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Enigmas: EL ENIGMA DE LOS DESVANECIDOS
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: ☼TäRA☼  (Mensaje original) Enviado: 30/06/2010 16:36
EL ENIGMA DE LOS DESVANECIDOS



escribe: Scott Corrales
http://arcanamundiblog.blogspot.com



El cronista romano Julius Obsequens --merecedor, tal vez, del calificativo de "primer investigador forteano"-- abordó el tema de las desapariciones misteriosas en su Liber Prodigiorum ("Libro de los Prodigios") en un relato bastante bien conocido para los lectores de aquella época: "Un día, mientras que Rómulo, fundador de Roma, arengaba a sus tropas en el pantano de Caprea, se produjo una repentina y violenta tormenta durante la cual Rómulo quedó envuelto en una nube tan densa que desapareció de vista, para nunca jamás ser visto por ojos mortales. Se le ascendió al rango de los dioses, y se le veneró bajo el nombre de Quirino." Algunos historiadores señalan que el primer monarca romano sencillamente fue víctima de un complot y que sus asesinos se inventaron la desaparición para cubrir su rastro. Pero desapariciones como la que describe Obsequens en su crónica vienen sucediendo desde hace siglos.

La gente sigue desapareciendo, aunque tal vez no tan aparatosamente como Rómulo (y tampoco se les endiosa). De hecho, resulta necesario distinguir lo que podemos clasificar como desapariciones ordinarias (las que tienen que ver con prófugos de la ley, los insumisos, los padres divorciados que secuestran a sus hijos para irse a vivir en lugares remotos) de aquellas que resultan verdaderamente pasmantes y representan un desafío al sentido común: casos en los que personas se desvanecen sin rastro a bordo de aviones que viajan a alturas estratosféricas, o que desaparecen dentro de habitaciones que han sido cerradas con llave desde el exterior.

Tal vez aún más que el fenómeno OVNI, el enigma de las desapariciones repentinas ha desafiado a los investigadores por más de un siglo, y la pregunta que resulta difícil enunciar: "¿A dónde se fueron estas personas?", recibe un silencio de ultratumba como respuesta.

En tiempos antiguos, el poder de desvanecerse se consideraba propio de hechiceros y brujos. Cuenta la tradición que el célebre Apolonio de Tiana se desapareció ante los ojos del emperador Domiciano y sus cortesanos, causando gran azoro; el autor mexicano Artemio del Valle Arizpe nos recuenta la leyenda de la "Mulata de Córdoba"--una bruja de la época colonial encarcelada por su capacidad de encontrar objetos perdidos y tesoros ocultos. Cuando su carcelero vino a verla un día, se quedó pasmado al ver cómo la mujer abordaba un pequeño velero que había dibujado en la pared, desapareciendo a la vez que se despedía de su opresor; los vampiros de la Europa oriental supuestamente gozaban del poder de desaparecer y reaparecer a voluntad gracias a los poderes malignos que tenían a su disposición.

Aun si se pudiese comprobar la veracidad de estos cuentos, el hacerlo no comenzaría a resolver el dilema. Los casos contemporáneos relacionados con las desapariciones misteriosas por lo general no tienen que ver con individuos que tratan de esfumarse ante los ojos de sus congéneres por alguna u otra razón. Sus desapariciones son, por lo general, repentinas e inesperadas, ocurriendo de día o de noche, y en algunas ocasiones resultando en la desaparición del vehículo que les transportaba.

En 1941, un equipo de rescate suizo recibió la orden de emprender la búsqueda de algunos alpinistas que no habían regresado a su campamento. Tras varios días, la misión de rescate encontró las huellas de los alpinistas, que se desaparecían abruptamente en medio de un glaciar. En este caso, las autoridades dictaminaron que "se trataba de una desaparición cuyas circunstancias resultaban difíciles de determinar con certeza, debido a la naturaleza de los hechos."

Ciertos lugares en nuestro mundo han adquirido fama como sitios en donde las desapariciones humanas no son nada fuera de lo común. Algunos de ellos, como el mal-llamado "Triángulo de las Bermudas" en el Atlántico, el "Triángulo del Diablo" en el Japón, o el "Triángulo de los Grandes Lagos" en Canadá han formado parte del canon de lo paranormal durante más de 30 años. Pero en mayor grado que las aguas del mundo, las montañas a menudo desempeñan el papel de lugares de desaparición. En las tradiciones griegas antiguas, los viajeros que se acercaban demasiado a los montes Parnaso y Olimpo corrían el peligro de desaparecer para siempre. La montaña de El Yunque en Puerto Rico, el Monte Glastonbury en Nueva Hampshire (EEUU) y el Monte Inyangani en el este de Zimbabwe.

Las nubladas cumbres de El Yunque han representado una fuente de misterio ligado a los fenómenos paranormales y en fechas más recientes al fenómeno OVNI. Docenas de individuos, principalmente excursionistas, han desaparecido misteriosamente en esta montaña. Un niño desapareció mientras caminaba a lo largo de un sendero con sus padres, y hasta equipos de rescate bien adiestrados y equipados parecen haberse esfumado en la densa floresta tropical. Los guardabosques siempre replican lo mismo: que las arenas movedizas y agujeros inexplorados son la causa de estos desvanecimientos, aun cuando se han producido en lugares lejos de donde se darían las condiciones descritas.

Las desapariciones en el Monte Glastonbury crearon una sensación en la pacífica ruralia del estado de Vermont. Durante un espacio de cinco años desde mediados de la década de los '40 hasta principios de la década de los '50, siete personas desaparecieron inexplicablemente en esta montaña vecina de Bennington, Vermont. A diferencia de El Yunque, el lugar no tenía fama de ser un lugar misterioso ni peligroso. Se barajaron varias teorías --desde actividades de magia negra hasta secuestros por OVNIs-- para explicar las desapariciones. La primera víctima del Monte Glastonbury fue, curiosamente, un montañista que se dedicaba a guiar cazadores a través del bosque. Este guía, más cuatro cazadores, desaparecieron y jamás volvió a saberse de ellos. Otra víctima se esfumó bajo circunstancias aún más extrañas: abordo de un autobús en la población de Saint Albans, Vermont. Tomó asiento, atrajo la atención del chofer y de algunos otros pasajeros... pero jamás bajó del vehículo, que realizaba un trayecto sin escalas hasta Bennington.

Pero tal vez el Monte Inyangani de Zimbabwe sea la más interesante de estas montañas causantes de desapariciones, precisamente porque algunos de los desaparecidos han regresado con interesantísimas historias que contar. La fallecida investigadora de ovnis Cynthia Hind, en una nota para la revista FATE (julio de 1995) trató el tema de la experiencia vivida por un diputado adjunto del gobierno zimbabweano quien llegó a extraviarse en el Monte Inyangani con dos compañeros. Según el testimonio del diputado adjunto, los tres hombres vagaron por la montaña en un estado de confusión, sin sentir ni sed ni hambre, mientras que podían ver a los miembros del equipo de rescate que había venido por ellos y "que parecía no poder verlos" a pesar de que los extraviados gritaban y agitaban los brazos.

Según Hind, parece ser que se hicieron ciertos sacrificios de sangre a los dioses tutelares de la montaña, lo que permitió que los tres hombres pudiesen "reintegrarse" a nuestro tiempo/espacio. La investigadora africana agrega que a comienzos de la década de los '80, un ayudante de distrito para la comunidad que incluye al Monte Inyangani tomó parte en la operación de rescate de otro funcionario que también desapareció en la montaña. Se dio parte a los mayores de la tribu Tangwena, quienes realizaron un ritual destinado a obtener la "devolución" del funcionario, quien apareció al día siguiente sin haber sufrido ningún daño aparente, pero incapaz de recordar lo que había sucedido durante los últimos dos días. Otros han tenido menos suerte y sus desapariciones jamás han sido resueltas. La eficiencia de los rituales de magia en estos casos indica que existe una inteligencia de cierto tipo que en ciertos casos puede ser persuadida a devolver a los que ha secuestrado, o a quienes han entrado en sus dominios insospechadamente. Podríamos suponer que los antiguos Tainos de la isla de Puerto Rico tenían conjuros para rescatar a sus parientes desaparecidos en las nubladas cumbres de El Yunque, pero jamás lo sabremos a ciencia cierta.

Los seres humanos siempre han guardado un respeto prudente por los lagos, especialmente los de agua dulce con reputación maligna. Algunos de estos cuerpos acuáticos incluyen los lagos escoceses e irlandeses investigados por el fallecido F. W. Holiday, y aquellos lagos y lagunas en otras partes del mundo que supuestamente albergan monstruos o formas de vida exótica. Pero existen otros lagos cuya fama proviene del asunto que nos ocupa aquí: las desapariciones misteriosas de seres humanos.

El investigador británico H. P. Wilkins examinó las tradiciones asociadas a los lagos "calientes" del noreste de Islandia: la región despoblada conocida por el imponente nombre de Odarharhraun. Esta vasta extensión de terreno incluye el volcán Askja, un colosal cráter de trece millas (21 Km) de diámetro rodeado por un paisaje lunar de campos de lava y ceniza negra. En 1905, un grupo de jóvenes geólogos alemanes se internaron en este lugar --que asemeja la Mordor de J. R. R. Tolkien-- para estudiar la sorprendente actividad volcánica de Islandia.

El grupo llegó al pueblo pesquero de Husavik y contrataron a un guía que los llevase hasta el Odarharhraun, que en aquella época era un lugar evitado por los islandeses como un escenario de lo sobrenatural y malévolo. Contra las advertencias de su guía, los alemanes acamparon en la región prohibida y dos de ellos abordaron un pequeño bote para alcanzar el centro del lago volcánico. Cuando su compañero, que había permanecido en tierra, se dio la vuelta para ver cómo andaban sus colegas, se quedó perplejo al ver que ya no estaban: los científicos y su embarcación habían desaparecido. Las autoridades posteriormente intentaron dragar el fondo del lago caliente pero sin hallar rastro de los científicos. Wilkins agrega el detalle de que cualquier persona que se decida a recorrer el interior de Islandia podrá obtener un sinnúmero de relatos parecidos en determinadas partes del país.

Los lagos que invitan las desapariciones humanas no se encuentran cómodamente lejos de nosotros en regiones de acceso difícil en países lejanos. George Andrews, autor del libro Extraterrestrial Friends and Foes, hace hincapié en la actividad sobrenatural que rodea al Lago Whitney en la región de Dallas/Fort Worth en el estado de Texas (EEUU). Citando una nota periodística en el Fort Worth Star Telegram de 1976, Andrews nos presenta el panorama de un cuerpo de agua en el cual han desaparecido personas de las maneras más extrañas posibles. Casi una docena de automóviles han caído al agua desde la carretera vecina desde 1950, y hasta aviones se han zambullido inexplicablemente en las profundidades del lago. También han desaparecido practicantes del buceo, a pesar de que el Whitney es un lago encerrado sin corrientes peligrosas. También se han dado casos de OVNIs en los alrededores. No obstante, en la mayoría de los casos, el veredicto oficial sobre las desapariciones es "descuido malicioso que resulta en muerte por inmersión en agua".

Los incidentes ocurridos en el Lago Whitney nos permiten hacer la transición desde causas pasivas de desapariciones a una causa activa que ha recibido mucha atención en las ultimas décadas: los OVNI. Es innegable que existe un vínculo entre la actividad OVNI y las desapariciones misteriosas. El investigador Philip Imbrogno marca el aumento pronunciado en las desapariciones de niños poco después del comienzo de la actividad OVNI en el valle del Río Hudson a fiines de los '80: casi 3.000 niños desaparecieron en el condado de Westchester (Nueva York) solamente. Los agentes del orden público se quedaron pasmados tanto por las altas cifras de niños desaparecidos como por el hecho de que jamás volvieron a aparecer en albergues juveniles o en zonas de prostitución.

Sin embargo, debemos evitar la tentación de culpar a los OVNI por las desapariciones, puesto que la mayoría de estos casos se producen de manera independiente a las oleadas de OVNI. Los platillos voladores y las inteligencias que los controlan son meramente un síntoma, no la causa en sí.

Las preguntas verdaderamente difíciles de contestar en torno a las desapariciones de seres humanos al paso de los siglos son las siguientes: (a) ¿qué fue lo que causó su desaparición? y (b) ¿qué fue de ellos? Se han circulado algunas teorías para ofrecer respuesta a esta preocupante situación.

El sabio británico F. W. H. Myers expresó la creencia de que para poder caer a través de las grietas que conducen de nuestra realidad a otra que no podemos imaginar bien, la víctima debe disponer de un talento "oculto" que Myers denominó diatesis psicorrágica. Esta condición o capacidad mental produce una disrupción del tejido de la mente, la energía y la materia, impulsando a la desventurada víctima a través de la metafórica grieta en la realidad. Según Myers, este don produciría la travesía accidental, abrupta e indeseada de nuestro mundo tridimensional a otro cuatridimensional, o la entrada de criaturas extrañas de otra dimensión a la nuestra. Si Myers tenía razón en sus planteamientos, entonces resulta factible suponer que pueden existir aquellos quienes han dominado este don y lo utilizan para "teleportarse" entre mundos o niveles de existencia. Los felinos misteriosos, los monstruos peludos y seres quiméricos que representan el espinazo de la investigación Forteana tal vez tengan un instinto para la teleportación, lo que les permite conmutar a voluntad entre nuestra realidad y la suya propia. Los autores Scott Rogo y Jerome Clark han sugerido que entre las características físicas de muchas criaturas extrañas, siempre figuran los ojos de gran tamaño y luminosos, lo que puede llevarnos a concluir que su "dimensión de origen" está sumida en las tinieblas.


Los testimonios de los funcionarios zimbabweanos extraviados en el Monte Inyangani representan nuestra única manera de responder a la segunda pregunta: ¿qué suerte corren aquellos que desparecen bajo estas circunstancias? Los zimbabweanos vagaron sin rumbo fiijo, siendo capaz de ver a sus rescatadores pero incapaces de comunicarse con ellos. Aunque no experimentaron hambre, sed ni sueño, resulta difícil pensar que habrían podido subsistir indefinidamente en tal estado. De hecho, resulta aleccionador saber que los esqueletos de las víctimas del Monte Glastonbury en EEUU aparecieron muchos años después. ¿Sería factible suponer, acaso, que el acto de morir físicamente expulsó sus cadáveres a nuestra realidad?

Tal vez la acción de caer a través de una grieta en el tiempo/espacio/realidad surte un efecto devastador sobre la víctima, revolviendo sus sentidos y ocasionado daño irreparable. Charles Fort hace mención de la aparición repentina e inusitada de "hombres salvajes" en Inglaterra, aparentemente en estado amnésico, durante el invierno de 1904-1905. Estaban desnudos y no hablaban ningún idioma conocido por los expertos consultados por la policía de esa época. ¿Serían éstos las víctimas de las desapariciones misteriosas, "expulsados" aleatoriamente en otro tiempo y lugar, con sus mentes arruinadas por la experiencia antinatural? Si los culpables de esto son los jinas u otros seres desconocidos que comparten el mundo con nosotros, no somos capaces de imaginarnos cuál sea el paradero de los desaparecidos.

(Derechos Reservados (C) 2001. Scott Corrales, Arcana Mundi)

Fuente: Arcana Mundi
Agradezco a: Scott Corrales - EE.UU. -
http://arcanamundiblog.blogspot.com

Informó: Guillermo D. Giménez - Argentina
Owner de PLANETA UFO


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