Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Fraternalmente unidos
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 General 
 Normas de convivencia en el grupo-- 
 Lee la Biblia aquí! 
 Biblia en Power Point 
 Conoce tu Biblia 
 La Biblia en ocho versiones 
 Recursos Teológicos 
 Estudios biblicos 
 Reflexiones- Hernán 
 Selección de pasajes Bíblicos- por Hernán 
 Biografías de hombres de la Reforma protestante- Por Hernán 
 Arqueología Bíblica (por Ethel) 
 Reflexiones 
 Jaime Batista -Reflexiones 
 Tiempo devocional-Hector Spaccarotella 
 Mensajes de ánimo--Por Migdalia 
 Devocionales 
 Escritos de Patry 
 Escritos de Araceli 
 Mujer y familia- 
 Poemas y poesias 
 Música cristiana para disfrutar 
 Creaciones de Sra Sara 
 Fondos Araceli 
 Firmas hechas-Busca la tuya 
 Pide Firmas 
 Regala Gifs 
 Libros cristianos (por Ethel) 
 Panel de PPT 
 Amigos unidos-Macbelu 
 Entregas de Caroly 
 Regala Fondos 
 Texturas p/ Fondos 
 Separadores y barritas 
 Retira tu firma 
 Tutos 
 Tareas HTML 
 COMUNIDADES AMIGAS 
 
 
  Herramientas
 
General: JESÚS LLAMA POR EL NOMBRE
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: Néstor Barbarito  (Mensaje original) Enviado: 18/05/2017 23:12

 

 

LA MAGDALENA

 

 
[…] Mientras estaba inclinada cerca de la tumba, con los ojos llenos de lágrimas, Dios la sorprende de la manera más inesperada. El evangelista Juan subraya cuán persistente es su ceguera: no se da cuenta de la presencia de los dos ángeles que la interrogan y ni siquiera sospecha viendo al hombre a sus espaldas, creyendo que era el guardián del jardín. Y, sin embargo, descubre el acontecimiento más sobrecogedor de la historia humana cuando finalmente es llamada por su nombre: «¡María!» (Jn 20,16).
 
¡Qué lindo es pensar que la primera aparición del Resucitado fue de una forma tan personal! Que hay alguien que nos conoce, que ve nuestro sufrimiento y desilusión, que se conmueve por nosotros, y nos llama por nuestro nombre. Es una ley que encontramos grabada en muchas páginas del Evangelio. Alrededor de Jesús hay tantas personas que buscan a Dios; pero la realidad más prodigiosa es que, mucho antes, es  Dios el que se preocupa por nuestra vida, que quiere volverla a levantar, y para hacer esto nos llama por nuestro nombre, reconociendo el rostro personal de cada uno.
 
Cada hombre es una historia de amor que Dios escribe en esta tierra. Cada uno de nosotros es una historia de amor de Dios. A cada uno de nosotros, Dios nos llama por nuestro nombre: nos conoce por nombre, nos mira, nos espera, nos perdona, tiene paciencia con nosotros. Cada uno de nosotros tiene esta experiencia.

Y Jesús la llama: «¡María!»: la revolución de su vida, la revolución destinada a transformar la existencia de todo hombre y de toda mujer, comienza con un nombre que resuena en el jardín del sepulcro vació. Los Evangelios nos describen la felicidad de María: la resurrección de Jesús no es una alegría dada con cuentagotas, sino una cascada que arrolla toda la vida. La existencia cristiana no está entretejida con felicidades blandas, sino con oleadas que lo arrollan todo. 

Intentemos pensar también nosotros, en este instante, con el bagaje de desilusiones y derrotas que cada uno lleva en el corazón, que hay un Dios cercano a nosotros, que nos llama por nuestro nombre y nos dice: «¡Levántate, deja de llorar, porque he venido a liberarte!».

Papa Francisco (17/5/2017)



Primer  Anterior  2 a 3 de 3  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: hectorspaccarotella Enviado: 19/05/2017 20:56
Leyendo, me acordé de la letra de una canción que conocí en el catolicismo, y que no podía cantar sin quebrarme hasta que llegó el encuentro con Jesús hace 18 años. 
Es que yo había sentido a Jesús tocándome en el hombro y pronunciando mi nombre. Es que él dijo: "Héctor" mirándome a los ojos. 
La reproduzco debajo, recreando mi corazón, con la esperanza de permitir que otras almas sientan eso que yo siento:

Tu has venido a la orilla 
no has buscado a sabios, ni a ricos 
tan solo quieres que yo te siga 

Señor, me has mirado a las ojos 
sonriendo, has dicho mi nombre 
en la rena, he dejado mi barca 
junto a ti, buscare otro mar 

Tu necesitas mis manos 
mis cansancios que a otros descansen 
amor que quiero seguir amando 

Señor, me has mirado a las ojos 
sonriendo, has dicho mi nombre 
en la rena, he dejado mi barca 
junto a ti, buscare otro mar 

Tu sabes bien lo que quiero 
en mi barca no hay oro ni espadas 
tan solo redes y mi trabajo 

Señor, me has mirado a las ojos 
sonriendo, has dicho mi nombre 
en la rena, he dejado mi barca 
junto a ti, buscare otro mar 

Tu pescador de otros mares 
ansia entera de almas que esperan 
amigo bueno que asi me llamas 

Señor, me has mirado a las ojos 
sonriendo, has dicho mi nombre 
en la rena, he dejado mi barca 
junto a ti, buscare otro mar

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: Néstor Barbarito Enviado: 20/05/2017 15:30

Es hermosa esa canción, Héctor, y en muchas comunidades aún la siguen cantando. Todavía recuerdo la primera 

vez que la oí. Fue un día de mucha emoción espiritual. Diría, de conmoción, y esta canción ayudó a mi corazón a acercarse y abrirse a Jesús. Y lo sigue haciendo.

¡¡¡Otra cosa que nos une, amigo. Y siempre en Cristo!!! 



 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados