Un día como e
l de hoy, pero del año 1977, ante la falta de respuestas a sus reclamos, un grupo reducido de mujeres angustiadas, cuyos hijos habían desaparecido luego de ser secuestrados por fuerzas de seguridad de la dictadura militar argentina, se reúnen frente a la Casa Rosada, en la histórica Plaza de Mayo para hacer conocer su tragedia a la opinión pública y para llamar la atención de Videla y sus secuaces. Aquel sábado Azucena Villaflor de De Vincenti y otras 13 madres, iniciaban sin saberlo, una tenaz y prolongada lucha. Al haber estado de sitio, un día (cuando ya eran más de 60 madres) la policía les ordenó “circular” con el objetivo de expulsarlas del lugar. Para burlar a la tiranía (sin desobedecer la orden) las madres comenzaron a caminar del brazo, dando vueltas a la plaza. Más adelante, para no pasar desapercibidas, las vueltas a la plaza se cambiarían por rondas alrededor de la Pirámide de Mayo. El origen del pañuelo blanco se ubica en una peregrinación a Luján en Octubre del 77. Las Madres, para identificarse entre la multitud acordarán llevar un pañal, que con el tiempo cambiaría por el pañuelo (hoy convertido en ícono). Durante décadas, cada jueves, a la misma hora, ajenas a la lluvia, a los gobiernos, al calor y a las crisis, estas sufridas y valientes mujeres continuaron, incansables y estoicas, reclamando la aparición con vida de sus queridos hijos. En todo el mundo, sin excepciones, las Madres de Plaza de Mayo representan el dolor, el coraje, el grito de justicia, la resistencia y la lucha ante el Terrorismo de Estado.