormitorio, cuyas ventanas se abrían en dirección a Jerusalén. Allí se arrodilló y se puso a orar y alabar a Dios, pues tenía por costumbre orar tres veces al día. 11  Cuando aquellos hombres llegaron y encontraron a Daniel orando e implorando la ayuda de Dios, 12  fueron a hablar con el rey respecto al decreto real:
¿No es verdad que Su Majestad publicó un decreto? Según entendemos, todo el que en los próximos treinta días adore a otro dios u hombre que no sea Su Majestad, será arrojado al foso de los leones.
El decreto sigue en pie contestó el rey. Según la ley de los medos y los persas, no puede ser derogado.
13  ¡Pues Daniel respondieron ellos, que es uno de los exiliados de Judá, no toma en cuenta a Su Majestad ni al decreto que ha promulgado! ¡Todavía sigue orando a su Dios tres veces al día!
14  Cuando el rey escuchó esto, se deprimió mucho y se propuso salvar a Daniel, así que durante todo el día buscó la forma de salvarlo. 15  Pero aquellos hombres fueron a ver al rey y lo presionaron:
No olvide Su Majestad que, según la ley de los medos y los persas, ningún decreto ni edicto emitido por el rey puede ser derogado.
16  El rey dio entonces la orden, y Daniel fue arrojado al foso de los leones. Allí el rey animaba a Daniel:
¡Que tu Dios, a quien siempre sirves, se digne salvarte!
17  Trajeron entonces una piedra, y con ella taparon la boca del foso. El rey lo selló con su propio anillo y con el de sus nobles, para que la sentencia contra Daniel no pudiera ser cambiada. 18  Luego volvió a su palacio y pasó la noche sin comer y sin divertirse, y hasta el sueño se le fue. 19  Tan pronto como amaneció, se levantó y fue al foso de los leones. 20  Ya cerca, lleno de ansiedad gritó:
Daniel, siervo del Dios viviente, ¿pudo tu Dios, a quien siempre sirves, salvarte de los leones?
21  ¡Que viva Su Majestad por siempre! contestó Daniel desde el foso. 22  Mi Dios envió a su ángel y les cerró la boca a los leones. No me han hecho ningún daño, porque Dios bien sabe que soy inocente. ¡Tampoco he cometido nada malo contra Su Majestad!
23  Sin ocultar su alegría, el rey ordenó que sacaran del foso a Daniel. Cuando lo sacaron, no se le halló un solo rasguño, pues Daniel confiaba en su Dios. 24  Entonces el rey mandó traer a los que falsamente lo habían acusado, y ordenó que los arrojaran al foso de los leones, junto con sus esposas y sus hijos. ¡No habían tocado el suelo cuando ya los leones habían caído sobre ellos y les habían triturado los huesos!
25  Más tarde el rey Darío firmó este decreto:

"A todos los pueblos, naciones y lenguas de este mundo:

"¡Paz y prosperidad para todos!

26  "He decretado que en todo lugar de mi reino la gente adore y honre al Dios de Daniel.

"Porque él es el Dios vivo,
y permanece para siempre.
Su reino jamás será destruido,
y su dominio jamás tendrá fin.
27  Él rescata y salva;
hace prodigios en el cielo
y maravillas en la tierra.
¡Ha salvado a Daniel
de las garras de los leones!"

28  Fue así como Daniel prosperó durante los reinados de Darío y de Ciro el Persa.

Daniel 7


Las cuatro bestias

1  En el primer año del reinado de Belsasar en Babilonia, Daniel tuvo un sueño y visiones mientras yacía en su lecho. Entonces puso por escrito lo más importante de su sueño, 2  y esto es lo que escribió:
"Durante la noche tuve una visión, y en ella veía al gran mar, agitado por los cuatro vientos del cielo. 3  Del mar salían cuatro bestias enormes, cada una diferente de la otra.
4  "La primera de ellas se parecía a un león, pero sus alas eran las de un águila. Mientras yo la observaba, le arrancaron las alas, la levantaron del suelo, y la obligaron a pararse sobre sus patas traseras, como si fuera un hombre. Y se le dio un corazón *humano.
5  "La segunda bestia que vi se parecía a un oso. Se levantaba sobre uno de sus costados, y entre sus fauces tenía tres costillas. A esta bestia se le dijo: ¡Levántate y come carne hasta que te hartes!
6  "Ante mis propios ojos vi aparecer otra bestia, la cual se parecía a un leopardo, aunque en el lomo tenía cuatro alas, como las de un ave. Esta bestia tenía cuatro cabezas, y recibió autoridad para gobernar.
7  "Después de esto, en mis visiones nocturnas vi ante mí una cuarta bestia, la cual era extremadamente horrible y poseía una fuerza descomunal. Con sus grandes colmillos de hierro aplastaba y devoraba a sus víctimas, para luego pisotear los restos. Tenía diez cuernos, y no se parecía en nada a las otras bestias.
8  "Mientras me fijaba en los cuernos, vi surgir entre ellos otro cuerno más pequeño. Por causa de éste fueron arrancados tres de los primeros. El cuerno pequeño parecía tener ojos humanos, y una boca que profería insolencias.
9

Canto al Anciano
 "Mientras yo observaba esto,
se colocaron unos tronos,
y tomó asiento un venerable Anciano.
Su ropa era blanca como la nieve,
y su cabello, blanco como la lana.


Su trono con sus ruedas
centelleaban como el fuego.
10  De su presencia brotaba
un torrente de fuego.
Miles y millares le servían,
centenares de miles lo atendían.
Al iniciarse el juicio,
los libros fueron abiertos.

11  "Yo me quedé mirando por causa de las grandes insolencias que profería el cuerno. Seguí mirando hasta que a esta bestia la mataron, la descuartizaron y echaron los pedazos al fuego ardiente. 12  A las otras bestias les quitaron el poder, aunque las dejaron vivir por algún tiempo.
13  "En esa visión nocturna, vi que alguien con aspecto humano[1] venía entre las nubes del cielo. Se acercó al venerable Anciano y fue llevado a su presencia, 14  y se le dio autoridad, poder y majestad. ¡Todos los pueblos, naciones y lenguas lo adoraron! ¡Su dominio es un dominio eterno, que no pasará, y su reino jamás será destruido!


La interpretación del sueño

15  "Yo, Daniel, me quedé aterrorizado, y muy preocupado por las visiones que pasaban por mi mente. 16  Me acerqué entonces a uno de los que estaban allí, y le pregunté el verdadero significado de todo esto. Y ésta fue su interpretación: 17  Las cuatro grandes bestias son cuatro reinos que se levantarán en la tierra, 18  pero los *santos del *Altísimo recibirán el reino, y será suyo para siempre, ¡para siempre jamás!
19  "Quise entonces saber el verdadero significado de la cuarta bestia, la cual desmenuzaba a sus víctimas y las devoraba, pisoteando luego sus restos. Era muy distinta a las otras tres, pues tenía colmillos de hierro y garras de bronce. ¡Tenía un aspecto espantoso! 20  Quise saber también acerca de los diez cuernos que tenía en la cabeza, y del otro cuerno que le había salido y ante el cual habían caído tres de ellos. Este cuerno se veía más impresionante que los otros, pues tenía ojos y hablaba con insolencia.
21  "Mientras observaba yo, este cuerno libró una guerra contra los santos y los venció. 22  Entonces vino el Anciano y emitió juicio en favor de los santos del Altísimo. En ese momento los santos recibieron el reino.
23  "Ésta fue la explicación que me dio el venerable Anciano:

La cuarta bestia es un cuarto reino
que surgirá en este mundo.
Será diferente a los otros reinos;
devorará a toda la tierra;
¡la aplastará y la pisoteará!
24  Los diez cuernos son diez reyes
que saldrán de este reino.
Otro rey les sucederá,
distinto a los anteriores,
el cual derrocará a tres reyes.
25  Hablará en contra del Altísimo
y oprimirá a sus santos;
tratará de cambiar las festividades
y también las leyes,
y los santos quedarán bajo su poder
durante tres años y medio.[2]
26  Los jueces tomarán asiento,
y al cuerno se le quitará el poder
y se le destruirá para siempre.
27  Entonces se dará a los santos,
que son el pueblo del Altísimo,
la majestad y el poder
y la grandeza de los reinos.
Su reino será un reino eterno,
y lo adorarán y obedecerán
todos los gobernantes de la tierra.

28  "Aquí termina la visión. Yo, Daniel, me quedé desconcertado por tantas ideas que me pasaban por la *mente, a tal grado que palideció mi rostro. Pero preferí mantener todo esto en secreto."[3]

                         NOTAS:

1. 7:13 alguien con aspecto humano. Lit. como un hijo de hombre.
2. 7:25 tres años y medio. Lit. un tiempo y tiempos y medio tiempo.
3. 7:28 Aquí termina la porción aramea. Véase nota en 2:4.

Daniel 8


Visión del carnero y del macho cabrío

1  "En el tercer año del reinado de Belsasar, yo, Daniel, tuve otra visión. 2  En ella, me veía en la ciudadela de Susa, en la provincia de Elam, junto al río Ulay. 3  Me fijé, y vi ante mí un carnero con sus dos cuernos. Estaba junto al río, y tenía cuernos largos. Uno de ellos era más largo, y le había salido después.
4  "Me quedé observando cómo el carnero atacaba hacia el norte y hacia el sur. Ningún animal podía hacerle frente, ni había tampoco quien pudiera librarse de su poder. El carnero hacía lo que quería, y cada vez cobraba más fuerza.
5  "Mientras reflexionaba yo al respecto, de pronto surgió del oeste un macho cabrío, con un cuerno enorme entre los ojos, y cruzó toda la tierra sin tocar siquiera el suelo. 6  Se lanzó contra el carnero que yo había visto junto al río, y lo atacó furiosamente. 7  Yo vi cómo lo golpeó y le rompió los dos cuernos. El carnero no pudo hacerle frente, pues el macho cabrío lo derribó y lo pisoteó. Nadie pudo librar al carnero del poder del macho cabrío.
8  "El macho cabrío cobró gran fuerza, pero en el momento de su mayor grandeza se le rompió el cuerno más largo, y en su lugar brotaron cuatro grandes cuernos que se alzaron contra los cuatro vientos del cielo. 9  De uno de ellos salió otro cuerno, pequeño al principio, que extendió su poder hacia el sur y hacia el este, y también hacia nuestra hermosa tierra. 10  Creció hasta alcanzar al ejército de los cielos, derribó algunas estrellas y las pisoteó, 11  y aun llegó a sentirse más importante que el jefe del ejército de los cielos. Por causa de él se eliminó el sacrificio diario y se profanó el santuario. 12  Por la rebeldía de nuestro pueblo, su ejército echó por tierra la verdad y quitó el sacrificio diario. En fin, ese cuerno hizo y deshizo.
13  "Escuché entonces que uno de los *santos hablaba, y que otro le preguntaba: ¿Cuánto más va a durar esta visión del sacrificio diario, de la rebeldía desoladora, de la entrega del santuario y de la humillación del ejército? 14  Y aquel santo me dijo: Va a tardar dos mil trescientos días con sus noches. Después de eso, se *purificará el santuario.


Significado de la visión

15  "Mientras yo, Daniel, contemplaba la visión y trataba de entenderla, de repente apareció ante mí alguien de apariencia *humana. 16  Escuché entonces una voz que desde el río Ulay gritaba: ¡Gabriel, dile a este hombre lo que significa la visión!
17  "Cuando Gabriel se acercó al lugar donde yo estaba, me sentí aterrorizado y caí de rodillas. Pero él me dijo: Toma en cuenta, criatura humana,[1] que la visión tiene que ver con la hora final.
18  "Mientras Gabriel me hablaba, yo caí en un sueño profundo, de cara al suelo. Pero él me despertó y me obligó a levantarme, 19  mientras me decía: Voy a darte a conocer lo que sucederá cuando llegue a su fin el tiempo de la ira de Dios, porque el fin llegará en el momento señalado. 20  El carnero de dos cuernos que has visto simboliza a los reyes de Media y de Persia. 21  El macho cabrío es el rey de Grecia, y el cuerno grande que tiene entre los ojos es el primer rey. 22  Los cuatro cuernos que salieron en lugar del que fue hecho pedazos simbolizan a los cuatro reinos que surgirán de esa nación, pero que no tendrán el mismo poder.
23  " Hacia el final de esos reinos, cuando los rebeldes lleguen al colmo de su maldad, surgirá un rey de rostro adusto, maestro de la intriga, 24  que llegará a tener mucho poder, pero no por sí mismo. Ese rey causará impresionantes destrozos y saldrá airoso en todo lo que emprenda. Destruirá a los poderosos y al pueblo *santo. 25  Con su astucia propagará el engaño, creyéndose un ser superior. Destruirá a mucha gente que creía estar segura, y se enfrentará al Príncipe de los príncipes, pero será destruido sin la intervención humana. 26  Esta visión de los días con sus noches, que se te ha dado a conocer, es verdadera. Pero no la hagas pública, pues para eso falta mucho tiempo.
27  "Yo, Daniel, quedé exhausto, y durante varios días guardé cama. Luego me levanté para seguir atendiendo los asuntos del reino. Pero la visión me dejó pasmado, pues no lograba comprenderla.

                         NOTAS:

1. 8:17 criatura humana. Lit. hijo de hombre.

Daniel 9


Oración de Daniel

1-2  "Corría el primer año del reinado de Darío hijo de Jerjes, un medo que llegó a ser rey de los *babilonios, cuando yo, Daniel, logré entender ese pasaje de las Escrituras donde el Señor le comunicó al profeta Jeremías que la desolación de Jerusalén duraría setenta años. 3  Entonces me puse a orar y a dirigir mis súplicas al Señor mi Dios. Además de orar, ayuné y me vestí de luto y me senté sobre cenizas. 4  Ésta fue la oración y confesión que le hice:

"Señor, Dios grande y terrible, que cumples tu *pacto de fidelidad con los que te aman y obedecen tus mandamientos: 5  Hemos pecado y hecho lo malo; hemos sido malvados y rebeldes; nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus *leyes. 6  No hemos prestado atención a tus siervos los profetas, que en tu *nombre hablaron a nuestros reyes y príncipes, a nuestros antepasados y a todos los habitantes de la tierra.
7  " Tú, Señor, eres justo. Nosotros, en cambio, somos motivo de vergüenza en este día; nosotros, pueblo de Judá, habitantes de Jerusalén y de todo Israel, tanto los que vivimos cerca como los que se hallan lejos, en todos los países por los que nos has dispersado por haberte sido infieles.
8  " Señor, tanto nosotros como nuestros reyes y príncipes, y nuestros antepasados, somos motivo de vergüenza por haber pecado contra ti. 9  Pero aun cuando nos hemos rebelado contra ti, tú, Señor nuestro, eres un Dios compasivo y perdonador.
10  " Señor y Dios nuestro, no hemos obedecido ni seguido tus leyes, las cuales nos diste por medio de tus siervos los profetas. 11  Todo Israel se ha apartado de tu ley y se ha negado a obedecerte. Por eso, porque pecamos contra ti, nos han sobrevenido las maldiciones que nos anunciaste, las cuales están escritas en la ley de tu siervo Moisés.
12  " Tú has cumplido las advertencias que nos hiciste, a nosotros y a nuestros gobernantes, y has traído sobre nosotros esta gran calamidad. ¡Jamás ha ocurrido bajo el cielo nada semejante a lo que sucedió con Jerusalén!
13  " Señor y Dios, todo este desastre ha venido sobre nosotros, tal y como está escrito en la ley de Moisés, y ni aun así hemos buscado tu favor. No nos hemos apartado de nuestros pecados ni hemos procurado entender tu verdad.
14  " Tú, Señor y Dios nuestro, dispusiste esta calamidad y la has dejado caer sobre nosotros, porque eres justo en todos tus actos. ¡A pesar de todo, no te hemos obedecido!
15  " Señor y Dios nuestro, que con mano poderosa sacaste de Egipto a tu pueblo y te has hecho famoso, como hoy podemos ver: ¡Hemos pecado; hemos hecho lo malo! 16  Aparta tu ira y tu furor de Jerusalén, como corresponde a tus actos de *justicia. Ella es tu ciudad y tu monte *santo. Por nuestros pecados, y por la iniquidad de nuestros antepasados, Jerusalén y tu pueblo son objeto de burla de cuantos nos rodean.
17  " Y ahora, Dios y Señor nuestro, escucha las oraciones y súplicas de este siervo tuyo. Haz honor a tu nombre y mira con amor a tu santuario, que ha quedado desolado. 18  Préstanos oído, Dios nuestro; abre los ojos y mira nuestra desolación y la ciudad sobre la cual se invoca tu nombre. Al hacerte estas peticiones, no apelamos a nuestra rectitud sino a tu gran misericordia. 19  ¡Señor, escúchanos! ¡Señor, perdónanos! ¡Señor, atiéndenos y actúa! Dios mío, haz honor a tu nombre y no tardes más; ¡tu nombre se invoca sobre tu ciudad y sobre tu pueblo!


Las setenta semanas

20  "Yo seguí hablando y orando al Señor mi Dios. Le confesé mi pecado y el de mi pueblo Israel, y le supliqué en favor de su *santo monte. 21  Se acercaba la hora del sacrificio vespertino. Y mientras yo seguía orando, el ángel Gabriel, a quien había visto en mi visión anterior, vino en raudo vuelo a verme 22  y me hizo la siguiente aclaración:

"Daniel, he venido en este momento para que entiendas todo con claridad. 23  Tan pronto como empezaste a orar, Dios contestó tu oración. He venido a decírtelo porque tú eres muy apreciado. Presta, pues, atención a mis palabras, para que entiendas la visión.
24  " Setenta semanas[1] han sido decretadas para que tu pueblo y tu santa ciudad pongan fin a sus transgresiones y pecados, pidan perdón por su maldad, establezcan para siempre la justicia, sellen la visión y la profecía, y consagren el lugar santísimo.
25  " Entiende bien lo siguiente: Habrá siete semanas desde la promulgación del decreto que ordena la reconstrucción de Jerusalén hasta la llegada del príncipe elegido.[2] Después de eso, habrá sesenta y dos semanas más. Entonces será reconstruida Jerusalén, con sus calles y murallas.[3] Pero cuando los tiempos apremien, 26  después de las sesenta y dos semanas, se le quitará la vida al príncipe elegido. Éste se quedará sin ciudad y sin santuario, porque un futuro gobernante los destruirá. El fin vendrá como una inundación, y la destrucción no cesará[4] hasta que termine la guerra. 27  Durante una semana ese gobernante hará un pacto con muchos, pero a media semana pondrá fin a los sacrificios y ofrendas. Sobre una de las alas del templo cometerá horribles sacrilegios, hasta que le sobrevenga el desastroso fin que le ha sido decretado. "

                         NOTAS:

1. 9:24 semanas. Lit. sietes; también en vv. 25-27.
2. 9:25 príncipe elegido. Lit. *Mesías príncipe.
3. 9:25 murallas. Alt. trincheras, o diques.
4. 9:26 no cesará. Lit. ha sido decretada.

Daniel 10


Daniel junto al río Tigris

1  En el tercer año del reinado de Ciro de Persia, Daniel tuvo una visión acerca de un gran ejército. El mensaje era verdadero, y Daniel, que también se llamaba Beltsasar, pudo comprender su significado en la visión.
2  "En aquella ocasión yo, Daniel, pasé tres semanas como si estuviera de luto. 3  En todo ese tiempo no comí nada especial, ni probé carne ni vino, ni usé ningún perfume. 4  El día veinticuatro del mes primero, mientras me encontraba yo a la orilla del gran río Tigris, 5  levanté los ojos y vi ante mí a un hombre vestido de lino, con un cinturón del oro más refinado. 6  Su cuerpo brillaba como el topacio, y su rostro resplandecía como el relámpago; sus ojos eran dos antorchas encendidas, y sus brazos y piernas parecían de bronce bruñido; su voz resonaba como el eco de una multitud.
7  "Yo, Daniel, fui el único que tuvo esta visión. Los que estaban conmigo, aunque no vieron nada, se asustaron y corrieron a esconderse. 8  Nadie se quedó conmigo cuando tuve esta gran visión. Las fuerzas me abandonaron, palideció mi rostro, y me sentí totalmente desvalido. 9  Fue entonces cuando oí que aquel hombre me hablaba. Mientras lo oía, caí en un profundo sueño, de cara al suelo. 10  En ese momento una mano me agarró, me puso sobre mis manos y rodillas, 11  y me dijo: Levántate, Daniel, pues he sido enviado a verte. Tú eres muy apreciado, así que presta atención a lo que voy a decirte.
"En cuanto aquel hombre me habló, tembloroso me puse de pie. 12  Entonces me dijo: No tengas miedo, Daniel. Tu petición fue escuchada desde el primer día en que te propusiste ganar entendimiento y humillarte ante tu Dios. En respuesta a ella estoy aquí. 13  Durante veintiún días el príncipe de Persia se me opuso, así que acudió en mi ayuda Miguel, uno de los príncipes de primer rango. Y me quedé allí, con los reyes de Persia. 14  Pero ahora he venido a explicarte lo que va a suceder con tu pueblo en el futuro, pues la visión tiene que ver con el porvenir.
15  "Mientras aquel hombre me decía esto, yo me incliné de cara al suelo y guardé silencio. 16  Entonces alguien con aspecto *humano me tocó los labios, y yo los abrí y comencé a hablar. Y le dije a quien había estado hablando conmigo: Señor, por causa de esta visión me siento muy angustiado y sin fuerzas. 17  ¿Cómo es posible que yo, que soy tu siervo, hable contigo? ¡Las fuerzas me han abandonado, y apenas puedo respirar!
18  "Una vez más, el de aspecto humano me tocó y me infundió fuerzas, 19  al tiempo que me decía: ¡La *paz sea contigo, hombre altamente estimado! ¡Cobra ánimo, no tengas miedo!
"Mientras él me hablaba, yo fui recobrando el ánimo y le dije: Ya que me has reanimado, ¡háblame, Señor! 20  Y me dijo: ¿Sabes por qué he venido a verte? Pues porque debo volver a pelear contra el príncipe de Persia. Y cuando termine de luchar con él, hará su aparición el príncipe de Grecia. 21  Pero antes de eso, te diré lo que está escrito en el libro de la verdad. En mi lucha contra ellos, sólo cuento con el apoyo de Miguel, el capitán de ustedes.

Daniel 11

1  " Cuando Darío el Medo estaba en el primer año de su reinado, también le brindé mi apoyo y mi ayuda.


Los reyes del norte y del sur

2  " Pero ahora voy a darte a conocer la verdad. Van a levantarse en Persia tres reyes más, y hasta un cuarto, el cual será más rico que los otros tres. En cuanto haya cobrado fuerza con sus riquezas, incitará a todos contra el reino griego. 3  Surgirá entonces un rey muy aguerrido, el cual gobernará con lujo de fuerza y hará lo que mejor le parezca. 4  Pero tan pronto como surja su imperio, se resquebrajará y se esparcirá hacia los cuatro vientos del cielo. Este imperio no será para sus descendientes, ni tendrá el poder que tuvo bajo su gobierno, porque Dios lo dividirá y se lo entregará a otros.
5  " El rey del sur cobrará fuerza, pero uno de sus comandantes se hará más fuerte que él, y con alarde de poder gobernará sobre su propio imperio. 6  Pasados algunos años harán una alianza: la hija del rey del sur se casará con el rey del norte, y harán las paces, aunque ella no retendrá su poder, y el poder del rey tampoco durará. Ella será traicionada, junto con su escolta, su hijo y su esposo.
" En esos días, 7  uno de la familia real usurpará el trono de la hija del rey del sur, y con su ejército atacará al rey del norte y a la fortaleza real, saliendo victorioso de la lucha. 8  Se apoderará de las estatuas de metal de sus dioses, y de sus objetos de oro y plata, y se los llevará a Egipto, dejando tranquilo al rey del norte durante algunos años. 9  Luego el rey del norte invadirá los dominios del rey del sur, pero se verá forzado a volver a su país. 10  Tocará a sus hijos alistarse para la guerra, y reunirán a un gran ejército que, como una inundación, avanzará arrasándolo todo hasta llegar a la fortaleza.
11  " Enfurecido, el rey del sur marchará en contra del rey del norte, que será derrotado a pesar de contar con un gran ejército. 12  Ante el triunfo obtenido, el rey del sur se llenará de orgullo y matará a miles, pero su victoria no durará 13  porque el rey del norte reunirá a otro ejército, más numeroso y mejor armado que el anterior, y después de algunos años volverá a atacar al rey del sur.
14  " Mira, Daniel, por ese tiempo habrá muchos que se rebelarán contra el rey del sur, incluso gente violenta de tu pueblo, pero no saldrán victoriosos. Así se cumplirá la visión. 15  Entonces el rey del norte vendrá y levantará rampas de asalto y conquistará la ciudad fortificada, pues las fuerzas del sur no podrán resistir; ¡ni siquiera sus mejores tropas podrán ofrecer resistencia! 16  El ejército invasor hará de las suyas, pues nadie podrá hacerle frente, y se establecerá en nuestra hermosa tierra, la cual quedará bajo su dominio. 17  El rey del norte se dispondrá a atacar con todo el poder de su reino, pero hará una alianza con el rey del sur: éste le dará su hija en matrimonio, con miras a derrocar su reino, pero sus planes no tendrán el éxito esperado. 18  Dirigirá entonces sus ataques contra las ciudades costeras, y conquistará muchas de ellas, pero un general responderá a su insolencia y lo hará quedar en ridículo. 19  Después de eso, el rey del norte regresará a la fortaleza de su país, pero sufrirá un tropiezo y no volverá a saberse nada de él.
20  " Después del rey del norte, ocupará el trono un rey que, para mantener el esplendor del reino, enviará a un recaudador de impuestos. Pero poco tiempo después ese rey perderá la vida, aunque no en el fragor de la batalla.
21  " En su lugar reinará un hombre despreciable, indigno de ser rey, que invadirá el reino cuando la gente se sienta más segura y, recurriendo a artimañas, usurpará el trono. 22  Arrasará como una inundación a las fuerzas que se le opongan; las derrotará por completo, lo mismo que al príncipe del pacto. 23  Engañará a los que pacten con él, y con un grupo reducido usurpará el trono. 24  Cuando las provincias más ricas se sientan más seguras, las invadirá, logrando así lo que jamás lograron sus padres y abuelos. Repartirá entre sus seguidores el botín y las riquezas que haya ganado en la guerra, y hará planes para atacar las ciudades fortificadas.
" Pero esto no durará mucho tiempo. 25  Envalentonado por su fuerza, ese hombre atacará al rey del sur con un gran ejército. Al frente de un ejército muy grande y poderoso, el rey del sur responderá al ataque; pero no podrá vencerlo, porque será traicionado. 26  Los mismos que compartían su mesa buscarán su ruina; su ejército será derrotado por completo, y muchos caerán en batalla. 27  Sentados a la misma mesa, estos dos reyes pensarán sólo en hacerse daño, y se mentirán el uno al otro; pero esto de nada servirá, porque el momento del fin todavía no habrá llegado. 28  El rey del norte regresará a su país con grandes riquezas, pero antes profanará el *santo templo,[1] así que llevará a cabo sus planes y luego volverá a su país.
29  " En el momento preciso, el rey del norte volverá a invadir el sur, aunque esta vez el resultado será diferente, 30  porque los barcos de guerra de las costas occidentales se opondrán a él y le harán perder el valor. Entonces retrocederá y descargará su enojo contra el santo templo. En su retirada, se mostrará bondadoso con los que renegaron de él. 31  Sus fuerzas armadas se dedicarán a profanar la fortaleza del templo, y suspenderán el sacrificio diario, estableciendo el horrible sacrilegio. 32  Corromperá con halagos a los que hayan renegado del pacto, pero los que conozcan a su Dios se le opondrán con firmeza.
33  " Los sabios instruirán a muchos, aunque durante algún tiempo morirán a filo de espada, o serán quemados, o se les tomará cautivos y se les despojará de todo. 34  Cuando caigan, recibirán muy poca ayuda, aunque mucha gente hipócrita se les unirá. 35  Algunos de los sabios caerán, pero esa prueba los *purificará y *perfeccionará, para que cuando llegue la hora final no tengan mancha alguna. Todavía falta mucho para que llegue el momento preciso.


El rey se exalta a sí mismo

36  " El rey hará lo que mejor le parezca. Se exaltará a sí mismo, se creerá superior a todos los dioses, y dirá cosas del Dios de dioses que nadie antes se atrevió a decir. Su éxito durará mientras la ira de Dios no llegue a su colmo, aunque lo que ha de suceder, sucederá. 37  Ese rey no tomará en cuenta a los dioses de sus antepasados, ni al dios que adoran las mujeres, ni a ningún otro dios, sino que se exaltará a sí mismo por encima de todos ellos. 38  En su lugar, adorará al dios de las fortalezas; honrará a un dios que sus antepasados no conocieron, y le presentará costosas ofrendas de oro, plata y piedras preciosas. 39  Con la ayuda de un dios extraño atacará las fortalezas más poderosas, y rendirá grandes honores a aquellos que lo reconozcan, pues en recompensa los pondrá como gobernadores de grandes multitudes y les dará tierras.
40  " Cuando llegue la hora final, el rey del sur trabará combate contra el rey del norte, pero éste responderá a su ataque con carros y caballos y con toda una flota de barcos de guerra. Invadirá muchos países, y los arrasará como una inundación. 41  También invadirá nuestro hermoso país, y muchos países caerán bajo su poder, aunque Edom y Moab y los jefes de Amón escaparán de sus manos. 42  Extenderá su poder sobre muchos países, y ni Egipto podrá salvarse. 43  Se adueñará de los tesoros de oro y plata de Egipto, y de todas sus riquezas, y también someterá a los libios y a los etíopes. 44  Sin embargo, le llegarán noticias alarmantes del este y del norte, y en su furor se pondrá en marcha dispuesto a destruir y matar a mucha gente. 45  Plantará su campamento real entre el mar y el bello monte *santo; pero allí le llegará su fin, y nadie acudirá en su ayuda.

                         NOTAS:

1. 11:28 templo. Lit. pacto; también en v. 30.

Daniel 12


La hora final

1  " Entonces se levantará Miguel,
el gran príncipe protector de tu pueblo.
Habrá un período de angustia,
como no lo ha habido jamás
desde que las naciones existen.
Serán salvados los de tu pueblo,
cuyo *nombre se halla anotado en el libro,
2  y del polvo de la tierra se levantarán
las multitudes de los que duermen,
algunos de ellos para vivir por siempre,
pero otros para quedar en la vergüenza
y en la confusión perpetuas.
3  Los sabios resplandecerán
con el brillo de la bóveda celeste;
los que instruyen a las multitudes
en el *camino de la justicia
brillarán como las estrellas
por toda la eternidad.

4  " Tú, Daniel, guarda estas cosas en secreto y sella el libro hasta la hora final, pues muchos andarán de un lado a otro en busca de cualquier conocimiento.

5  "Yo, Daniel, vi ante mí a otros dos hombres; uno de ellos estaba en una orilla del río, y el otro en la orilla opuesta. 6  Uno de ellos le dijo al hombre vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río: ¿Cuánto falta para que se cumplan estas cosas tan increíbles?
7  "Yo pude ver y oír cuando el hombre vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, levantó las manos al cielo y juró por el que vive para siempre: Faltan tres años y medio.[1] Todo esto se cumplirá cuando el poder del pueblo *santo no vuelva a ser destruido.
8  "Aunque escuché lo que dijo ese hombre, no pude entenderlo, así que le pregunté: Señor, ¿en qué va a parar todo esto? 9  Y él me respondió: Sigue adelante, Daniel, que estas cosas se mantendrán selladas y en secreto hasta que llegue la hora final. 10  Muchos serán *purificados y *perfeccionados, y quedarán limpios, pero los malvados seguirán en su maldad. Ninguno de ellos entenderá nada, pero los sabios lo entenderán todo. 11  A partir del momento en que se suspenda el sacrificio diario y se imponga el horrible sacrilegio, transcurrirán mil doscientos noventa días. 12  ¡*Dichoso el que espere a que hayan transcurrido mil trescientos treinta y cinco días! 13  Pero tú, persevera hasta el fin y descansa, que al final de los tiempos te levantarás para recibir tu recompensa. "
                         NOTAS:

1. 12:7 tres años y medio. Lit. un tiempo, tiempos y medio tiempo.

Oseas 1


Oseas

1  Ésta es la palabra del Señor que vino a Oseas hijo de Beerí durante los reinados de Uzías, Jotán, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y durante el reinado de Jeroboán hijo de Joás, rey de Israel.


La esposa y los hijos de Oseas

2  La primera vez que el Señor habló por medio de Oseas, le dijo: "Ve y toma por esposa una prostituta, y ten con ella hijos de prostitución, porque el país se ha prostituido por completo. ¡Se ha apartado del Señor!"
3  Oseas fue y tomó por esposa a Gómer, hija de Diblayin, la cual concibió y le dio a luz un hijo.
4  Entonces el Señor le dijo: "Ponle por *nombre Jezrel, porque dentro de poco haré que la casa real de Jehú pague por la masacre en Jezrel. Así pondré fin al dominio del reino de Israel. 5  Ese día quebraré el arco de Israel en el valle de Jezrel."
6  Gómer volvió a concebir y dio a luz una niña. Entonces el Señor le dijo a Oseas: "Ponle por nombre: Indigna de compasión,[1] porque no volveré a compadecerme del reino de Israel, sino que le negaré el perdón. 7  En cambio, tendré compasión de la tribu de Judá, y la salvaré; pero no por medio de arco, ni de espada ni de batallas, ni tampoco por medio de caballos y jinetes, sino por medio del Señor su Dios."
8  Cuando Gómer destetó a la llamada "Indigna de compasión", volvió a concebir y tuvo otro hijo. 9  Entonces el Señor le dijo a Oseas: "Ponle por nombre: Pueblo ajeno,[2] porque ni ustedes son mi pueblo, ni yo soy su Dios.
10  "Con todo, los israelitas serán tan numerosos como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el mismo lugar donde se les llamó: Pueblo ajeno, se les llamará: Hijos del Dios viviente. 11  El pueblo de Judá se reunirá con el pueblo de Israel, y nombrarán un solo jefe y resurgirán en su país, porque grande será el día de Jezrel.

                         NOTAS:

1. 1:6 Indigna de compasión. Lit. Lorrujama; también en v. 8, y véase 2:23.
2. 1:9 Pueblo ajeno. Lit. Loamí.

Oseas 2

1  "Llamen a sus hermanos: Pueblo mío,[1] y a sus hermanas: Compadecidas.[2]


Castigo y restauración de Israel

2  "¡Échenle en cara a su madre
que ni ella es mi esposa ni yo su esposo!
¡Que se quite del rostro el maquillaje de prostituta,
y de entre los pechos los adornos de ramera!
3  De lo contrario, la desnudaré por completo;
la dejaré como el día en que nació.
La pondré como un desierto:
¡la convertiré en tierra seca y la mataré de sed!
4  No tendré compasión de sus hijos,
porque son hijos de prostitución.
5  Su madre es una prostituta;
¡la que los concibió es una sinvergüenza!
Pues dijo: Quiero ir tras mis amantes,
que me dan mi pan y mi agua,
mi lana y mi lino, mi aceite y mis bebidas.
6  Por eso le cerraré el paso con espinos;
la encerraré para que no encuentre el camino.
7  Con ardor perseguirá a sus amantes,
y al no encontrarlos dirá:
Prefiero volver con mi primer esposo,
porque antes me iba mejor que ahora.
8  Ella no ha querido reconocer que soy yo
quien le da el grano, el vino nuevo y el aceite.
Yo le he multiplicado la plata y el oro,
¿y que hizo con ellos? ¡Falsos dioses![3]

9  "Por eso, llegado el momento
le quitaré mi trigo y mi vino nuevo.


La dejaré sin la lana y el lino
que le di para cubrir su desnudez.
10  Voy a exhibir su desvergüenza
a la vista de sus amantes,
y nadie la librará de mi mano.
11  Pondré fin a todo su jolgorio:
sus peregrinaciones, sus lunas nuevas,
sus días de reposo, y sus fiestas solemnes.
12  Devastaré sus vides y sus higueras,
que consideraba la paga de sus amantes.
Las convertiré en maleza,
y los animales del campo acabarán con ellas.
13  La llamaré a cuentas por los días
en que quemaba ofrendas a sus falsos dioses,
cuando se adornaba con zarcillos y joyas,
y olvidándose de mí, se iba tras sus amantes
afirma el Señor.

14  "Por eso, ahora voy a seducirla:
me la llevaré al desierto
y le hablaré con ternura.
15  Allí le devolveré sus viñedos,
y convertiré el valle de la Desgracia[4]
en el paso de la Esperanza.
Allí me corresponderá, como en los días de su juventud,
como en el día en que salió de Egipto.

16  "En aquel día afirma el Señor,
ya no me llamarás: mi señor,[5]
sino que me dirás: esposo mío.
17  Te quitaré de los labios el nombre de tus falsos dioses,
y nunca más volverás a invocarlos.
18  Aquel día haré en tu favor un pacto
con los animales del campo,
con las aves de los cielos
y con los reptiles de la tierra.
Eliminaré del país arcos, espadas y guerra,
para que todos duerman seguros.
19  Yo te haré mi esposa para siempre,
y te daré como dote el derecho y la justicia,
el amor y la compasión.
20  Te daré como dote mi fidelidad,
y entonces conocerás al Señor.

21  "En aquel día yo responderé
afirma el Señor;
yo le responderé al cielo,
y el cielo le responderá a la tierra;
22  la tierra les responderá al cereal,
al vino nuevo y al aceite,
y éstos le responderán a Jezrel.[6]
23  Yo la sembraré para mí en la tierra;
me compadeceré de la Indigna de compasión,
a Pueblo ajeno lo llamaré: Pueblo mío;[7]
y él me dirá: Mi Dios."


                         NOTAS:

1. 2:1 Pueblo mío. Lit. Amí.
2. 2:1 Compadecidas. Lit. Rujama.
3. 2:8 Falsos dioses. Lit. *Baales; también en vv. 13 y 17.
4. 2:15 la Desgracia. Lit. Acor; véase Jos 7:24-26.
5. 2:16 señor. Lit. baal.
6. 2:22 En hebreo, Jezrel significa Dios siembra.
7. 2:23 Indigna de compasión ... Pueblo ajeno ... Pueblo mío. Véanse 1:6,8; 2:1 y notas.

Oseas 3


Oseas se reconcilia con su esposa

1  Me habló una vez más el Señor, y me dijo: "Ve y ama a esa mujer adúltera, que es amante de otro. Ámala como ama el Señor a los israelitas, aunque se hayan vuelto a dioses ajenos y se deleiten con las tortas de pasas que les ofrecen."
2  Compré entonces a esa mujer por quince monedas de plata 3[1] y una carga y media de cebada,[2]  y le dije: "Vas a vivir conmigo mucho tiempo, pero sin prostituirte. No tendrás relaciones sexuales con ningún otro hombre. ¡Ni yo te voy a tocar!"
4  Ciertamente los israelitas vivirán mucho tiempo sin rey ni gobernante, sin sacrificio ni altares, ni *efod ni ídolos. 5  Pero después los israelitas buscarán nuevamente al Señor su Dios, y a David su rey. En los últimos días acudirán con temor reverente al Señor y a sus bondades.

                         NOTAS:

1. 3:2 quince monedas de plata. Lit. quince {*siclos} de plata.
2. 3:2 una carga y media de cebada. Lit. un *jómer de cebada y un *létec de cebada.

Oseas 4


Pleito contra Israel

1  Escuchen, israelitas,
la palabra del Señor,
porque el Señor va a entrar en juicio
contra los habitantes del país:

"Ya no hay entre mi pueblo fidelidad ni amor,
ni *conocimiento de Dios.
2  Cunden, más bien, el perjurio y la mentira.
Abundan el robo, el adulterio y el asesinato.
¡Un homicidio sigue a otro!
3  Por tanto, se resecará la tierra,
y desfallecerán todos sus habitantes.
¡Morirán las bestias del campo,
las aves del cielo y los peces del mar!

4  "¡Que nadie acuse ni reprenda a nadie!
¡Tu pueblo parece acusar al sacerdote!
5  Tropiezas de día y de noche,
y los profetas tropiezan contigo;
tu madre dejará de existir,
6  pues por falta de conocimiento
mi pueblo ha sido destruido.

"Puesto que rechazaste el conocimiento,
yo también te rechazo como mi sacerdote.
Ya que te olvidaste de la *ley de tu Dios,
yo también me olvidaré de tus hijos.
7  Mientras más aumentaban los sacerdotes,
más pecaban contra mí;
cambiaron a quien es su gloria
en algo deshonroso.
8  El pecado de mi pueblo es su comida;
se regodean en su perversidad.
9  ¡De tal pueblo, tal sacerdote![1]
¡Por eso les pediré cuentas de su conducta
y les daré la paga de sus acciones!

10  "Comerán, pero no quedarán satisfechos;
se prostituirán, pero no se saciarán;[2]
porque han abandonado al Señor
para entregarse 11  a la prostitución y al vino,
¡al mosto que hace perder la razón!
12  Mi pueblo consulta a su ídolo de madera,
y ese pedazo de palo le responde;
su tendencia a prostituirse los descarría;
se prostituyen en abierto desafío a su Dios.
13  En la cumbre de montes y colinas
queman ofrendas y ofrecen sacrificios,
bajo la agradable sombra
de robles, álamos y encinas.


Por eso se prostituyen sus hijas
y cometen adulterio sus nueras.
14  Pero no las castigaré
por sus prostituciones y adulterios,
porque sus propios maridos
se juntan con prostitutas
y celebran banquetes paganos
con las sacerdotisas del templo.
¡Es así como acaba por hundirse
un pueblo falto de entendimiento!

15  "Si tú, Israel, te prostituyes,
¡que no resulte culpable Judá!

"No vayan a Guilgal ni suban a Bet Avén,[3]
ni juren: ¡Por la vida del Señor!
16  Israel es tan indómito como una novilla.
¿Cómo podrá el Señor pastorearlos
en campo abierto, como a corderos?
17  Efraín se ha aliado con las imágenes;
¡pues que se quede con ellas!
18  Cuando ya no tienen licor,
se entregan de lleno a la prostitución,
¡y hasta sus gobernantes aman la deshonra!
19  ¡Por eso un torbellino los arrastrará,
y quedarán avergonzados por sus sacrificios!

                         NOTAS:

1. 4:9 ¡De tal ... sacerdote! Alt. Al pueblo le irá como al sacerdote.
2. 4:10 no se saciarán. Alt. no tendrán hijos.
3. 4:15 Bet Avén, nombre que significa casa de iniquidad, se aplica aquí a la ciudad de Betel, que significa casa de Dios (véase también 5:8).

Oseas 5


Juicio contra Israel

1  "¡Oigan esto, sacerdotes!
¡Pon atención, reino de Israel!
¡Escucha, casa real!
¡Contra ustedes es la sentencia!
En Mizpa han sido ustedes una trampa;
en el monte Tabor, una red tendida;
2  en Sitín, una fosa abierta.[1]
Por eso, yo los disciplinaré.
3  Yo conozco bien a Efraín;
Israel no me es desconocido.
Pero ahora Efraín se ha prostituido;
e Israel se ha mancillado.

4  "No les permiten sus malas obras
volverse a su Dios;
su tendencia a prostituirse
les impide conocer al Señor.
5  La arrogancia de Israel testificará en su contra,
Israel y Efraín tropezarán con su maldad,
y hasta Judá caerá con ellos.
6  Con sus ovejas y sus vacas
irán en busca del Señor,
pero no lo encontrarán
porque él se ha apartado de ellos.
7  Han traicionado al Señor;
han dado a luz hijos de otros padres.
¡Ahora la destrucción[2] devorará sus fincas!

8  "Toquen la corneta en Guibeá,
hagan sonar la trompeta en Ramá,
lancen el grito de guerra en Bet Avén:[3]
¡Cuídate las espaldas, Benjamín!
9  En el día de la reprensión,
Efraín quedará desolado.


Entre las tribus de Israel
doy a conocer lo que les va a pasar.
10  Las autoridades de Judá se parecen
a los que alteran los linderos.
¡Pues derramaré mi enojo sobre ellos
como si derramara un torrente de agua!
11  Efraín está deprimido,
aplastado por el juicio,
empeñado en seguir a los ídolos.[4]
12  ¡Pues seré para Efraín como polilla,
como carcoma para el pueblo de Judá!

13  "Cuando Efraín vio su enfermedad
y Judá reparó en sus llagas,


Efraín recurrió a Asiria
y pidió la ayuda del gran rey.
Pero el rey no podrá sanarlo,
ni tampoco curar sus llagas.
14  Yo seré como un león para Efraín,
como un cachorro para Judá.
Yo mismo los haré pedazos,
y luego me alejaré;
yo mismo me llevaré la presa,
y no habrá quien me la arrebate.
15  Volveré luego a mi morada,
hasta que reconozcan su culpa.
Buscarán ganarse mi favor;
angustiados, me buscarán con ansias."

                         NOTAS:

1. 5:2 en Sitín ... abierta (lectura probable); en TM, texto de difícil traducción.
2. 5:7 la destrucción (lectura probable); la fiesta de luna nueva (TM).
3. 5:8 Véase nota en 4:15.
4. 5:11 ídolos. Palabra de difícil traducción.

Oseas 6


Impenitencia de Israel

1  ¡Vengan, volvámonos al Señor!
Él nos ha despedazado, pero nos sanará;
nos ha herido, pero nos vendará.
2  Después de dos días nos dará vida;
al tercer día nos levantará,
y así viviremos en su presencia.
3  Conozcamos al Señor;
vayamos tras su conocimiento.
Tan cierto como que sale el sol,
él habrá de manifestarse;
vendrá a nosotros como la lluvia de invierno,
como la lluvia de primavera que riega la tierra.

4  "¿Qué voy a hacer contigo, Efraín?
¿Qué voy a hacer contigo, Judá?
El amor de ustedes es como nube matutina,
como rocío que temprano se evapora.
5  Por eso los hice pedazos por medio de los profetas;
los herí con las palabras de mi boca.
¡Mi sentencia los fulminará como un relámpago!
6  Lo que pido de ustedes es amor y no sacrificios,
conocimiento de Dios y no *holocaustos.
7  Son como Adán:
han quebrantado el *pacto,
¡me han traicionado!
8  Galaad es una ciudad de malhechores;
sus pisadas dejan huellas de sangre.
9  Una pandilla de sacerdotes
está al acecho en el camino a Siquén,
y como banda de salteadores,
comete toda clase de infamias.
10  En el reino de Israel
he visto algo horrible:


Allí se prostituye Efraín
y se mancilla Israel.

11  "¡A ti también, Judá,
te espera la cosecha de tu maldad!

"Cuando cambie yo la suerte de mi pueblo,

Oseas 7

1  cuando sane yo a Israel,
la perversidad de Efraín y la maldad de Samaria
quedarán al descubierto.
Porque ellos cometen fraudes;
mientras el ladrón se mete en las casas,
una banda de salteadores roba en las calles.
2  No se ponen a pensar
que yo tomo en cuenta todas sus maldades.
Sus malas acciones los tienen cercados,
y las tengo muy presentes.

3  "Con su maldad deleitan al rey;
con sus mentiras, a las autoridades.
4  Parecen un horno encendido
cuyo fuego no hace falta atizar
desde que el panadero prepara la harina
hasta que la masa fermenta.
¡Todos ellos son adúlteros!
5  En la fiesta del rey las autoridades se encienden
bajo los efectos del vino,
y el rey pierde su dignidad
codeándose con la plebe.
6  Como el horno, se les prende el corazón,
dispuesto para la intriga.
Su ira se adormece por la noche,
pero se reaviva por la mañana.
7  Todos ellos arden como un horno;
devoran a sus gobernantes.
Caen todos sus reyes,
pero ninguno de ellos me invoca.

8  "Efraín se mezcla con las naciones;
parece una torta cocida de un solo lado.
9  Los extranjeros le minan las fuerzas,
pero él ni cuenta se da.
Su pelo se ha encanecido,
pero él ni cuenta se da.
10  La arrogancia de Israel testifica en su contra,
pero él no se vuelve al Señor su Dios;
a pesar de todo esto, no lo busca.

11  "Efraín es como una paloma
torpe y sin entendimiento,
que unas veces pide ayuda a Egipto
y otras, recurre a Asiria.
12  Pero tan pronto como lo hagan,
lanzaré mi red sobre ellos;
los derribaré como a las aves del cielo,
¡siete veces los castigaré por sus pecados![1]
13  ¡Ay de ellos, que de mí se alejaron!
¡Que sean destruidos por rebelarse contra mí!
Yo bien podría redimirlos,
pero ellos no me hablan con la verdad.
14  No me invocan de *corazón,
sino que se lamentan echados en sus camas.


Para obtener grano y vino nuevo se laceran
[2] y se ponen en mi contra.
15  Yo adiestré y fortalecí sus brazos,
pero ellos maquinan maldades contra mí.
16  No se vuelven al *Altísimo;
son como un arco engañoso.


Sus autoridades caerán a filo de espada
por sus palabras insolentes,
y en la tierra de Egipto
se burlarán de ellos.

                         NOTAS:

1. 7:12 siete veces ... por sus pecados (lectura probable); según la noticia a su asamblea (TM).
2. 7:14 se laceran (mss. hebreos y LXX); residen como extranjeros (TM).

Oseas 8


Siembran vientos y cosechan torbellinos

1  "¡Da el toque de trompeta!
¡Un águila se cierne sobre la casa del Señor!


Han quebrantado mi *pacto
y se han rebelado contra mi *ley,
2  y ahora vienen a suplicarme:
¡Dios de Israel, te conocemos!
3  Pero Israel ha rechazado el bien,
así que un enemigo lo perseguirá.
4  Establecen reyes que yo no apruebo,
y escogen autoridades que no conozco.


Con su plata y con su oro se hacen imágenes
para su propia destrucción.
5  Samaria, ¡arroja el becerro
que tienes por ídolo!
Contra ustedes se ha encendido mi ira.
¿Hasta cuándo estarán sin *purificarse?
6  Oye, Israel: Ese becerro no es Dios;
es obra de un escultor.


Ese becerro de Samaria
será hecho pedazos.

7  "Sembraron vientos
y cosecharán tempestades.


El tallo no tiene espiga
y no producirá harina;
si acaso llegara a producirla,
se la tragarían los extranjeros.
8  Pues a Israel se lo han tragado,
y hoy es de poca estima entre las naciones.
9  Los israelitas subieron a Asiria;
se apartaron como terco asno salvaje,
y Efraín se ha comprado amantes.
10  Pero aunque se los compre entre las naciones,
de allí volveré a reunirlos;
y comenzarán a retorcerse
bajo la opresión de un rey poderoso.

11  "Efraín edificó muchos altares
para *expiar sus pecados,
pero éstos se han convertido
en altares para pecar.
12  Yo podría escribirles mi ley muchas veces,
pero ellos la verían como algo extraño.
13  Me han ofrecido sacrificios y ofrendas,
y se han comido la carne,
pero eso a mí no me agrada.
Voy ahora a tomar en cuenta sus perversidades,
y castigaré sus pecados;
¡y tendrán que regresar a Egipto!
14  Israel se olvidó de su Hacedor y se edificó palacios;
Judá multiplicó las ciudades amuralladas;
pero yo lanzaré sobre sus ciudades y fortalezas
un fuego que las consuma."

Oseas 9


El castigo a Israel

1  No te alegres, Israel;
no hagas fiesta como las naciones.
Porque te has prostituido:
¡le has sido infiel a tu Dios!


Prefieres la paga de prostituta
que recibes en todos los trigales.[1]
2  Ni el trigo ni las uvas podrán alimentarlos;
el vino nuevo no tendrá el gusto que esperaban.
3  No habitarán en la tierra del Señor;


Efraín regresará a Egipto
y comerá inmundicias en Asiria.
4  No le ofrecerán al Señor más libaciones de vino,
ni le serán gratos sus sacrificios.
Se les volverá pan de lágrimas;
quienes lo coman quedarán *impuros.
Tal vez les sirva para matar el hambre,
pero no tendrá cabida en la casa del Señor.

5  ¿Qué harán ustedes en los días de fiesta,
o en las peregrinaciones en honor del Señor?
6  Aunque escapen de la destrucción,
los recogerá Egipto y los enterrará Menfis.
Sus tesoros de plata se llenarán de ortigas,
y los espinos invadirán sus carpas.
7  Han llegado los días del castigo,
han llegado los días de la retribución.
¡Que lo sepa Israel!
Es tan grande tu maldad,
y tan intensa tu hostilidad,
que al profeta se le tiene por necio,
y al hombre inspirado por loco.
8  El profeta, junto con Dios,
es el centinela de Efraín,[2]
pero enfrenta trampas en todos sus caminos,
y hostilidad en la casa de su Dios.
9  Han llegado al colmo de la corrupción,
como en los días de Guibeá;
¡pero Dios se acordará de sus perversidades
y los castigará por sus pecados!

10  "Cuando encontré a Israel,
fue como hallar uvas en el desierto;
cuando vi a sus antepasados,
fue como ver higos tiernos en la higuera.


Pero ellos se fueron a Baal Peor
y se entregaron a la vergüenza;
¡se volvieron tan detestables
como el objeto de su amor!
11  El esplendor de Efraín saldrá volando, como un ave;
no habrá más concepción ni embarazo ni nacimiento.
12  Y aun cuando vean crecer a sus hijos,
yo los arrebataré de este mundo.
¡Ay de ellos cuando los abandone!
13  He visto a Efraín y a Tiro plantados en una pradera.[3]
¡Pero Efraín entregará sus hijos al verdugo!"

14  Dales, Señor ... ¿qué les darás?
¡Dales vientres que aborten y pechos resecos!

15  "Toda su maldad comenzó en Guilgal;
allí comencé a aborrecerlos.
Por causa de sus maldades,
los expulsaré de mi casa.
No volveré a amarlos,
pues todas sus autoridades son rebeldes.
16  Efraín se ha marchitado:
su raíz se secó y no produce fruto.
Aunque llegue a tener hijos,
mataré el precioso fruto de su vientre."

17  Como no lo obedecieron, mi Dios los rechazará;
¡andarán errantes entre las naciones!

                         NOTAS:

1. 9:1 trigales. Lit. eras.
2. 9:8 El profeta ... de Efraín. Alt. El profeta es el centinela de Efraín, / el pueblo de mi Dios.
3. 9:13 He visto ... pradera. Texto de difícil traducción.

Oseas 10

1  Israel era una vid frondosa
que daba fruto a su antojo.
Pero cuanto más aumentaba su fruto,
más altares se construía;
cuanto más prosperaba su país,
más hermosas hacía sus *piedras sagradas.
2  Su *corazón es escurridizo,
pero tendrá que cargar con su culpa.


El Señor destrozará sus altares
y devastará sus piedras sagradas.

3  Tal vez dirán: "No hemos temido al Señor,
y por eso no tenemos rey.
Pero aun si lo tuviéramos,
¿qué podría hacer por nosotros?"
4  Hablan sólo por hablar;
juran en falso y hacen tratos;
¡por eso florecen los pleitos
como la mala yerba en el campo!
5  Temen los moradores de Samaria
por el becerro que adoran en Bet Avén.[1]
El pueblo del becerro hará duelo por él,
lo mismo que sus sacerdotes idólatras.
Harán lamentos por su esplendor,
porque se lo llevarán al destierro.
6  El becerro será llevado a Asiria
como tributo para el gran rey.
Efraín quedará avergonzado;
Israel se avergonzará de sus ídolos.[2]
7  Samaria y su rey desaparecerán
como rama arrastrada por el agua.
8  Serán destruidos sus *santuarios paganos,
lugares de pecado de Israel.
¡Cardos y espinos crecerán sobre sus altares!
Entonces dirán a las montañas: "¡Cúbrannos!",
y a las colinas: "¡Caigan sobre nosotros!"

9  "Tú, Israel, has venido pecando
desde los días de Guibeá,
y allí te has mantenido.
¡En Guibeá la guerra
tomará por sorpresa a los malvados!
10  Cuando yo quiera, los castigaré;
entonces las naciones se juntarán contra ellos
para aprisionarlos por su doble perversión.
11  Efraín es una novilla adiestrada
a la que le gusta trillar,
pero yo no quise ponerle el yugo.
Pero ahora voy a uncir a Efraín,
y Judá tendrá que arar,
y Jacob emparejará la tierra."

12  ¡Siembren para ustedes *justicia!
¡Cosechen el fruto del amor,
y pónganse a labrar el barbecho!
¡Ya es tiempo de buscar al Señor!,
hasta que él venga y les envíe lluvias de justicia.
13  Pero ustedes sembraron maldad, cosecharon crímenes
y comieron el fruto de la mentira,
porque confiaron en sus carros
y en la multitud de sus guerreros.
14  Un estruendo de guerra se levantará contra su pueblo,
y todas sus fortalezas serán devastadas,
como devastó Salmán a Bet Arbel en el día de la batalla,
cuando las madres fueron destrozadas
junto con sus hijos.
15  Esto es lo que Betel les hizo a ustedes,
a causa de su extrema maldad.
¡Pues el rey de Israel será destruido por completo
en cuanto amanezca!

                         NOTAS:

1. 10:5 Véase nota en 4:15.
2. 10:6 sus ídolos (lectura probable); sus planes (TM).

Oseas 11


El amor de Dios por Israel

1  "Desde que Israel era niño, yo lo amé;
de Egipto llamé a mi hijo.
2  Pero cuanto más lo llamaba,
más se alejaba de mí.[1]


Ofrecía sacrificios a sus falsos dioses
[2] y quemaba incienso a las imágenes.
3  Yo fui quien enseñó a caminar a Efraín;
yo fui quien lo tomó de la mano.


Pero él no quiso reconocer
que era yo quien lo sanaba.
4  Lo atraje con cuerdas de ternura,[3]
lo atraje con lazos de amor.
Le quité de la cerviz el yugo,
y con ternura me acerqué para alimentarlo.

5  "No volverán a Egipto,
sino que Asiria reinará sobre ellos,
porque no quisieron volverse a mí.
6  En sus ciudades se blandirán espadas,
que destrozarán los barrotes de sus *puertas
y acabarán con sus planes.
7  Mi pueblo está resuelto a renegar de mi *nombre;
por eso, aunque me invoquen, no los exaltaré.

8  "¿Cómo podría yo entregarte, Efraín?
¿Cómo podría abandonarte, Israel?
¡Yo no podría entregarte como entregué a Admá!
¡Yo no podría abandonarte como a Zeboyín!
Dentro de mí, el *corazón me da vuelcos,
y se me conmueven las entrañas.
9  Pero no daré rienda suelta a mi ira,
ni volveré a destruir a Efraín.
Porque en medio de ti no está un *hombre,
sino estoy yo, el Dios *santo,
y no atacaré la ciudad."

10  El Señor rugirá como león,
y ellos lo seguirán.
Cuando el Señor lance su rugido,
sus hijos vendrán temblando de occidente.

11  "Vendrán desde Egipto, temblando como aves;
vendrán desde Asiria, temblando como palomas,
y yo los estableceré en sus casas
afirma el Señor.


El pecado de Israel
 "Efraín me ha rodeado de mentiras,
y el reino de Israel con fraude;
Judá anda errante, lejos de Dios;
¡lejos del Dios santísimo y fiel!

                         NOTAS:

1. 11:2 llamaba ... de mí (LXX); llamaban ... de ellos (TM).
2. 11:2 falsos dioses. Lit. *baales.
3. 11:4 de ternura. Lit. humanas.

Oseas 12

1  Efraín se alimenta de viento:
todo el día va tras el viento solano,
y multiplica la mentira y la violencia.
Hace pactos con Asiria,
y a Egipto le da aceite como tributo."

2  El Señor tiene un pleito contra Judá:
le hará pagar a Jacob[1] todo lo que ha hecho,
le dará lo que merecen sus obras.
3  Ya en el seno materno suplantó a su hermano,
y cuando se hizo hombre luchó con Dios.
4  Luchó con el ángel, y lo venció;
lloró y le rogó que lo favoreciera.
Se lo encontró en Betel,
y allí habló con él;
5  ¡habló con el Señor, Dios *Todopoderoso,
cuyo *nombre es el Señor!
6  Pero tú debes volverte a tu Dios,
practicar el amor y la justicia,
y confiar siempre en él.

7  Canaán[2] usa balanzas fraudulentas,
pues le gusta explotar a los demás.
8  Efraín dice con jactancia:
"¡Cómo me he enriquecido!
¡He amasado una gran fortuna!


En todas mis ganancias no encontrarán
que haya pecado en algo."

9  "Yo soy el Señor tu Dios
desde que estabas en Egipto,
y haré que vuelvas a vivir en carpas,
como en los días de nuestro encuentro en el desierto.[3]
10  Yo les hablé a los profetas;
les hice tener muchas visiones,
y por medio de ellos les hablé en parábolas."

11  ¿Es Galaad malvado?
¡No hay duda de que no vale nada!
En Guilgal sacrifica toros;
por eso sus altares quedarán reducidos a montones de piedra
entre los surcos del campo.
12  Jacob huyó a un campo de Aram;[4]


Israel trabajó cuidando ovejas
en pago por su esposa.
13  Para sacar a Israel de Egipto, y después cuidarlo,
el Señor usó a un profeta.
14  Pero Efraín ha irritado a su Señor;
le ha causado un amargo disgusto.


Por eso el Señor le hará pagar sus crímenes
y le devolverá sus injurias.

                         NOTAS:

1. 12:2 En hebreo, Jacob significa él agarra el talón (en sentido figurado: él suplanta o engaña).
2. 12:7 Canaán. Alt. El mercader.
3. 12:9 de nuestro encuentro en el desierto. Alt. de fiestas solemnes.
4. 12:12 Aram. Es decir, al noroeste de Mesopotamia.

Oseas 13


La ira del Señor contra Israel

1  Efraín tenía la preeminencia en Israel.
Cuando él hablaba, la gente temblaba.
Pero le rindió culto a *Baal,
y por ese pecado murió.
2  Sin embargo, siguen pecando,
pues se fabrican, según su ingenio,
imágenes de fundición e ídolos de plata
que no son más que obra de artesanos.
De ellos se dice:
"Ofrecen sacrificios humanos
y besan ídolos en forma de becerros."[1]
3  Por eso serán como nube matutina,
como rocío que temprano se evapora,
como paja que se lleva el viento,
como humo que se escapa por la chimenea.

4  "Pero yo soy el Señor tu Dios
desde que estabas en Egipto.
No conocerás[2] a otro Dios fuera de mí,
ni a otro Salvador que no sea yo.
5  Porque yo fui el que te conoció en el desierto,
en esa tierra de terrible aridez.
6  Les di de comer, y quedaron saciados,
y una vez satisfechos, se volvieron arrogantes
y se olvidaron de mí.
7  Por eso, yo seré para ellos como un león;
los acecharé junto al camino, como un leopardo.
8  Los atacaré y les desgarraré el pecho
como una osa a quien le quitan sus cachorros.
¡Los devoraré como un león!
¡Los despedazaré como fiera del campo!

9  "Voy a destruirte, Israel,
porque estás contra quien te ayuda.
10  ¿Dónde está tu rey,
para que te salve en todas tus ciudades?
¿Dónde están los gobernantes, de los que decías:
Dame rey y autoridades?
11  En mi ira te di rey,
y en mi enojo te lo quité.
12  La perversidad de Efraín está bien guardada;
se ha tomado nota de su pecado.
13  Llegan los dolores de parto,
pero él es una criatura necia:
¡cuando llega la hora del parto,
no se acomoda para salir!

14  "¿Habré de rescatarlos del poder del *sepulcro?
¿Los redimiré de la muerte?
¿Dónde están, oh muerte, tus plagas?
¿Dónde está, oh sepulcro, tu destrucción?
¡Vengan, que no les tendré misericordia!"

15  Aunque Efraín prospere entre sus hermanos,
vendrá el viento del Señor,
el viento solano que se levanta del desierto,
y se agotarán sus fuentes y manantiales.
¡Y arrebatará sus tesoros,
todos sus objetos preciosos!
16  El pueblo de Samaria cargará con su culpa
por haberse rebelado contra su Dios.
Caerán a filo de espada;
¡a los niños los lanzarán contra el suelo,
y a las embarazadas les abrirán el vientre!

                         NOTAS:

1. 13:2 De ellos ... becerros. Alt. Dicen a la gente: "Quien ofrezca sacrificios, que bese a los becerros."
2. 13:4 No conocerás. Alt. No deberías haber conocido.

Oseas 14


Arrepentimiento para traer bendición

1  Vuélvete, Israel, al Señor tu Dios.
¡Tu perversidad te ha hecho caer!
2  Piensa bien lo que le dirás,
y vuélvete al Señor con este ruego:
"Perdónanos nuestra perversidad,
y recíbenos con benevolencia,
pues queremos ofrecerte
el fruto de nuestros labios.
3  Asiria no podrá salvarnos;
no montaremos caballos de guerra.


Nunca más llamaremos dios nuestro

4a cosas hechas por nuestras manos,
pues en ti el huérfano halla compasión."


Respuesta de Dios
 "Yo corregiré su rebeldía
y los amaré de pura gracia,
porque mi ira contra ellos se ha calmado.
5  Yo seré para Israel como el rocío,
y lo haré florecer como lirio.
¡Hundirá sus raíces como cedro del Líbano!
6  Sus vástagos crecerán,
y tendrán el esplendor del olivo
y la fragancia del cedro del Líbano.
7  Volverán a habitar bajo mi sombra,
y crecerán como el trigo.
Echarán renuevos, como la vid,
y serán tan famosos como el vino del Líbano.
8  Efraín, ¿yo qué tengo que ver con las imágenes?
¡Soy yo quien te responde y cuida de ti!
Soy como un pino siempre verde;
tu fruto procede de mí."

9  El que es sabio entiende estas cosas;
el que es inteligente las comprende.
Ciertamente son rectos los *caminos del Señor:
en ellos caminan los justos,
mientras que allí tropiezan los rebeldes.

Joel 1


Joel

1  Ésta es la palabra del Señor, que vino a Joel hijo de Petuel.
2

La invasión de langostas
 ¡Oigan esto, *ancianos del pueblo!
¡Presten atención, habitantes todos del país!
¿Alguna vez sucedió cosa semejante
en sus tiempos o en los de sus antepasados?
3  Cuéntenselo a sus hijos,
y que ellos se lo cuenten a los suyos,
y éstos a la siguiente generación.
4  Lo que dejaron las langostas grandes
lo devoraron las langostas pequeñas;
lo que dejaron las langostas pequeñas
se lo comieron las larvas;
y lo que dejaron las larvas
se lo comieron las orugas.[1]

5  ¡Despierten, borrachos, y lloren!
Giman, todos los entregados al vino,
porque el vino dulce les fue arrebatado de los labios.
6  Una nación poderosa e innumerable
ha invadido mi país:
tiene dientes de león,
colmillos de leona.
7  Asoló mis vides,
desgajó mis higueras.
Las peló hasta dejar blancas sus ramas;
¡las derribó por completo!

8  Mi pueblo gime como virgen vestida de luto
por la muerte de su prometido.
9  Las ofrendas de cereales y las libaciones
no se ofrecen ya en la casa del Señor.
Hacen duelo los sacerdotes,
los ministros del Señor.
10  Los campos yacen devastados,
reseca está la tierra;
han sido arrasados los cereales,
se ha secado el vino nuevo
y agotado el aceite.
11  Séquense también ustedes, labradores;
giman, viñadores,
por el trigo y la cebada,
porque se ha perdido la cosecha de los campos.
12  La vid se marchitó;
languideció la higuera;
se marchitaron los granados,
las palmeras, los manzanos,
¡todos los árboles del campo!
¡Y hasta la alegría de la gente acabó por marchitarse!


Llamado al arrepentimiento

13  Vístanse de duelo y giman, sacerdotes;
laméntense, ministros del altar.
Vengan, ministros de mi Dios,
y pasen la noche vestidos de luto,
porque las ofrendas de cereales y las libaciones
han sido suspendidas en la casa de su Dios.
14  Entréguense al ayuno,
convoquen a una asamblea solemne.


Reúnan a los *ancianos del pueblo
en la casa del Señor su Dios;
reúnan a todos los habitantes del país,
y clamen al Señor.

15  ¡Ay de aquel día, el día del Señor, que ya se aproxima!
Vendrá como devastación de parte del *Todopoderoso.

16  ¿No se nos arrebató el alimento
ante nuestros propios ojos,
y la alegría y el regocijo
de la casa de nuestro Dios?
17  La semilla se pudrió
a pesar de haber sido cultivada.[2]


Los silos están en ruinas
y los graneros derribados
porque la cosecha se perdió.
18  ¡Cómo brama el ganado!


Vagan sin rumbo las vacas
porque no tienen donde pastar,
y sufren también las ovejas.

19  A ti clamo, Señor,
porque el fuego ha devorado los pastizales de la estepa;
las llamas han consumido todos los árboles silvestres.
20  Aun los animales del campo te buscan con ansias,
porque se han secado los arroyos
y el fuego ha devorado los pastizales de la estepa.

                         NOTAS:

1. 1:4 El texto hebreo en este versículo usa cuatro términos que se refieren a langostas y que son de difícil traducción; también en 2:25.
2. 1:17 La semilla ... cultivada. Texto de difícil traducción.

Joel 2


Un ejército de langostas

1  Toquen la trompeta en *Sión;
den la voz de alarma en mi *santo monte.
Tiemblen todos los habitantes del país,
pues ya viene el día del Señor;
en realidad ya está cerca.
2  Día de tinieblas y oscuridad,
día de nubes y densos nubarrones.
Como la aurora que se extiende sobre los montes,
así avanza un pueblo fuerte y numeroso,
pueblo como nunca lo hubo en la antigüedad
ni lo habrá en las generaciones futuras.
3  Antes de que llegue, devora el fuego;
cuando ya ha pasado, las llamas lo inflaman todo.
Antes de que llegue, el país se parece al jardín del Edén;
cuando ya ha pasado, queda un desolado desierto;
¡nada escapa su poder!
4  Tienen aspecto de caballos;
galopan como corceles.
5  Y al saltar sobre las cumbres de los montes,
producen un estruendo como el de carros de guerra,
como el crepitar del fuego al consumir la hojarasca.
¡Son como un ejército poderoso en formación de batalla!

6  Ante él se estremecen las naciones;
todo rostro palidece.
7  Atacan como guerreros,
escalan muros como soldados.


Cada uno mantiene la marcha
sin romper la formación.
8  No se atropellan entre sí;
cada uno marcha en línea.


Se lanzan entre las flechas
sin romper filas.
9  Se abalanzan contra la ciudad,
arremeten contra los muros,
trepan por las casas,
se meten por las ventanas como ladrones.

10  Ante este ejército tiembla la tierra
y se estremece el cielo,
el sol y la luna se oscurecen
y las estrellas dejan de brillar.
11  Truena la voz del Señor
al frente de su ejército;
son innumerables sus tropas
y poderosos los que ejecutan su palabra.
El día del Señor es grande y terrible.
¿Quién lo podrá resistir?


Exhortación al arrepentimiento

12  "Ahora bien afirma el Señor,
vuélvanse a mí de todo *corazón,
con ayuno, llantos y lamentos."

13  Rásguense el corazón
y no las vestiduras.
Vuélvanse al Señor su Dios,
porque él es bondadoso y compasivo,
lento para la ira y lleno de amor,
cambia de parecer y no castiga.
14  Tal vez Dios reconsidere y cambie de parecer,
y deje tras de sí una bendición.


Las ofrendas de cereales y las libaciones
son del Señor su Dios.

15  Toquen la trompeta en *Sión,
proclamen el ayuno,
convoquen a una asamblea solemne.
16  Congreguen al pueblo,
*purifiquen la asamblea;
junten a los *ancianos del pueblo,
reúnan a los pequeños
y a los niños de pecho.
Que salga de su alcoba el recién casado,
y la recién casada de su cámara nupcial.
17  Lloren, sacerdotes, ministros del Señor,
entre el pórtico y el altar;
y digan: "Compadécete, Señor, de tu pueblo.
No entregues tu propiedad al oprobio,
para que las naciones no se burlen de ella.[1]
¿Por qué habrán de decir entre los pueblos:
Dónde está su Dios? "


La respuesta del Señor

18  Entonces el Señor mostró amor por su tierra
y perdonó a su pueblo.

19  Y les respondió el Señor:

"Miren, les enviaré cereales, vino nuevo y aceite,
hasta dejarlos plenamente satisfechos;
y no volveré a entregarlos
al oprobio entre las naciones.

20  "Alejaré de ustedes al que viene del norte,
arrojándolo hacia una tierra seca y desolada:
lanzaré su vanguardia hacia el mar oriental,
y su retaguardia hacia el mar occidental.[2]


Subirá su hedor
y se elevará su fetidez."
¡El Señor hará grandes cosas!
21  No temas, tierra,
sino alégrate y regocíjate,
porque el Señor hará grandes cosas.
22  No teman, animales del campo,
porque los pastizales de la estepa reverdecerán;
los árboles producirán su fruto,
y la higuera y la vid darán su riqueza.
23  Alégrense, hijos de Sión,
regocíjense en el Señor su Dios,
que a su tiempo les dará las lluvias de otoño.
Les enviará la lluvia,
la de otoño y la de primavera,
como en tiempos pasados.
24  Las eras se llenarán de grano;
los lagares rebosarán de vino nuevo y de aceite.
25  "Yo les compensaré a ustedes
por los años en que todo lo devoró
ese gran ejército de langostas
que envié contra ustedes:
las grandes, las pequeñas,
las larvas y las orugas.[3]
26  Ustedes comerán en abundancia, hasta saciarse,
y alabarán el *nombre del Señor su Dios,
que hará maravillas por ustedes.
¡Nunca más será avergonzado mi pueblo!
27  Entonces sabrán que yo estoy en medio de Israel,
que yo soy el Señor su Dios,
y no hay otro fuera de mí.
¡Nunca más será avergonzado mi pueblo!


El día del Señor

28  "Después de esto,
derramaré mi Espíritu sobre todo el *género humano.
Los hijos y las hijas de ustedes profetizarán,
tendrán sueños los ancianos
y visiones los jóvenes.
29  En esos días derramaré mi Espíritu
aun sobre los siervos y las siervas.
30  En el cielo y en la tierra mostraré prodigios:
sangre, fuego y columnas de humo.
31  El sol se convertirá en tinieblas
y la luna en sangre
antes que llegue el día del Señor,
día grande y terrible.
32  Y todo el que invoque el *nombre del Señor
escapará con vida,
porque en el monte *Sión y en Jerusalén
habrá escapatoria,
como lo ha dicho el Señor.

                         NOTAS:

1. 2:17 no se burlen de ella. Alt. no la sometan.
2. 2:20 el mar oriental ... el mar occidental. Es decir, el Mar Muerto y el Mediterráneo.
3. 2:25 Véase nota en 1:4.

Joel 3


Y entre los sobrevivientes

1estarán los llamados del Señor.


El juicio de las naciones
 "En aquellos días, en el tiempo señalado,
cuando restaure yo la suerte de Judá y de Jerusalén,
2  reuniré a todas las naciones
y las haré bajar al valle de Josafat.[1]


Allí entraré en juicio contra los pueblos
en cuanto a mi propiedad, mi pueblo Israel,
pues lo dispersaron entre las naciones
y se repartieron mi tierra.
3  Se repartieron a mi pueblo echando suertes,
cambiaron a niños por prostitutas
y, para emborracharse,
vendieron niñas por vino.

4  "Ahora bien, Tiro y Sidón, y regiones todas de Filistea, ¿qué tienen en contra mía? ¿Quieren acaso vengarse de mí? Si es así, yo haré que muy pronto recaiga sobre ustedes su propia venganza, 5  pues se robaron mi oro y mi plata, y se llevaron a sus templos mis valiosos tesoros. 6  A los griegos les vendieron el pueblo de Jerusalén y de Judá, para alejarlos de su tierra.
7  "Sepan, pues, que voy a sacarlos de los lugares donde fueron vendidos, y haré que recaiga sobre ustedes su propia venganza. 8  Venderé sus hijos y sus hijas al pueblo de Judá, y ellos a su vez los venderán a los sabeos, una nación lejana." El Señor lo ha dicho.

9  Proclamen esto entre las naciones:
¡Prepárense[2] para la batalla!
¡Movilicen a los soldados!
¡Alístense para el combate todos los hombres de guerra!
10  Forjen espadas con los azadones
y hagan lanzas con las hoces.
Que diga el cobarde:
"¡Soy un valiente!"
11  Dense prisa, naciones vecinas,
reúnanse en ese lugar.

¡Haz bajar, Señor, a tus valientes!

12  "Movilícense las naciones;
suban hasta el valle de Josafat,
que allí me sentaré
para juzgar a los pueblos vecinos.
13  Mano a la hoz,
que la mies está madura.
Vengan a pisar las uvas,
que está lleno el lagar.
Sus cubas se desbordan:
¡tan grande es su maldad!"

14  ¡Multitud tras multitud
en el valle de la Decisión!
¡Cercano está el día del Señor
en el valle de la Decisión!
15  Se oscurecerán el sol y la luna;
dejarán de brillar las estrellas.
16  Rugirá el Señor desde *Sión,
tronará su voz desde Jerusalén,
y la tierra y el cielo temblarán.
Pero el Señor será un refugio para su pueblo,
una fortaleza para los israelitas.


Bendiciones para el pueblo de Dios

17  "Entonces ustedes sabrán que yo, el Señor su Dios,
habito en Sión, mi monte *santo.
Santa será Jerusalén,
y nunca más la invadirán los extranjeros.

18  "En aquel día las montañas destilarán vino dulce,
y de las colinas fluirá leche;
correrá el agua por los arroyos de Judá.


De la casa del Señor brotará una fuente
que irrigará el valle de las Acacias.
19  Pero Egipto quedará desolado,
y Edom convertido en desierto,
por la violencia cometida contra el pueblo de Judá,
en cuya tierra derramaron sangre inocente.
20  Judá y Jerusalén serán habitadas
para siempre, por todas las generaciones.
21  ¿Perdonaré la sangre que derramaron?
¡Claro que no la perdonaré!"

¡El Señor hará su morada en Sión!

                         NOTAS:

1. 3:2 En hebreo, Josafat significa el Señor juzga; también en v. 12.
2. 3:9 Prepárense. Lit. Santifíquense.

Amós 1


Amós

1  Éstas son las palabras de Amós, pastor de Tecoa. Es la visión que recibió acerca de Israel dos años antes del terremoto, cuando Uzías era rey de Judá, y Jeroboán hijo de Joás era rey de Israel.
2  Amós dijo:

"Ruge el Señor desde *Sión;
truena su voz desde Jerusalén.
Los pastizales de los pastores quedan asolados,
y se seca la cumbre del Carmelo."



Juicio contra las naciones vecinas

3  Así dice el Señor:

"Los delitos de Damasco han llegado a su colmo;
por tanto, no revocaré su castigo:


Porque trillaron a Galaad
[1] con trillos de hierro,
4  yo enviaré fuego contra el palacio de Jazael,
que consumirá las fortalezas de Ben Adad.
5  Romperé el cerrojo de la *puerta de Damasco,
destruiré al que reina en el valle de Avén[2]
y al que empuña el cetro en Bet Edén.


Y el pueblo de Siria
será desterrado a Quir",
dice el Señor.

6  Así dice el Señor:

"Los delitos de Gaza han llegado a su colmo;
por tanto, no revocaré su castigo:


Porque desterraron a poblaciones enteras
para venderlas a Edom,
7  yo enviaré fuego contra los muros de Gaza,
que consumirá sus fortalezas.
8  Destruiré al que reina en Asdod
y al que empuña el cetro en Ascalón.
Volveré mi mano contra Ecrón,
y perecerá hasta el último de los filisteos",
dice el Señor omnipotente.

9  Así dice el Señor:

"Los delitos de Tiro han llegado a su colmo;
por tanto, no revocaré su castigo:
Porque le vendieron a Edom poblaciones enteras de cautivos,
olvidando así una alianza entre hermanos,
10  yo enviaré fuego contra los muros de Tiro,
que consumirá sus fortalezas."

11  Así dice el Señor:

"Los delitos de Edom han llegado a su colmo;
por tanto, no revocaré su castigo:


Porque sin mostrar ninguna compasión
persiguieron con espada a su hermano;
porque dieron rienda suelta a su ira
y no dejaron de alimentar su enojo,
12  yo enviaré fuego contra Temán,
que consumirá las fortalezas de Bosra."

13  Así dice el Señor:

"Los delitos de Amón han llegado a su colmo;
por tanto, no revocaré su castigo:
Porque, a fin de extender sus fronteras,
a las mujeres encintas de la región de Galaad
les abrieron el vientre,
14  yo prenderé fuego a los muros de Rabá,
que consumirá sus fortalezas
entre gritos de guerra en el día de la batalla,
y en el rugir de la tormenta en un día de tempestad.
15  Su rey[3] marchará al destierro,
junto con sus oficiales",
dice el Señor.


                         NOTAS:

1. 1:3 Los delitos ... su colmo. Lit. Por tres delitos de ..., y por cuatro (hebraísmo que indica plenitud); también en 1:6,9,11,13; 2:1,4,6.
2. 1:5 Avén. Alt. maldad.
3. 1:15 Su rey. Alt. Milcón.

Amós 2

1  Así dice el Señor:

"Los delitos de Moab han llegado a su colmo;
por tanto, no revocaré su castigo:


Porque quemaron los huesos del rey de Edom
hasta reducirlos a ceniza,
2  yo enviaré fuego sobre Moab
que consumirá las fortalezas de Queriot,
y morirá Moab en medio del estrépito
de gritos de guerra y toques de trompeta.
3  Destruiré al gobernante en medio de su pueblo,
y junto con él mataré a todos sus oficiales",
dice el Señor.

4  Así dice el Señor:

"Los delitos de Judá han llegado a su colmo;
por tanto, no revocaré su castigo:
Porque, dejándose descarriar por sus mentiras,
tras las cuales anduvieron sus antepasados,
rechazaron la *ley del Señor
y no obedecieron sus preceptos.
5  Por eso yo enviaré fuego contra Judá,
que consumirá las fortalezas de Jerusalén."



Juicio contra Israel
6  Así dice el Señor:

"Los delitos de Israel han llegado a su colmo;
por tanto, no revocaré su castigo:
Venden al justo por monedas,
y al necesitado, por un par de sandalias.
7  Pisotean la cabeza de los desvalidos
como si fuera el polvo de la tierra,
y pervierten el camino de los pobres.
Padre e hijo se acuestan con la misma mujer,
profanando así mi *santo *nombre.
8  Junto a cualquier altar
se acuestan sobre ropa que tomaron en prenda,
y el vino que han cobrado como multa
lo beben en la casa de su Dios.[1]

9  "Todo esto, a pesar de que por ellos
yo destruí a los amorreos;
destruí su fruto arriba
y sus raíces abajo,
aunque eran altos como el cedro
y fuertes como la encina.

10  "Yo mismo los hice subir desde Egipto,
y los conduje cuarenta años por el desierto,
a fin de conquistar para ustedes
la tierra de los amorreos.
11  También levanté profetas de entre sus hijos
y nazareos de entre sus jóvenes.
¿Acaso no fue así, israelitas?
afirma el Señor.
12  Pero ustedes les hicieron beber vino a los nazareos
y les ordenaron a los profetas que no profetizaran.

13  "Pues bien, estoy por aplastarlos a ustedes
como aplasta una carreta cargada de trigo.
14  Entonces no habrá escapatoria para el ágil,
ni el fuerte podrá valerse de su fuerza,
ni el valiente librará su vida.
15  El arquero no resistirá,
ni escapará con vida el ágil de piernas,
ni se salvará el que monta a caballo.
16  En aquel día huirá desnudo
aun el más valiente de los guerreros,"
afirma el Señor.


                         NOTAS:

1. 2:8 su Dios. Alt. sus dioses.

Amós 3


Vocación del profeta Amós

1  Oigan, israelitas, esta palabra que el Señor pronuncia contra ustedes, contra toda la familia que saqué de Egipto:

2  "Sólo a ustedes los he escogido
entre todas las familias de la tierra.
Por tanto, les haré pagar
todas sus perversidades."

3  ¿Pueden dos caminar juntos
sin antes ponerse de acuerdo?
4  ¿Ruge el león en la espesura
sin tener presa alguna?
¿Gruñe el leoncillo en su guarida
sin haber atrapado nada?
5  ¿Cae el pájaro en la trampa
sin que haya carnada?
¿Salta del suelo la trampa
sin haber atrapado nada?
6  ¿Se toca la trompeta en la ciudad
sin que el pueblo se alarme?
¿Ocurrirá en la ciudad alguna desgracia
que el Señor no haya provocado?

7  En verdad, nada hace el Señor omnipotente
sin antes revelar sus designios
a sus siervos los profetas.

8  Ruge el león;
¿quién no temblará de miedo?
Habla el Señor omnipotente;
¿quién no profetizará?


El castigo a Israel

9  Proclamen en las fortalezas de Asdod
y en los baluartes de Egipto:
"Reúnanse sobre los montes de Samaria
y vean cuánto pánico hay en ella,
¡cuánta opresión hay en su medio!"

10  "Los que acumulan en sus fortalezas
el fruto de la violencia y el saqueo
no saben actuar con rectitud",
afirma el Señor.

11  Por lo tanto, así dice el Señor omnipotente:

"Un enemigo invadirá tu tierra;
echará abajo tu poderío
y saqueará tus fortalezas."

12  Así dice el Señor:

"Como el pastor arrebata de las fauces del león
si acaso dos patas o un pedazo de oreja,
así serán rescatados los israelitas,
los que en Samaria se reclinan
en el borde de la cama y en divanes de Damasco.[1]

13  "Oigan esto y testifiquen contra el pueblo de Jacob afirma el Señor omnipotente, el Dios *Todopoderoso:

14  "El día en que haga pagar a Israel sus delitos,
destruiré los altares de Betel;
los cuernos del altar serán arrancados,
y caerán por tierra.
15  Derribaré tanto la casa de invierno
como la de verano;
serán destruidas las casas adornadas de marfil
y serán demolidas muchas mansiones",
afirma el Señor.

                         NOTAS:

1. 3:12 en el borde ... Damasco. Texto de difícil traducción.

Amós 4

1  Oigan esta palabra ustedes, vacas de Basán,
que viven en el monte de Samaria,
que oprimen a los desvalidos
y maltratan a los necesitados,
que dicen a sus esposos:
"¡Tráigannos de beber!"
2  El Señor omnipotente ha jurado por su *santidad:
"Vendrán días en que hasta la última de ustedes
será arreada con garfios y arpones.
3  Una tras otra saldrán por las brechas del muro,
y hacia Hermón serán expulsadas
afirma el Señor.

4  "Vayan a Betel y pequen;
vayan a Guilgal y sigan pecando.
Ofrezcan sus sacrificios por la mañana,
y al tercer día sus diezmos.
5  Quemen pan leudado como ofrenda de gratitud
y proclamen ofrendas voluntarias.
Háganlo saber a todos, israelitas;
¡eso es lo que a ustedes les encanta!
afirma el Señor omnipotente.


Dureza de Israel

6  "Yo les hice pasar hambre en todas sus ciudades,
y los privé de pan en todos sus poblados.
Con todo, ustedes no se volvieron a mí
afirma el Señor.

7  "Yo les retuve la lluvia
cuando aún faltaban tres meses para la cosecha.
En una ciudad hacía llover,
pero en otra no;
una parcela recibía lluvia,
mientras que otra no, y se secó.
8  Vagando de ciudad en ciudad, iba la gente en busca de agua,
pero no calmaba su sed.
Con todo, ustedes no se volvieron a mí
afirma el Señor.

9  "Castigué sus campos con plagas y sequía;
la langosta devoró sus huertos y viñedos,
sus higueras y olivares.
Con todo, ustedes no se volvieron a mí
afirma el Señor.

10  "Les mandé plagas
como las de Egipto.
Pasé por la espada a sus mejores jóvenes,
junto con los caballos capturados.


Hice que llegara hasta sus propias narices
el hedor de los cadáveres.
Con todo, ustedes no se volvieron a mí
afirma el Señor.

11  "Yo les envié destrucción
como la de Sodoma y Gomorra;
¡quedaron como tizones arrebatados del fuego!
Con todo, ustedes no se volvieron a mí
afirma el Señor.

12  "Por eso, Israel, voy a actuar contra ti;
y como voy a hacerlo,
¡prepárate, Israel, para encontrarte con tu Dios!"

13  He aquí el que forma las montañas,
el que crea el viento,
el que revela al hombre sus designios,
el que convierte la aurora en tinieblas,
el que marcha sobre las alturas de la tierra:
su nombre es el Señor Dios *Todopoderoso.

Amós 5


Advertencias y lamentos

1  Oye esta palabra, reino de Israel,
este canto fúnebre que por ti entono:

2  "Ha caído la joven Israel,
y no volverá a levantarse;
postrada en su propia tierra,
no hay quien la levante."

3  Así dice el Señor omnipotente al reino de Israel:

"La ciudad que salía a la guerra con mil hombres
se quedará sólo con cien,
y la que salía con cien
se quedará sólo con diez."

4  Así dice el Señor al reino de Israel:

"Búsquenme y vivirán.
5  Pero no acudan a Betel,
ni vayan a Guilgal,
ni pasen a Berseba,
porque Guilgal será llevada cautiva,
y Betel, reducida a la nada."

6  Busquen al Señor y vivirán,
no sea que él caiga como fuego
sobre los descendientes de José,
fuego que devore a Betel
sin que haya quien lo apague.
7  Ustedes convierten el derecho en amargura
y echan por tierra la justicia.

8  El Señor hizo las Pléyades y el Orión,
convierte en aurora las densas tinieblas
y oscurece el día hasta convertirlo en noche.
Él convoca las aguas del mar
y las derrama sobre la tierra.
¡Su nombre es el Señor!
9  Él reduce a la nada la fortaleza
y trae la ruina sobre la plaza fuerte.

10  Ustedes odian al que defiende la justicia en el tribunal
y detestan al que dice la verdad.
11  Por eso, como pisotean al desvalido
y le imponen tributo de grano,
no vivirán en las casas de piedra labrada que han construido,
ni beberán del vino de los selectos viñedos que han plantado.
12  ¡Yo sé cuán numerosos son sus delitos,
cuán grandes sus pecados!

Ustedes oprimen al justo, exigen soborno
y en los tribunales atropellan al necesitado.
13  Por eso en circunstancias como éstas guarda silencio el prudente,
porque estos tiempos son malos.

14  Busquen el bien y no el mal, y vivirán;
y así estará con ustedes el Señor Dios *Todopoderoso,
tal como ustedes lo afirman.

15  ¡Odien el mal y amen el bien!
Hagan que impere la justicia en los tribunales;
tal vez así el Señor, el Dios Todopoderoso,
tenga compasión del remanente de José.

16  Por eso, así dice el Señor omnipotente, el Dios Todopoderoso:

"En todas las plazas se escucharán lamentos,
y gritos de angustia en todas las calles.
Llamarán a duelo a los campesinos,
y a los llorones profesionales, a hacer lamentación.
17  Se escucharán lamentos en todos los viñedos
cuando yo pase en medio de ti",
dice el Señor.

18  ¡Ay de los que suspiran
por el día del Señor!
¿De qué les servirá ese día
si va a ser de oscuridad y no de luz?
19  Será como cuando alguien huye de un león
y se le viene encima un oso,
o como cuando al llegar a su casa,
apoya la mano en la pared
y lo muerde una serpiente.
20  ¿No será el día del Señor de oscuridad y no de luz?
¡Será por cierto sombrío y sin resplandor!

21  "Yo aborrezco sus fiestas religiosas;
no me agradan sus cultos solemnes.
22  Aunque me traigan holocaustos y ofrendas de cereal,
no los aceptaré,
ni prestaré atención
a los sacrificios de *comunión de novillos cebados.
23  Aleja de mí el bullicio de tus canciones;
no quiero oír la música de tus cítaras.
24  ¡Pero que fluya el derecho como las aguas,
y la justicia como arroyo inagotable!

25  "Pueblo de Israel, ¿acaso me ofrecieron sacrificios y ofrendas
durante los cuarenta años en el desierto?
26  Ustedes tendrán que cargar con la imagen de Sicut, su rey,
y también con la de Quiyún,
imágenes de esos dioses astrales
que ustedes mismos se han fabricado.
27  Entonces los mandaré al exilio más allá de Damasco",
dice el Señor, cuyo nombre es Dios Todopoderoso.

Amós 6

1  ¡Ay de los que viven tranquilos en *Sión
y de los que viven confiados en el monte de Samaria!
¡Ay de los notables de la nación más importante,
a quienes acude el pueblo de Israel!
2  Pasen a Calné y obsérvenla;
vayan de allí a Jamat la grande,
bajen luego a Gat de los filisteos.
¿Acaso son ustedes superiores a estos reinos,
o es más grande su territorio que el de ustedes?
3  Ustedes creen alejar el día de la desgracia,
pero están acercando el imperio de la violencia.
4  Ustedes que se acuestan en camas incrustadas de marfil
y se arrellanan en divanes;
que comen corderos selectos
y terneros engordados;
5  que, a la manera de David,
improvisan canciones al son de la cítara
e inventan instrumentos musicales;
6  que beben vino en tazones
y se perfuman con las esencias más finas
sin afligirse por la ruina de José,
7  marcharán a la cabeza de los desterrados,
y así terminará el banquete de los holgazanes.

8  El Señor omnipotente jura por sí mismo;
esto afirma el Señor Dios *Todopoderoso:

"Yo detesto la arrogancia de Jacob;
yo aborrezco sus fortalezas;
por eso entregaré la ciudad al enemigo,
con todo lo que hay en ella."

9  Sucederá que si en una casa quedan diez hombres con vida, todos morirán. 10  Y cuando vengan a la casa para levantar los cadáveres y quemarlos, algún pariente le preguntará a otro que ande en la casa: "¿Queda alguien más contigo?" Y aquél le responderá: "No." Entonces le dirá: "¡Cállate! No vayamos a mencionar el *nombre del Señor."

11  Mira, el Señor da la orden
de golpear la casa grande hasta hacerla añicos
y de hacer trizas la casa pequeña.

12  ¿Acaso galopan los caballos por las rocas
o se ara en éstas con bueyes?
Pero ustedes han convertido el derecho en veneno,
y en amargura el fruto de la justicia.
13  Ustedes se regocijan por la conquista de Lo Debar[1]
y agregan: "¿No fue con nuestras propias fuerzas
como nos apoderamos de Carnayin?"[2]

14  "Por tanto, pueblo de Israel,
voy a levantar contra ti a una nación
que te oprimirá desde Lebó Jamat[3]
hasta el torrente del Arabá",
afirma el Señor, el Dios Todopoderoso.


                         NOTAS:

1. 6:13 En hebreo, Lo Debar significa nada.
2. 6:13 En hebreo, Carnayin significa dos cuernos; el cuerno es símbolo del poder.
3. 6:14 Lebó Jamat. Alt. la entrada de Jamat.

Amós 7


Tres visiones

1  El Señor omnipotente me mostró esta visión: Empezaba a crecer la hierba después de la siega que corresponde al rey, y vi al Señor preparando enjambres de langostas. 2  Cuando las langostas acababan con la hierba de la tierra, exclamé:
¡Señor mi Dios, te ruego que perdones a Jacob! ¿Cómo va a sobrevivir, si es tan pequeño?
3  Entonces el Señor se compadeció y dijo:
Esto no va a suceder.

4  El Señor omnipotente me mostró entonces otra visión: Vi al Señor llamar a juicio con un fuego que devoraba el gran abismo y consumía los campos. 5  Y exclamé:
¡Deténte, Señor mi Dios, te lo ruego! ¿Cómo sobrevivirá Jacob, si es tan pequeño?
6  Entonces el Señor se compadeció y dijo:
Esto tampoco va a suceder.

7  El Señor me mostró otra visión: Estaba él de pie junto a un muro construido a plomo, y tenía una cuerda de plomada en la mano. 8  Y el Señor me preguntó:
¿Qué ves, Amós?
Una cuerda de plomada respondí.
Entonces el Señor dijo:
Mira, voy a tirar la plomada en medio de mi pueblo Israel; no volveré a perdonarlo.

9  "Los *altares paganos de Isaac serán destruidos,
y arruinados los santuarios de Israel;
me levantaré con espada
contra el palacio de Jeroboán.



Amasías contra Amós

10  Entonces Amasías, sacerdote de Betel, envió un mensaje a Jeroboán rey de Israel: "Amós está conspirando contra ti en medio de Israel. El país ya no aguanta tanta palabrería de Amós, 11  porque anda diciendo:

"Jeroboán morirá a espada,
e Israel será llevado cautivo
lejos de su tierra. "

12  Entonces Amasías le dijo a Amós:
¡Largo de aquí, vidente! ¡Si quieres ganarte el pan profetizando, vete a la tierra de Judá! 13  No vuelvas a profetizar en Betel, porque éste es el santuario del rey; es el templo del reino.
14  Amós le respondió a Amasías:
Yo no soy profeta ni hijo de profeta, sino que cuido ovejas y cultivo higueras. 15  Pero el Señor me sacó de detrás del rebaño y me dijo: Ve y profetiza a mi pueblo Israel. 16  Así que oye la palabra del Señor. Tú dices:

"No profetices contra Israel;
deja de predicar contra los descendientes de Isaac.

17  "Por eso, así dice el Señor:

"Tu esposa se prostituirá en la ciudad,
y tus hijos y tus hijas caerán a espada.
Tu tierra será medida y repartida,
y tú mismo morirás en un país *pagano.


E Israel será llevado cautivo
lejos de su tierra.

Amós 8


Cuarta visión y advertencias

1  El Señor omnipotente me mostró en una visión una canasta de fruta madura, 2  y me preguntó:
¿Qué ves, Amós?
Una canasta de fruta madura respondí.
Entonces el Señor me dijo:
Ha llegado el tiempo de que Israel caiga como fruta madura; no volveré a perdonarlo.
3  "En aquel día afirma el Señor omnipotente, las canciones del palacio se volverán lamentos. ¡Muchos serán los cadáveres tirados por todas partes! ¡Silencio!

4  Oigan esto, los que pisotean a los necesitados
y exterminan a los pobres de la tierra.

5  Ustedes dicen:

"¿Cuándo pasará la fiesta de luna nueva
para que podamos vender grano,
o el día de reposo
para que pongamos a la venta el trigo?"



Ustedes buscan

achicar la medida
y aumentar el precio,
falsear las balanzas
6  y vender los deshechos del trigo,
comprar al desvalido por dinero,
y al necesitado, por un par de sandalias.

7  Jura el Señor por el orgullo de Jacob: "Jamás olvidaré nada de lo que han hecho.

8  "¿Y con todo esto no temblará la tierra?
¿No se enlutarán sus habitantes?
Subirá la tierra entera como el Nilo;
se agitará y bajará,
como el río de Egipto.

9  "En aquel día afirma el Señor omnipotente,

"haré que el sol se ponga al mediodía,
y que en pleno día la tierra se oscurezca.
10  Convertiré en luto sus fiestas religiosas,
y en cantos fúnebres todas sus canciones.


Los vestiré de luto
y les afeitaré la cabeza.
Será como si lloraran la muerte de un hijo único,
y terminarán el día en amargura.

11  "Vienen días afirma el Señor omnipotente,
en que enviaré hambre al país;
no será hambre de pan ni sed de agua,
sino hambre de oír las palabras del Señor.
12  La gente vagará sin rumbo de mar a mar;
andarán errantes del norte al este,
buscando la palabra del Señor,
pero no la encontrarán.

13  "En aquel día se desmayarán de sed
las jóvenes hermosas y los jóvenes fuertes.
14  Y caerán para no levantarse jamás
los que juran por la culpa[1] de Samaria,
los que dicen: ¡Por la vida de tu dios, oh Dan!
¡Por la vida de tu dios, Berseba! "[2]


                         NOTAS:

1. 8:14 por la culpa. Alt. por Asima; es decir, el ídolo samaritano.
2. 8:14 de tu dios, Berseba. Lit. del camino de Berseba.

Amós 9


Quinta visión

1  Vi al Señor de pie junto al altar, y él dijo:

"Golpea los capiteles de las columnas
para que se estremezcan los umbrales,
y que caigan en pedazos sobre sus cabezas.
A los que queden los mataré a espada.
Ni uno solo escapará,
ninguno saldrá con vida.
2  Aunque se escondan en lo profundo del *sepulcro,
de allí los sacará mi mano.
Aunque suban hasta el cielo,
de allí los derribaré.
3  Aunque se oculten en la cumbre del Carmelo,
allí los buscaré y los atraparé.
Aunque de mí se escondan en el fondo del mar,
allí ordenaré a la serpiente que los muerda.
4  Aunque vayan al destierro arriados por sus enemigos,
allí ordenaré que los mate la espada.
Para mal, y no para bien,
fijaré en ellos mis ojos."

5  El Señor omnipotente, el Todopoderoso,
toca la tierra, y ella se desmorona.


Sube y baja la tierra
como las aguas del Nilo, el río de Egipto,
y se enlutan todos los que en ella viven.
6  Dios construye su excelso palacio en el cielo
y pone su cimiento[1] en la tierra,
llama a las aguas del mar
y las derrama sobre la superficie de la tierra:
su *nombre es el Señor.

7  "Israelitas, ¿acaso ustedes
no son para mí como *cusitas?
¿Acaso no saqué de Egipto a Israel,
de Creta[2] a los filisteos
y de Quir a los *sirios?
afirma el Señor.
8  Por eso los ojos del Señor omnipotente
están sobre este reino pecaminoso.
Borraré de la faz de la tierra a los descendientes de Jacob,
aunque no del todo
afirma el Señor.
9  Daré la orden de zarandear al pueblo de Israel
entre todas las naciones,
como se zarandea la arena en una criba,
sin que caiga a tierra ni una sola piedra.
10  Morirán a filo de espada
todos los pecadores de mi pueblo,
todos los que dicen:
No nos alcanzará la calamidad;
¡jamás se nos acercará!


Restauración de Israel

11  "En aquel día levantaré
la choza caída de David.
Repararé sus grietas,
restauraré sus ruinas
y la reconstruiré tal como era en días pasados,
12  para que ellos posean el remanente de Edom
y todas las naciones que llevan mi *nombre
afirma el Señor,
que hará estas cosas.

13  "Vienen días afirma el Señor,

"en los cuales el que ara alcanzará al segador
y el que pisa las uvas, al sembrador.
Los montes destilarán vino dulce,
el cual correrá por todas las colinas.
14  Restauraré a[3] mi pueblo Israel;
ellos reconstruirán las ciudades arruinadas
y vivirán en ellas.
Plantarán viñedos y beberán su vino;
cultivarán huertos y comerán sus frutos.
15  Plantaré a Israel en su propia tierra,
para que nunca más sea arrancado
de la tierra que yo le di",

dice el Señor tu Dios.

                         NOTAS:

1. 9:6 excelso palacio ... cimiento. Palabras de difícil traducción.
2. 9:7 Creta. Lit. Caftor.
3. 9:14 Restauraré a. Alt. Haré volver a los cautivos de.

Abdías 1

2  "¡Te haré insignificante entre las naciones,
serás tremendamente despreciado!


Abdías
1  Visión de Abdías.Orgullo y caída de Edom
Hemos oído una noticia de parte del Señor y un mensajero ha sido enviado a las naciones, diciendo: "¡Vamos, marchemos a la guerra contra ella!"

Así dice el Señor omnipotente acerca de Edom:

1 Visión de Abdías.
Orgullo y caída de Edom
Hemos oído una noticia de parte del Señor y un mensajero ha sido enviado a las naciones, diciendo: "¡Vamos, marchemos a la guerra contra ella!"

Así dice el Señor omnipotente acerca de Edom:

2  "¡Te haré insignificante entre las naciones,
serás tremendamente despreciado!
3  Tu carácter soberbio te ha engañado.
Como habitas en las hendiduras de los desfiladeros,
en la altura de tu morada,
te dices a ti mismo:
¿Quién podrá arrojarme a tierra?
4  Pero aunque vueles a lo alto como águila,
y tu nido esté puesto en las estrellas,
de allí te arrojaré
afirma el Señor .
5  Si vinieran a ti ladrones
o saqueadores nocturnos,
¿no robarían sólo lo que les bastara?
¡Pero tú, cómo serás destruido!
Si vinieran a ti vendimiadores,
¿no dejarían algunos racimos?
6  ¡Pero cómo registrarán a Esaú!
¡Cómo rebuscarán sus escondrijos!
7  Hasta la frontera te expulsarán
tus propios aliados,
te engañarán y dominarán
tus propios amigos.
Los que se sientan a tu mesa te pondrán una trampa.
¡Es que Edom ya no tiene inteligencia!
8  ¿Acaso no destruiré yo en aquel día
a los sabios de Edom,
a la inteligencia del monte de Esaú?
afirma el Señor .
9  Ciudad de Temán, tus guerreros se caerán de miedo,
a fin de que todo hombre sea exterminado
del monte de Esaú por la masacre.

10  "Por la violencia hecha contra tu hermano Jacob,
te cubrirá la vergüenza
y serás exterminado para siempre.
11  En el día que te mantuviste aparte,
en el día que extranjeros llevaron su ejército cautivo,
cuando extraños entraron por su puerta
y sobre Jerusalén echaron suerte,
tú eras como uno de ellos.
12  No debiste reírte de tu hermano en su mal día,
en el día de su desgracia.
No debiste alegrarte a costa del pueblo de Judá en el día de su ruina.
No debiste proferir arrogancia en el día de su angustia.
13  No debiste entrar por la *puerta de mi pueblo
en el día de su calamidad.
No debiste recrear la vista con su desgracia en el día de su calamidad.
No debiste echar mano a sus riquezas en el día de su calamidad.
14  No debiste aguardar en los angostos caminos
para matar a los que huían.
No debiste entregar a los sobrevivientes en el día de su angustia.

15  "Porque cercano está el día del Señor
contra todas las naciones.
¡Edom, como hiciste, se te hará!
¡sobre tu cabeza recaerá tu merecido!
16  Pues sin duda que así como ustedes, israelitas,
bebieron de mi copa en mi santo monte,
así también la beberán sin cesar todas las naciones;
beberán y engullirán,
y entonces serán como si nunca hubieran existido.
17  Pero en el monte *Sión habrá liberación, y será sagrado.
El pueblo de Jacob recuperará sus posesiones.
18  Los descendientes de Jacob serán fuego,
y los de José, llama;
pero la casa real de Esaú será estopa:
le pondrán fuego y la consumirán,
de tal forma que no quedará sobreviviente
entre los descendientes de Esaú."
El Señor lo ha dicho.



Restauración del pueblo de Dios
19  Los del Néguev poseerán el monte de Esaú, y los de la Sefelá poseerán Filistea. Los israelitas poseerán los campos de Efraín y de Samaria, y los de Benjamín poseerán Galaad.
20  Los exiliados, este ejército de israelitas que viven entre los cananeos, poseerán la tierra hasta Sarepta. Los desterrados de Jerusalén, que viven en Sefarad, poseerán las ciudades del Néguev, 21  y los libertadores subirán al monte Sión para gobernar la región montañosa de Esaú. Y el reino será del Señor.

Jonás 1


Jonás



Jonás desobedece al Señor

1  La palabra del Señor vino a Jonás hijo de Amitay: 2  "Anda, ve a la gran ciudad de Nínive y proclama contra ella que su maldad ha llegado hasta mi presencia."
3  Jonás se fue, pero en dirección a Tarsis, para huir del Señor. Bajó a Jope, donde encontró un barco que zarpaba rumbo a Tarsis. Pagó su pasaje y se embarcó con los que iban a esa ciudad, huyendo así del Señor. 4  Pero el Señor lanzó sobre el mar un fuerte viento, y se desencadenó una tormenta tan violenta que el barco amenazaba con hacerse pedazos.
5  Los marineros, aterrados y a fin de aliviar la situación, comenzaron a clamar cada uno a su dios y a lanzar al mar lo que había en el barco. Jonás, en cambio, que había bajado al fondo de la nave para acostarse, ahora dormía profundamente. 6  El capitán del barco se le acercó y le dijo:
¿Cómo puedes estar durmiendo? ¡Levántate! ¡Clama a tu dios! Quizá se fije en nosotros, y no perezcamos.
7  Los marineros, por su parte, se dijeron unos a otros:
¡Vamos, echemos suertes para averiguar quién tiene la culpa de que nos haya venido este desastre!
Así lo hicieron, y la suerte recayó en Jonás. 8  Entonces le preguntaron:
Dinos ahora, ¿quién tiene la culpa de que nos haya venido este desastre? ¿A qué te dedicas? ¿De dónde vienes? ¿Cuál es tu país? ¿A qué pueblo perteneces?
9  Soy hebreo y temo al Señor, Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra firme les respondió.
10  Al oír esto, los marineros se aterraron aún más, y como sabían que Jonás huía del Señor, pues él mismo se lo había contado, le dijeron:
¡Qué es lo que has hecho!
11  Pero el mar se iba enfureciendo más y más, así que le preguntaron:
¿Qué vamos a hacer contigo para que el mar deje de azotarnos?
12  Tómenme y láncenme al mar, y el mar dejará de azotarlos les respondió. Yo sé bien que por mi culpa se ha desatado sobre ustedes esta terrible tormenta.
13  Sin embargo, en un intento por regresar a tierra firme, los marineros se pusieron a remar con todas sus fuerzas; pero como el mar se enfurecía más y más contra ellos, no lo consiguieron. 14  Entonces clamaron al Señor: "Oh Señor, tú haces lo que quieres. No nos hagas perecer por quitarle la *vida a este hombre, ni nos hagas responsables de la muerte de un inocente." 15  Así que tomaron a Jonás y lo lanzaron al agua, y la furia del mar se aplacó. 16  Al ver esto, se apoderó de ellos un profundo temor al Señor, a quien le ofrecieron un sacrificio y le hicieron votos.
17  El Señor, por su parte, dispuso un enorme pez para que se tragara a Jonás, quien pasó tres días y tres noches en su vientre.

Jonás 2


Oración de Jonás

1  Entonces Jonás oró al Señor su Dios desde el vientre del pez. 2  Dijo:

"En mi angustia clamé al Señor,
y él me respondió.
Desde las entrañas del *sepulcro pedí auxilio,
y tú escuchaste mi clamor.
3  A lo profundo me arrojaste,
al corazón mismo de los mares;
las corrientes me envolvían,
todas tus ondas y tus olas pasaban sobre mí.
4  Y pensé: He sido expulsado
de tu presencia.
¿Cómo volveré a contemplar
tu santo templo?[1]
5  Las aguas me llegaban hasta el *cuello,
lo profundo del océano me envolvía;
las algas se me enredaban en la cabeza,
6  arrastrándome a los cimientos de las montañas.
Me tragó la tierra, y para siempre
sus cerrojos se cerraron tras de mí.
Pero tú, Señor, Dios mío,
me rescataste de la fosa.

7  "Al sentir que se me iba la *vida,
me acordé del Señor,
y mi oración llegó hasta ti,
hasta tu *santo templo.

8  "Los que siguen a ídolos vanos
abandonan el amor de Dios.[2]
9  Yo, en cambio, te ofreceré sacrificios
y cánticos de gratitud.
Cumpliré las promesas que te hice.
¡La *salvación viene del Señor!"

10  Entonces el Señor dio una orden y el pez vomitó a Jonás en tierra firme.

                         NOTAS:

1. 2:4 ¿Cómo ... templo? Alt. Sin embargo, volveré a contemplar / tu santo templo.
2. 2:8 abandonan el amor de Dios. Alt. desprecian la misericordia suya.

Jonás 3


Jonás obedece al Señor

1  La palabra del Señor vino por segunda vez a Jonás: 2  "Anda, ve a la gran ciudad de Nínive y proclámale el mensaje que te voy a dar."
3  Jonás se fue hacia Nínive, conforme al mandato del Señor. Ahora bien, Nínive era una ciudad grande y de mucha importancia. 4[1]  Jonás se fue internando en la ciudad, y la recorrió todo un día, mientras proclamaba: "¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!" 5  Y los ninivitas le creyeron a Dios, proclamaron ayuno y, desde el mayor hasta el menor, se vistieron de luto en señal de *arrepentimiento.
6  Cuando el rey de Nínive se enteró del mensaje, se levantó de su trono, se quitó su manto real, hizo duelo y se cubrió de ceniza. 7  Luego mandó que se pregonara en Nínive:

"Por decreto del rey y de su corte:

"Ninguna persona o animal, ni ganado lanar o vacuno, probará alimento alguno, ni tampoco pastará ni beberá agua. 8  Al contrario, el rey ordena que toda persona, junto con sus animales, haga duelo y clame a Dios con todas sus fuerzas. Ordena así mismo que cada uno se convierta de su mal camino y de sus hechos violentos. 9  ¡Quién sabe! Tal vez Dios cambie de parecer, y aplaque el ardor de su ira, y no perezcamos."

10  Al ver Dios lo que hicieron, es decir, que se habían convertido de su mal camino, cambió de parecer y no llevó a cabo la destrucción que les había anunciado.

                         NOTAS:

1. 3:3 grande y de mucha importancia. Lit. grande para Dios, viaje de tres días.

Jonás 4


Enojo de Jonás

1  Pero esto disgustó mucho a Jonás, y lo hizo enfurecerse. 2  Así que oró al Señor de esta manera:
¡Oh Señor! ¿No era esto lo que yo decía cuando todavía estaba en mi tierra? Por eso me anticipé a huir a Tarsis, pues bien sabía que tú eres un Dios bondadoso y compasivo, lento para la ira y lleno de amor, que cambias de parecer y no destruyes. 3  Así que ahora, Señor, te suplico que me quites la *vida. ¡Prefiero morir que seguir viviendo!
4  ¿Tienes razón de enfurecerte tanto? le respondió el Señor.
5  Jonás salió y acampó al este de la ciudad. Allí hizo una enramada y se sentó bajo su sombra para ver qué iba a suceder con la ciudad. 6  Para aliviarlo de su malestar, Dios el Señor dispuso una planta,[1] la cual creció hasta cubrirle a Jonás la cabeza con su sombra. Jonás se alegró muchísimo por la planta. 7  Pero al amanecer del día siguiente Dios dispuso que un gusano la hiriera, y la planta se marchitó. 8  Al salir el sol, Dios dispuso un viento oriental abrasador. Además, el sol hería a Jonás en la cabeza, de modo que éste desfallecía. Con deseos de morirse, exclamó: "¡Prefiero morir que seguir viviendo!"
9  Pero Dios le dijo a Jonás:
¿Tienes razón de enfurecerte tanto por la planta?
¡Claro que la tengo! le respondió. ¡Me muero de rabia!
10  El Señor le dijo:
Tú te compadeces de una planta que, sin ningún esfuerzo de tu parte, creció en una noche y en la otra pereció. 11  Y de Nínive, una gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no distinguen su derecha de su izquierda, y tanto ganado, ¿no habría yo de compadecerme?
                         NOTAS:

1. 4:6 planta. Palabra de difícil traducción.

Miqueas 1


Miqueas

1  Ésta es la palabra que el Señor dirigió a Miqueas de Moréset, durante los reinados de Jotán, Acaz y Ezequías, reyes de Judá. Ésta es la visión que tuvo acerca de Samaria y de Jerusalén.
2

La venida del Señor
 Escuchen, pueblos todos;
preste atención la tierra
y todo lo que hay en ella.


Desde su *santo templo
el Señor, el Señor omnipotente,
será testigo en contra de ustedes.
3  ¡Miren! Ya sale el Señor de su morada;
ya baja y se encamina
hacia las cumbres de la tierra.
4  A su paso se derriten las montañas
como la cera junto al fuego;
se parten en dos los valles
como partidos por el agua de un torrente.
5  Y todo esto por la transgresión de Jacob,
por los pecados del pueblo de Israel.
¿Acaso no representa Samaria
la transgresión de Jacob?
¿Y no es acaso en Jerusalén
donde están los *santuarios paganos de Judá?
6  Dejaré a Samaria hecha un montón de ruinas:
¡convertida en campo arado para viñedos!
Arrojaré sus piedras al valle,
y pondré al descubierto sus cimientos.
7  Todos sus ídolos serán hechos pedazos;
toda su paga de prostituta será arrojada al fuego.
Yo destrozaré todas sus imágenes.
Todo cuanto ganó como prostituta,
en paga de prostituta se convertirá.


Lamento de Miqueas

8  Por eso lloraré y gritaré de dolor,
y andaré descalzo y desnudo.


Aullaré como chacal
y gemiré como avestruz.
9  Porque la herida de Samaria es incurable:
ha llegado hasta Judá.
Se ha extendido hasta mi pueblo,
¡hasta la *entrada misma de Jerusalén!
10  No lo anuncien en Gat,[1]
no se entreguen al llanto;
¡revuélquense de dolor
en el polvo de Bet Leafrá![2]
11  Habitantes de Safir,[3]
emigren desnudos y humillados.


Los habitantes de Zanán
[4] no se atrevieron a salir.
Bet Ésel está gimiendo,
y va a retirarles su apoyo.
12  Se retuercen esperando el bien,
los habitantes de Marot;[5]
el Señor ha enviado el mal
hasta la entrada misma de Jerusalén.

13  Habitantes de Laquis,[6]
¡enganchen al carro los corceles!
Con ustedes comenzó el pecado de la hija de *Sión;
en ustedes se hallaron los delitos de Israel.
14  Por tanto, despídanse de Moréset Gat.


Los edificios de la ciudad de Aczib
[7] son una trampa para los reyes de Israel.

15  Habitantes de Maresá,[8]
yo enviaré contra ustedes un conquistador,
y hasta Adulán irá a parar
la flor y nata de Israel.
16  Así que rasúrate la barba y rápate la cabeza;
haz duelo por tus amados hijos;
agranda tu calva como la del buitre,
pues tus hijos te serán arrebatados.

                         NOTAS:

1. 1:10 En hebreo, Gat suena como el verbo que significa anuncien.
2. 1:10 En hebreo, Bet Leafrá significa casa de polvo.
3. 1:11 En hebreo, Safir significa placentero.
4. 1:11 En hebreo, Zanán suena como el verbo que significa salir.
5. 1:12 En hebreo, Marot suena como la palabra que significa amargura.
6. 1:13 En hebreo, Laquis suena como la palabra que significa corceles.
7. 1:14 En hebreo, Aczib significa destrucción.
8. 1:15 En hebreo, Maresá suena como la palabra que significa conquistador.

Miqueas 2


El castigo a los ricos opresores

1  ¡Ay de los que sólo piensan en el mal,
y aun acostados hacen planes malvados!
En cuanto amanece, los llevan a cabo
porque tienen el poder en sus manos.
2  Codician campos, y se apropian de ellos;
casas, y de ellas se adueñan.
Oprimen al varón y a su familia,
al hombre y a su propiedad.

3  Por tanto, así dice el Señor:

"Ahora soy yo el que piensa
traer sobre ellos una desgracia,
de la que no podrán escapar.
Ya no andarán erguidos,
porque ha llegado la hora de su desgracia.
4  En aquel día se les hará burla,
y se les cantará este lamento:
¡Estamos perdidos!
Se están repartiendo los campos de mi pueblo.
¡Cómo me los arrebatan!
Nuestra tierra se la reparten los traidores. "

5  Por eso no tendrán en la asamblea del Señor
a nadie que reparta la tierra.


Falsos profetas

6  Estos profetas me dicen:
"¡Deja ya de profetizarnos!
¡No nos vengas con que el oprobio nos alcanzará!"
7  Los descendientes de Jacob declaran:
"¿Acaso ha perdido el Señor la paciencia?
¿Es ésta su manera de actuar?
¿Acaso no hacen bien sus palabras?
¿Acaso no caminamos con el Justo?"
8  Ayer ustedes eran mi pueblo,
pero hoy se han vuelto mis enemigos.
A los que pasan confiados,
a los que vuelven de la guerra,
los despojan de su manto.
9  A las mujeres de mi pueblo
las echan de sus preciadas casas,
y a sus niños los despojan para siempre
del honor que les di.

10  ¡Levántense! ¡Pónganse en marcha,
que éste no es un lugar de reposo!
¡Está *contaminado,
destruido sin remedio!
11  Si con la intención de mentirles,
llega algún embustero y les dice:
"Yo les anuncio vino y cerveza",
este pueblo lo verá como un profeta.


Promesa de liberación

12  Te aseguro, Jacob,
que yo reuniré a todo tu pueblo.
Te aseguro, Israel,
que yo juntaré a tu remanente.
Los congregaré como a rebaño en el aprisco,
como a ovejas que, en medio del pastizal,
balan huyendo de la gente.
13  El que abre brecha marchará al frente,
y también ellos se abrirán camino;
atravesarán la puerta y se irán,
mientras su rey avanza al frente,
mientras el Señor va a la cabeza.

Miqueas 3


El castigo a los gobernantes corruptos

1  Entonces dije:

"Escuchen, gobernantes de Jacob,
autoridades del pueblo de Israel:
¿Acaso no les corresponde a ustedes
conocer el derecho?
2  Ustedes odian el bien y aman el mal;
a mi pueblo le arrancan la piel del cuerpo
y la carne de los huesos;
3  ustedes se devoran a mi pueblo,
le arrancan la piel, le rompen los huesos;
lo descuartizan como carne para la olla,
como carne para el horno."

4  Ya le pedirán auxilio al Señor,
pero él no les responderá;
esconderá de ellos su rostro
porque hicieron lo malo.


Contraste entre el profeta falso y el verdadero

5  Esto es lo que dice el Señor contra ustedes,
profetas que descarrían a mi pueblo:

"Con el estómago lleno, invitan a la paz;
con el vientre vacío, declaran la guerra.
6  Por tanto, tendrán noches sin visiones,
oscuridad sin presagios."

El sol se ocultará de estos profetas;
¡el día se les volverá tinieblas!
7  Los videntes quedarán en vergüenza;
los adivinos serán humillados.
Dios les tapará la boca,
pues no les dará respuesta.
8  Yo, en cambio, estoy lleno de poder,
lleno del Espíritu del Señor,
y lleno de justicia y de fuerza,
para echarle en cara a Jacob su delito;
para reprocharle a Israel su pecado.
El gobierno corrupto, causa de la caída de Sión
9  Escuchen esto ustedes,
gobernantes del pueblo de Jacob,
y autoridades del reino de Israel,
que abominan la justicia y tuercen el derecho,
10  que edifican a *Sión con sangre
y a Jerusalén con injusticia.
11  Sus gobernantes juzgan por soborno,
sus sacerdotes instruyen por paga,
y sus profetas predicen por dinero;
para colmo, se apoyan en el Señor, diciendo:
"¿No está el Señor entre nosotros?
¡No vendrá sobre nosotros ningún mal!"
12  Por lo tanto, por culpa de ustedes
Sión será como un campo arado;
Jerusalén quedará en ruinas,
y el monte del templo se volverá un matorral.

Miqueas 4


Futura exaltación de Sión

1  En los últimos días,
el monte del templo del Señor
será puesto sobre la cumbre de las montañas
y elevado por encima de las colinas.
Entonces los pueblos marcharán hacia ella,
2  y muchas naciones se acercarán, diciendo:
"Vengan, subamos al monte del Señor,
a la casa del Dios de Jacob.
Dios mismo nos instruirá en sus *caminos,
y así andaremos en sus sendas."
Porque de *Sión viene la instrucción;
de Jerusalén, la palabra del Señor.
3  Dios mismo juzgará entre muchos pueblos,
y administrará *justicia
a naciones poderosas y lejanas.
Convertirán en azadones sus espadas,
y en hoces sus lanzas.
Ya no alzará su espada nación contra nación,
ni se adiestrarán más para la guerra.
4  Cada uno se sentará
bajo su parra y su higuera;
y nadie perturbará su solaz
el Señor *Todopoderoso lo ha dicho.
5  Todos los pueblos marchan
en *nombre de sus dioses,
pero nosotros marchamos en el nombre del Señor,
en el nombre de nuestro Dios,
desde ahora y para siempre.


Futura restauración de Sión

6  "En aquel día afirma el Señor
reuniré a las ovejas lastimadas,
dispersas y maltratadas.
7  Con las ovejas heridas formaré un remanente,
y con las desterradas, una nación poderosa.


El Señor reinará sobre ellas en el monte Sión
desde ahora y para siempre.
8  Y tú, Torre del Rebaño,
colina fortificada de la ciudad de Sión:
a ti volverá tu antiguo poderío,
la soberanía de la ciudad de Jerusalén."


Castigo y triunfo de Sión

9  Ahora, ¿por qué gritas tanto?
¿Acaso no tienes rey?
¿Por qué te han venido dolores de parto?
¿Murió acaso tu consejero?
10  Retuércete y puja, hija de Sión,
como mujer a punto de dar a luz,
porque ahora vas a salir de tu ciudad,
y tendrás que vivir a campo abierto.
Irás a Babilonia, pero de allí serás rescatada;
el Señor te librará del poder de tus enemigos.

11  Ahora muchas naciones se han reunido contra ti.
Y dicen: "¡Que sea profanada Sión!
¡Disfrutemos del espectáculo!"
12  Pero ellas no saben lo que piensa el Señor,
ni comprenden sus designios;
no saben que él las junta
como a gavillas en la era.
13  ¡Levántate, hija de Sión!
¡Ponte a trillar!


Yo haré de hierro tus cuernos
y de bronce tus pezuñas,
para que conviertas en polvo a muchos pueblos,
y consagres al Señor sus ganancias injustas;
sus riquezas, al Señor de toda la tierra.

Miqueas 5


Humillación y exaltación de la dinastía davídica

1  Reagrupa tus tropas, ciudad guerrera,
porque nos asedian.


Con vara golpearán en la mejilla
al gobernante de Israel.
2  Pero de ti, Belén Efrata,
pequeña entre los clanes de Judá,
saldrá el que gobernará a Israel;
sus orígenes se remontan hasta la antigüedad,
hasta tiempos inmemoriales.
3  Por eso Dios los entregará al enemigo
hasta que tenga su hijo la que va a ser madre,
y vuelva junto al pueblo de Israel
el resto de sus hermanos.
4  Pero surgirá uno para *pastorearlos
con el poder del Señor,
con la majestad del nombre del Señor su Dios.
Vivirán seguros, porque él dominará
hasta los confines de la tierra.
5  ¡Él traerá la *paz!


Si Asiria llegara a invadir nuestro país
para pisotear nuestras fortalezas,
le haremos frente con siete pastores,
y aun con ocho líderes del pueblo;
6  ellos pastorearán a Asiria con la espada;
con la daga, a la tierra de Nimrod.
Si Asiria llegara a invadir nuestro país,
si llegara a profanar nuestras fronteras,
¡él nos rescatará!


El remanente

7  Será el remanente de Jacob,
en medio de muchos pueblos,
como rocío que viene del Señor,
como abundante lluvia sobre la hierba,
que no depende de los hombres,
ni espera nada de ellos.
8  Será el remanente de Jacob entre las naciones,
en medio de muchos pueblos,
como un león entre los animales del bosque,
como un cachorro entre las ovejas del rebaño,
que al pasar las pisotea y las desgarra,
sin que nadie pueda rescatarlas.
9  Levantarás la mano contra tus enemigos,
y acabarás con todos tus agresores.



Purificación de un pueblo idólatra y belicoso

10  Esto afirma el Señor:

"En aquel día exterminaré tu caballería,
y destruiré tus carros de guerra.
11  Exterminaré las ciudades de tu país
y derribaré todas tus fortalezas.
12  Pondré fin a tus hechicerías
y no tendrás más adivinos.
13  Acabaré con tus ídolos
y con tus monumentos sagrados;
nunca más volverás a postrarte
ante las obras de tus manos.
14  Arrancaré tus imágenes de *Aserá,
y reduciré a escombros tus ciudades;
15  con ira y con furor me vengaré
de las naciones que no me obedecieron."

Miqueas 6


Querella de Dios contra su pueblo

1  Escuchen lo que dice el Señor:

"Levántate, presenta tu caso ante las montañas;
deja que las colinas oigan tu voz."

2  Escuchen, montañas, la querella del Señor;
presten atención, firmes cimientos de la tierra;
el Señor entra en juicio contra su pueblo,
entabla un pleito contra Israel:
3  "Pueblo mío, ¿qué te he hecho?
¡Dime en qué te he ofendido!
4  Yo fui quien te sacó de Egipto,
quien te libró de esa tierra de esclavitud.
Yo envié a Moisés, Aarón y Miriam,
para que te dirigieran.
5  Recuerda, pueblo mío,
lo que tramaba Balac, rey de Moab,
y lo que le respondió Balán hijo de Beor.
Recuerda tu paso desde Sitín hasta Guilgal,
y reconoce las hazañas redentoras del Señor."

6  ¿Cómo podré acercarme al Señor
y postrarme ante el Dios Altísimo?
¿Podré presentarme con *holocaustos
o con becerros de un año?
7  ¿Se complacerá el Señor con miles de carneros,
o con diez mil arroyos de aceite?
¿Ofreceré a mi primogénito por mi delito,
al fruto de mis entrañas por mi pecado?

8  ¡Ya se te ha declarado lo que es bueno!
Ya se te ha dicho lo que de ti espera el Señor:
Practicar la justicia,
amar la misericordia,
y humillarte ante tu Dios.


Castigo por delitos económicos y sociales

9  Tribu y asamblea de la ciudad,
escuchen la voz del Señor, que los convoca,
pues es de sabios temer su *nombre.[1]
10  "¡Malvados!
¿Debo tolerar sus tesoros mal habidos,
y sus odiosas medidas adulteradas?
11  ¿Debo tener por justas la balanza falsa
y la bolsa de pesas alteradas?
12  Los ricos de la ciudad son gente violenta;
sus habitantes son gente mentirosa;
¡engañan con la boca y con la lengua!
13  Por lo que a mí toca, te demoleré a golpes,
te destruiré por tus pecados.
14  Comerás, pero no te saciarás,
sino que seguirás padeciendo hambre.[2]
Lo que recojas no lo podrás retener,
y lo que retengas lo entregaré a la espada.
15  Lo que siembres no lo cosecharás,
ni usarás el aceite de las aceitunas que exprimas,
ni beberás el vino de las uvas que pises.
16  Tú sigues fielmente los decretos de Omrí
y todas las prácticas de la dinastía de Acab;
te conduces según sus consejos.
Por eso voy a entregarte a la destrucción,
y a poner en ridículo a tus habitantes.
¡Tendrás que soportar el insulto de los pueblos!"[3]

                         NOTAS:

1. 6:9 Versículo de difícil traducción.
2. 6:14 seguirás padeciendo hambre. Texto de difícil traducción.
3. 6:16 los pueblos (LXX); mi pueblo (TM).

Miqueas 7


Lamento ante una sociedad corrupta

1  ¡Pobre de mí!


No llegué a tiempo para la cosecha de verano
ni para los rebuscos de la vendimia;
no tengo un solo racimo que comer,
ni un higo tierno, por el que me muero.
2  La gente piadosa ha sido eliminada del país,
¡ya no hay gente honrada en este mundo!
Todos tratan de matar a alguien,
y unos a otros se tienden redes.
3  Nadie les gana en cuanto a hacer lo malo;
funcionarios y jueces exigen soborno.
Los magnates no hacen más que pedir,
y todos complacen su codicia.
4  El mejor de ellos es más enmarañado que una zarza;
el más recto, más torcido que un espino.
Pero ya viene el día de su confusión;
¡ya se acerca el día de tu castigo
anunciado por tus centinelas!
5  No creas en tu prójimo,
ni confíes en tus amigos;
cuídate de lo que hablas
con la que duerme en tus brazos.
6  El hijo ultraja al padre,
la hija se rebela contra la madre,
la nuera contra la suegra,
y los enemigos de cada cual
están en su propia casa.
7  Pero yo he puesto mi esperanza en el Señor;
yo espero en el Dios de mi *salvación.
¡Mi Dios me escuchará!


Esperanza de redención

8  Enemiga mía, no te alegres de mi mal.
Caí, pero he de levantarme;
vivo en tinieblas, pero el Señor es mi luz.
9  He pecado contra el Señor,
así que soportaré su furia
hasta que él juzgue mi causa
y me haga justicia.


Entonces me sacará a la luz
y gozaré de su salvación.
10  Cuando lo vea mi enemiga,
la que me decía: "¿Dónde está tu Dios?",
se llenará de vergüenza.
Mis ojos contemplarán su desgracia,
pues será pisoteada como el lodo de las calles.

11  El día que tus muros sean reconstruidos
será el momento de extender tus fronteras.
12  Ese día acudirán a ti los pueblos,
desde Asiria hasta las ciudades de Egipto,
desde el río Nilo hasta el río Éufrates,
de mar a mar y de montaña a montaña.
13  La tierra quedará desolada
por culpa de sus habitantes,
como resultado de su maldad.

14  Pastorea con tu cayado a tu pueblo,
al rebaño de tu propiedad,
que habita solitario en el bosque,
en medio de la espesura.


Hazlo pastar en Basán y en Galaad
como en los tiempos pasados.
15  Muéstrale tus prodigios,
como cuando lo sacaste de Egipto.[1]
16  Las naciones verán tus maravillas
y se avergonzarán de toda su prepotencia;
se llevarán la mano a la boca
y sus oídos se ensordecerán.
17  Lamerán el polvo como serpientes,
como los reptiles de la tierra.


Saldrán temblando de sus escondrijos
y, temerosos ante tu presencia,
se volverán a ti, Señor y Dios nuestro.

18  ¿Qué Dios hay como tú,
que perdone la maldad
y pase por alto el delito
del remanente de su pueblo?
No siempre estarás airado,
porque tu mayor placer es amar.
19  Vuelve a compadecerte de nosotros.


Pon tu pie sobre nuestras maldades
y arroja al fondo del mar todos nuestros pecados.
20  Muestra tu fidelidad a Jacob,
y tu lealtad a Abraham,
como desde tiempos antiguos
se lo juraste a nuestros antepasados.

                         NOTAS:

1. 7:15 Muéstrale ... Egipto (lectura probable); Le mostraré maravillas / como cuando saliste de la tierra de Egipto (TM).

Nahúm 1


Nahúm

1  Profecía acerca de Nínive. Libro de la visión que tuvo Nahúm de Elcós.


Manifestación del Señor

2  El Señor es un Dios celoso y vengador.
¡Señor de la venganza, Señor de la ira!
El Señor se venga de sus adversarios;
es implacable con sus enemigos.
3  El Señor es lento para la ira,
imponente en su fuerza.
El Señor no deja a nadie sin castigo.
Camina en el huracán y en la tormenta;
las nubes son el polvo de sus pies.
4  Increpa al mar y lo seca;
hace que todos los ríos se evaporen.
Los montes Basán y Carmelo pierden su lozanía;
el verdor del Líbano se marchita.
5  Ante él tiemblan las montañas
y se desmoronan las colinas.
Ante él se agita la tierra,
el mundo y cuanto en él habita.
6  ¿Quién podrá enfrentarse a su indignación?
¿Quién resistirá el ardor de su ira?
Su furor se derrama como fuego;
ante él se resquebrajan las rocas.


Destrucción de Nínive

7  Bueno es el Señor;
es refugio en el día de la angustia,
y protector de los que en él confían.
8  Pero destruirá a Nínive[1]
con una inundación arrasadora;
¡aun en las tinieblas perseguirá a sus enemigos!
9  ¿Qué traman contra el Señor?
¡Él desbaratará sus planes!
¡La calamidad no se repetirá!
10  Serán consumidos como paja seca,
como espinos enmarañados,
como borrachos ahogados en vino.
11  Tú, Nínive, engendraste
al que trama el mal contra el Señor,
al infame consejero.



Liberación del opresor

12  Así dice el Señor:

"Aunque los asirios sean fuertes y numerosos,
serán arrancados y morirán.
Y a ti, Judá, aunque te he afligido,
no volveré a afligirte.
13  Voy a quebrar el yugo que te oprime,
voy a romper tus ataduras."
14  Pero acerca de ti, Nínive,
el Señor ha decretado:
"No tendrás más hijos que perpetúen tu *nombre;
extirparé de la casa de tus dioses
las imágenes talladas y los ídolos fundidos.
Te voy a preparar una tumba,
porque eres una infame."


Anuncio de la victoria sobre Nínive

15  ¡Miren! Ya se acerca por los montes
el que anuncia las buenas nuevas de *victoria,
el que proclama la *paz.
¡Celebra tus peregrinaciones, Judá!
¡Paga tus votos!
Porque no volverán a invadirte los malvados,
pues han sido destruidos por completo.

                         NOTAS:

1. 1:8 a Nínive. Lit. el lugar de ella.

Nahúm 2


La destrucción de Nínive

1  Nínive, un destructor avanza contra ti,
así que monta guardia en el terraplén,
vigila el camino, renueva tus fuerzas,
acrecienta tu poder.
2  Porque el Señor restaura la majestad de Jacob,
como la majestad de Israel,
pues los destructores lo han arrasado;
han arruinado sus sarmientos.

3  Rojo es el escudo de sus valientes;
de púrpura se visten los guerreros.


El metal de sus carros brilla como fuego
mientras se alistan para la batalla
y los guerreros agitan sus lanzas.
4  Desaforados corren los carros por las calles,
irrumpen con violencia por las plazas.
Son como antorchas de fuego,
como relámpagos zigzagueantes.


Caída y saqueo de Nínive

5  Convoca el rey de Nínive a sus tropas escogidas,
que en su carrera se atropellan.


Se lanzan contra la muralla
para levantar la barricada,
6  pero se abren las compuertas de los ríos
y el palacio se derrumba.
7  Ya está decidido:
la ciudad[1] será llevada al exilio.
Gimen sus criadas como palomas,
y se golpean el pecho.

8  Nínive es como un estanque roto
cuyas aguas se derraman.
"¡Deténganse!" "¡Deténganse!", les gritan,
pero nadie vuelve atrás.
9  ¡Saqueen la plata!
¡Saqueen el oro!
El tesoro es inagotable,
y abundan las riquezas y los objetos preciosos.
10  ¡Destrucción, desolación, devastación!
Desfallecen los *corazones,
tiemblan las rodillas,
se estremecen los cuerpos,
palidecen los rostros.


La bestia salvaje morirá

11  ¿Qué fue de la guarida de los leones
y de la cueva de los leoncillos,
donde el león, la leona y sus cachorros
se guarecían sin que nadie los perturbara?
12  ¿Qué fue del león,
que despedazaba para sus crías
y estrangulaba para sus leonas,
que llenaba de presas su caverna
y de carne su guarida?
13  Pero ahora yo vengo contra ti
afirma el Señor omnipotente.


Reduciré a cenizas tus carros de guerra
y mataré a filo de espada a tus leoncillos.
Pondré fin en el país a tus rapiñas,
y no volverá a oírse la voz de tus mensajeros.

                         NOTAS:

1. 2:7 ciudad. Alt. reina.

Nahúm 3


Descripción del fin de Nínive

1  ¡Ay de la ciudad sedienta de sangre,
repleta de mentira,
insaciable en su rapiña,
aferrada a la presa!
2  Se oye el chasquido de los látigos,
el estrépito de las ruedas,
el galopar de los caballos,
el chirrido de los carros,
3  la carga de la caballería,
el fulgor de las espadas,
el centellear de las lanzas,
la multitud de muertos,
los cuerpos amontonados,
los cadáveres por doquier,
en los que todos tropiezan.
4  ¡Y todo por las muchas prostituciones
de esa ramera de encantos zalameros,
de esa maestra de la seducción!
Engañó a los pueblos con sus fornicaciones,
y a los clanes con sus embrujos.

5  "¡Aquí estoy contra ti!
afirma el Señor *Todopoderoso.
Te levantaré la falda hasta la cara,
para que las naciones vean tu desnudez,
y los reinos descubran tus vergüenzas.
6  Te cubriré de inmundicias,
te ultrajaré y te exhibiré en público.
7  Todos los que te vean huirán de ti,
y dirán: ¡Nínive ha sido devastada!
¿Quién hará duelo por ella?
¿Dónde hallaré quien la consuele?"


Destrucción total de Nínive

8  ¿Acaso eres mejor que Tebas,[1]
ciudad rodeada de aguas,
asentada junto a las corrientes del Nilo,
que tiene al mar por terraplén
y a las aguas por muralla?
9  *Cus y Egipto eran su fuerza ilimitada,
Fut y Libia eran sus aliados.
10  Con todo, Tebas marchó al exilio;


A sus hijos los estrellaron
fue llevada al cautiverio.contra las esquinas de las calles.
Sobre sus nobles echaron suertes,
y encadenaron a su gente ilustre.

11  También tú, Nínive, te embriagarás,
y se embotarán tus sentidos.
También tú, por causa del enemigo,
tendrás que buscar refugio.
12  Todas tus fortalezas son higueras
cargadas de brevas maduras:
si las sacuden,
caen en la boca del que se las come.
13  Mira, al enfrentarse al enemigo
tus tropas se portan como mujeres.
Las *puertas de tu país quedarán abiertas de par en par,
porque el fuego consumirá tus cerrojos.


Defensa inútil

14  Abastécete de agua para el asedio,
refuerza tus fortificaciones.
Métete al barro, pisa la mezcla
y moldea los ladrillos.
15  Porque allí mismo te consumirá el fuego
y te exterminará la espada;
¡como larva de langosta te devorará!
Multiplícate como larva,
reprodúcete como langosta.
16  Aumentaste tus mercaderes
más que las estrellas del cielo.[2]
17  Tus dignatarios son como langostas
y tus oficiales, como insectos
que en días fríos se posan sobre los muros,
pero que al salir el sol desaparecen,
y nadie sabe dónde hallarlos.

18  Rey de Asiria,
tus pastores están amodorrados,
¡tus tropas escogidas se echaron a dormir!
Tu pueblo anda disperso por los montes,
y no hay quien lo reúna.
19  Tu herida no tiene remedio;
tu llaga es incurable.

Todos los que sepan lo que te ha pasado,
celebrarán tu desgracia.


Pues ¿quién no fue víctima
de tu constante maldad?

                         NOTAS:

1. 3:8 Tebas. Lit. No Amón.
2. 3:16 cielo (lectura probable); cielo. La larva se desprende del capullo y vuela (TM).

Habacuc 1


Habacuc

1  Ésta es la profecía que el profeta Habacuc recibió en visión.
2

La primera queja de Habacuc
 ¿Hasta cuándo, Señor, he de pedirte ayuda
sin que tú me escuches?
¿Hasta cuándo he de quejarme de la violencia
sin que tú nos salves?
3  ¿Por qué me haces presenciar calamidades?
¿Por qué debo contemplar el sufrimiento?
Veo ante mis ojos destrucción y violencia;
surgen riñas y abundan las contiendas.
4  Por lo tanto, se entorpece la ley
y no se da curso a la justicia.
El impío acosa al justo,
y las sentencias que se dictan son injustas.


La respuesta del Señor
 "¡Miren a las naciones!
¡Contémplenlas y quédense asombrados!


Estoy por hacer en estos días cosas tan sorprendentes

5que no las creerán aunque alguien se las explique.
6  Estoy incitando a los *caldeos,
ese pueblo despiadado e impetuoso,
que recorre toda la tierra
para apoderarse de territorios ajenos.
7  Son un pueblo temible y espantoso,
que impone su propia justicia y grandeza.
8  Sus caballos son más veloces que leopardos,
más feroces que lobos nocturnos.
Su caballería se lanza a todo galope;
sus jinetes vienen de muy lejos.
¡Caen como buitres sobre su presa!
9  Vienen en son de violencia;
avanzan sus hordas[1] como el viento del desierto,
hacen prisioneros como quien recoge arena.
10  Ridiculizan a los reyes,
se burlan de los gobernantes;
se ríen de toda ciudad amurallada,
pues construyen terraplenes y la toman.
11  Son un viento que a su paso arrasa todo;
su pecado es hacer de su fuerza un dios." 12


La segunda queja de Habacuc
 ¡Tú, Señor, existes desde la eternidad!
¡Tú, mi *santo Dios, eres inmortal![2]
Tú, Señor, los has puesto para hacer justicia;
tú, mi *Roca, los has puesto para ejecutar tu castigo.
13  Son tan puros tus ojos que no puedes ver el mal;
no te es posible contemplar el sufrimiento.
¿Por qué entonces toleras a los traidores?
¿Por qué guardas silencio
mientras los impíos se tragan a los justos?
14  Has hecho a los *hombres como peces del mar,
como reptiles que no tienen jefe.
15  Babilonia los saca a todos con anzuelo,
los arrastra con sus redes,
los recoge entre sus mallas,
y así se alegra y regocija.
16  Por lo tanto, ofrece sacrificios a sus redes
y quema incienso a sus mallas,
pues gracias a sus redes su porción es sabrosa
y su comida es suculenta.
17  ¿Continuará vaciando sus redes
y matando sin piedad a las naciones?

                         NOTAS:

1. 1:9 hordas. Palabra de difícil traducción.
2. 1:12 eres inmortal (lit. no morirás; según una tradición rabínica); no moriremos (TM).

Habacuc 2

1  Me mantendré alerta,
me apostaré en los terraplenes;
estaré pendiente de lo que me diga,
de su respuesta a mi reclamo.



La respuesta del Señor

2  Y el Señor me respondió:

"Escribe la visión,
y haz que resalte claramente en las tablillas,
para que pueda leerse de corrido.
3  Pues la visión se realizará en el tiempo señalado;
marcha hacia su cumplimiento, y no dejará de cumplirse.
Aunque parezca tardar, espérala;
porque sin falta vendrá.

4  "El insolente no tiene el *alma recta,
pero el justo vivirá por su fe.
5  Además, la riqueza es traicionera;[1]
por eso el soberbio no permanecerá.
Pues ensancha su garganta, como el *sepulcro,
y es insaciable como la muerte.


Reúne en torno suyo a todas las naciones
y toma cautivos a todos los pueblos.
6  Y éstos lo harán objeto de burla
en sus sátiras y adivinanzas.

"¡Ay del que se hace rico con lo ajeno
y acumula prendas empeñadas!
¿Hasta cuándo seguirá con esta práctica?
7  ¿No se levantarán de repente tus acreedores?
¿No se despertarán para sacudirte
y despojarte con violencia?
8  Son tantas las naciones que has saqueado,
que los pueblos que se salven te saquearán a ti;
porque es mucha la sangre que has derramado,
y mucha tu violencia contra este país,
contra esta ciudad y sus habitantes.

9  "¡Ay del que llena su casa de ganancias injustas
en un intento por salvar su nido
y escapar de las garras del infortunio!

10  "Son tus maquinaciones la vergüenza de tu casa:
exterminaste a muchas naciones,
pero causaste tu propia desgracia.
11  Por eso hasta las piedras del muro claman,
y resuenan las vigas del enmaderado.

12  "¡Ay del que construye una ciudad con asesinatos
y establece un poblado mediante el crimen!
13  ¿No ha determinado el Señor *Todopoderoso
que los pueblos trabajen para el fuego
y las naciones se fatiguen por nada?
14  Porque así como las aguas cubren los mares,
así también se llenará la tierra
del conocimiento de la gloria del Señor.

15  "¡Ay de ti, que emborrachas a tu prójimo!
¡Ay de ti, que lo embriagas con vino[2]
para contemplar su cuerpo desnudo!
16  Con esto te has cubierto de ignominia y no de gloria.
¡Pues bebe también tú, y muestra lo pagano que eres![3]
¡Que se vuelque sobre ti la copa de la diestra del Señor,
y sobre tu gloria, la ignominia!
17  ¡Que te aplaste la violencia que cometiste contra el Líbano!
¡Que te abata la destrucción que hiciste de los animales!
¡Porque es mucha la sangre que has derramado,
y mucha tu violencia contra este país,
contra esta ciudad y sus habitantes!

18  "¿De qué sirve una imagen,
si quien la esculpe es un artesano?
¿De qué sirve un ídolo fundido,
si tan sólo enseña mentiras?


El artesano que hace ídolos que no pueden hablar
sólo está confiando en su propio artificio.
19  ¡Ay del que le dice al madero: Despierta,
y a la piedra muda: Levántate!
Aunque están recubiertos de oro y plata,
nada pueden enseñarle,
pues carecen de aliento de vida.
20  En cambio, el Señor está en su *santo templo;
¡guarde toda la tierra silencio en su presencia!"


                         NOTAS:

1. 2:5 la riqueza es traicionera (Qumrán); el vino es traicionero (TM).
2. 2:15 que lo embriagas con vino. Texto de difícil traducción.
3. 2:16 lo pagano que eres. Lit. tu prepucio.

Habacuc 3

1

La oración de Habacuc
 Oración del profeta Habacuc. Según sigionot.[1]

2  Señor, he sabido de tu fama;
tus obras, Señor, me dejan pasmado.
Realízalas de nuevo en nuestros días,
dalas a conocer en nuestro tiempo;
en tu ira, ten presente tu misericordia.

3  De Temán viene Dios,
del monte de Parán viene el *Santo.
*Selah


Su gloria cubre el cielo
y su alabanza llena la tierra.
4  Su brillantez es la del relámpago;
rayos brotan de sus manos;
¡tras ellos se esconde su poder!
5  Una plaga mortal lo precede,
un fuego abrasador le sigue los pasos.
6  Se detiene, y la tierra se estremece;
lanza una mirada, y las naciones tiemblan.


Se desmoronan las antiguas montañas
y se desploman las viejas colinas,
pero los caminos de Dios son eternos.
7  He visto afligidos los campamentos de Cusán,
y angustiadas las moradas de Madián.

8  ¿Te enojaste, oh Señor, con los ríos?
¿Estuviste airado contra las corrientes?
¿Tan enfurecido estabas contra el mar
que cabalgaste en tus caballos
y montaste en tus carros victoriosos?
9  Descubriste tu arco,
llenaste de flechas tu aljaba.[2]


Selah
Tus ríos surcan la tierra;
10  las montañas te ven y se retuercen.
Pasan los torrentes de agua,
y ruge el abismo, levantando sus manos.
11  El sol y la luna se detienen en el cielo
por el fulgor de tus veloces flechas,
por el deslumbrante brillo de tu lanza.
12  Indignado, marchas sobre la tierra;
lleno de ira, trillas a las naciones.

13  Saliste a liberar a tu pueblo,
saliste a salvar a tu *ungido.
Aplastaste al rey de la perversa dinastía,
¡lo desnudaste de pies a cabeza!
14

Selah
 Con tu lanza les partiste la cabeza a sus guerreros,
que enfurecidos querían dispersarme,
que con placer arrogante se lanzaron contra mí,
como quien se lanza contra un pobre indefenso.[3]
15  Pisoteaste el mar con tus corceles,
agitando las inmensas aguas.

16  Al oírlo, se estremecieron mis entrañas;
a su voz, me temblaron los labios;
la carcoma me caló en los huesos,
y se me aflojaron las piernas.


Pero yo espero con paciencia
el día en que la calamidad
vendrá sobre la nación que nos invade.
17  Aunque la higuera no dé renuevos,
ni haya frutos en las vides;
aunque falle la cosecha del olivo,
y los campos no produzcan alimentos;
aunque en el aprisco no haya ovejas,
ni ganado alguno en los establos;
18  aun así, yo me regocijaré en el Señor,
¡me alegraré en Dios, mi libertador!

19  El Señor omnipotente es mi fuerza;
da a mis pies la ligereza de una gacela
y me hace caminar por las alturas.

Al director musical.
Sobre instrumentos de cuerda.
                         NOTAS:

1. 3:1 Sigionot. Probablemente un término literario o musical.
2. 3:9 llenaste de flechas tu aljaba (mss. de LXX); en TM, texto de difícil traducción.
3. 3:14 Versículo de difícil traducción.

Sofonías 1

(libro sin nota alguna)

Sofonías

1  Ésta es la palabra del Señor, que vino a Sofonías hijo de Cusí, hijo de Guedalías, hijo de Amarías, hijo de Ezequías, durante el reinado de Josías hijo de Amón, rey de Judá:


Advertencia sobre la destrucción venidera

2  "Arrasaré por completo
cuanto hay sobre la faz de la tierra
afirma el Señor.
3  Arrasaré con *hombres y animales,
con las aves del cielo,
con los peces del mar,
con ídolos e impíos por igual.[1]

"Exterminaré al hombre
de sobre la faz de la tierra
afirma el Señor.


Juicio contra Judá
4  "Extenderé mi mano contra Judá
y contra todos los habitantes de Jerusalén.
Exterminaré de este lugar todo rastro de *Baal,
y hasta el nombre de sus sacerdotes;[2]
5  a los que en las azoteas se postran en adoración
ante las estrellas del cielo,
a los que, postrados en adoración,
juran lealtad al Señor,
y al mismo tiempo a Moloc,[3]
6  a los que se apartan del Señor,
y no lo buscan ni lo consultan.
7  ¡Silencio ante el Señor omnipotente,
porque cercano está el día del Señor;
ha preparado el Señor un sacrificio
y ha *purificado a sus invitados!
8  En el día del sacrificio del Señor
castigaré a los funcionarios y oficiales del rey,
y a cuantos se visten según modas extrañas.
9  En aquel día castigaré
a cuantos evitan pisar el umbral,[4]
a los que llenan de violencia y engaño
la casa de sus dioses.[5]

10  "Aquel día se oirán gritos de auxilio,
desde la puerta del Pescado,
gemidos desde el Barrio Nuevo,
y gran quebranto desde las colinas
afirma el Señor.

11  "¡Giman, habitantes del Barrio del Mercado![6]
Aniquilados serán todos sus mercaderes,
exterminados cuantos comercian con plata.
12  En aquel tiempo registraré Jerusalén con lámparas
para castigar a los que reposan tranquilos
como vino en su sedimento,
a los que piensan: El Señor no va a hacer nada,
ni para bien ni para mal.
13  En botín se convertirán sus riquezas,
sus casas en desolación:
Edificarán casas,
pero no las habitarán;
plantarán viñas,
pero del vino no beberán.


El gran día del Señor

14  "Ya se acerca el gran día del Señor;
a toda prisa se acerca.
El estruendo del día del Señor será amargo,
y aun el más valiente gritará.
15  Día de ira será aquel día,
día de acoso y angustia,
día de devastación y ruina,
día de tinieblas y penumbra,
día de niebla y densos nubarrones,
16  día de trompeta y grito de batalla
contra las ciudades fortificadas,
contra los altos bastiones.
17  De tal manera acosaré a los *hombres,
que andarán como ciegos,
porque pecaron contra el Señor.


Su sangre será derramada como polvo
y sus entrañas como estiércol.
18  No los podrán librar
ni su plata ni su oro
en el día de la ira del Señor.


En el fuego de su celo
será toda la tierra consumida;
en un instante reducirá a la nada
a todos los habitantes de la tierra."

Sofonías 2

1  Humíllate hasta el polvo,[1]
nación no quebrantada;
2  hazlo antes que se cumpla lo que he determinado
y ese día se desvanezca como la brizna,
antes que caiga sobre ti la ira ardiente del Señor,
antes que venga sobre ti el día de la ira del Señor.
3  Busquen al Señor, todos los humildes de la tierra,
los que han puesto en práctica sus normas.
Busquen la justicia, busquen la humildad;
tal vez encontrarán refugio
en el día de la ira del Señor.


Juicio contra los filisteos
4  Gaza quedará abandonada
y Ascalón acabará en desolación.


Asdod será expulsada a plena luz del día
y Ecrón será desarraigada.
5  ¡Ay de la nación queretea
que habita a la orilla del mar!
La palabra del Señor es contra ti,
Canaán, tierra de los filisteos:

"Te aniquilaré
hasta no dejar en ti habitante."

6  El litoral se convertirá en praderas,
en campos[2] de pastoreo y corrales de ovejas.
7  Y allí pastarán las ovejas
del remanente de la tribu de Judá.


Al atardecer se echarán a descansar
en las casas de Ascalón;
el Señor su Dios vendrá en su ayuda
para restaurarlos.[3]


Juicio contra Moab y Amón

8  "He oído los insultos de Moab
y las burlas de los amonitas,
que injuriaron a mi pueblo
y se mostraron arrogantes contra su territorio.
9  Tan cierto como que yo vivo
afirma el Señor *Todopoderoso, el Dios de Israel,
que Moab vendrá a ser como Sodoma
y los amonitas como Gomorra:
se volverán campos de espinos y minas de sal,
desolación perpetua.
El remanente de mi pueblo los saqueará;
los sobrevivientes de mi nación heredarán su tierra."

10  Éste será el pago por su soberbia
y por injuriar y despreciar al pueblo del Señor Todopoderoso.
11  El Señor los aterrará
cuando destruya a todos los dioses de la tierra;
y así hasta las naciones más remotas
se postrarán en adoración ante él,
cada cual en su propia tierra.


Juicio contra Cus

12  "También ustedes, *cusitas,
serán atravesados por mi espada."


Juicio contra Asiria

13  Él extenderá su mano contra el norte;
aniquilará a Asiria
y convertirá a Nínive en desolación,
árida como un desierto.
14  Se tenderán en medio de ella los rebaños,
todos los animales del campo.


Pasarán la noche sobre sus columnas
tanto el pelícano como la garza.
Resonarán por las ventanas sus graznidos,
habrá asolamiento en los umbrales,
las vigas de cedro quedarán al descubierto.
15  Ésta es la ciudad alegre
que habitaba segura,
la que se decía a sí misma:
"Yo y nadie más."
¡Cómo ha quedado convertida en espanto,
en guarida de fieras!


Todo el que pasa junto a ella
se mofa y amenaza con los puños.

Sofonías 3


El futuro de Jerusalén

1  ¡Ay de la ciudad opresora,
rebelde y contaminada!
2  No atiende a consejos,
ni acepta *corrección.
No confía en el Señor,
ni se acerca a su Dios.
3  Las autoridades que están en ella
son leones rugientes,
sus gobernantes son lobos nocturnos
que no dejan nada para la mañana.
4  Sus profetas son impertinentes,
hombres traicioneros.


Sus sacerdotes profanan las cosas *santas
y violentan la ley.
5  Pero el Señor que está en ella es justo;
no comete iniquidad.
Cada mañana imparte su justicia,
y no deja de hacerlo cada nuevo día,
pero el inicuo no conoce la vergüenza.

6  "Exterminé naciones;
quedaron desolados sus bastiones.
Dejé sus calles desiertas,
y nadie pasa por ellas.
Quedaron arrasadas sus ciudades,
sin ningún habitante.
7  Dije a la ciudad:
¡Ciertamente me temerás;
aceptarás corrección!
Entonces no sería destruida su morada,
según todo lo que decreté contra ella.
A pesar de todo, se empeñaron
en corromper todas sus obras.
8  Espérenme, por tanto,
hasta el día que me levante a buscar el botín
afirma el Señor,
porque he decidido reunir a las naciones
y juntar a los reinos
para derramar sobre ellos mi indignación,
toda mi ardiente ira.


En el fuego de mi celo
será toda la tierra consumida.

9  "*Purificaré los labios de los pueblos
para que todos invoquen el *nombre del Señor
y le sirvan de común acuerdo.
10  Desde más allá de los ríos de *Cus
me traerán ofrendas
mis adoradores, mi pueblo disperso.
11  Aquel día no tendrás que avergonzarte más
de todas tus rebeliones contra mí.


Quitaré de en medio de ti
a esa gente altanera y jactanciosa,
y así nunca más volverás a ser arrogante
en mi santo monte.
12  Dejaré un remanente en medio de ti,
un pueblo pobre y humilde.
En el nombre del Señor,
se cobijará 13  el remanente de Israel;
no cometerá iniquidad,
no dirá mentiras,
ni se hallará engaño en su boca.


Pastarán y se echarán a descansar
sin que nadie los espante."

14  ¡Lanza gritos de alegría, hija de *Sión!
¡da gritos de victoria, Israel!
¡Regocíjate y alégrate de todo corazón,
hija de Jerusalén!
15  El Señor te ha levantado el castigo,
ha puesto en retirada a tus enemigos.
El Señor, rey de Israel, está en medio de ti:
nunca más temerás mal alguno.
16  Aquel día le dirán a Jerusalén:
"No temas, Sión, ni te desanimes,
17  porque el Señor tu Dios está en medio de ti
como guerrero victorioso.
Se deleitará en ti con gozo,
te renovará con su amor,
se alegrará por ti con cantos
18  como en los días de fiesta.

"Yo te libraré de las tristezas,
que son para ti una carga deshonrosa.[1]
19  En aquel tiempo yo mismo me ocuparé
de todos los que te oprimen;
salvaré a la oveja que cojea
y juntaré a la descarriada.


Les daré a ustedes fama y renombre
en los países donde fueron avergonzados.
20  En aquel tiempo yo los traeré,
en aquel tiempo los reuniré.


Daré a ustedes fama y renombre
entre todos los pueblos de la tierra
cuando yo los restaure[2]
ante sus mismos ojos."
Así lo ha dicho el Señor.

Hageo 1


Hageo



Primer oráculo: Exhortación a reedificar el templo

1  El día primero del mes sexto del segundo año del rey Darío, vino palabra del Señor por medio del profeta Hageo a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y al sumo sacerdote Josué hijo de Josadac: 2  "Así dice el Señor *Todopoderoso: Este pueblo alega que todavía no es el momento apropiado para ir a reconstruir la casa del Señor. "
3  También vino esta palabra del Señor por medio del profeta Hageo:

4  "¿Acaso es el momento apropiado
para que ustedes residan en casas techadas
mientras que esta casa está en ruinas?"

5  Así dice ahora el Señor Todopoderoso:

"¡Reflexionen sobre su proceder!

6  "Ustedes siembran mucho, pero cosechan poco;
comen, pero no quedan satisfechos;
beben, pero no llegan a saciarse;
se visten, pero no logran abrigarse;
y al jornalero se le va su salario
como por saco roto."

7  Así dice el Señor Todopoderoso:

"¡Reflexionen sobre su proceder!

8  "Vayan ustedes a los montes;
traigan madera y reconstruyan mi casa.
Yo veré su reconstrucción con gusto,
y manifestaré mi gloria
dice el Señor.

9  "Ustedes esperan mucho,
pero cosechan poco;
lo que almacenan en su casa,
yo lo disipo de un soplo.
¿Por qué? ¡Porque mi casa está en ruinas,
mientras ustedes sólo se ocupan de la suya!
afirma el Señor Todopoderoso.

10  "Por eso, por culpa de ustedes, los cielos retuvieron el rocío y la tierra se negó a dar sus productos. 11  Yo hice venir una sequía sobre los campos y las montañas, sobre el trigo y el vino nuevo, sobre el aceite fresco y el fruto de la tierra, sobre los animales y los hombres, y sobre toda la obra de sus manos."

12  Zorobabel hijo de Salatiel, el sumo sacerdote Josué hijo de Josadac, y todo el resto del pueblo, obedecieron al Señor su Dios, es decir, obedecieron las palabras del profeta Hageo, a quien el Señor su Dios había enviado. Y el pueblo sintió temor en la presencia del Señor. 13  Entonces Hageo su mensajero comunicó al pueblo el mensaje del Señor: "Yo estoy con ustedes. Yo, el Señor, lo afirmo." 14  Y el Señor inquietó de tal manera a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y al sumo sacerdote Josué hijo de Josadac, y a todo el resto del pueblo, que vinieron y empezaron a trabajar en la casa de su Dios, el Señor Todopoderoso. 15  Era el día veinticuatro del mes sexto del segundo año del rey Darío.

Hageo 2


Segundo oráculo: La presencia del Señor

1  El día veintiuno del mes séptimo, vino palabra del Señor por medio del profeta Hageo: 2  "Pregunta a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, al sumo sacerdote Josué hijo de Josadac, y al resto del pueblo: 3  ¿Queda alguien entre ustedes que haya visto esta casa en su antiguo esplendor? ¿Qué les parece ahora? ¿No la ven como muy poca cosa? 4  Pues ahora, ¡ánimo, Zorobabel! afirma el Señor. ¡Ánimo, Josué hijo de Josadac! ¡Tú eres el sumo sacerdote! ¡Ánimo, pueblo de esta tierra! afirma el Señor. ¡Manos a la obra, que yo estoy con ustedes! afirma el Señor *Todopoderoso. 5  Y mi Espíritu permanece en medio de ustedes, conforme al *pacto que hice con ustedes cuando salieron de Egipto.
"No teman, 6  porque así dice el Señor Todopoderoso: Dentro de muy poco haré que se estremezcan los cielos y la tierra, el mar y la tierra firme; 7  ¡haré temblar a todas las naciones! Sus riquezas llegarán aquí, y así llenaré de esplendor esta casa dice el Señor Todopoderoso. 8  Mía es la plata, y mío es el oro afirma el Señor Todopoderoso. 9  El esplendor de esta segunda casa será mayor que el de la primera dice el Señor Todopoderoso. Y en este lugar concederé la *paz, afirma el Señor Todopoderoso."
Tercer oráculo: Consulta a los sacerdotes
10  El día veinticuatro del mes noveno del segundo año de Darío, vino palabra del Señor al profeta Hageo: 11  "Así dice el Señor Todopoderoso: Consulta a los sacerdotes sobre las cosas sagradas. " Entonces Hageo les planteó lo siguiente:
12  Supongamos que alguien lleva carne consagrada en la falda de su vestido, y sucede que la falda toca pan, o guiso, o vino, o aceite, o cualquier otro alimento; ¿quedarán también consagrados?
¡No! contestaron los sacerdotes.
13  Supongamos ahora prosiguió Hageo que una persona inmunda por el contacto de un cadáver toca cualquiera de estas cosas; ¿también ellas quedarán inmundas?
¡Sí! contestaron los sacerdotes.
14  Entonces Hageo respondió:

"¡Así es este pueblo!
¡Así es para mí esta nación!
afirma el Señor.
¡Así es cualquier obra de sus manos!
¡y aun lo que allí ofrecen es inmundo!

15  "Ahora bien, desde hoy en adelante, reflexionen. Antes de que ustedes pusieran piedra sobre piedra en la casa del Señor, 16  ¿cómo les iba? Cuando alguien se acercaba a un montón de grano esperando encontrar veinte medidas, sólo hallaba diez; y si se iba al lagar esperando sacar cincuenta medidas de la artesa del mosto, sólo sacaba veinte. 17  Herí sus campos con quemazón y con plaga, y con granizo toda obra de sus manos. Pero ustedes no se volvieron[1] a mí afirma el Señor. 18  Reflexionen desde hoy en adelante, desde el día veinticuatro del mes noveno, día en que se colocaron los cimientos de la casa del Señor. Reflexionen: 19  ¿Queda todavía alguna semilla en el granero? ¿Todavía no producen nada la vid ni la higuera, ni el granado ni el olivo? ¡Pues a partir de hoy yo los bendeciré!"
Cuarto oráculo: Promesas a Zorobabel
20  El día veinticuatro del mismo mes vino por segunda vez palabra del Señor a Hageo: 21  "Di a Zorobabel, gobernante de Judá: Yo estoy por estremecer los cielos y la tierra. 22  Volcaré los tronos reales y haré pedazos el poderío de los reinos del mundo. Volcaré los carros con sus conductores, y caerán caballos y jinetes, y éstos se matarán a espada unos a otros. 23  En aquel día afirma el Señor *Todopoderoso te tomaré a ti, mi siervo Zorobabel hijo de Salatiel afirma el Señor, y te haré semejante a un anillo de sellar, porque yo te he elegido, afirma el Señor Todopoderoso."
                         NOTAS:

1. 2:17 no se volvieron (LXX y Siríaca); en TM, texto de difícil traducción.

Zacarías 1


Zacarías



Un llamado a volver al Señor

1  En el mes octavo del segundo año del reinado de Darío, la palabra del Señor vino al profeta Zacarías, hijo de Berequías y nieto de Idó:
2  "El Señor está ardiendo en ira contra los antepasados de ustedes. 3  Por lo tanto, adviértele al pueblo que así dice el Señor *Todopoderoso:

"Vuélvanse a mí,
y yo me volveré a ustedes
afirma el Señor Todopoderoso.

4  " No sean como sus antepasados,
a quienes les proclamaron
los profetas de antaño
que así dice el Señor Todopoderoso:
'Vuélvanse de su mala conducta
y de sus malas prácticas.


Porque ellos no me obedecieron
ni me prestaron atención
afirma el Señor.

5  " ¿Dónde están los antepasados de ustedes?
¿Acaso los profetas siguen con vida?
6  ¿No se cumplieron en sus antepasados
las palabras y los decretos
que a mis siervos los profetas
ordené comunicarles?

" Entonces ellos se volvieron al Señor, y dijeron: 'El Señor Todopoderoso nos ha tratado tal y como había resuelto hacerlo: conforme a lo que merecen nuestra conducta y nuestras acciones.  "


El hombre entre los arrayanes

7  En el segundo año del reinado de Darío, en el día veinticuatro del mes de *sebat, que es el mes undécimo, la palabra del Señor vino al profeta Zacarías, hijo de Berequías y nieto de Idó: 8  Una noche tuve una visión, en la que vi a un hombre montado en un caballo alazán. Ese hombre se detuvo entre los arrayanes que había en una hondonada. Detrás de él había jinetes en caballos alazanes, bayos y blancos. 9  Yo le pregunté: "¿Qué significan estos jinetes, mi señor?" El ángel que hablaba conmigo me respondió: "Voy a explicarte lo que significan." 10  Y el hombre que estaba entre los arrayanes me dijo: "El Señor ha enviado estos jinetes a recorrer toda la tierra."
11  Los jinetes informaron al ángel del Señor, que estaba entre los arrayanes: "Hemos recorrido toda la tierra. Por cierto, la encontramos tranquila y en paz." 12  Ante esto, el ángel del Señor replicó: "Señor Todopoderoso, ¿hasta cuándo te negarás a compadecerte de Jerusalén y de las ciudades de Judá, con las que has estado enojado estos setenta años?"
13  El Señor le respondió con palabras buenas y consoladoras al ángel que hablaba conmigo, 14  y luego el ángel me dijo: "Proclama este mensaje de parte del Señor Todopoderoso:

"Mi amor por *Sión y por Jerusalén
me hace sentir celos por ellas.
15  En cambio, estoy lleno de ira
con las naciones engreídas.
Mi enojo no era tan grave,
pero ellas lo agravaron más.

16  "Por lo tanto, así dice el Señor:
Volveré a compadecerme de Jerusalén.
Allí se reconstruirá mi templo,
y se extenderá el cordel de medir,
afirma el Señor Todopoderoso.

17  "Proclama además lo siguiente de parte del Señor Todopoderoso:

"Otra vez mis ciudades rebosarán de bienes,
otra vez el Señor consolará a Sión,
otra vez escogerá a Jerusalén. "

18  Alcé la vista, ¡y vi ante mí cuatro cuernos! 19  Le pregunté entonces al ángel que hablaba conmigo: "¿Qué significan estos cuernos?" Y el ángel me respondió: "Estos cuernos son los poderes que dispersaron a Judá, a Israel y a Jerusalén."
20  Luego el Señor me mostró cuatro herreros. 21  Le pregunté: "¿Y éstos qué han venido a hacer?" Y el Señor me respondió: "Los cuernos son los poderes que dispersaron a Judá, a tal punto que nadie pudo volver a levantar la cabeza. Los herreros han venido para aterrorizarlos, y para deshacer el poder de las naciones que levantaron su cuerno contra la tierra de Judá y dispersaron a sus habitantes."

Zacarías 2


El hombre con el cordel de medir

1  Alcé la vista, ¡y vi ante mí un hombre que tenía en la mano un cordel de medir! 2  Le pregunté: "¿A dónde vas?" Y él me respondió: "Voy a medir a Jerusalén. Quiero ver cuánto mide de ancho y cuánto de largo."
3  Ya salía el ángel que hablaba conmigo cuando otro ángel vino a su encuentro 4  y le dijo: "Corre a decirle a ese joven:

"Tanta gente habrá en Jerusalén,
y tanto ganado,
que Jerusalén llegará a ser
una ciudad sin muros.
5  En torno suyo afirma el Señor
seré un muro de fuego,
y dentro de ella
seré su gloria.

6  "¡Salgan, salgan!
¡Huyan del país del norte!
afirma el Señor.

"¡Fui yo quien los dispersó a ustedes
por los cuatro vientos del cielo!
afirma el Señor.

7  "Sión, tú que habitas en Babilonia, ¡sal de allí; escápate!" 8  Porque así dice el Señor *Todopoderoso, cuya gloria me envió contra las naciones que los saquearon a ustedes:

"La nación que toca a mi pueblo,
me toca la niña de los ojos.
9  Yo agitaré mi mano contra esa nación,
y sus propios esclavos la saquearán.

"Así sabrán que me ha enviado el Señor Todopoderoso.

10  "¡Grita de alegría, hija de *Sión!
¡Yo vengo a habitar en medio de ti!
afirma el Señor.

11  "En aquel día,
muchas naciones se unirán al Señor.
Ellas serán mi pueblo,
y yo habitaré entre ellas.

"Así sabrán que el Señor Todopoderoso es quien me ha enviado a ustedes. 12  El Señor tomará posesión de Judá, su porción en tierra *santa, y de nuevo escogerá a Jerusalén. 13  ¡Que todo el mundo guarde silencio ante el Señor, que ya avanza desde su santa morada!"

Zacarías 3


Ropas limpias para el sumo sacerdote

1  Entonces me mostró a Josué, el sumo sacerdote, que estaba de pie ante el ángel del Señor, y a *Satanás, que estaba a su mano derecha como parte acusadora. 2  El ángel del Señor le dijo a Satanás:

"¡Que te reprenda el Señor,
que ha escogido a Jerusalén!
¡Que el Señor te reprenda, Satanás!
¿Acaso no es este hombre
un tizón rescatado del fuego?"

3  Josué estaba vestido con ropas sucias en presencia del ángel. 4  Así que el ángel les dijo a los que estaban allí, dispuestos a servirle: "¡Quítenle las ropas sucias!" Y a Josué le dijo: "Como puedes ver, ya te he liberado de tu culpa, y ahora voy a vestirte con ropas espléndidas."
5  Entonces dije yo: "¡Pónganle también un turbante limpio en la cabeza!" Y le pusieron en la cabeza un turbante limpio, y lo vistieron, mientras el ángel del Señor permanecía de pie. 6  Luego el ángel del Señor le hizo esta advertencia a Josué: 7  "Así dice el Señor *Todopoderoso:

"Si andas en mis *caminos
y me cumples como sacerdote,
entonces gobernarás mi templo
y te harás cargo de mis atrios.
¡Yo te concederé un lugar
entre estos que están aquí!

8  " Escucha, Josué, sumo sacerdote,
y que lo oigan tus compañeros,
que se sientan en tu presencia
y que son un buen presagio:
Estoy por traer a mi siervo,
estoy por traer al Renuevo.
9  ¡Mira, Josué, la piedra
que ante ti he puesto!
Hay en ella siete ojos,[1]
y en ella pondré una inscripción.
¡En un solo día borraré
el pecado de esta tierra!
afirma el Señor Todopoderoso.

10  " En aquel día, cada uno de ustedes invitará a su vecino a sentarse debajo de su vid y de su higuera, afirma el Señor Todopoderoso. "

                         NOTAS:

1. 3:9 ojos. Alt. caras.

Zacarías 4


El candelabro de oro y los dos olivos

1  Entonces el ángel que hablaba conmigo volvió y me despertó, como a quien se despierta de su sueño. 2  Y me preguntó: "¿Qué es lo que ves?" Yo le respondí: "Veo un candelabro de oro macizo, con un recipiente en la parte superior. Encima del candelabro hay siete lámparas, con siete tubos para las mismas. 3  Hay también junto a él dos olivos, uno a la derecha del recipiente, y el otro a la izquierda."
4  Le pregunté entonces al ángel que hablaba conmigo: "¿Qué significa todo esto, mi señor?" 5  Y el ángel me respondió: "¿Acaso no sabes lo que significa?"
Tuve que admitir que no lo sabía. 6  Así que el ángel me dijo: "Ésta es la palabra del Señor para Zorobabel:

" No será por la fuerza
ni por ningún poder,
sino por mi Espíritu
dice el Señor *Todopoderoso.
7  ¿Quién te crees tú, gigantesca montaña?
¡Ante Zorobabel sólo eres una llanura!


Y él sacará la piedra principal
entre gritos de alabanza a su belleza. "

8  Entonces vino a mí la palabra del Señor:

9  "Zorobabel ha puesto los cimientos de este templo,
y él mismo terminará de construirlo.
¡Así sabrán que me ha enviado a ustedes
el Señor Todopoderoso!
10  Cuando vean la plomada
en las manos de Zorobabel,
se alegrarán los que menospreciaron
los días de los modestos comienzos.
¡Éstos son los siete ojos del Señor,
que recorren toda la tierra!"

11  Entonces le pregunté al ángel: "¿Qué significan estos dos olivos a la derecha y a la izquierda del candelabro?" 12  Y también le pregunté: "¿Qué significan estas dos ramas de olivo junto a los dos tubos de oro, por los que fluye el aceite dorado?"
13  El ángel me respondió: "¿Acaso no sabes lo que significan?" Y yo tuve que admitir que no lo sabía. 14  Así que el ángel me explicó: "Éstos son los dos *ungidos que están al servicio del Señor de toda la tierra."

Zacarías 5


El rollo que volaba

1  Alcé otra vez la vista, ¡y vi ante mí un rollo que volaba! 2  El ángel me preguntó: "¿Qué es lo que ves?" Y yo respondí: "Veo un rollo que vuela, de diez metros de largo por cinco de ancho."[1]
3  Entonces el ángel me dijo: "Ésta es la maldición que caerá sobre todo el país. Según lo escrito en el rollo, alcanzará tanto al ladrón como al perjuro. 4  Así que he desencadenado esta maldición para que entre en la casa del ladrón y en la del que jura en falso por mi nombre. Se alojará dentro de su casa y la destruirá, junto con sus vigas y sus piedras, afirma el Señor *Todopoderoso."


La mujer en un recipiente

5  Entonces el ángel que hablaba conmigo salió y me dijo: "Alza la vista y fíjate en esto que ha aparecido."
6  "¿Y qué es?", le pregunté. Y él me contestó: "Es una medida de veintidós litros.[2] Es la maldad de la gente de todo el país."
7  Se levantó entonces la tapa de plomo, ¡y dentro de esa medida había una mujer sentada! 8  El ángel dijo: "Ésta es la maldad", e inmediatamente arrojó a la mujer dentro de la medida, la cual cubrió luego con la tapa de plomo.
9  Alcé la vista, ¡y vi ante mí dos mujeres que salían batiendo sus alas al viento! Tenían alas como de cigüeña, y elevaban la medida por los aires.
10  Yo le pregunté al ángel que hablaba conmigo: "¿A dónde se llevan la medida?" 11  Y él me respondió: "Se la llevan al país de Babilonia, para construirle un templo. Cuando el templo esté listo, colocarán la medida allí, sobre un pedestal."

                         NOTAS:

1. 5:2 diez metros de largo por cinco de ancho. Lit. veinte *codos de largo y diez codos de ancho.
2. 5:6 una medida de veintidós litros. Lit. un *efa; también en vv. 7,9,10.

Zacarías 6


Los cuatro carros

1  Alcé de nuevo la vista, ¡y vi ante mí cuatro carros de guerra que salían de entre dos montañas, las cuales eran de bronce! 2  El primer carro era tirado por caballos alazanes, el segundo por caballos negros, 3  el tercero por caballos blancos, y el cuarto por caballos pintos. Todos ellos eran caballos briosos. 4  Le pregunté al ángel que hablaba conmigo: "¿Qué significan estos carros, mi señor?"
5  El ángel me respondió: "Éstos son los cuatro espíritus[1] del cielo, que salen después de haberse presentado ante el Señor de toda la tierra. 6  El carro de los caballos negros va hacia el país del norte; el de los caballos blancos, hacia el occidente;[2] y el de los caballos pintos, hacia el país del sur."
7  Esos briosos caballos estaban impacientes por recorrer toda la tierra. Y el ángel les dijo: "¡Vayan, recorran la tierra de uno a otro extremo!" Y así lo hicieron.
8  Entonces el ángel me llamó y me dijo: "Mira, los que van hacia el país del norte van a calmar mi enojo en ese país."


La corona para Josué

9  La palabra del Señor vino a mí, y me dijo: 10  "Ve hoy mismo a la casa de Josías hijo de Sofonías, que es adonde han llegado de Babilonia los exiliados Jelday, Tobías y Jedaías. Recíbeles 11  la plata y el oro que traen consigo, y con ese oro y esa plata haz una corona, la cual pondrás en la cabeza del sumo sacerdote Josué hijo de Josadac. 12  Y le dirás a Josué de parte del Señor *Todopoderoso:

"Éste es aquel cuyo *nombre es Renuevo,
pues echará renuevos de sus raíces
y reconstruirá el templo del Señor.
13  Él reconstruirá el templo del Señor,
se revestirá de majestad
y se sentará a gobernar en su trono.
También un sacerdote se sentará en su propio trono,
y entre ambos habrá armonía.

14  "La corona permanecerá en el templo del Señor como un recordatorio para Jelday,[3] Tobías, Jedaías y Hen[4] hijo de Sofonías. 15  Si ustedes se esmeran en obedecer al Señor su Dios, los que están lejos vendrán para ayudar en la reconstrucción del templo del Señor. Así sabrán que el Señor Todopoderoso me ha enviado a ustedes."

                         NOTAS:

1. 6:5 espíritus. Alt. vientos.
2. 6:6 hacia el occidente (lectura probable); tras ellos (TM).
3. 6:14 Jelday (Siríaca; véase v. 10); Hélem (TM).
4. 6:14 Hen. Alt. el piadoso, el.

Zacarías 7


Justicia y misericordia en lugar de ayuno

1  En el cuarto año del reinado del rey Darío, en el día cuatro del mes noveno, que es el mes de *quisleu, la palabra del Señor vino a Zacarías. 2  El pueblo de Betel había enviado a Sarézer y a Reguen Mélec, y a sus hombres, a buscar el favor del Señor 3  y a preguntarles a los sacerdotes de la casa del Señor *Todopoderoso y a los profetas: "¿Debemos observar en el quinto mes un día de duelo y abstinencia, tal como lo hemos hecho todos estos años?"
4  Vino entonces a mí esta palabra de parte del Señor Todopoderoso:

5  "Dile a todo el pueblo de la tierra,
y también a los sacerdotes:
Cuando ustedes ayunaban y se lamentaban
en los meses quinto y séptimo
de los últimos setenta años,
¿realmente ayunaban por mí?
6  Y cuando ustedes comen y beben,
¿acaso no lo hacen para sí mismos? "

7  ¿No son éstas las palabras
que por medio de los antiguos profetas
el Señor mismo proclamó
cuando Jerusalén y las ciudades cercanas
estaban habitadas y tenían paz,
cuando el Néguev y las llanuras del oeste
también estaban habitadas?

8  La palabra del Señor vino de nuevo a Zacarías. Le advirtió:

9  "Así dice el Señor Todopoderoso:

"Juzguen con verdadera justicia;
muestren amor y compasión
los unos por los otros.
10  No opriman a las viudas ni a los huérfanos,
ni a los extranjeros ni a los pobres.


No maquinen el mal en su *corazón
los unos contra los otros.

11  "Pero ellos se negaron a hacer caso. Desafiantes volvieron la espalda, y se taparon los oídos. 12  Para no oír las instrucciones ni las palabras que por medio de los antiguos profetas el Señor Todopoderoso había enviado con su Espíritu, endurecieron su corazón como el diamante. Por lo tanto, el Señor Todopoderoso se llenó de ira. 13  Como no me escucharon cuando los llamé, tampoco yo los escucharé cuando ellos me llamen dice el Señor Todopoderoso. 14  Como con un torbellino, los dispersé entre todas las naciones que no conocían. La tierra que dejaron quedó tan desolada que nadie siquiera pasaba por ella. Fue así como convirtieron en desolación la tierra que antes era una delicia. "

Zacarías 8


El Señor promete bendecir a Jerusalén

1  Otra vez vino a mí la palabra del Señor *Todopoderoso. Me hizo saber lo siguiente:

2  "Así dice el Señor Todopoderoso:

"Siento grandes celos por *Sión.


Son tantos mis celos por ella
que me llenan de furia.

3  "Así dice el Señor:

"Regresaré a Sión,
y habitaré en Jerusalén.


Y Jerusalén será conocida
como la Ciudad de la Verdad,
y el monte del Señor Todopoderoso
como el Monte de la *Santidad.

4  "Así dice el Señor Todopoderoso:

"Los ancianos y las ancianas volverán a sentarse
en las calles de Jerusalén,
cada uno con su bastón en la mano
debido a su avanzada edad.
5  Los niños y las niñas volverán a jugar
en las calles de la ciudad.

6  "Así dice el Señor Todopoderoso:

"Al remanente de este pueblo
podrá parecerle imposible en aquellos días,
¿pero también a mí me parecerá imposible?,
afirma el Señor Todopoderoso.

7  "Así dice el Señor Todopoderoso:

"Salvaré a mi pueblo
de los países de oriente y de occidente.
8  Los haré volver
para que vivan en Jerusalén;
ellos serán mi pueblo
y yo seré su Dios,
en la verdad y en la justicia.

9  "Así dice el Señor Todopoderoso:

"¡Cobren ánimo, ustedes,
los que en estos días han escuchado
las palabras de los profetas,
mientras se echan los cimientos
para la reconstrucción del templo
del Señor Todopoderoso!
10  Porque antes de estos días
ni los hombres recibían su jornal
ni los animales su alimento.


Por culpa del enemigo
tampoco los viajeros tenían seguridad,
pues yo puse a la *humanidad entera
en contra de sus semejantes.
11  Pero ya no trataré al remanente de este pueblo
como lo hice en el pasado
afirma el Señor Todopoderoso.
12  Habrá *paz cuando se siembre,
y las vides darán su fruto;
la tierra producirá sus cosechas
y el cielo enviará su rocío.


Todo esto se lo daré como herencia
al remanente de este pueblo.
13  Judá e Israel,
¡no teman, sino cobren ánimo!


Ustedes han sido entre las naciones
objeto de maldición,
pero yo los salvaré,
y serán una bendición.

14  "Así dice el Señor Todopoderoso:

"Cuando sus antepasados me hicieron enojar,
yo decidí destruirlos sin ninguna compasión
afirma el Señor Todopoderoso.
15  Pero ahora he decidido
hacerles bien a Jerusalén y a Judá.
¡Así que no tengan miedo!

16  " Lo que ustedes deben hacer
es decirse la verdad,
y juzgar en sus tribunales
con la verdad y la justicia.
¡Eso trae la paz!
17  No maquinen el mal contra su prójimo,
ni sean dados al falso testimonio,
porque yo aborrezco todo eso,
afirma el Señor. "

18  Vino a mí la palabra del Señor Todopoderoso, y me declaró:

19  "Así dice el Señor Todopoderoso:

"Para Judá, los ayunos de los meses
cuarto, quinto, séptimo y décimo,
serán motivo de gozo y de alegría,
y de animadas festividades.
Amen, pues, la verdad y la paz.

20  "Así dice el Señor Todopoderoso:

"Todavía vendrán pueblos
y habitantes de muchas ciudades,
21  que irán de una ciudad a otra
diciendo a los que allí vivan:
'¡Vayamos al Señor para buscar su bendición!
¡Busquemos al Señor Todopoderoso!
¡Yo también voy a buscarlo!
22  Y muchos pueblos y potentes naciones
vendrán a Jerusalén
en busca del Señor Todopoderoso
y de su bendición.

23  "Así dice el Señor Todopoderoso: En aquellos días habrá mucha gente, de todo idioma y de toda nación, que tomará a un judío por el borde de su capa y le dirá: ¡Déjanos acompañarte! ¡Hemos sabido que Dios está con ustedes! "

Zacarías 9


Juicio contra los enemigos de Israel

1  Esta profecía es la palabra del Señor, la cual caerá sobre la tierra de Jadrac y sobre Damasco. Ciertamente el Señor tiene puestos los ojos sobre la humanidad y sobre todas las tribus de Israel, 2[1]  como también sobre Jamat, su vecina, y sobre Tiro y Sidón, aunque sean muy sabias.

3  Tiro se ha edificado una fortaleza;
ha amontonado plata como polvo,
y oro como lodo de las calles.
4  Pero el Señor le quitará sus posesiones;
arrojará al mar sus riquezas,
y el fuego la devorará.
5  Lo verá Ascalón, y se llenará de miedo;
Gaza se retorcerá en agonía,
y lo mismo hará Ecrón
al ver marchita su esperanza.
Gaza se quedará sin rey,
y Ascalón sin habitantes.
6  Bastardos habitarán en Asdod,
y yo aniquilaré el orgullo de los filisteos.
7  De la boca les quitaré la sangre,
y de entre los dientes el alimento prohibido.


También los filisteos serán

8-9un remanente de nuestro Dios;
se convertirán en jefes de Judá,
y Ecrón será como los jebuseos.
 Montaré guardia junto a mi casa
para que nadie entre ni salga.
¡Nunca más un opresor invadirá a mi pueblo,
porque ahora me mantengo vigilante!


El rey de Sión
 ¡Alégrate mucho, hija de *Sión!
¡Grita de alegría, hija de Jerusalén!
Mira, tu rey viene hacia ti,
justo, salvador y humilde.
Viene montado en un asno,
en un pollino, cría de asna.
10[2]  Destruirá los carros de Efraín
y los caballos de Jerusalén.


Quebrará el arco de combate

11y proclamará *paz a las naciones.
Su dominio se extenderá de mar a mar,
¡desde el río Éufrates
hasta los confines de la tierra!


Restauración de Israel
 En cuanto a ti,
por la sangre de mi *pacto contigo
libraré de la cisterna seca a tus cautivos.
12  Vuelvan a su fortaleza,
cautivos de la esperanza,
pues hoy mismo les hago saber
que les devolveré el doble.
13  Tensaré a Judá como mi arco,
y pondré a Efraín como mi flecha.
Incitaré a tus hijos, a los hijos de Sión,
contra tus hijos, los hijos de Grecia,
y te usaré como espada de guerrero.

14  El Señor se aparecerá sobre ellos,
y como un relámpago saldrá su flecha.
¡El Señor omnipotente tocará la trompeta
y marchará sobre las tempestades del sur!
15  El Señor Todopoderoso los protegerá,
y ellos destruirán por completo
los proyectiles de la honda.
Beberán y reirán como embriagados de vino;
se llenarán como un tazón de libaciones,
como los cuernos del altar.
16  En aquel día el Señor su Dios
salvará a su pueblo como a un rebaño,
y en la tierra del Señor
brillarán como las joyas de una corona.
17  ¡Qué bueno y hermoso será todo ello!
El trigo dará nuevos bríos a los jóvenes,
y el mosto alegrará a las muchachas.

                         NOTAS:

1. 9:1 Damasco ... Israel. Alt. Damasco. Porque la humanidad y todas las tribus de Israel tienen los ojos puestos en el Señor.
2. 11:8-9 me cansé ... les dije. Alt. me cansé de los pastores, y ellos se hastiaron de mí. 9 Así que les dije a las ovejas.

Zacarías 10


El Señor cuidará de Judá

1  ¡Pídanle al Señor que llueva en primavera!
¡Él es quien hace los nubarrones
y envía los aguaceros!
¡Él es quien da a todo *hombre
la hierba del campo!
2  Los ídolos hablan con engaño,
los adivinos tienen sueños falsos;
hablan de visiones engañosas
y consuelan con fantasías.
¡Y el pueblo vaga como rebaño agobiado
porque carece de *pastor!

3  Se enciende mi ira contra los pastores;
castigaré a esos machos cabríos.


Ciertamente el Señor *Todopoderoso

4cuida de Judá, que es su rebaño,
¡y lo convertirá en su corcel de honor
el día de la batalla!
 De Judá saldrán
la piedra angular y la estaca de la carpa,
el arco de guerra y todo gobernante.
5  Juntos serán como héroes
que combaten sobre el lodo de las calles,
que luchan contra jinetes y los derriban
porque el Señor está con ellos.

6  "Yo fortaleceré a la tribu de Judá
y salvaré a los descendientes de José.


Me he compadecido de ellos
y los haré volver.
Será como si nunca los hubiera rechazado,
porque yo soy el Señor su Dios,
y les responderé.
7  Efraín se volverá como un guerrero,
y su *corazón se alegrará
como si tomara vino.
Sus hijos lo verán y se pondrán felices;
su corazón se alegrará en el Señor.
8  Yo los llamaré y los recogeré.
Cuando los haya redimido,
serán tan numerosos como antes.
9  Aunque los dispersé entre los pueblos,
en tierras remotas se acordarán de mí.
Aunque vivieron allí con sus hijos,
regresarán a su tierra.
10  Los traeré de Egipto,
los recogeré de Asiria,
los llevaré a Galaad y al Líbano,
y hasta espacio les faltará.
11  Cruzarán el mar de la angustia,
pero yo heriré sus olas,
y las profundidades del Nilo se secarán.
Abatiré el orgullo de Asiria,
y pondré fin al dominio de Egipto.
12  Yo mismo los fortaleceré,
y ellos caminarán en mi nombre",
afirma el Señor.

Zacarías 11

1  ¡Abre tus puertas, monte Líbano,
para que el fuego devore tus cedros!
2  ¡Gime tú, ciprés, porque los cedros se han caído
y los majestuosos árboles se han derrumbado!
¡Giman, robles de Basán!
¡Los tupidos bosques han sido derribados!
3  Escuchen el gemido de los pastores;
¡sus ricos pastizales han sido destruidos!
Escuchen el rugido de los leones;
¡la espesura del Jordán ha quedado devastada!



Los dos pastores
4  Así dice el Señor mi Dios: "Cuida de las ovejas destinadas al matadero. 5  Quienes las compran las matan impunemente, y quienes las venden dicen: ¡Bendito sea el Señor, porque me he enriquecido! Ni sus propios pastores se compadecen de ellas. 6  Pero ya no tendré piedad de los que habitan este país afirma el Señor, sino que los entregaré en manos de su prójimo y de su rey. Aunque devasten el país, no los rescataré de sus manos."
7  Así que me dediqué a cuidar las ovejas que los mercaderes habían destinado al matadero. Tomé dos varas de *pastor: a una le puse por nombre Gracia, y a la otra Unión, y me dediqué a cuidar del rebaño. 8  En un solo mes me deshice de tres pastores.
Pero me cansé de las ovejas, y ellas se cansaron de mí. 9  Así que les dije:[1] "Ya no voy a ser su pastor. Las que se vayan a morir, que se mueran; las que deban perecer, que perezcan; y las que queden con vida, que se devoren unas a otras."
10  Tomé entonces la vara a la que había llamado Gracia, y la quebré. De ese modo anulé el pacto que había hecho con todas las naciones. 11  Ese mismo día quedó anulado, y los mercaderes de ovejas que me observaban supieron que se trataba de la palabra del Señor.
12  Les dije: "Si les parece bien, páguenme mi jornal; de lo contrario, quédense con él." Y me pagaron sólo treinta monedas de plata. 13[2]  ¡Valiente precio el que me pusieron!
Entonces el Señor me dijo: "Entrégaselas al fundidor." Así que tomé las treinta monedas de plata y se las di al fundidor del templo del Señor.
14  Quebré luego la segunda vara, a la que había llamado Unión, y anulé el vínculo fraternal entre Judá e Israel. 15  El Señor me dijo entonces: "Vístete ahora como uno de esos pastores insensatos, 16  porque voy a poner sobre el país a un pastor que no se preocupará por las ovejas moribundas, ni buscará a las ovejas pequeñas, ni curará a las ovejas heridas ni dará de comer a las ovejas sanas, sino que devorará a las más gordas y les arrancará las pezuñas."

17  ¡Ay del pastor inútil
que abandona su rebaño!
¡Que la espada le hiera el brazo,
y el puñal le saque el ojo derecho!
¡Que del brazo quede tullido,
y del ojo derecho, ciego!


                         NOTAS:

1.
2. 11:12 treinta monedas de plata. Lit. treinta ((*siclos)) de plata.

Zacarías 12


Destrucción de los enemigos de Jerusalén

1  Esta profecía es la palabra del Señor con respecto a Israel.

Afirma el Señor, que extendió los cielos,
que echó los cimientos de la tierra,
y que puso en el *hombre aliento de vida:

2  "Convertiré a Jerusalén en una copa que embriagará a todos los pueblos vecinos. Judá será sitiada, lo mismo que Jerusalén, 3  y todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella.
"En aquel día convertiré a Jerusalén en una roca inconmovible para todos los pueblos. Los que intenten moverla quedarán despedazados.
4  "En aquel día espantaré a todos los caballos y enloqueceré a sus jinetes afirma el Señor. Me mantendré vigilante sobre Judá, pero dejaré ciegos a los caballos de todas las naciones. 5  Entonces los jefes de Judá proclamarán: La fortaleza de los habitantes de Jerusalén es su Dios, el Señor *Todopoderoso.
6  "En aquel día convertiré a los jefes de Judá en un brasero ardiente dentro de un bosque, en una antorcha encendida entre las gavillas. A diestra y a siniestra devorarán a todos los pueblos vecinos, pero Jerusalén misma volverá a ser habitada. 7  El Señor salvará primero las viviendas de Judá, para que no sea mayor la gloria de la casa real de David, y la de los habitantes de Jerusalén, que la de Judá.
8  "En aquel día yo, el Señor, protegeré a los habitantes de Jerusalén. El más débil entre ellos será como David, y la casa real de David será como Dios mismo, como el ángel del Señor que marcha al frente de ellos.


Lamento por el que fue traspasado

9  "En aquel día me dispondré a destruir a todas las naciones que ataquen a Jerusalén. 10  Sobre la casa real de David y los habitantes de Jerusalén derramaré un espíritu[1] de gracia y de súplica, y entonces pondrán sus ojos en mí. Harán lamentación por el que traspasaron, como quien hace lamentación por su hijo único; llorarán amargamente, como quien llora por su primogénito.
11  "En aquel día habrá una gran lamentación en Jerusalén, como la de Hadad Rimón en la llanura de Meguido. 12  Todo el país hará duelo, familia por familia:

"la parentela de David
y sus esposas,
la parentela de Natán
y sus esposas,
13  la parentela de Leví
y sus esposas,
la parentela de Simí
y sus esposas,
14  y todas las demás familias
y sus esposas.


                         NOTAS:

1. 12:10 un espíritu. Alt. el Espíritu.

Zacarías 13


Limpieza del pecado

1  "En aquel día se abrirá una fuente para lavar del pecado y de la *impureza a la casa real de David y a los habitantes de Jerusalén.
2  "En aquel día arrancaré del país los *nombres de los ídolos, y nunca más volverán a ser invocados afirma el Señor *Todopoderoso. También eliminaré del país a los profetas y la impureza que los inspira. 3  Y si hubiera todavía alguno que quisiera profetizar, sus propios padres le dirán: Has mentido en el nombre del Señor. Por tanto, debes morir. Y por meterse a profeta, sus propios padres lo apuñalarán.
4  "En aquel día los profetas se avergonzarán de sus visiones proféticas. Ya no engañarán a nadie vistiéndose con mantos de piel, 5  sino que cada cual dirá: Yo no soy profeta sino agricultor. Desde mi juventud, la tierra ha sido mi ocupación. 6[1]  Y si alguien le pregunta: ¿Por qué tienes esas heridas en las manos?, él responderá: Son las heridas que me hicieron en casa de mis amigos.
El pastor herido, las ovejas dispersas

7  "¡Despierta, espada, contra mi *pastor,
contra el hombre en quien confío!
afirma el Señor Todopoderoso.


Hiere al pastor
para que se dispersen las ovejas
y vuelva yo mi mano contra los corderitos.
8  Las dos terceras partes del país
serán abatidas y perecerán;
sólo una tercera parte quedará con vida
afirma el Señor.
9  Pero a esa parte restante la pasaré por el fuego;
la refinaré como se refina la plata,
la probaré como se prueba el oro.


Entonces ellos me invocarán
y yo les responderé.
Yo diré: Ellos son mi pueblo,
y ellos dirán: El Señor es nuestro Dios.


                         NOTAS:

1. 13:5 Desde ... ocupación. Alt. Un hombre me vendió en mi juventud.

Zacarías 14


El reinado venidero del Señor

1  "¡Jerusalén! Viene un día para el Señor cuando tus despojos serán repartidos en tus propias calles. 2  Movilizaré a todas las naciones para que peleen contra ti. Te conquistarán, saquearán tus casas y violarán a tus mujeres. La mitad de tus habitantes irá al exilio, pero el resto del pueblo se quedará contigo. 3  Entonces saldrá el Señor y peleará contra aquellas naciones, como cuando pelea en el día de la batalla.
4  "En aquel día pondrá el Señor sus pies en el monte de los Olivos, que se encuentra al este de Jerusalén, y el monte de los Olivos se partirá en dos de este a oeste, y formará un gran valle, con una mitad del monte desplazándose al norte y la otra mitad al sur. 5  Ustedes huirán por el valle de mi monte, porque se extenderá hasta Asal. Huirán como huyeron del terremoto en los días de Uzías, rey de Judá. Entonces vendrá el Señor mi Dios, acompañado de todos sus fieles.
6  "En aquel día no habrá luz, ni hará frío. 7  Será un día excepcional, que sólo el Señor conoce: no tendrá día ni noche, pues cuando llegue la noche, seguirá alumbrando la luz.
8  "En aquel día fluirá agua viva desde Jerusalén, tanto en verano como en invierno. Y una mitad correrá hacia el Mar Muerto, y la otra hacia el mar Mediterráneo. 9  El Señor reinará sobre toda la tierra. En aquel día el Señor será el único Dios, y su *nombre será el único nombre.
10  "Desde Gueba hasta Rimón, al sur de Jerusalén, todo el país se volverá un desierto.[1] Pero Jerusalén se levantará y permanecerá en su lugar, desde la puerta de Benjamín hasta el sitio de la puerta Primera, hasta la puerta del Ángulo, y desde la torre de Jananel hasta los lagares del rey. 11  Jerusalén volverá a ser habitada, tendrá tranquilidad, y nunca más será *destruida.
12  "Ésta es la plaga con la que el Señor herirá a todos los pueblos que pelearon contra Jerusalén: Se les pudrirá la carne en vida, se les pudrirán los ojos en las cuencas, y se les pudrirá la lengua en la boca. 13  En aquel día el Señor los llenará de pánico. Cada uno levantará la mano contra el otro, y se atacarán entre sí. 14  También Judá peleará en Jerusalén, y se recogerán las riquezas de todas las naciones vecinas, y grandes cantidades de oro y plata y de ropa. 15  Una plaga semejante herirá también a caballos y mulos, camellos y asnos, y a todo animal que esté en aquellos campamentos.
16  "Entonces los sobrevivientes de todas las naciones que atacaron a Jerusalén subirán año tras año para adorar al Rey, al Señor *Todopoderoso, y para celebrar la fiesta de las *Enramadas. 17  Si alguno de los pueblos de la tierra no sube a Jerusalén para adorar al Rey, al Señor Todopoderoso, tampoco recibirá lluvia. 18  Y si el pueblo egipcio no sube ni participa, tampoco recibirá lluvia. El Señor enviará una plaga para castigar a las naciones que no suban a celebrar la fiesta de las Enramadas. 19  ¡Así será castigado Egipto, y todas las naciones que no suban a celebrar la fiesta de las Enramadas!
20  "En aquel día los cascabeles de los caballos llevarán esta inscripción: Consagrado al Señor. Las ollas de cocina del templo del Señor serán como los tazones sagrados que están frente al altar del sacrificio. 21  Toda olla de Jerusalén y de Judá será consagrada al Señor Todopoderoso, y todo el que vaya a sacrificar tomará algunas de esas ollas y cocinará en ellas. En aquel día no habrá más mercaderes[2] en el templo del Señor Todopoderoso."
                         NOTAS:

1. 14:10 un desierto. Lit. como el Arabá.
2. 14:21 mercaderes. Alt. cananeos.

Malaquías 1


Malaquías

1  Esta profecía es la palabra del Señor dirigida a Israel por medio de Malaquías.[1]


El amor de Dios por su pueblo

2  "Yo los he amado", dice el Señor.
" ¿Y cómo nos has amado?, replican ustedes.
"¿No era Esaú hermano de Jacob? Sin embargo, amé a Jacob 3  pero aborrecí a Esaú, y convertí sus montañas en desolación y entregué su heredad a los chacales del desierto."
4  Edom dice: "Aunque nos han hecho pedazos, reconstruiremos sobre las ruinas." Pero el Señor Todopoderoso dice: "Ustedes podrán reconstruir, pero yo derribaré. Serán llamados territorio malvado, pueblo contra el cual siempre estará indignado el Señor. 5  Ustedes lo verán con sus propios ojos y dirán: ¡Se ha engrandecido el Señor aun más allá de las fronteras[2] de Israel!


El culto al Señor

6  "El hijo honra a su padre y el siervo a su señor. Ahora bien, si soy padre, ¿dónde está el honor que merezco? Y si soy señor, ¿dónde está el respeto que se me debe? Yo, el Señor *Todopoderoso, les pregunto a ustedes, sacerdotes que desprecian mi *nombre.
"Y encima preguntan: ¿En qué hemos despreciado tu nombre?
7  "Pues en que ustedes traen a mi altar alimento mancillado.
"Y todavía preguntan: ¿En qué te hemos mancillado?
"Pues en que tienen la mesa del Señor como algo despreciable. 8  Ustedes traen animales ciegos para el sacrificio, y piensan que no tiene nada de malo; sacrifican animales cojos o enfermos, y piensan que no tiene nada de malo. ¿Por qué no tratan de ofrecérselos a su gobernante? ¿Creen que estaría él contento con ustedes? ¿Se ganarían su favor? dice el Señor Todopoderoso.
9  "Ahora pues, traten de apaciguar a Dios para que se apiade de nosotros. ¿Creen que con esta clase de ofrendas se van a ganar su favor? dice el Señor Todopoderoso. 10  ¡Cómo quisiera que alguno de ustedes clausurara el templo, para que no encendieran en vano el fuego de mi altar! No estoy nada contento con ustedes dice el Señor Todopoderoso, y no voy a aceptar ni una sola ofrenda de sus manos. 11  Porque desde donde nace el sol hasta donde se pone, grande es mi nombre entre las naciones. En todo lugar se ofrece incienso y ofrendas puras a mi nombre, porque grande es mi nombre entre las naciones dice el Señor Todopoderoso. 12  Pero ustedes lo profanan cuando dicen que la mesa del Señor está mancillada y que su alimento es despreciable. 13  Y exclaman: ¡Qué hastío! Y me tratan con desdén dice el Señor Todopoderoso. ¿Y creen que voy a aceptar de sus manos los animales lesionados, cojos o enfermos que ustedes me traen como sacrificio? dice el Señor.
14  "¡Maldito sea el tramposo que, teniendo un macho aceptable en su rebaño, se lo dedica al Señor y luego le ofrece un animal mutilado! Porque yo soy el gran rey dice el Señor Todopoderoso, y temido es mi nombre entre las naciones.

                         NOTAS:

1. 1:1 En hebreo, Malaquías significa mi mensajero.
2. 1:5 aun más allá de las fronteras. Alt. sobre el territorio.

Malaquías 2


Juicio contra los sacerdotes

1  "Ahora, pues, este mandato es para ustedes, los sacerdotes. 2  Si no me hacen caso ni se deciden a honrar mi *nombre dice el Señor *Todopoderoso, les enviaré una maldición, y maldeciré sus bendiciones. Ya las he maldecido, porque ustedes no se han decidido a honrarme.
3  "Por esto, voy a reprender a sus descendientes. Les arrojaré a la cara los desperdicios de los sacrificios de sus fiestas, y los barreré junto con ellos. 4  Entonces sabrán que les he dado este mandato, a fin de que continúe mi *pacto con Leví dice el Señor Todopoderoso. 5  Mi pacto con él era de vida y *paz, y se las di; era también de temor, y él me temió, y mostró ante mí profunda reverencia. 6  En su boca había instrucción fidedigna; en sus labios no se encontraba perversidad. En paz y rectitud caminó conmigo, y apartó del pecado a muchos.
7  "Los labios de un sacerdote atesoran sabiduría, y de su boca los hombres buscan instrucción, porque es mensajero del Señor Todopoderoso. 8  Pero ustedes se han desviado del *camino y mediante su instrucción han hecho tropezar a muchos; ustedes han arruinado el pacto con Leví dice el Señor Todopoderoso. 9  Por mi parte, yo he hecho que ustedes sean despreciables y viles ante todo el pueblo, porque no han guardado mis caminos sino que han mostrado parcialidad en cuestiones de la *ley."


Deslealtad de Judá

10  ¿No tenemos todos un solo Padre? ¿No nos creó un solo Dios? ¿Por qué, pues, profanamos el *pacto de nuestros antepasados al traicionarnos unos a otros?
11  Judá ha sido traicionero. En Israel y en Jerusalén se ha cometido algo detestable: al casarse Judá con la hija de un dios extraño, ha profanado el santuario[1] que el Señor ama. 12  En cuanto al hombre que haga eso, quienquiera que sea, que el Señor *Todopoderoso lo excluya de los campamentos de Jacob, aun cuando le lleve ofrendas.
13  Otra cosa que ustedes hacen es inundar de lágrimas el altar del Señor; lloran y se lamentan porque él ya no presta atención a sus ofrendas ni las acepta de sus manos con agrado.
14  Y todavía preguntan por qué.
Pues porque el Señor actúa como testigo entre ti y la esposa de tu juventud, a la que traicionaste aunque es tu compañera, la esposa de tu pacto. 15[2]  ¿Acaso no hizo el Señor un solo ser, que es cuerpo y espíritu? Y ¿por qué es uno solo? Porque busca descendencia dada por Dios.[3] Así que cuídense ustedes en su propio espíritu, y no traicionen a la esposa de su juventud. 16  "Yo aborrezco el divorcio dice el Señor, Dios de Israel, y al que cubre[4] de violencia sus vestiduras", dice el Señor Todopoderoso.
Así que cuídense en su espíritu, y no sean traicioneros.


Acusaciones contra Judá

17  Ustedes han cansado al Señor con sus palabras.
Y encima preguntan: "¿En qué lo hemos cansado?"
En que dicen: "Todo el que hace lo malo agrada al Señor, y él se complace con ellos"; y murmuran: "¿Dónde está el Dios de *justicia?"

                         NOTAS:

1. 2:11 el santuario. Alt. las cosas santas.
2. 2:14 pacto. Alt. vínculo matrimonial, o misma nacionalidad.
3. 2:15 ¿Acaso ... Dios. Texto de difícil traducción.
4. 2:16 Yo aborrezco el divorcio ... y al que cubre. Alt. El que odia y se divorcia ... cubre.

Malaquías 3

1  El Señor *Todopoderoso responde: "Yo estoy por enviar a mi mensajero para que prepare el camino delante de mí. De pronto vendrá a su templo el Señor a quien ustedes buscan; vendrá el mensajero del *pacto, en quien ustedes se complacen."
2  Pero ¿quién podrá soportar el día de su venida? ¿Quién podrá mantenerse en pie cuando él aparezca? Porque será como fuego de fundidor o lejía de lavandero. 3  Se sentará como fundidor y purificador de plata; *purificará a los levitas y los refinará como se refinan el oro y la plata. Entonces traerán al Señor ofrendas conforme a la justicia, 4  y las ofrendas de Judá y Jerusalén serán aceptables al Señor, como en tiempos antiguos, como en años pasados.
5  "De modo que me acercaré a ustedes para juicio. Estaré presto a testificar contra los hechiceros, los adúlteros y los perjuros, contra los que explotan a sus asalariados; contra los que oprimen a las viudas y a los huérfanos, y niegan el derecho del extranjero, sin mostrarme ningún temor dice el Señor Todopoderoso.


Fidelidad en las ofrendas

6  "Yo, el Señor, no cambio. Por eso ustedes, descendientes de Jacob, no han sido exterminados. 7  Desde la época de sus antepasados se han apartado de mis preceptos y no los han guardado. Vuélvanse a mí, y yo me volveré a ustedes dice el Señor Todopoderoso.
"Pero ustedes replican: ¿En qué sentido tenemos que volvernos?
8  "¿Acaso roba el hombre a Dios? ¡Ustedes me están robando!
"Y todavía preguntan: ¿En qué te robamos?
"En los diezmos y en las ofrendas. 9  Ustedes la nación entera están bajo gran maldición, pues es a mí a quien están robando.
10  "Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa. Pruébenme en esto dice el Señor Todopoderoso, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde. 11  Exterminaré a la langosta, para que no arruine sus cultivos y las vides en los campos no pierdan su fruto dice el Señor Todopoderoso. 12  Entonces todas las naciones los llamarán a ustedes *dichosos, porque ustedes tendrán una nación encantadora dice el Señor Todopoderoso.


Insolencia de Judá

13  "Ustedes profieren insolencias contra mí dice el Señor.
"Y encima preguntan: ¿Qué insolencias hemos dicho contra ti?
14  "Ustedes han dicho: Servir a Dios no vale la pena. ¿Qué ganamos con cumplir sus mandatos y vestirnos de luto delante del Señor Todopoderoso 15  si nos toca llamar dichosos a los soberbios, y los que hacen lo malo no sólo prosperan sino que incluso desafían a Dios y se salen con la suya? "
16  Los que temían al Señor hablaron entre sí, y él los escuchó y les prestó atención. Entonces se escribió en su presencia un libro de memorias de aquellos que temen al Señor y honran su nombre. 17  "El día que yo actúe ellos serán mi propiedad exclusiva dice el Señor Todopoderoso. Tendré compasión de ellos, como se compadece un hombre del hijo que le sirve. 18  Y ustedes volverán a distinguir entre los buenos y los malos, entre los que sirven a Dios y los que no le sirven.

Malaquías 4


El día del Señor

1  "Miren, ya viene el día, ardiente como un horno. Todos los soberbios y todos los malvados serán como paja, y aquel día les prenderá fuego hasta dejarlos sin raíz ni rama dice el Señor *Todopoderoso. 2  Pero para ustedes que temen mi *nombre, se levantará el sol de justicia trayendo en sus rayos[1] salud. Y ustedes saldrán saltando como becerros recién alimentados. 3  El día que yo actúe ustedes pisotearán a los malvados, y bajo sus pies quedarán hechos polvo dice el Señor Todopoderoso.
4  "Acuérdense de la *ley de mi siervo Moisés. Recuerden los preceptos y las leyes que le di en Horeb para todo Israel.
5  "Estoy por enviarles al profeta Elías antes que llegue el día del Señor, día grande y terrible.
                         NOTAS:

1. 4:2 rayos. Lit. alas.
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NVI (c) Copyright 1973, 1978, 1984 by International Bible Society.
Versión tomada del sitio: http://www.biblegateway.com/cgi-bin/bible?language=spanish&version=NVI&passage=all
Revisión ortográfica realizada con Microsoft Word 2000.
 
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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: Samir34 Enviado: 06/11/2023 11:04
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