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General: COMO EN EL CUENTO
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Respuesta  Mensaje 1 de 4 en el tema 
De: Néstor Barbarito  (Mensaje original) Enviado: 16/05/2017 23:38

Hojeaba viejas revistas ‘Liturgia Cotidiana’, de la editorial San Pablo, para recoger direcciones de algunos poetas 
cristianos a los que —como a mí— les publicaron en ellas algunos trabajos. El propósito era enviarles algunos
párrafos de la encíclica ‘Laudato Si’, del Papa Francisco, como ya lo estaba haciendo con mis amigos. En esa                       
tarea, di con una poesía que me estremeció por su belleza, y me interpeló con su contenido.
El poema es el que transcribo a continuación:

        COMO EN EL CUENTO

 Y hablando de ya no saber, no me di cuenta
que pretendía humildad y proclamaba nacimiento,
cuando la máscara de la hipocresía
seguía enmascarando mi soberbia.

 Y continuaba sin saber que no sabía,
hablándole a Dios…sin todavía creerle
ni entenderlo.
seguía necio


Me miro en el espejo y sigo sin creerme…
¿Qué será de los demás entonces?
¿de aquellos que deberían aceptar un mensaje
que no soy digno de dar…si quiero ser honesto?

¡Hablas de verlo, pides a gritos su mirada
(me dijiste)
Y todavía no entiendes que esos ojos
no pueden ser vistos con los de tu cuerpo!

 Hablas de verlo (me dijiste)
y las puertas de tu corazón siguen cerradas.
¿Cuántas veces has leído? ¿Cuántas veces?”
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo”.
 

¿Has de creerle al fin?
¿O seguirás con hambre, desfalleciendo de frío
mientras él sigue allí, esperando que le abras
para entrar en tu casa y cenar contigo?
 

¡Necio!
Llenes tu boca de palabras
Pero tu corazón sigue endurecido. 
¡Necio!
Como fariseo hablas y no sientes,
como fariseo enseñas y no crees.

 Mientras afuera el mundo sigue esperando,
mientras los niños mueren,
mientras el tiempo acaba.
Acaba.
                    

     Héctor Spaccarotella

 Lo cierto es que ese poema —creo que más bien debería decir el Espíritu, por su intermedio— me inspiró a enviarle un mail al autor, que dio origen a un intercambio de mensajes e ideas que fueron forjando una nueva amistad. Sin conocernos personalmente, porque él vive en Santa Cruz y yo en Buenos Aires. Al cabo de algunos mails, Héctor me confió, se me ocurre que no sin cierto temor de que esa confidencia pudiera ser un obstáculo a nuestra naciente amistad, por ahora epistolar, me confió, digo, que no era católico, sino evangélico bautista.

Recordé entonces una idea de Romano Guardini, el cual, en su libro El Señor1, dice: “todas las situaciones son caminos que conducen a Dios, o pueden apartarnos de Él”. Y entendí que aquel encuentro, lejos de ser un obstáculo, era la oportunidad que Dios nos estaba dando, de crecer en la comprensión y respeto mutuos.

 Aún antes de conocerlo personalmente —cosa que al fin ocurrió— El Espíritu me había dado, junto con el regalo de un nuevo y valioso amigo, la gracia de confirmar, en primera persona, que es importante; imprescindible, tener el corazón abierto para no hacer acepción de denominaciones ni congregaciones, ya que en todas hay hombres y mujeres enamorados del Salvador, dispuestos a proclamarlo y alabarlo ante los hombres. Que haciendo a un lado las diferencias teológicas, lo único que vale la pena tener en cuenta es la hermandad que nos brinda la fe y el amor a Jesucristo. Que la “comunión de los santos” que proclamamos en el Credo, no se agota en los límites de aquellos que aceptamos todas las doctrinas o normas de una comunidad determinada.

Por eso le doy gracias al Señor por este encuentro “no muy casual”, y le pido que bendiga nuestra amistad.


 

 

1: (Lo que estaba perdido)

 



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Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: Dios es mi paz Enviado: 17/05/2017 01:26

Bellísimo este poema y tan cierto, lo he leído con el corazón haciendo mías esas palabras Héctor. Reconociendo que tambien yo he sido necia tanto tiempo mientras había tanto para hacer en la viña. Gracias por publicarlo hermano Néstor.
También yo soy evangélica bautista y también he hablado esto  con usted. 
Pues bien, aquí seguimos gracias a Dios. No vamos levantando vallas ni denominaciones, sino tendiendo puentes, llevando su mensaje unidos en el amor cristiano, en respeto mutuo como El Señor nos enseñó.  
Aquí en Fraternalmente unidos, cuanta bendición es poder contar aquí con ustedes dos, agradezco a Dios tenerlos en este sitio.
 Muchos pasan, leen y se llevan de aquí buen material que ustedes ponen. Muchos no dejan huellas ni mensajes pero gracias a Dios entran, leen y se llevan material para trabajar en sus Iglesias, escuelas dominicales y talleres y de esta manera, es una hermosa tarea hermanos la que realizamos aquí extendiendo el mensaje.
Como siempre les dejo mis cariños a sus esposas, quienes son mis queridas hermanas. Bendiciones hermanos y gracias por su trabajo en esta página. Araceli

Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: hectorspaccarotella Enviado: 17/05/2017 13:41
wow, gracias Nestor. 
Uno nunca sabe a dónde llegarán ni dónde germinarán las semillas que suelta. 

Efectivamente, esa poesía que reproducís fue el disparador de esta amistad que se abastece y enriquece día a día. Y la rescataste de una publicación que hice, creo, 10 años atrás aproximadamente, en la revista de editorial san Pablo. 

Cuando el pelo se tiñe de blanco, uno se da cuenta que ya no debe buscar argumentos que separen a las personas sino que el amor es lo que alimenta, el amor que viene de Dios, que no le pone carteles a Su casa. 
Nestor, Araceli, soy un hombre torpe y lleno de errores que me lastiman y lastiman a otros. Es un hermoso regalo de Dios permitirme sentirlos cerca, atizando la llama del Amor de Dios con su amistad. 

Los quiero.

HÉCTOR


Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: Néstor Barbarito Enviado: 18/05/2017 00:56

Si la una se dice necia y el otro torpe y lleno de errores, ¿qué quedará para mí, que a mis ochenta años encuentro que he sido perezoso y negligente, no tanto para contar el mensaje de Jesús, cuanto para hacer sus obras. Por eso me siento interpelado por el cuestionamiento de Héctor en su bellísimo poema:

¡Necio!
Llenas tu boca de palabras 
Pero tu corazón sigue endurecido.
¡Necio!
Como  fariseo hablas y no sientes,
Como fariseo enseñas y no crees.”
 

Yo, que quise guiar mi vida de fe por las conductas de San Francisco, no tuve el  coraje de seguir aquellas palabras suyas que decían «Prediquen siempre el Evangelio. Hasta con palabras, si fuera necesario»

Dios tenga misericordia de mi debilidad y pobreza.

Estoy feliz de tenerlos por amigos y hermanos.



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