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Mitos y Leyendas: EL SECRETO DEL SANTO GRIAL
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De: Thenard  (Mensaje original) Enviado: 12/07/2010 22:09
EL SECRETO DEL SANTO GRIAL
Claves ocultas de la reliquia sagrada

Sin duda alguna, el Grial es la reliquia más célebre de la cristiandad. Y, sin embargo, es al mismo tiempo el objeto sagrado más complejo y desconocido en cuanto a su simbolismo. El Nuevo Testamento sólo lo menciona al relatar el desarrollo de la Última Cena, describiéndolo como el cáliz utilizado por Cristo y sus discípulos. No será hasta cientos de años más tarde, a partir del siglo XII, cuando comienzan a extenderse por toda Europa una serie de tradiciones, poemas y romances medievales que añaden multitud de detalles sobre la historia de este objeto sagrado.

El primero de estos romances es Li contes del graal (El cuento del Grial), de Chrétien de Troyes, escrito a sugerencia del noble Felipe de Flandes en tomo al 1180. En él se relata la historia de un joven aprendiz de caballero, Perceval, quien durante su viaje se encuentra con un misterioso pescador que le informa de la existencia de un castillo en lo alto de una colina. Una vez en el interior de la fortaleza, Perceval asiste atónito, junto al dueño del lugar, al paso de un cortejo en el que un criado porta una lanza sangrante, mientras una joven hermosa sostiene un "grial" resplandeciente, aparentemente una bandeja, que sirve para sanar a un herido. Perceval se queda intrigado ante la comitiva, pero no se atreve a preguntar, pensando hacerlo al día siguiente. Sin embargo, cuando se despierta comprueba con asombro que no hay nadie en el castillo y ya no puede consultar sus dudas sobre lo que ha visto. Cuando prosigue su camino se encuentra con una doncella, que le explica que su anfitrión era el Rey Pescador (AÑO/CERO, 146) y que la comitiva era el cortejo del Grial, por lo que al no haber preguntado en su momento, perdió la oportunidad de curar al rey y recuperar la tierra yerma de aquellos dominios. Después de llegar a la corte del rey Arturo, el joven Perceval iniciará, tras su error inicial, la búsqueda del Grial. Sin embargo, el relato queda inacabado, y el lector se queda sin saber como finaliza la historia de Perceval...
Llama la atención en el relato de Chrétien la aparente ausencia de conexiones religiosas en la historia. Será en el siguiente romance, Joseph dAritmathe (José de Arimatea), obra del inglés Robert de Boron, donde se identifique por primera vez al Grial con el cáliz de la Ultima Cena, que habría servido también para recoger la sangre y el sudor de Cristo durante la crucifixión. En este caso la lanza citada por Chrétien se identifica con la de Longinos, el soldado romano que atravesó el costado de Cristo durante la Pasión. El relato de Boron describe la salida de José de Arimatea de Palestina -llevando consigo el cáliz sagrado recibido directamente de manos de Jesucristo-, y su viaje hasta Inglaterra, donde termina estableciéndose en Glastonbury, al sur del país. Allí funda la primera iglesia cristiana, dedicada a la Virgen María, y el Grial queda oculto en este templo.

Una piedra caída del cielo

El tercer texto de importancia que continúa el mito del Grial en época medieval -y sin duda alguna uno de los más sobresalientes- lo debemos al caballero alemán Wolfram von Eschenbach, autor de Parzival. Aquí el Grial ya no es la bandeja de El cuento de Chrétien, sino una extraña esmeralda caída de la mismísima frente de Lucifer -o de su corona, según otras versiones-, y que Wolfram llama lapis exillis o "piedra del cielo". Más tarde esta piedra preciosa habría sido tallada por un ángel que la convirtió en copa y la entregó a Adán en el Paraíso, quien la custodió hasta su expulsión del Edén.
Quizá uno de los pasajes más interesantes y sugerentes del Parzival de Eschenbach es el que alude a sus "fuentes" de información. Según el caballero alemán, fue un trovador provenzal llamado Kyot quien le relató la historia del Grial. Este trovador había estado en Toledo y allí descubrió unos textos que aludían a la piedra esmeralda. No deja de ser significativo que este relato haga referencia a un objeto sagrado custodiado en Toledo, detalle que ha llevado a algunos autores a identificar esta piedra con la Mesa de Salomón -que también es mencionada por algunos como Tabla Esmeraldina- de la que hemos hablado en el artículo anterior.
No menos interesante resulta la identificación que Eschenbach hace de los caballeros del Grial -aquellos que lo custodian- con los caballeros de la Orden del Temple. Wolrain denomina en su obra como templeisen -templarios- a los guardianes del Grial. Algunos autores van incluso más lejos, y afirman que el propio Wolfram perteneció a la Orden. Fuera así o no, lo cierto es que parece haber cierta identificación entre los misteriosos custodios del Grial y los templarios. Un texto anónimo posterior al de Wolfram, titulado Perslesvaux, dice que los guardianes del sagrado cáliz eran ascetas y guerreros al mismo tiempo, y que ostentaban una cruz roja sobre túnica blanca, los distintivos de los caballeros de la Orden del Temple...
Resulta imposible averiguar hoy en día si el impulso de las historias del Grial en la Edad Media estuvo directamente vinculado con el Temple, pero lo cierto es que las leyendas y romances sobre la copa sagrada aparecen repentinamente, coincidiendo con el nacimiento de esa orden de monjes guerreros, y comienzan a perder fuerza cuando desaparecen los templarios.

¿Dónde está el Santo Cáliz?

Aunque los textos que acabamos de mencionar son sin duda los más conocidos, existen infinidad de tradiciones y leyendas que aluden al Grial casi en cualquier punto de la cristiandad. Muchas de estas historias incluso pretenden ofrecer pistas sobre el paradero del misterioso y sagrado objeto. Una de las primeras referencias sobre el Grial procede del diario de un peregrino del siglo VII llamado Arculf. Según éste, en su viaje a Jerusalén pudo ver el cáliz de Cristo, "una copa hecha de plata, con capacidad para una pinta", custodiada en el interior de una capilla.
Más célebre es la tradición que señala a Glastonbury como escondite de dicha reliquia. De esta asociación se hace eco el texto ya mencionado de Robert de Boron, que sitúa a José de Arimatea en tierras británicas. Tras levantar el primer templo de la cristiandad, dedicado a María, habría fundado la Orden de los caballeros del Grial para custodiar el cáliz. En la actualidad Glastonbury se ha convertido en un lugar de peregrinación para los grupos más variopintos: católicos, protestantes, esoteristas, practicantes de cultos paganos, buscadores de tesoros... Algunos acuden por simple religiosidad, y otros porque, supuestamente, el Grial está escondido en sus proximidades. Muchos piensan que la copa sagrada se esconde en el Chalice Well o "pozo del cáliz", del que manan aguas rojizas debido a su alto contenido en hierro. También hay otro pozo, el White Spring o "Fuente Blanca", de aguas cristalinas. Ambos manantiales simbolizarían la sangre y el sudor de Cristo recogidos en el Grial por José de Arimatea.
Más interesante resulta el cáliz de la catedral de Valencia, ya que en este caso, además de la leyenda, existe un vaso físico que sería el utilizado por Jesucristo en la última Cena. Cuenta la tradición que en el año 258, en medio de la terrible persecución que sufrieron los cristianos, el papa Sixto II entregó al diácono Lorenzo ?natural de Huesca? los bienes de la Iglesia. Antes de dejarse llevar al martirio, el religioso oscense pidió a un soldado cristiano que llevara el Cáliz -llegado a Roma gracias a San Pedro- hasta Loreto, una aldea de su ciudad natal. Así lo hizo, y de este modo comenzó el periplo del Grial por tierras peninsulares. Tras las persecuciones, el soldado cristiano levantó un templo en su honor, en el lugar que hoy ocupa la iglesia de San Pedro el Viejo de Huesca. Allí habría permanecido hasta la invasión musulmana, cuando fue trasladado para protegerlo hasta Yebra, Siresa, Balboa y Sasabe. Una vez pasado el peligro, el rey Ramiro I ordenó que se construyera la catedral de Jaca, y que la reliquia fuera custodiada allí. Pero su viaje no se detuvo. En el siglo XI fue nuevamente trasladado hasta el monasterio de San Juan de la Peña, donde permaneció durante tres siglos, hasta que inició de nuevo su andadura, pasando por el palacio de la Aljafería (Zaragoza), Barcelona y, finalmente, la catedral de Valencia, donde sigue hoy en día.
Como señala acertadamente Juan G. Atienza, las similitudes entre el cáliz de Valencia y el mencionado en las tradiciones artúricas son más que notables: "el primer indicio que obliga a establecer un paralelismo entre el Grial místico y el Cáliz de San Juan de la Peña es la constante alusión que, en los poemas artúricos, se hace al territorio peninsular ( ... ). Un nombre como el del rey del Grial, Anfortas -el rey Pescador que sobrevive gracias a las virtudes curativas que posee la reliquia-, es paralelo al de Anfortius, que empleó en varias ocasiones el monarca aragonés Alfonso I el Batallador, gran devoto del Cáliz Pínatense, del que se dice que herido de muerte, logró sobrevivir refugiándose en el monasterio de la Peña".
Por otro lado encontramos el llamado Cáliz de Antioquía, una copa descubierta en 1908 y que hoy puede contemplarse en el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York. Las localizaciones se multiplican, y hoy en día distintos autores sitúan la sagrada reliquia en los más variados lugares, como la célebre capilla de Rosslyn (Escocia), en donde lo habrían ocultado los templarios tras su huída de Francia. 0 incluso en las cercanías de Montségur, uno de los últimos refugios de los herejes cátaros quienes, según muchos autores, también habrían custodiado el Grial...

Propiedades mágicas

Frente a la visión del Grial como objeto físico, encontramos otros estudiosos que lo interpretan como un símbolo. La creencia en un recipiente sagrado, provisto de propiedades mágicas no es exclusiva de la fe cristiana. Desde la antigüedad, casi todas las culturas han poseído tradiciones en las que se repite la imagen de un recipiente -ya sea bandeja, cuenco, caldero o copa- con propiedades sobrenaturales, cuyo significado es el del rejuvenecimiento, la inmortalidad y la transformación espiritual.
En la antigua Grecia, por ejemplo, existía la creencia de que Medea, la hechicera, había utilizado un caldero mágico para rejuvenecer al héroe Jasón hirviéndolo en su interior, y esta bruja se jactaba de poder convertir a un viejo carnero en un joven cordero mediante el mismo procedimiento.
También los celtas poseían creencias similares. Para éstos, el caldero mágico era un recipiente con el que conseguir el renacimiento, la inspiración y la abundancia. Según el escritor John Mathews, que ha investigado profundamente los mitos vinculados al Grial, "el símbolo del vaso sagrado en tanto que fuente de poder y causa de milagros es, por lo menos, tan antiguo como la Historia ( ... ), la literatura acerca del vaso surgió tan repentinamente que resulta inevitable suponer que se basaba en un conjunto bien definido de mitos orales".
Y, desde este punto de vista, todo parece indicar que las leyendas medievales son simplemente la "última manifestación" de un mito universal. Y, en efecto, si comparamos con detalle las antiguas creencias con las tradiciones medievales del Grial comprobamos que las similitudes entre ambas son numerosas, a pesar de que los romances medievales fueran dotándose de carácter cristiano.
Hoy la mayor parte de los estudiosos coinciden en esta interpretación simbólica. Esta alegoría de la búsqueda del conocimiento, ese paso de la ignorancia a la iluminación se vería representado, por ejemplo, en el person4je de Perceval descrito por Chrétien de Troyes. El joven aprendiz de caballero comienza su aventura como un analfabeto y, poco a poco, va alcanzando el conocimiento mientras avanza en su aventura. No parece tampoco casual el hecho de que la denominación que da Eschenbach a la "piedra del cielo", lapsis exillis, recuerde tanto al lapis, la piedra filosofal de los alquimistas. Muchos autores identifican ambas piedras y señalan que el Grial es un símbolo de la transmutación interna o la búsqueda espiritual. Este verdadero significado explicaría por qué la Iglesia pareció mostrarse al margen de las historias que se extendieron en la Edad Media sobre el Grial y que para Roma no serían más que herejías.
Como explica Atienza, "detrás de cada conjunto de mitos y de esquemas está siempre la configuración de algo que contiene el secreto universal y que, una vez hallado por el hombre, le descubrirá el misterio último de la vida, de la Realidad, del Conocimiento". ¿Se atreve usted a recorrer tan apasionante camino?.



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De: Thenard Enviado: 12/07/2010 22:10
En los siglos XII, XIII y XIV comienzan a ver la luz en Europa en número creciente los poemas que tienen como contenido las historias de los Caballeros de la Tabla Redonda del Rey Arturo y como surgiendo de ellas la leyenda que se teje alrededor de la búsqueda del Santo Grial y las aventuras o destinos de su máximo representante, Perceval, cuya figura se completa con la de Gavan o Gauvain. Los autores más renombrados y espiritualmente más reconocidos son Josef de Boron, Chrétien de Troyes y Wolfram von Eschenbach, sin perjuicio de muchos otros que en los últimos tiempos han sido redescubiertos y editados.

Un aspecto, el humano, comienza con la historia de Gamuret, caballero andante, guerrero, que recorre el mundo en busca de la aventura, la "Señora Aventure" que como entidad moral, inspiradora espiritual de naturaleza femenina era venerada por los caballeros y a la que ofrendaban sus victorias, el servicio y el amor.

Gamuret recorre el Cercano Oriente, donde al servicio del Rey Baruch interviene en las luchas en que éste está involucrado. Luego continúa su viaje por África del Norte donde asiste y protege a una bella reina mora llamada Belakane. Permanece un tiempo a su lado unido a ella en amor, pero al tiempo el llamado de "Aventure" lo vuelve a impulsar en su camino. Así llega nuevamente a Europa, donde, posiblemente en la región de La Provence, participa en un torneo de caballeros al que invita una condesa llamada Herzeloide. El premio será la mano de la condesa o duquesa. Gamuret vence en el torneo y desposa a Herzeloide. Pasa un breve tiempo lleno de felicidad al lado de Herzeloide cuando le llega un mensaje de su antiguo señor y amigo, el Rey Baruch quién se encuentra asediado por sus enemigos y en grave peligro. Gamuret no duda, sigue al llamado del deber, parte para el Oriente, interviene en las luchas y muere en las mismas.

Belakane, la reina mora entre tanto ha dado a luz a un hijo de Gamuret al que llama Feirefiz y cuya piel es como un tablero de ajedrez, con cuadros blancos y negros.
Herzeloide también da a luz un hijo de Gamuret al que llama Perceval. Entonces ambos hijos de Gamuret, Feirefiz con su herencia mora, africana o árabe y europea, y Perceval con su herencia europea cristiana son hermanastros,"hijos de la viuda". Este término: "Hijo de la Viuda" es la designación de un determinado grado de desarrollo. Fundamentalmente son sus representantes los portadores del impulso del Yo Individual,los héroes del camino de la individuación (los portadores de la espada). Son "Hijos de la Viuda" por ejemplo los siete hermanos Macabeos, Sigmundo y Sigfrido entre los nórdicos, etc.

Herzeloide que quiere evitar para Perceval el destino de su padre, o sea morir en combate, abandona sus posesiones, se retira a una choza en las profundidades de los bosques y educa a su hijo en la soledad y con los principios más simples y elementales. Le enseña a rezar, allí donde vea a un ser bellísimo seguro que es un ángel, que se arrodille y ore; si se encuentra con una hermosísima casa o morada , seguro que es una iglesia, que entre a rezar; a las mujeres hay que amarlas, lo más sublime que se puede obtener de ellas es un anillo y un beso. Lo viste con ropa de campesino o de bufón, su única arma es un venablo. Así Perceval llega a la adolescencia.

Un día oye ruidos de caballos en el bosque, entrechocar de acero, voces. Corre para ver y se encuentra con un grupo de caballeros. Como son los seres más hermosos que ha visto hasta ese momento cree que son ángeles y se arrodilla a orar; ellos le dicen que no son ángeles, solo caballeros y riendo siguen su camino al galope, él los sigue corriendo, quiere preguntar, ser como ellos, saber cómo llegar a ser caballero. No los alcanza, los pierde, los pierde pero se aleja de su hogar.

Se aleja de su hogar, no vuelve, sigue adelante. Después de un tiempo se encuentra en un claro del bosque con una carpa muy bella, ricamente adornada con banderines de colores, terciopelos, sedas, escudos heráldicos. Como es la morada más bella que ha visto hasta ahora cree que es una iglesia y entra para orar. Dentro de la carpa se encuentra con una bellísima mujer y recordando los consejos de su madre la fuerza a besarlo y le quita violentamente un anillo ya que la doncella se lo quiere negar por ser prenda de amor de su amado caballero Orilius. Luego deja la carpa abandonando a la mujer en la desesperación ya que con razón teme la reacción y los celos de su caballero que durante mucho tiempo la someterá a un trato ultrajante por culpa de Perceval.

Este continúa su camino hasta encontrarse con un caballero llamado "El Caballero Rojo", monta un caballo alazán rojizo, su armadura, su manto, su montura su yelmo son rojos. A éste caballero le pregunta quién lo puede hacer caballero a él., a Perceval. El caballero le dice que continúe por la senda, que pronto se encontrará con la corte del Rey Arturo donde lo podrán armar caballero, además le pide a Perceval que transmita a la Corte de Arturo su desafío a combate singular. Perceval llega a la corte donde transmite el desafío y pide ser armado. En broma alguien le indica quitarle armadura, espada y corcel al caballero rojo, entonces él mismo será caballero. Perceval vuelve sobre su camino, se encuentra con el caballero rojo y le exige la entrega de sus armas y caballo a lo que responde golpeándolo con el mango de su lanza a lo que Perceval contesta arrojándole su venablo con el que hiere mortalmente al Caballero Rojo. Se viste con armadura, manto, yelmo y escudo rojos, monta el corcel rojo y se aleja.

Al tiempo llega a un castillo donde encuentra albergue y amistad con el castellano que lo introduce en las reglas de la caballería , una de las cuales indica que es inoportuno preguntar demasiado, ya que Perceval se pasa el tiempo preguntando. El castellano lo arma caballero.
Perceval retoma la senda, llega a un castillo donde es recibido con todos los honores. A la hora de la cena el Señor del Castillo, Perceval y los demás caballeros se reúnen en la sala principal ubicándose alrededor de la mesa ricamente puesta con cubiertos , platos y copas de oro, el Señor del Castillo está enfermo y sufre, Perceval no se anima a preguntar. Entran las doncellas del castillo encabezadas por Repense de Schoyes quién sobre una bandeja de plata cubierta de una pieza de seda verde porta un cáliz, el Santo Grial. Con él camina alrededor de la mesa y al pasar todos los platos se llenan de los más exquisitos manjares y las copas del mejor vino. Un paje entra a la sala portando una lanza de la que manan gotas de sangre.

El Grial y la lanza sangrante son retirados, finaliza la cena y se conduce a Perceval a su aposento donde dormirá. El se propone preguntar al día siguiente sobre el sufrimiento del Señor del Castillo, sobre el Cáliz que brinda el alimento, sobre la lanza que sangra. Se despierta a la mañana y encuentra al Castillo abandonado, se viste, piensa que los caballeros salieron de caza, monta su caballo y cruza el puente levadizo que inmediatamente se levanta detrás de él cerrando el acceso. Sigue su camino por el bosque hasta encontrarse con una doncella que sostiene a un caballero muerto en su regazo, ella es Sigune, prima de Perceval, hermana de Repanse de Schoyes, él es Schionatulander, el prometido de Sigune que murió en un duelo con Orilius, el caballero con cuya amada se había encontrado Perceval al principio de su camino.

Schionatulander recuperó también un perro de caza de la misma dama, en cuyo collar se encontraban bordadas las virtudes del óctuple sendero del Budha.
Sigune pregunta a Perceval de donde viene. Perceval le cuenta que acaba de abandonar un castillo. Sigune le replica que no hay castillo alguno en 300 millas a la redonda. Perceval le cuenta lo que pasó en el castillo, entonces ella se desespera y dice que es un condenado pues vio el sufrimiento del Señor del Castillo, vio los milagros del Grial, de la lanza sangrante y no preguntó. Además le revela que su madre Herzeloide murió de pena al ser abandonada por Perceval, Herzeloide significa "dolor del corazón". Por dos veces entonces Perceval contrae culpa (deudas) por falta de conciencia, de compasión, de misericordia, por desinterés. La culpa o la deuda están en relación con el grado evolutivo del hombre. Perceval es un "hijo de la viuda", es decir un héroe con una misión especial relacionada con su pueblo o con toda la humanidad, como los siete Macabeos, como Sigmundo o Sigfrido en los países nórdicos, como Edipo en Grecia, etc.,en consecuencia su responsabilidad es mayor.

Perceval sigue su camino, se encuentra en las cercanías de un castillo que es asediado por tropas enemigas, lo recibe la dueña del castillo, la doncella Blanche Fleur ó Kondwiramur que le pide ayuda contra las fuerzas enemigas. Al día siguiente Perceval desciende al campo de la lid y vence en combate a los enemigos, a los que manda prisioneros a la corte del Rey Arturo. Perceval y Kondwiramur se unen en matrimonio en un canto al amor sublime, la "Minne", al que servían, o en cuyo ejercicio se ejercitaban o al que aspiraban la mayoría de los caballeros de la época.

Pasa un tiempo y encontramos a Perceval en la corte del Rey Arturo, ahora festejado como el máximo representante de la caballería de su época, joya de la caballería, premio del alto amor, sin tacha alguna. En la cúspide de su fama aparece en la corte una figura grotesca, estrafalaria, mitad mujer, mitad animal, montada en un caballo que rechazaría cualquier caballero. Frente a toda la corte increpa a Perceval, él ha deshonrado a la caballería y a la corte del Rey con su presencia, es cobarde, indigno, despreciable, ya que como ningún otro tuvo la oportunidad de asistir a la cena del Santo Grial, ver el cáliz , la lanza que sangra, el sufrimiento del Rey, y no preguntó. Ahora es un condenado, ya que pudiendo sanar la herida del Rey con su pregunta no lo hizo. Es ahora un maldito. Luego ésta mujer, Kundry, se aleja. Perceval hace lo mismo, dice a la Corte que después de ver y escuchar a Kundry no le queda otro camino que buscar el Castillo del Grial y formular la pregunta.

Pasan cinco años de un camino lleno de sufrimiento, peligro, lucha, y finalmente de desesperanza o desesperación. No encontró el camino al castillo. Desespera y reniega de Dios. Así cabalga un día por un bosque nevado con frío intenso, congelado dentro de su armadura. Se encuentra con un grupo de peregrinos, hombres, mujeres, niños y niñas pobremente vestidos y descalzos, con velas encendidas en sus manos, orando o entonando cánticos religiosos. La profunda piedad de éstos peregrinos, su devoción, su fe, producen en Perceval la ruptura. Se entrega al dolor, llora, su corazón se abre, suelta las riendas y permite que el corcel tome el camino que quiera, y éste que es un caballo del Grial lo conduce directamente al castillo.
En el castillo Perceval formula la pregunta, el Rey sana, renuncia como rey y Perceval es coronado en su lugar. Manda llamar a su esposa Kondviramur que ha dado a luz a mellizos uno de los cuales es Lohengrin, el famoso hijo de Perceval cuya historia nos relata Wagner en su obra homónima.

La leyenda también describe el origen de ésta corriente del Santo Grial: En una lucha cósmica entre Lucifer y el Arcángel Micael (San Miguel) éste asesta a Lucifer un fuertísimo golpe con su espada a consecuencia del cual de la corona de Lucifer se desprende su piedra preciosa más valiosa. Por ello Wolfram von Eschenbach dice que El Grial es "una piedra" llamada "Lapsit Exillis", lo que comúnmente se entiende como "ex caelis", o sea "del cielo". Esta piedra preciosa de gran tamaño, caída a la Tierra., es tallada y ahuecada, formando un bellísimo cáliz, que luego es usado por el Cristo Jesús para brindar el vino en la Última Cena. Al morir en la Cruz, José de Arimatea recoge la sangre del Cristo Jesús en el Cáliz. Por haber sepultado a Cristo en su propia sepultura José de Arimatea es condenado a morir encerrado en un torre sin alimento ni agua. Una vez en la torre se le aparece un ángel quién le entrega el cáliz en custodia. Todos los días aparece una paloma que deposita una hostia en el cáliz.

Veinte años después durante un levantamiento del pueblo judío contra los Romanos, éstos reconquistan Jerusalén, encuentran la torre, la abren y allí se halla José de Arimatea perfectamente conservado con el único alimento de la hostia o del que brindaba el propio Grial. José de Arimatea se rodea de unos pocos discípulos y siguiendo las instrucciones del Ángel funda una corriente del cristianismo esotérico que con sus contenidos y ritos es llevado por él a través del norte de África hasta España, Islas Británicas y Francia, Provence y zona de los Pirineos aproximadamente donde finalmente parece localizarse. A un sucesor de José de Arimatea, Titurel, los ángeles le encomiendan la construcción del Castillo que albergará al Grial, y a sus caballeros. Este es el castillo "Munsalväsche" (Montsalvat) Monte de la Salvación, al que se ha querido identificar con la última fortaleza de los Cataros, "Montsegur". Pero Montsalvat no es un lugar físico sino espiritual, y solo puede llegar a él aquél que ha sido seleccionado o elegido, así en la obra Lohengrin de Wagner el héroe en el relato del Grial dice..."en país lejano, inaccesible para vuestro paso, hay un castillo...."

Aquí en un momento se levanta el velo y concuerdan leyenda e historia, ya que el personaje de Titurel es identificado con el Rey de los Godos de España, Teodorico, vencedor junto a los Romanos, de Atila rey de los Hunos en la batalla de los campos Cataláunicos, salvando de ese modo a la incipiente cultura cristiana de su época.

Una vertiente de ésta corriente la encontramos entonces en José de Arimatea y en el cristianismo esotérico que se le atribuye. Pero también existe otra vertiente que se remonta a Manes, fundador del maniqueísmo en el Siglo III de nuestra era. Fue uno de los más grandes iniciados en los misterios del Cristo, que actuó fundamentalmente en la zona del cercano oriente, (Persia)donde sufrió la persecución y el martirio a manos del Rey de Shapur. Sin embargo su cristianismo esotérico se expande a través de Armenia, los Balcanes y penetra en Europa desde el Este, dando lugar al surgimiento de toda una corriente representada por distintos grupos como los Búlgaros, los Hermanos de Bohemia, los Cátaros, los Albiguenses, etc. Manes conoce y transmite el conocimiento de los secretos del Mal en un sentido muy profundo, también el secreto de las fuerzas a las que el hombre puede tener acceso para poder oponerse al mal en sus tres aspectos: el que tiene que ver con Lucifer, el aspecto de Ahriman o Satanás y el aspecto representado por La Bestia. Wagner desarrolla éste tema (el mal y la redención del hombre) en su "Parsifal".

Rudolf Steiner fue quién en el Siglo XX echa luz sobre ésta temática. Hubo en su vida situaciones biográficas, de destino, que lo llevaron directamente a la investigación de ésta corriente con los métodos de la Ciencia Espiritual. Estando un día frente a la "Pietá" de Miguel Angelo (El Cristo Muerto en el regazo de la madre), surgió ante él la imagen de Sigune con su prometido muerto, el Caballero Schionatulander, en su regazo. Este es el aspecto de la compasión o misericordia en la corriente del Grial. El poder asumir el dolor de otro en forma absoluta caracteriza al "Caballero del Cisne, configura al "Sabio por Compasión" (Wagner). En otra oportunidad habiéndose formulado el interrogante sobre el Cáliz del Grial del que fluye la corriente nutriente que llena los platos de los caballeros, o que alimenta a José de Arimatea encerrado en la torre, se le hace presente la imagen de la Luna en la noche del Domingo de Pascua, del primer Domingo después de la Luna llena del solsticio de Primavera (en el hemisferio Norte).

O sea la Luna menguante, una parte de la cual refleja la luz física del Sol, formando el cáliz, la parte obscura del disco lunar que sobresale del cáliz en forma de hostia refleja las fuerzas espirituales del sol, las fuerzas de amor de los Elohim, el alimento espiritual eterno imperecedero, el pan de vida. Esa imagen es acompañada por las palabras "Ganganda Greida", la nutriente, el alimento que camina, que se traslada. En el cáliz surge con letras de oro el nombre del Rey del Grial cuando es convocado, como sucedió en el caso de Perceval, quién el Viernes Santo del año 869 llega por segunda vez al Castillo del Grial siendo iniciado por el Caballero Gurnemanz y coronado rey el día de Pentecostés del mismo año. (Las fechas son el resultado de la investigación de otros autores).

En la actualidad el ser humano se encuentra expuesto a fuerzas del mal más destructivas, o en forma más destructiva que en épocas anteriores donde su inconciencia y las instituciones sociales, políticas y religiosas lo conducían y protegían. En el tercer milenio el hombre deberá enfrentarse con esas fuerzas desde su autoconciencia y muñido exclusivamente con las fuerzas espirituales a las que tiene acceso por su trabajo personal. Este camino lo deberá hacer preferentemente en comunidad. La imagen de la piedra preciosa hermosísima pero hueca, es la imagen del YO humano individual, profundamente influido por Lucifer. Es un brillo aparente, seductor, falso, engañoso, solo adquiere contenido cuando en el cáliz se vierte la sangre del Cristo, es decir cuando el ser humano se une al impulso del Cristo, al Pleroma de los Elohim, esa fuerza del amor cósmico que se hizo hombre y que irradia hacia la humanidad en la sangre que mana de la cruz. El yo humano en que se vierte ésta fuerza ,como la sangre en el cáliz, puede incorporar los impulsos que llevan al hombre en forma correcta hacia el futuro. Parceval es el ejemplo y el maestro de ésta corriente, de éste camino. Sin esa unión con las fuerzas de Cristo, independientemente de cualquier institución religiosa, el ser humano no podrá sostenerse frente a lo que en el presente y en el futuro cercano viene a su encuentro.

Carlos Mönckeberg


 
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