Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

EL VISLUMBRAR DE LA ERA DE ACUARIO
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 General 
 NAVIDAD 2.016 
  
 ¿QUE ES LA VERDAD? 
  
 EL EMBLEMA ROSACRUZ & The Rosicrucian Emblem 
  
  
  
 HERMANOS MAYORES 
 THE BROTHERS OF THE ROSE CROSS 
 The Rosicrucian Fellowsihip (CURSOS) 
 MAX HEINDEL 
 NORMAS DEL VISLUMBRAR 
  
 AUGUSTA F. DE HEINDEL 
 CORINNE HELINE 
 ADMINISTRACION 
  
  
  
 BIBLIOTECA ROSACUZ 
 MANLY P. HALL 
  
 PREG Y RESP. R.C. 
 FOLLETOS ROSACRUZ 
 LINKS ROSACRUCES 
  
 ROBERTO RUGGIERO 
  
 FRANCISCO NÁCHER 
 ALEXANDRA B. PORTER , 
 JOSÉ MEJIA .R 
 MARTA BRIGIDA DANEY 
 LIBRO DE URANTIA 
 SALUD Y CURACION 
 CUENTOS PARA NIÑOS 
 EL SITIO DE ACSIVAMA 
  
 NOTAS AL INTERIOR 
 LA BELLEZA DE LA VIDA 
 TUS REFLEXIONES 
 BIBLIOTECA 
 PPS ESOTERICOS 
 MUSICA 
 GRUPOS Y AMIGOS 
  
  
 Señor, haz de mi un instrumento de tu paz. 
 LA MORADA DE JESÚS 
  
 
 
  Herramientas
 
CIENCIA Y RELIGIÓN: Percepción y conciencia de las dimensiones espaciales
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: moriajoan  (Mensaje original) Enviado: 04/02/2013 22:07

Traducción de Luis Antonio Blanco Andrés

Madrid (España)

Prólogo a la traducción española

Elsa M. Glover se doctoró en Física en la Universidad de Purdue (EEUU) y se ha dedicado
profesionalmente a la enseñanza de la Física. La Dra. Glover ha estudiado, además, astrología
y misticismo cristiano durante muchos años. La autora ha escrito y conferenciado
extensamente sobre temas como ciencia y religión, astrodiagnosis y resolución de conflictos
por métodos acuarianos.
La sed de conocimiento y de paz de Occidente necesita obras como ésta donde lo
religioso se relaciona con lo científico bajo una perspectiva esotérica y cristiana. La unidad que
nos muestra en la creación permite ver las diversas fuentes de conocimiento de la humanidad
como complementarias.
Diferentes fenómenos naturales y circunstancias de la vida que nos pasan ordinariamente
desapercibidos son tratados en este libro con precisión y claridad dignas de una docente
experimentada y así los conceptos científicos resultan accesibles a personas sin conocimientos
profundos en estas materias. Igualmente el saber místico es presentado de forma
comprensible, bajo una nueva luz. En ambos terrenos la autora se siente como en su casa y
puede presentar una síntesis acertada.
Ciencia y Religión explora caminos que tarde o temprano la mayoría habrá de recorrer
movida por el impulso y la urgencia de aproximarse a la verdad.
 
 
A todos los buscadores de la verdad

 

¿Alguna vez ha meditado sobre cómo se aparece el mundo a los
animales? ¿Qué pensará un caracol al llegar al extremo de una hoja por la que
se venía arrastrando? ¿Qué pensará un águila al ver que un ratón se mete en
un hueco en la tierra? ¿Qué pensará un perro al ver que un automóvil cambia
su apariencia según se aproxima y nuevamente cambia después al pasar y
alejarse? Tales ejercicios de comprensión son estimables no sólo porque
pueden ayudarnos a desarrollar simpatía y por lo tanto amor a los animales (y
el amor por todas las criaturas es algo valioso), sino también porque la relación
que hay entre un animal y un ser humano puede resultar en cierta manera
similar a la que hay entre el hombre y seres sobrehumanos como Cristo, de
modo que estas reflexiones pueden mejorar nuestra comprensión de los seres
superiores.
Los científicos materialistas han observado que el animal unicelular
llamado ameba no tiene ojos. Su percepción del entorno está limitada
básicamente a sentir objetos con los que entra en contacto. Los anélidos
(gusanos) son capaces de reaccionar a los cambios de luz y las estrellas de
mar tienen manchas oculares en las puntas de sus brazos que pueden
responder a diferentes grados de iluminación pero no están preparadas para la
formación de imágenes. Los ojos de los insectos pueden percibir la luz y la
oscuridad, la dirección y el movimiento y en algunos casos el tamaño pero no
pueden enfocar objetos a distancias diferentes (aunque diversas partes del ojo
pueden ver cosas cerca o lejos). La habilidad de enfocar es mayor en los
cefalópodos (pulpos), peces y anfibios por el desarrollo de la capacidad de
modificar la distancia del cristalino a la retina. Esto capacita al ojo para enfocar
en la retina imágenes de objetos a diferentes distancias. La capacidad de
enfocar se halla aún más refinada en las serpientes y en los vertebrados
superiores con el desarrollo de la capacidad de variar la curvatura del cristalino
lo cual le permite acomodarse a objetos a diversas distancias. Cuando están
presentes mayores habilidades de enfoque se hace posible hacer más
distinciones visuales. Aunque las moscas y lombrices no distinguen tamaño, las
mariposas, cucarachas, tortugas, pollos, ratones y monos pueden distinguir
áreas de diferentes tamaños. Las abejas, avispas, mariposas, tortugas,
pájaros, pollos, perros, mapaches y monos han mostrado habilidad para
distinguir diferentes formas planas.
Tanto en los pájaros como en los mamíferos y en los humanos, los
nervios ópticos entrecruzan parte de sus fibras en su camino al cerebro de
modo que cada retina envía fibras nerviosas a ambos hemisferios cerebrales.
De esta forma los campos visuales de ambos ojos se combinan. Las imágenes
ligeramente diferentes de los dos ojos dan juntas la apariencia tridimensional a
los objetos observados. En algunos mamíferos los ojos están tan distantes uno
de otro que el campo de visión común a ambos es muy pequeño. Aún en
animales que disponen de la anatomía ocular y la estructura nerviosa
apropiadas para la visión estereoscópica, se halla limitada la habilidad para
servirse de estas estructuras. Los pájaros pueden distinguir formas planas
aunque no muestran reconocer recipientes diferentes. Los ratones y ratas
tienen dificultad para juzgar la distancia a que se encuentra una plataforma
(con el fin de escoger la más cercana o saltar a plataformas ubicadas a
distancias diferentes). En los seres humanos se halla muy desarrollada, sin
embargo, la habilidad para ver claramente los objetos en profundidad y percibir
las distancias.
Debido a que la ameba sólo es consciente de sí misma y de las cosas
que se ponen en contacto con ella, podríamos decir que su percepción del
espacio es esencialmente la percepción de un solo punto, es decir, percepción
de la dimensión cero. El paso de un estado de percepción a otro es gradual,
hasta el punto que algunas formas intermedias no se hallan claramente en un
estado u otro. El anélido y la estrella de mar tienen algunas características de
una percepción cero dimensional (en su incapacidad de percibir algo a menos
que se ponga en contacto con su cuerpo), pero en ellas se está desarrollando
una leve percepción de la conciencia lineal en la medida que pueden percibir
simultáneamente puntos diferentes de sus cuerpos. Los insectos que han
desarrollado la habilidad de percibir dirección (aunque no tamaño ni forma)
tienen percepción lineal, es decir, unidimensional. Pueden ver algo en el
exterior y decidir moverse hacia el objeto o separarse de él. Aquellos insectos
que muestran reconocer tamaño y forma comienzan a distinguir superficies, lo
que supone percepción bidimensional. Esta percepción bidimensional se halla
más desarrollada y refinada en el pez, los anfibios, reptiles, pájaros y
mamíferos. Los pájaros y mamíferos, con visión estereoscópica pero con
dificultad para percibir formas tridimensionales, se hallan en transición de la
percepción bidimensional a la tridimensional. Los seres humanos tenemos la
capacidad de reconocer objetos de variados tamaños y distancias. Podemos
percibir simultáneamente longitud, profundidad y altura y por esta razón
poseemos percepción tridimensional.
Una criatura que es capaz de formar sólo imágenes mentales ndimensionales
no será capaz de funcionar en un cuerpo con percepción
dimensional n+1 o superior debido a que llegarán señales a la mente que no
podrán ser procesadas. Si una conciencia cero dimensional habitara un cuerpo
humano no podría imaginar al mismo tiempo las manos y los pies y al llegarle
señales simultáneamente de ambas partes del cuerpo serían confundidas. Las
criaturas capaces de formar imágenes mentales n-dimensionales encontrarían
ventajoso tener un cuerpo con unas capacidades perceptivas al menos ndimensionales
y así termina llegando el tiempo en que dichos cuerpos son
construidos. De manera que, en general, la dimensión de la capacidad
perceptiva es igual a la dimensión de las imágenes que la mente es capaz de
manejar e igual a la dimensión de la conciencia (con algunas excepciones que
aparecen durante los estados de transición).
Para una criatura de conciencia cero dimensional el mundo sólo consiste
en un punto, que es lo único que puede percibir. Cualquier cosa que entre en
ese punto parecerá venir de ninguna parte y cuando sale de él le parecerá que
deja de existir. Si tal criatura fuera a moverse sobre una superficie, digamos
una hoja, sería consciente de un punto tras otro. Los puntos que hubiera
dejado atrás serían para ella el pasado. Los puntos a los que no hubiera
llegado todavía serían para ella el futuro. Pero nosotros, con la habilidad de
percibir toda la hoja, podríamos ver a un tiempo el pasado y el futuro de la
conciencia cero dimensional.
Para una criatura con conciencia de una dimensión, el mundo es
unidimensional. Nada existe para ella, excepto aquello que está en la línea de
la que es consciente. Si algo entra en esa línea parecerá como si viniera de la
nada. Si algo sale parecerá como si dejara de existir. Si tal criatura mueve su
línea de visión, digamos girando su cabeza, verá un número de direcciones
sucesivamente. Su ruta de percepción trazaría una línea por el paisaje (como
una línea cruzando una foto). De nuevo nosotros, con nuestra visión de una
dimensión superior veremos de una sola vez lo que la conciencia
unidimensional percibe como pasado y futuro.
Para una criatura de conciencia bidimensional, el mundo aparece
bidimensional, como una fotografía. Tal criatura sólo concibe un plano de la
existencia. Si mira una casa y alguien abre la puerta y sale, para su conciencia
tal persona aparece de la nada. Si camina alrededor de la casa, para ella ésta
parecerá cambiar de forma y características, aunque nosotros con nuestra
conciencia superior vemos que la casa tiene forma constante.
La conciencia cero dimensional ve el mundo como cero dimensional,
pero esto no hace que el mundo sea cero dimensional. La conciencia
unidimensional ve el mundo unidimensional, pero esto no hace al mundo
unidimensional. La conciencia bidimensional ve el mundo como bidimensional
pero esto no hace que el mundo sea bidimensional. Ante nuestra conciencia
tridimensional el mundo aparece como tridimensional, pero esto no excluye la
posibilidad de que haya dimensiones superiores.
Observemos que cuando nosotros, con nuestra conciencia
tridimensional, vemos el mundo de la conciencia dimensional inferior, podemos
hacer que las cosas aparezcan "de la nada" o desaparezcan de su mundo y
podemos ver su pasado y futuro de una sola ojeada. A través de la historia ha
habido ciertas personas que han mostrado estas habilidades en nuestro mundo
tridimensional. Han manifestado la habilidad de hacer que las cosas aparezcan
o desaparezcan, de describir eventos pasados en los que no estuvieron
presentes y de predecir el futuro (por eso se les llama profetas). Cristo fue
capaz de crear panes y peces cuando mucha gente lo necesitaba (Mateo
14:13-21) y de desaparecer en medio de una multitud sin ser visto (Lucas 4:28-
30), (Juan 8:59). Fue capaz de decir todo el pasado de personas que veía por
primera vez (Juan 1:43-51), (Juan 4:7-19), y en varias oportunidades Él
demostró conocer por anticipado qué experiencias les aguardaban a Él y a los
discípulos (Mat. 17:24-27, Mat. 20:18-19, Mat. 26:20-25, Mat. 26:31-35, Luc.
5:1-11). Es razonable pensar que la conciencia de Cristo y de los profetas
pertenecía a la cuarta dimensión.
Pablo, en su Carta a los Efesios (3:14-18) escribió: "Por eso yo doblo
mis rodillas ante el Padre... que habite Cristo por la fe en vuestros corazones y,
arraigados y fundados en la caridad, podáis comprender, en unión con todos
los santos, cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad". Pablo
incluyó aquí cuatro dimensiones y dejó implícito que no sólo los santos podrían
comprenderlas sino que nosotros seremos también capaces de comprenderlas
cuando Cristo habite en nuestros corazones y nos volvamos "arraigados y
fundados en la caridad".
 
Elsa M.Glover
 

REFERENCIAS

- Abbot, Edwin A. Flatland. New York: Dover Publications, 1952.

- Ouspensky, P.D, Tertium Organum. Rochester, N. Y.: Manas Press, 1920.

- Washburn, Margaret F. The Animal Mind. N.Y.: Macmillan, 1926.

 

 

 
 


Primer  Anterior  2 a 2 de 2  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: moriajoan Enviado: 03/08/2015 22:36

I. PERCEPçãO E CONSCIêNCIA DAS DIMENSõES ESPACIAIS

Alguma vez, você meditou sobre como o mundo se apresenta aos animais? Que pensará um caracol após chegar ao extremo de uma folha pela qual vinha se arrastando? Que pensará uma águia ao ver que um rato escondeu-se em um buraco na terra? Que pensará um cão ao ver que um automóvel modifica sua aparência ao aproximar-se dele e novamente a modifica depois de passar por ele e afastar-se? Tais exercícios de compreensão são inestimáveis não só porque podem nos ajudar a desenvolver simpatia e, portanto, amor para com os animais (e o amor por todas as criaturas é algo de muito valor), como também porque a relação que existe entre um animal e um ser humano pode resultar de um certo modo similar à que existe entre o homem e seres com capacidade sobre-humana, como Cristo. Portanto, estas reflexões podem melhorar nossa compreensão sobre os seres superiores.

Os cientistas materialistas observaram que o animal unicelular chamado ameba não tem olhos. Sua percepção sobre o que está em seu entorno está limitada basicamente a sentir os objetos com os quais entra em contato. Os anelídeos (vermes) são capazes de reagir a mudanças de luz e as estrelas-do-mar têm pontos sensíveis nas pontas de seus braços que podem responder a diferentes graus  de iluminação, mas não estão preparados para a formação de imagens. Os olhos dos insetos podem perceber a luz e a obscuridade, a direção e o movimento e, em alguns casos, o tamanho, mas não podem focalizar objetos a distncias diferentes (embora diversas partes do olho possam ver coisas próximas ou distantes). A habilidade de focalizar é maior nos cefalópodes (polvos), peixes e anfíbios pelo desenvolvimento da capacidade de modificar a distncia do cristalino à retina. Isso habilita o olho a focalizar na retina imagens de objetos a diferentes distncias. A habilidade de focalizar encontra-se ainda mais refinada nas serpentes e nos vertebrados superiores com o desenvolvimento da capacidade de variar a curvatura do cristalino que permite a acomodação de objetos a diferentes distncias. Quando estão presentes maiores habilidades de focalização, torna-se possível fazer um maior número de distinções visuais. Embora as moscas e os vermes da terra não distingam tamanho, as mariposas, as baratas, as tartarugas, as galinhas, os ratos e os macacos podem distinguir áreas de diferentes tamanhos. As abelhas, as vespas, as mariposas, as tartarugas, os pássaros, os cães, os guaximins e macacos mostraram habilidade para distinguir diferentes formas planas.

            Tanto nos pássaros como nos mamíferos e nos seres humanos, os nervos óticos entrelaçam parte de suas fibras em seu caminho para o cérebro de modo que cada retina envia fibras nervosas a ambos os hemisférios cerebrais. Dessa forma, os campos visuais de ambos os olhos se combinam. As imagens ligeiramente diferentes dos dois olhos dão juntas a aparência tridimensional aos objetos observados. Em alguns mamíferos, os olhos estão tão distantes um do outro que o campo de visão comum a ambos é muito pequeno. Mesmo os animais que dispõem da anatomia ocular e da estrutura nervosa apropriadas para a visão estereoscópica, têm habilidade limitada para servirem-se destas estruturas. Os pássaros podem distinguir formas planas mesmo que não demonstrem reconhecer recipientes diferentes. Os ratos têm dificuldade para avaliar a distncia em que se encontra uma plataforma (com a finalidade de escolher a mais próxima ou saltar para plataformas localizadas em distncias diferentes). Nos seres humanos, encontra-se muito desenvolvida, sem dúvida, a habilidade para ver claramente os objetos em profundidade e para perceber as distncias.

            Como a ameba só é consciente de si mesma e das coisas com as quais se põe em contato, poderíamos dizer que sua percepção do espaço é essencialmente a percepção de um só ponto, ou seja, percepção de dimensão zero. A passagem de um estado de percepção a outro é gradual, até o ponto em que algumas formas intermediárias não se encontram claramente nem em um estado nem em outro. Os anelídeos e a estrela-do-mar têm algumas características de uma percepção de dimensão zero (dada sua incapacidade de perceber algo a menos que se ponha em contato com seus corpos), porém, está neles se desenvolvendo uma leve percepção  da consciência linear na medida em que podem perceber simultaneamente pontos diferentes de seus corpos. Os insetos que desenvolveram a habilidade de perceber a direção (embora nem tamanho nem forma) têm percepção linear, ou seja, unidimensional. Podem ver algo no exterior e decidir mover-se até o objeto ou separar-se dele. Aqueles insetos que mostram reconhecer tamanho e forma começam a distinguir superfícies, o que sugere percepção bidimensional. Esta percepção bidimensional se acha mais desenvolvida e refinada no peixe, nos anfíbios, nos répteis, nos pássaros e mamíferos. Os pássaros e mamíferos, com visão estereoscópica mas com dificuldades de perceber formas tridimensionais, acham-se na transição da percepção bidimensional para a tridimensional. Nós, seres humanos, temos a capacidade de reconhecer objetos de variados tamanhos e distncias. Podemos perceber simultaneamente a longitude, a profundidade e a altura e, por essa razão, possuímos percepção tridimensional.

            Uma criatura que seja capaz de formar imagens mentais limitadas a um certo número de dimensões não será capaz de funcionar em um corpo com percepção dimensional superior àquele número de dimensões, porque chegarão sinais à mente que não poderão ser processados. Se uma consciência de dimensão zero habitasse um corpo humano, não poderia imaginar ao mesmo tempo as mãos e os pés e, ao chegarem simultaneamente sinais de ambas as partes do corpo, esses sinais seriam confundidos. Para as criaturas capazes de formar imagens mentais de um certo número de dimensões seria vantajoso ter um corpo ao menos com a mesma capacidade perceptiva e, assim, termina chegando o tempo em que tais corpos são construídos, de maneira que, em geral, a dimensão da capacidade perceptiva é igual à dimensão das imagens que a mente seja capaz de processar e igual à dimensão da consciência (com algumas exceções que aparecem durante os estados de transição).

            Para uma criatura de consciência zero dimensional, o mundo consiste de um ponto, que é o único que pode perceber. Qualquer coisa que entre nesse ponto parecerá vir de nenhuma parte e quando sair do ponto parecerá que deixará de existir. Se tal criatura fosse se mover sobre uma superfície, digamos uma folha, seria consciente de um ponto após o outro. Os pontos que tivesse deixado para trás seriam para ela passado. Os pontos que não tivesse ainda atingido, seriam para ela o futuro. Nós, entretanto, com a capacidade de ver toda a folha, poderíamos ver ao mesmo tempo o passado e o futuro da consciência zero dimensional.

            Para uma criatura com consciência de uma dimensão, o mundo seria unidimensional. Nada existe para ela, exceto aquilo que esteja na linha da qual é consciente. Se algo entra nessa linha, parecerá como se viesse do nada. Se algo sai, parecerá como se deixasse de existir. Se tal criatura move sua linha de visão, digamos, girando sua cabeça, verá um número de direções sucessivamente. Sua rota de percepção traçaria uma linha pela paisagem (como uma linha cruzando uma fotografia). De novo nós, com nossa visão de dimensão superior veremos de uma só vez o que a consciência unidimensional percebe como passado e futuro.

            Para uma criatura de consciência bidimensional, o mundo se apresenta bidimensional, como uma fotografia. Tal criatura só concebe um plano de existência. Se olha uma casa e alguém abre a porta e sai, para sua consciência tal pessoa surge do nada. Se caminha ao redor da casa, para ela esta parecerá mudar de forma e características, mesmo que para nós, com nossa consciência superior, vejamos que a casa tem forma constante.

            A consciência zero dimensional vê o mundo como zero dimensional, mas isso não faz com que o mundo seja zero dimensional. A consciência unidimensional vê o mundo como unidimensional, mas isso não torna o mundo unidimensional. O mesmo ocorre para a consciência bidimensional. Ante nossa consciência tridimensional, o mundo se apresenta como tridimensional, mas isso não exclui a possibilidade de que haja dimensões superiores.

            Observemos que, quando nós, com nossa consciência tridimensional, vemos o mundo de consciência dimensional inferior, podemos fazer com que as coisas surjam“do nada” ou desapareçam desse mundo e podemos ver seu passado e seu futuro de uma só olhada. Através da história, temos tido conhecimento de certas pessoas que demonstraram essa habilidade em nosso mundo tridimensional. Manifestaram a habilidade de fazer as coisas aparecerem e desaparecerem, de descrever eventos passados em que não estiveram presentes e de predizer o futuro (por isso se chamaram profetas). Cristo foi capaz de criar pães e peixes quando muita gente deles necessitava (Mateus 14:13-21) e de desaparecer no meio de uma multidão sem ser visto  (Lucas 4:28-30),  (João 8:59).  Foi capaz  de dizer  todo o  passado  de  pessoas  que  via  pela  primeira vez (João 1:43-51),  (João 4:7-19), e em várias oportunidades Ele demonstrou conhecer por antecipação que experiências aguardavam a Ele e a Seus discípulos (Mat. 17:24-27, Mat. 20:18-19, Mat. 26:20-25, Mat. 26:31-35, Luc. 5:1-11). É razoável pensar que a consciência de Cristo e a dos  profetas pertenciam à quarta dimensão.

            Paulo, em sua carta  aos Efésios (3:14-18), escreveu: “Por isso eu dobro meus joelhos ante ao Pai...que Cristo habite pela fé em vossos corações e, arraigados e fundamentados no amor, possais compreender, em união com todos os santos, qual é a largura, a longitude, a altura e a profundidade”. Paulo incluiu aqui quatro dimensões e deixou implícito que não só os santos poderiam compreende-las, senão também que nós seríamos capazes de compreende-las quando Cristo habitasse em nossos corações e nos voltássemos “arraigados e fundamentados no amor”.



 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados