Meditaciones desde Prasanthi Nilayam

EN BUSCA DE LO INFINITO

por el Prof. G. Venkataraman

Comenzando

Sai Ram y cálidos saludos. Comenzando con este tema, me gustaría llevarles a un interesante viaje en el que, juntos, BUSCAREMOS LO INFINITO. La búsqueda de “Lo Infinito” no es nada nuevo, y se ha estado llevando a cabo desde hace mucho, mucho tiempo. Sin embargo, lo vamos a hacer de manera diferente, comenzando por el Universo en que vivimos y examinando lo que la Física Moderna tiene que decir acerca de él. Desde allí, viajaremos aún más lejos, a las cosas de más allá, hasta el umbral mismo del Verdadero Infinito.

De Lo Visible a lo Invisible

Nuestra gira va a ser larga y, para que se hagan una idea de hacia dónde vamos, déjenme decirles que, aunque comenzamos por lo Visible, ¡más tarde nos adentraremos en el misterioso ámbito de lo Invisible! ¡De modo que estén preparados para un vertiginoso viaje! En este largo recorrido encontraremos muchas cosas que apenas entendemos, mas pueden estar seguros de una cosa; a dondequiera que vayamos, ¡no podremos dejar de ver la gloria y majestad de Dios! Por ende, incluso habiendo cosas que no entendamos bien, no dejemos que esto nos desanime. ¡En cambio, en cada oportunidad posible, simplemente embebámonos de la gloria de Dios y experimentemos Ananda!

¿Listos para partir? ¿Han ajustado sus cinturones de seguridad? OK, ¡despegamos en este instante!

Observando las Estrellas

Salgamos a cielo abierto y miremos hacia arriba. Es una noche clara, hermosa, sin nubes y el cielo está lleno de estrellas. Debiéramos sentirnos agradecidos por poder ver las estrellas.

En muchos lugares de la tierra, las gentes ya no pueden ver las estrellas. ¿Saben por que? Por dos razones: una que hay demasiada contaminación y dos, hay demasiada luz puesta por el hombre que oscurece la luz de las estrellas.

Es tan bello el cielo,¿no es así? ¡Y podemos verlo gratis, sin boletos o reservas anticipadas! Sin embargo, ¿cuántos de nosotros nos damos el tiempo para hacer esto? ¡Esa es la tragedia de los tiempos modernos! Todos hemos oído la ronda infantil que comienza, “Twinkle, twinkle little star, how I wonder what you are”! (titila, titila estrellita, ¡me maravilla lo que eres!) También nos encanta hacer que nuestros hijos la repitan para impresionar a nuestras visitas. ¿Mas, nos seguimos maravillando ante estas estrellas? ¡Démonos el tiempo para hacerlo! Miremos hacia lo profundo del cielo. ¿Saben lo que veríamos? ¡Les dire! Veríamos todo tipo de cosas, y aquí viene una breve descripción de la escala y tamaño de las cosas que podríamos atisbar.

Midiendo Distancias usando Años-Luz

Unas pocas palabras acerca del tamaño de nuestro Universo. Es enorme, y realmente quiero decir enorme. Es tan grande que necesitamos una medida de longitud mucho mayor que el kilómetro que usamos normalmente para describir distancias. Está bien indicar la distancia entre Puttaparthi y Nueva York en kilómetros, mas cuando se trata de distancias en el Universo, el km es demasiado pequeño. Usaremos, en cambio, una medida llamada el año-luz (LY en inglés) que representa la distancia que viaja la luz en un año. Probablemente saben que la luz viaja a [aproximadamente] 300.000 km en un segundo, ¡sí, en un segundo! Le toma a la luz cerca de ocho minutos en llegar hasta nosotros luego de dejar la superficie del Sol. Obviamente, un LY representa una distancia mucho mayor. En términos numéricos, es 300.000 x 3.600 x 24 x 365 km. ¡pueden sacar la cuenta! Si son perezosos con la aritmética, permítame que les diga que un LY es, grosso modo, nueve trillones de kilómetros. Si creen que eso es una demasía de km, esperen,¡porque quedarán estupefactos!!      

Comencemos por nuestro Sistema Solar. El Sol, que es el foco del sistema, es una estrella. Como les dije, la luz del Sol toma cerca de ocho minutos en llegar a la Tierra. Por otro lado, si tomaran a Plutón, la luz del Sol demora como cinco horas y media en llegar hasta el planeta.

Como nuestro Sol, hay al menos un billón de estrellas, sí, al menos un billón, que forman parte de nuestra Galaxia conocida como la Vía Láctea. El diámetro de la Vía Láctea es aprox. 100.000 años luz. Eso es grande, sí, mas como suele decirse, “¡No han visto nada aún!”

Swami: Canciller de nuestra Galaxia y Más Allá

Mirando más allá de la galaxia, existen Grupos Locales (LG, en inglés). Un Gruipo Local puede consistir de entre diez a cincuenta galaxias. La Vía Lactea pertenece a un grupo de cerca de veinte.

Andrómeda, una galaxia de la que seguro han oido hablar, forma parte del LG al que pertenece la Vía Láctea. Basados en el diámetro de ésta, podemos decir que, típicamente, un LG promedio tendrá un tamaño de unos tres millones de años luz. Estamos hablando ahora de distancias largas, ¿no les parece?

Seguimos adelante y miramos una estructura mayor, el Grupo de Galaxias. Un grupo típico tendría algo así como mil galaxias y una dimensión lineal de cerca de quince millones de años luz. A continuación viene el Supergrupo que es unas diez veces mayor que el anterior, vale decir que tendría una extensión lineal de cerca de cincuenta millones de años luz. Las cosas, ciertamente que se están volviendo cada vez más grandes, ¿no es así?

Se ven en el cielo estructuras incluso más grandes y, recientemente, los astrónomos han notado que existe algo como filamentos de objetos brillantes. ¡Uno de ellos incluso ha sido bautizado como la Gran Muralla! Está conformado por varios Supergrupos.

¿Qué viene más allá? No estoy muy seguro, ¡pero mucho más allá de todo esto viene lo que podríamos llamar como el borde del Universo Físico! ¡Según estimaciones actuales, aquello a lo que me refiero como el borde del Universo dista unos catorce billones de LY! Lo que significa que si la luz saliera del borde del Universo en este momento, le tomaría catorce millones de años el llegar a la Tierra ( es decir,¡si ella aún existiera para entonces!) Sólo para comparar, recuerden que la luz de nuestro Sol demora sólo ocho minutos en alcanzar hasta nosotros.

Mientras dejamos que todo esto penetre y se apoce, démonos unos momentos para algo de reflexión filosófica. Swami es descrito a veces no sólo como el Canciller del Instituto de Estudios Superiores, sino también como Canciller del Universo. ¡Me pregunto si la gente que emplea esta descripción tiene alguna idea de cuan grande es en verdad el Universo en que nos encontramos!

Nuestro Ego: Una insignificante Partícula en el Cosmos

Swami comenta el hecho que el hombre es tan insignificante y, sin embargo, tiene un ego del tamaño de los Himalayas. Podríamos tomarnos unos momentos para reflexionar también acerca de eso. El Universo Físico puede que sea finito mas, sin embargo es vasto. En este vasto Universo, hay billones de billones de galaxias, cada una teniendo billones de billones de estrellas.

Nuestro Sol es una de dichas estrellas en una galaxia en particular que llamamos la Vía Láctea. Y en el sistema planetario que existe en torno al Sol, nuestra Tierra es un planeta chico. Y hay tantos países en este planeta. Si tomamos en consideración todos estos factores, entonces cada uno de nosotros es una partícula increíblemente insignificante en el Cosmos. Y, no obstante, ¡cuánto ego tendemos a tener! Cada vez que tendamos a sentirnos egoístas, ¡nos haría bien mirar hacia el cielo estrellado y reflexionar sobre la enormidad del Universo en el que estamos engarzados! ¡Lo que debiera ser enorme dentro de nosotros no es el ego sino el Amor Divino, que el misericordioso Señor depositara en toda su abundancia!

Muy bien, retornemos a nuestra gira. ¿Se han dado cuenta que estamos atisbando partes distantes del Universo, sin siquiera dejar el planeta Tierra? ¿Cómo es eso que soy capaz de hablar tan confiadamente acerca de varios objetos en el Universo? ¿Cómo sabemos en dónde está y qué es exactamente? Créanlo o no, ¡mirando simplemente! ¿Sólo mirando desde la Tierra? ¿Habla en serio? Sí, sólo mirando, y soy absolutamente serio al decirlo.

Créanlo o no, estando el la Tierra y mirando hacia afuera todo el tiempo, el hombre ha descubierto una cantidad de cosas – este solo hecho debiera dejar en claro el increíble poder que Dios ha puesto en el hombre, en comparación a otras especies vivientes.

Entendiendo nuestro Lugar en el Universo

Surge ahora la pregunta: “¿Cómo exactamente procede el hombre para ‘mirar’ al cielo, como se dice? En tiempos antiguos, el hombre no tenía sino los ojos que Dios le diera. Incluso así, fue capaz de hacer bastante. Es así que los astrónomos en la antigua India, Grecia, Egipto y China [me permito agregar las regiones Maya e Inca que nunca se incluyen – al igual que nuestra ‘ciencia’ se hace partir de Grecia, olvidando China y la India – N. de la T.] sabían mucho acerca de las constelaciones de estrellas y la manera en que los planetas se movían entre ellas. Podían predecir eclipses y una cantidad de otras raras configuraciones planetarias. Básicamente, toda esta información se relacionaba con los movimientos y grupos estelares. Incidentalmente, esto resultó también en los primeros almanaques.

El primer salto cuántico en todo este proceso de “mirar” vino con la invención del telescopio óptico. En lo concerniente a la astronomía, fue casi como un ‘descubrimiento de América’. Hace apenas cuatro siglos que se inventara el telescopio y ¡con qué extraordinaria cantidad de información ha contribuido! En el momento en que el hombre tuviera el telescopio era tanto más lo que podía ver; no solamente eso, podía ver los objetos más grandes y a menudo más claramente – todos hemos visto fotografías de la Luna con sus cráteres y, eso tan sólo nos ayuda a apreciar el tremendo avance que ha significado el telescopio.

Mientras pasaban los años, los telescopios no sólo se hacían más grandes sino cada vez mejores. ¿Qué significa hacerse mejores? Básicamente, hay dos cosas que determinan la calidad de un telescopio – su poder de condensar luz y su resolución. Mientras mayores son los lentes, mayor el poder de condensar luz, y a mejor diseño de los lentes, más clara es la imagen que se consigue con él – eso lo sabemos también en base a nuestra experiencia con cámaras fotográficas. Estos dos parámetros, tamaño y calidad han hecho subir el costo de los telescopios; aunque todo este gasto ha valido la pena.

La Tecnología nos ayuda a ver más lejos más rápidamente

Hoy en día, la tecnología ha sido empujada a los límites extremos e incluso podríamos decir que un posterior perfeccionamiento de los telescopios basados en la tierra sólo entrañaría un enorme costo con muy poco rendimiento. ¿Qué es lo que les impone este límite? ¡La atmósfera! ¿La atmósfera? Sí, la atmósfera; no nos damos cuenta que es ella la que hace que las estrellas titilen, como lo describe la ronda infantil. ¿Saben? La densidad atmosférica no es constante, y es perturbada por todo tipo de factores relacionados con el tiempo, el viento, el polvo etc. El resultado neto es que los rayos de luz que nos llegan desde estrellas distantes fluctúan un poco (debido a la refracción), dando la impresión del titilar. Aunque el fenómno del titilar es muy lindo para los poetas, para los astrónomos es un tremendo dolor de cabeza, especialmente cuando desean fotografiar estrellas débiles.

¿Cómo liberarse de esta molestia? Una manera es la de poner el telescopio en el espacio, y fue así como nació la idea para el telescopio Hubble. Este telescopio fue lanzado por los Estados Unidos y puesto en el espacio por uno de los vuelos de las cápsulas espaciales Shuttle. Es totalmente automático y se maneja por control remoto desde la tierra. En el espacio no hay atmósfera de modo que no se producen interferencias ni titilaciones – por ende, la imágenes son mucho más nítidas. Estoy cierto que todos ustedes han oído hablar del Hubble y de las maravillosas imágenes que les ha entregado a los astrónomos.

Mientras los telescopios se perfeccionaban cada vez más, los astrónomos fueron descubriendo mejores maneras de usarlos. En los buenos viejos tiempos de Newton, uno tenía que sentarse literalmente toda la noche atisbando por el telescopio. Si uno miraba hacia un objeto cercano, como, digamos, Marte, este se movería relativamente rápido por el espacio, de modo que el observador de la época se veía obligado a girar el telescopio para mantener el objeto a la vista.

A su debido tiempo, fue inventado un artefacto basado en el mecanismo de relojería que movía automáticamente al telescopio. Esto era particularmente útil en lo concerniente a los telescopios grandes. La próxima idea inteligente fue la de substituir al ojo por una cámara. Un telescopio de movimiento automático y dotado de una cámara signficaba que el astrónomo podía programarlo e ir a cumplir otros menesteres como comer o lo que fuera. Entretando, el telecopio estaría “mirando fijamente” a la estrella o galaxia y condensando la luz proveniente de ella. De este modo, la película fotográfica en la cámara podía exponerse por varias horas seguidas. Esto significaba que uno podía captar estrellas muy débiles y descubrir lo que estaban haciendo.

Las Líneas de Fraunhofer

Otro truco interesante que emplean regularmente los astrónomos se basa en un hallazgo del astrónomo alemán Fraunhofer, hace tiempo, a comienzos del siglo diecinueve. Fraunhofer apuntó su telescopiio hacia el Sol y halló que, al introducir un prisma, no sólo la luz era dividida en siete colores, sino también que este espectro multicolor tenía líneas oscuras. Estas son las que se denominan ahora las Líneas de Fraunhofer. En la época, nadie sabía lo que significaban. Hoy en día sabemos por qué existen – estas líneas oscuras son los “códigos de barras” de los átomos en el Sol, como las describe un científico.

Las líneas de Fraunhofer nos dicen muchas cosas acerca del objeto celeste estudiado. En el caso del Sol, han revelado una enorme cantidad, como los tipos de elementos químicos presentes en el Sol y la temperatura de su superficie, por ejemplo. En realidad el estudio de las líneas espectrales ha sido llevado a un refinado arte y, hoy, los atrónomos las pueden examinar asociadas a la luz proveniente de los más distantes objetos en el espacio, los llamados quasars (un apócope para objetos ‘quasi-estelares’) que se encuentran casi en los bordes del Universo.

Y en lo concerniente a objetos distantes, ¡las líneas espectrales también nos indican cuan velozmente se mueve el objeto en cuestión! De hecho, en base a un meticuloso estudio de esta naturaleza, fue que el astrónomo Edwin Hubble fue capaz de establecer que nuestro Universo en realidad está expandiéndose. De eso hablaré más adelante.

El telescopio óptico ha sido por siglos el ‘caballo de batalla’ de los astrónomos y con el refinado aditamento de la cámara digital, continúa obrando maravillas. Mas un telescopio ya no sigue significando sólo tubos y lentes o espejos hechos de vidrio. Hoy en día hay todo tipo de telescopios, como el radio-telescopio, el telescopio de microondas, el telescopio infrarrojo, el telescopio de Rayos-X y el telescopio de Rayos-Gamma. Y en un futuro no muy lejano, podríamos incluso tener telescopios a neutrinos y de gravedad – ¡el progreso al que se ha llegado en la segunda mitad del siglo veinte es algo realmente increíble!

Radiaciones de Luz Visible e Invisible

Y bien ¿qué significa esto? Para entenderlo de manera simple, comencemos por la luz del sol. Como lo saben todos los escolares, cuando se hace pasar la luz del sol por un prisma de vidrio, se divide en los siete colores familiares del arco iris. Esto lo describimos diciendo que el Sol emite luz a varias longitudes de onda que van del rojo en un extremo al violeta, en el otro. Muy bien, esta gama representa una cierta banda de longitudes de onda de, digamos 6000Ä (Angstroms. ¡Un Angstrom corresponde a un décimo de una trillonésima parte de un metro!) hasta cerca de digamos 3000Ä. ¿Emite el Sol también radiaciones a otras longitudes de onda? Si así fuera, ¿cómo podemos verlo? Pareciera ser que no vemos sino siete colores todo el tiempo.

Este es un punto interesante ¡y muestra la manera en que Dios “diseña” los sistemas! En realidad, el Sol emite radiaciones en todas las longitudes de onda, mas Dios en Su Sabiduría, ha considerado que es suficiente si nuestros ojos son sensibles a la porción del espectro en que la luz del Sol es más brillante!

Algo similar sucede también en el caso del sonido. Todos nosotros podemos oir sonidos con frecuencias de sólo una gama limitada. No podemos escuchar los sonidos de alta frecuencia, como tampoco los de muy baja frecuencia. No obstante, algunos animales perciben las frecuencias que no son audibles para nosotros.

Dios ha diseñado el sistema auditivo para adecuarlo al animal. De manera similar, ha diseñado los sistemas sensoriales del hombre para ayudarle a su sobrevivencia (¡en el mundo externo, obviamente!) El hombre es para ser ave diurna, y es por eso que su vista ha sido diseñada para acomodarse a la luz diurna y la sensibilidad del ojo humano está limitada a las regiones espectrales en que el Sol brilla más. Por otra parte, hay animales que se mueven principalmente de noche, y la sensibilidad de sus ojos es muy distinta. ¿Quién podría negar que Dios es Grande?

Y bien, ¿a dónde queremos llegar con todo esto? Simplemente que los objetos en el Cosmos pueden emitir radiación a muchas longitudes de onda, lo cual significa que para estudiar los objetos celestes, debemos realmente mirarlos en tantas longitudes de onda como sea posible. Es así, que mientras los primeros estudios de nuestro Sol se llevaron a cabo enteramente sobre la base de la radiación visible, los atrónomos estudian hoy al Sol en toda clase de frecuencias que van desde la región del infrarrojo a la de los rayos-x. Esto es posible gracias a varios desarrollos en la tecnología, gracias a los cuales tenemos ahora todo tipo de telescopios, como lo mencionara antes. Tales estudios de amplio-espectro y de banda-ancha revelan mucho más. Algunos objetos celestes no emiten en absoluto radiación visible, en cuyo caso a uno no le queda otra opción que la de recurrir a la astronomía no-visible como la radio-astronomía, por ejemplo.

Los Lugares para apreciar la Gloria de Dios

Los avances en la tecnología han alterado también la cultura de la investigación astronómica. Por ejemplo, los telescopios ópticos se ubican mejor a grandes alturas para que las perturbaciones atmosféricas puedan minimizarse. Actualmente, las dos localizaciones favoritas son Hawaii y las montañas de los Andes en Chile. Los telecopios ubicados aquí han sido construidos a un enorme costo y el tiempo de investigación es asignado sobre la base de proposiciones científicas presentadas por varios grupos de investigación. Cerca de Bombay/Mumbai existe un enorme radio-telescopio conocido como el GMRT (Giant Metro RadioTelescope – Radiotelescopio Metro Gigante). Este telescopio cuenta con un conjunto de antenas direccionales que lucen como las satelitales, sólo que son mucho más grandes. Hay mas de xxxx de ellas, diseminadas sobre un área de xxxx km. cuadrados. Este telescopio ha sido diseñado para recibir ondas de radio de 1 metro de longitud de onda – muchos objetos celeste emiten a esta longitud. Radiosastrónomos de todo el mundo solicitan turnos y el tiempo de observación es asignado sobre la base de selecciones llevadas a cabo por un grupo de pares internacionales. ¿Ha valido la pena todo esto? Uno lo supondría, juzgando por la cantidad de información y conocimiento científico que se ha ganado,

Uno podría preguntar, y se ha hecho a menudo, “¿Para qué gastar tanto dinero en todo esto, cuando hay gente que se muere de inanición, acosada por el hambre y las enfermedades etc.? Esto parece una pregunta pertinente, mas debe ser considerada ante la perspectiva correcta. Si uno examina el presupuesto mundial para explorar el Cosmos, no es sino ‘maní’ comparado con el dinero que se gasta en acciones violentas e improductivas como la guerra, actividades dañinas como la difusión de la obscenidad, el juego, etc. Por ello no es correcto el desechar de una plumada toda la investigación científica. El conocimiento del Universo que el compasivo Todopoderoso creara para que nosotros viviéramos en él, habría de ser bienvenido. De hecho, este conocimiento, aunque no sea más que del Universo físico, ayudaría de todos modos para apreciar la gloria de Dios y las maravillas que Él ha reunido en la Creación.

Esto es todo por el momento, ¡y permítanme mencionar que apenas hemos iniciado nuestro viaje! Hay tanto más por delante. Entretanto, les ruego que pasen algunos momentos mirando hacia el cielo (si en vuestra parte del mundo no estuviera cubierto por humo ni opacado por las luces de hechura humana). Allí está Dios en toda Su Gloria mirando hacia abajo, radiante y sonriente, y bendiciéndonos. ¡Disfruten de Su Darshan!

 
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Fuente: radiosai.org

 
Traducción de Herta Pfeifer,

Santiago, 1 de febrero de 2007