*Es así como Seiya parece aceptar el desafío incrementando su cosmos lo más posible sobrepasando el límite de un santo de bronce normal, las alas del Pegaso se extienden en son de la batalla, los ojos de Seiya observan atentamente a su contrincante –explota cosmos, esto es ¡por Saori!- exclama el santo mientras su cosmos sigue elevándose llegando a acercarse al del caballero dorado, “mis amigos han dado su vida por permitirme llegar hasta aquí… no debo rendirme sino combatir” es el pensamiento del guerrero mientras su cosmos sigue su aumento “Saori debemos llegar lo antes posible hasta donde se encuentra la Athena de esta época para poder salvarte, no podemos retrasarnos más” menta mientras su cosmos parece intensificarse rodeándole por completo, haciéndose aún más brillante e intenso que antes, sus manos dibujan las 13 estrellas de su constelación guardiana para terminar exclamando –¡Dame tu fuerza Pegaso…Ryu Sei Ken!- “por favor Saori déjame una vez acercarme a la velocidad de un caballero dorado” menta al instante en que su puño se extiende lanzando cientos de golpes a alta velocidad con mucha potencia y en aumento, dirigidas hacia su adversario, sin detener el ataque, Seiya aumenta la velocidad e intensidad de esté, al instante en que su cuerpo es golpeado en ambos muslos y en el abdomen por 3 certeros golpes de la aguja escarlata* 

                                                                                                         

*Seiya se encuentra combatiendo arduamente en la octava casa zodiacal, su cuerpo herido por 4 toques de la aguja escarlata que se denotan en su rostro, en su mirada el dolor que sufre de manera aguda sin embargo su tenacidad es mayor y a pesar de haberles recibido se mantiene de pie fulgurante frente a la figura de su adversario “que extraño, parece emocionarse aún más a pesar de mi ataque, siento algo extraño en este sujeto como si algo estuviera a punto de suceder, en fin debo llegar hasta donde se encuentra Athena, esa es mi misión para llegar pronto donde se encuentra Saori, debo apresurarme, pero… estas heridas duelen muchísimo, sin duda es un guerrero temible su ataque es muy rápido” menta el joven guerrero apenas pudiendo mantenerse en pie, -debo seguir luchando por Saori nuestra Athena, aunque no tenga energías, aunque mi cuerpo esté herido yo seguiré combatiendo- vocifera con mucho valor el santo, mientras se mantiene erguido observando atentamente los movimientos de su adversario*

 

                                                                                                      

** El brazo izquierdo de aquel santo comienza a enervar un cosmos poderoso, cálido, ardiente, fatídico, un abanico de fuego se siente por todo a su alrededor, generando un golpe de calor para quienes lo rodean, manteniendo aun el autocontrol de si mismo, aquel cosmos se manifiesta, ahora es la uña del indice de la mano izquierda, poco a poco todo se agolpa, el cosmos del varón se convierte en una ola llameante, pareciera que el tiempo se detiene en esos instantes mientras la mano se eleva, poco a poco su cuerpo entra en una fuerza ardiente mientras su sangre circula con frenesí, el brillo de aquella uña varia ahora entonces se comporta de una manera extraña. sádica, poderosa, destructora, los ojos se clavan en seiya ... ** « Kardia de Escorpion » || The Scarlet Sparkling will be the Last Thing you See ||

-- Rol Off -- Por causas de fuerza mayor no podre responder hasta el lunes por la mañana, espero que me puedan esperar, en dado que no, aceptare con anuencia las manipulaciones. gracias.  « Kardia de Escorpion » || The Scarlet Sparkling will be the Last Thing you See ||

* La tención parece encontrar su punto máximo en aquella casa zodiacal, dando a entender con esto que los peleadores están listos para dar su ultimo ataque, matar o morir por sus ideales, tan similares y fatídicamente opuestos uno al otro; Pero como si algo o alguien quisiera alargar este encuentro intenso y violento, empieza a manifestarse en la escena un suceso extraño, es entonces que justo en miedo de Kardia y Seiya, se comienza a formar una pequeña capa de cristal, tal y como si la temperatura en ese exacto e indicado lugar comenzara a descender de manera rápida, un sonido agudo se deja escuchar conforme los cristales van formando una pared, misma que refleja las imágenes de los dos contendientes al tiempo que se va engrosando y definiendo - Detente caballero de Escorpión - se escucha con protagonismo la voz conocida de un joven que se presenta con un caminar elegante, acompañado por el movimiento de sus hombros y el golpe de su rubia cabellera, parte a parte se deja ver su anatomía, envestida por las ropas blancas, maltratadas y rasgadas como señal de su encuentro anterior, misma imagen que en la mítica armadura de los hielos - Seiya pasara esta casa, por que ahora, como antes, no lo dejaremos morir, no hasta cumplir la misión que nos trajo a este sitio - se deja escuchar dejando que su aura gélida se concentre en su cuerpo y se proyecte en la barrera que pretende, no solo separar a Kardia de Seiya si no también dar tiempo a que el santo de Pegaso recupera algo de fuerzas*

Hyoga caballero del cisne

* Los lentos y cansados pasos del ruso se detienen junto a un desvanecido Shun y cerca al adolorido Seiya, pero la mirada azul de este nuevo oponente, ni por un segundo se desvía de la anatomía de Kardia – Soy Hyoga, caballero del cisne – confiere al tiempo que ilusoriamente un cisne se presenta gradualmente a espaldas del santo – Y no estoy aquí para pedirte permiso – con autoridad se deja escuchar – Seiya pasara tú casa, y llegara hasta el cuarto principal, terminando con todo esto de una vez por todas – finaliza mirando brevemente al santo del Pegaso, y retomando la atención sobre el caballero dorado “Que poder tan intenso, es más agresivo que el de Milo” piensa al momento de recordad la terrible confrontación sufría en ese mismo recinto por otro caballero del escorpión a quien parece estar viendo sobrepuesto en la figura de Kardia, tras esto, su aura sigue liberando una cosmo bajo, permitiendo que la temperatura se sienta más gélida, creando en la parte inferior de la casa una ligera y sutil cortina de vapor que le da otro tono dramático a la escena*

 

 

* Pero sin perder tiempo y sabiendo que el tiempo juega en su contra, las piernas de Hyoga se mueven llevando su cuerpo un poco más adelante tratando de tomar el protagonismo en la atención de Kardia – Caballero! – dice – Veo que no te importa hablar mucho, lo que quieres es nuestras vidas – se escucha su voz con un tono decidido y bien marcado mientras observa por una fracción de segundos a Seiya y al reanimado Shun – entonces, que sea así – retomando la atención en el santo dorado, es justo entonces que sus piernas se separan a mediana distancia, logrando que su cuerpo tenga estabilidad perfecta, para después juntar sus dos palmas frente a su pecho – Seiya, ya no pierdas tiempo, deja esta casa, prometo que te seguiremos, ahora, vete!!! – y con esto, los brazos de Hyoga se elevan hasta más allá de su cabeza, formando una postura elegante y poderosa que le permite desprender un aura tan blanca que partes de su anatomía parecen difuminadas, pero esto no es todo, y como si el aumento de su energía controlara todo el entorno, miles de cristales empiezan a notarse cayendo en gran parte de la casa, incluso algunos de ellos al caer, logran formar capas delgadas de hielo en el suelo y pilares – O te concentras en mi, o te concentras en mis amigos, pero no en los tres, es tu elección escorpión - le decreta esperando que el Pegaso abandone la casa y siga con su misión, dejándolo tomar su lugar en el combate a lado del caballero de Andrómeda * 

 

*En ese momento el cuerpo de Seiya vuelve a reaccionar de pie aún pero con los dolores propios después de recibir diversos impactos de la aguja escarlata, por un momento su consciencia pareció irse sin embargo ha vuelto gracias a sus amigos, “Hyoga y Shun parecen a ver combatido muy duro, para poder llegar hasta aquí, diversos rivales y yo aún no he terminado este combate, pero… Saori es más importante ahora, debemos cumplir nuestra misión, nacimos en esta época y compartimos el mismo tiempo, mis valiosos amigos llego la hora de ¡luchar o morir!” es el pensamiento que transcurre por su rostro al momento que un aura de tonalidad celeste intenso comienza a rodearle y a hacerse más intensa y grande, resplandeciente, alcanzando por unos momentos el séptimo sentido brillando con la figura de aquel caballo de la mitología Griega a sus espaldas con sus alas extendidas, dispuesto a seguir combatiendo junto a sus amigos –nos dices ilusos y quizás tengas razón cada uno está luchando por nuestros ideales, que son distintos, pero aunque nuestros cuerpos estén malheridos o a punto de desvanecerse nosotros seguimos en pie combatiendo por aquel laso que nos une nuestra amistad, nuestra convicción de proteger a Saori como fue encomendada por los santos dorados que han caído en la batalla mortal contra Hades, por ello nosotros no nos rendimos y seguimos ¡combatiendo!- vocifera el santo de Pegaso con mucho valor observando y animando a sus camaradas a seguir combatiendo*