… de los que conmigo traigo,
[a quienes presento y a quienes ofrezco]
quién o quiénes querrán vivir;
… porque turno duro es el tajo de la luz,
fragua a fuego puro, con agua viva, a yunque vivo;
… y ahora, al entrar, les ruego que escuchen y miren hacia arriba:
observarán que nadie erige con ruido de martillo las cristalinas bóvedas del mar;
los compañeros que se afanan en las nervaduras o se yerguen en lo alto,
son valientes corazones, mentes y brazos con que instruye el espíritu el amor,
y en las noches más largas y profundas del mundo, sus esfuerzos no tienen fin;
entonces, las necesidades de cuerpo y alma resultan verdaderamente inabarcables;
… pero pasen, pasen ya, por favor, y shss…, estamos trabajando.
Orión