Muchas veces pensamos negativamente porque lo tenemos incorporado desde la infancia, porque era el lenguaje utilizado por nuestros padres y abuelos.
La mujer que piensa en negativo vive una depresión crónica. Al principio dice:
"Soy melancólica, es mi temperamento", pero no se da cuenta que es una costumbre.
"Con el tiempo se me va a ir", pero el tiempo no cura las heridas sino las anestesia y por eso vive una frustración constante.
Dios te llamo para vivir de Gloria en Gloria y de Poder en Poder.
"Me va a ir mal", "No lo voy a lograr",
"¡Ojo! Te van a hacer algo malo",
"Te traicionarán", "Cuidado con quien te juntas".
Pensando de esta manera no disfruta de nada y tiene la sensación permanente de vacío y tristeza; es extremista -sin puntos intermedios- y atrae a otros que sufren igual.
El pensamiento negativo tiene "un beneficio": la protección.
Las mujeres poseemos la debilidad de ser protegidas y creemos que necesitamos a alguien. ¡Eso es mentira!
Creemos que ciertas conductas nos protegerán: "Si pienso negativamente, no espero nada de nadie ni me ilusiono, no me dañarán".
Antes de hacer una amistad, prefieren pensar mal para no ser heridas; rechazan
un trabajo por no dejar a sus hijos y luego tengan problemas con los estudios.
La negatividad es una lucha interior en contra de la felicidad.
Ser feliz es tu derecho, una promesa que te pertenece, tu herencia y Dios quiere que la experimentes, no luches en su contra.
¿Cómo deshacer la negatividad?
1-Romper la herencia familiar de negatividad.
-Cortar las maldiciones que se declararon en el círculo familiar y que recibimos como herencia para que no la reciban los hijos.
-Criticar a los demás, activa la autocrítica y el ser exigente con otros, te hará autoexigente.
No critiques a nadie, mirá sólo lo bueno, lo positivo, la bendición.
-Nos enseñaron que sufriendo lograríamos algo y no es así. Nacimos para ser felices y recibir la bendición de Dios.
-Si alguien te engaña, lastima o hiere, es porque estas sana, no te preocupes; si nada te ocurre es porque querés controlar todo y eso te enfermará.
Pablo decía: "Algunos predican por envidia, otros por predicar a Cristo y me alegro, porque Cristo es predicado. No me interesa con qué astucia lo hacen, sólo que se predique de Cristo".
Sé feliz, arriésgate a sufrir, te puede ir mal en un negocio, pero Dios te lleva de su mano hacia la victoria.
2-Los pensamientos deben ser superiores.
Seleccioná tus pensamientos, pensá lo bueno para no ser frustrada.
Dios es eterno y sus promesas se cumplirán sí o sí; lo que El piensa se mantiene en el tiempo y así debemos actuar.
Las mujeres somos un poco manipuladoras, (a veces nos hacemos las víctimas porque queremos que el otro nos palmee) pero inteligentes, y sabremos cuándo decir "sí" y cuándo "no" y lo que queremos conseguir.
En un discurso hay tres niveles:
-lo que pienso,
-lo que digo y
-lo que sostengo en el tiempo.
Cada nivel tiene un poder que se sumará al siguiente: el poder de lo que digo se suma al poder de lo que pienso y si lo sostengo en el tiempo sumará más poder.
Obtendré lo que es para mí, cuando piense, diga y sostenga en el tiempo la confesión de mis labios.
Esta regla funciona tanto en bendición como en maldición.
Soltar un pensamiento es sembrar una semilla en el mundo espiritual y mantenerla en el tiempo, la hará realidad.
No son "ideas locas" -como dijo tu ex esposo-, ni "delirio de grandeza"; es la siembra en el mundo espiritual que, regándola todos los días, Dios la dará por la declaración de tu boca.
Pensá a lo grande, positivamente, como Dios piensa y todo será tuyo.
Tus palabras y pensamientos generan tu mundo: hoy estás en el lugar que hablaste un día y mantuviste en el tiempo.
Dios nunca te ve negativamente.
Declará: "Soy inteligente y sabia", "Qué bien que hice esto", "Voy por más", "Seré prosperada y sana en todas las áreas de mi vida", "Rejuveneceré con el paso del tiempo", "Lograré todos mis sueños", "Haré lo que Dios me dijo".
3-Rodeate de bendición.
No importa que se burlen, sostené en el tiempo tus palabras a pesar de la crisis.
Hay gente que tiene miedo por eso dice: "Confesé esto, y ahora me va a pasar algo".
El ataque vendrá si la confesión negativa la permanece en el tiempo.
Si el enemigo te ve segura, que a pesar de lo que pase seguís confesando victoria y bendición, se alejará.
Dios trabaja en tu declaración de fe y te levantará a un nuevo nivel.
El enemigo intentará distraerte: cuando sientas que no podes adorar, ni leer la palabra, concentrarte en las cosas espirituales, es que Dios te llevará a un nuevo nivel y el enemigo no quiere.
Dios te dice: "Estás para algo más grande, no te conformes con menos".
Permanece en mi, y que mis palabras permanezcan en tu vida, después pídeme lo que quieras y todo vendrá a tu vida. El mundo está a tu disposición.