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De: Dulzura  (Mensaje original) Enviado: 26/10/2009 14:08

Alargar en el tiempo el mayor placer que puede recibir el cuerpo humano es un sueño que todos y cada uno de nosotros podemos convertir en realidad. Basta con desaprender todo lo que acostumbramos a poner en práctica entre las sábanas y dejarnos llevar por el deseo. Aparcando el estrés a un lado, esta semana no hay excusa para no innovar.

Tenemos tiempo y como afirma Rebeca Royo en El Confidencial: "Sólo hace falta echarle ganas".

Si por su propia voluntad no es capaz o nunca ha intentado incrementar la sensación de libertad que puede aportarle un segundo más de intenso placer erótico, puede probar a seguir las reglas del sexo tántrico para descubrir que ‘ahí dentro’ hay algo más de lo que creía tener y que puede explotarlo durante el tiempo que usted quiera.

Aviso a navegantes: puede de después de probarlo no quiera volver a practicar el ‘sexo tradicional’.

Una vez se haya despedido de las prisas, del ‘aquí te pillo, aquí te mato’ y de las ganas de eyacular, estará listo para descubrir un mundo tan desconocido como reconfortante. Para lograr la relajación total no estaría de más ambientar el lugar con velas y tener a mano aceites de masaje -conviene disponer de un espacio amplio sin objetos que puedan entorpecer el movimiento-. Sentados uno frente a otro, la sesión debe comenzar respirando de forma pausada, cada uno del aire del otro, cerrando los ojos intentando no pensar en nada ajeno a lo que estáis haciendo.

Metidos en el papel, es la hora de los masajes, que se deben realizar por las distintas partes del cuerpo evitando pechos y genitales, y los besos, que se darán mirándose a los ojos y sin tocar a la pareja, aumentando así el deseo y dejar de respirar del modo indicado. Recostados en la cama, es el momento de besar su cuerpo y tocarse lentamente, incluyendo, ahora sí, los genitales.

Relajados y con el deseo a flor de piel, la primera penetración debe ser estática quedando el pene inmóvil dentro de la vagina mientras siguen las caricias. Tras ello, comienza el movimiento de ambos sexos, suavemente, durante unos 30 minutos evitando el momento de la eyaculación. Cuando el hombre note que ésta llega, debe repetir los pasos de la respiración y las caricias hasta que el momento llegue cuando él -y ambos- quiera/n.

El orgasmo más largo de tu vida

Quienes lo han practicado y disponen de tiempo y espacio para sus relaciones sexuales, dicen que no hay un orgasmo igual que éste que explosiona tras una gran cantidad de energía acumulada y que multiplica las emociones y sensaciones al máximo exponente. Aquí el placer siempre es mutuo y las prisas no dejan nunca a la mujer a las puertas del orgasmo que en ocasiones cuesta conseguir.

Un paso más allá, una vez hayamos realizado estas tácticas, sería conseguir el ‘coitus reservatus’: una técnica que logra bloquear la eyaculación. Para ello, el Tantra explica dos ejercicios que son el Mula Bahnda y el Vajroli Mudra. El primero se practica mucho en el yoga y su fin es preparar la musculatura, la respiración y la atención, contrayendo el perineo hasta los genitales, la pelvis y la parte inferior del abdomen.

Se logra colocándose en posición erecta, estirando la espalda y colocando las palmas de las manos sobre los muslos para presionar las nalgas arriba y abajo mientras se controla la respiración a la vez que se contrae el perineo. La técnica finaliza relajando la pelvis.

El segundo es una fase superior en el sexo tántrico-esfinter-uteral. Antes de realizarlo es imprescindible haber bebido mucho agua y vaciar la vejiga. Adoptando una postura recta y cómoda, también con las manos sobre los muslos, hay que focalizar la atención en el esfínter uretral, bajo el clítoris en ellas y bajo la base del pene en ellos.

Respirando como se indicaba en los anteriores pasos: hondo y reteniendo el aire unos segundos antes de expulsarlo. A continuación, hay que contraer el músculo que corta la orina y tirar al mismo tiempo hacia arriba la parte baja del abdomen. Relaja la contracción y exhala lenta y suavemente. Estos ejercicios mejoran la relación sexual, reafirman los tejidos vaginales y ayudan a que conozcamos y aprendamos a controlar mejor nuestro cuerpo.

Si tras probar estas técnicas el hombre consigue retener la eyaculación, puede considerar que es un ‘iniciado’ en el sexo tántrico, una forma de jugar con nuestra sexualidad que se llega a controlar con entrenamiento. Si el primer orgasmo conseguido con el sexo tántrico es el más largo de tu vida, el siguiente lo será más y así sucesivamente... ¿De verdad no te animas a probarlo?

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