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ALEJANDRA STAMATEAS: QUIERO RECUPERAR MI SALUD EMOCIONAL Y FISICA
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De: Alondra bat Yeshúa  (Mensaje original) Enviado: 04/01/2011 23:10

Quiero recuperar mi salud emocional y fisica

Efesios 1:15–23

A cada situación cotidiana por la que atravesamos, le damos un insignificado. Hacemos una lectura del acontecimiento y lo etiquetamos: esto es bueno o malo; se soluciona o no tiene solución; es positivo o negativo. Ese significado otorgado es único y personal, porque tiene que ver las experiencias vividas.

En un experimento, tomaron a un niño pequeño que estaba en su habitación, y le mostraron un pequeño ratón blanco, pero cada vez que aparecía a su vez, se oía un ruido muy fuerte, un estruendo, provocan el susto del niño. Luego, cada vez que aparecía el ratoncito, el nene mostraba temor recordando el ruido original. Para ese nene, el ratoncito blanco era sinónimo de angustia y temor.

A otro niño le llevaron el mismo ratón en una jaulita, le dijeron que sería su mascota y que tendría que darle de comer y atenderlo. O sea el mismo ratoncito trasmitía distintas emociones a uno y otro nene.

Así nos pasa a todos. Frente a una experiencia, unos nos dicen “es una pavada, se resuelve fácilmente”, y otros “no lo podrás superar, es un desastre lo que acaba de pasarte”. El significado que le otorgamos a lo que nos ocurre a diario, nos sana o enferma, según la interpretación de los hechos, no por el hecho en sí. Esto se debe a la existencia de una interrelación, muy estrecha, entre la mente y el cuerpo

Antiguamente se pretendía hacernos creer, que el cuerpo era malo y que no servía para nada. Mente y cuerpo están estrechamente ligados: todo lo que le pasa al cuerpo repercute en la mente y todo lo que pasa por la mente afecta al cuerpo. Hay una conexión directa, de ida y vuelta, entre la mente y el cuerpo.

Una expresión del rostro, aunque sea provocada artificialmente, producirá en la persona los sentimientos que la representan. Por ejemplo, si te enojás con alguien y la persona te dice: “dale, haceme una sonrisita”, pareciera que se pasa el enojo porque esa expresión de risa, producirá ese sentimiento.

De una investigación surgió, que si estás en una calle a oscuras y comenzás a silbar una melodía alegre, se neutralizará el miedo y estimulará la confianza, entonces caminarás más segura.

Como mente y cuerpo están ligados, es fundamental tener una clara percepción de nuestra salud.

En Holanda se descubrió que las personas que decían que su salud era excelente, vivieron veinte meses más, que las que dijeron que su salud era mala. O sea, casi un año más de vida, por decir que está bien, y ¡no cuesta nada! Al contrario, puede ser que muchos sueños y proyectos se vean realizados.

Percibite a vos misma, ¿cómo estas? Una valoración de la salud positiva o negativa, puede vaticinar los años que quedan de vida.

Características de una persona saludable:

1º. Sabe ilusionarse.

2º. Tiene coraje.

3º. Es optimista.

Estas tres características son las que debemos desarrollar para mantener buena salud.

La persona que se ilusiona con un acontecimiento por vivir en una fecha próxima (por ejemplo con el casamiento del hijo, o que va a tener un nieto, que se va a graduar, o tendrá una fiesta) vive muchos más, y aun después el evento. El que se ilusiona tiene más probabilidades de vivir en plena salud.
El que tiene coraje, que pelea por algo específico, recobra su salud aunque no lo crea. Lo peor que nos puede ocurrir es vivir por o para nada. Aunque sea para pelear, por ganar un juicio, por una casa, por la tenencia de un hijo, esa lucha desarrolla coraje, haciendo que la vida se alargue en salud.

Se descubrió, que las personas que le restan importancia a la enfermedad se recuperan antes. Es decir que, cuanto más te enfocás en la enfermedad, más te enfermás, y cuando menos te enfocás, más rápido te sanás. Lo mismo ocurre cuando te dan una noticia y le quitás dramatismo, todo pasará y hará que eso te lleve a algo más grande y mejor. Si recibís una mala noticia, no dramatices, decí: ya pasará. Esa actitud implica, que vendrá algo mejor; para el optimista, siempre es mejor lo que viene.

Ilusión, Coraje y Esperanza, ayudan a regular las emociones negativas, ya no serás tan vulnerable y permitirá la sanidad más rápidamente. La esperanza, sana; para sanarse hay que tener un alto nivel de esperanza.

La esperanza es una virtud. Es bueno tener esperanza. La persona con esperanza es virtuosa (no es virtuosa la que plancha y lava sino la que tiene esperanza), sabe que lo que vendrá a su vida será fantástico.

Romanos 5: 5 “ la esperanza no avergüenza.”

Si tenés esperanza en Dios, nunca serás avergonzada, nunca defraudará. Todo lo que declaraste, ocurrirá en tu vida y en la vida de los que lo declaraste, porque la esperanza no avergüenza ni defrauda. Y Dios responde a tu esperanza.

El mejor remedio para una persona enferma emocional o físicamente, es entregarle esperanza todo el tiempo: hablar esperanza, darle de comer esperanza, trasmitirle esperanza. Esa es nuestra tarea como líderes, nuestra función en el grupo es cuidarlas y darles esperanza, no retarlas ni castigarlas, no culparlas, darles la esperanza de que hoy están así, pero mañana estarán bien. La esperanza es terapéutica.

¿Y cómo desarrollar esperanza?

¿Cómo ser una mujer reconocida, con esperanza?

1º Debo seleccionar los recuerdos de mi vida.
Una mujer con esperanza elige sus recuerdos. Si somos optimistas, muchas veces, tendemos a recordar las cosas positivas, pero si somos derrotistas recordaremos los hechos negativos.
Para tener esperanza es necesario elegir los pensamientos positivos, y amnesia por todo lo negativo que paso.

Elegí las fotos, cuadros, objetos, que te traen recuerdos negativos. Tal vez es una foto que la tenés por años y al mirarla siempre te da una emoción negativa, un recuerdo, una angustia, tristeza; o quizás hay un regalo, cuadros, adornos, que te hacen mal, ¡tirarlos! No acaricies la nostalgia. Naciste para ser una mujer esperanzada, no nostálgica. Quitá todo lo que te traiga angustia (y que no te importe lo que diga tu marido). Anulá todo recuerdo triste, doloroso, las cartas de tu primer amor, la foto del finado, ¡tirá todo!

Todo lo que tus ojos miren, deben producir recuerdos placenteros.

¿Qué música tenés aún que te pone melancólica? Sé una mujer que desarrolle esperanza, no angustia. No escuches más la música que te entristece, porque vas a ir a la cama con angustia y depresión o no podrás enfrentar el día con alegría y optimismo porque estás poniendo en tu mente lo que te infecta de pesimismo.

Hay una técnica que utilizan para vender casas. Cuando aún están habitadas por sus dueños, los de la inmobiliaria llevan a sus clientes para mostrarla y, en ese momento, ponen a cocinar en el horno pan o una torta, y el que visita percibe ese olor grato, que le recuerda su infancia, y se predisponen más, de esa manera, a comprarla. La idea de venta es provocar el recuerdo de un hecho que les gustó.

2º Necesito tener recuerdos placenteros.
Hermoseá tu casa, que todo te traiga placer. Debe ser un lugar agradable que no produzca angustia, que no sea el lugar donde tenés problemas, responsabilidades, y lo único que deseas es apagar la luz y esperar la mañana siguiente para salir otra vez. Tu casa tiene que ser un lugar para disfrutar de todo. Comprá flores, algo que de un toque especial a tu casa. Hace lo que te gusta, colocá objetos que produzcan lindos recuerdos. En el lugar de trabajo, igual.

Dios quiere que aprendas a vivir en placer. Cada día date una dosis de esperanza, y la tendrás para dar a los demás. Esa dosis de esperanza te ayudará a mejorar físicamente, ve algo hermoso todos los días.

Las mujeres pesimistas predicen siempre problemas, ellas serán sus víctimas, por eso, para ser una mujer con esperanza, declará hechos favorables, lo que querés ver en tu vida. Las personas alegres siempre predicen lo favorable y ven todo lo que las beneficia. Todo lo que hagas te saldrá bien, dice el Señor.

3º Debo evitar discusiones.
Frente a una circunstancia conflictiva, yo determino si discuto o no, si vale la pena; soy yo quien le da sentido positivo o negativo a las cosas, si quiero pelear o no. Una mujer que tiene esperanza trata de evitar cualquier pelea, y no se trata de que la situación la pase por encima sino que ella está sobre la situación y la pasa por alto, diciendo: “por esto… yo no peleo”; “esto… ya lo superé”; “no quiero entrar en esas tonteras”; “sigo adelante, tengo mucho por conquistar.”

4º Debo leer mis circunstancias positivamente.
Un médico estaba desesperado porque había muerto su esposa, y Viktor Frankl, siquiatra austríaco, le aconsejo: “tenés que ver las circunstancias desde otro punto de vista. ¿Si hubieras sido vos quien habría muerto, cómo hubiese estado tu mujer? El médico respondió: “estaría angustiadísima, no lo hubiera soportado” A lo que Frankl dijo: “bueno…, le evitaste esa angustia a ella.”

Es decir, podemos leer positivamente las situaciones más difíciles de la vida. Aprendé a tener un alto nivel de esperanza para sanarte, a ver las circunstancias desde otro punto de vista. Para sanarte de esa dolencia emocional o física, aprendé a tener un alto nivel de esperanza.

Pablo dijo, en Efesios 1:18 pido que le sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza El los ha llamado ; y esa esperanza Pablo la relaciona, con la riqueza de la herencia que tienen en Cristo y con el poder que tienen en Dios, y ese poder es el mismo que resucitó a Jesucristo de los muertos, lo sentó a la diestra de Dios y le dio toda autoridad delante de todo gobierno en los lugares celestiales.”

Si tienes esperanza, podés contar con una herencia rica y un poder, que te sacará de cualquier circunstancia y te levantará a lugares altos. Tu esperanza te sana porque no te avergüenza. Dios tiene una herencia y un poder. Cada vez que esperes en Dios, al final del camino habrá riquezas y poder en el nombre de Jesús.

En 1952, Jonas Salk descubrió la vacuna contra el virus de la poliomielitis, sus investigaciones llevaban a fortalecer las defensas naturales del ser humano. Él decía: “El hombre tiene que tratar de que sus defensas estén altas para no contagiarse de cualquier enfermedad.” A los setentas años dijo: “si yo volviera a ser un médico joven, en lugar de vacunar a las personas en contra de las infecciones, las inmunizaría sicológicamente para que resistan mejor los males de la mente.”

Inmunizarse sicológicamente, significa hacer un espacio sólo para lo bueno, sólo para lo positivo, hacer un gran espacio para la esperanza. Saber que todo pasará, que Dios te prometió cosas gloriosas, que es un momento nada más, y que todo lo bueno viene para tu vida.

Inmunizarse sicológicamente, inmunizar la mente, para que ningún virus arruine tu vida, ningún pensamiento negativo que pretende comerte el cerebro, el cuerpo, te ataque. Rodear tu mente y tu cuerpo con todo lo bueno para estar protegido.

Abraham creyó esperanza contra esperanza. Él tenía una esperanza leve, pero en su interior había una batalla: por un lado su esperanza que era débil, porque se veía viejo, y por otro lado, la esperanza de Dios que le había dicho que sería padre de multitudes.

¿Cuántas, a veces, tienen una guerra interiormente? “Quiero creer…pero me cuesta”; “tengo una Palabra de Dios… pero no veo respuesta”; una guerra de esperanzas dentro tuyo batallan todos los días. Hacé como Abraham, que creyó esperanza contra esperanza, dijo: “es más grande que la mía”, entonces tomo la esperanza de Dios. Si Dios me lo dijo Él lo va a hacer, me lo dará porque sino no lo diría. Si Dios lo dijo, Él lo hará.

¿Hay alguna esperanza en tu interior de la que te puedas tomar? Basta de teoría, practicá. Aferrate a esa esperanza, no te van a avergonzar, porque la esperanza en Dios no avergüenza. Se va a dar, sí o sí.

En Hebreos dice “ retengamos la confesión ”, y en otra versión dice “ retengamos la confesión de la esperanza.” O sea seguí diciéndolo, seguí teniendo la misma esperanza, sé perseverante, no sueltes tu esperanza. Al milagro se lo retiene con la boca, seguí confesándolo diariamente.

Hay esperanza para el que cree, eso te ocurrirá.

Hay un nivel al que tenés que llegar, es un nivel interno donde no hay presión, ni opresión. Satanás no puede entrar, no le esta permitido, es el nivel del espíritu. Es un nivel tan alto, ese es el nivel de la esperanza. La esperanza nadie la puede tocar porque es tuya. Digan lo que te digan, pase lo que pase estás aferrada a tu esperanza, y nadie podrá robarte lo que tenés adentro, confesalo.

Retené la confesión, hablala para que no se pierda; volvé a tomar la esperanza que tenías antes, creele a Dios y El te responderá, no te avergonzará delante de nadie, nadie se burlará ni reirá de vos.

Por Alejandra Stamateas

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