Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

El Ojo de la Luz
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 Videos 
 General 
 13 Lunas 
 Año 2012 
 Actitud y Pensar 
 ADN-DNA 
 Agua diamantina 
 Angeles 
 Astral 
 Astrologia 
 Auras 
 Ayurveda 
 Biblioteca 
 Biografias 
 Budismo 
 Canalizaciones 
 Chakras 
 Ciencia y Cosmos 
 Civilizaciones 
 Cristales 
 Crop Circles 
 Dioses 
 Energia 
 Enigmas 
 Feng Shui 
 Flores de Bach 
 Frases y Reflexiones 
 Gaia_Tierra 
 Geometria Sagrada 
 Lugares de Poder 
 Luz y Color 
 Meditación 
 Mitos y Leyendas 
 Mancias y Rituales 
 Mandalas 
 Mantras 
 Merkaba 
 Mudras 
 Niños Indigo 
 Numerologia 
 Orar_ 
 OVNIS 
 Plantas 
 Profecias 
 Reiki 
 Religión 
 Salud y Sanación 
 Sonido 
 Sueños 
 Taichi & Kung 
 Talismanes y Simbolos 
 BUSCADOR 
 
 
  Herramientas
 
Mitos y Leyendas: El Cuento de las Arenas
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Thenard  (Mensaje original) Enviado: 12/07/2010 22:11
Un río, desde sus orígenes en lejanas montañas, después de pasar a través de toda clase de trazado de campiñas, al fin alcanzó las arenas del desierto. Del mismo modo que había sorteado todos los otros obstáculos, el río trató de atravesar éste último, pero se dio cuenta de que sus aguas desaparecían en las arenas tan pronto llegaban a éstas.


Estaba convencido, no obstante, de que su destino era cruzar este desierto, y sin embargo, no había manera. Entonces una recóndita voz, que venía desde el desierto mismo, le susurró: "El Viento cruza el desierto, y así puede hacerlo el río".

El rió objetó que se estaba estrellando contra las arenas, y solamente conseguiría ser absorbido, que el viento podía volar y ésa era la razón por la cual podía cruzar el desierto.


Arrojándote con violencia como lo vienes haciendo, no lograrás cruzarlo.

Desaparecerás, o te convertirás en un pantano. Debes permitir que el Viento te lleve hacia tu destino".


¿Pero cómo podría esto suceder? "Consintiendo en ser absorbido por el Viento".

Esta idea no era aceptable para el río. Después de todo, él nunca había sido absorbido antes. No quería perder su individualidad.

- ¿Y, una vez perdida ésta, cómo puede uno saber si podrá recuperarla alguna vez? -objetó el río.

- El Viento -dijeron las arenas-, cumple esta función. Eleva el agua, la transporta sobre el desierto y luego la deja caer. Cayendo como lluvia, el agua nuevamente se vuelve río.

- ¿Cómo puedo saber que esto es verdad?

- ¡Así es!, y si tú no lo crees, no te volverás más que un pantano. Y aún eso tomaría muchos, pero muchos años; y un pantano, ciertamente no es la misma cosa que un río.

- ¿Pero no puedo seguir siendo el mismo río que ahora soy?

- Tú no puedes en ningún caso permanecer así -continuó la voz-. Tú parte esencial es transportada y forma un río nuevamente. Eres llamado así, aún hoy, porque no sabes qué parte tuya es la esencial.

Cuando oyó esto, ciertos ecos comenzaron a resonar en los pensamientos del río. Vagamente, recordó un estado en el cual él, o una parte de él, ¿cuál sería?, había sido transportado en los brazos del viento. También recordó - o le pareció - que eso era lo que realmente debía hacer, aun cuando no fuera lo más obvio.

Y el río elevó sus vapores en los acogedores brazos del viento, que gentil y fácilmente lo llevó hacia arriba y a lo lejos, dejándolo caer suavemente tan pronto hubieron alcanzado la cima de una montaña, muchos pero muchos kilómetros más lejos. Y porque había tenido sus dudas, el río pudo recordar y registrar más firmemente en su mente, los detalles de la experiencia.

Reflexionó: "Sí, ahora conozco mi verdadera identidad".

El río estaba aprendiendo, pero las arenas susurraron: "Nosotros conocemos, porque vemos suceder esto día tras día, y porque nosotras, las arenas, nos extendemos por todo el camino que va desde las orillas del río hasta la montaña".

Y es por eso que se dice que el camino en el cual el Río de Vida ha de continuar su travesía, está escrito en las Arenas.

Aunque parece a primera vista sólo un cuento ordinario para la persona no preparada, quizá esta historia contenga también nuestra propia historia.

¿Quién puede saberlo?


Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados