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Shavuot es la culminación de la “cuenta del Omer” de siete semanas de largo, que comienza después de Pesaj. El mismo nombre “Shavuot” significa “semanas”, en reconocimiento a las semanas de expectación que nos llevan a la experiencia en Sinai. (Dado que Shavuot ocurre 50 días después del primer día de Pesaj, es a veces conocida como “Pentecostés”, una palabra griega que significa “la festividad de 50 días”).
3.300 años atrás, después de haber dejado Egipto en la noche de Pesaj, los judíos viajaron hacia el Desierto del Sinai. Ahí, el Pueblo Judío completo – 3 millones de hombres, mujeres y niños – experimentaron directamente la revelación divina:
Dios les habló de en medio del fuego; ustedes estaban oyendo el sonido de palabras, pero no estaban viendo una forma, sólo un sonido. Él les dijo de su pacto, ordenándoles cumplir los Diez Mandamientos, y Él los grabó en dos tablas de piedra (Deuteronomio 4:12-13).
La entrega de la Torá fue un evento de inmensas proporciones que grabó indeleblemente al Pueblo Judío con un carácter, fe y destino únicos. Y en los 3.300 años desde que ocurrió este evento, los ideales de Torá – monoteísmo, justicia, responsabilidad – se han convertido en la base moral de la civilización occidental.
¿Cómo Celebrar Shavuot? Quizás la razón para el relativo desconocimiento de Shavuot es porque esta festividad no tiene “símbolos” obvios del día – es decir, no hay Shofar, no hay Sucá, no hay Janukiá.
En Shavuot, no hay símbolos que nos distraigan del foco central de la vida judía: la Torá. ¿Entonces como conmemoramos Shavuot? Es una altamente expandida costumbre quedarse despierto toda la noche estudiando Torá. Y ya que la Torá es el camino a la auto-perfección, el estudio de la noche de Shavuot es llamado Tikún Leil Shavuot, que significa “un acto de auto-perfección en la noche de Shavuot”.
En los servicios de la sinagoga en la mañana de Shavuot leemos el libro bíblico de Ruth. Ruth era una mujer no-judía cuyo amor por Dios y la Torá la llevaron a convertirse al judaísmo. La Torá indica que las almas de los eventuales conversos también estuvieron presentes en Sinai, como dice: “Yo estoy haciendo [el pacto] con aquellos que están aquí hoy, y también con aquellos que no están hoy aquí” (Deuteronomio 29:13).
Ruth tiene otra conexión más con Shavuot, y es que ella se convirtió en ancestro del Rey David, quien nació en Shavuot, y murió en Shavuot.
En Shavuot es costumbre decorar la sinagoga con ramas y flores. Esto es porque el Monte Sinai floreció el día en que se entregó la Torá. La Biblia también asocia a Shavuot con la cosecha de trigo y frutas, y marca el momento en que se traían los primeros frutos al Sagrado Templo, como una expresión de gracias (ver Éxodo 23:16, 34:22 y Números 28:26).
Alimentos Lácteos
Hay una costumbre judía universal de comer alimentos lácteos en Shavuot. Varias razones han sido dadas por los sabios, siendo algunas más convincentes que otras. Aquí ofrecemos una selección:
1.El libro bíblico Cantar de los Cantares (4:11) se refiere al dulce valor nutritivo de la Torá diciendo: “La dulzura de la Torá mana de tus labios, como miel y leche yace bajo tu lengua” . 2.El versículo en Éxodo 23:19 yuxtapone la festividad de Shavuot con la prohibición de mezclar leche y carne. En Shavuot, por lo tanto comemos cenas separadas – una de leche y una de carne.
3.Con la recepción de la Torá en el Monte Sinai, los judíos inmediatamente se vieron obligados a cumplir las leyes de Shejitá – matanza de animales. Ya que no tuvieron tiempo de preparar carne casher, ellos comieron lácteos en su lugar.
Peregrinaje al Muro Occidental En 1967 concluyó la Guerra de los Seis Días, sólo unos pocos días antes de Shavuot. Israel había recuperado el Muro Occidental, y por primera vez en 19 años los judíos tenían acceso al área que rodea al Monte del Templo, el sitio más sagrado del judaísmo. En Shavuot mismo, el Muro Occidental se abrió para los visitantes, y en ese memorable día más de 200,000 judíos viajaron a pie al Muro Occidental (en Jerusalem los autobuses no transitan en las festividades judías).
En años siguientes, este “peregrinaje peatonal” se ha vuelto una tradición recurrente. Temprano en la mañana de Shavuot – luego de una noche completa de estudio de Torá – las calles de Jerusalem están llenas de decenas de miles de judíos caminando hacia el Muro Occidental.
Esta tradición tiene un precedente bíblico. Shavuot es una de las tres festividades de peregrinaje del judaísmo, cuando todo el pueblo se reunía en Jerusalem para celebrar y estudiar.
El Nexo entre el Hombre y Dios
Las festividades judías tienen muchos aspectos de significado que son paralelos entre sí. Históricamente, Pesaj celebra la formación del pueblo judío, Shavuot celebra la entrega de la Torá, y Sucot celebra el viaje del pueblo judío por el desierto en su camino hacia la Tierra de Israel.
La Torá también asigna un punto específico en el ciclo agrícola para cada festividad. Pesaj es el brote del grano, Shavuot es la cosecha y Sucot es la recolección y acopio de la cosecha.
También hay varias mitzvot (mandamientos) asociados a cada festividad. Pesaj es el festival de las matzot, Sucot es el festival de habitar en la sucá, y Shavuot es el festival de llevar un ofrecimiento de nuestros bikurim (primeras frutas) a Dios.
Los diferentes paralelos entre Pesaj y Sucot no son difíciles de asociar. Pesaj es el nacimiento del pueblo judío, y así también, en relación a la cosecha, es el brote del grano. Sucot es el destino de la nación judía marchando hacia la Tierra de Israel, su destino final. Y así, su paralelo en relación a la cosecha es la recolección del grano y el acopio en su “casa”, el silo (sucá).
Pero los paralelos de Shavuot parecen no coincidir. ¿Cómo se relaciona el punto intermedio en términos agrícolas de “cortar el grano”, con la entrega de la Torá? ¿Cuál es el paralelo? ¿Y cuál es la cualidad única que existe en el acto de “cortar el grano” que hace que esta metáfora sea apropiada para Shavuot?
Para entender la cualidad especial de esta etapa dentro del ciclo agrícola, debemos abordar el tema teológico de la omnipotencia de Dios y el libre albedrío del hombre.
El judaísmo demanda simultáneamente de nosotros un sentimiento muy fuerte de responsabilidad personal, y al mismo tiempo, un reconocimiento de la totalidad de Dios. Se nos impone que debemos hacer el bien como si todo dependiera de nosotros, mientras le rezamos a Dios con un sentimiento de máxima fragilidad humana. Debemos empujarnos al máximo, sin perder nunca de vista la omnipotencia de Dios.
Si el hombre viviera solamente con un sentimiento de la omnipotencia de Dios, eludiría sus obligaciones, adoptando una actitud fatalista de “nada tiene sentido”, y no lograría nada. Por el otro lado, si solamente tuviera en cuenta las capacidades que le han concedido, sería arrogante y egoísta. Lo que generalmente pasa es que terminamos inclinándonos emocionalmente hacia una perspectiva o la otra, dependiendo de las circunstancias particulares.
Esta paradoja es uno de los grandes temas teológicos, llamado el libre albedrío versus la omnisciencia Divina. Y más allá de cómo decidamos entender esto de manera intelectual, en la práctica, vivimos con ambos entendimientos como verdades, cada uno utilizado en su aplicación correcta.
Esta dualidad – de asumir el manto de la responsabilidad al mismo tiempo que creemos que todo viene de Dios – se expresa a sí misma más claramente que nunca durante el ciclo agrícola. Desde que la semilla es plantada hasta que el grano es cortado, solamente Dios está involucrado en su desarrollo. El acto de “cortar el grano” marca el comienzo del rol del hombre para procesarlo: trillar, aventar, tamizar, moler, etc. A través de sus acciones el grano se convierte en alimento comestible.
En esa crítica intersección de poner la hoz (guadaña) en el tallo, el grano pasa del dominio de la providencia Divina al mundo de la responsabilidad y la capacidad humana.
Un puente similar entre dos dominios se expresa a sí mismo en el momento de la entrega de la Torá. Antes de que la Torá fuera entregada desde el cielo, el mundo era el espejo de Dios, quien era el único Creador y Maestro. Ha sido señalado que el número de generaciones desde el comienzo del mundo hasta la entrega de la Torá es 26, que es el valor numérico del nombre inefable de Dios, connotando que todas esas generaciones vivieron solamente como una expresión de la benevolencia de Dios. Ellos no tenían una misión clara que los definía como merecedores de existencia por sí mismos.
Sin embargo, una vez que la Torá fue entregada al pueblo judío, entonces, se le asignó una misión al hombre. Ahora él es responsable del mantenimiento de la Torá y de promulgar su código moral. Depende de él construir o destruir el mundo.
Incluso en el relato de la Creación hay una pista del rol futuro del hombre. El sexto día de la creación está escrito de una manera que alude al sexto día del mes de siván, día en que sería entregada la Torá. Los rabinos nos enseñan que la creación del mundo por parte de Dios estuvo condicionada a la futura aceptación de la Torá por parte del hombre. Puede que todo haya sido obra de Dios, pero todo esto dependía del hombre en su ‘razón de ser’.
Esta interrelación entre Dios y el hombre es verdad con respecto a todos los logros morales, pero se representa más fuertemente en el estudio mismo de la Torá. Nada está más cercano al sentimiento de identidad de la persona que sus facultades de razonamiento y comprensión. Y sin embargo, cuando estudiamos Torá, necesitamos estar plenamente consientes de las dos verdades simultáneamente. No se puede decir que estamos estudiando la palabra de Dios, a menos que estemos convencidos y que creamos que las ideas que luchamos por entender son la sabiduría Divina de Dios. Y sin embargo, si no las comprendemos completamente con nuestro propio raciocinio y las entendemos con nuestras propias palabras y mente, tampoco hemos cumplido con nuestra obligación de estudiar Torá. Si las palabras de Dios no se han convertido genuinamente en nuestras propias palabras, entonces, todavía tenemos que recibir la Torá
Esta es entonces la magnifica festividad de Shavuot. El día en el que Dios le transmite la Torá al hombre, por así decir, y el hombre se convierte en responsable del mundo. El mundo se eleva o cae en base a los logros del hombre, y no en base a la benevolencia pura de Dios. Es por esto que el hecho de “cortar el grano” ha sido elegido como el momento para marcar la festividad de Shavuot. En una mano estamos sosteniendo el tallo de la generosidad de Dios, y en la otra, la hoz (guadaña) del esfuerzo humano.
Más aún, Dios nos ha dado la oportunidad de ser parte de Su sabiduría, para que la misma idea le pertenezca tanto a Dios como al hombre, al mismo tiempo.
Cuán apropiado es que ésta sea la festividad en la que llevábamos los primeros frutos a Dios cuando teníamos el Templo Sagrado. Mientras el fruto todavía está creciendo, es obvio para todos que todo está en las manos de Dios. Si esperáramos hasta mucho después de la cosecha, posiblemente nos hubiésemos acostumbrado a la noción de que es “nuestro” y agradecerle a Dios sería tardío y superficial.
Es en este preciso momento de poner la hoz (guadaña) en el tallo – en el “corte del grano” – que nos encontramos en el nexo entre estas dos fuerzas y podemos transmitir nuestra gratitud correctamente. Reconocemos la responsabilidad del hombre y la benevolencia de Dios al mismo tiempo, y reconocemos genuinamente que incluso eso, que es el fruto de la labor del hombre, es a fin de cuentas de Dios.
Celebremos la noche de estudio de Torá en Shavuot con el espíritu con el cual fue dada. Estudiaremos Torá con el imperativo de que sólo nosotros tenemos la habilidad para distinguir entre el bien y el mal, y que si no corregimos al mundo, nadie más lo hará. Y estudiemos las palabras de Torá con la humildad apropiada, sabiendo que todas nuestras luchas intelectuales están allí para entender una pizca de la sabiduría infinita de Dios.
Costumbres de Shavuot
Shavuot es una fiesta singular en el calendario judío. A diferencia de todas las otras fiestas, Shavuot no tiene ninguna mitzvá especial relacionada a la festividad, y tampoco posee un ritual festivo especial. Quizás, esta es una de las causas por la cual casi todos los judíos del mundo se han olvidado de esta festividad.
A pesar que la fiesta de Shavuot tiene un gran significado histórico, siendo el aniversario de la revelación en el Sinai y de la entrega de la Torá al Pueblo Judío, esta fue privada de un ritual especial para celebrarla. De hecho, en la Biblia encontramos que la fiesta de Shavuot es llamada “Fiesta de los Bikurim”, que era la llevada de los primeros frutos de la cosecha anual al Templo en Jerusalem
Después de la destrucción de nuestro Templo y el comienzo de nuestro largo exilio, el Pueblo Judío se negó a dejar la fiesta de Shavuot sin un rasgo distintivo. Por eso, el pueblo le confirió muchas costumbres y rituales que han preservado la belleza y singularidad de la festividad hasta nuestros días.
Comidas Lácteas
Una de esas costumbres es comer comidas lácteas en la cena festiva. Esta es una excepción a la regla talmúdica que dice: “la alegría de la festividad requiere carne y vino”. La torta de queso y los blintzes de Shavuot se han convertido en los alimentos básicos de las casas judías por siglos.
Los orígenes de esta costumbre se encuentran en la conmemoración de la recepción de la Torá en este día. La Torá misma es comparada con leche, “Miel y leche debajo de tu lengua”, y por eso los productos lácteos son un símbolo de ese gran día en el Sinai. Los judíos no podían comer carne después de haber recibido la Torá, ya que la carne que ellos tenían no estaba preparada de acuerdo a las nuevas reglas, como por ejemplo, el ritual de degollar a los animales y las leyes alimenticias. Por esto es que comieron solamente productos de leche en el día de la revelación, en la festividad de Shavuot.
Una fuente más profunda de la costumbre de comer comidas lácteas en Shavuot se basa en la descripción de la Torá, dada al pueblo de Israel en Shavuot, que describe a la Tierra de Israel como “una tierra de la que mana leche y miel”. De esta manera, la comida láctea no sólo le recuerda al Pueblo Judío la entrega de la Torá en el Sinai, sino también les recuerda su amada patria, la Tierra de Israel.
Decoración en la Sinagoga
Otra costumbre de Shavuot que surgió fue la costumbre de decorar las casas, sinagogas e incluso el rollo de la Torá con flores y plantas en honor a la festividad. Esta costumbre de decorar con flores y plantas está basada en una declaración del Midrash que dice que la base del monte Sinai (en donde los judíos se pararon con temor, esperando la entrega de la Torá) fue cubierta con plantas y flores dulcemente perfumadas.
Incluso en Europa oriental, donde los judíos vivían mayoritariamente en la pobreza, todos los años se acostumbraba a decorar las sinagogas con flores y plantas para Shavuot. Sin embargo, el Gaón de Vilna, Rab Eliahu Kramer, se opuso fuertemente a esta costumbre. Su punto de vista era que aunque una costumbre fuera de origen judío y estuviera basada en la tradición judía, había sido adoptada por el mundo no judío como una costumbre que practicaban en sus casas de idolatría, y por esto los judíos debían olvidar esta costumbre. Ya que las flores y plantas se usaban bastante en las iglesias y en los cementerios no judíos, la costumbre de adornar las sinagogas con flores y plantas debía ser abandonada.
La opinión del Gaón fue bastante aceptada por los judíos de Lituania, pero fue ignorada por la mayoría de los judíos del mundo. Por esto, la costumbre de decorar las sinagogas y casas con flores en Shavuot es fuertemente practicada hoy en día en las comunidades judías.
De hecho, el suplir las flores y plantas para la decoración de la sinagoga era un gran honor que la gente competía por tener. Uno tenía que pagar no sólo las flores y las plantas, si no también debía pagar a la sinagoga para que le dieran el honor de pagar las flores y plantas. ¡El honor es un elixir adictivo!
Así que disfruta las flores y el pastel de queso y deléitate con el hecho que Dios nos ha dado la Torá, y a través de eso, la tarea de crear un mundo mejor para nosotros y para toda la humanidad.
Jag Sameaj!
(Seleccion extraida de aishlatino.com)
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Tres Niveles de Ser Hijo de Dios
Cuando Pablo se refiere "a la adopción de hijos", esto viene de una sola palabra griega: “huiothesia”, "llegar a ser hijo maduro". Esto no denota "la adopción" en el sentido moderno de la palabra, donde un hombre podría adoptar a un huérfano de otra familia. En aquel tiempo cuando un hijo alcanzó la madurez, su padre le daría formalmente al hijo maduro “ huiothesia”. Esto significa que el hijo podría actuar entonces en nombre de su padre, y cualquier contrato que el hijo él firmara implicaría obligación jurídica como si su padre hubiera firmado el contrato él mismo. En otras palabras, "el hijo maduro" trata con una posición en la familia, no en la adopción de huérfanos.
Tenemos que entender esto a fin de recibir el sentido de Gálatas 4:1. En días Bíblicos hab ía realmente tres ceremonias que tratan con llegar a ser hijo. Como podría ser esperado, éstas corresponden a los tres días de fiesta de Israel. La primera ceremonia ocurrió poco después del nacimiento del hijo. En los tiempos más tempranos la gente tenía una gran celebración en el momento del destete del hijo, que a menudo ocurría en aproximadamente la edad de dos años. Sin embargo, esto parece haber sido sustituido, o al menos reemplazado más tarde por la ceremonia de circuncisión cuando el hijo tenía ocho días de nacimiento. Cualquiera de las dos, éstas tratan con la celebración del nacimiento de un hijo.
La segunda ceremonia de ser hijo fue realizada cuando el hijo alcanzó la edad de trece años, hoy llamado en círculos judíos, el bar mitzvah. Era el segundo nivel de ser hijo, cuando el padre comenzó a enseñar seriamente al hijo su sabiduría y el comercio de familia. Uno podría pensar en este bar mitzvah como un gusto del huiothesia, o una garantía o las arras de la posición de ser hijo.
La tercera ceremonia de ser hijo era el cumplimiento, a menudo hecha cuando el hijo tenía veinte años, con tal que el hijo se hubiese demostrado ser un siervo obediente. Esta ceremonia diera al hijo autoridad completa para tomar decisiones en el lugar de su padre, ya que él poseyera la mente del padre. Él pensara como su padre. Sus valores fueran los mismos como su padre. Idealmente, él fuera una réplica de su padre, y así el padre sabría que él podría confiar en su hijo para actuar en su lugar.
Relacionando estas ceremonias con los días de fiesta de Israel, vemos que la Pascua de los judíos parece a nuestro nacimiento como hijos infantiles de Dios, cuando somos justificados por la fe. En este sentido, todos los cristianos por definición son hijos de Dios. Y así, Juan nos dice que somos AHORA los hijos de Dios (1 Juan 3:2). Pero esto no significa que somos totalmente hijos crecidos, o que hemos llegado a ser huiothesia, ya que Juan también nos dice que el recibir de Jesús (primer nivel de ser hijo) nos da la autoridad adicional para llegar a ser hijos de Dios (Juan 1:12). El Pentecostés es nuestro bar mitzvah, el segundo nivel de ser hijo como adolescentes. Este es el tiempo verdadero del entrenamiento, cuando el padre comienza a entrenar a su hijo en su arte como un aprendiz y enseñarlo la ley. Nosotros quienes hemos recibido el Espíritu de Dios también hemos entrado en tal entrenamiento para preparar por la tercera posición de ser hijo.
La fiesta de Tabernáculos nos da el modelo profético del tercer nivel de ser hijo maduro, o huiothesia. Será conferido sobre aquellos que han aprendido y han madurado bajo las dos primeras etapas de ser hijo. Será conferido sobre aquellos que tienen la mente de su Padre divino, quienes hacen sólo aquellas cosas que ellos ven a su Padre hacer. Será conferido sobre aquellos que han aprendido a apreciar disciplinas de su Padre y las reglas de la casa. Será conferido sobre aquellos que han entrado en el acuerdo completo con su Padre en todos los asuntos, siempre y cuando no queden desacuerdos básicos con Sus leyes, métodos, y políticas, ya que tales hijos todavía no tienen Su mente, ni tampoco ellos realmente no lo entienden en absoluto.
Si miramos al cuadro más grande, podemos ver como estos tres niveles de ser hijo se aplican a Israel, la Iglesia, y los Vencedores en la progresión de la historia. En la Edad de Pascua de los judíos, Israel funcionó bajo el primer nivel de autoridad divina, y Dios estaba con ellos a partir del principio. Entonces vino el tiempo para Dios hacer una nueva cosa, ya que la gente de Dios había alcanzado la edad espiritual de trece años. El día de Pentecostés en el segundo capítulo de Hechos era, en este sentido, el bar mitzvah de Sus hijos.
En esta edad de Pentecostés el Espíritu de Dios es dentro de nosotros. Nuestro nivel de autoridad espiritual aumentó bastante para hacer el trabajo de restaurar la tierra a Él, ya que este es "el comercio" de Dios que Él está enseñando a Sus hijos. Sin embargo, la Iglesia "adolescente" ha pasado por su etapa rebelde y generalmente piensa que sabe todo. Ella tiene la impaciencia y el exceso de confianza en sus posiciones doctrinales que uno esperaría de un adolescente típico. La Iglesia sabe justamente lo suficiente para creerse sabia y tiene justamente lo suficiente de la autoridad de ser hijo para ser peligrosa.
El problema más grande es que la Iglesia piensa de sí misma como adulto y capaz de decidirse entre lo bueno y lo malo sin la necesidad de consultar las reglas de la casa (las leyes de Dios). De hecho, algunos de estos hijos piensan que Dios es demasiado opresivo y realmente no sabe lo que Él hace. Ellos discrepan con Él y hacen nuevas reglas que satisfacen su entendimiento. Dentro de poco tiempo ellos piensen que sus propias reglas son, de hecho, "las nuevas leyes de su Padre". Éstas son tradiciones de hombres.
Nuestro crecimiento en Cristo es manifestado principalmente por nuestras buenas ganas de ser un siervo, no en nuestra insistencia en ser tratados como hijos privilegiados. Aquéllos de nuestros hermanos hoy quienes insisten en entronizarse ahora realmente están actuando como “niños malcriados”. Ellos corren de aquí para allá “nombrándolo” y “exigiéndolo” como niños en una juguetería. Sus enseñanzas de prosperidad se parecen al apetito de un adolescente para todas las cosas finas en la vida—sin trabajar por esas cosas finas.
Pero ¿quién está deseoso de sufrir las privaciones del desierto, para que él pudiera ser entrenado y disciplinado como hijo? ¿Quién está deseoso de aprender la destreza de su Padre? ¿Quién está deseoso de dar un paso en el fuego? En su inmadurez muchos piensan en sí mismos como hijos perfeccionados, sin necesitar más de tal disciplina y entrenamiento como siervos. Ellos piensan en ellos mismos como espiritualmente maduros y esperan ser servidos, en lugar de servir. Su revelación de ser hijo maduro, huiothesia, se tuerce por su impaciencia.
Nosotros debemos aprender la responsabilidad hoy, para recibir la autoridad después. Dios siempre tiene Su tiempo designado, y nosotros necesitamos conocer Su Tiempo Designado como revelado en Su Palabra. |
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La Tribu de Isacar
Los descendientes de Isacar manifestaron el mismo carácter del siervo como su padre. Ellos recibieron un informe bueno en que ellos tenían un conocimiento mayor de Dios en cuanto a Su tiempo que sus hermanos tenían. Su informe bueno se encuentra en 1 Crónicas 12:32.
(32) De los hijos de Isacar, doscientos principales, entendidos en los tiempos, y que sabían lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos.
Éstos entendieron tiempos, y por consiguiente ellos supieron lo que Israel debe hacer. Este pasaje particular se trata de los hombres de Israel que subieron para coronar a David el rey de todo Israel (versos 23 & 38). Era un año de jubileo, el jubileo número 59 desde Adán. (Vea Secrets of Time [ Secretos de Tiempo ].) Los hijos de Isacar entendieron esto, y así ellos supieron que ellos estaban haciendo la cosa correcta en el momento correcto. En otros términos, si Pentecostés ha hecho su trabajo de verdad en nuestros corazones, nosotros debemos tener alguna idea de cuando David ha de ser coronado el rey sobre toda la tierra, porque nosotros tendremos un poco de comprensión de "los tiempos".
Por otro lado, la tribu de Isacar también manifiesta el reino de comprensión parcial y de insuficiencia que son característicos de Pentecostés. El número de los niños de Isacar que vino a coronar a David el rey era simplemente doscientos. Doscientos es el número bíblico de insuficiencia. (Vea el libro de Bullinger, Number in Scripture [Números en las Escrituras], página 279.) Por ejemplo, en Juan 6:7 nosotros leemos,
(7) Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomase un poco.
La comisión de Isacar era así una manifestación numérica de insuficiencia. Nosotros sabemos, claro, que Pentecostés es sólo unas arras de nuestra herencia. El nivel de unción espiritual bajo el Pentecostés es insuficiente para nuestra perfección y para obtener promesa completa que Dios tiene para nosotros. Las arras o garantía del Espíritu es suficiente para hacernos siervos buenos y para aprender la mente de nuestro Padre, pero nosotros necesitamos una unción mayor de Tabernáculos para traernos totalmente en el ser hijo maduro del nivel tercero.
Así, cuando Jacob bendijo a sus doce hijos, él dijo esto sobre Isacar en Génesis 49:14,15.
(14) Isacar, asno fuerte Que se recuesta entre los apriscos; (15) Y vio que el descanso era bueno, y que la tierra era deleitosa; Y bajó su hombro para llevar, Y sirvió en tributo.
En las notas de Bullinger en este pasaje, nosotros leemos: "Él prefirió pagar el tributo a los cananitas, en lugar de empeñarse en la lucha para expelerlos". En otros términos, la tribu de Isacar vivió en la Tierra Prometida, pero ellos no LO HEREDARON totalmente hasta el reino de David. Ellos se quedaban como siervos, pagando tributo a los cananitas como siervos contratados. El motivo es lo que nosotros llamamos hoy el "mensaje de prosperidad". Pentecostales ven que el lugar de descanso es bueno y la tierra agradable. La meta se vuelve la riqueza, en lugar de heredar la Tierra Prometida de verdad. Así que ellos están contentos de ser esclavizados a las preocupaciones mundanas.
Como un pentecostal, Isacar es una "bolsa mixta". Hay cosas buenas de él, pero hay también un nivel de insuficiencia o falta de terminación. Él es una lección a nosotros que nosotros debemos ser siervos buenos durante nuestra niñez espiritual, pero que nosotros debemos crecer en Cristo para heredar el ser hijo completo.
Como Ser un Siervo Fiel Bajo Pentecostés
En la edad pentecostal nosotros hemos de aprender el arte de mayordomía buena como siervo de Dios. Algunos aprenden esto; la mayoría no hace. Así hay dos tipos de siervos: el fiel y el opresivo. Nosotros hemos de esforzarnos para ser siervos buenos, aprendiendo a tratar a nuestros siervos compañeros de una manera responsable. Aquéllos que aprenden esto han de ser recompensados con la primera resurrección, mientras aquéllos que oprimen otros tendrán que esperar la resurrección general de los muertos.
La ley de Dios prohibe la opresión de los siervos de uno, aun a los esclavos. El indicador más notable de opresión era el rechazo de un amo para dar a los demás siervos descanso en los días sabáticos y los años del jubileo. Éxodo 21:2 dice,
(2) Si comprares siervo hebreo, seis años servirá; mas al séptimo saldrá libre, de balde.
En otros términos, si un hombre había vendido su herencia de tierra para pagar una deuda, él probablemente no podría recuperarla hasta el año de Jubileo, que ocurría al final de cada 49 años (comenzando el décimo día del año 50). En tal caso él tendría que trabajar como siervo en la tierra de otro hombre. Dios mandó que el amo no oprimiera al siervo, sino que le permitiera ir libre cada séptimo año, el año de Jubileo.
El rechazo de observar estos años del descanso causó a Israel mucho pesar. Finalmente, los años del reposo que ellos no observaron llegaron a ser la medida del juicio contra Israel. Por ejemplo, Judá entró en la cautividad babilónica por 70 años, porque ellos habían sido responsables para 70 años del reposo y jubileos que ellos nunca guardaron. En 2 Crónicas 36:20, 21 leemos,
(20) Los que escaparon de la espada fueron llevados cautivos a Babilonia, y fueron siervos de él y de sus hijos, hasta que vino el reino de los persas; (21) para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, hasta que la tierra hubo gozado de reposo; porque todo el tiempo de su asolamiento reposó, hasta que los setenta años fueron cumplidos.
Aunque Judá nunca había observado un año del reposo sabático o un jubileo, Dios les dio una última oportunidad de arrepentirse justo antes la cautividad babilónica (Jeremías 34:8-16). De hecho, al principio las personas se arrepintieron librando a todos sus siervos para guardar ese año del reposo. Sin embargo, este arrepentimiento fue corto, porque nosotros los encontramos forzando a todos los siervos de nuevo en la servidumbre.
(10) … obedecieron, y los dejaron. (11) Pero después se arrepintieron, e hicieron volver a los siervos y a las siervas que habían dejado libres, y los sujetaron como siervos y siervas.
Dios hubiera desviado los ejércitos babilónicos si Judá se habría arrepentido de oprimir a sus siervos. Pero ellos no lo hicieron, y así Judá entró en su propia cautividad por 70 años. El juicio ajustó al crimen. Ellos ya conocerían el sentir de ser oprimidos por los sin ley de Babilonia.
En el Nuevo Testamento nosotros encontramos a Jesús refiriéndose a esta misma ley en Lucas 12. Aquí Él habla de dos tipos de siervos: el mayordomo "fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa" y, en contraste, el siervo opresivo en verso 45:
(45) Mas si aquel siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y embriagarse, (46) vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y le castigará duramente, y le pondrá con los infieles.
Nosotros ya nos hemos tratado de este pasaje en El Propósito de Resurrección. Nosotros mostramos cómo esto se refiere a la separación entre la Iglesia y vencedores, o las compañías de trigo y cebada. Los siervos fieles recibirán la primera resurrección, mientras los siervos opresivos tendrán que esperar otros mil años para conseguir su premio al mismo tiempo cuando los incrédulos son levantados - la resurrección general.
La pregunta es, en términos prácticos, ¿cómo oprime a sus miembros la Iglesia? ¿Por qué la compañía del trigo no hereda la primera resurrección con la compañía de la cebada? ¿Qué hace la Iglesia tan a menudo que les descalifica de recibir su herencia a la primera cosecha? |
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Una Iglesia o denominación tiende a ser caracterizada por su deseo de aumentar su número de miembros (siervos). Eso no está malo en sí mismo, mientras que ellos se esfuercen por traer a esas personas en reposo. Claro, la ley de Dios no está llevándose a cabo en cualquier nación en el mundo hoy. (La nación de Israel dice que hace esto a pesar de arrendar su tierra a los palestinos en los años de reposo de la tierra, así violando el espíritu entero de la ley).
En general la Iglesia ha operado a menudo mucho como la cultura de drogas, haciendo a las personas dependientes de la Iglesia para su espiritualidad o para su relación con Dios. Otras iglesias o denominaciones son menos opresivas, pero ellas todavía tienen una tendencia a hacer a los miembros dependientes, en lugar de soltarlos a Dios. A menudo el predicador pega a las personas, en lugar de alimentarlas, y tales predicadores piensan que ellos están haciendo la voluntad de Dios en esto. Hay más arenga que el estudio de las Escrituras, más predicación que enseñanza, más historias y anécdotas que leyendo la Escritura, más tomar que dar.
En otros términos, la Iglesia tiende a manifestar el carácter de Rey Saúl, en lugar de de David. Tiende a pensar en sí misma como un rey que merece el tiempo y dinero de las personas por razón de su llamamiento. Pero eso es cómo Rey Saúl pensó, y Dios lo rechazó de establecer una dinastía perdurable.
El resultado es que la Iglesia castiga a menudo a sus siervos y los oprime sin enseñarles cómo entrar en el reposo de Dios. Así, estos siervos andan errantes en el desierto todas sus vidas, así como los niños de Israel bajo Moisés. Ellos no tienen la visión para la verdadera Casa de Dios, como David y Salomón tenía, donde el arca encontraría finalmente un lugar de reposo (1 Reyes 8:6-8).
En otros términos, la Iglesia continúa enseñando a las personas sobre la experiencia de Pascua e incluso sobre el Pentecostés; pero no tiene ninguna visión de Tabernáculos. La mayoría incluso nunca ha oído de ello. Este hueco en su enseñanza oprime a su membresía de siervos por esconder de ellos su derecho para entrar en el Reposo de Dios. Sin tal visión, la gente perece.
Nosotros estamos ahora pasados de la Edad de Pentecostés. Así como Rey Saúl, el pentecostal, reinó durante 40 años, aun así Dios ha dado la Iglesia a los gobernantes opresivos por la mayoría de sus 40 jubileos (1960 años). Así como "la congregación en el desierto" (Hechos 7:38) anduvo errante en el desierto bajo Moisés durante 40 años, también la Iglesia en el Nuevo Testamento ha andado en su propio desierto por 40 jubileos. Esta edad se acabó en 1993, precisamente 40 jubileos después de que la edad pentecostal empezó en el segundo capítulo de Hechos.
Nosotros estamos ahora en la transición entre Pentecostés y Tabernáculos. El tiempo para preparar nuestros corazones para ser hijos maduros, huiothesia, está sobre nosotros. Nosotros somos la generación que recibirá el ser hijo maduro, sin ver la muerte. Pero para hacer esto, nosotros debemos dejar de Pentecostés y agarrar la visión de una promesa mejor, una unción mejor, una "mejor resurrección" (Hebreos 11:35). Nosotros debemos entender y debemos admitir la insuficiencia de Pentecostés en nuestras vidas para esforzarnos hacia la llenura del Espíritu bajo Tabernáculos.
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Capítulo 2 Rey Saúl, el Pentecostal
Saúl se coronó rey de Israel en el día de Pentecostés. Esto es porque nosotros le llamamos un pentecostal. Saúl probablemente es la ilustración más importante en el Antiguo Testamento que manifiesta la naturaleza de Pentecostés. En su reino de 40 años nosotros vemos el reino de la Iglesia durante los 40 Júbilos (1960 años) de 33 d.C. -1993 d.C.
Así como Rey Saúl se coronó en Pentecostés y fue llamado por Dios para gobernar la Casa de Israel, también la Iglesia fue coronada en el día de Pentecostés en Hechos 2. La Iglesia, también, fue llamada para gobernar como Saúl. Había de ser el principio de la monarquía en un sentido del Nuevo Testamento, y los discípulos fueron mandados a todo el mundo a convertir y bautizar a todas las naciones. Se les enviaron que trajeran todas las cosas bajo Sus pies, poniendo toda creación bajo Su jurisdicción.
Desgraciadamente, esto no ha pasado. Lo que empezó tan poderosamente en los capítulos tempranos de Hechos prontamente desvaneció, como la levadura de Pentecostés leudó a toda la masa. Así, la Iglesia en los 40 jubileos pasados ha sido el cumplimiento de la historia del Antiguo Testamento de Rey Saúl, el pentecostal. La casa de Saúl fue destinada para sólo gobernar temporalmente Israel, porque él era un benjamita, y los reyes de Israel tenían que venir de Judá (Génesis 49:10). Aun así, la Iglesia pentecostal del Nuevo Testamento fue destinada para gobernar por sólo 40 jubileos, hasta el tiempo que los vencedores gobernarían con la unción de la Fiesta de Tabernáculos.
El Pueblo Rechazó el Reino de Dios
La historia de Saúl empieza con la gente de Israel exigiendo a un rey en 1 Samuel 8. La gente se había puesto impaciente y no quería que Dios los gobernara directamente más aún. 1 Samuel 8:7 dice,
(7) Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos.
Los israelitas se sentían que ellos tenían buena razón para estar bastante descontentos con el reino de Dios encima de ellos. Ellos ya habían pasado por seis cautividades mayores en su breve historia de 396 años desde el cruce de Jordán. Ellos habían estado en cautividad por 111 de esos años. De hecho, sólo tres años antes de la coronación de Saúl, finalmente Dios los había liberado de una cautividad de 58 años a los amonitas y filisteos. Los amonitas los habían oprimido por 18 años, y entonces los filisteos durante otro 40 años. La mayoría de la gente ni siquiera acordó de estar libres en sus vidas.
Ellos se descontentaron con el mando de Dios, porque Él era demasiado estricto con ellos. Él exigió más de ellos que sus carnes podrían manejar. ¡Porque cada vez ellos se dieron un poco de idolatría, Dios los traería en otra cautividad! Finalmente, la sabiduría humana dictó que ellos debían tener un rey que fuera más humano, uno que entendiera sus debilidades y complacería su idolatría y rebelión. Estaba en este contexto de la historia que la gente vino a Samuel y exigió un rey. Dios les concedió su demanda, pero los advirtió que su rey estaría de hecho simplemente como ellos. Él sería una manifestación de sus propios corazones. Él se adulteraría por el poder y usaría a las personas para su propio beneficio (Vea 1 Samuel 8:11-18).
Cómo Saúl se Coronó el Rey al Pentecostés
En 1 Samuel 9, el profeta empieza a decirnos como Saúl vino a ser rey. El padre de Saúl había perdido algunas asnas y le había enviado a su hijo que las encontrara. Él no podría encontrarlas, así él decidió ir a Samuel, con la esperanza que Samuel podría orar a Dios para averiguar lo que había pasado a las asnas.
Entretanto, Dios le había dicho a Samuel que Él le enviaría al hombre que fuera a ser el rey de Israel. Saúl llegó al momento correcto, y así él se coronó rey de Israel.
En cuanto a la hora de su coronación, nos dicen que Saúl había buscado las asnas de su padre durante tres días antes de venir a Samuel (9:20). Samuel pasó el resto del día hablando con Saúl sobre su venidero reino de Israel. Yo encuentro interesante que " él habló con Saúl en el terrado " (9:25). Esto era de costumbre particularmente en la frescura de la tarde. También presagia el aposento alto de Hechos 1:13, donde los discípulos se encontraron después de la ascensión de Jesús.
El próximo día Samuel ungió a Saúl (10:1) y le dio tres señales por las cuales él sabría que él fue llamado verdaderamente para ser el rey sobre Israel. Él también le dijo a Saúl ir a Gilgal y quedarse allí por siete días mientras Samuel ofreció holocaustos y ofrendas de paz a Dios. Finalmente, el día de coronación vino. Había sido diez días completos desde que el padre de Saúl le había enviado que buscara las asnas de su padre. Él había buscado tres días y se había quedado atrás durante otros siete días. Era ahora el día de Pentecostés. En el discurso de Samuel de la coronación (capítulo 12), él dijo en los versos 17 y 18.
(17) ¿No es ahora la siega del trigo? Yo clamaré a Jehová, y él dará truenos y lluvias, para que conozcáis y veáis que es grande vuestra maldad que habéis hecho ante los ojos de Jehová, pidiendo para vosotros rey. (18) Y Samuel clamó a Jehová, y Jehová dio truenos y lluvias en aquel día; y todo el pueblo tuvo gran temor de Jehová y de Samuel.
El día de la siega del trigo es el día de Pentecostés. ¿Cómo sabemos? Porque está escrito en la ley. Ningún hombre fuera permitido segar la mies o comer de una nueva cosecha de grano hasta que ellos hubieran presentado primero a Dios las primicias de la cosecha. Levítico 23:14 dice,
(14) No comeréis pan, ni grano tostado, ni espiga fresca, hasta este mismo día, hasta que hayáis ofrecido la ofrenda de vuestro Dios; estatuto perpetuo es por vuestras edades en dondequiera que habitéis.
La terminología hebrea desarrolló de esta ley. El día de cosecha de la cebada, mencionado en 2 Samuel 21:9, era el día de la ofrenda de la gavilla mecida ocurriendo unos días después de la fiesta de Pascua. El día de cosecha del trigo era el día de Pentecost és. Éstos eran los días que el sumo sacerdote ofreció a Dios las primicias de estas cosechas recientemente maduradas. Sólo entonces podían los hombres regresar a sus casas y empezar a segar sus mieses por sus propias cuentas. Entonces, el día de la siega de la cebada era el día de la ofrenda de la gavilla mecida; y el día de la siega del trigo era la fiesta de semanas [ Shavuot ], conocido después como Pentecostés.
Así, nosotros vemos que Saúl fue coronado el rey en el día de Pentecostés, el día de la siega del trigo. Él tenía que esperar diez días completos (3 + 7) antes de su coronación. Muchos años después los discípulos en el aposento alto tenían también que esperar diez días hasta el Pentecostés. Hechos 1:3 nos dice que Jesús había ascendido en el día 40 después de enseñar a sus discípulos durante esos 40 días después de Su resurrección (el día de la siega de la cebada). Antes de Su ascensión Él les dijo que esperaran en Jerusalén, hasta que ellos fueran investidos de poder desde lo alto para llevar a cabo la Gran Comisión (Lucas 24:49). El Espíritu fue derramado diez días más tarde en el día de Pentecostés, el día de la siega del trigo (Hechos 2:1).
Yo sugiero que la historia de Saúl también revele a nosotros que esos diez días estaban repartidos en 3 + 7 días. Así como Saúl buscó las asnas de su padre los primeros tres días, probablemente tomó a los discípulos tres días para reunirse en el aposento alto. Esto se hace claro por el hecho que Saúl se encontró con Samuel en el terrado de la casa después de que tres días ya habían pasado.
Los siete días finales, entonces, fueron pasados poniéndose "todos unánimes juntos" (Hechos 2:1). Es decir, ellos ofrecieron las ofrendas de paz espiritual al Señor, así como Samuel hizo por siete días ante de la Coronación de Saúl.
Pentecostés Fue un Día de Juicio
En la coronación de Saúl, Samuel oró que Dios enviaría trueno y lluvia en el día de Pentecostés, para que el pueblo entendiera que ellos hicieron mal en pedir un rey. ¡Qué extraño! En Palestina, la lluvia es muy rara en el momento de Pentecostés. De hecho, cualquier granjero sabe que uno no puede segar la mies si el grano está mojado. Así que lluvia en este momento se habría percibido como un juicio de Dios. Pero Dios envió trueno y lluvia, como nosotros leemos en 1 Samuel 12:18, 19,
(18) Y Samuel clamó a Jehová, y Jehová dio truenos y lluvias en aquel día; y todo el pueblo tuvo gran temor de Jehová y de Samuel. (19) Entonces dijo todo el pueblo a Samuel: Ruega por tus siervos a Jehová tu Dios, para que no muramos; porque a todos nuestros pecados hemos añadido este mal de pedir rey para nosotros.
Proverbios 26:1 nos dice lo poco común es lluvia al momento de Pentecostés:
(1) Como no conviene la nieve en el verano, ni la lluvia en la siega [trigo], Así no conviene al necio la honra.
En otros términos, algunas cosas eran bastante raras, no sólo en los días bíblicos, sino también en el mundo de hoy:
- la nieve en verano
- la lluvia a Pentecostés
- la honra al necio
Así que Dios mandó la lluvia fuera de su tiempo en el momento de Pentecostés para darnos un pago inicial de las lluvias en la estación debida. Era una lluvia parcial del Espíritu Santo, llamado el bautismo del Espíritu, y todavía realmente no fue la estación lluviosa. Por consiguiente, una lluvia fuera de estación puede ser una pena, y un derrame del Espíritu a Pentecostés viene con juicio por pedirle a un rey terrenal.
Así, Samuel dijo que la lluvia a la coronación de Saúl fue para mostrarlos que ellos habían hecho perversamente. Aun así, el propósito del bautismo del Espíritu Santo (Pentecostés) es empezar un proceso de limpieza de la maldad dentro de nosotros. Esto es porque también se llama un "bautismo de fuego". El fuego también es purificador y agente limpiador. Este derrame del Espíritu no es las noticias buenas de perfección, sino las noticias bastante ominosas de purificación por el fuego.
En este contexto, nosotros vemos que el asunto primario es que los hombres quieren que el hombre los gobierne en lugar de Dios. Saúl fue llamado para ser el rey sólo porque el pueblo había rechazado a Dios como gobernador sobre ellos. Aun así, la Edad pentecostal ha sido dominada por el mando de hombres en la Iglesia que estaban en la rebelión contra Dios--incluso como Rey Saúl presagiaba en su mando encima de Israel. No es que Saúl hizo cualesquier decretos contra la adoración de Dios en Israel, sino que él usurpó autoridad divina que no era suya. Esto es hecho muy claro en 1 Samuel 13, cuando Saúl ofreció la ofrenda quemada él mismo, en lugar de esperar por Samuel. Debido a este pecado particular, Dios dijo a través de Samuel en 1 Samuel 13:13, 14,
(13) Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. (14) Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.
Dios dijo a través del profeta que Dios estaba buscando a un hombre conforme a Su propio corazón para reinar sobre Israel. Él todavía está buscando a las tales personas. Éstos son los unos que últimamente gobernarán y juzgarán a todas las personas de la tierra, porque ellos "serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años" (Apocalipsis 20:6). Éstas son las personas que entran en la llenura del Espíritu por cumplir la Fiesta de Tabernáculos. Ellos se representan por Rey David que reemplazó a Saúl y era un hombre conforme al propio corazón de Dios.
http://www.gods-kingdom-ministries.net/teachings/translated-books/spanish/the-wheat-and-asses-of-pentecost-spanish-translation/capitulo-2-rey-saul-el-pentecostal/ |
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La Llamada Temporal de Saúl para Reinar
Saúl fue llamado de verdad de Dios, pero esto no era la "perfecta voluntad" de Dios. Las personas habían rechazado la voluntad perfecta de Dios en tener una Teocracia, donde Dios reinara sobre la gente directamente. Una vez las personas rechazaron el reino directo de Dios, entonces una "voluntad de Dios" secundaria entró en operación. Esa volunta d secundaria era que Saúl fue llamado de Dios para ser rey sobre Israel.
En otros términos, Saúl fue llamado para gobernar de verdad, pero no en el mismo nivel como David fue llamado después. Saúl fue llamado, uno podría decir, temporalmente, porque Dios sabía que él fallaría. Dios sabía que Él rechazaría a Saúl en el futuro para que él no tuviera una dinastía duradera. En esto, Saúl es un cuadro de la Iglesia pentecostal.
La implicación de esto está clara: la Iglesia pentecostal también ha sido descalificada para gobernar en el Reino de Dios. Ese honor ha sido reservado para los vencedores, la compañía de la cebada, que es pintada en la vida de David. (Vea nuestro libro, Los Vencedores de la Cebada ).
La Iglesia pentecostal fue dada 40 jubileos para ejercer la autoridad en la tierra, aun como Saúl fue dado 40 años. El tiempo de la iglesia pentecostal se cumplió en 1993. A ese punto, Dios empezó a mudar en una manera diferente para traer la casa de David, los vencedores, en su lugar de reino completo. Tanto como había una transición de siete años y seis meses de Saúl a David (2 Samuel 5:5), también ha habido una transición de autoridad de Pentecostés a la autoridad de la Fiesta de Tabernáculos.
Las Tres Señales Dadas a Saúl
Samuel le dio tres señales a Saúl por las cuales él sabría que él fue llamado de verdad para gobernar Israel. Nosotros leemos de ellas en 1 Samuel 10:2-7. La primera señal es ésta:
(2) Hoy, después que te hayas apartado de mí, hallarás dos hombres junto al sepulcro de Raquel, en el territorio de Benjamín, en Selsa, los cuales te dirán: Las asnas que habías ido a buscar se han hallado; tu padre ha dejado ya de inquietarse por las asnas, y está afligido por vosotros, diciendo: ¿Qué haré acerca de mi hijo?
Todas las señales tienen significado. Ellas no se dan meramente con el propósito de la confirmación; hay siempre un significado más profundo a ellas. Cuando nosotros vemos que estas señales son todas señales de Pentecostés, entonces nosotros tenemos la llave entonces a saber su significado.
Esta primera señal tuvo lugar en la tumba de Raquel, y trae a la mente una profecía muy interesante. Mateo 2:16-18 cita Jeremías 31:15, diciendo:
(16) Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos. (17) Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: (18) Voz fue oída en Ramá, Grande lamentación, lloro y gemido; Raquel que llora a sus hijos, Y no quiso ser consolada, porque perecieron.
El libro de Jaser nos da el fondo a esta profecía. (Este libro antiguo se redescubrió en la oficina de un rabino en Venecia, Italia, en 1613). Cuando José fue vendido en esclavitud y estaba a camino a Egipto, la caravana pasó la tumba de Raquel. Raquel era la madre de José, claro, y por eso él se tiró en su tumba y lloró. Nosotros leemos entonces en Jaser 42:37-40,
(37) y José oyó una voz que le hablaba por debajo de la tierra que le contestó con amargura de corazón y con una voz de lamento y oración en estas palabras: (38) mi hijo, mi hijo José, yo he oído la voz de tu lamento; Yo he visto tus lágrimas; Yo sé tus preocupaciones, mi hijo, y me aflige tu causa, y se agrega el pesar abundante a mi pesar. (39) ahora por consiguiente mi hijo, José mi hijo, espera al Señor, y espera por él y no temas, porque el Señor está contigo; él te liberará de todo problema. (40) levántate, mi hijo, baja hacia Egipto con tus amos, y no temas, porque el Señor está contigo, mi hijo. Y ella continuó hablando estas palabras hacia José, y ella estaba quieta.
Ésta es la historia de José cuando él estaba a camino a Egipto. Dios estaba llevándolo allá para entrenarlo para reinar por enseñarle de ser esclavo fiel y un prisionero gozoso. Es la voz de lamento, pero también es la voz de Esperanza.
Y así, para Saúl recibir su primera señal en la tumba de Raquel es muy significante. Los dos hombres le dijeron que su padre estaba afligiéndose ahora a Saúl. En otros términos, el propio Saúl fue el primero después de José oír la voz de lamento a los niños. La tumba de Raquel estaba cerca de Ramá, como Mateo nos dice. Ramá también era la ciudad de origen de Samuel. Estaba allí que Samuel lloró por Saúl (1 Samuel 15:34, 35), porque él amó a Saúl como hijo.
Mateo nos dice que el Rey Herodes cumplió esta profecía del mismo modo cuando él mató a los niños de Belén en el momento que Jesús fue llevado a Egipto. La voz de lamento empezó con el asesinato de Herodes de los niños; estaba extendido con la persecución judía de la Iglesia temprana; estaba más allá extendido con la persecución romana; y finalmente, se extendió a través de la Época de la Superstición o la Ignorancia, cuando la Iglesia persiguió y mató a sus vencedores.
La Edad de Pentecostés ha sido de verdad una edad de mucho lloro. En ningún momento durante los 40 jubileos de 33 d.C.-1993 d.C. podamos nosotros decir que los santos estaban reinando y estaban gobernando con Cristo. En cambio, los verdaderos pentecostales han sido puestos en el fuego para que la levadura pudiera ser cocida fuera de ellos. Los pentecostales falsos, que florecieron durante esta Edad pasada, se quedaron sin cocer y llenos de levadura. Ha sido una edad del reino de Saúl y la persecución de David. Nosotros estamos ahora cercan del fin de este tiempo de llorar, cuando Dios lo convierte en regocijar.
Si nosotros reunimos todo esto, nosotros vemos que la edad de Pentecostés era una edad de entrenamiento. No tenía el propósito de ser una edad gloriosa de victoria, sino un campamento de entrenamiento y prueba. Había de ser una era de opresión, pero era necesario en el Plan total de Dios para enseñarle a Su compañía de David como no ser tiranos. Todos los cristianos están en entrenamiento para el reino, pero sólo unos pocos alcanzarán al supremo llamamiento de Dios. El resto se amargarán con llorar, sin permitir que el principio del perdón de jubileo les consumiera. En su amargura, sus corazones se endurecen como el de Saúl, y ellos mismos se vuelven opresores de la gente de Dios.
Saúl y David representan dos tipos distintos de cristianos en esa era. Saúl representa aquéllos que oprimirían; y David representa aquéllos que son oprimidos, pero quiénes que vencen. Así como Raquel lloró por su hijo, José, cuando él empezó su esclavitud egipcia, también hizo Dios en traer a Saúl a su tumba al comienzo de la esclavitud de Israel. Era una señal ominosa, pero profética de la Edad de Pentecostés venidera.
La segunda señal se da en 1 Samuel 10:3, 4,
(3) Y luego que de allí sigas más adelante, y llegues a la encina de Tabor, te saldrán al encuentro tres hombres que suben a Dios en Bet-el, llevando uno tres cabritos, otro tres tortas de pan, y el tercero una vasija de vino; (4) los cuales, luego que te hayan saludado, te darán dos panes, los que tomarás de mano de ellos.
Estos tres hombres aparentemente estaban en camino a Bet-el para observar la fiesta de Pentecostés, que faltaba una semana para guardar. Recuerde, todavía David no había nacido, y él es el que conquistó la ciudad de Jerusalén. Así que estos hombres no irían a Jerusalén para guardar la fiesta. Ni ellos no podrían ir a Silo, que había sido el lugar original donde el arca había sido puesta. Silo había sido destruida cuando el arca fue tomada por los filisteos ya hace tres y un medio años antes.
Al parecer, un centro sacerdotal había sido establecido en Bet-el, por lo menos temporalmente. Éste era el lugar donde Jacob había tenido su sueño/visión de los ángeles ascendiendo y descendiendo, y donde él había ungido la piedra (Vea a Génesis 28). En la jornada de Jacob a Harán y de regreso, sus paradas mayores pintan modelos tempranos de los días de fiesta de Israel. Mientras eso es demasiado largo para explicar aquí, nosotros podemos decir que la parada de Jacob a Bet-el significó la fiesta de Pentecostés. Para un estudio más completo de la jornada de desierto de Jacob y su manifestación del día de fiesta, vea capítulo 4 de nuestro libro, Las Leyes de la Segunda Venida. |
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Los tres hombres en camino a Bet-el estaban llevando vino para libación pentecostal (Levítico 23:18) y un macho cabrío y dos corderos, probablemente para el sacrificio pentecostal (Levítico 23:19). También es significante que ellos estaban llevando tres panes y dieron a Saúl dos de ellos. Recuerde que a Pentecostés el sumo sacerdote había de ofrecer a Dios dos panes cocidos con levadura. Los hombres probablemente iban a Bet-el con las primicias del trigo, cocido con levadura. Dos de los panes fueron dados proféticamente a Saúl para identificarlo como pentecostal. La tercera señal es por mucho la más obvia, 1 Samuel 10: 5-7 dice,
(5) Después de esto llegarás al collado de Dios donde está la guarnición de los filisteos; y cuando entres allá en la ciudad encontrarás una compañía de profetas que descienden del lugar alto, y delante de ellos salterio, pandero, flauta y arpa, y ellos profetizando. (6) Entonces el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre. (7) Y cuando te hayan sucedido estas señales, haz lo que te viniere a la mano, porque Dios está contigo.
Claro está, estas tres señales ocurrieron mientras Saúl iba de la casa de Samuel en Ramá a Gigal. 1 Samuel 10: 9-11 dice,
(9) Aconteció luego, que al volver él la espalda para apartarse de Samuel, le mudó Dios su corazón; y todas estas señales acontecieron en aquel día. (10) Y cuando llegaron allá al collado, he aquí la compañía de los profetas que venía a encontrarse con él; y el Espíritu de Dios vino sobre él con poder, y profetizó entre ellos. (11) Y aconteció que cuando todos los que le conocían antes vieron que profetizaba con los profetas, el pueblo decía el uno al otro: ¿Qué le ha sucedido al hijo de Cis? ¿Saúl también entre los profetas?
Esta cita no define “profetizar” para nosotros, así que nosotros tampoco no vamos a tratar de hacerlo. No sabemos cómo estos profetas profetizaran. ¿Es esto una referencia a su cantar en el Espíritu, o tal vez el cantar cantos espirituales? El texto no nos dice esto claramente. Pero una cosa es bien clara: esto es de verdad una señal pentecostal. El hecho de que Saúl fue coronado una semana después al día de Pentecostés lo hace abundantemente claro que esto es como Dios quería que nosotros interpretáramos estas señales.
¿Es Saúl Uno de los Profetas?
Éste se volvió un proverbio en Israel (1 Samuel 10:12). ¿Por qué? ¿Qué significó? Con el transcurso de tiempo llegó a ser evidente que Saúl era ambos profeta y opresor de aquéllos bajo él, y los hombres empezaron a usar ese refrán como un proverbio.
Esta aparente incongruencia es el punto entero del proverbio. ¿Cómo un hombre como Saúl pudiera profetizar? ¿Cómo pudiera venir el Espíritu de Dios sobre un vaso tan imperfecto? ¿No llegaría el Espíritu de Dios sólo a un hombre virtuoso? Pero no, el Espíritu se derramó a Saúl, un hombre injusto. La gente quería ser gobernada por los hombres antes de venir el tiempo del mando de David, el vencedor. Así que ellos recibieron a Saúl, que NO era vencedor, sino sólo un pentecostal.
Así cuando un israelita se encontró con una contradicción que él no entendía, alguna incongruencia de vida, él citaría el proverbio, ¿Es Saúl también uno de los profetas?
Esto tiene significado para nosotros hoy, porque aquéllos en el reino de Pentecostés también son imperfectos. En el siglo pasado en particular, con el levantamiento del movimiento pentecostal en los tempranos años de los 1900, nosotros podemos señalar a aquéllos que son imperfectos, a pesar de que afirman que hayan recibido el bautismo del Espíritu Santo. En más recientes años la prensa ha expuesto a muchos televangelistas que parecen tener una unción profética y todavía su carácter se queda corto de la vida vencedora. La incongruencia de la situación es simplemente una extensión de la experiencia de Saúl.
Esta situación entera nos dice en ninguna condición incierta que el reino de Pentecostés es muy leudado. NO es un reino de perfección. Es un reino en que se bautizan los pecadores en el Espíritu Santo. Y simplemente porque ellos han tenido una tremenda experiencia con el Espíritu Santo no significa que ellos son ahora sin pecado.
Pentecostales necesitan entender esto, para que ellos puedan ver las limitaciones de su unci ón pentecostal. A menudo nos sentimos obligados a fingir una muestra de perfección para evangelizar a otros en la misma experiencia. Pero una vez que veamos que Dios nunca tuvo la intención de perfeccionarnos por medio de Pentecostés, nosotros podemos tener la gracia para admitir nuestra imperfección y someternos al fuego de Dios. Podemos perder el miedo de reconocer nuestra condición leudada delante de los demás. Aún más importante, nosotros podemos bajar nuestras expectativas a un nivel más realista.
Esto nos ayuda ser menos dispuestos por juzgar a los demás en el reino de Pentecostés que estimamos que son menos que perfectos, aquéllos que quizás recibieran un derrame genuino del Espíritu Santo, pero quiénes después goteaban. Nuestro motivo no es juzgar los pentecostales, sino darles una visión fresca de otro derrame del Espíritu que vendrá a pasar brevemente. Esta vez será el cumplimiento de Tabernáculos, la llenura de Su Espíritu. Nosotros necesitamos preparar nuestros vasos para ese día.
Otros ven nuestra imperfección con visión 20/20, si nosotros la vemos o no. Si nosotros somos ciegos a nuestras propias imperfecciones, o simplemente nos negamos a admitirlas, nosotros raramente convenceremos a nadie más que nuestra experiencia es válida. Ellos nos verán como ciegos en el mejor caso, o mentirosos en el peor caso. Aquéllos que suben a las posiciones de dirección y honor tendrán que separarse de los laicos para mantener la ilusión de perfección, porque cualquiera que realmente consigue conocerlos encontrará que ellos todavía son, después de todo, humanos.
Hombres como Saúl, que incluso suben a posiciones de poder por un llamamiento legítimo de Dios, aprenden que ellos tienen que instilar "el temor de Dios" en su gente para mantener su posición. Ellos tienen que gobernar por miedo, fuerza, y un cierto nivel de decepción, a menos que otros ambiciosos, que quieren sus posiciones, no los boten. El enfoque de su profesión empieza a cambiar fuera de entrenar a la gente en madurez espiritual. Su primera preocupación viene siendo supervivencia y auto-perpetuación. La organización se hace el amo, en lugar del siervo.
Esto es mayormente lo que las varias denominaciones de cristiandad han hecho, como ellos siguen el liderato de Rey Saúl. Para mantener el mando político, ellos han pasado leyes de la Iglesia entregando a las personas al infierno si ellos se comportan incorrectamente o si ellos dejan la denominación. Para ser expulsado o excomulgado de la organización es supuestamente caerse de la gracia. Muchas personas están tan atadas por temor que ellos se nieguen a leer cualquier libro no específicamente santificado por su obispo, sacerdote, o pastor. Ellos tienen miedo que alguien fuera de su iglesia o denominación podría tener alguna verdad realmente no conocida por sus propios líderes. Ellos tienen miedo que podrían ser convencidos de esa verdad, y que sus líderes podrían excomulgarlos y condenarlos al infierno por ello. |
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Para prevenir tal situación, es simplemente más fácil y más seguro de hacer lo mínimo que se requiere su iglesia. Y así, los Saúl en la Iglesia oprimen a las personas y les impiden crecer a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Ellos guardan a las personas en el reino de Pentecostés y nunca les permiten seguir el reino de la tercera fiesta de Israel--la fiesta de Tabernáculos.
La Impaciencia de Saúl lo Inhabilita
Saúl reunió un ejército pequeño de 3,000 hombres cuando él había reinado apenas dos años en Israel (1 Samuel 13:2). Él tenía otros voluntarios, pero él envió el resto a sus casas para identificar esto como un ejército pentecostal. Acuerde que en el día de Pentecostés en Hechos 2, había 3,000 personas quienes se agregaron a la Iglesia (Hechos 2:41). Este número se repite a menudo en las Escrituras cuando está refiriéndose a una historia sobre el Pentecostés. El ejército de Saúl se reunió a Gilgal, el mismo lugar donde Saúl fue coronado rey hace sólo dos años. Una vez más, Samuel dijo a Saúl que esperara siete días (1 Samuel 13:8). Esto era un virtual repetición del día de coronación de Saúl, menos que yo creo que esto tuvo lugar por la semana de Tabernáculos. Era su oportunidad de mostrar que él fuera un vencedor que podría cumplir la fiesta de Tabernáculos. Pero él falló.
Es mi opinión que si Saúl hubiera esperado por Samuel para hacer la ofrenda, Dios habría aceptado la ofrenda por el fuego del cielo, como a menudo ocurrió por esos días. Sin embargo, Saúl lo hizo él mismo, y él encendió el fuego con "fuego extraño" –es decir, fuego natural encendido por hombre. Esto es lo que había matado Nadab y Abiú muchos años más temprano (Levítico 10). Esto es, yo creo, lo que descalificó a Saúl. Esto también es lo que ha descalificado la Iglesia, por en su impaciencia de ver el "fuego" del Espíritu Santo caer a ellos en un reavivamiento, ellos demasiado a menudo se han producido esfuerzos carnales. 1 Samuel 13:8-10 dice:
(8) Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba. (9) Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció el holocausto. (10) Y cuando él acababa de ofrecer el holocausto, he aquí Samuel que venía; y Saúl salió a recibirle, para saludarle.
En lo natural, uno apenas podría culpar a Saúl aquí. El ejército era temeroso y empezando a dejarlo. Así que Saúl hizo lo natural, la cosa carnal. Él mismo ofreció la ofrenda quemada.
Esta historia fue escrita para que nosotros pudiéramos saber específicamente lo que ha descalificado la Iglesia pentecostal de gobernar en Su Reino. Es el pecado de impaciencia. Esto manifiesta de varias maneras. Primero, como nosotros ya hemos mencionado, nos ponemos impacientes en nuestra esperanza. Nosotros concluimos finalmente que si nosotros no lo hacemos, nadie lo hará. Así que corremos por los fósforos y programamos los reavivamientos, para que el Espíritu Santo sepa cuando venir. Nosotros fijamos nuestros propios tiempos designados.
Samuel dijo que esperara siete días a un tiempo designado; Saúl se gobernaba por el miedo de los filisteos, pensando que si él ya esperara más, los filisteos lo superarían. Del mismo modo, los pentecostales también son llevados a menudo por un oculto temor que si ellos no ven los fuegos de reavivamiento cayendo pronto en la iglesia, los filisteos (la carne) los superarán. Ellos tienen miedo que las personas se esparcirán (dejarán la Iglesia), si ellos mismos no estimulan la bom ba. Pero en ofrecer el sacrificio ellos mismos, la carne prevalece, y comoquiera la misma cosa que ellos temen ocurre.
En segundo lugar, debido al miedo e impaciencia de Saúl, él usurpó autoridad reservada para Samuel.
En tercer lugar, Saúl ofreció fuego extraño, un reavivamiento artificial.
Los días de fiesta de Israel son los tiempos designados de Dios cuando Él divide las edades por el nivel del Espíritu que Él ha dado. Su Espíritu fue dado externamente a Israel en la Edad de Pascua. La garantía, o las arras, de Su Espíritu fue dada internamente en la Edad de Pentecostés, empezando en Hechos 2. Nosotros estamos ahora al final de esa edad y estamos en la transición a la Edad de Tabernáculos, en que pronto Él va a derramar Su Espíritu a nosotros en su llenura.
Éstos son los tiempos designados totales. Dentro de cada uno de éstos, sin embargo, hay derrames más pequeños llamados "reavivamientos". Ellos son gobernados por la edad en que ellos ocurren y se limitan a esa edad. Pero uno tiene que saber la voluntad específica de Dios y los tiempos designados de esos reavivamientos más pequeños también. Uno no puede fijar un reavivamiento; uno tiene que buscar Su cara para saber Su tiempo designado, a menos que nosotros ofrezcamos el fuego extraño en los altares de nuestros corazones y nos encontramos bajo el juicio.
Así que no seamos como Saúl que fue impaciente y ofreció el fuego extraño en el altar pentecostal. Mejor seamos como David que también construyó un altar a Dios en el momento designado de Pentecostés pero él se negó a encenderse el fuego. 1 Crónicas 21:26 dice,
(26) Y edificó allí David un altar a Jehová, en el que ofreció holocaustos y ofrendas de paz, e invocó a Jehová, quien le respondió por fuego desde los cielos en el altar del holocausto.
Esta ofrenda vino en el momento de la siega del trigo, porque nosotros leemos que Ornán estaba trillando su trigo recientemente segado cuando David compró el sitio (21:20). Él le dio a Ornán un pago inicial de 50 siclos de plata (2 Samuel 24:24), y después le dio el pago completo de 600 siclos de oro (1 Crónicas 21:25). Los 50 siclos de plata hablan de Pentecostés y las arras del Espíritu.
La ofrenda de David difirió de la de Saúl. David llamó a Dios para derramar Su Espíritu en su altar (el corazón). Él se negó a encender Pentecostés con el fuego extraño. Ésta es una de las diferencias mayores entre la compañía de Saúl y la compañía de David de hoy. Nosotros haríamos bien prestar nuestra atención a las lecciones que Dios nos ha dado en el Antiguo Testamento. Pentecostés será siempre caracterizado por levadura, porque eso es el decreto divino establecido en Su Ley. Nuestra única esperanza es ir más allá de Pentecostés a Tabernáculos. Pero esto es otro tiempo designado, y nosotros tenemos que correr "con paciencia la carrera que tenemos por delante".
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ABIMELEC (UN CASO BIBLICO DE TRASLACION EN EL TIEMPO)-JEREMIAS
CASO ABIMELEC (PARALIPOMENOS DE JEREMÍAS) -7-
Habló entonces Jeremías: "Por favor, Señor, muéstrame qué puedo hacer por Abimelec el etíope, que practicó muchas obras buenas con tu siervo Jeremías; pues él me sacó de la cisterna de lodo y no deseo que vea la destrucción y desolación de esta ciudad, sino que tengas compasión de él y no se vea afligido". Y dijo el Señor a Jeremías: "Envíalo a la viña de Agripa, y a la sombra del monte yo le protegeré hasta que yo haga que el pueblo retorne a la ciudad."...
Llegado el amanecer, Jeremías envió a Abimelec diciendo: "Coge la cesta, parte hacia la finca de Agripa por el camino de la montaña, trae unos pocos higos y entrégalos a los enfermos del pueblo, pues el favor del Señor está sobre ti y su gloria sobre tu cabeza". Tras decir esto, Jeremías le despidió; y Abimelec marchó según le había dicho."... Abimelec, por su parte, llevó los higos bajo un Sol ardiente, por lo que al encontrarse un árbol se sentó bajo su sombra para descansar un poco. Y al reclinar su cabeza sobre la cesta de los higos se durmió, quedando dormido durante sesenta y seis años sin despertarse de su sueño. Y después, al levantarse de su sueño, dijo: "He dormido a gusto un rato, pero mi cabeza está pesada porque no he quedado saciado con mi sueño". Entonces, al destapar la cesta de los higos, los encontró destilando leche. Y dijo: "Quería dormir todavía un poco, porque mi cabeza esta pesada; pero tengo miedo, no sea que me duerma, tarde en despertarme y mi padre Jeremías me menosprecie, pues si no tuviera prisa no me habría enviado hoy de madrugada. Así, pues, me pondré en pie y caminaré bajo el ardiente Sol, pues ¿no hay ardiente Sol, no hay fatiga todos los días?". Levantóse, por tanto, tomó la cesta de los higos, se la echó a los hombros y marchó a Jerusalén, pero no la reconoció ni su casa, ni su propio lugar , ni encontró a su propia familia ni a ninguno de sus conocidos. Y dijo: "¡Bendito sea el Señor, porque un gran éxtasis me ha sobrevenido hoy! Esta no es la ciudad de Jerusalén: he errado el camino porque fui por la senda del monte cuando me levanté de mi sueño; y como mi cabeza estaba pesada por no haber quedado saciado con mi sueño, he errado el camino. ¡Le parecerá sorprendente a Jeremías cuando le diga que he errado el camino!". Entonces salió de la ciudad; y al fijarse bien vio los mojones de la ciudad y dijo: "Esta es ciertamente la ciudad; sin embargo, he errado el camino". Retornó de nuevo a la ciudad y se puso a buscar, pero no encontró a ninguno de los suyos. Dijo entonces: "Bendito sea e1 Señor, porque un gran éxtasis me ha sobrevenido.'". Salió nuevamente fuera de la ciudad y se quedó afligido, sin saber dónde ir. Y se quitó de encima la cesta, diciendo: "Voy a quedarme aquí sentado hasta que el Señor aparte de mi este éxtasis". Mientras estaba él sentado, vio a cierto anciano que venia del campo; Abimelec le dice: "A ti te hablo, anciano, ¿qué ciudad es esta?". Le respondió: "Es Jerusalén". Abimelec le pregunta: "¿Dónde está Jeremías el sacerdote, Baruc el secretario y todo el pueblo de esta ciudad que no los he encontrado?". Repuso el anciano: "¿No eres de esta ciudad tú, que has recordado hoy a Jeremías, ya que preguntas por él tras tanto tiempo? Pues Jeremías está en Babilonia con el pueblo; fueron, en efecto, llevados cautivos por el rey Nabucodonosor, y con ellos está Jeremías para anunciarles buenas nuevas e instruirles en la palabra". Tan pronto como oyó esto Abimelec de aquel hombre anciano, dijo: "Si no fueras anciano, y como no le es lícito a un hombre encolerizarse con quien es mayor que él, me reiría de ti y te diría que estás loco, pues has dicho: "E1 pueblo ha sido llevado cautivo a Babilonia. ¡Aunque hubieran bajado sobre ellos los torrentes del cielo, no ha habido todavía tiempo suficiente para que hayan partido hacia Babilonia! Pues, ¿cuánto tiempo ha pasado desde que mi padre Jeremías me envió al campo de Agripa a traer unos pocos higos para que los diésemos a los enfermos del pueblo? Fui, los traje y al llegar hasta cierto árbol, bajo un Sol ardiente, me senté a descansar un poco, recliné mi cabeza sobre la cesta y me quedé dormido. A1 despertarme destapé la cesta de los higos, pensando que se me había hecho tarde, pero encontré los higos destilando leche, lo mismo que cuando los cogí. Tú, en cambio, dices que el pueblo ha sido llevado cautivo a Babilonia. Pero, para que te des cuenta, ¡toma, mira los higos!". Destapó la cesta de los higos al viejo y los vio destilando leche. A1 verlos, el anciano dijo: "Hijo mío, hombre justo eres tú y no quiso Dios que vieras la desolación de la ciudad; por eso trajo este éxtasis sobre ti. Pues he aquí que hoy hace sesenta y seis años que fue llevado cautivo el pueblo de Babilonia. Y para que sepas, hijo, que es cierto cuanto te digo, alza los ojos hacia el campo y observa que no ha aparecido el crecimiento de las cosechas. Mira también los higos, que no es su tiempo, y date cuenta".
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SIRIO ES LA CONSTELACION DEL PERRO/ CAN MAYOR
EL MISMO DISEÑO DE ORION
99. Ezequiel 22:7: Al padre y a la madre despreciaron en ti; al EXTRANJERO trataron con violencia en medio de ti; al huérfano y a la viuda despojaron en ti.
HECHOS 12:12 (MARCOS/ MARTE / MARZO/ PASCUA)
NOTEN EL NEXO DE DAN, CON LA SERPIENTE (VENECIA) Y EL CABALLO (PLAZA SAN MARCOS)
7. Génesis 49:17 Será Dan SERPIENTE junto al camino, Víbora junto a la senda, Que muerde los talones del caballo, Y hace caer hacia atrás al jinete.
VENECIA=PLAZA SAN MARCOS
11. Proverbios 25:11 MANZANA de oro con figuras de plata Es la palabra dicha como conviene.
12. Cantares 2:5 Sustentadme con pasas, confortadme con MANZANAs; Porque estoy enferma de amor.
13. Cantares 7:8 Yo dije: Subiré a la palmera, Asiré sus ramas. Deja que tus pechos sean como racimos de vid, Y el olor de tu boca como de MANZANAs,
ALLI ESTA LA CONEXION VENUS / VENECIA CON EL 666
VENUS= PENTAGONO= VENECIA= NUMERO DE ORO= 1.618033
LAS MATEMATICAS SON EXACTAS.
GLORIA A DIOS TODOPODEROSO. QUE BELLAS SON LAS MATEMATICAS
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REPRODUCCION DE LOS CONEJOS EN FUNCION A LA SERIE DE FIBONACCI, INCLUSO DEL RELOJ Y DE LA MISMA SANTA CENA (MISMA MANZANA)
Apocalipsis 21
1. Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.
2. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
3. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.
4. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
5. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.
6. Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. (911 O SALMO 119)
7. El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.
8. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
9. Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero.
10. Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios,
11. teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal.
12. Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel; (EL MISMO RELOJ, O SANTA CENA O LA MANZANA, LA TRASLACION EN EL TIEMPO)
13. al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas.
14. Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.
15. El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro.
16. La ciudad se halla establecida en cuadro, y su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la longitud, la altura y la anchura de ella son iguales.(CUBO=ESPACIO/TIEMPO)
HEXAGONO=OCTAHEDRO =ESTRELLA DE 6 PUNTAS= SATURNO =CUBO/HEXAGONO= ESPACIO/TIEMPO =1 DE REYES 6:20 Y APOCALIPSIS 21:16
EL SEXTO DIA ES EL VIERNES Y EL OCTAVO EL DOMINGO. INCREIBLE
17. Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel. (EL NEXO DE LA MANZANA, EL PENTAGONO, LA NUEVA JERUSALEN, EL CASTILLO SAN ANGELO DEL VATICANO E INCLUSO EL MISMO PENTAGONO DE WASHINGTON D.C. ES OBVIO EL NEXO DEL RELOJ CON LA MANZANA)
18. El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio;
19. y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro; el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda;
20. el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo, crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el duodécimo, amatista.
21. Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio.
22. Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.
23. La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. (PROVERBIOS 25:11, OSEA LA MISMA MANZANA, OSEA UNA REFERENCIA AL SOL/ORO/HOMBRE Y LUNA/PLATA/MUJER, OSEA EL MISMO SUEÑO DE JOSE DE GENESIS 37)
24. Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.
25. Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche.
26. Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella.
27. No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.
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EL LEGADO DE MARÍA MAGDALENAEl éxito de la novela El Código Da Vinci ha convertido en tema de moda la cuestión de si existió una descendencia de Jesús. El autor de un libro de reciente aparición, titulado “El legado de María Magdalena”, ha realizado una fascinante investigación iconográfica que se saldó con importantes descubrimientos inéditos. En este artículo extractamos algunos de sus hallazgos. Mi fuente de información me había emplazado a realizar un enigmático viaje que me llevaría a descubrir aspectos insólitos y desconocidos sobre la figura de María Magdalena, el nombre que la tradición cristiana dio a la Myriam Migdal o Myriam de Magdala en el judío original, que desempeña un papel tan relevante en el Nuevo Testamento. Mucho se ha escrito sobre Jesús “el Nazareno”, nombre que algunos atribuyen a la aldea de Nazareth. En cambio, otros autores sostienen que indicaba su pertenencia a la secta judía de los nazaritas o nazareos, entre cuyos votos se incluía no cortarse el cabello ni la barba. Sin embargo, muy poco sabemos con certeza sobre su vida. Los cuatro Evangelios canónicos recogen algunos momentos fundamentales de la existencia de Jesús. Pero sólo hacen referencia a su vida pública, con el objetivo de demostrar que era el Mesías prometido a Israel, y únicamente aluden de manera muy escueta a su vida privada. Sin embargo, en los evangelios apócrifos obtenemos una información complementaria. Entre éstos destacan los descubiertos en 1945 en Nag Hammadi (Alto Egipto). En dichos apócrifos de cuño gnóstico se habla de un Jesús íntimamente vinculado con María Magdalena, e incluso se afirma que Pedro mostraba hostilidad hacia esta mujer, negándose a aceptar que, tras su muerte, Cristo resucitado le hubiese confiado sus enseñanzas secretas y el liderazgo sobre la comunidad de sus seguidores. Según alguno de estos apócrifos, como el Evangelio de Felipe, Magdalena era la compañera o consorte de Jesús, e incluso se menciona la existencia de una descendencia de ambos en términos aparentemente claros: “existe el misterio del Hijo del Hombre y el misterio del hijo del Hijo del Hombre”. Más aún: este evangelio sostiene que Cristo tenía la capacidad de crear y también la de “engendrar”, para culminar sugiriendo que su unión con Magdalena fue un “matrimonio sagrado”, al que califica de “auténtico misterio” y lo diferencia del “matrimonio de poluciones” o profano. En este tema es importante que el navegante que desconoce el tema de la sexualidad sagrada visite el espacio, que está en esta misma Web, “Más allá de la materia”. No cabe duda de que estos textos –perseguidos y destruidos por la Iglesia desde los años que siguieron al Concilio de Nicea en el siglo IV d.C.– dieron lugar a una leyenda que circuló ampliamente durante la Edad Media. Pero, ¿hasta qué punto era posible documentar la persistencia de esta tradición? Mis primeros hallazgos se situaron en el Camino de Santiago, al que considero más apropiado llamar de Prisciliano, el “Obispo hereje”. Nacido en Galicia en el año de 340 d. C. Prisciliano predicaba una doctrina gnóstica que tuvo un notable éxito en el norte de Hispania y en el sur de la Galia. Muchos lugares relacionados con el Camino en el sur de Francia y el norte de España están salpicados de referencias que lo vinculan con María de Magdala y el secreto del Grial en el Languedoc, situándonos en el entorno de Rennes-le-Chteau, una de las claves de esta tradición apócrifa. Fue en el Monasterio de Santa María de Oia, en su iglesia monacal cisterciense del siglo XII, donde encontré la primera pista. Allí se halla un retablo que reproduce la venida del Espíritu Santo. Por un lado, llamó mi atención su gran parecido con el sello de los caballeros templarios de la abadía de Nuestra Señora del Monte Sión. Por otro, la figura central representa a Magdalena rodeada por los apóstoles, mientras el Espíritu Santo en forma de paloma desciende sobre ellos. Muy cerca de donde yo vivía descubrí otro elemento significativo. Se trataba del Reial Monestir de Santes Creus, perteneciente a la orden del Císter, situado en Aiguamurcia, provincia de Tarragona (España). Al margen de la indudable calidad artística de los diferentes estilos representados en esta iglesia monacal, atrajo mi atención una de las dos capillas dispuestas en los laterales del templo, junto a la puerta de la entrada principal. Esta capilla, denominada de San Juan Evangelista, me iba a deparar grandes y gratas sorpresas ya que, en la imagen central del retablo, aparece la figura de un San Juan con aspecto señaladamente femenino, de largos y rizados cabellos pelirrojos, labios de color carmesí carnosos y sensuales, sosteniendo una copa o grial con la mano izquierda, a la altura del pecho. Conforme fui contemplando con más detenimiento el retablo, realizado en madera policromada y pintada al óleo, descubrí que había siete iconos adicionales en la parte inferior del mismo y, al observarlos de cerca, vi que reproducían diferentes pasajes bíblicos sobre Jesús y María Magdalena. Aunque la figura central del retablo pretende ser la de San Juan Evangelista, demasiados detalles contradicen esta atribución. Tradicionalmente a éste se le representa con aspecto varonil, barba poblada y edad madura, casi siempre con un libro en las manos. Baste recordar los lienzos sobre San Juan Evangelista de pintores como El Greco, Tiziano o Velázquez. En cambio, la imagen central del retablo es indudablemente femenina. Yo la identifiqué como María Magdalena, por la larga melena de color cobre-rojizo y el tipo de vestimenta y colorido más utilizado en las representaciones de esta santa. También por el hecho de sujetar con la mano izquierda la urna donde se guardan los óleos con que ungió a Jesús, un dato inequívoco, pues así es como se la ha representado mayoritariamente. Como hemos mencionado, debajo de la imagen central hay siete iconografías de menor tamaño, cuatro de cuyas figuras se identifican con María Magdalena, y otras tres centrales, que representan episodios de la vida de Jesús: el nacimiento, la crucifixión y el descendimiento de la cruz. Exponer y describir en detalle lo representado en todos los iconos resultaría imposible en el presente artículo. Pero como la principal evidencia a la que nos hemos estado refiriendo se encuentra precisamente en algunos de estas imágenes, vamos a abordar en concreto este tema resumidamente. En el central aparece la escena de la crucifixión de Jesús, junto a los dos ladrones, y a los pies encontramos la mayor de las sorpresas: ¡María Magdalena embarazada! Contemplé la escena desde todos los ángulos posibles para excluir la posibilidad de una ilusión óptica. Pero no se trataba de ningún error de apreciación. La Magdalena representada a los pies de la cruz de Jesús, totalmente desolada, con el cabello suelto y el pañuelo en la mano izquierda enjugándose las lágrimas, había sido evocada como una mujer embarazada, con sus pechos hinchados y su vientre abultado de forma característica. Es un vientre muy bajo, a punto de parir, en la posición que adoptaban antiguamente las mujeres de Oriente para dar a luz. Junto a ella aparece una calavera, símbolo tradicionalmente asociado con Magdalena en la iconografía cristiana. Para no dejar ninguna duda respecto de su embarazo, el autor del icono pintó una especie de cíngulo –tal como se hacía entonces para remarcar los pechos en las embarazadas, según me indicó Manuel de Perea, pintor, orfebre y escultor–, que va desde el hombro hasta la cintura, remarcando el pecho hinchado de Magdalena. En esta imagen sólo aparecen las dos mujeres que, tradicionalmente, son identificadas con María la Virgen (madre de Jesús) y María Magdalena, lo que despeja cualquier duda sobre la identidad y el estado de embarazo de la segunda mujer. El tercer personaje representado es el apóstol Juan. Esta era la prueba o evidencia definitiva que había estado buscando. ¿Sería posible que nadie antes lo hubiese advertido? ¿Durante cuánto tiempo había permanecido oculto el mensaje del retablo? Ahora empezaban a encajar todas las piezas del rompecabezas. Pero necesitaba observar con atención el resto de la iconografía. No tocar a los muertosEn la siguiente escena, correspondiente al icono de la derecha, podemos ver el descenso de la cruz de Jesús ya fallecido, rodeado de varios personajes. De izquierda a derecha aparecen María, esposa de Cleofás y prima de la madre de Jesús; José de Arimatea, con barba y el turbante que llevaban algunos fariseos; Magdalena, quien aparece con la urna de los óleos en sus manos; Juan, sujetando por los brazos a la Virgen María; Juana, hermana de la Virgen María y tía de Jesús, quien aparece arrodillada, recogiendo los pies del crucificado; y por último y subido en la escalera que hay apoyada en la cruz, un personaje que bien podría ser Nicodemo. En las imágenes del descenso de la cruz, el autor nos da un detalle de suma importancia: todos los personajes que aparecen en esta escena, por fuerza tenían que ser parientes de Jesús. Según la Ley de Moisés no estaba permitido tocar a los muertos, a menos que fuesen parientes, como podemos confirmar en Números 19,11: “El que tocare un muerto, el cadáver de un hombre cualquiera, será impuro por siete días”, un tabú de contacto con el cadáver reiterado en Números 19, 14 y 19, 16. En Levítico 21, 1-3, tenemos una mayor precisión: «Yahveh dijo a Moisés: ‘Habla a los sacerdotes, hijos de Aaron, y diles: Ninguno se contamine con el cadáver de uno de los suyos, excepto si es de alguno de sus parientes más próximos: su madre, su padre, su hijo, su hija, su hermano. Podrá también hacerse impuro por el cadáver de su hermana, todavía virgen, si, por no haber pertenecido a ningún hombre, era su pariente próxima’». Un pasaje que también corrobora Ezequiel 44, 25: “No se acerquen a una persona muerta para no contaminarse, pero por el padre, la madre, el hijo, la hija, el hermano, la hermana que no tenga marido, si podrán contaminarse”. Como vemos, sólo estaba permitido tocar a los muertos a los familiares más cercanos. En este caso, el autor del icono dejaba claro una vez más la relación de pariente próximo que ostentaba María Magdalena con respecto a Jesús, aunque cabe objetar que entre los familiares que pueden tocar el cadáver la Biblia no menciona a la esposa. En cualquier caso, el resto de las imágenes también hace referencia a la relación entre ésta y Jesús. De hecho, vuelve a insistir en la misma idea, como podemos ver en la imagen en la cual aparece ella con los signos inequívocos del embarazo. Finalmente, la posible descendencia de Jesús y María Magdalena queda testimoniada por el autor del retablo en otra de las figuras, en la cual podemos observar a esta mujer acompañada ya por sus dos vástagos, en este caso dos niñas gemelas. Por tanto, el retablo dejó constancia de una tradición antiquísima que, a pesar de la hostilidad de la Iglesia y de su notoria heterodoxia, se transmitió a lo largo de toda la Edad Media. Básicamente, dicha tradición comunica el mensaje siguiente: - El estatus social de María Magdalena, representada como princesa y acompañada con la inscripción de IVSTICIA. - Esposa de Jesús, vestida de luto tras la crucifixión, con la palma de martirio, igualmente testigo del martirio al que fue sometida su memoria, al ser presentada como una prostituta, cuando no existe ninguna base firme para relacionarla con el personaje de la pecadora evangélica. Esta arbitraria identificación se consolidó en los siglos V y VI. - Grial viviente, en calidad de portadora de la sangre de Jesús a través de su descendencia (imagen que la presenta embarazada, soportando la cruz, la carga). - Confirmación de la descendencia (icono con los dos niños gemelos en brazos, mostrando claramente su parecido con los progenitores). No es posible detallar en un artículo toda la información que recabé respecto al autor del retablo –tarea que abordo en mi libro–, pero baste recordar que el Monasterio de Santes Creus pertenecía al Císter, fundado por San Bernardo de Claraval, quien a su vez intervino decisivamente en la creación de la Orden de los Caballeros Templarios. Posteriormente, éstos llegaron hasta el Monasterio de Santes Creus, a través de la Orden Militar de Santa María de Montesa, fundada en 1319 por el monarca Jaume II de Aragón para acoger a los caballeros de la Orden del Temple que consiguieron huir de la persecución de Felipe IV “el Hermoso”. Los caballeros templarios que lograron escapar de Francia, también se refugiaron en otras órdenes, como la de Calatrava. Con ellos llegarían los conocimientos secretos de la Orden, por los cuales habían sido acusados de herejes. Entre estos secretos se ha destacado el de la existencia de una sangre real (Santo Grial) que reivindica una ascendencia sagrada y se remonta a Jesús y Magdalena. El retablo que hemos examinado fue realizado en el año 1603, según consta en el mismo, utilizando el lenguaje oculto de los iniciados para transmitir de forma encubierta una tradición considerada herética, cuyos depositarios en Europa occidental habían sido los caballeros templarios y, antes, los cátaros. Las evidencias hablan por sí solas. Más si tenemos en cuenta que se trata de un retablo de principios del siglo XVII y que, con anterioridad a esa época, ya existían diversas iconografías sobradamente conocidas de San Juan Evangelista que presentan una imagen acusadamente viril de esta figura, excluyendo que este personaje pueda corresponderse con la imagen femenina representada en el Monasterio de les Santes Creus. Me parece increíble que aparentemente aquel retablo no hubiese llamado la atención de nadie con anterioridad. Pero como dijera “Hermes” (mi enigmático informante): “Todo tiene su momento”. Y quizá ahora había llegado el momento propicio.
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Fue en el Monasterio de Santa María de Oia, en su iglesia monacal cisterciense del siglo XII, donde encontré la primera pista. Allí se encontraba un retablo que describía la venida del Espíritu Santo. Por un lado, llamó mi atención su gran parecido con el sello de los Caballeros Templarios de la abadía de Notre Dame du Mont Sion. Por otro, la figura central representaba a Magdalena rodeada por los apóstoles, mientras el Espíritu Santo en forma de paloma descendía sobre ellos. IZQUIERDA: Retablo de Maria Magdalena con los apóstoles. CENTRO: Sello templario de la abadía du Mont de Sión. DERECHA: Monasterio de Santa María de Oia (Pontevedra). Muy cerca de donde yo vivía descubrí otro elemento significativo. Se trataba del Reial Monestir de Santes Creus, perteneciente a la orden del Císter, situado en Aiguamurcia, el Alt Camp, provincia de Tarragona. Al margen de la indudable calidad artística de los diferentes estilos representados en esta iglesia monacal, atrajo mi atención una de las dos capillas dispuestas en los laterales del templo, junto a la puerta de la entrada principal.
Artículo publicado en MysteryPlanet.com.ar: El Legado de María Magdalena ¡La evidencia física definitiva! https://mysteryplanet.com.ar/site/el-legado-de-maria-magdalena-la-evidencia-fisica-definitiva/ |
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