**Por un instante, al ver el calibre de sus enemigos, los ojos de El Cid se abren como platos, sin embargo pronto regresan a la normalidad. Ante las preguntas de Yuzuriha, el solo señala con sus claros ojos el lugar donde se encuentran los legendarios jueces del Infierno. –Es hora…-dice casi como un susurro, sabiendo que la batalla que les esperaba sería de las más duras de toda la guerra santa. Su fisionomía comienza a iluminarse a sí misma en matices dorados que lo envuelven de pies a cabeza. -¡Vamos, Yuzuriha! – dice con fuerza, mientras empieza una veloz carrera por las escaleras en dirección de los Jueces de aquel mundo lúgubre. Y al estar a algunos metros de Radamanthys, conocido por su crueldad, el brazo de El Cid se tensa en forma de cuchillo; con la palma abierta. Entonces, lanza de abajo hacia arriba un corte en diagonal el cual pronto se convierte en una delgada pero poderosa lámina de energía dorada, buscando cortar en dos o por lo menos herir el surplice del Wyvern.**

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**El Cid lanza su cortante ataque al juez, pero el compañero de este contraataca con fuerza. El santo dorado de la cabra celeste solo logra colocar su mano buscando defender su humanidad cuando recibe aquel rodillazo que lo manda a volar a una parte lejana del cuarto, cual meteoro.  Aterrizando con una rodilla sobre el piso y apoyándose con una mano, el español contempla a sus enemigos por un instante, y como Yuzuriha estaba sola contra ellos. Y sin perder ni un segundo, el muchacho comienza otra veloz carrera a la zona de combate, envolviéndose en matices dorados en el camino.  Y al observar como el juez del Wyvern intenta atacar a la grulla, el brazo de El Cid vuelve a tensarse cual sable, y vuelve a trazar una línea diagonal en pos de ambos jueces cercanos.  Y de aquel trazo, una cortante lámina de energía dorada avanza a extremas velocidades cercanas a la de la luz, buscando herir a los jueces del Infierno. Si el wyvern atacaba a la grulla, se vería envuelto sobre aquel haz de luz.  El Cid esperaba que su ataque diera resultado.**

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**Sin éxito el caballero de la Grulla se lanzo en una ágil patada, la cual pudo observar asombrada, “Eso solo quiere decir una cosa” menta al tiempo que se incorpora en un rápido equilibrio al par de su lazo rojo que gira en su redor, su rostro da la vuelta entonces para observar caer a su compañero, el santo dorado de Capricornio, la joven hace puño con ambas manos para impactar al pro juez que lo ataco, mas su sorpresa es mas cuando se da cuenta que ha sido sujetada una de sus piernas y se ve elevada por los aires, luego soltada, la joven entonces, con su cuerpo flexible baja una de sus manos apoyándola en el suelo retrocediendo delante de ambos, su cuerpo aun girando por el ataque del juez al fin se detiene y aterriza sin chocar contra nada, gracias a su cuerpo sumamente flexible, desde el suelo se levanta y dice, -¡Quiere decir que ustedes son los jueces del infierno!- desaparece delante de los ojos de ambos valiéndose de una de sus habilidades naturales, la teletransportación para luego aparecer atrás de uno de los jueces, el compañero de Garuda, con un ágil movimiento empuña la mano, -Toma esto- dice, pues antes que lo piense la joven trata de impactar en la cabeza de su oponente elevando su aurea de color blanquecino, si, trata de tomarlo por sorpresa**

**Aquellos jueces eran sumamente poderosos, y parecían no ser afectados por nada. Incluso el Wyvern recibía sobre su retaguardia un poderoso golpe, y ni siquiera chistaba. Sin embargo El Cid no se daría por vencido, y, siguiendo su veloz carrera a través del salón de Hades,  se lanza con fuerza delante del juez de Garuda, eleva su brazo en forma de cuchilla, y lo deja caer como antes de forma completamente vertical frente al espectro y, nuevamente, una línea dorada se trazo con una potencia y corte fenomenal. A aquella corta distancia, espera que ahora el infernal juez recibiera algún daño, sin embargo el mismo se ponía en riesgo al estar tan cerca de un ser tan fuerte como Eaco. ¿Lograría su cometido aquel filoso corte?**

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**Nuevamente, el ataque del caprino falla como si aquellos jueces fueran algo más que humanos.  Y, ante la contra ofensiva de Aiacos,  toda aquella energía impacta de lleno en el pecho de El Cid. De su boca, una gran cantidad de sangre sale, mientras que el peto de su armadura ahora es reducido a añicos. El dolor invade su cuerpo, más sin embargo el santo no suelta ni un alarido. Sin embargo, teniendo aquella mano tan cerca, el de Capricornio la intenta tomar con su brazo izquierdo por la muñeca. ¡Es su plan! Dejarse impactar por el ken de Aiacos y asi, al tenerlo cerca, lo intentaría atrapara para que no escapara más de sus cortes con su increíble velocidad.  Y, esperando haberlo atrapado, El Cid con sus últimos alientos de vida eleva su brazo cargado de cosmos y brillando con fulgor. De entre dientes deja salir las palabras –Toma esto, Juez…-  mientras lanza su brazo como espada al pecho de Garuda, intentando atravesarlo por el corazón y acabar con su vida. ¿Logaría acertar su última estocada asesina?  Y, esperando aun tener a Aiacos sostenido con toda su fuerza, y aún sin saber el resultado de su ataque, la gran caución de Radamanthys se hace sentir por todo el lugar con un poder tremendo. Los ojos avellana del décimo santo del sol miran de reojo la gran ráfaga de cosmos acercarse a él, y ni siquiera intenta huir. De haber logrado sostener al juez de la valentía, la ráfaga golpearía a ambos, y seguramente les arrancaría la vida. °°Vete de aquí, Yuzuriha…°° piensa el caballero, sabiendo que ella era una lemuriana y la teletransportación era un juego de niños para los de su raza. Entonces, la gran ráfaga envuelve al ya de por si débil y herido santo de capricornio, dejando su cuerpo como muñeco de trapo y, a pesar de estar portando su armadura de oro,  arrancándole la vida. Solo una última incognita recorre la vida del caballero. ¿Habría logrado asesinar a Aiacos? Su última estocada o incluso si lo llevaba consigo a ser envuelto en la ráfaga del Wyvern. Su objetivo era llevarse a Garuda a la tumba aunque esto le costase la vida. ¿Sería el último cometido de El Cid cumplido?**

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