**Io de Scylla se ríe entre dientes escuchando al dios guerrero que le propone un trato que sin duda le podría dar ventaja a Poseidón. _-Eres listo, conoces bien el secreto de los pilares océanicos a pesar de que fuí reportado que tu llegada fué posterior a la de tus compañeros. Pero no creas que el Pilar del Pacífico Norte podrá ser destruido, sú guardián murió por que fué inepto, pero el pilar sigue en pié, por lo que especulas ignoras la historia; Hace mucho tiempo los famosos caballeros dorados intentaron derribar los Pilares de este Santuario, pero como puedes ver ni ellos fueron capaces, ¿crees que ustedes podrán?-_ Io exclama dibujando una sonrisa en su orgulloso rostro _-Bien Alberich, lo que me propones es tentador, traicionas a tus compañeros y te unes a la causa más fuerte, sabes que Hilda no podrá ser salvada y no quieres que lo sea... Y sí, en otra cosa tienes razón, el mundo está corrupto y necesita ser purificado, pero... En tus acciones contradices tus palabras-_ El General borra su sonrisa y se muestra severamente serio, su tono de voz cambia y se torna duro _-Tu eres ese tipo de escoria que contamina la Tierra. Tus compañeros pelean ahora mismo con sus vidas por Hilda y aunque su rebeldía contra los Dioses sea imperdonable ellos son fieles a sus ideales y a su pueblo, tú al contrario eres un traidor. Traidor una vez serás traidor para siempre, hoy desonrras tu puesto como dios guerrero entregando a tu Sacerdotiza, quien dice que mañana no morderás la mano de quien te protege-_ El Marina apunta con su dedo acusador al supuesto guerrero mostrando un caracter fiel e incorruptible, incluso de admiración para aquellos que respetan sus ideales aunque sus ideas sean las equivocadas _-¡Toma tu espada si eres un guerrero y pelea aunque sea para defender tu sucia vida!-_ Exclama el General con enojo mientras su aura cósmica se torna agresiva, pero aun así el no atacaría a quien está desarmado.**

**El retumbar del cielo marino llama la atención de los luchadores, Io luce impresionado e incrédulo, por primera vez un pilar oceánico había sido derribado _"Es imposible, el Pacífico Norte ha caido, no debimos subestimar a los dioses guerreros"_ El General regresa la vista a su oponente en turno inspeccionándole _"Pero este no es un peleador, su cuerpo carece de musculatura como para ser un guerrero, no es más que un blandengue, pero si se le fué otorgada su armadura debe ser por que es inteligente, debo cuidarme, no subestimar sus artimañas"_ Io retoma su porte altivo y sonrisa orgullosa, abre las piernas y coloca su brazo izquierdo en vertical en frente de él. El cosmos del General se estremece y la muñequera de su brazo izquierdo brilla intensamente acumulando un resplandor de energía en su mano. _-Patrañas, en este momento lo que te debe importar más es tu vida. Lo que viste al principio no es más que una milésima del poder que las bestias de Scylla guardan, me pregunto si lograrás sobrevivir a la primera de estas... SERPENT STRANGLE-_ Al pronunciar las últimas palabras que quiebran en eco, Io de Scylla lanza el brazo hacia el oponente disparando un rayo de energía a la velocidad de la luz en su contra, ondulando de manera impredecible la energía no es un ataque común, antes de llegar en contra de Alberich cambia de trayectoria y gira a su alrededor como una espiral intentando bloquearle un escape, aquella extraña energía estalla y del su interior emerge una serpiente gigantesca cuyos ojos miran fijamente los del guerrero expidiendo una luz hipnotizante como la mirada de aquellas serpientes que con la mirada paralizan a su presa. El general cierra el puño esperando que la mirada de la serpiente le sirva como el más mínimo distractor mientras los espirales que forman el cuerpo del reptil se cierren drásticamente en busca de sumir al oponente en una atadura de presión que podría romperle los huelos mientras le asfixia a morir.**

**_-...Dos... Tres... Cuatro-_ El general cuenta resistiendo el tiempo que puedo mientras su escama, específicamente su muñeca comienza a humear y la enorme serpiente despiadada se esfuerza por debilitar lo más que se pueda al oponente _-... Cinco... Seís... Siete... AHHHH-_ Scylla lanza ún último apretón con lo que le resta de fuerza a su bestia, el octavo segundo pasa y en el noveno la muñequera junto con el guante de su escama estallan dejando la mano izquierda del general desnuda. Tras el último apretón que la serpiente ejerce para aplastar el oponente esta se returce en un chillido estridente y desaparece junto con una de las raras precencias encerradas en el cosmos de Io de Scylla. El general muy serio mira su mano de la que sale humo, desnuda en su muñeca casi a la mitad del antebrazo, la piel del marino luce con manchas enrojecidas _-Jhm... La serpiente asesina ha muerto, pero ese guerrero mostró gran resistencia, ¿será que siga vivo?-_ Menciona en voz baja dirigiendo su mirada a la posición del oponente para ver el resultado de aquellas acciones.**

**_-Jajaja, dios guerrero de Asgard, creo que yo estoy más sorprendido de tí por haber sobrevivido a una de las bestias... Pero si eres inteligente, sabrás que bajo las faldas de Scylla se escondían 6 bestias, apenas has visto una de ellas y las demás son tan diferentes las unas de las otras-_ El general retoma una orgullosa postura frente a su oponente ignorando su mano, no eran más que simples quemaduras que cualquiera con suficiente entrenamiento podría ignorar asimismo haciendo resugir su fuerza cósmica de tan extraña emanación enérgica con la sombra del resto de sus voraces bestias esperando ser liberadas. Io mira al oponente y su sucesiva acción al llamar por la madre naturaleza, incluso el mismo general toma silencio esperando lo que pudiera suceder con su técnica moviendo sus ojos de izquierda a derecha un tanto confuso. El marina sonríe para reirse de su oponente pero sus sentidos le adverten, oídos tan finos como un murciélago, olfato agudo como un lobo y de más sensaciones animalescas le advierten que algo no va normal en el ambiente que le rodea, por lo que el General Marino se limita a guardar silencio y mirar a su oponente sin dejar de lado aquel cosmos misterioso, meditando que bestia será la adecuada para acabar con el oponente.**

**El General Marino ríe alzando sus hombros ante las palabras de su oponente _-¡Ja!... Muerdete la lengua basura. En el pilar del Antártico ahora mismo uno de los suyos ha caido, su cosmos se ha apagado... Y, que te parece, otro de ustedes ha caido ante el General del Atlántico Sur. Después de todo no son tan fuertes, pronto seguirás a tus compañeros en el mismo barco del Hado... No sé que estas haciendo o esperando pero ahora mismo ¡te enseñaré!-_ Io de Scylla alza el brazo derecho con su puño cerrado, su cosmos se acumula formando un diminuto remolino de energía del mismo color que parte de su aura agua-marina. Io mece su extrmidad y la dirije contra su oponente disparándole una ráfaga de ken que forma una esfera en el aire, dispuesta a embestir de frente al dios guerrero, tal vez no es un ken tan poderoso para eliminar a algún peleador, pero sí una prueba estratégica de lo que el General tiene en mente mientras mantiene su mente, cosmos y sentidos agudos a las artimañas de ese Dios Guerrero.**

**Scylla admira como su ken es parado por un muro de tierra emergente del suelo, agudiza los ojos buscando explicación casi ignorando las palabras de su oponente _"Su cosmos tiene influencia sobre el campo de batalla... Eso de la madre naturaleza no eran solo charadas"_ Los sentidos agudizados de Io se ponen en alerta sintiendo las modificaciones de su entorno como si todo tubiera una vida animada de un momento a otro _"Bien, debo arriesgar para ganar, veremos que tanto puede lograr con su madre naturaleza"_ Con rapidéz las piernas del general se plantan en el suelo e inclina el cuerpo, las alas se su escama parecen abrirse. Siguida a su preparación el General Marino se lanza contra su oponente en rápidos movimientos, como si fuera un animal corriendo contra su presa utilizando una ligereza y agilidad en sus piernas como si no fuera un humano. Intentando alcanzar al oponente Io de Scylla lanza su puño derecho contra el rostro de Alberich en busca de acestarle un gran golpe en la cara.**