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ALEJANDRA STAMATEAS: SOY INESTABLE EMOCIONALMENTE
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De: Alondra bat Yeshúa  (Mensaje original) Enviado: 04/01/2011 23:20

Soy inestable emocionalmente

Marcos 14; 32: “Fueron a un lugar llamado Getsemaní, y Jesús les dijo a sus discípulos: ‘Siéntense aquí, mientras yo oro.' Se llevó a Pedro, a Jacobo y Juan y comenzó a sentir temor y tristeza. ‘Es tal la angustia que me invade que me siento morir' les dijo, ‘quédense aquí y vigilen'.
Yendo un poco más allá, se postró en tierra y empezó a orar que, de ser posible, no tuviera Él que pasar por aquella hora.
Decía: ‘Abba, Padre, todo es posible para ti. No me hagas beber este trago amargo, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.'
Luego volvió a sus discípulos y los encontró dormidos. ‘Simón', le dijo a Pedro, ‘¿estás dormido? ¿No pudiste mantenerte despierto ni una hora? Vigilen y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil.'
Una vez más se retiró e hizo la misma oración. Cuando volvió los encontró dormidos otra vez, porque se les cerraban los ojos de sueño. No sabían qué decirle.
Al volver por tercer a vez, les dijo: ‘¿Siguen durmiendo y descansando? ¡Se acabó! Ha llegado la hora. Miren, el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores, ¡Levántense! ¡Vámonos! ¡Ahí viene el que me traiciona!'”

Las mujeres en un día podemos pasar por diferentes emociones; de la alegría a la depresión, de la depresión al llanto, del llanto a la bronca, de la bronca a la mayor alegría, etc.
Esas variaciones de humor desorientan a los demás y aún a nosotras mismas.
Nosotras no podemos entender esos cambios que sufrimos durante el día.

Algunas piensan que están en la premenopausia, otras que ya están en la menopausia, otras creen que tienen un problema hormonal, y van tratando de dar una explicación a esos cambios de humor.

Las mujeres aprendimos a resolver las crisis utilizando dos maneras:

Siendo geishas o amazonas.
Una geisha es una mujer que domina todas las artes, es una mujer profesional del entretenimiento.
En la cultura japonesa está puesta para que entretenga a los demás.

Ella ha adoptado muchos conocimientos, como tocar la flauta de bambú, tambores, conoce el baile clásico japonés, la ceremonia del té. Son mujeres expertas en arreglos florales. Saben de literatura, poesía y el correcto uso del quimono.

Las mujeres cuando enfrentamos un problema en la vida creemos que tenemos que entretener a los demás. Nuestra función es bajar la cabeza delante de todo el mundo, no discutir y no ponerme mal.

Si tenés un problema con tu hija, tu marido te engaña, no reaccionás para no pelearte.

Son mujeres que demuestran actitud de servilismo. Nos dijeron que tenemos que cerrar la boca, y no decir mucho.

Si frente a situaciones que experimentamos durante el día actuamos como geishas lo que hicimos es acumular esas broncas y tristezas, entonces pasado un tiempo empezamos a expulsar todo y nos vamos al otro extremo; empezamos a actuar como mujeres amazonas.

Las amazonas eran las guerreras, que manejaban armas.
Ellas vivían todas juntas para no tener hombres a su alrededor. La actitud de la amazona era guerrear por todo.

Nadie entiende cómo estando bien de pronto te transformaste en un ser irreconocible; de ser una princesa dulce y delicada pasaste a matar a quien se te cruce por delante.
Después te sentís mal y empezás a preguntarte cómo y por qué dijiste todo lo que dijiste, entonces sentís culpa.

Quiero que hoy veamos cómo podemos hacer para estabilizar nuestras emociones, porque no somos ni geishas ni amazonas.

•  No debemos auto-referenciar
Auto-referenciar es creer que todo lo que pasa y lo que dicen los demás tiene que ver con nosotras.
De pronto creés que si tu hijo está mal es porque sos una mala madre, y después cuando lo ves le decís de todo.

Cuando alguien no te llama creés que pudo haber pasado algo, y después terminás enojándote porque nadie te llamó.

Creés que tu marido no te habló porque algo hiciste, pero después cuando lo ves no seguís pensando lo mismo, y le decís todo lo que nunca le habías dicho.
Entonces de alguna manera creés que el problema sos vos.

No todo tiene que ver con vos, porque el otro existe y actúa como quiere.

Las auto-referencias hacen que pongas todas las emociones en vos y actuás como geisha o como amazona.

Cuando tenés una situación problemática con otra persona no tenés que enfrentarte con esa persona, sino que la persona que trajo el problema tiene que enfrentarse con ella misma .

Nosotras generalmente vamos al choque, tenemos que hacer que la gente se confronte consigo misma. Tus hijos se tienen que confrontar con sus problemas, no con vos, porque sino vas a terminar peleándote.

Pasamos por 20.000 situaciones diferentes en el día y no podés pelear por todas o hacerte cargo de todas. Tenés que saber que no tenés el control de todo y que hay cosas que pasaron porque tenían que pasar, hay otras, a las que vas a poder controlar o resolver, pero con 20 mil no podés.

No todas las cosas que se te presentan en la vida son para que las soluciones vos; hay algunas que las tenés que dejar pasar y se van a solucionar solas u otra persona lo hará.
No cargues el día encima tuyo; hacé lo que puedas hacer, y con lo que no puedas Dios va a hacer la obra.

•  No debo centralizarme en detalles
Hay mujeres que se concentran en palabras que dijeron, empiezan a preguntarse por qué dijeron lo que dijeron, o piensan que no deberían haber dicho o hecho determinadas cosas, etc.
Y esos detalles les amargan los días.

Las mujeres somos detallistas.

Si te concentrás en los detalles te vas a volver loca y vas a enloquecer a tu familia. Hay cosas que tenés que dejarlas pasar.

A veces, de un pequeño detalle generamos una gran historia . Cuando acumulamos pequeños detalles no decimos nada y nos detenemos en ellos.

•  Debo soltar los personajes opuestos
No sos ni geisha ni amazona.
Tenés que soltar de a poco las emociones.

Las emociones no son malas, pero si las emociones negativas se acumulan nos lastimamos.
No esperes a acumular, empezá soltando de a poco en el mismo día.
Tenés que trabajar con las situaciones que enfrentás.

Empezá a preguntarte qué te genera, qué sensación te provoca cada situación. Conocete.

Aprovechá cada situación para ir soltando de a poco las emociones.
Tenés que tener siempre una persona de confianza a quien vos puedas llamar frente a las circunstancias que te angustian, no esperes al final del día.
No dejes que las emociones negativas te terminen destruyendo .

Debo ejercitarme en el arte de llevarle a Dios mis cargas.
Él te lo pidió, y sin embargo cargás con todo en tu mente o cuerpo.
En vez de llevar nuestras cargas al espíritu, las llevamos al alma o al cuerpo.
Dios quiere cargar con tus cargas.
Tenés que aprender a darle órdenes a tu espíritu.

El pasaje de Marcos, dice que Jesús estaba a punto de morir, Él se toma un tiempo frente a una gran crisis, se va al monte y se lleva a tres personas. Ellos eran su ‘pararrayos'.
Tenés que saber con qué gente vas a compartir tus luchas y tus dolores.

No tiene que ser gente que meta leña al fuego o te incentive, sino gente sabia que tal vez haga silencio pero sepa escucharte.

Jesús se llevó a Pedro, a Jacobo y a Juan, ellos tres tenían que quedarse despiertos y orar.

Jesús en el monte expresó su emoción , confiesa estar angustiado. Él aprendió a reconocer lo que sentía, Él no se consideraba súper humano, y se analizó a sí mismo. Él se sentía morir, se conocía a sí mismo, sabía que sentía dolor y angustia.
Jesús se conectó espiritualmente con el Padre , y empezó a soltar ese dolor delante de Dios. Jesús le dijo a Dios qué era lo que quería.

Tenés que aprender a soltar tus cargas, conectarte con Dios y decirle que no querés pasar por esa situación.
Jesús dijo que el espíritu estaba dispuesto, pero la carne es débil .

Tu espíritu tiene que estar dispuesto, ordenale que se lleve la carga.
Jesús puso fin a su agonía , cuando volvió y vio a sus discípulos durmiendo. Tenés que saber cuándo vas a ponerle final a tu dolor. Animate a ponerle fin a tu dolor, a tu angustia. Jesús dijo ‘ se acabó, ha llegado la hora.'

Querida mujer hay momentos en los que vas a tener que decir ‘se acabó' y dejar de luchar por algunas cosas.
Si tiene que pasar, que pase…
Si tiene que venir, que venga…

No es aceptar las cosas, sino asumir que estás de pie porque tenés un espíritu decidido. Vas a pasar las situaciones y vas a salir en victoria… Eso es dejar tus cargas en el espíritu.

Las mujeres le tenemos miedo al miedo. Dios quiere que tengas un espíritu dispuesto. Hay cosas que tal vez no pasen, pero si tienen que pasar que pasen, vos tenés que saber de la mano de quién te tomaste.

En el capítulo 16 todo cambia, hasta ese capítulo todo era angustia y tristeza, pero toda la agonía se transforma en vida y victoria porque lo vemos a Jesús resucitado.

Tu final está escrito y es de victoria, pases lo que pases.

Pedro no pescaba nada hasta que llegó Jesús y le dijo que metiera otra vez la red en el agua porque los peces no se habían movido, sino que él se había cambiado de lugar.

Querida mujer, las bendiciones están sobre tu cabeza y seguirán estando por toda la eternidad porque es promesa de Dios; si no las recibís es porque te moviste, volvé a ubicarte.

Las emociones negativas siempre van a ponerte resistencia, quieren decirte que sos culpable, que no lo vas a lograr, que no te lo merecés, que no va a venir lo que estás esperando, pero si tu espíritu está dispuesto, hoy Dios te dice qué va a pasar y lo vas a lograr; tu espíritu te está diciendo que va a venir lo que estás esperando, no te lo dice tu carne que es débil… lo dice tu espíritu dispuesto , tenés que vivir cada día.

Querida mujer, la vida siempre te tiene sorpresas preparadas. Vos sabés que podés abrir un gran regalo que Dios te manda.
Acostumbrate a lo bueno, a lo mejor, a lo excelente. La vida siempre te trae sorpresas, pero vos conocés que tu final es de victoria.

Por Alejandra Stamateas

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