Conocemos hombres que son pasivos, inertes, pareciera que no tienen vida y, no sólo lo parecen sino que es así, y hay que diferenciarlos.

También hay varios tipos de mujeres, que mencionaremos. Por ejemplo, está:
La mujer disconforme : aquella que, por más que él se mate, nada le viene bien; y no se trata de que su marido sea un vago sino que a ella nada la satisface. Son hiper exigentes, jamás reconocen el esfuerzo del otro. Cuando él le comenta un logro, ella response:“sí, pero… podrías haber alcanzado aquello otro”, no reconoce el esfuerzo del varón.

La mujer hiper activa : hace todo ella y no deja que nadie lo haga. Cuando otro quiere hacer algo ella dice: “Dejá, lo hago yo porque a vos te va a salir mal”. Ella mantiene la casa, arregla, levanta, lleva, trae, hace todo, pero no porque él no quiera sino porque ella no quiere que él haga nada; lo prefiere “tranquilito” para poder tener el control y el dominio.

La mujer “burro de carga ”: es la mujer que “sí” se casó con un vago, con un hombre pasivo y ella espera que, en algún momento, él cambie.

El vago es un hombre carente de iniciativa, no puede emprender ningún proyecto, está inactivo. Es como un auto sin motor no funciona; lo tenés en el garaje y, por más que quieras, no sirve; bueno el vago se sienta en el sillón y no se levanta nunca y vos le tenés que alcanzar todo.

Su vida es una serie de oportunidades perdidas y que, generalmente, se las encontraste vos. Si tuvo una entrevista de trabajo es porque se la subrayaste en el diario indicándole a dónde debía ir, a quien ver y hasta vos concertaste la cita. Si va al médico es porque vos le pediste turno y lo acompañaste hasta la puerta.

Nada lo motiva y comprobamos que su creatividad, su energía, se va malgastando.

Hay hombres que son vagos sólo en algunas cosas; por ejemplo:
-no quiere arreglar la casa. ¡Estos abundan! Son vago en un treinta por ciento.
-no quiere saber nada con la crianza de los hijos, se desliga; aunque trabaja y ayuda en la casa. O sea, son vagos a medias.
-Pero están los vagos ciento por ciento.

Test del vago (dirigido exclusivamente a los hombres)

Instrucciones para hacerle el test.
-1º debe estar sentado confortablemente en un sillón cómodo, con algo para tomar y comer que le agrade mucho.
-2º debe responder en forma oral (porque si tuviera que escribir no contestaría).
-3º prometerle que luego de las respuestas le prepararás un baño de inmersión.
-4º y comprometerte formalmente a alcanzarle el salero que tiene a su lado.

Cuestionario:

•  Querido, ¿nunca admitís que necesitas ayuda?
•  Generalmente, ¿te enfermás o accidentas cuando estás a punto de lograr algo bueno o cuando te proponen un trabajo?
•  ¿No te gusta que te presionen ni exijan?
•  ¿En general, perdés empleos y oportunidades por tus estallidos de furia? (El vago se enoja, hace escenas de celos, ira o bronca para no ir a trabajar.)
•  ¿Siempre creés que tenés la razón?
•  ¿Creés que es suficiente lo lograste en la vida?
•  ¿Rechazas las propuestas que te hacen porque siempre tienen algo que no te convence o no te conforma? (Siempre tiene un motivo de disconformidad, “esto no es lo mío, estoy para algo más grande” ).
•  ¿Vivís criticando a los que logran cosas o les va bien? (El vago es un envidioso y es porque, en realidad, sabe que el otro es superior a él.)

El vago sufre su vagancia por eso vive mirando a los demás y criticándolos. Lucha con él mismo y, en general, son adictos, ya sea al alcoholismo, al juego, a las drogas, a la televisión, etc. Son tremendamente depresivos, con tendencias autodestructivas; altamente incompetentes por eso son irresponsables y se olvidan de todo: “ah! Me olvidé de comprar lo que me pediste”, (y sólo era un sachet de leche).

Padecen un gran temor y ansiedad frente al éxito y por eso, cuando están a punto de lograrlo, se boicotean porque en su interior guardan voces de desaprobación. Quizás en su familia alguien lo criticó porque no hacía nada bien y todo a su alrededor fue negativo e insuficiente.

Su problema es que, cuando forme su familia, también se enredará en ese circuito vicioso y oirá a su esposa decirle: “sos un vago”, “no servís para nada”, “todo lo haces mal”. Las mismas voces resonando en su mente todo el tiempo, afirmando su auto concepto.

Algunas mujeres se convierten en la “mamá” del vago, y si es su esposo vivirá tapando baches, haciendo lo que él no hace. Y eso es, lo que no hay que hacer. ¡Nunca le hagas de mamá a un hombre; ni de maestra jardinera!

Lamentablemente las mujeres tenemos incorporadas a la madre y a la maestra, tratando a los varones como si fueran nenes y esa actitud no los ayuda a ellos ni a nosotras. Deben ser responsables de su propia vida y si le hacemos todo jamás lo será. No tapes los baches.

La pregunta que debe hacerse a un hombre pasivo es: ¿Cuánto éxito crees que mereces en la vida?

Y la misma pregunta deben hacérsela las mujeres que también son pasivas, que no tienen iniciativa propia, que no pueden avanzar, que siempre se corta cuando parecen lograrlo.

Del éxito que crees merecer dependerá tu vida.

Si un hombre o una mujer pasiva cree que merece un trabajo con un sueldo que le alcance para llegar hasta fin de mes, hasta ahí se esforzará, y cuando le ofrezcan un poco más, su mente se va a paralizar diciendo: “no creo que sea para mi” Con esa declaración, inmediatamente las emociones, el cuerpo y la mente se paralizan y no logran nada más. Eso es un auto boicot, porque puso límite a su éxito.

Por eso tenés que evaluar cada día de tu vida cuánto más querés crecer, cuánto éxito querés tener, si vas a seguir todo el año en el mismo lugar de trabajo, si crees que el máximo donde podés llegar, ¡bárbaro! Si alguien te ofrece más y no estas dispuesta a recibirlo, te paralizarás, porque es un mecanismo mental que se activa en cuanto aparece algo diferente a lo que estás acostumbrada a hacer.

Lo mismo le ocurre al vago cuando le ofrecen un trabajo no lo acepta porque no se da derecho a progresar porque su papá no progresó, y no puede superarlo. Tampoco en su casa se lo enseñaron entonces cree no merecerlo, se siente culpable, malo, y boicotea el éxito que le están ofreciendo.

¿Cuanto éxito crees que mereces?

Mucho , no es una respuesta, porque no se puede contar. Debes poder contabilizar tu éxito ya sea económico, emocional, profesional. ¿Te conformás con lo que ganaste el año pasado? ¿Lo alcanzado en tu pareja es lo máximo que podés lograr?

¿Te conformas como estas criando a tus hijos, como es tu relación con ellos, como te tratan, o hay algo más? ¿Creés que te merecés algo mejor?

Si crees que lo merecés, cuando te propongan algo nuevo lo vas a aceptar.

Declará:
No me boicoteo más. Determino que estoy preparada para tener el mayor éxito en todas las áreas de mi vida, lo declaro hecho en el nombre de Jesús. Amén.

Una de las maneras de sabotearse, es no arriesgar.

Cada vez que aparece una oportunidad, el vago dice: “No…, no hagamos eso, a ver si perdemos.” Porque no quiere hacerse cargo de sus sentimientos por no hacerse cargo de ese dolor, no puede arriesgarse prefiriendo obviar el sentimiento, y no es porque no quiera a sus hijos, ni le deje de doler que no tienen zapatillas, por ejemplo, sino que dentro suyo lucha consigo mismo. Es un conformista y declara que lo que logró está bien.

Mujer estás creada para avanzar, siempre conquistando lo nuevo, jamás retroceder.

¿Qué actitud tomar con un vago o pasivo?

1º- NO cumplir el rol de Satanás.
- ¡No lo sigas criticando! Él sabe que es un vago, y de nada sirve que lo critiques porque después dejará de escucharla, y no le sirve ni a él ni a vos.
- ¡No te enganches en su vagancia!
- ¡No hagas las cosas por él!
- ¡No le tengas lástima! Porque con la lástima seguirá siendo vago toda la vida.

Tu hijo, tu pareja, quien sea, tiene capacidad para más; nunca le tengas lástima sino debes incentivarlos a avanzar como vos lo hiciste y lo seguirás haciendo.

2º- NO hacer de Espíritu Santo.
El Espíritu Santo es el único que puede motivar al pasivo. “el da fuerzas al cansado y multiplica las fuerzas al que no tiene ninguna.” Isaías 40: 29

Por más que quieras nunca podemos multiplicar nada por nada, porque el resultado será nada. En cambio Dios “ multiplica las fuerzas al que no las tiene.”

El vago no tiene ninguna fuerza y por más que te esfuerces no se las podrás dar, con la crítica no lo vas a estimular, por lo tanto permití que el Espíritu Santo haga la tarea, no te metas en el medio. Dios quiere mirarlo a los ojos, por eso te dice: Yo me encargo de motivarlo, le daré fuerzas cuando crea no tenerlas y le dará el aliento del cielo.

Dios le dijo a Abraham: “ vete de tu tierra y de tu parentela ” O sea, vete del lugar donde estás, de al lado de tus parientes, “te quiero sólo”.

Habrá momentos en los que Dios querrá hacer una tarea grande con vos “solita”, y no quiere decir abandonarlos: “me hago la valija y los dejo porque Dios va a hacer algo grande conmigo”, ¡no! Quiere decir desengancharse emocionalmente, dejar de mirar al vago, dejar de concentrarse en él.

Por ejemplo, llegás de tu trabajo, estás cansada, y lo ves ahí sentado con el control remoto en la mano… ¡No lo mires! ¡No te concentres en él! Porque tu mirada interferirá la mirada de Dios y no podrá obrar con vos en el medio.

No lo evalúes. Dejá que sea Dios quien lo haga, y le dará el aliento del cielo necesario para levantarse y cumplir el sueño que Dios también le dio a él.

Jesús es el gran motivador y cuando pone atención en la vida de alguien, no hace nada de baja calidad. Si le permitimos tomar la vida del vago hará algo grandioso porque no hace nada malo.

Él te hizo y sos de la mejor calidad, estás destinada al éxito, para lograr lo mejor.

Lo mismo hará con el vago, dejará de ser agua de tanque para convertirse en pura pasión del cielo. Tu marido necesita aliento de vida que sólo vendrá directamente del trono de Dios, multiplicando las fuerzas que “parece” no tener hoy.

“Te convertiré en una trilladora nueva y afilada, de doble filo.” Isaías 41:15

Esa palabra es para el vago. ¿Podés creer que Dios lo convertirá en una trilladora de doble filo? ¿Que Dios va a levantar a ese hombre sin pasión, que no quiere saber nada con Dios, con la iglesia, con pastores o curas? No es una humana sino que vendrá del cielo.
No sirve decirle “vamos, vamos” porque está depresivo, esperá solamente que obre el Espíritu Santo.

-Debes seguir creciendo.

¡No seas pasiva por imitación!
“Si él no lo hace, yo no lo hago”, “Bueno, esperaré hasta que venga un mejor trabajo para ir de vacaciones, porque este año él no ganó lo suficiente para hacerlo.”

No esperes nada de un vago , no digas todo el tiempo: “el día que él…”, “si se moviera un poco más…”, “si arreglara algo en la casa…”, “si se ocupara de los hijos…”, “si él tuviera otro trabajo…”, “si él viniera a la iglesia…” ¡No esperes nada!

“No te transformes en una mujer a la espera de…” porque Dios ¡hoy! te lo quiere dar.

La bendición está adentro tuyo, no viene de afuera, Dios ya te la entregó, movete, no seas pasiva por estar al lado de un pasivo. No te abandones, aunque el otro no lo haga, ni quiera hacerlo, vos determinarás tu bendición.

-La pasividad del otro no puede ser tu techo.
¿Vas a llegar económicamente hasta donde el otro quiera llegar? ¡No! Sólo hasta donde vos quieras. Nadie puede colocarte un techo, vos tenés autoridad espiritual y sos la única que decide tu nivel de bendición, dependerá de tu fe no la del vago.

-Tomá tus propias decisiones, no esperes del otro.
Muchas mujeres que pasaron sus vidas al lado de pasivos, permanecieron sentadas, mirando lo que él no hacía y se olvidaron de lo que ellas debían hacer.
No tapes baches de nadie, hacé lo que te corresponde, creá tu camino. Y eso no es orgullo, no es ser egoísta, porque cuando hacemos nuestro camino bendecimos al resto.

Una mujer que crea su propio camino jamás es egoísta, porque la bendición que recibirá la va a esparcir a todos.

-Cuando una mujer sube de nivel, toda su familia también.
Tenés autoridad espiritual, mayor crecimiento, cada día poné tu techo más arriba, “hoy voy a lograr un poquito más.” Cada día subí un poco más. El sueldo de tu marido no determinan los ingresos que deseás. Las horas que deseas trabajar no las determina lo que él desea. Que su pasividad no te limite, seguí creciendo, tu camino está por delante y hay mucho para hacer.

Lo más triste, y es lo que observé en Honduras, la cantidad de mujeres que se sienten frustradas porque estuvieron al lado de hombres frustrados, que les dijeron: “hasta acá llegamos, esto es todo lo que te puedo dar, si te gusta bien sino lo lamento”. Y esas mujeres que quedaron en la pasividad hoy están sumergidas en una tremenda frustración.

Me decían: “¡Ah! Pastora, la estaba escuchando, no se imagina cuántos sueños yo tenía, pero después me casé, tuve hijos, y dejé los sueños. Hoy están como latiendo adentro mío pero no sé cómo alcanzarlos porque ya estoy grande en edad y con una gran frustración interior.”

Nadie te puede poner un límite , Dios te dijo que todo lo que pises es tuyo, que El te acompañará, que irá detrás de ti y muchas veces delante para guiarte.

¿Cuánto más querés aprender en la vida? ¿Cuánto más estudiar? ¡Preparate! Este es un año para formarse, buscá gente que te enseñe y crecé aun más.

Capturá tu máximo nivel de éxito.

¿Hasta dónde estás dispuesta a llegar?
Lo peor que nos puede pasar es creer que llegamos a nuestro límite, porque ¡no hay límites!

Por Alejandra Stamateas

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